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Composición Musical
Consideraciones general es
ALEJANDRO GUARELLO
I nstituto de Música
Pontificia Universidad Católica de Chile
Durante las décadas de 1980 y 1 990. Radio Beetboven mostró especial i nterés por
entregar a sus asociados una información más completa que la mera programación.
De este modo, dio cabida a varios colaboradores para publicar breves anícu los que
trataron sobre materias musicales diversas. Entre ellos figura una serie de ocho
escritos destinados a la creación musical contemporánea, titulados "Reflexiones
sobre Composición M usical" 1 al VIII, que aparecieron en los Boletines de Radio
B eetboven Nºs 128, 1 29 y 130, del año 199 1, y los Nº' 131, 132, 133, 135 y 1 38
de 1992.
A ntecedentes
Sin duda. uno de los problemas más mencionados y tratados durante e l presente
siglo h a sido y pareciera seguir siendo encontrar, en cuanto principio ordenador, un
substituto al s istema tonal.
un siglo, alcanzando su esplendor con disponibles aunque bajo la sombra y el influjo de viejos
el Clasicismo vienés. hizo posible resabios formales tonales (motivos. temas. articulación
-gracias a su condición de sistema de frases. etc.) y que sirvió con plenitud a las necesidades
regular el discurso musical, formar y estéticas del expresionismo reinantes en ese entonces. La
disponer de modo relacionado las otra, también "atonar· pero que recuperó antiguas maneras
permitiendo, eso sí. un amplio grado extraeuropeo y que. en definitiva. a poco andar. sentaría
de libertad e invención dentro de las las bases del Neo-clasicismo. Este último, reutilizaría de
leyes de funcionalidad y una manera bastante poco acertada la recién desaparecida
direccionalidad del propio sistema. tonalidad.
Hoy. a sólo cinco años de haber recibido un nuevo siglo asistimos a un panorama
post-moderno e n el que conviven las más diversas tendencias, l a mayoría de las
cuales se inscriben en el campo de la regresión y la recuperación de formas y valores
que ya no poseen la vitalidad que tuvieron en el momento de su verdadera y primera
formulación. S i n embargo, existe una mi noría (quizás no sea tal ) que habiendo
en frentado esta nueva segunda crisis y alej ados esta vez de la proxi m idad del
fantasma tonal, repiensa los problemas de un modo nuevo sin dejar de lado la valiosa
expe1iencia vivida durante el pasado siglo y por qué no decirlo. durante toda nuestra
historia musical .
Consciencia e Inconsciencia
aque l l a que opera e n e l campo de la donde esta i nteracc ión e ntre percepción superfi c i a l y
forma articulada y que tiende a atender percepc i ó n profunda se da a gran escala y donde l as
con mayor fuerza aquellos fenómenos d i fere ncias téc n i c as y l o s pequeños detal l e s i n ternos
simples, bien del ineados, adquieren fundamental i mportancia. Tal como lo demuestra
que la práctica composicional trad icional ya usaba estas dos v ías de estímulo
perceptivo. La composición musical de nuestros tiempos d i fiere e ntonces de l a
tradicional sólo en e l hecho que l a cantidad d e información superficial e s menor o
más difusa. Actualmente, la mayor parte de la creación musical tiende a l a polifonía
y sobrepone o yuxtapone diversos planos, niveles o couches, los cuales debieran
funcionar del m i s mo modo que funcionan las diferentes voces e n la pol ifo nía de
Palestrina o de B ach. Esto revela la tendencia natural de todo el arte moderno a la
superposición de diferentes zonas de información acústica o visual y que establece
nuevas condiciones de percepción, tendiendo a poner más relieve en el ejercicio de
la mente profunda a través del uso continuo de la percepc ión inconsciente.
Al igual que en una fuga de J . S . B ach -donde e l tema no debe ser entendido como
una simple melodía sino como el germen del que crecerá la i ntrincada estructura
poli fón ica, siguiendo el despliegue de estas estructuras con una atención difusa,
concentrándose no e n una sola voz sino en l a estructura global, la composición
actual debe ser atendida y seguida de modo análogo, lo que requ iere que su
construcción (composición) e ntregue los medios de i n terre l ación de todos Jos
fenómenos que concurren para formularla. E s por esto que, pese a que el arte
moderno tiende a formas débiles y l ibres de gestal1, lo que es síntoma de u n
racionalismo debilitado, debemos poner gran cuidado en la utilización d e nuestro
racional ismo y tensión emocional para lograr que ambos aspectos se potencien,
generando un arte completo y satisfactorio a las necesidades tanto de nuestra mente
superficial como de nuestra mente profunda.
