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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SUR DEL LAGO

“JESÚS MARÍA SEMPRUM”


DIRECCIÓN GENERAL SOCIO ACADÉMICA
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO
INGENIERÍA DE LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

Suplementación a base de una dieta líquida energética sobre


parámetros productivos en vacas en el último tercio de la gestación

Autores: Araque Yusely


Dávila Jhoenny

Tutor: Cumare Graciela

Santa Bárbara de Zulia, Octubre de 2017


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SUR DEL LAGO
“JESÚS MARÍA SEMPRUM”
DIRECCIÓN GENERAL SOCIO ACADÉMICA
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO
INGENIERÍA DE LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

Suplementación a base de una dieta líquida energética sobre


parámetros productivos en vacas en el último tercio de la gestación
Proyecto de Trabajo de Grado presentado como requisito para Optar al título de
Ingeniero de la Producción Agropecuaria

Autores: Araque Yusely


Dávila Jhoenny

Tutor: Cumare Graciela

Santa Bárbara de Zulia, Octubre de 2017


INTRODUCCION

El éxito de una empresa ganadera bovina depende


fundamentalmente de la atención que se les preste a las hembras en el
período alrededor del parto. En la vaca ocurren una serie de eventos o
cambios fisiológicos durante la gestación tardía y relacionada con la
adaptación anatómica y metabólica de la glándula mamaria para el
establecimiento o inicio de la lactación. Por otro lado, cambia totalmente
el destino metabólico de los nutrientes ya que la vaca se pone al servicio
de la glándula mamaria y debe quedar una reserva metabólica para
reiniciar la actividad reproductiva.
La vaca normalmente tiene problemas, alrededor del parto, de
consumir todos los nutrientes necesarios para producir y reproducirse
normalmente. Debido a que la eficiencia de una vaca se mide en términos
de producción de leche, calidad del becerro y su habilidad para ciclar
nuevamente es prioritario alimentar cuidadosamente durante este periodo
crítico. En condiciones tropicales es muy difícil encontrar un forraje que
sea capaz de suministrar, en cantidad y calidad, todos los nutrientes que
requiere éste animal. Así, se impone la necesidad de suministrar
suplementos alimenticios, bien sea energético, nitrogenado y/o mineral.
Lógicamente, la cantidad de suplemento a administrar depende del grado
de deficiencia obtenido al alimentar al animal con la dieta base o forraje.
Por ello, este documento pretende dar una idea del tipo de
suplementación a utilizar cuando el animal dispone de un forraje de
buena, moderada o baja calidad alimenticia.
El objetivo de la propuesta es evaluar el efecto de una dieta líquida
energética sobre los parámetros productivos de vacas doble propósito
lactantes en el último tercio de gestación.
Este proyecto está estructurado en tres capítulos, el primero
contiene el planteamiento del problema, objetivos de la investigación,
justificación de la investigación y delimitación. Seguidamente, El capítulo
II, referido al marco teórico, con los antecedentes de la investigación,
bases teóricas y operacionalización de las variables. Posteriormente, el
capítulo III, marco metodológico, ubicación del ensayo, descripción de la
metodología, tipo y diseño de investigación, población, muestra, técnicas
e instrumentos de recolección de datos, técnicas de procesamiento y
análisis de datos.
CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema


