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LA MAQUINA DEL TIEMPO

Eva María Rodríguez

Luis era un niño muy presumido que siempre estaba hablando de los
maravillosos inventos de su padre. Todos sus compañeros estaban hartos
de que se creyera el mejor del mundo, y decidieron darle una lección.

- El próximo día que venga diciendo que su padre ha inventado algo


nuevo, vamos a su casa y se lo robamos -dijo Alex, que se sentaba con
Luis en clase y era el que más tenía que aguantarle.
- ¡Eso, eso! -contestaron entre risas los demás.

Al día siguiente, Luis llegó a clase presumiendo de que su padre había


inventado una máquina del tiempo y que iban a viajar al futuro.
Esa misma tarde, se reunió un grupo de chicos de su clase para ir a robar
la dichosa máquina del tiempo que tenía el padre de Luis en casa.

- ¿Y si la probamos antes? -dijo alguien.


- Solo vamos a llevárnosla -dijo Alex-. En unos días se la devolveremos.
Solo vamos a darle una lección a Luis.
- Pero yo quiero probarla -se oyó decir a alguien.
- Y yo.
- Y yo también.

Así que a Alex no le quedó más remedio que aceptar. Se había quedado
solo y, en el fondo, al él también le picaba la curiosidad de saber cómo
funcionaba aquella máquina.

Cuando todos estuvieron dentro, programaron un viaje al futuro,


concretamente dentro de 20 años. Cuando llegaron, lo que vieron no les
gustó nada. Luis estaba solo, tirado en la calle. Era un chico pobre y
asustado al que nadie hacía caso, andrajoso y miserable. Y decía: "Si
todavía tuviera la máquina mi padre estaría aquí, y a mí no me
considerarían un loco".
Muy apenados, los chicos fueron a ver qué sería de ellos en el futuro. Y se
encontraron que estaban todos en la cárcel, acusados de robar y de
estafar a la gente con viajes a por el tiempo.

Cuando regresaron, Alex les dijo a los demás:


- Creo que será mejor que dejemos esto donde está. Tal vez así no nos
espere un futuro tan desastroso.
Todos dijeron que sí con la cabeza y se marcharon de allí rápidamente.

Al día siguiente, cuando Luis llegó a clase, todos le miraron con ojos muy
diferentes. Era un poco plasta, pero era su compañero, al fin y al cabo.
Fue Alex quien decidió ir a hablar con él.

-Hola Luis. ¿Qué tal funciona esa máquina del tiempo que ha inventado tu
padre?
- Ha decidido desmontarla -dijo Luis-. Me ha dicho que hizo un viaje ayer
y que vio que su invento nos daría muchos problemas a todos.

Alex quiso explicarle a Luis lo que había pasado.

- Verás, Luis, es que nosotros… ayer….


- Ya lo sé -le interrumpió Luis-. Mi padre me llevó de viaje al pasado y al
futuro antes de desmontar la máquina. Y he aprendido la lección. A partir
de ahora seré menos fanfarrón.
- ¿Sabes? Nosotros también hemos aprendido algo. No sirve de nada
querer dar una lección a alguien sea de la forma que sea. Lo que sirve es
sentarse y hablar -respondió Alex.
- Claro que sí -contestó Alex.

Y los dos muchachos se dieron un gran abrazo en señal de su amistad.

EL PASTOR METIROSO

Fabula

Estaba un pastor de ovejas junto con su rebaño, el cual comenzó a gritar con todas sus
fuerzas: "¡Auxilio! ¡Auxilio! El lobo viene por mis ovejas". El pueblo, dejando a un lado todos
sus quehaceres, acude al llamado del joven, para darse cuenta que no es más que una chanza
pesada.

El joven vuelve a hacerlo una segunda vez, y temiendo el pueblo, volvió. Sin embargo,
nuevamente no era más que una burla. Luego gritó de nuevo, siendo esta vez verdad que el lobo
estaba atacando, sin embargo el pueblo no creyó en sus gritos, por lo que la fiera terminó
devorándose el rebaño.

Moraleja: Mentimos y mentimos, y perdemos la confianza que los demás tienen en nosotros.
Cuando digamos la verdad, no nos creerán.
Leyenda

Las gemelas

Una feliz familia vivía en un rumbo muy cercano a una transitada carretera,
debido a esto la joven madre las acompañaba diariamente al colegio y caminaban
las tres tomadas de la mano, teniendo especial cuidado al toparse con la
mencionada carretera, las pequeñas hasta el momento no tenían permiso de
cruzar solas.
Uno de tantos días la madre recibió en su celular una llamada urgente del
trabajo la cual tuvo que atender, le exigían su presencia de inmediato, por lo cual
se vio en la necesidad de dejar que las gemelas continuaran el camino solas. Con
mucho pesar despidió a las niñas, dando indicaciones para no se soltarse de la
mano y tener mucho cuidado al cruzar. Las dos pequeñas siguieron las
instrucciones de su madre, miraron a ambos lados de la carretera, y al ver que
estaba libre cruzaron.
Apenas se giraba la madre para cambiar de rumbo, cuando se escuchó un golpe
muy fuerte a sus espaldas, volteó de inmediato para ver con terror que sus hijas
estaban debajo de un camión, fueron atropelladas perdiendo la vida en al
instante.
El pesar duró mucho tiempo, pero transcurridos cuatros años, la madre dio a luz
de nuevo gemelas, estas era muy parecidas a sus fallecidas hermanas, lo cual
le hacía tener presente aquel fatal accidente. Esta vez tenía una terrible obsesión
por su cuidado y no les permitía estar cerca de ningún peligro, en especial aquella
temida carretera. Pero no podía estar detrás de ellas las 24 horas, y un día, se
vieron muy cercanas al peligroso lugar, decididas a cruzar vieron hacia los dos
lados, no había ningún auto, con un paso en el asfalto, fueron tomadas del
hombro bruscamente por su madre, quien lloraba desconsoladamente,
diciendo –No crucen- a lo cual recibió una respuesta inesperada de las dos
pequeñas: -No pensábamos cruzar, ya nos atropellaron una vez, no
volverá a suceder…-
Soneto

A la luna
Quiero tocar la luna con mis manos,
sentir su hermoso brillo claro,
acariciar con la punta de mis dedos
su aterciopelado cuerpo blando

vivir el sueño de los enamorados


y caminar al lado de los lunáticos
siendo libre de todo prejuicio vano

Cuando la noche muera


viajar sobre su caballo blanco
hacia el lugar donde descansan
todos los que como ella han amado.

