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Las personas jurídicas son entidades ficticias que tienen por objetivo lograr los fines
impuestos por quienes las crearon, estos fines pueden ser múltiples en cuanto a sus
propósitos, estos fines pueden ser civiles, comerciales, de beneficencia, deportivos, etc.
“Se llama persona jurídica una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.” Art. 545 inc. 1°
Código Civil.
Se clasifican en:
Sin fines de lucro se clasifican en aquellas que persiguen fines altruistas o ideales o
sólo persiguen la intención de ayudar a sus miembros (cooperativas).
Con fines de lucro las sociedades en sus diversas variantes, las Empresas Individuales
de Responsabilidad Ltda. y las cooperativas, por ejemplo. Estas últimas participan
de ambas características.
Ventajas:
Patrimonial: Situación que permite a una o más personas naturales emprender una
gestión o negocio que no podrían lograr de manera individual. A su vez, si adopta
alguna de las tipologías societarias que limitan la responsabilidad hasta el monto del
aporte, como son las sociedades de responsabilidad limitada, las E.I.R.L., las
sociedades anónimas y las sociedades por acciones, tiene la opción de limitar la
esfera de su responsabilidad sin asumir riesgos en su patrimonio personal, puesto
que al constituirse una de éstas personas jurídicas, se forma un patrimonio
separado, distinto y autónomo del patrimonio de los individuos que la integran. Lo
anterior no ocurre con otro tipo de sociedades como las colectivas, por ejemplo, en
que los socios responden con todo su patrimonio.
Estabilidad: Cuentan con un estatuto que las rige, las personas jurídicas aseguran su
estabilidad y funcionamiento en el tiempo con independencia de las personas que
las integran, siempre se dice que “los hombres pasan y las instituciones quedan”.
Fundamentalmente son las sociedades civiles y comerciales, y las entidades que gozan de
personalidad jurídica, como las Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada, por
ejemplo.
Las sociedades pueden ser civiles y comerciales según sea la naturaleza del objeto social
que persiguen, a su vez, también existen sociedades de objeto mixto y que participan en
negocios de uno y otro caracter. Es bueno tener en cuenta que las sociedades inmobiliarias,
tienen un objeto civil.
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Nota: Actualmente existe un sistema paralelo al sistema registral tradicional, y es el sistema
de “sociedad en un día”, en la cual una persona puede constituir su sociedad en un día, desde
Internet, y sin costo. El sistema a la fecha de la actualización de este curso está habilitado
para la constitución de sociedades de responsabilidad limitada y empresas individuales
de
responsabilidad limitada.
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Se distingue entre:
A. Absoluta
B. Relativa
Los dementes, los impúberes y los sordomudos que no pueden darse a entender
claramente.
Son relativamente incapaces:
Los Menores adultos y los disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar
lo suyo.
En relación a la edad, las personas adquieren plena capacidad a la edad de 18 años.
Impúberes: el hombre que no ha cumplido 14 años y la mujer que no ha cumplido
12 años, son absolutamente incapaces.
Menores adultos: Hombre mayor de 14, y mujer mayor de 12, ambos hasta la edad
de 18 años.
Disipador: Es el que manifiesta una total falta de prudencia por actos repetidos de
dilapidación. Art.445. Éste es plenamente capaz hasta que se dicte sentencia de
interdicción.
Capacidad de Goce:
Se le define como la aptitud de toda persona para adquirir derechos, pudiendo ser
de goce y de ejercicio.
Sólo es atributo de la personalidad la capacidad de goce, ya que la persona es sujeto
de derechos.
Esta capacidad se confunde con la personalidad en si misma, pues es inherente a
toda persona la aptitud para adquirir todo tipo de derechos. No hay persona sin
capacidad de goce.
La capacidad de ejercicio no es atributo de la personalidad. Artículos 1446 y 1447
del Código Civil. Las personas absoluta o relativamente incapaces sólo adquieren
derechos, pero no pueden ejercerlos. Los absolutamente incapaces sólo pueden
actuar a través de sus representantes legales, en cambio los relativamente
incapaces pueden, además, actuar por medio de su representante legal o
personalmente autorizado por éste.