El período alrededor del parto es muy dinámico y relacionado con
cambios endocrinos y metabólicos que ocurren en la vaca, en el feto en
desarrollo, durante el parto, la lactación y en el restablecimiento de la
función reproductiva posparto. Por otro lado, el número de días requeridos
para concebir después del parto es uno de los mejores criterios utilizados
para evaluar la habilidad reproductiva de las vacas bajo condiciones de
explotación de carne y leche. Además, el efecto de la gestación previa, el
parto y el efecto del amamantamiento sobre el sistema neuroendocrino
retardan frecuentemente el reinicio de la actividad ovárica posparto
(Garmendia, 1995).
Las prioridades de nutrientes de las hembras de cría bovina son, en
orden de importancia, las siguientes: 1) mantenerse viva; 2) producir
leche; 3) seguir creciendo (vacas jóvenes) y reproducirse. Por ello, la
característica reproductiva más afectada es la tasa de concepción debido
a que todos los requerimientos fisiológicos deben ser cubiertos para que
la vaca inicie sus ciclos estrales. Muchas investigaciones han señalado
que las vacas gestantes que ganan peso preparto tienen mejor
comportamiento reproductivo ya que están en un balance energético
positivo. Por lo tanto todo productor que desee mejorar el comportamiento
reproductivo postparto debe monitorear los pesos alrededor del parto. Por
el contrario si hay pérdidas de peso y condición deben, entonces,
establecerse estrategias alimenticias para evitar dichas pérdidas. Es
necesario indicar que es mucho más fácil y económico engordar una vaca
o novilla antes del parto que después del mismo (Garmendia, 2001).
Es fundamental hacer una evaluación de la condición de la vaca
cuando llega al séptimo mes de gestación. Si el objetivo es lograr que la
hembra al parto no tenga, al menos una costilla visible, es necesario
decidir cómo alimentar a ese animal. La preñez de una novilla de primer
parto es mucho más difícil que en una vaca adulta ya que ella debe
producir leche y continuar creciendo. Si la novilla queda preñada por
primera vez con un peso menor de 300 kg se debe procurar que ella
gane, al menos, casi medio kilogramo diario durante la preñez. Esto
permitiría un peso de 430 kg al parto (Alonso y Garmendia, 2001).
Más importante, debe tener una buena condición corporal (de 4 o
más) al parto. Las novillas o vacas de primer parto que no tienen pesos y
condiciones corporales al parto y durante el periodo posparto, presentan
una muy baja capacidad reproductiva. Por ello, la menor prioridad es la de
gestar nuevamente. Si la hembra se encuentra bajo limitación nutricional,
se pierde rápidamente la capacidad de producir y de reproducirse.
Mientras que es difícil preñar una novilla después del primer parto y una
vaca en inadecuada condición corporal, es bastante factible, con buenas
prácticas de manejo, hacerlas preñar de nuevo. Para lograr esto, es
necesario aplicar prácticas de manejo alimenticio después de la primera
gestación. Después de la primera gestación debe procurarse la obtención
de continuas ganancias de peso y crecer hasta alcanzar el peso adulto
adecuado. (Alonso y Garmendia, 2001). Por lo tanto, es importante
suplementar para cubrir los requerimientos nutricionales durante los
periodos críticos como preparto, posparto y de lactación para proporcionar
un adecuado comportamiento productivo y mejorar las repuestas en los
parámetros.
El balance energético es el resultado de la diferencia entre las
necesidades del animal y los aportes alimentarios. Durante las 2 - 4
últimas semanas de gestación se produce un aumento sustancial de las
necesidades energéticas debido al desarrollo fetal y a las necesidades de
síntesis de calostro. Esta situación se acompaña de una disminución en la
ingestión de materia seca (fundamentalmente en la última semana de
gestación). (Garmendia, 2001).
Estas dos circunstancias son, con frecuencia, responsables del
desarrollo de un balance energético negativo que inicia unas semanas
antes del parto. El ganado vacuno tiene la capacidad de compensar los
déficit alimentarios de energía a través de la movilización de grasa
corporal. Sin embargo, un exceso de movilización de grasa conduce a
problemas patológicos y reproductivos.
Las necesidades de proteína para la gestación son relativamente
poco importantes hasta los dos últimos meses, cuando las necesidades
crecen de forma exponencial. Este aumento de las necesidades de
proteína tiene su origen en el crecimiento del feto y, en las semanas
previas al parto, en la síntesis de calostro. Este aumento en las
necesidades proteicas se agrava por la disminución de la ingestión de
alimentos en las semanas previas al parto. (Garmendia, 2005).
Los efectos del balance proteico negativo se muestran en el
postparto, ya que el déficit generado durante el preparto se suple con la
movilización de reservas corporales. Sin embargo, la capacidad de
movilizar proteína es mucho más limitada que la disponibilidad de
energía, y pueden agotarse antes o al inicio de la lactación. Una vez
agotadas las reservas, la falta de proteína limita la producción de leche y
la síntesis de inmunoglobulinas, por lo que la competencia inmunitaria se
ve comprometida. El resultado es una mayor predisposición a la aparición
de patologías postparto (retenciones placentarias) y producciones
limitadas (Garmendia, 2005).
Para poder cumplir con los objetivos propuestos de esta
investigación se plantean las siguientes interrogantes:
¿El diseño de una dieta líquida complementa los requerimientos
nutricionales necesarios en el animal en el periodo de gestación?
¿Será eficiente la suplementación con una dieta líquida energética
sobre la producción de leche en vacas en su último tercio de gestación?
¿Cuáles serán los cambios de la condición corporal de las vacas
suplementadas con la dieta líquida energética en el último tercio de
gestación?
Objetivos de la Investigación
Objetivo general
Evaluar el efecto de una dieta líquida energética sobre los
parámetros productivos de vacas lactantes en el último tercio de
gestación.
Objetivos Específicos
Diseñar una dieta líquida energética balanceada acorde a los
requerimientos nutricionales de vacas en lactación.
Estimar la producción de leche acumulada en 60 días de lactancia y
el consumo voluntario a las vacas suplementadas con una dieta líquida
energética.
Analizar los cambios de la condición corporal de las vacas
suplementadas en la dieta líquida energética en el último tercio de
gestación.
Justificación de la investigación
En los sistemas de producción animal, la principal limitante a la hora
de producir es garantizar la alimentación durante todas las épocas del
año, la especie bovina forma parte del grupo de los rumiantes mayores, al
igual que las ovejas y cabras que integran el grupo de los rumiantes
menores, su dieta se constituye principalmente en forrajes, los cuales de
acuerdo a su calidad y cantidad son transformados posteriormente en
leche y carne según sea el caso. La producción animal en zonas del
trópico venezolano está muy influenciada a factores como el clima, la
temperatura, humedad relativa, pluviosidad, las cuales afectan de manera
directa la producción de biomasa (Baldizán y col., 2006).
La producción de forrajes representa la manera más eficiente de
garantizar alimentos en cantidad y calidad a los bovinos, es una inversión
la cual utilizada racionalmente constituye una fuente inagotable de
biomasa para la producción animal, la incorporación de tecnologías
agrícola como el riego en las épocas secas, la conservación de forrajes
para los períodos críticos del año representa una estrategia de gran
importancia en el sistema de producción animal con rumiantes (Chacón y
Entrena, 1999).
Los pastos existentes en nuestros ecosistemas venezolanos, en la
mayoría de los casos, no garantizan todos los requerimientos de energía,
proteína, micro y macro minerales necesarios para la producción eficiente
con bovinos a pastoreo, lo que se hace necesario la suplementación a los
fines de elevar los niveles de producción en estas condiciones (Chacón y
col., 2006a).
La ganadería de carne, leche o doble propósito con rumiantes en el
trópico, debe basarse principalmente en el uso eficiente de los recursos
alimentarios fibrosos. Está ampliamente demostrado en otros países
tropicales que la modalidad de producción a pastoreo es la más rentable,
siempre y cuando se garantice el uso racional de los pastos y forrajes,
nativos o cultivados. En Venezuela, enmarcados dentro de las diferentes
regiones naturales del país, existen diversos escenarios agroecológicos
donde se practica la producción animal con bovinos (Chacón, 1998;
Chacón y col., 2000; Comerma y Chacón, 2002); zonas con climatología
favorable para la adaptación de razas de leche de alta producción como la
Pardo Suiza y Holstein (Región Alto Andina); zonas intermedias como los
valles y estribaciones de las cordilleras andina y central; y zonas bajas,
con condiciones climáticas más severas, representadas por los Bosques
Húmedos Tropicales donde se explota ganadería lechera basada en
mestizajes de Bos indicus x Bos taurus; y en algunos casos extremos
ganadería altamente especializada.
El común denominador es la baja eficiencia en producción animal
obtenida con los recursos disponibles en cada región, debido a problemas
ocasionados en gran parte, por falta de gerencia de los recursos
disponibles, lo cual se traduce en: sobrepastoreo, subpastoreo y
enmalezamiento por falta de control de pastoreo (carga y subdivisiones) y
fertilización. (Chacón, 1998; Chacón y col., 2001) De lo anteriormente
señalado se desprende la importancia que tiene generar programas de
desempeño tecnológico en recursos alimentarios para rumiantes, dentro
del contexto de la optimización de los recursos disponibles, orientados a
mejorar la producción en condiciones de explotaciones comerciales en
diferentes regiones del país.
Desde hace años el camino seguido es incrementar el máximo
posible la producción por vaca en ordeño y día a través de la mejora
genética, el cuidado de las instalaciones y el manejo para dar el máximo
confort a las vacas y, así, conseguir que desarrollen todo su potencial.
Pero a medida que las vacas presentan mejor genética, están más
cómodas y producen más leche, sus necesidades nutricionales también
aumentan, lo que obliga a formular raciones con mayor contenido en
energía para conseguir que, además de que las vacas produzcan mucha
leche, no pierdan demasiada condición corporal y puedan quedar
gestantes en un margen de tiempo adecuado. Y lo más importante:
formulando raciones que eviten la aparición de enfermedades metabólicas