Para lograr un verdadero registro de Jo percibido se requiere una condición si11e qua
non. esto es, la atención concentrada y '"despierta" sobre el fenómeno percibido.
Sin embargo, existen mecanismos formales del discurso musical que pueden i ncidir
e n el modo y grado de registro de la nueva i nformación. Entre e l los se encuentra
la simple repetición inmediata de un fenómeno. la que causa a su vez. a partir de
cierto tiempo, el debilitamiento de la atención con la consecuente desconexión entre
la atención y el fenómeno. La atención, entonces, se trasladará o no a otros focos
o fenómenos reales o virtuales presentes en el acto en que se desarrolla el fenómeno
a percibir. Así, por ejemplo, la música repetitiva (como la Minimaf Music) produce
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conferir un sentido, y tengo la i mpresión que la música i mita uno de los procesos
naturales más i ncreíbles: el paso de la v ida i nanimada a la vida animada, de las
formas moleculares a las formas orgánicas, de una dimensión abstracta e i n móvil
a una dimensión vital y expresiva.. 2_
E n primer lugar, debemos poner atención en lo que sucede con nuestra percepción
frente a dos situaciones límites: la repetición constante sin (o casi sin) variación y
la sobreinformación que aparece como "caótica''. Curiosamente, entre estas dos
situaciones antípodas. la reacción de la conciencia ( mente superficial) es la m isma.
Esto cs. como ya se dijo. se "desconecta" de Ja info rmación y '"entra" a otro campo
o "cambia'' su focalización hacia otro fenómeno.
Esta necesidad humana de conectarse con fenómenos análogos a nuestra propia vida
o al menos cómo la percibi mos, condiciona nuestra atención, la que -creo- no nace
sólo a partir de la familiaridad o información previa que se tenga del fenómeno a
percibir sino también a partir de su "'novedad articulada"'. Esto último, lo entiendo
corno la relación que el ser humano establece con todo fenómeno que le resulte
desconocido. Apenas esto sucede, la mente consciente o inconsciente opera de modo
tal que v incula la información previamente registrada con lo nuevo. generándose
un ··encuentro" energético entre lo conocido y lo desconocido que puede y debería
manifestarse en el campo de la sensaci ón o la emoción. Es aquí donde radica l a
necesidad d e lo nuevo y por e l l o sostengo que el i nterés real estará generado más
por el enfrentamiento de lo nuevo con lo conocido que por el simple reconocimiento
de algo ya registrado. Creo. entonces. que es en la di aléctica nuevo-conocido que
2. Berio. Luc i a n o : F:111re1ie11s a1·Pc Rn< rnna Da/111011te. J . C . Lattes, Par i > . 1 9 8 3 . pag. 27.
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Ahora bien, las condiciones recién descritas son extremadamente simples y permiten
que un sonido sea ya un "objeto" formal . Pero imaginemos ahora la experiencia
anterior en un ambiente sonoro complejo, en e l cual "conviven" simultáneamente
múltiples y diferentes sonidos. Una obra orquestal . para tomar un ejemplo. ¿Estarán
dadas las condiciones para que nuestra percepción logre defi n i r cada uno de los
soni dos que rec i b e n u e stro oído y adoptarlo como u n .. obj eto" for m a l ?
Es i ndudable q u e para un oído normal esta t area resultará imposible ya que cada
uno de los sonidos que conforman este nuevo ambiente pasará a ser un elemento
más del todo i ndiferenciado y nuestra percepción requerirá, entonces, de una nueva
categoría de formalización. Esta nueva formalización estará basada en las relaciones
de los sonidos más que en los sonidos m ismos y surgirá el concepto de i ntervalo,
de grupo, de gesto, de figura . etc. Para hacer una analogía con nuestro lenguaje,
podríamos decir que las letras son los sonidos aislados y las palabras son las nuevas
categorías de formalización que pennitirán la elaboración del discurso. En la música,
esta necesidad perceptiva ha obl i gado al compositor a "con stru i r" fenómenos
formalizados los que son conocidos como "motivos", ·'temas", '·sujetos", "frases'',
etc.
