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CROMOSOMAS

La Citogenética se encarga de estudiar el fenómeno de la herencia a nivel celular.


La herencia de una generación celular a otra se da mediante los cromosomas, por
ello la Citogenética es el estudio de los cromosomas.

En 1902, Sutton fue uno de los primeros en llegar a la conclusión de que los genes
son llevados por los cromosomas. Estudió el comportamiento de los cromosomas
en la meiosis, y la segregación de los genes descritos por Mendel (4, p.522).

CROMOSOMA METAFÁSICO
Al final de la profase cada cromosoma ya está condensado como heterocromatina,
durante la metafase se condensa aún más, adquiriendo el aspecto típico de los
cromosomas metafásicos, corpúsculos observables al microscopio óptico que
poseen, en general, aspecto de bastoncillos con dos cromátidas más o menos
separadas entre sí (5, p.89).
El periodo del ciclo celular en el que la célula no se está dividiendo, los cromosomas
están extendidos y buena parte de su cromatina forma una larga, fina y enmarañada
capa dentro del núcleo. Por este motivo, los cromosomas no pueden distinguirse
con facilidad durante este periodo (fig.1) En estado descondensado, los
cromosomas se denominan cromosomas interfásicos (6, p.209) o cromatina.

MORFOLOGÍA DE LOS CROMOSOMAS

Cada cromosoma está constituido por una larga molécula de ADN asociada con
diversas proteínas. Estas proteínas asociadas se clasifican en dos grupos: las
histonas y un conjunto de proteínas no histónicas. El complejo formado por estas
estructuras se llama cromatina. Entonces la cromatina es el material con el que
están compuestos los cromosomas (3, p. 231).

a) HISTONAS: Son las principales proteínas que forman parte del material
genético de eucariotas; su masa es equivalente a la del DNA. Su función
fundamental es estabilizar la estructura del DNA y contribuyen de forma
notable a compactarla.

b) PROTEÍNAS NO HISTÓNICAS:
- CON FUNCIÓN ESTRUCTURAL
 PROTEÍNAS BÁSICAS: Protaminas: Desempeñan la función
equivalente a las histonas en tipos celulares concretos,
particularmente el espermatozoide.
 PROTEÍNAS ÁCIDAS
 HMG: Hasta un 5% de las proteínas nucleares son
moléculas relativamente pequeñas que se incluyen en el
grupo llamado HMG (high mobility group), proteínas de alta
movilidad electroforética debido a su carácter ácido. De
ellas, algunas se asocian al nucleosoma (al menos in vitro),
mientras que otras interaccionan con el DNA espaciador.
Este grupo incluye también algunos factores de
transcripción.
 Proteínas del esqueleto o matriz nuclear: Esta estructura,
que sirve de soporte o guía en el empaquetamiento de la
cromatina, está formada por diversas proteínas, incluyendo
algunas HMG y otras proteínas de carácter ácido.
- CON OTRAS FUNCIONES: Asociadas a la cromatina, aunque en mínima
cantidad y sin función estructural, se pueden encontrar numerosas
proteínas, muy diferentes, que intervienen en la replicación y
transcripción, así como en la regulación del grado de condensación de la
cromatina: DNA- y RNA-polimerasas, sus proteínas auxiliares, factores
de replicación, factores de transcripción, receptores de hormonas,
topoisomerasas, etc. (5, p.84-85).

REGIONES CON SIGNIFICADO FUNCIONAL

Los cromosomas eucarióticos muestran tres elementos esenciales para una


función correcta del ciclo celular y de la división, imprescindibles para la expresión,
duplicación y segregación de los cromosomas: el centrómero (lugar de unión del
cromosoma a las fibras del huso acromático), los telómeros (regiones que
constituyen los extremos de los cromosomas) y los orígenes de replicación (puntos
numerosos en cada cromosoma donde se inicia la copia de las dos hebras de DNA)
(fig. 2). Se tratan a continuación los aspectos morfológicos relacionados con los dos
primeros; el análisis de los orígenes de replicación se pospone hasta que se estudie
el proceso de replicación (5, p. 89).