posparto (hipocalcemia, retención de placenta, metritis, cetosis,
desplazamiento de abomaso) o trastornos digestivos que impidan que
alcancen el pico de producción (acidosis ruminal).
Por si todo esto no fuera suficiente, y ante la perspectiva de la eterna
incertidumbre del precio de la leche, del alimento concentrado y de los
minerales comerciales se debe conseguir todo lo expuesto buscando la
máxima eficiencia alimentaria, es decir, produciendo mucho y comiendo lo
menos posible (eficiencia técnica) y que lo comido sea lo más barato
(eficiencia económica).
Ante esta situación, cualquier nueva herramienta que ayude a
conseguir los objetivos debe ser tenida en cuenta, analizada, valorada y
según el criterio de cada uno, empleada. La alimentación líquida, que da
título a esta propuesta de trabajo de grado, es una de esas herramientas
que puede ser útil si se maneja correctamente, y que consiste en el
empleo de subproductos líquidos en las raciones, bien de forma individual
o mezclando ingredientes. El empleo de subproductos líquidos no es
nuevo, pero el desarrollo que está tomando en otros continentes y el
enfoque que se le está dando sí abre una nueva perspectiva para
manejarlo en la formulación y buscarle ventajas.
Por lo tanto, se puede suponer que estos alimentos son mezclas
bien formuladas de subproductos líquidos de alta calidad con diferente
composición en azúcar y proteína soluble, que fermentan rápidamente y
que combinan con las fuentes tradicionales de carbohidratos y proteína
para conseguir la máxima eficiencia de fermentación a través del
“sincronismo ruminal”. Este concepto tampoco es nuevo, la universidad de
Cornell en los Estados Unidos lleva muchos años trabajando en esta línea
y ha desarrollado el sistema dinámico de formulación de raciones que tan
buenos rendimientos está dando.
El fundamento es aportar en la ración las cantidades adecuadas de
fuentes de proteína y carbohidratos de acuerdo a su velocidad de
degradación en el rumen.
La alimentación líquida correctamente manejada es muy beneficiosa
en el rendimiento técnico de los animales, ya que hace que aumente su
productividad en leche sin perder calidad en los componentes de la
misma. Estos beneficios están basados tanto en la mejora de la apetencia
de las raciones por el contenido dulce que aportan los azúcares
(sacarosa) como por la menor selección de ingredientes (clasificación) en
los corrales y el mejor sincronismo ruminal carbohidratos-nitrógeno, que
en conjunto aumentan la ingesta de materia seca por el bienestar
digestivo.
En definitiva este proyecto se justifica ya que al manejar estos
conceptos se permitirá mejorar la rentabilidad de las explotaciones de
doble propósito o lecheras. Los alimentos líquidos compuestos forman
parte de este nuevo enfoque nutricional y se posicionan como una
herramienta de trabajo para elaborar raciones más equilibradas. Por
ejemplo se podría incluso pensar en el desarrollo de plantas de mezclas
de este tipo de productos para facilitar a los profesionales de la nutrición
diseñar productos que mejoren finalmente la rentabilidad.
Delimitación y alcance de la investigación
Este ensayo se establecerá en el Fundo Agropecuario Los Mangos,
ubicado en el municipio Colon, estado Zulia. Su finalidad será
implementar una suplementación a base de una dieta líquida energética
sobre parámetros en vacas en último tercio de la gestación, durante el
período académico BR- del 2017.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la investigación
Según Hernández, Fernández y Baptista (2006), definen el marco
teórico como “el compendio de una serie de elementos conceptuales que
sirven de base a la indagación por realizar”. (p.40). Esto quiere decir que
ayuda a precisar los elementos conceptuales en la descripción del
problema y que nos sirven al momento de realizar la investigación.
Así mismo Tamayo y Tamayo (2006) dice que el marco teórico “tiene
como propósito dar a la investigación un sistema coordinado y coherente
de conceptos y proporciones que permiten abordar el problema”. (p.56).
Se trata de dar a la investigación un ámbito donde este cobre sentido y
coherencia, incorporando los conocimientos previos relativos al mismo
ordenándolos de modo tal que resulten útil para la investigación.
Antecedentes
Todo hecho anterior a la formulación del problema, que sirva para
aclarar, juzgar e interpretar el problema planteado, constituye los
antecedentes de la investigación. Arias (2006) define los antecedentes
como “investigaciones realizadas anteriormente que guardan alguna
vinculación con problema en estudio”. (p.39). Esto se refieren a los
estudios previos que tienen un parentesco con el tema, es decir con las
investigaciones realizadas anteriormente y que sirve como guía para la
realización del mismo. Tamayo y Tamayo (2006), señalan que los
antecedentes “tratan de hacer una síntesis conceptual de las
investigaciones, con el fin de determinar el enfoque metodológico de la
misma”. (p.54).
Los antecedentes ayudan a fundamentar la investigación, con
respecto a otras investigaciones pasadas que tengan similitud o igualdad
con el tema. Por tal motivo, para la realización del presente trabajo se
tomaron como antecedentes de la investigación un total de dos (2)
estudios anteriormente realizados que guardan relación con el tema a
tratar, en virtud que no se encontraron otras publicaciones referidas al
tema en vacas en producción entre ellos se tienen:
Espinoza, Díaz, Folache y Palma (2009) presentaron una
investigación titulada: Respuesta productiva de vacas doble propósito
pastoreando soca de sorgo (Sorghum bicolor) y suplementadas con dieta
líquida a base de cují (Acacia macracantha) y urea-fosfato, cuyo objetivo
fue evaluar el efecto de la suplementación de una dieta líquida con
melaza-cují-urea-fosfato en vacas mestizas de doble propósito
pastoreando soca de sorgo y su incidencia sobre la producción de leche y
ganancia de peso durante el período seco, se utilizó un diseño de campo.
La muestra fue de 32 vacas mestizas Bos taurus x Bos indicus con
un peso inicial promedio de 422,5 ± 30,4 kg, las cuales pastorearon en un
potrero de 80 ha con soca de sorgo (PSS). El diseño fue completamente
al azar donde cada animal representó una réplica. Se establecieron dos
tratamientos, T1: PSS y T2: PSS suplementado con una dieta líquida, la
cual estuvo conformada por melaza, hojas de cují, urea-fosfato y agua al
70, 15, 6 y 9%, respectivamente.
Las variables medidas fueron producción de leche (PL), ganancia de
peso (GDP), oferta de materia seca (MS) y composición química de la
soca y el suplemento. La oferta inicial fue 3.044 kg MS/ha y al final del
experimento la disponibilidad fue 1.702 kg MS/ha, lo que representó 44%
de utilización de la soca (P<0,01).
Los resultados mostraron que se encontraron diferencias altamente
significativas (P<0,01) entre transectas y fecha de cosecha con una
producción promedio de materia seca para la soca de sorgo de 3.044 y
1.702 kg MS/ha/corte para el inicio y final del experimento,
respectivamente, lo cual se tradujo en una utilización del 44% para los 60
días de experimento e indican una elevada disponibilidad de materia seca
durante la fase experimental, donde la intensidad de pastoreo osciló entre
11 y 22 kg MS/100 kg PV, infiriéndose que la carga animal utilizada fue un
factor decisivo, tanto en el uso de la soca como en las respuestas
productivas de los animales. Se obtuvo diferencia altamente significativa
(P<0,01) para la producción de leche a favor de los animales que fueron
suplementados, superando en 0,7 L/animal/d al tratamiento testigo.
Los autores concluyen que la suplementación con dieta líquida a
base de Acacia macracantha, melaza y urea-fosfato, permitió una mayor
producción de leche (6,4 vs. 5,7 L/vaca/d) y ganancia de peso (0,99 vs.
0,66 kg/vaca/d).
Este antecedente tiene concordancia con la propuesta de
investigación ya que los investigadores evaluaron una dieta líquida sobre
variables que se pretenden de igual manera evaluar en esta investigación.
Además los resultados de esta podrán utilizarse como valor de referencia
para esta.
Castillo y col., (2009) en su trabajo denominado Complementos con
base en melaza-urea para vacas de doble propósito del trópico
veracruzano. El objetivo de esta investigación fue determinar qué tipo de
suplementos con base en melaza y urea es el más apropiado para vacas
de doble-propósito, cuando los suplementos se dan ad libitum durante el
tiempo de ordeno, en el trópico húmedo del estado de Veracruz.
Los experimentos fueron realizados en la Unidad de Doble Propósito
del CEIEGT (20° 04' latitud N, 97° 03' longitud O y 105 msnm), localizada
en el estado de Veracruz, México. El clima es cálido-húmedo con lluvias
todo el año. Se usaron 48 vacas de cruzas de Holstein x Cebú (Hx C); se
asignaron 12 (nueve 1/2 Hx 1/2 C y tres 3/4 Hx 1/4 C), 20 (3/4 Hx 1/4 C) y
16 vacas (cuatro 1/2 Hx 1/2 C, ocho 3/4 H X 1/4 C y cuatro 5/8 H x 3/8 C),
para el primero, segundo y tercer experimentos, respectivamente. La
ganancia diaria promedio (GDP, kg/vaca/ día) se calculó a partir de los
registros de PV. Los complementos se ofrecieron sólo durante el tiempo
de ordeño. El consumo de complemento se obtuvo, para todo el grupo,
mediante la diferencia entre la cantidad ofrecida y la que dejaron en el
comedero, pero se expresa de manera individual (kg de materia seca
[MS]/vaca/ día).
El Experimento 1: Efecto del nivel de melaza tuvo lugar durante la
época crítica de bajo crecimiento forrajero y estuvo dividido en tres
periodos experimentales de 21 días cada uno. Los primeros 14 días se
consideraron como de adaptación a los tratamientos, y los últimos siete
fueron el periodo de medición para la producción de leche por vaca.
Los tratamientos consistieron en cuatro niveles de melaza (0, 2,4 y 6
kg/vaca/ día) administrada en partes iguales en cada ordeño. El consumo
de melaza (CDM, kg/vaca/día) se midió diariamente durante todo el
periodo experimental. El diseño experimental fue un cuadrado latino
incompleto 4 x 3 permutable, reversible. En el Experimento 2:
Concentrado "casero" versus melaza-urea el ensayo se realizó durante la
época crítica de bajo crecimiento forrajero, y se dividió en tres periodos
experimentales de 38 días cada uno.
Los primeros 31 días se consideraron de adaptación a los
tratamientos, y los últimos siete, de medición para producción/litros /vaca
(PLV) y producción total de leche (PTL). Los tratamientos fueron: T1,
melaza-3% urea (MU3, 11.17 MJ/kg MS y 12.2% PC), y T2, concentrado
"casero" (CON, 11.63 MJ/kg MS y 13% PC). Para obtener la MU3, se
disolvieron 3 kg de urea en 7l de agua y luego se mezclaron con 90 kg de