difiere n mayormente del d i sc urso una parte y del fenómeno de lo nuevo, por otra. debemos
constatar la identidad del primer hecho: "A" y el cambio
musical tradicional. La composición
o variaci ón en el segundo hecho: " a" . De este m i smo
musical, hoy y ayer. no consi ste en
modo, e x i ste la posibi l i dad de que el segundo hecho no
u n a s i mp l e ac u m u l ac i ó n de ideas
posea e n sí elementos del pri mero. haciendo imposible
(buenas o malas) e n u n período de
constatar un fenómeno de repetición y. por lo tanto, nuestra
t i e m p o . E s necesario ponerlas en
percepción no registra e l segundo hecho. en este caso,
acción, en relación, derivándolas unas
por ejemplo: " % " como variación del primero "A" sino
de otras, evolucionando sus apa1iencias como u n hecho completamente n uevo y desconocido.
h a s ta o b t e n e r, i ne 1 u s o , n u e v o s Aquí, e l segundo hecho, al no tener elementos del primero,
"obj etos" formales s i n destrui r l a determina una relación de contraste u oposición y será un
naturaleza y esencia de aquellos que fe n ó m e n o q u e . v o l v i e ndo a l a m ú s i c a , a s u m i rá
sirvieron como puntos de partida. Así. -naturalmente- una nueva función fon11al. un nuevo punto
el auditor asiste a un fenómeno que le de partida o de referencia.
provee de a c o n t ec i m i e n t o s para
i d e n ti fi car, reconocer. re l ac io n ar, Ahora bien, debemos considerar que tanto l a repetición
permitiendo el l i bre j uego emocional. como l a variac i ó n pueden tener d i ferentes g rados.
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generándose, así, zonas intermedias en las que resulta difícil establecer cuál fenómeno
predomina en la relación de los ·'objetos formales". Tomemos, por ejemplo, el signo
"O" y entremos en una consideración de tipo temporal, que es la dimensión propia
de la música. Una repetición absoluta y exacta de este tipo: ·'O". sería tautológica,
de igualdad absoluta. Sin embargo, podríamos considerar que el segundo signo se
encuentra en otro contexto y que, además, cumple una función absolutamente distinta
al primero: el primero -cuando lo vemos por primera vez- es nuevo, y el segundo,
ya conocido.
También podemos considerar como repetición de los anteriores a los signos: "0"
y "O". Pero en este caso podemos constatar la variación en las diferencias de
"cuerpo" en el primer caso, o de forma en el segundo. También podríamos comparar
el signo "O", con el signo "?'' y constatar que nos es difícil usar el término variación
puesto que resulta poco claro establecer los lazos, los puntos comunes, que puedan
poseer los dos signos en cuestión. Como vemos, la variación depende de la naturaleza
de los parámetros que conforman el '·objeto" y en qué medida, uno, algunos o todos
estos son modificados. Todo lo anterior nos obliga a definir aquí, aunque sea
someramente, los parámetros del sonido.
Uno de los elementos más propios de la música y más identificable es la altura del
sonido. dicho en términos físico-acústicos, su frecuencia. Esto permite determinar
y fijar alturas, las notas, y organizar -si se desea- la gama musical en la que l as
alturas están distanciadas de manera tal, que nuestro oído pueda diferenciar claramente,
por ejemplo, un La de un Fa. U n oído bien entrenado o privilegiado no sólo puede
establecer las diferencias enlre sonidos de diversa frecuencia, sino también recordar
una frecuencia, lo que se conoce como oído absoluto.
Otro elemento del sonido que resulta básico es l a duración de éste y que se establece
en térmi nos simplemente temporal e s . S i n e mbargo, su apariencia es relat i v a
considerando los contextos e n q u e surge y su percepción se b a s a tanto e n l a
comparación proporcional, como en referencia a un pulso constante y subyacente.
En general. el parámetro de duración sonora se articula y toma forma a través de
la combinación de duraciones largas y cortas. De este parámetro surge el ritmo que.
adosado al parámetro de altura, genera el diseño melódico.
parecerá fortissimo. Pero ese mismo extingue. Esto corresponde a lo que se denominan l as
Jorfe en términos de decibeles, dejará transientes dinámicas. El momento más llamativo para el
de aparecer como súbito y nos parecerá oído, amén de su duraci ón, es el modo de i n i c i o de un
normal dentro de un contexto dejarte. sonido y por lo tanto, este elemento tiene la capacidad de
Del mismo modo, eseforte, tendrá otro cooperar e n l a caracterización de un fenómeno sonoro.
sentido para nuestra percepción, si Esto con-esponde en general al fenómeno de l a at1iculación
aparece como resultado de un de cada sonido ( legato, sraccaro, portato, spiccato, etc).
crescendo desde el piano al Jorre.