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Patrimonio
Concepto:
Es el conjunto de derechos y obligaciones de una personavaluables en dinero.
Desde cierto punto de vista la capacidad de goce se confunde con la idea clásica de
patrimonio. Esto lleva a que no todos los autores acepten al patrimonio como un
atributo independiente de la capacidad.
Las personas tienen a su disposición diversos bienes sobre los cuales ejercen los
derechos que le son propios, así como también tienen obligaciones hacia otras
personas, de las que responden con los bienes que le pertenecen. Es este conjunto
de derechos y obligaciones lo que constituyen su patrimonio.
Se acostumbra a decir que el patrimonio contiene los derechos y bienes de una
persona, lo que es impropio.
Los bienes no conforman el patrimonio sino los derechos de que se es titular.
El patrimonio va a estar integrado por los derechos reales y personales de que sea
titular el individuo. De esta manera, el continente, que es el patrimonio, suma los
derechos de su titular en un todo, formando un sólo bloque, por lo que llevan una
vida común y están sometidos a un conjunto de reglas que sólo se explican por su
unión. No sólo los derechos forman el patrimonio, sino también las obligaciones. Es
por esto que en todo patrimonio distinguimos tanto un activo como un pasivo.
Concepto de Patrimonio
Según Savigny, el patrimonio es el conjunto de derechos y obligaciones de una
persona, que tiene un contenido económico y pecuniario.
De acuerdo a esto no forman parte del patrimonio los derechos que no tienen
contenido pecuniario, que configuran los llamados derechos extrapatrimoniales.
Por el contrario, forman parte del patrimonio los derechos reales y personales, los
cuales tienen un contenido económico, y configuran los llamados derechos
patrimoniales.
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responde de la totalidad del pasivo del patrimonio, principio consagrado entre
nosotros por el art.2465, que contempla el principio del derecho de prenda general.
En base a este principio, el patrimonio no puede ser separado, fraccionado en masas
o proporciones distintas, en las cuales un activo particular responde sólo de ciertas
obligaciones. Existen ciertos patrimonios especiales, pero en realidad no son tales,
sino que son ciertos bienes y obligaciones sujetos a reglas especiales. El patrimonio
va a permanecer unido a la persona mientras dure su personalidad. La persona no
se puede desprender de su patrimonio, mientras esté viva. Podrá disponer de los
bienes que son de su dominio, pero no desprenderse de la aptitud para adquirir
derechos y obligaciones. En nuestro código hay normas relativas a la enajenación de
bienes que pueden relacionarse con esta característica del patrimonio. 1811, 1407,
1409, 2050
El patrimonio es imprescriptible, no se gana ni se pierde por prescripción (2498), el
patrimonio no está en el comercio humano.
Es inembargable, sólo los bienes que estén en el comercio humano pueden
embargarse. Se pueden embargar los bienes presentes y futuros de una persona,
pero no su patrimonio.
Es intransmisible. Algunos dicen que en Chile no se da esta característica, pues según
el 951 y 1097 se transmite a los herederos. Tal opinión no es compartida por un
sector de la doctrina, quienes entienden que lo que se transmite son los derechos y
obligaciones, pero no el patrimonio, el que al ser inherente a la persona se extingue
con ella.
Cosa: Es todo lo que existe y que no es persona, todo lo que es relevante o tomado
en cuenta por la ley y que puede ser objeto de relaciones jurídicas.
Bienes: Son todas aquellas cosas que, produciendo utilidad al hombre son
susceptibles de propiedad. Da a entender la idea de utilidad o interés, por eso se
refiere al sujeto. En cambio, la expresión cosa tiene un significado objetivo en sí
mismo, sin que sea jurídicamente relevante.
En algunas clasificaciones el legislador se refieren mas a las cosas y en otras mas a los
bienes, así por ejemplo habla de “cosas” divisibles, fungibles, consumibles, y “bienes”
patrimoniales o extrapatrimoniales.