melaza. El CON fue una mezcla de 45% de pulpa de cítrico deshidratada,
19% de grano molido de sorgo, 35% de pollinaza y 1% de mezcla mineral.
Las vacas recibieron las secuencias de tratamientos: Tl-T2-T1 y T2-TI-T2,
respectivamente.
El diseño experimental fue permutable y reversible para dos
tratamientos, con un periodo extra para eliminar el efecto residual del
tratamiento previo y considerar también la variación entre vacas en nivel
productivo y estado de lactancia. Diez vacas fueron asignadas
aleatoriamente a la secuencia de tratamientos T1, T2 y T1, para el
primero, segundo y terceros periodos experimentales, respectivamente;
las diez vacas restantes recibieron la secuencia T2, T1 y T2.
En el experimento 3: Inclusión de harina de sangre en la melaza-
urea Este experimento duro 120 días. Ocho vacas fueron asignadas
aleatoriamente a cada uno de los siguientes tratamientos de
complementación: TA, 3.4 kg/vaca/día de melaza-2% urea más 0.4 kg de
harina de sangre, y TB, 3.95 kg/vaca/día de melaza-4% urea (MU4).
Ambos complementos aportaron 0.455 kg PC/vaca/día, pero en el
primero, 0.195 fue nitrógeno no proteínico (NNP) de la MU2 y 0.260 kg
fue de la fuente de PSP; en tanto que en el segundo, toda la proteína fue
NNP de la MU4.
Los resultados indicaron que en el primer experimento, la producción
diaria de leche disminuyó al aumentar el nivel de melaza ofrecido, lo cual
resultó de una disminución en la digestibilidad de la dieta causado por el
alto consumo de melaza en tiempos cortos. En el segundo experimento
se observó que, para producir leche y mejorar la ganancia de peso, la
melaza -urea al 3% resultó más económica que un concentrado "casero".
El tercer estudio indicó que la inclusión de harina de sangre en la mezcla
melaza-urea mejoró significativamente la producción de leche por vaca,
así como la condición corporal y la ganancia de peso de los animales. Se
concluye que la mejor forma de aumentar la producción diaria de leche de
las vacas de doble propósito es mediante la complementación con una
mezcla de melaza, urea y harina de sangre.
Evidentemente este trabajo es complementario para llevar a efecto
esta investigación, porque además que sus resultados servirán de base
referencial a este también la metodología utilizada por estos
investigadores brindara un apoyo importante para la consecución de este
proyecto.
Bases teóricas
Es importante acotar, que la fundamentación teórica, determina la
perspectiva de análisis, la visión del problema que se asume en la
investigación y de igual manera muestra la voluntad del investigador, de
analizar la realidad objeto de estudio de acuerdo a una explicación
pautada por los conceptos, categorías y el sistema preposicional,
atendiendo a un determinado paradigma teórico (Balestrini, 2007, p. 91).
En el marco teórico o referencial de la investigación, se debe
incorporar los elementos centrales de orden teórico que orientarán el
estudio, deben estar relacionados con el tema de investigación y el
problema.
Para Ramírez (2006) el marco referencial teórico es el espacio del
informe o del proyecto de investigación destinado a ilustrar al lector sobre:
Las investigaciones ya realizadas sobre la problemática estudiada, el
contexto histórico en el cual se enmarca el problema, los parámetros
teóricos desde los cuales se comprende el problema de investigación en
sus múltiples facetas y dimensiones y las hipótesis (si son planteadas) y
las variables a estudiar.
Este marco aborda características del tema o problema en el
estudio, y estas características (cualidades o condiciones), constituyen las
variables, que no son más que las diferentes proposiciones, diversos
conocimientos que permitirán estudiar el problema u objeto de estudio.
Según Bavaresco (2006) el marco teórico referencial, brinda a la
investigación un sistema coordinado y coherente de conceptos y
proposiciones que permiten abordar el problema dentro de un ámbito
dónde éste cobre sentido.
Alimentación de los bovinos en el trópico
La alimentación de los bovinos en el trópico depende casi
exclusivamente de pastos, y estos muestran una irregular oferta durante
cierta época del año. En la época de lluvias pueden resultar satisfactorios
para una producción de carne de 500 a 750 g/d y de leche hasta 10 l/d,
sin embargo, durante la estación seca su calidad y cantidad se ve
seriamente comprometida, constituyendo un material altamente fibroso y
pobre en nitrógeno, de tal forma que los animales en crecimiento pierden
peso y las vacas lactantes reducen su producción a valores inferiores a 5
l/d (Minson 1990 y Shirley 1986).
Para poder desarrollar adecuadamente estos sistemas, se precisa
establecer un orden de prioridades en base a las limitaciones existentes,
especialmente cuando la oferta forrajera es de muy pobre calidad,
destacándose la necesidad de una adecuada suplementación para una
función ruminal en equilibrio armónico para la degradación de los
alimentos fibrosos y la aportación de nutrientes y energía para el animal
(Preston y Leng 1990).
En consecuencia, se debe imponer la búsqueda de alternativas de
alimentación que no compitan con los humanos, que sea
económicamente factible, y que no compliquen el sistema de manejo en
las explotaciones, ni signifique riesgos para los animales (Araujo y col.,
1994).
Situación del rebaño de doble Propósito nacional
La situación actual del problema de la baja eficiencia reproductiva de
los bovinos en América tropical puede resumirse de la siguiente manera:
1) La primera ovulación en novillas ocurre, aproximadamente, a los 30
meses y las hembras paren por primera vez a los 3 años (Galina y Arthur,
1989; González, 1988), y a los 4 y 5 años, bajo condiciones de sabanas
(Herrera y col., 1997). En cualquier caso esto implica la pérdida de un año
productivo cuando se compara con el comportamiento reproductivo
eficiente, 2) La vaca necesita, entre 4 y 5 meses, para reiniciar la
actividad ovárica y, generalmente, queda gestante entre 5 a 7 meses
posparto, con intervalos entre partos de 15 a 16 meses (Galina y Arthur,
1989), y hasta 20 meses (Herrera y col., 1997) lo que resulta entre 3 y 8
meses más del intervalo recomendado. Como consecuencia de esto la
vaca ha perdido al menos un año de su vida reproductiva cuando llega a
la pubertad y entre 3 a 7 meses entre partos, reduciendo el número de
partos y becerros en su vida productiva y reproductiva (Domínguez,
1994).
Finalmente es necesario indicar que el problema más grave se
presenta en los animales de un parto. Galina y Arthur (1989) indicaron
que la raza del animal, la condición corporal de la vaca y tiempo del año al
momento del parto, conjuntamente con el estímulo del mamado, son los
factores más importantes que prolongan el intervalo entre parto y
concepción. En un estudio de 10 años evaluando la nutrición preparto se
concluyó que la condición corporal al momento del parto es el factor que
determina la capacidad reproductiva de la vaca durante el período
postparto (Selk y col., 1988). El procedimiento más efectivo para reducir
los intervalos postparto es asegurar el establecimiento de un programa de
suplementación que sea capaz de garantizar una buena condición
corporal al momento del parto.
La alimentación base
En Venezuela es ampliamente conocido que la principal deficiencia
energética, proteica y mineral que sufren los bovinos a pastoreo es debido
a la inadecuada oferta nutritiva de las pasturas. Por otro lado, bajo
condiciones prácticas es muy difícil saber si las vacas en las pasturas
están recibiendo una adecuada oferta de nutrientes. Por ello, un análisis
del forraje proveniente de un buen laboratorio indicará la cantidad de
nutrientes que reciben los animales. (Garmendia, 2002).
Desde un punto de vista práctico los productores deben comparar el
aporte de nutrientes de los forrajes con las necesidades nutricionales de
las vacas. Si hay vacas secas, donde los requerimientos son pobres, un
aporte de cualquier forraje podría cubrir las necesidades. Sin embargo, si
se tiene una hembra lactando es obligatorio mejorar el forraje ofrecido y
suplementar con energía, proteína o ambos. Así como es necesario
indicar que no es bueno ofrecerles a las vacas lo que no necesitan, es
imperativo completar sus requerimientos nutricionales o lo que necesitan
para producir leche y reproducirse. Los sistemas de producción de leche y
carne bovina en Venezuela usan los forrajes como fuente primaria de
nutrientes para mantener y hacer producir los animales. (Garmendia,
2001).
En algunas regiones el suelo es fértil o se practica la fertilización, por
lo que el forraje aporta, en la mayoría de los casos, suficientes nutrientes
para mantener una producción bovina eficiente. Sin embargo, en el
ambiente tropical existen limitaciones climáticas y edáficas que imponen
severas restricciones a la planta. Esto determina, en la gran mayoría de
los casos, un pobre suministro de biomasa forrajera asociado a un escaso
suministro de nutrientes lo que produce una baja respuesta animal y como
consecuencia, la presencia de sistemas productivos y reproductivos
deficientes. Así, se ha comprobado que los bovinos de las regiones
tropicales producen muy por debajo de su máximo potencial. Por otro
lado, en las ganaderías de carne y doble propósito las ganancias de peso
anuales son sumamente bajas, la tasa de concepción en vacas de primer
parto no es mayor a 20 %, el porcentaje de abortos puede llegar a ser
superior a 10 % mientras que la edad y peso al primer servicio y parto
están muy por debajo de valores considerados eficientes para mantener
una ganadería productiva (Garmendia, 2001).
La calidad del forraje y el estado productivo y CC de la vaca nos
indican la necesidad de suplementar los animales. Lamentablemente es
mucho más fácil comprar concentrados que producir un buen pasto. Los
rumiantes tienen la gran capacidad de transformar el pasto en carne y
leche. El productor debe entender que cuando se mejora la calidad del
pasto se requiere menos concentrado para producir. Si el rumen lo
llenamos con proteína, calcio, fósforo y energía del pasto, ese animal
producirá a expensas del forraje y menos del concentrado (Garmendia,
2002).
Suplementación de vacas a pastoreo
La suplementación de vacas a pastoreo permite compensar los
desbalances nutricionales del pastizal y aumentar el consumo de
nutrientes, fundamentalmente de energía. Los beneficios pueden ser
diversos según sea el caso: aumento de la producción de leche, mejora
de la condición corporal, de la fertilidad y de la salud de las vacas, e
incremento de la carga animal por hectárea (Parga, y col., 2015).
