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La obra de Dios no depende de nosotros, sino de la voluntad de Él, nosotros solo somos

instrumentos y mediadores de su palabra transformadora.

El Espíritu trae a personas que Él quiere, no conforme a gustos de la congregación, sino a


personas comprometidas con la obra.

El enemigo es hábil en tratar de parecer que es de Dios con personas dulces, situaciones
agradables o sentimientos a favor, pero en realidad no lo es.

Predicamos el evangelio porque en medio de todo lo que adolece este mundo vivimos con la
esperanza que Dios levantó a Jesús de entre los muertos.

No todo el que viene a decir una palabra es del espíritu, por eso el nos ha dado el espíritu para
discernir si en verdad viene de Dios lo que nos dicen en su nombre.

Escuchar palabra agradable para nuestros oídos nos gusta, más que aquella palabra de Juicio o
castigo, pero resulta que no toda palabra de bendición es certera, pueda que provenga más de
Dios la de Juicio.

Conocer las escrituras nos ayuda a discernir la palabra que escuchamos.

Criterios que tenemos que considerar del personaje que da la palabra, pueden ser si está
dando frutos, si es servidor del reino, si conoce las escrituras, etc.

Si es una persona que somos atacados por las criticas de las personas, en vez de preocuparnos,
alegrémonos, porque así también fueron criticados, así también nosotros pasaremos por eso

Una palabra que viene del espíritu, es aquella que nos cala hasta los huesos, que sea imposible
no realizarla, a pesar de que mi humanidad diga no lo quiero hacer, eso que retumba
involuntariamente en mi ser me impulsa a seguir, ésta es palabra de Dios.

Hay persona que son estorba para que usted sirva a Dios, algunas no lo hacen por maldad,
pero hay unos que, si lo hacen para ver la vida en las ruinas, estos son hijos del diablo,
alejémonos de ellos.

Existen dos tipos de personas, las que escuchan la palabra con amor y gozo, y los que la
rechazan, ¿cuál eres tú?

Muchas iglesias solo se enfocan en crecer económicamente, pero no se detienen a indagar en


como llevar el pueblo a la salvación.

No hay nada que esté oculto que un día no salga a la luz.

¿Qué sucedió en ese tiempo de ceguera de Pablo? Hubo una conversión divina, pueda que
Dios nos haga pasar por procesos difíciles para entender y ser marcados por un nuevo rumbo
de Dios a nuestra vida.

La labor de un predicador es que las personas crean en Jesús, mediante la enseñanza que le
brindamos.

Si queremos alcanzar lo que Dios tiene para nuestra vida, tenemos que establecer e nuestra
vida una base fundamental, que es conocer las escrituras.

Las escrituras atesoradas en nuestra vida, sirve para guiarnos rumbo a la salvación de muchos.

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