Esta distinción entre cosas y bienes tiene utilidad, en cuanto permite explicar la
coexistencia de varios derechos subjetivos sobre una misma cosa. Por ejemplo: En un
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predio es posible que se constituya una servidumbre y una hipoteca, derechos que
coexisten con el derecho de propiedad o dominio. Todos recaen sobre una misma cosa
pero se refieren a utilidades
diversas.
Nuestro Código Civil habla indistintamente de cosas o bienes. Se acostumbra llamar cosas
a las que no son susceptibles de propiedad. Por ejemplo: las cosas comunes a todos los
hombres y a las que son susceptibles de propiedad se las llama indistintamente cosas o
bienes.
Clasificación
“Artículo 565.- Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales. Corporales son las
que tiene un ser real y pueden ser percibidas por los sentidos, como una casa, un libro.
Incoporales las que consisten en meros derechos, como los créditos, y las servidumbres
activas.”
“Artículo 576.- Las cosas incorporales son derechos reales o personales.” Cabe señalar que,
además de estos derechos, hay una serie de otras entidades incorporales que no son
derechos.
Por ejemplo: La energía, en cuanto esté sometida al poder del hombre es útil para él, por lo
tanto, es un bien; el espacio aéreo, unos dicen que es bien, otro que es cosa. También está
el trabajo y el hecho del hombre, las obras del ingenio, ciertas situaciones jurídicas de hecho
como la posesión, el crédito de un empresario, la habilidad o capacidad técnica, la
capacidad de trabajo, la clientela.
Derecho Real
Es el que se tiene sobre una cosa sin respecto de determinada persona. Inciso primero del
Artículo 577.
“Artículo 577.- Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada
persona.
Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso o habitación, los de
servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones
reales.”
Elementos
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Algunos autores, encabezados por Planiol, sostienen que hay un tercer elemento en el
derecho real, que sería el sujeto pasivo, y éste sería toda la comunidad, cuya obligación
sería precisamente de abstenerse de ejecutar todo aquello que perturbe el ejercicio de un
derecho.
Características
La clasificación de cosas muebles e inmuebles o fincas o bienes raíces, se aplica tanto a las
cosas corporales como incorporales.
“Artículo 580.- Los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo
sea la cosa en que han de ejercerse, o que se debe. Así el derecho de usufructo sobre un
inmueble, es inmueble. Así la acción del comprador para que se le entregue la finca
comprada, es inmueble; y la acción del que ha prestado dinero, para que se le pague, es
mueble.”
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Comentario al art. 580: El derecho de usufructo sobre un inmueble es inmueble, no cabe
duda. La acción que tiene el comprador para que se le entregue la finca comprada dice es
inmueble. Sin embargo si entendemos que e la dispocisión se refiere a la obligación de
entregar, no debieramos concluir que ella es inmueble, ello porque la obligación de
entregar
en estricto derecho es de hacer y el el artículo 581 dispone “Los hechos que se
deben se reputan muebles”
En todo caso la doctrina está de acuerdo en aplicar a esta obligación mueble el estatuto
jurídico de los bienes inmuebles o si se quiere las reglas aplicables a las obligaciones de dar.
1. Bienes Inmuebles
Son los que no pueden trasladarse de un lugar a otro, como las tierras y las minas. Artículos
568.
“Artículo 568.- Inmuebles o fincas o bienes raíces son las cosas que no pueden
transportarse de un lugar a otro; como las tierras y minas y las que adhieren
permanentemente a ellas, como los edificios, los árboles. Las casas y heredades se llaman
predios o fundos.”
El inciso segundo del Artículo 568 dice que las casas y heredades se llaman predios o fundos,
los que a su vez pueden ser urbanos o rústicos. Para determinar esto habrá que estar a la
ley de que se trate.
La Ley Nº 18.109 y el Decreto Ley Nº 694 sobre Arrendamiento de Predios Urbanos, indica
que se entiende por predios raíces urbanos los ubicados dentro del radio urbano respectivo.
La Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, señala que es urbano el predio que
se encuentra dentro de los límites urbanos y rústico, el situado fuera de la población.