a. EL CENTRÓMERO O CONSTRICCIÓN PRIMARIA: Participa en el reparto


a las células hijas de las dos copias cromosómicas que se generan a
consecuencia de la replicación del ADN.
Además de ser el punto de contacto de las dos cromátidas y la frontera que
delimita los dos brazos del cromosoma, funcionalmente la importancia del
centrómero radica en que sobre él se sitúan los cinetocoros, estructuras
proteicas en las que se anclan las fibras que constituyen el huso acromático
o huso mitótico. Estas fibras, filamentos contráctiles o microtúbulos, de
naturaleza proteica, ejercen la tracción necesaria para separar las dos
cromátidas durante la división celular. De esta forma se produce la
segregación ordenada de los cromosomas y cada célula hija recibe una
cromátida de cada cromosoma, es decir, idéntica dotación genética. La
ausencia de centrómero (cromosoma acéntrico) impide que el cromosoma
se una al huso mitótico y, por tanto, que se reparta de manera correcta entre
las células hijas (5, p. 93, 94).

b. LOS TELÓMEROS
Telómero es una palabra de etimología griega: telos, extremo, y meros, parte
o región, que hace referencia a regiones situadas en los extremos de los
cromosomas eucarióticos. Están constituidos por secuencias especializadas
de DNA asociado a proteínas, y con características estructurales y
funcionales propias que las diferencian de otras regiones cromosómicas (5,
p. 94).
Se han relacionado los telómeros con varias funciones:
 Participar en la estabilización y mantenimiento de la integridad
estructural del cromosoma: en ausencia de telómeros, el extremo del
cromosoma tiende a unirse a otros y aumentan las posibilidades de
que sufra recombinación y degradación (por una nucleasa).
Normalmente estas contingencias no ocurren porque el ADN
telomérico se dobla sobre sí mismo (adopta la forma de un lazo) y es
protegido por un capuchón de proteínas llamadas TRF (por telomeric
repeat binding factor).
Por otra parte, los telómeros permiten a las enzimas encargadas de
la reparación del DNA diferenciar entre el extremo natural del
cromosoma y uno que resulte de la fragmentación accidental de la
cadena de DNA; en este último caso se detiene el ciclo celular,
evitando la replicación hasta que se haya reparado la lesión.
 La función más importante consiste en asegurar la replicación
completa de los extremos del cromosoma.
 Se especula también con la implicación del telómero en la arquitectura
tridimensional del núcleo o la del emparejamiento cromosómico.

c. LOS ORÍGENES DE REPLICACIÓN: La enorme longitud del ADN exige que


su replicación se inicie en muchos puntos a la vez a fin de que su duración
sea relativamente breve. A estos puntos se les denomina orígenes de
replicación y en ellos el ADN posee secuencias de nucleótidos especiales.
Más aún, todos los orígenes de replicación tienen en común secuencias
conservadas de alrededor de una docena de nucleótidos llamadas ARS (por
autonomous replication sequence) (3, p. 232).