Todo fenómeno sonoro posee necesariamente todos estos
Otro i mportante elemento paramétrico elementos: frecuencia, duración, potencia, forma de onda
del sonido es el timbre, en términos y transiente dinámica, cualquiera que sea su índice de
físico-acústicos, la forma de onda del manifestación. Estos parámetros son los que determinan,
sonido. Esta resulta de l a cantidad y
e n t o n c e s , l as características de un s o n i d o l as q u e ,
naturaleza de los sonidos armónicos
regi stradas por nue stra percepción, nos permi ten l a
que acompañan a todo sonido,
c o mp arac i ó n y l a corre s p o n d i e n t e r e l a c i ó n de l o s
e x c e p t u a n d o a l a r t i fi c i al s o n i d o
fenómenos sonoros. Este proceso s e extiende también a
s i n u s o i d a l q u e s e obtiene p o r vía
los ·'objetos formales" ya constituidos y que, por ende,
electrónica y al que se l e considera
son portadores de las características paramétricas del
absolutamente puro. E l timbre es un
sonido.
re s u ltado de las condiciones
e s t a b l e c i d a s por l o s i n s trumentos
Imaginemos u n tema. Por ejemplo, la famosa melodía
g e n e r a d o re s del sonido y sus
coral beethove n i an a de la Novena Sinfonía. En e l l a .
resonadores, Jos cuales, para un mismo
podríamos modificar s u ritmo, como el mismo Beethoven
instrumento. pueden hacer variar l a
lo hizo, y lograríamos una variación. Del mismo modo,
forma d e onda. Esto l o conocemos
le podríamos cambiar el ti mbre, o la dinámica, o l a
como i n fl e x i ó n del t i m b re y
velocidad (el tempo. q u e pese a no s e r u n parámetro del
corresponde, por ejemplo, al uso de la
sonido, s í es un parámetro de l a música) o incl uir otras
sordina en un violín. Ésta, dismi nuye
notas (ornamentación) entre las originales, etc . Como
la tran smisión de la vibración de l a
podemos ver, se pueden obtener '"i nfinitas" versiones de
cuerda a l a caja del i nstrumento y por
un ''objeto fotmal" y el arte de la composición determinará
lo tanto modifica el t imbre
obteniéndose l o que s e conoce como ·
qué versiones son apropiadas y cuales no. O, por qué no
un color. Por otra part e , e x i ste l a decirlo, cuáles se le ocurren al creador y cuáles ni siquiera
posibilidad d e mezclar los diferentes pasarán por su mente. Al respecto, podemos recordar l a
timbres, lo que da origen al elemento maravi l losa obra de J.S. Bach compuesta a partir d e l
e x p re s i v o d e la o r q u e s t a c i ó n o famoso tema "regio" d e Federico El Grande, quien propuso
Finalmente un elemento que funciona al teclado. Habiéndose percatado Bach de las enormes
micro-dimensión. es el modo de ataque posteriormente envió al Rey, la versión defi ni tiva -por
En este punto, puede parecer necesario, u na vez más. reflex ionar sobre l o dicho
anteriormente en relación a nuestras necesidades perceptivas y evaluar la propia
vivencia afectiva y reflexiva en cada momento que oímos música. Esto. tal vez. nos
permitiría acercarnos a establecer criterios ( aunque muy relativos) respecto a las
o b r a s m u s i c a l e s t a n t o c o m o c r e a d o r e s , i n t é r p re t e s o a u d i t o re s .
permanecen ''ocultos" tras l o s objetos percibimos. Este orden se "concreta", norm almente,
formales captados con facilidad por la después de l a audición de la obra y solo en algunos casos
mente superficial o conciencia. Toda durante la obra; pero en esta última situación, una vez
i ntensidades, formas de onda, etc., que de objetos sonoros en e l mismo momento en que ellos
puede ocupar un mismo "espacio'' de ocurren o se manifiestan, otorgando un nive l , forma y
t i e m p o . Esto se l l ama p o l i fo n ía o carga de i n formaci ó n que enriquece notablemente l a
multifonía, en el sentido más genérico audición.
del término, que d i fi ere del sentido
técnico-musical correspondiente a un En el desarrollo de l a música occ idental , l a necesi dad
comportam iento contrapuntístico de estética de "alimentar" a nuestra mente profunda surgió
v a r i a s l ín e a s m e l ó d i c a s q u e se y a, en el siglo IX, con l as primeras e xperiencias de
superponen durante un mismo período "organum''. Es decir, de duplicar s i multáneamente l a
de tiempo. monodia original con una réplica exacta e n cuanto a l a
temporalidad, pero. con un cambio en el parámetro de la
Para l o grar i n troduc i rn o s en l a frecuencia sonora. Esto lleva a una imagen de paralelismo
dimen s i ó n paramétrica "verti cal" o de ambas monodias que, por su s i mp l e simultaneidad,
simultánea de la música, debemos usar pasan a ser, e n conj u n t o , un fen ó m e n o pol i fó n i c o .