LAS COSAS CORPORALES INMUEBLES se clasifican en: inmuebles por naturaleza, inmuebles
por adherencia o incorporación, e inmuebles por destinación.
Inmuebles por naturaleza:
Son las cosas que no pueden transportarse de un lugar
a otro. Artículo 568. Las tierras y las minas son ejemplos que da el Código. Cuando
el Código habla de la tierra se refiere al suelo mismo, a la superficie geométrica que
no puede ser transportada de un lugar a otro. En el suelo se comprenden los abonos
y todas las cosas que se incorporan al suelo y pasan a ser parte integrante de éste.
Sin embargo, cuando tales cosas, de las cuales consta el suelo, se consideran
separadamente de él, dejan de ser inmuebles aunque no se haya efectuado
materialmente la separación y pasan a ser muebles por anticipación. Las piedras,
el
subsuelo, los minerales, forman parte del suelo.
Por ejemplo: Celebro un contrato con una empresa constructora en que le voy a vender
1.000 toneladas de piedras, en el momento del contrato, esas piedras pasan a ser muebles
por anticipación, aun antes que llegue la empresa constructora y se las lleve.Las minas son
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inmuebles por naturaleza, porque forman parte integrante del suelo. Sin embardo su
dominio pertenece al Estado.
“Artículo 591.- El Estado es dueño de todas las minas de oro, plata, cobre, azogue, estaño,
piedras preciosas, y demás substancias fósiles, no obstante el dominio de las corporaciones
o de los particulares sobre la superficie de la tierra en cuyas entrañas estuvieren situadas.
Pero se concede a los particulares la facultad de catar y cavar en tierras de cualquier dominio
para buscar las minas a que se refiere el precedente inciso, la de labrar y beneficiar dichas
minas, y la de disponer de ellas como dueños, con los requisitos y bajo las reglas que
prescribe el Código de Minería.”
Arboles y plantas: En la expresión árbol entran todos los vegetales perennes, cualquiera
sea su tamaño, como árboles propiamente tal, arbustos, matorrales. En la expresión planta,
entran todos los demás vegetales como hierbas, verduras, etc. Estos árboles y plantas
deben estar unidos al suelo por sus raíces, dicha adherencia debe ser permanente. Si son
separados del suelo con el objeto de darles un destino distinto, pierden su calidad de
inmuebles por adherencia. Sin embargo, si la separación es momentánea, van a seguir
conservando su calidad de tales. Las plantas en macetas o cajones no son inmuebles por
adherencia. Sin embargo, pueden ser inmuebles por destinación.
Por ejemplo: Las plantas colocadas en una maceta o cajón para adornar un jardín.
“Artículo 569.- Las plantas son inmuebles, mientras adhieren al suelo por sus raíces, a menos
que estén en macetas o cajones, que puedan transportarse de un lugar a otro.”
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Los Inmuebles por Destinación en los Contratos: Nos referimos específicamente a
la compraventa y la hipoteca. Si se vende un inmueble y nada se dice respecto de
los inmuebles por destinación, éstos se consideran comprendidos en
la venta.
Artículo 1830.
“Artículo 1830.- En la venta de una finca se comprenden naturalmente todos los accesorios,
que según los artículos 570 y siguientes se reputan inmuebles.”
i) Semovientes: Las cosas que pueden transportarse de un lugar a otro, moviéndose ellas
por sí mismas. Por ejemplo: Animales.
ii) Cosas Inanimadas: Las que requieren de una fuerza externa para transportarse. Por
ejemplo: Un libro.
“Artículo 574.- Cuando por la ley o el hombre se usa de la expresión bienes muebles sin otra
calificación, se comprenderá en ella todo lo que se entiende por cosa mueble, según el
Artículo 567.
En los muebles de una casa no se comprenderá el dinero, los documentos y papeles, las
colecciones científicas o artísticas, los libros o sus estantes, las medallas, las armas, los
instrumentos de artes y oficios, las joyas, la ropa de vestir y de cama, los carruajes o
caballerías o sus arreos, los granos, caldos, mercancías, ni en general otras cosas que las
que forman el ajuar de una casa.”