ORGANIZACIÓN DEL GENOMA EUCARIÓTICO


En las moléculas de ADN se halla depositada la información genética de la célula.
La totalidad de la información genética depositada en el ADN lleva el nombre de
genoma. Puede decirse que esa información rige la actividad del organismo desde
el primer instante del desarrollo embrionario hasta la muerte del individuo. De ella
también depende la inmunidad o la predisposición del organismo a determinadas
enfermedades (3, p. 232, 233).
La capacidad o incapacidad funcional del ADN (generación de moléculas de ARN
o transcripción del ADN), se basa en la secuencia de sus nucleótidos. En algunos
sectores el ADN exhibe secuencias de nucleótidos que se transcriben, llamadas
genes, y en otros presenta secuencias aparentemente prescindibles. Hay indicios
de que estas secuencias de ADN ajenas a los genes regulan la expresión genética
o que participan en el mantenimiento de la estructura de los cromosomas (3, p.
232).
a. ADN DE COPIA ÚNICA, SIMPLE O NO REPETITIVO
Más de la mitad del ADN se halla representado por secuencias de
nucleótidos no repetidas (copias únicas) o que se repiten unas pocas veces.
El DNA no repetitivo constituye la mayor parte del genoma, aunque en una
proporción variada dependiendo del tipo de organismo (100% en
procariotas, 80% en eucariotas inferiores, 50-70% en animales superiores).
Parte de este DNA (5%) constituye las secuencias de genes, que codifican
los RNA y proteínas celulares; otra parte (5%) es responsable del control de
la expresión de esas secuencias, mientras que el resto, mayoritario (50%),
es DNA no codificante, cuya función, si existe, apenas se conoce.
El DNA de copia única se asoció durante mucho tiempo al concepto de gen;
hoy se sabe que también una pequeña parte del DNA repetitivo forma
algunos genes eucarióticos (5, p. 111).
b. ADN REPETITIVO:
Las secuencias de DNA que aparecen en copias múltiples, o DNA repetitivo,
constituyen entre un 30 y un 50% del total del genoma humano, dependiendo
de las fuentes (fig. 3). Esta abundancia es una característica determinante
de la gran complejidad del genoma eucariótico. Existen dos clases de este
ADN repetitivo: el dispuesto en tandas (en el cual el inicio de una repetición
se halla inmediatamente después del final de la otra) y el disperso (cuyas
copias no se encuentran agrupadas sino dispersas en distintos puntos de los
cromosomas) (3, p. 233).

A. ADN REPETITIVO DISPUESTO EN TANDAS: A esta categoría pertenecen


los ADN satélites, los microsatélites y los minisatélites.
 ADN SATÉLITES: En ellos, el largo de la secuencia repetida, el
número de veces que se repite en cada tanda y el número de tandas
varían.
El DNA satélite posee secuencias cortas (alrededor de cinco a pocos
cientos de pares de bases de longitud) que forman segmentos muy
largos, cada uno con varios millones de pares de bases de DNA. En
muchas especies, la composición de bases de estos segmentos de
DNA es lo suficientemente diferente del resto del DNA para que estos
fragmentos que contienen la secuencia puedan separarse en bandas
“satélite” distintas por centrifugación de gradiente de densidad (de
aquí el nombre de DNA satélite). Los DNA satélite tienden a aparecer
muy rápido en el transcurso de la evolución, lo cual hace que las
secuencias de estos elementos genómicos varíen incluso entre
especies estrechamente emparentadas (7, p. 395).
El DNA satélite más destacado se localiza en los centrómeros, y por
ello se encuentra en todos los cromosomas. Incluye una secuencia
repetida de 171 pares de bases a la que se le ha dado el nombre de
secuencia alfoide. Otros DNA satélites se localizan en el brazo largo
del cromosoma Y y en la cromatina aledaña a los centrómeros de los
cromosomas 1, 3, 9, 16 y 19.
 MICROSATÉLITES: Contienen secuencia de ADN repetidas mucho
más cortas que la de los ADN satélites, e igual que éstos se hallan en
todos los cromosomas (3, p.233).
Lodish nos dice que se descubrió que esos microsatélites provocan
al menos 14 tipos diferentes de enfermedades neuromusculares,
según el gen en el cual ocurran. En algunos casos los microsatélites
expandidos se comportan como mutaciones recesivas porque
interfieren en la función o la expresión del gen codificado. Pero en los
tipos más comunes de enfermedades asociadas con las repeticiones
expandidas de microsatélites, la distrofia miotónica y la ataxia
espinocerebelosa, las repeticiones expandidas se comportan como
mutaciones dominantes porque interfieren en el procesamiento del
RNA en general en las neuronas donde se expresan los genes
afectados (8, p.412).
 MINISATÉLITES: También contienen secuencias de ADN cortas. A
esta categoría pertenece el ADN repetitivo de los telómeros y el ADN
hipervariable, llamado así porque es distinto en cada individuo. Este
último se localiza en las proximidades de los centrómeros y, debido a
que su herencia responde a las leyes mendelianas, la medicina
forense (3, p.233).
Las minisatélite tienden a ser inestables, y el número de copias de
una secuencia en particular a menudo aumenta o disminuye de una
generación a la siguiente como resultado de entrecruzamiento
desigual. En consecuencia, la longitud de un locus minisatélite
específico es muy variable en la población, incluso entre miembros de
la misma familia. Como son tan variables (polimórficas) en cuanto a
longitud, las secuencias minisatélite constituyen la base de la técnica
de análisis de huellas de DNA, que se emplean para identificar a
criminales o en casos de paternidad (7, p.395).
B. ADN REPETITIVO DISPERSO: Existen dos clases llamadas SINE y LINE
(por short y long interspread nuclear elements).
 SECUENCIAS SINE:
Las siglas proceden de Short Interspersed Nuclear Elements,
elementos nucleares dispersos cortos. Se habla comúnmente de
unidades de entre 100 y 500 pb, repetidas hasta 20 veces. Sin
embargo, el ejemplo más característico, el elemento Alu, de 300 pb,
aparece en el genoma humano entre medio millón y un millón de
veces. Su nombre se debe a que contiene un sitio diana para la
enzima de restricción Alu I. Constituyen el 13% del genoma humano
(3, p. 233).
 SECUENCIAS LINE:
En este caso, se trata de elementos nucleares dispersos largos (Long
Interspersed Nuclear Elements), con unidades de mayor tamaño,
generalmente varios miles de pb, que se repiten hasta 50.000 veces
en forma dispersa. La principal familia LINE en humanos la
constituyen las secuencias Kpn, también denominadas L1 o LINE-1.
Sus copias ocupan alrededor del 21% del genoma humano. Su
secuencia repetida es relativamente larga y contiene dos genes, uno
de los cuales codifica una proteína de unión y el otro una proteína
enzimática bifuncional (actúa como endonucleasa de restricción y
como transcriptasa inversa) (7, p. 118).