el término polifonía en su sentido más
general y, por lo tanto, consideraremos Observando nuestra historia musical podemos descubrir
toda simultaneidad sonora como una que ésta se desarrolló en una secuenci a paramétrica
m a n i fe s t a c i ó n p o l i fó n i c a . D e l a "lógica", de acuerdo y a medida que los hombres fueron
polifonía surgen las características que tomando conciencia y controlando, a través de la esc1itura:
definen a la armonía, el contrapunto. la frec uencia, la duración, la i ntensidad, los modos de
y la textura o tejido de la música. Todos ataque, e l ti mbre, en fi n , J o s d iversos elem entos y
estos aspectos p ol i fó n i c o s forman características del sonido. A sí, luego de dominar e l
parte, ineludiblemente, de la mayor parámetro d e altura sonora y ser capaces de superponer
parte de la música, cualquiera sea su simultáneamente dos o más réplicas monódicas se produjo
época, estilo u ori gen . La música que el cambio en e l manejo del parámetro de duración que
no ocupa esta dimensión simul tánea generó melodías i n dependiente s unas de otras, tanto
se define, comúnmente, como respecto a su d i seño de alturas, como en sus formas
monodia. rítmicas. Esto dio origen, al Contrapunto. Término que
surge de la denominación "punctum" que recibía una nota
La monodia, parte fundamental de los sola l a que, al estar dispuesta simultáneamente contra otra
inicios de nuestra música occidental, de s imilar duración pero de diferente altura, producía l a
en la forma de Canto Gregoriano, es situac i ó n : p u nctum contra p un ctum. E s t e p roto t i p o
el prototipo de l a dimensión temporal evolucionó, al poco tiempo, y se llegó a contraponer vaiios
de un discurso y los objetos formales sonidos, de breve duración y diferentes alturas, sobre uno
que lo constituyen, se relacionan en e l de larga duración conocido técnicamente como ccmtus
tiempo apelando a nuestra capacidad firmus.
de m e m o r i a , de r e l ac i ó n y a l a
necesidad de o rd e n a r lo que Posteriormente, los músicos fueron incorporando. en la
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L a melodía era acompañ ada por acordes (un conj unto de dos o más sonidos
si multáneos) y que justamente, estaban "de acuerdo" al momento monódico al cual
eran aplicados. Esto originó la Armonía que, dentro del sistema tonal, adquirió una
fisononúa de tipo funcional que dio paso, i ncluso, a l a i ndependencia del discurso
armónico. Esto pem1itió, a su vez, el manejo expresivo de l a am1onía que, en cuanto
nivel de informac ión, se superponía simultáneamente a l a monodia. Como ejemplo
visual de esta situación podríamos i maginar a La Giocunda de Leonardo da Vi nci :
una figura ( e l retrato) sobre un fondo (el paisaj e ) . También hay casos en que l a
música s e sostiene por s u solo di scurso am1ónico y su expresividad, en n i ngún caso,
se ve menoscabada. Sería el caso, vol viendo a un ej emplo visual, de una pi ntura
mari na sin presentar necesariamente una nave.
del lenguaje tonal, l a que corresponde Hoy e n día, e l compon e r música implica optar
Ahora bien, l a direccionalidad que el compositor actual enfrenta el problema de elegir entre
caracteriza a la música tonal clásico todas las posibilidades conocidas y por conocer. Esto
romántica, no es priva tiva de ésta. último, que puede llamar la atención del lector, resulta de
Pero. al encontrar este fenómeno en la inalienable posibilidad que tiene el creador de buscar,
otros estilos o épocas nos damos cuenta descubrir o crear los modos de articulación que su
que este comportamiento, si bien e s pensamiento musical requiera para obtener una verdadera
u n aspecto uti lizado en el discurso, no correspondencia entre sus ideas y l a Forma que van
l o rige ni caracteriza de modo adqui1iendo en el proceso de la composición. Este último
fundame nta l . En e l barroco, por concepto es uno de los más resbaladizos y confusos del
e jemplo. las armonía s -que son ane musical .
prácticamente las mismas que serán
utilizadas por los clásicos- poseen un Son muchas las ideas y significados que se adhieren al
comportamiento más errático, más vocablo forma. Entre ellos podemos mencionar los de
inestable. Por su pane, las melodías estructura, es quema, model o formal, modo o forma de
s on menos c e r r ad a s y los ser, apariencia, límite o contorno, etc.