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El Derecho de Dominio o de Propiedad
1. Es un derecho real.
2. Es una cosa corporal.¿Qué pasa con el dominio en las cosas incorporales? Tiene
lugar. El Artículo 583 es prueba de ello, es una especie de propiedad. Es el mismo
derecho que se tiene sobre una cosa corporal. La palabra “especie” dice relación con
la forma como se ejercen las facultades en el derecho de dominio en las cosas
corporales e incorporales.Todas las cosas incorporales pueden ser objeto de
dominio. El vendedor es dueño de su derecho personal para exigirle al comprador
que le pague el precio.“Artículo 583.- Sobre las cosas incorporales hay también una
especie de propiedad. Así, el usufructuario tiene la propiedad de su derecho de
usufructo.”
3. Para gozar y disponer.No dice nada del uso y se ha entendido por la doctrina y
jurisprudencia, que dentro de la facultad de goce se entiende el uso.La palabra
“arbitrariamente” hay que entenderla como al arbitrio del propietario, respetando
las leyes, el derecho ajeno y el derecho natural, y no en el sentido de abusar de la
cosa en forma arbitraria.
1. Es un derecho absoluto: Esto es, su titular puede ejercer sobre la cosa de que es
dueño todas las facultades y tiene un poder soberano para usar, gozar y disponer de
ella respetando las leyes, el derecho ajeno y el derecho natural.
2. Es un derecho exclusivo: Es decir, supone la existencia de un único titular facultando
para usa, gozar y disponer de una cosa. Esta exclusividad del derecho de dominio no
se opone a que exista sobre la cosa de que se es dueño, otros derechos reales que
el titular del derecho de dominio debe respetar. Por ejemplo: En la venta de
propiedad hipotecada hay que respetar el gravámen sobre esa propiedad. La
exclusividad del derecho de dominio tampoco se opone al concepto de condominio
o copropiedad. Ese único titular pueden ser varias personas. Se opone, eso si, a que
existan dos derechos de dominio independientes sobre la misma cosa. En la
copropiedad hay varias personas que son titulares en conjunto del mismo derecho
de propiedad.
3. Derecho perpetuo: No está sujeto a limitaciones de tiempo, dura cuánto dura la
cosa en que se ejerce.
El dominio se pierde:
a) Cuando la cosa se destruye.
b)
Cuando otro lo gana por prescripción adquisitiva.
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Algunos autores piensan que esta perpetuidad es una característica de la naturaleza
del derecho de dominio que puede faltar, que no es característica de la esencia, y
prueba de ello es la propiedad fiuciaria que es aquella que está sujeta al gravamen
de pasar otra persona en el evento de cumplir una condición, es característica de la
naturaleza.
1. Facultad de uso: Consiste en servirse de la cosa tal cual, sin referirse a los frutos y
sin que su utilización inmediata
implique la destrucción de la cosa. Por ejemplo,
habitar una casa, escribir con una lapicera.
2. Facultad de goce: Aquella que habilita al propietario a apropiarse de los frutos y
productos sea que emanen de ella como los frutos naturales o que se obtengan con
ocasión de ella como las rentas de arrendamiento.
a. Producto: Son las cosas que derivan de otra sin periodicidad y con detrimento de su
sustancia, por ejemplo, los metales de una mina, las piedras de una cantera.
b. Frutos: Son las cosas que produce otra cosa, en forma periódicidad y con detrimento
de su sustancia, por ejemplo, las frutas, rentas de arrendamiento.
a. Pendientes: Mientras adhieren todavía a la cosa que los producen, por ejemplo,
plantas arraigadas al suelo, artículo 645. Por ejemplo, las peras del peral.
b. Percibidos: Cuando han sido separadas de la cosa productiva, por ejemplo, madera
cortada, frutas y granos cosechados.
c. Frutos consumidos: Cuando se han consumido física o judicialmente.
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Físicamente: Cuando ha desaparecido materialmente Por ejemplo: Me comí la pera.