Efecto de sustitución
Parga, y col., (2015). El aporte de un suplemento a vacas en
pastoreo reduce parcialmente el consumo de pastizal, fenómeno conocido
como efecto de sustitución. La tasa de sustitución indica en kg de materia
seca, cuánto disminuye el consumo de pastizal por cada kg de
suplemento ingerido. Mientras menor sea la sustitución de pastizal, mayor
será el consumo adicional de materia seca y de energía por kg de
suplemento. Por lo tanto, la respuesta en producción de leche a la
suplementación aumentará. La tasa de sustitución y la respuesta a la
suplementación dependen principalmente de la interacción entre tres
factores:
• La disponibilidad y la calidad del pastizal,
• El tipo y cantidad de suplemento utilizado, y
• El nivel productivo de las vacas.
Suplementación
Garmendia, (2002). Las restricciones a que están sometidos los
rumiantes, bajo condiciones de pastoreo durante la mayor parte del año,
son generalmente obvias y es posible identificar claramente los principios
que deben considerarse en la aplicación de programas de
suplementación. Entre las principales limitaciones se encuentran:
- Insuficiencia de nitrógeno fermentescible para promover una
eficiente fermentación ruminal.
- Baja tasa de salida de la digesta del rumen, creando distensión del
órgano limitando el consumo de alimentos.
- Deficiencia general de proteínas y energía, debido al bajo
consumo.
- Deficiencias minerales que afectan a los microorganismos del
rumen y al propio animal.
Muchos de estos factores están interrelacionados. Así, por ejemplo,
un bajo nivel de nitrógeno fermentescible disminuye la digestibilidad del
forraje al mismo tiempo que resulta en una baja relación aminoácidos:
energía en los productos absorbidos. Consecuentemente, el suministro de
nitrógeno, al corregir los efectos negativos indicados, aumenta la
eficiencia de la fermentación ruminal, lo que conduce a un aumento del
consumo del forraje disponible, reduciendo el déficit energético. Para que
un programa de suplementación sea considerada estratégica debe
responder, al menos, las siguientes preguntas:
1. Que animales se deben suplementar
2. Cuando se debe suplementar
3. Que suplemento se debe utilizar
4. Como administrar el suplemento
Como se ha demostrado los forrajes no están en capacidad de
suministrar los nutrientes para lograr satisfactorios índices productivos y
reproductivos. El primer suplemento disponible debe ser utilizado en los
animales con fuertes demandas nutricionales y, por lo tanto, más
sensibles a una deficiencia nutricional. Sin embargo, una gestión
empresarial de inversión en suplementos debe considerar el alto valor de
un rebaño bovino y, para ser exitosa, se tendría que aplicar a todos los
animales.
Debido a que los insumos para suplementación, en su mayoría, son
costosos entonces se justificarían para los animales de mayores
requerimientos nutricionales.
La suplementación se recomienda en las siguientes circunstancias:
1. Cuando la oferta forrajera es baja, de 3 a 6 TMS /año (Mata y Herrera,
1994).
2. Cuando existen limitaciones energéticas durante los periodos preparto
y posparto, dado que la restricción alimenticia antes del parto afecta la
condición corporal del animal y en el posparto influencia la secreción de
hormonas esenciales para el reinicio de la actividad cíclica reproductiva
(Garmendia, 1995).
3. Cuando se tiene un bajo aporte de proteína en la dieta, esencial para
una adecuada tasa de preñez en vacas y novillas (Randel, 1990).
4. Cuando se tienen animales que no han culminado su crecimiento y en
animales gestantes para garantizar la viabilidad del becerro y el reinicio
de los ciclos reproductivos posparto (Preston, 1995).
5. Cuando se tienen vacas lactantes que pierden rápidamente peso y
condición corporal y se encuentran en una época critica de limitación de
forrajes (verano) (Garmendia y col., 1991), y
6. Cuando en la dieta el contenido de fósforo es menor a 0,20 %, ya que
se afecta el consumo voluntario y la fermentación ruminal de la materia
seca, causando desbalances en la producción de gases ruminales y de
proteína microbiana, afectando la reproducción (Garmendia y col., 1991;
Chicco y Godoy, 1996).
Lo ideal sería que el suplemento alcance éstos efectos cuando se
incorpore a un nivel igual o menor al 20 % del consumo total, ya que por
encima de éstos valores, la práctica de la suplementación se convierte en
un proceso de sustitución del forraje (Garmendia, 2002).
Debido a que la principal restricción nutricional de los bovinos a
pastoreo, durante la mayor parte del año, es la baja disponibilidad de
nitrógeno, la suplementación estratégica debe dirigirse,
fundamentalmente, hacia el uso apropiado de suplementos nitrogenados,
en conocimiento de los factores que condicionan la eficiencia de su uso.
Necesidades fisiológicas nutricionales de la vaca alrededor del
parto
La vaca gestante
El período alrededor del parto es muy dinámico y relacionado con
cambios endocrinos y metabólicos que ocurren en la vaca, en el feto en
desarrollo, durante el parto, la lactación y en el restablecimiento de la
función reproductiva posparto. Por otro lado, el número de días requeridos
para concebir después del parto es uno de los mejores criterios utilizados
para evaluar la habilidad reproductiva de las vacas bajo condiciones de
explotación de carne y leche. Además, el efecto de la gestación previa, el
parto y el efecto del amamantamiento sobre el sistema neuroendocrino
retardan frecuentemente el reinicio de la actividad ovárica posparto
(Garmendia, 1995).
Las prioridades de nutrientes de las hembras de cría bovina son, en
orden de importancia, las siguientes: 1) mantenerse viva; 2) producir
leche; 3) seguir creciendo (vacas jóvenes) y reproducirse. Por ello, la
característica reproductiva más afectada es la tasa de concepción debido
a que todos los requerimientos fisiológicos deben ser cubiertos para que
la vaca inicie sus ciclos estrales. Muchas investigaciones han señalado
que las vacas gestantes que ganan peso preparto tienen mejor
comportamiento reproductivo ya que están en un balance energético
positivo. Por lo tanto todo productor que desee mejorar el comportamiento
reproductivo postparto debe monitorear los pesos alrededor del parto. Por
el contrario si hay pérdidas de peso y condición deben, entonces,
establecerse estrategias alimenticias para evitar dichas pérdidas. Es
necesario indicar que es mucho más fácil y económico engordar una vaca
o novilla antes del parto que después del mismo (Garmendia, 2001).
Condición corporal preparto
Es fundamental hacer una evaluación de la condición de la vaca
cuando llega al séptimo mes de gestación. Si el objetivo es lograr que la
hembra al parto no tenga, al menos una costilla visible, es necesario
decidir cómo alimentar a ese animal. La preñez de una novilla de primer
parto es mucho más difícil que en una vaca adulta ya que ella debe
producir leche y continuar creciendo. De tal manera que es indispensable
tratar de cubrir sus requerimientos nutricionales durante los periodos
preparto, posparto y de lactación para garantizar un adecuado
comportamiento reproductivo y productivo (Garmendia, 2001).
Balance energético negativo
El balance energético es el resultado de la diferencia entre las
necesidades del animal y los aportes alimentarios. Durante las 2-4 últimas
semanas de gestación se produce un aumento sustancial de las
necesidades energéticas debido al desarrollo fetal y a las necesidades de
síntesis de calostro. Esta situación se acompaña de una disminución en la
ingestión de materia seca (fundamentalmente en la última semana de
gestación). Estas dos circunstancias son, con frecuencia, responsables
del desarrollo de un balance energético negativo que inicia unas semanas
antes del parto. El ganado vacuno tiene la capacidad de compensar los
déficit alimentarios de energía a través de la movilización de grasa
corporal. Sin embargo, un exceso de movilización de grasa conduce a
problemas patológicos y reproductivos (Espinoza y col., 2009).
Necesidades de proteínas
Las necesidades de proteína para la gestación son relativamente
poco importantes hasta los dos últimos meses, cuando las necesidades
crecen de forma exponencial. Este aumento de las necesidades de
proteína tiene su origen en el crecimiento del feto y, en las semanas
previas al parto, en la síntesis de calostro. Este aumento en las
necesidades proteicas se agrava por la disminución de la ingestión de
alimentos en las semanas previas al parto. (Garmendia, 2002).
Los efectos del balance proteico negativo se muestran en el
postparto, ya que el déficit generado durante el preparto se suple con la
movilización de reservas corporales. Sin embargo, la capacidad de
movilizar proteína es mucho más limitada que la disponibilidad de
energía, y pueden agotarse antes o al inicio de la lactación. Una vez
agotadas las reservas, la falta de proteína limita la producción de leche y
la síntesis de inmunoglobulinas, por lo que la competencia inmunitaria se
ve comprometida. El resultado es una mayor predisposición a la aparición
de patologías postparto (retenciones placentarias) y producciones
limitadas. El déficit en el aporte de proteína durante el preparto puede
solucionarse de dos formas:
Formulación de la ración adecuadamente para evitar el déficit.
En este sentido debe considerarse el contenido en proteína, su
degradabilidad y su calidad aminoacídica. En consecuencia, es necesario
ha defendido la necesidad de incrementar los niveles de proteína de la
ración preparto hasta un 15 - 16% Grummer, (1995). Se ha demostrado
que alimentando a los animales por encima de las necesidades
establecidas por el NRC durante las últimas 3 semanas preparto
disminuyeron las retenciones placentarias y la incidencia de cetosis (Hook
y col., 1989).
La necesidad de que dicha proteína sea de baja degradabilidad
ruminal es aun motivo de debate. Sin embargo, se va acumulando
evidencia de que la formulación de raciones con un 50-55% de la proteína
en forma de proteína protegida mejora la producción a principio de
lactación. Sin embargo, es necesario considerar si es posible conseguir
estos aportes adicionales de proteína mediante el estímulo de la síntesis
de proteína microbiana o es necesario el aporte de proteína de baja
degradabilidad ruminal.
Moderar o evitar la disminución de la ingestión de materia seca que
ocurre durante los días previos al parto. El balance de nutrientes negativo
generado por la disminución de la ingestión de alimentos contribuye a
disminuir la capacidad de reacción del sistema inmunitario. Además, el
estrés por calor suele reducir aún más la ingestión de alimentos y agravar