procedimientos formales están más
cerca de la progresión y la fuga, que En primer lugar, debemos aceptar que todo aquello que
de la f o rm u l a c i ó n ce rrada de tiene un límite. es decir que es finito, necesariamente
antecedente-consecuente. En e l ban·oco poseerá una forma determinada por sus propios límites,
predominan -a excepción de l a s lo cual permite separar el fenómeno de su contexto. Si
danzas- las fantasías. los co11certos. analizamos someramente nuestro límite corporal nos
las rugas, los ricercare que permiten encontraremos con que, aparentemente, todos los seres
una polivalencia direccional y una humanos poseemos la misma forma. Pero, inmediatamente
libertad en el discurso que desaparecerá surgen diferencias.
con el clasicismo. para reaparecer
tímidamente e n el romantici s mo y Estas diferencias van apareciendo a medida que se van
consolidarse con propiedad en los examinando los diversos niveles formales. es decir, los
dife r e n t e s e s tilos de la m ú s i c a dife rentes contextos en que una forma se "recorta" o
contemporánea. distingue. fa cierto que en términos generales. todos los
seres humanos tienen un esquema formal común: cabeza.
Antes del siglo XVII. en el tronco y extremidades. Luego nos encontramos con
Renacimiento e incluso en l a Edad diferencias formales en el nivel de los géneros masculino
Media. la música se enmarcaba dentro o femenino, también a nivel de razas y si continuamos,
de la lógica modal, la que no implicaba nos encontraremos que en el contexto de las personas
necesariame nte una direccionalidad, también hay diversas formas que encuentran, en el caso
lográndose a s í, una apariencia y de los gemelos, su nivel más bajo de diferenciación.
naturaleza flotante, suspendida. y que
difiere del discurso dramático de Todo lo anterior. lo podemos proyectar en el concepto
acontecimientos encadenados por musical de e squema formal. en el cual las panes y sus
una caus alidad y r e t ó rica q u e . funciones se mantienen en su lugar. independientemente
inevitablemente, genera el u s o del del lenguaje o estilo que albergan. A este nivel del concepto
sistema tonal. forma corresponden la forma binaria. la ternaria. la forma
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(No debemos confundir el térm i no escritura, tal como lo hemos planteado. con e l
concepto cotidiano y coloquial d e l acto de escribir, plasmar signos e n un papel o
transcribir ideas y conceptos, sino más bien relacionarlo directamente con la voluntad,
el pensamiento, la especulación, la creación que determina. finalmente, el acto de
escribir).
rom anticismo y, e n general, a todos que le es ajena. Pero . . . , y l a música pura, aquella que no
los i ntentos por rev i v i r naturalezas apela a los aspectos recién mencionados y que establece
Ahora bien, tendemos a asociar l a idea Las respuestas a estas i nterrogantes constituyen uno de
de forma con l a de sign i ficado y, al los núcleos de las acniales discusiones entre quienes viven
respecto, conviene establecer algunos e n la m ú s i c a . sean e s tos i ntérpre t e s , c o m p o s i tores ,
criterios generales. i n vestigadores o auditore s . Para algunos. el problema
si mplemente no existe ya que sostienen que l a música es
La obra, que es el resultado del cúmulo esencialmente un lenguaje comuni cador y que cuando es
de operaciones sobre los elementos autorreferente comunica e n ú l t i m a i n stancia e l status
del sonido y que hemos abordado más emocional o sicológico del composi tor. Para otros. l a
an-iba, se manifiesta en cuanto música capacidad de comunicación de l a m ú s i c a radica en l a
fo r m a en el m o m e n t o en q ue e s interpretación y e n l a cuota d e responsabilidad q u e posee
i n terpretada, e n e l momento e n que el i n t é r p r e t e a l h ac e r r e a l i d a d la c o m p o s i c i ó n .
todas las relaciones existentes en ella
se realizan para que, potencialmente, E n nuestra modesta opinión. l a música autorreferente no
s e a n o b s e rv a d a s por un a u d i t o r. significa n i comunica nada, simplemente es, y al existir
Obviamente, como ya se ha dicho, las ( si esto es verdaderamente posible), es decir al manifestarse
relaciones que dan v ida a al obra no como fenómeno perceptible, provoca. como todo hecho
surgen explicativamente en el acto de o evento que se manifiesta, una potencial percepción de
aud i c i ón s i n o que permean nuestra dicha mani festación y es e l individuo que percibe quien
percepc ión y activan nuestra mente y l e otorga un s i g n i ficado y u n s e n t i d o al fe n ó m e n o
emociones de modo, por el momento, observado.
i n c o m p re n s i b l e y enigmático.