Coplas tradicionales
"Un beso te quiero dar, / pero de fijo no sé / ni cuándo lo he de empezar / ni cuando lo
acabaré".

"Llévate la lima, / llévate el limón, / llévate las llaves / de mi corazón".

"El amor de las mujeres / es como el de las gallinas, / que en faltándoles el gallo /a
cualquier pollo se arriman. / El amor de las mujeres / es como lumbre en pajar: / una
vez que se ha encendido / ya no se puede apagar".

"La mujer que quiere a dos / es discreta y entendida: / si una vela se le apaga / la otra le
queda encendida. / La mujer que quiere a dos / los quiere como a hermanitos: / al uno
le pone cuernos, / al otro los pitoncitos" (Los "pitoncitos" son los senos).

"Dos flores bellas tenía / un amante cuitlacoche, / y así de las dos decía: / `Una es mi
huele de noche, / y otra mi apesta de día'".

"Desde que te vi venir / le dije a mi corazón: / ¡Qué bonita piedrecita / para darme un
tropezón!".

"Si me muero, de mi barro / hágase, comadre, un jarro. / Si tiene sed, en él beba. / Si a


la boca se le pega / son los besos de su charro".

"De domingo en domingo / te veo la cara / cuando vas a la misa / por la mañana. /
Cielito lindo: / yo bien quisiera / que toda la semana / domingo fuera".

"Qué tristes quedan los campos / cuando el Sol se va poniendo. / Así quedan los
amantes / cuando se están despidiendo".

"Señores, ya no les canto. / Ya me duele la garganta. / Será porque no me han dado / de


esa agüita que ataranta".
Tragedia

María Olga es una mujer encantadora. Especialmente la


parte que se llama Olga.
Se casó con un mocetón grande y fornido, un poco torpe,
lleno de ideas honoríficas, reglamentadas como árboles de
paseo.
Pero la parte que ella casó era su parte que se llamaba
María. Su parte Olga permanecía soltera y tomó un amante
que vivía en adoración ante sus ojos.
Ella no podía comprender que su marido se enfureciera y le
reprochara infidelidad. María era fiel. ¿Qué tenía él que
meterse con Olga? Ella no comprendía que él no
comprendiera. María cumplía con su deber, la parte Olga
adoraba a su amante.
¿Era ella culpable de tener un nombre doble y de las
consecuencias que esto puede traer consigo?
Así, cuando el marido cogió el revólver, ella abrió los ojos
enormes, no asustados, sino llenos de asombro, por no
poder comprender un gesto tan absurdo.
Pero sucedió que el marido se equivocó y mató a María, a la
parte suya, en vez de matar a la otra. Olga continuó
viviendo en brazos de su amante, y creo que aún sigue feliz,
muy feliz, sintiendo sólo que es un poco zurda.

Comedia clásica
La vida también es una comedia.

En el día a día encontramos situaciones cómicas que nos hacen reír.


Escenas espontáneas que nos divierten.

En la empresa donde trabajo hay momentos en que la llamada telefónica


está mala, por eso se oye la voz del interlocutor lejana o incomprensible. Se
siguió el siguiente diálogo:

__ ¡Buenos días! El Departamento de Ventas, ¡por favor!

__¿Con quien tengo el gusto de hablar?

El señor repetía su nombre varias veces, sin embargo, la recepcionista


solamente comprendía: "¿Estás oyendo?" Y ella le contestó: "Estoy oyendo
pero quien está hablando?". Por fin ella logró entender que él se llamaba
"Calvino".
En otra ocasión fue a llamar a un cliente del municipio de Santa Maria de
Jetibá, un municipio del Estado del Espírito Santo, referente a una factura
negociable atrasada y pregunté por la empleada responsable de ese asunto
y me dijeron que ella se había venido aquí a Vila Velha (ES), entonces le
informé el nombre de la empresa, "Plastical", la cual la persona se asustó
sobresaltada: "¿Del hospital? ¡Dios Mío! ¿Qué le pasó a ella?" Cuanto más
intentaba hacer que me escuchase claramente, más ella escuchaba
equivocadamente "hospital". Descolgué y llamé enseguida, diciendo:
"¡Industria de sacos plásticos!" Y ella respiró calmada: " ¡Qué susto me
diste!"

Esta ocurrió en mi casa: mi padre estaba sentado en el sofá de la sala


delante de la televisión desconectada. Así que me vio murmuró
tristemente:

__"¡Cada día veo menos! ¡Mi vista está pésima! ¡Lo veo todo empañado!"

Cogí sus gafas, las lavé con agua y jabón, las sequé y le pedí que se las
pusiera.

__"¿Estás viendo mejor?"

__ "Ah, ¡ahora sí!"

Él tiene la costumbre de meterse con frituras en la cocina y nunca se


acuerda de limpiar las gafas.

¿Quién no vivenció circunstancias como estas? Todos tenemos una historia


que contar cuya descripción es acompañada por una dosis de carcajadas.

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