la situación. La disminución de la ingestión de materia seca genera déficit
de energía, proteína, vitaminas y minerales que resultan en
inmunosupresión e incidencia elevada de patologías metabólicas. En
consecuencia, es necesario ajustar la ración para reducir al máximo los
factores nutritivos que pueden suponer un estrés adicional a los muchos
causados por el parto.
El agotamiento del sistema inmunitario en el postparto ocurre porque
los procesos metabólicos normales del organismo producen radicales
libres tóxicos que son neutralizados por el sistema inmunitario. La
producción excesiva de estos radicales causa el denominado “estrés
oxidativo”. Inmediatamente después del parto, el sistema inmunitario debe
reconocer la placenta como un tejido extraño al organismo e iniciar su
reabsorción. La involución uterina, que en tres semanas debe haber
recuperado su tamaño normal, genera una gran cantidad de radicales
tóxicos que consumen la mayor parte de los agentes antioxidantes
(principalmente selenio y vitamina E) del sistema inmunitario.
Este déficit es parcialmente responsable del incremento de las
patologías periparto (retenciones placentarias, metritis, mastitis) y pone de
manifiesto la intrínseca relación entre los factores nutricionales y la
inmunocompetencia (Mallard y col., 1998).
Nivel productivo de las vacas y suplementación
En la medida que el nivel de producción de las vacas se incrementa
o que éstas se encuentran en la primera etapa de la lactancia, mayor es
la respuesta en producción de leche a la suplementación. Esto se explica
porque aumenta la diferencia entre los requerimientos de energía de los
animales y su capacidad de consumo en pastoreo, y por lo tanto la
sustitución de pastizal disminuye. Además, las vacas de mayor
producción o que se encuentran en los estados iniciales de lactancia,
destinan una mayor proporción de la energía ingerida a la producción de
leche. Por lo tanto, junto con requerir un mayor aporte de energía, estos
animales son más eficientes para transferirla a la síntesis de leche
(Selk, 2000).
La suplementación de vacas a pastoreo es una herramienta
poderosa que permite explotar conjuntamente el potencial productivo del
pastizal y de las vacas, de manera de optimizar la producción de leche
por hectárea.
La suplementación de vacas lecheras es una técnica ampliamente
utilizada en nuestras condiciones comerciales de producción. Puede
generalizarse que las vacas lecheras cubren entre un 15 - 30 % de su
dieta con suplementos concentrados y ello significa entre 0,15 y 0,30 kg
de alimentos concentrados por litro de leche producido. Por tanto, el costo
de dicha tecnología pasa a ser importante, significando entre un 10-20%
del ingreso obtenido por la producción de leche, con los precios actuales.
Por otra parte, la necesidad actual de intensificar los sistemas de
producción y las condiciones económico-financieras de la mayoría de las
empresas lecheras del país obliga a continuos análisis de la viabilidad de
las diferentes tecnologías disponibles, a utilizar en los sistemas
productivos.
Objetivos de la suplementación
Es primordial tener claramente definido el objetivo para el cual se
suplementa a los animales pues la situación productiva de Venezuela
país, en el cual el principal alimento de los animales son las pasturas.
Este aspecto es importante tenerlo en cuenta pues define la respuesta
física y económica a la suplementación.
Conocido es que en el período de lactancia temprana (hasta los 3
meses posparto) las vacas se enfrentan a una situación muy particular.
En dicho período la capacidad de consumo de alimentos está disminuida
y a su vez la capacidad de producción de leche está expresada en su
mayor nivel. Ello genera en los animales un período de déficit nutricional
que provoca importantes pérdidas de peso teniendo ello fuertes
consecuencias sobre el comportamiento reproductivo de los animales. Es
evidente la necesidad de concentrar la dieta a ser suministrada a las
vacas (Bartaburu, 2015).
Por otro lado, en dicho período de lactancia se define el pico de
producción y por ende el nivel de producción de la lactancia completa.
Tradicionalmente, se asume que la obtención de un litro adicional en el
pico de producción permite obtener 200 litros más en toda la lactancia.
Cuando se propone la obtención de muy altos niveles de producción de
leche, el balance de dieta utilizando la suplementación juega un rol
importante. De lo anterior, resulta claro que si nuestro objetivo es
potenciar la lactancia de los animales y evitar excesivas pérdidas de peso,
la suplementación concentrada en dicho período es una herramienta
imprescindible (Bartaburu, 2015).
El objetivo principal de la suplementación es aumentar el consumo
total de MS y el consumo de energía respecto de aquellos que se pueden
alcanzar con sólo pastoreo (Bargo, y col., 2002 a; Bargo y col., 2003).
Los objetivos específicos buscados en base suplementación son
principalmente:
- Aumentar la producción de leche por vaca.
- Aumentar la carga y la producción de leche por unidad de
superficie.
- Mejorar el uso de las praderas a través de mayores cargas.
- Aumentar el largo de las lactancias en épocas de producción de
MS limitada.
- Aumentar el contenido de proteína en la leche a través de la
suplementación energética (Bargo y col., 2003).
Los suplementos por lo general son más costosos que los pastos en
sí y se utilizan principalmente durante los períodos de déficit de ésta. En
el pasado los más utilizados eran los provenientes del potrero conservada
(heno y ensilaje) y cultivos. Hoy en día, sin embargo, el ensilaje de maíz,
la melaza son usado extensamente y también subproductos de las
industrias procesadoras de alimentos en general (Holmes y col., 2002).
Suplementación con raciones totales mezcladas (RTM)
La RTM fue diseñada originalmente, para la época del año en la cual
el pastoreo es difícil de efectuar (Bargo y col., 2002 b). La suplementación
con RTM en sistemas de producción de leche basados en pastos, pueden
mejorar el comportamiento productivo de los animales por medio de
cambios en la digestión ruminal y fermentación de los alimentos. Este
sistema es llamado RTM parcial (RTMp) debido a que el pastoreo
efectuado por las vacas no es parte constituyente de la RTM (Bargo y
col., 2002 a). La utilización de RTMp da como resultado una mejora en el
comportamiento productivo de los animales, debido a los aumentos en el
consumo total de MS y producción láctea con incremento en los
contenidos de grasa y proteína. Además, se manifiestan efectos positivos
a nivel ruminal como la mantención de un pH más estable y una reducción
en la concentración del nitrógeno amoniacal debido a la incorporación en
la dieta de recursos forrajeros ricos en fibra efectiva y bajos en proteína
cruda (PC), comparados con los pastos. Sin embargo, con RTMp pueden
aparecer efectos asociativos a nivel ruminal, como una reducción en la
digestión de la fibra detergente neutro (FDN) de la pradera (Bargo y col.,
2002 a). El principal nutriente limitante en vacas alimentadas bajo
condiciones de pastoreo es la energía.
Esto queda de manifiesto en los resultados obtenidos por Bargo y
col. (2002 a y b) quienes al comparar vacas con alto mérito genético, a las
que se les proporcionaba sólo pradera de alta calidad respecto a otras
que consumían una RTM, reportaron producciones lácteas de 29,6 y 44,1
kg/d, respectivamente. La diferencia entre ambos grupos fue asociada a
un bajo consumo de MS (19,0 vs. 23,4 kg/d) y energía observado en el
primero. Por otra parte, la suplementación con concentrado a vacas
mantenidas en pastoreo aumenta el consumo de MS total y la producción,
en relación a vacas mantenidas a sólo pastoreo. Ambos sistemas, de
igual manera, producen menos que cuando se alimenta a los animales
exclusivamente con RTM.
Ingredientes a utilizar en la dieta líquida
Agua: El agua forma parte de la alimentación de los animales. En
Argentina, donde la producción de carne y leche bovina depende
principalmente del pastoreo a campo, el recurso agua debería ser
conocido y cuantificado en cada región ya que el agua de mala calidad
puede afectar la performance del animal y constituirse en un factor
limitante de la producción. El agua químicamente pura es la combinación
del hidrógeno con el oxígeno. Al estado natural, es clara, sin color, ni olor.
El agua forma parte de la alimentación de los animales, y después del
oxígeno, es el componente más importante e indispensable para la vida
sobre la tierra.
El agua constituye el mayor peso de animales y vegetales. La falta
de agua puede producir la muerte rápidamente, más que la falta de
cualquier otro elemento. En su forma líquida o sólida, cubre más del 70%
del planeta. El 69% del total del agua mundial se usa para agricultura, el
23% para la industria y el 8% para las necesidades domésticas. Los
animales utilizan el agua para su nutrición y crecimiento, y la obtienen de
tres fuentes: la contenida en el alimento, la que se produce durante el
proceso de asimilación de los mismos, y el agua de bebida (Lagger,
2000).
Desde el punto de vista físico, el agua actúa en el animal como un
amortiguador entre su propia temperatura y el medio ambiente. Desde el
punto de vista nutricional, se comporta como un solvente universal. El
agua favorece el ablandamiento y fermentación de los alimentos,
permitiendo su asimilación y la excreción de orina y heces. El agua, si
posee la salinidad adecuada, puede hacer una buena contribución al
consumo de minerales por parte del animal, alcanzando valores en
bovinos del orden del 20% para el calcio (Ca), 11% para el magnesio
(Mg), 35% para el sodio (Na), 28% para el azufre (S). El agua es el
principal constituyente celular, formando parte de más de la mitad del
peso del animal. Así, por ejemplo, el 54.6 ± 1.8% del peso corporal de una
oveja es agua y una vaca contiene 55-60% de agua (Lagger, 2000).
Las fuentes de agua para el ganado son los arroyos, lagos, ríos,
charcos, lagunas, manantiales, pozos, siendo la de mayor importancia el
agua subterránea. En general, los requerimientos de agua por unidad de
peso corporal disminuyen con la edad. Un bovino adulto consume entre
un 8-10% de su peso en agua. Una vaca lechera puede consumir entre 38
y 110 litros de agua por día (l/d). Las hembras preñadas consumen más
agua que las vacías, y las lactantes más que las secas. Las vacas
lecheras, son las que más agua consumen de todos los bovinos, en
proporción a su tamaño corporal, debido a que tienen grandes
requerimientos de agua para poder mantener su producción láctea, ya
que entre el 85 y el 87% de la leche, es agua (Lagger, 2000).