En realidad, el sujeto que percibe es estimulado a poner
E s sabido que l a formulación sonora en acción toda su experiencia y memoria afectiva que ha
posee la capacidad de "representar". ido adquiriendo en su vida, lo cual se traduce. e n verdad,
"pintar" o describir aspectos de la vida, en u n a c o m u n i c ac i ó n c o n s i g o m i s m o . De e s t a
pero e s t o oc urre p r e fe re n t e m e n t e c o m u n i c ación i nterna surgen l a s c o n notac i o n e s q ue
cuando junto a la música se manifiestan reconocemos como significados de los objetos observados.
otros medios de comun icación como Esto explica, en parte, la diversidad de significados que
la imagen, la palabra o s i mplemente puede rec i b i r algo fre nte a d i ferentes sujetos que l o
un objeto sonoro semant i zado, un obse r v a n . M i e n tras m a y o r e s l a abstrac c i ó n de l o
cliché, una cita musical que apela a un observado. mayor es l a posibilidad d e otorgarle múltiples
conocimiento común y global. En estos significados.
casos, cabe la posibil idad de asociar
fo r m a y c o n te n i d o con algún La obra que se inscribe en l a música autorreferencial es
significado más o menos compartido inufosicamente abstracta y por lo tanto es un e!l'or pretender
por muchos, lo que permite, establecer o fij ar de una vez y para siempre, un significado
eventualmente, l a transmisión musical para ella. Es más, su i nefabi lidad ni siquiera permite que
de una realidad. Aquí, la música, con U d . . apenas haya oído un obra de esta naturaleza, sea
la ayuda de l a i magen o l a palabra, capaz de tran s m i t i r de modo verbal su e x periencia y
codifica y decodifica una información sentimientos surgidos de la audición referida. inténtelo,
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Para concluir con esta reflexión sobre l a composición musical deseo hacer algunas
consideraciones generales acerca del arte musical contemporáneo en su conjunto.
Los auditores, bajo la actual situación, en realidad aparecen perdiendo una interesante
oportunidad de experimentar un arte vivo. rico en vivencias estéticas y que crea un
espacio para el desarrollo de sus l i bertades individuales que dicen relación con la
imaginación y los aspectos inventivos que naturalmente existen en todo ser humano.
La música contemporánea, al proponer una i nfinita gama de i n terpretaciones y
lecturas -dada su maravi llosa condición de arte eminentemente abstracto- permite
e l l ibre eje rcicio de l as capacidades creativas del i ndividuo, q uien enfrentado a
través de la atención a un fenómeno musical. puede imprimirle a éste su propio sello
y, e n defi n itiva. verse reflejado en su propia i n terpretación dando l ugar así. a la
posibilidad de dialogar consigo mi smo permitiendo, a l a vez, el conocimiento de
su propia naturaleza.
La actual sociedad. que vive aún bajo la sombra del pensamiento del siglo XIX. no
logra, en su conjunto. renacer bajo las nuevas perspectivas que el conocimie nto y
el pensamiento ha abie110 en este último tiempo. Una gran op011unidad para acercarse
a ellas. es j ustamente entrar en contacto con fenómenos que hacen man ifiesto este
nuevo estado ele las cosas. Hoy, el hombre debe comprender que tiene que tender
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a no habituarse nunca. E l modo como recorrer por si solos un l argo camino, además cargado de
se generan los cambios, su velocidad modos y h á b i tos q u e su e s t u d i o m u s i c a l l e s h a
y cantidad, plantean un nuevo reto a proporcionado e i mpuesto y que. muchas veces. atentan
la humanidad para enfrentar tanto al c o n t ra u n a adecuada lectura de la m ú s i c a n u e v a .
mundo como a la naturaleza y que de
no mediar un cambio real en l a actitud Pienso q u e en e l l o s , l o s i ntérpretes, recae l a tarea más
ele e s ta sociedad, veremos cómo dura. Tener que vivir constantemente entre dos mundos
nosotros mismos iremos perdiendo la muy distintos es, sin duda, un gran problema a resolver
p ro p i a capac i dad d e c a m b i ar y y para l ograrlo. deben redoblar sus esfuerzos para
aj ustarnos a las nuevas condiciones permanecer atentos a l as circunstancias que rodean l a
que e l m undo actual, natura l mente. i nterpretación musical en su conjunto. S i n embargo. este
nos v i en e y s e g u i rá p l an teando. ejercicio tiene sus ventaj as. ya que perm ite al músico
ampliar sus criterios frente al mte musical en su global idad.
