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La edificación en Buenos Aires 428, 15-12-19067, p. 68

Las edificaciones progresan hasta en las narices del gobernador Irygoyen y si

seguimos a este paso, muy pronto los albañiles tendrán más importancia y los bonaerenses

se verán obligados a vivir en los andamios. El palacio del congreso dio el ejemplo de

construcción perpetua y desde entonces no se habla sino de amontonar ladrillos. En Buenos

Aires se construye para todos los gustos, principalmente para el malo. “la construcción

económica”. Probablemente, en ninguna ciudad existen fachadas superiores a las nuestras,

en lo que se refiere a desfachatez arquitectónica.

El palacio de correos y telégrafo, 499, 25-4-1908, 62

El año de 1889, cuando Buenos Aires, en plena efervecencia de progreso, le tocó

recibir al renombrado ingeniero Norneto Maullard, sus dotes fueron aprovechados, la

repartición más importante del país, la dirección de Correos ocupaba en ese entonces un

vetusto edificio colonial. Presentó los planos, una verdadera obra de arte arquitectónica,

respondía no sólo a las necesidades de entonces, sino que también se habían tomado en cuenta

las exigencias del futuro. Se dio comienzo, se construyeron los cimientos, luego fueron

interrumpidos. Maullard partió a Europa. Transcurrieron 21 años y fue llamado a Buenos

Aires otra vez. M Maillard interrumpió en París el trabajoq ue tenía entre manos y respondió

a nuestro llamado. Obra comenzada en 1888.

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Si Europa era la civilización y la tarea que la Argentina tenía pendiente, era incorporar sus elementos, había no sólo que
mirar a Europa, sino establecer con ella lazos materiales duraderos y provechosos. Al privilegiar el progreso material,
condición para alcanzar la libertad política, ese liberalismo colocó el librecambio en el centro de sus preocupaciones, un
sesgo economicista. P. 12.

LA TRANSFORMACIÓN DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.

La matriz de la metamorfosis se dio desde varias aristas, siendo la transformación de

la estructura económica una de las más importantes.

En ambos casos fue una nueva camada de políticos e intelectuales que imbuidos bajo

los paradigmas del positivismo: el cambio, el progreso, el porvenir, pusieron el acento en el

orden económico en detrimento de lo social y cultural.

Liberalismo mas remozado y atemporado, ahora más reformistas que revolucionario,

más elitista que democrático

Un factor situado fuera de nuestras fronteras, más precisamente en los países

avanzados de Europa, donde el liberalismo desplegaba su triunfo sobre las fuerzas del

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tradicionalismo opuesto a la marea revolucionaria. Exhibía también los éxitos económicos

que le deparaba la revolución industri, que desbordaba las fronteras nacionales ensanchando

mercados y universalizando sus ideas, sus modas y sus gustos.

El liberalismo toma distancia de sus versiones más democráticas, temiendo sus

consecuencias no deseadas que, estima, pueden desembocar en la revolución social.

El librealismo europeo, más que un atractivo ideológico, al aparecer invitando a esa

Argentina en proceso de pacificarse y organizarse, ofrecía plegarse al irresistible movimiento

del comercio libre para acceder, a travpes de éste, al progreso material.

Si Europa era la civilización y la tarea que la Argentina tenía pendiente era incorporar

sus elementos, teníamos no sólo que mirar deslumbrados a Europa sino establecer con ella

lazos materiales duraderos y provechosos.

El comercio libre se encauzará dentro de los términos que establece esa división

internacional del trabajo, la aceptación de una sabia disposición de la naturaleza: que unos

países produjeran manufacturas y que otros los abastecieran de materias primas.

Alberdí dice que “mientras más dependa América de Europa de esto modo, más

asegurada estará su prosperidad por la acción civilizadora de Europa”. P. 12.

Al privilegia el progreso material, condición para alcanzar la libertad política, ese

liberalismo colocó el librecambio en el centro de sus preocupaciones, dándole asú un

marcado sesgo economicista.

Romanticismo, el historicismo y más tarde el positivismo. Las ideas democráticas

parecen desvanecerse y ocupar un lugar secundario entre las preocupaciones de los liberales.