Hay diversos factores que influyen sobre la cantidad de agua


requerida por los animales, tales como: raza, edad, estado fisiológico,
temperatura y humedad ambiente, velocidad del viento, contenido de
proteínas e hidratos de carbono de la dieta, ingestión de sales, etc. Los
factores que más modifican el consumo de agua son la temperatura
ambiente y el tipo de alimento. La temperatura ambiente elevada,
aumenta los requerimientos de agua en los animales. El aumento puede
ser entre un 30 y un 60% en meses calurosos. Así, un animal para carne
(450 Kg), puede consumir 28, 41 o 66 litros de agua según que la
temperatura ambiente sea 4, 21 o 32º C, respectivamente. Durante la
privación de agua hay pérdida de peso debido a la pérdida de agua desde
los tejidos y desde el intestino, el cual actúa como reservorio de agua que
mantiene al organismo hidratado. Una provisión inadecuada de agua,
puede resultar en una disminución de la producción láctea más rápida y
drásticamente que cualquier otra deficiencia nutricional. (Lagger, 2000).
La otra variable de gran importancia es el tipo de alimentación.
Alimentos como ensilajes, pasturas, tienen un alto porcentaje de
humedad, mientras que los granos y henos tienen bajo porcentaje.
Alimentos altamente energéticos, producen mucho agua metabólica,
mientras que alimentos bajos en energía, producen poca. En general,
todos los forrajes secos y concentrados, demandan un consumo de agua
por parte del animal mayor que los forrajes verdes. Otro factor a tener en
cuenta, es la distancia a las aguadas. La frecuencia de consumo
voluntario de agua para una vaca es de 3-4 veces/día. El mejor método es
proporcionar diariamente agua fresca, limpia, ad-libitum y de fácil acceso.
(Lagger, 2000).
Melaza: Los azúcares contenidos en la melaza tienen una gran
importancia desde el punto de vista de aportar a los animales una fuente
energética que pueda cubrir sus necesidades y a un precio
económicamente muy interesante. Se han realizado numerosas
investigaciones acerca del valor energético de la melaza, y tomando como
referencia el valor energético del maíz, está mayoritariamente aceptado
un valor energético para las melazas del 75% del que tiene el maíz. Por lo
tanto, y desde un punto de vista exclusivamente económico, cuando el
precio de la melaza sea inferior al 75% del precio del maíz, resulta
interesante utilizar las melazas como fuente de energía en lugar del maíz.
(Carnevali, 2001).
Pero en muchos casos las melazas se utilizan tanto más por su
agradable olor y sabor que por su valor energético. Así ese buen sabor y
aroma actúan estimulando el apetito, produciéndose un aumento de los
niveles de ingestión de los alimentos melazados, y por otro lado permite
utilizar otros alimentos y elementos de mal sabor que pueden ser
rechazados por los animales (por ejemplo cereales de baja calidad, urea,
minerales, etc.). Las melazas son particularmente apreciadas en la
alimentación de los rumiantes, especialmente para ganado vacuno
lechero, puesto que estimulan el crecimiento de la flora ruminal y hace
que los animales aprovechen de una forma más efectiva los alimentos
fibrosos tales como la paja, heno, etc. Las melazas pueden tener un gran
valor cuando se alimenta a los rumiantes con materia fibrosa y se añade
como suplemento una dieta melazada, ya que las melazas incrementan la
digestibilidad de los forrajes y aumentan por lo tanto el valor alimenticio de
toda la ración. (Carnevali, 2001).
Diversos trabajos han podido demostrar que incrementando los
niveles de melaza en la ración se aumenta la digestibilidad de la fibra
bruta, y de la materia orgánica en general, hasta niveles de inclusión del
16% de melaza, lo cual es perfectamente factible si se dispone del equipo
adecuado. Debido al elevado precio de los alimentos proteicos ha sido
necesario buscar nuevas fuentes para el suministro de nitrógeno a los
animales, utilizándose la urea para los rumiantes debido a la posibilidad
de aprovechar el nitrógeno no proteico. Pero para poder aprovechar éste,
precisan disponer de una fuente de energía, para lo cual las melazas
resultan particularmente valiosas, además de enmascarar el mal sabor de
la urea. (Carnevali, 2001).
Carnevali, (2001) otro aspecto importante que se ha de considerar
es el hecho de que las melazas son muy útiles para prevenir la formación
de polvo que se origina durante la producción y utilización de los
alimentos lo que resulta en pérdidas físicas de este, así como para el
mantenimiento de las condiciones higiénicas, ya que los animales son
propensos a padecer enfermedades bronquiales causadas por el polvo o
vehiculadas por éste, especialmente en el ganado porcino, pero también
en aves y rumiantes.
Al valorar las melazas deben considerarse los siguientes aspectos:
• Es una importante fuente de hidratos de carbono, con un elevado
valor energético y económicamente muy interesante.
• Su excelente sabor y olor actúan aumentando el apetito,
provocando un aumento de la ingestión y grandes incrementos de peso,
facilitando también la utilización de piensos de menor calidad.
• En la alimentación de los rumiantes, permite utilizar forrajes de baja
calidad así como fuentes de nitrógeno inorgánico (principalmente urea).
• Elimina la formación de polvo durante el proceso de fabricación y
al distribuirlo a los animales, igualmente actúa como agente aglomerante
que facilita la formación de gránulos o pellets. (Carnevali, 2001).
Harina de palmiste (Nepe): La Harina de palmiste es considerada
como una fuente proteica de regular calidad, que utilizada
adecuadamente ofrece la posibilidad de lograr buenos resultados. Se
utiliza para dietas de bovinos, equinos y porcinos, en niveles ajustados a
las características y condiciones propias de cada especie (Ocampo,
1994).
Su limitante nutricional más importante como ingrediente en las
dietas para los animales monogástricos es su alto nivel en fibra cruda, con
valores que superan el 17%. La digestibilidad de la proteína de la Harina
de palmiste en monogástricos es bastante reducida (50-65%), como
consecuencia de su elevado nivel de fibra. El perfil de la proteína en
aminoácidos esenciales es mediocre, presentando una concentración alta
en metionina (1,8% sobre PB) pero baja en lisina (3,2%) y treonina
(3,0%). El contenido en calcio y fósforo de la Harina de palmiste es similar
al de otras Harinas de oleaginosas. La digestibilidad del fósforo, en
cambio, es baja. El contenido en hierro es alto, y es especialmente
destacable su alto contenido en manganeso (200 mg/kg). (Ocampo,
1994).
Los subproductos de la palma de aceite se utilizan solo
Parcialmente. Tanto el aceite de palma como sus subproductos pueden
ser usados para producir alimentos concentrados para animales; el uso
de la Harina de palmiste como base de alimento para animales es
ampliamente conocido. Sin embargo a nivel regional se han realizado
trabajos principalmente en animales rumiantes utilizando la Harina de
palmiste en programas de suplementación con resultados aceptables. La
Harina de Palmiste en cuanto su valor energético extraído por presión es
bastante elevado (alrededor de 1 UFl/kg para la harina expeler). Su alto
contenido en fibra (55-65% FND y 6-9% LAD) se compensa con un
apreciable contenido en grasa (7-10%). (Asociación Venezolana de
Cultivadores de Palma ACUPALMA, 2010).
En el cuadro 1 se observan los valores porcentuales promedios de
composición química de la harina de palmiste en base seca, cabe
destacar que el porcentaje de grasa verdadera es de 65%, la proteína
bruta es de 16,3% y la fibra bruta es de 20,2%.
Cuadro 1.
Composición química de la harina de palmiste.
Humedad Cenizas PB EE Grasa
(%) (%) (%) ( %) Verdadera (%)
9,8 4,5 16,3 1,8 65
FB FND FAD LAD Almidón Azúcares
% % % % % %
20,2 63,8 40,2 9,1 1,9 1,7

Fuente: ACUPALMA, (2010).


La harina de palmiste tiene proteínas de alta calidad y por su
contenido graso se considera un alimento que aporta mucha energía,
también tiene un alto contenido de fibra del 16% se considera un nutriente
esencial para el ganado, puesto que el ganado que recibe poca fibra
suele desarrollar problemas metabólicos o digestivos. Aproximadamente
un 17%, la fibra cruda es suficiente para prevenir los efectos nocivos;
además aporta otros elementos esenciales para el bienestar de los
animales como el magnesio, hierro, zinc y cobre (Acupalma, 2010).
La harina de palmiste, subproducto de la palma africana, es un
suplemento alimenticio para animales, que por sus características
nutricionales puede ser utilizada sola, o mezclada con otras materias
primas. Viene en hojuelas o granulada. Tiene una textura gruesa y un
contenido de grasa y humedad permiten un fácil manejo durante el
almacenamiento y una buena aceptación por parte de los animales
((Porla, 2000).
Minerales (fórmula Completa): Los minerales se consideran como
el tercer grupo de nutrientes limitante en la producción animal y su
importancia radica en que son necesarios para la transformación de los
alimentos en componentes del organismo o en productos animales como
leche, carne, crías, piel, lana, etc. Algunas de las funciones más
importantes de los minerales para la producción de los rumiantes se notan
a continuación (Ciria y col., 2005).
Funciones generales de los minerales dentro del organismo.
• Conformación de la estructura ósea y dental (Ca, P y Mg).
• Equilibrio ácido-básico y regulación de la presión osmótica (Na, Cl
y K).
• Sistema enzimático y transporte de sustancias (Zn, Cu, Fe y Se).
• Reproducción (P, Zn, Cu, Mn, Co, Se y I).
• Sistema inmune (Zn, Cu, Se, y Cr). Funciones de los minerales con
los microorganismos ruminales.
• Procesos energéticos y de reproducción celular (P).
• Son activadores de enzimas microbianas (Mg, Fe, Zn, Cu y Mb).
• Producción de vitamina B12 (Co).
• Digestión de la celulosa, asimilación de nitrógeno no proteico
(NNP) y síntesis de vitaminas del complejo B (S).
• Procesos metabólicos (Na, Cl y K). (De Pablos y col., 2009).
La suplementación de minerales se hace a través de sal
mineralizada, suplemento mineral y pre-mezcla mineral. La sal
mineralizada es una mezcla de Cloruro de Sodio (sal blanca), Ca y P, y
otros minerales; el suplemento mineral está compuesto por Ca, P y otros
minerales con excepción de Cloruro de Sodio o sal blanca; entre tanto, la
pre mezcla mineral es una mezcla uniforme de uno o más minerales, con
un diluyente y/o vehículo, que se utiliza para facilitar la dispersión
uniforme de los micro minerales en una cantidad grande de otro material o
producto alimenticio. En la preparación de la pre-mezcla mineral no se
debe incurrir en excesos de P ya que este termina ligando otros minerales
como el Mn (Flórez, 2004).
El hecho que los animales al ser suplementados con fuentes
minerales no consuman la misma cantidad como sí lo hacen cuando se
suministra sal blanca, no significa que sientan poco gusto por la mezcla.
Lo que acontece es que el suplemento mineral le está aportando los
elementos necesarios para el animal, por lo tanto, el animal está
consumiendo la cantidad requerida para satisfacer su requerimiento
nutricional. Es recomendable suministrar entre 50 a 80 gramos de sal
mineral/animal/día: es decir, que para un lote de 100 animales podemos
ofrecerle entre 5 a 8 kilos del suplemento. Otra forma de suministrar
minerales al ganado es mediante el uso de fertilizantes mineralizados en
los pastos, lo cual constituye un medio eficaz para mejorar el rendimiento
productivo de los pastos y del ganado, pero esto depende de las
condiciones climáticas de la región y económicas del ganadero.
(Garmendia, 2006).
Existe la convicción que la mayoría de los pastos cultivados en
suelos del trópico son deficientes en minerales útiles para la alimentación
de los rumiantes y una forma económica de suplir esta insuficiencia es
suministrando sales mineralizadas, pre-mezclas o suplementos minerales.
(Flórez, 2004).
Hipótesis de la investigación
Sistema de hipótesis
Según Arias (2006), la hipótesis es una pregunta supuesta que
enuncia una posible determinación entre las variables. Para tal efecto, en
el presente estudio, las hipótesis enmarcadas en esta investigación
científica son:
Hipótesis Nulas (Ho)
Ho: La suplementación con una dieta líquida energética no mejora
los parámetros productivos de vacas lactantes en el último tercio de
gestación.
Hipótesis alternativa (Ha)
Ha: La suplementación con una dieta líquida energética mejora los
parámetros productivos de vacas lactantes en el último tercio de
gestación.
Sistema de Variables
Variables
Una variable como su nombre lo indica es la variación que puede
asumir el objetivo del estudio. En ese sentido, Véliz, (2011) expone que
una variable, “Es un elemento que se va desglosando de lo general a lo
particular, hasta llevarlo a la expresión más específica”. Partiendo de las
conceptualizaciones emitidas por el autor, para los fines del presente
estudio se tienen las siguientes variables operacionales:
Variable Independiente: en este caso está representada por la
suplementación con una mezcla liquida a base agua, melaza, harina de
palmiste y minerales. Según Pérez (2006), “La que se refiere a una
situación que ya existe”. De esta manera, la variable independiente,
condiciona, explica y determina la presencia de otro fenómeno y puede
ser manipulada por el investigador, de manera que sean logrados los
objetivos planteados con el fin explícito de aportar alternativas viables
para mejorar los parámetros productivos de vacas lactantes en el último
tercio de la gestación.
Variable Dependiente: para esta investigación son los parámetros
productivos (producción de leche acumulada, consumo voluntario y
condición corporal). Arias (2006), enfatiza “que son aquellas que se
modifican por la acción de la variable independiente. Constituyen los
efectos o consecuencias que se miden y que dan origen a los resultados
de la investigación”.
Variable intervinientes: Manejo de los animales, manejo y calidad
nutricional de la dieta base, condición física del animal y condición general
de salud. Según Arias (2006),”Son las que se interponen entre la variable
independiente y la dependiente, pudiendo influir en la modificación de
esta última.
Cuadro 2.
Operacionalización de las variables
VARIABLE DIMENSIONES INDICADOR CRITERIO