El arte, en general. y l a música nueva, permitiendo así acceder a una nueva perspectiva. incluso.
en particular, constituyen un campo para enfrentar la interpretación de la música del pasado.
de posibilidades donde ejercitar nuestra
capacidad creativa y. por ende. nuestra Por otra parte, l as escasas i nstancias de conciertos de
capacidad de generar nuevas respuestas m ú si c a nueva hacen poco grat i fi cante el trabajo del
incluso frente a antiguos problemas de i n térprete i n teresado en e l la, quien con gran esfuerzo
nuestra existencia. Como ya lo hemos p repara y e s t u d i a u n a obra q u e será ej e c u tada,
dicho en otros contextos, la música normalmente. sólo una vez. E l trabajo que significa e l
nueva que evita "llevar de la mano" al estudio d e u n a obra actual es bastante mayor q u e e l que
auditor con un discurso naffativo, como requiere una obra de repertorio tradicional ya que en ésta,
lo hace normalmente la música de los el músico se reencuentra constantemente con aquellos
s i g l o s X V l l l y X l X , perm i t e e l giros y formas que él ha i ntegrado a través de su formación.
desarro l l o d e l a i maginación s i n En cambio, ante una obra nueva el músico debe lograr
condici onantes q u e n o sean l as del escapar a los moldes preestablecidos, rescatando aquello
propi o mundo i nterior de q u i e n l a que le será siempre útil , y a la vez, i ngresar al nuevo
atiende y escucha. Por todo l o anterior. m u n d o q u e l a o b r a c o n t e m p o r á n e a p re s e n t a .
insisto. la actual situación mencionada
más arriba, afecta más a los auditores A veces, e l mundo sonoro d e una obra plantea modos
que al propio compositor. absolutamente distintos de abordarla lo que difi cu lta la
i nternalización de la naturaleza de su discurso. Ante esto,
En medio del compositor y el auditor, el músico se enfrenta a la obl igación de generar en sí, una
se encuentran los i n térpretes quienes auto-confianza a partir de su contacto con la obra y consigo
también e nfrentan u n problema no mismo. Como consecuencia de haber logrado esa auto
m e n o s c o m p l ej o . P a ra e l l o s l a s confianza, surge la verdadera conexión entre la música,
complicaciones surgen desde su propia el mundo i nterior del intérprete y el mundo i nterior de
educación musical que aún hoy en día, quien le escucha y atiende. Si esto se consolida. tanto en
está gobernada por l o s s i s te m as. el caso del intérprete como en el del auditor. la música
metodologías y repe1torios básicos que deja de ser un fenómeno externo al cual simplemente se
sirven a un lenguaj e musical que ya observa para pas<u- a ser una experiencia propia. que puede
no corresponde al actual . Así, los igualar al fascinante quehacer creativo del compositor.
intérpretes que por propia iniciativa se
i nteresan en l a nueva música deben Lo anterior no significa necesariamente que. tanto e l
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La música, dada s u condición natural de arte efímero. debiera ser tratada de modo
tal que no fuese posible transformarla en un simple objeto, en una mercadería para
vender o comprar. Lamentablemente, la tecnología a permitido envasar y capturar
este ai1e del tiempo y del sonido, y en torno a esta posibilidad. la actitud asumida
por los agentes culturales, dominados por la actual concepción de mercado, ha caído
en un uso y abuso del arte musical, haciéndolo casi cotidiano, l lenando todos los
espacios, transformándolo en un continuo indefinido e informe que hace aún más
difícil la consideración del arte musical como un hecho único, irrepetible y mágico.
La posibilidad de cambio del actual estado de las cosas no debe ser dejado sólo a
deci s iones de esferas i nst itucionales ,en quienes debiera recaer la i m portante
responsabilidad de cautei<ff una '"oferta" estética y estilística lo más ampl i a posible.
sino que es un t rabajo que podemos realizar a partir de l a propia individualidad.
ejerciendo nuestra propia voluntad y exigiéndonos controlar. seleccionar o elegir
la ocasión y el momento de oír tal o cual música, recuperando. así. esa particular
condición del hacer música: un rito, momento significativo, ocasional y esporádico,
en que toda nuestra conciencia abraza el fenómeno sonoro, y lo hace suyo estableciendo
los lazos entre el mundo afectivo y el racional que nos constituyen como seres
humanos.