Concepto: Los modos de adquirir el dominio son los hechos jurídicos a los cuales la ley les
atribuye la facultad de hacer nacer o traspasar el derecho de dominio.
Ocupación
Accesión
Tradición
Prescripción
Sucesión por Causa de Muerte
La Ley
Nuestra legislación distingue entre lo que es el título y el modo de adquirir. Los contratos
no bastan para que se adquiera el dominio de las cosas corporales e incorporales sino que
es necesario e imprescindible que intervenga un modo de adquirir.
Todo modo de adquirir el dominio es tal porque la ley lo dice, de modo que la ley en este
sentido es la causa eficiente del modo de adquirir y es, en consecuencia, un título remoto.
Veremos que existen modos de adquirir originarios, como son la ocupación, accesión, la
prescripción y la ley, en que en ellos, la ley, además de ser título remoto del modo de
adquirir, es
su título inmediato, en cuanto reglamente la forma en que se adquiere el
dominio. Igual cosa sucede con la sucesión por causa de muerte cuando es intestada, ya
que el heredero se hace dueño por sucesión por causa de muerte, el título inmediato es la
ley y el título remoto también es la ley. Si la sucesión es testada, el modo de adquirir es
sucesión por causa de muerte, el título inmediato es el testamento y el título remoto es la
ley en cuanto ella reglamenta.
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Clasificaciones
1. Modos de adquirir originarios: Son los que hacen adquirir el dominio en forma
independiente sin tomar en
consideración el dominio del antecesor. Tenemos a la
ocupación, accesión, prescripción y la ley.
2. Modos de adquirir derivativos: Son los que hacen adquirir el dominio tomando en
consideración el dominio del anterior dueño. Son tradición y sucesión por causa de
muerte.
Esta clasificación tiene importancia para pedir el derecho adquirido, dado que en los
modos de adquirir originarios no se va a atender al dominio del antecesor, se atiende
solamente para pedir el derecho adquirido, al adquirente. En cambio, en los modos
de adquirir derivativos se atiende el derecho de su antecesor ya que nadie puede
transferir o transmitir más derechos que los que tiene. Sabemos que si el tradente
no es dueño de la cosa que transfiere, se anula la tradición, ese adquirente no se
hace dueño por tradición.
3. Modo de adquirir a título universal: Es aquel en que se adquiere todo el patrimonio
de una persona o una cuota de él. Artículo 954.
“Artículo 954.- Las asignaciones a título universal se llaman herencias, y las
asignaciones a título singular, legados. El asignatario de herencia se llama heredero,
y el asignatario de legado, legatario.”
4. Modo de adquirir a título singular: Es aquel mediante el cual se adquiere el
dominio de bienes determinados.
Ocupación: A título singular
Accesión: A título singular
Sucesión por causa de muerte: Puede ser a título singular o a título universal.
Artículo 951.
“Artículo 951.- Se sucede a una persona difunta a título universal o a título
singular. El título es universal cuando se sucede al difunto en todos sus bienes,
derechos y obligaciones transmisibles, o en una cuota de ellos, como la mitad,
tercio o quinto. El título es singular cuando se sucede en una o más especies o
cuerpos ciertos como tal caballo, tal casa; o en una o más especies indeterminadas
de cierto género, como un caballo, tres vacas, seiscientos pesos fuertes, cuarenta
fanegas de trigo.”
Tradición y Prescripción: Generalmente van a ser a título singular, pero pueden ser
a título universal cuando se cede el derecho real de herencia, Artículos 1909 y
2512 y cuando se adquiere por prescripción ese derecho real de herencia.
“Artículo 1909.- El que cede a título oneroso un derecho de herencia o legado sin
especificar los efectos de que se compone, no se hace responsable sino de su
calidad de heredero o de legatario.”
“Artículo 2512.- Los derechos reales se adquieren por la prescripción de la misma
manera que el dominio, y están sujetos a las mismas reglas, salvo las excepciones
siguientes:
1ª El derecho de herencia y el de censo se adquieren por la prescripción
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extraordinaria de diez años.
2ª El derecho de servidumbre se adquiere según el artículo 882.”