Independiente Palatabilidad Rechazo Características


Suplementación organolépticas
con una dieta
líquida
energética

Dependiente Producción de Kg/Leche/vaca/día Pesaje de


Parámetros leche acumulada leche
productivos de
las vacas Condición Observación y Fergunson y
lactantes Corporal clasificación col., (1994)
1-5
Consumo Litros/vaca
Voluntario Consumo -
Rechazo
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
Descripción Metodológica

Metodología
La metodología es una teoría de la investigación científica. En ese
sentido, Arias (2012), lo define como, “Una guía procedimental, producto
de la reflexión, que promueve pautas lógicas generales pertinentes para
desarrollar y coordinar operaciones destinadas a la consecución de
objetivos intelectuales o materiales del modo más eficaz posible”. (p. 87).
Por estas razones, el marco metodológico es él como o método para
lograr un objetivo en común.
Tipo y diseño de la Investigación
El presente estudio se realizará bajo el tipo de investigación
explicativa, ya que estos van más allá de la descripción de conceptos,
fenómenos o del establecimiento de relaciones entre conceptos, y están
dirigidos a responder a las causas de los eventos físicos o sociales. Al
respecto Arias (2006), expresa que la investigación explicativa “es el
medio que se encarga de buscar el porqué de los hechos mediante el
establecimiento de relaciones causa – efecto¨.
El diseño de la investigación será experimental de campo, el cual
consiste en someter a un objeto o grupo de individuos a determinadas
condiciones o estímulos para observar los efectos que se producen (Arias
2006),
Es decir, un grupo de vacas en producción serán sometidas a una
suplementación alimenticia a base de una dieta líquida energética para
evaluar el efecto que produce sobre los parámetros productivos.
En este sentido, Hernández, Fernández y Batista (2003), manifiesta
que los diseños experimentales “son aquellos en los cuales el
investigador introduce una o varias variables independientes para
observar los efectos que ocasionan en las variables dependientes,
pudiendo manipular las primeras y ejercer un grado de control sobre las
variables extrañas.
Población y muestra
Población
La población o universo se refiere al conjunto de elementos para el
cual serán válidas las conclusiones que se obtengan Hernández, y col.,
(2003).
En este caso, la población corresponde a las unidades involucradas
en la investigación. La población estará conformada por veintiocho (28)
vacas en producción mestizas comerciales. Este ensayo se establecerá
en el Fundo Los Mango, de las Empresas San Simón ubicado en el
kilómetro 11 de la vía que conduce Santa Bárbara – El Vigía del municipio
Colon, estado Zulia.
Muestra
Por su parte Hernández y col., (2003), expresa que "si la población
es menor a cincuenta (50) individuos, la población es igual a la muestra"
(p.69). Por lo tanto, esta estará conformada por la población y será no
probabilística, ya que del grupo de vacas en producción solo se
seleccionarán aquellas vacas que se encuentren en el último tercio de la
gestación. Para Castro (2003), la no probabilística, la elección de los
miembros para el estudio dependerá de un criterio específico del
investigador, lo que significa que no todos los miembros de la población
tienen igualdad de oportunidad de conformarla. La forma de obtener este
tipo de muestra es: muestra intencional y muestra accidentada o sin
norma.
Estas serán denominadas como unidades experimentales que son
definidas como el elemento (planta, animal u objeto) al que se le
modificarán en forma planeada factores para revisar su respuesta
(Balestrini, 2006).
Para lograr la selección de la muestra se escogerán dos grupos de
cinco (5) animales cada uno (n = 10). Estos grupos conformaran los
tratamientos incluyendo el grupo control o testigo.
Dieta A: 05 vacas en producción + Dieta base (pastoreo) + Dieta
Líquida (Grupo experimental)
Dieta B: 05 vacas en producción + Dieta base (Pastoreo) + mineral
Metodología
Se utilizará un diseño completamente aleatorizado donde cada
animal representó una réplica. Se establecerán dos tratamientos, T1:
Pastoreo en Brachiaria arrecta (Pasto Tanner) y Panicum maximum
(Pasto Guinea) y T2: Pastoreo en Brachiaria arrecta (Pasto Tanner) y
Panicum maximum (Pasto Guinea) más un suplemento líquido compuesto
por melaza, harina de palmiste, minerales y agua a razón de 70, 15, 6 y 9
%, respectivamente.
Serán escogidas 10 vacas multíparas mestizas Bos taurus x Bos
indicus, las cuales pastorearán en forma conjunta en un potrero de 10 ha
el cual está dividido en potreros de 1 hectárea cada uno. Estas tendrán
una permanencia de tres días (3) de ocupación y veinte siete (27) de
descanso. Para efectos del manejo alimenticio las vacas se dividirán en
dos grupos con cinco (5) animales cada uno. El grupo a suplementar será
alimentado con la dieta líquida antes del ordeño a razón de 1,5
kg/animal/d. El ordeño será manual y se realiza dos veces al día a las
4:00 am y 4:00 pm. En ambos tratamientos se usó amamantamiento
restringido. La edad promedio de las vacas es de 5 ± 1 año con 3,4 ± 1
partos. Para el momento de iniciar el ensayo se encontraran al inicio del
tercer tercio de la lactancia (6,1 a 6,5 meses). La producción de leche
será medida diariamente por peso de reloj.
La condición corporal será evaluada siguiendo el método de
observación sugerido por Fergunson y col., (1994).
El consumo voluntario: Se determinará efectuando registros de
consumo para la dieta semanalmente y durante tres días consecutivos,
del alimento ofrecido y rechazado y dividiéndolo entre el número de
animales del grupo para obtener el promedio por animal.
Técnicas e Instrumentos de recolección de datos
Las técnicas de recolección de datos permitirán seleccionar un
instrumento de medición, aplicarlo y preparar las mediciones obtenidas
para que puedan realizarse correctamente. En tal sentido, se utilizará
como técnica para recolectar la información necesaria la observación
directa que según Tamayo y Tamayo M., (2008) es “aquella en la cual el
investigador puede observar y recoger datos mediante su propia
observación”. Además, la revisión bibliográfica, pesajes de los cerdos, del
alimento rechazado para evaluar el consumo y revisiones en línea. Así
mismo se diseñará una planilla contentiva con las variables cuantitativas.
Técnicas de Análisis y Procesamiento de Datos
Recolectada toda la información, los datos obtenidos se organizarán,
en una matriz numérica para cada variable con el uso del programa Excel,
estos datos se procesaran en el programa SAS versión 9.0 donde se
analizaran estadísticamente mediante el análisis de varianza (ANAVAR).
Para la separación de medios se utilizará la prueba de Duncan al nivel de
5 % de probabilidad. Para rechazar Ho, se manejará un P valor de 0,05 y
a la existencia de significancia en las proporciones, se utilizará la prueba
de Duncan.
El modelo estadístico que se utilizará en el ensayo será un (DCA)
diseño completamente aleatorio.
Yij = μ + Ti + Rj + Eij
Donde
Yij = Observación correspondiente a la variable dependiente
(parámetros productivos).
Μ = Media general de las variables evaluadas.
Ti = Efecto del i – ésimo dietas.
Rj = Efecto del j – ésima producción de leche, consumo y condición
corporal.
Eij = Error experimental.
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ANEXOS
ANEXO 5
ANEXO 6

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