NÚMEROS CROMOSÓMICOS

Cada individuo de una especie dada contiene un número característico de


cromosomas en el núcleo de sus células. En el nemátodo Ascaris megalocephala
son 2, en la “rana común” Rana pipiens son 26, en el “chimpancé” Pan troglodytes
son 48, en el “caballo” Equus caballus son 64, en la “mariposa” Lisandra atlántica
son 446 (4, p.525).

En el caso del ser humano, las células somáticas humanas poseen 46


cromosomas, y por consiguiente, 46 moléculas de ADN, divididos en 22 pares de
autosomas más un par de cromosomas sexuales. En la mujer los dos miembros del
par sexual son iguales, pero no en el varón. Así, con excepción del par sexual en
el varón, puede decirse que en cada célula existen dos juegos idénticos de 23
cromosomas, uno aportado por el espermatozoide y el otro por el ovocito en el
momento de la fecundación. Ello es lo que define a las células somáticas como
células diploides y a los espermatozoides y los ovocitos como células haploides (3,
p. 234).

ABERRACIONES CROMOSÓMICAS Y ENFERMEDADES HUMANAS

Además de las mutaciones que alteran la información contenida en un solo gen, los
cromosomas pueden experimentar alteraciones mucho mayores, que ocurren con
más frecuencia durante la división celular. Las piezas de un cromosoma pueden
perderse o segmentos enteros intercambiarse entre cromosomas diferentes. La
incidencia de aberraciones cromosómicas tales como la rotura se incrementa por
exposición a agentes que dañan el DNA, como infecciones virales, rayos X o
reactivos químicos. Aunado a lo anterior, los cromosomas de algunos individuos
contienen sitios “frágiles” que son en particular susceptibles a la rotura.

Las personas con ciertos trastornos hereditarios raros, como el síndrome de Bloom,
la anemia de Fanconi y la ataxia-telangiectasia, tienen cromosomas inestables con
una gran tendencia a sufrir roturas cromosómicas.

Las consecuencias de una aberración cromosómica dependen de los genes que se


afectan y el tipo de célula en la que esta alteración se presenta. Si la aberración
ocurre en una célula somática (no reproductiva), las consecuencias suelen ser
mínimas porque pocas células del cuerpo se afectan (5, p. 491).
ANEXOS

Fig. 1. Comparación de la cromatina extendida interfásica con la


cromatina en un cromosoma mitótico

Fig. 2. Estructura del cromosoma.


Fig. 3. ADN repetitivo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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