Se aluda a la democracia en términos peyorativos. Se le identifica con el desorden político y

peligros de trastorno social.

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El liberalismo argentino logró resurgir en la segunda mitad del siglo XIX no sólo por

unfavorable cambio político interno, sino además, porque el “capitalismo británico pensaba

conscientemente en términos mundiales” y actuaba en consecuencia proyectándose en la

Argentina. Las necesidades argentinas de acceder a los mercados de capitales europeos,

atraer a una masa de inmigrantes, colocar sus productos primarios y adaptar ideas y

experiencias de esos países, coincidieron con la oferta y posibilidad de satisfacerla por parte

de Europa.

Pero también fue cauteloso y selectivo.

El liberalismo europeo no sólo proporcionó una especia de teoría general del

progreso, ino que aportó el instrumental y parte de los requisitos materiales para hacerla

posible.

“la carrera del progreso” se hará “al paso del vapor y de la electricidad”, anticipará

Mariano Fragueiro. P. 16

La libertad económica es la “llamada a vestir, nutrir y educar a las otras libertades,

sus hermanas y pupilas”, Alberdi, p. 17-18.

El liberalismo europeo ofreció a la Argentina una atractiva oferta al progreso material

mediante su inserción en el concierto del comercio mundial y la división internacional de

trabajo, pero siendo ellos mismos -los europeos- quienes sentarían las bases de los pactos

comerciales.

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Al momento en que la Argentina se insertó de lleno en el comercio internacional y la

división internacional del trabajo se convirtió en un exportador de materia prima -carne y

cereales- y un consumidor de productos manufacturados. Una de las figuras políticas de la

Argentina que entendió la necesidad del país de establecer lazos comerciales y económicos

con Europa, a pesar de la desventaja y dependencia que provocó, fue Juan Bautista Alberdi,

quien pronunció que “mientras más dependa América de Europa de este modo, más

asegurada estará su prosperidad por la acción civilizadora de Europa”.1

El fin era el de mostrar una imagen moderna de ciudad, a semejanza de las

aspiraciones que la sociedad porteña tenía para consigo mismos. Si querían ser modernos,

cosmopolitas y civilizados -triada sagrada finisecular- tenían que comportarse como tales y

modificar sus hábitos, como el de mutar el sistema vertical del gaucho de asado por el de

parrillas, un nuevo tipo de consumismo ligado al de bienes de lujo como el del uso del

escusado y el bidet. También la modernidad estuvo materializada con las disposiciones de

control y de orientación social en forma de reglas y normas de comportamiento en los

espacios públicos. La identidad nacional además de configurarse de elementos simbólicos e

imaginarios construidos a partir de la historia, mitos, tradiciones, héroes y villanos, también

se construye a partir de ciertas normas de comportamiento, y la forma en que las personas

habitan y experimentan la ciudad.

De Inglaterra. Las nuevas construcciones londinenses. 417, 6-10-1907, 24

1
Juan Bautista Alberdi, citado en Feliz Luna, La época de Roca (1880-1910), Buenos Aires, LA NACION, 2003,
p. 12,

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El gran renacimiento que ha caracterizado la arquitectura privada inglesa, no ha

dejadode imprimir también un sello moderno a la edificación oública. Se tiende a prescindir

de los antiguos modelos convencionales del arte oficial para adoptar las nuevas fórmulas al

stilo de los monumentos.

Asesinaro del ingeniero Meano. 297-11-6-1904, p. 37

Victor Meano asesinado por su ex sirviente Juan Passera, el que después de cometer

el asesinato consiguió escaparse de manos del agente que lo había preso. Días después se

presentó espontáneamente en el despacho del juez de instrucción, acompañado de su defensor

el doctor Torino, queriendo probar con sus declaraciones que el no hizo más que defenderse

de una agresión, y que el arma con que había cometido el delito perteneceia a la víctima. Pero

la justicia ha logrado poner en claro, con pruebas irrefutables que el arma es de su propiedad,

puesto que el revolve de que se sirvió para cometer el crimen lo tuvo empeñado en un

almacen. En la requisa hecha en su domicilio, se le secuestraron cartas amorosas, algunas

comprometedoras para la viuda de la victima.


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