5. Modo de adquirir a título Oneroso: Aquel que importa un sacrificio pecuniario para
el adquirente.
6. Modo de adquirir a título Gratuito: Aquel que no importa un sacrificio pecuniario
para el adquirente.
Ocupación: A título gratuito.
Sucesión por causa de muerte: A título gratuito.
Prescripción: A título gratuito.
Tradición: Puede ser a título gratuito o a título oneroso.
Accesión: Puede ser a título gratuito o a título oneroso.
La ley: Es a título oneroso.
7. Modos de adquirir entre Vivos
8. Modos de adquirir por causa de muerte: Todos los modos de adquirir son entre
vivos menos la sucesión porncausa de muerte. Atendiendo a si los modos de adquirir
importan un acto jurídico, un hecho jurídico propiamente tal o un hecho jurídico del
hombre.
9. Acto jurídico: Podemos señalar que la ocupación, la tradición y la ley son actos
jurídicos en cuanto requieren de voluntad, es decir, hay intención de producir
consecuencias de derecho. Vamos a ver que la ocupación es un modo de adquirir el
dominio de las cosas que no pertenecen a nadie cuya adquisición no ha sido
prohibida por el derecho chileno ni por el derecho internacional y que consiste en la
aprehensión material de ellas con el ánimo de adquirirlas, es decir, debe haber un
ánimo de ocupar, una voluntad, por lo tanto, un acto jurídico. La tradición es un acto
jurídico bilateral, es una convención y además es un modo de adquirir las
obligaciones, por lo tanto, no cabe duda de que hay una facultad e intención de
transferir el dominio y capacidad e intención de adquirirlo. Lo mismo ocurre con la
ley.
10. Hechos jurídicos propiamente tales o hechos jurídicos de la naturaleza: La
prescripción y la sucesión por causa de muerte.
11. Hechos jurídicos del Hombre: Podemos señalar la accesión, que a veces será obra
de la naturaleza y otras será obra del hombre, como ocurre en el caso de accesión
de mueble a mueble, específicamente adjunción, especificación y mezcla. En
principio no es acto jurídico porque no habría intención de adquirir el dominio, sin
embargo, veremos más adelante algunos casos que el Código trata como accesión,
pero que en verdad no lo son, como cuando se edifica, planta o siembra en suelo
propio o con materiales ajenos, hay que hacer una serie de disquisiciones para
determinar en definitiva si el dueño del suelo puede hacerse dueño de los
materiales, pero en todos estos casos tendrá que pagar al dueño de los materiales,
o el justo precio u otro tanto de la misma naturaleza, calidad y aptitud. Si paga el
justo precio, en definitiva hay compraventa y no accesión. Si le da otro tanto de la
misma naturaleza y calidad, hay permuta y no accesión.
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La Ocupación
Definición: Artículo 606. Es un modo de adquirir el dominio de las cosas que no pertenecen
a nadie y cuya adquisición no ha sido prohibida por las leyes chilenas ni por el derecho
internacional y que consiste en la aprehensión material de ellas con el ánimo de adquirir el
dominio.
“Artículo 606.- Por la ocupación se adquiere el dominio de las cosas que no pertenecen a
nadie, y cuya adquisición no es prohibida por las leyes chilenas, o por el Derecho
Internacional.”
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derechos personales. La acción reivindicatoria es la que tiene el dueño de
una cosa singular de la que no está en posesión para que el poseedor de ella
sea condenado a restituirla, y resulta que como no pueden poseerse los
derechos personales, mal puede intentarse respecto de ellos la acción
reivindicatoria.
Con la tradición, sucesión por causa de muerte y la ley, pueden adquirirse el
dominio de las cosas corporales, incorporales, muebles, inmuebles, derechos
reales y derechos personales.
2. Que su adquisición no esté prohibida por las leyes chilenas ni por el
derecho internacional: La caza y la pesca están prohibidas en determinadas épocas
del año llamadas épocas de veda, de modo que en esa época del año, la ocupación
de animales bravíos está prohibida por las leyes chilenas. El derecho internacional
prohíbe las presas hechas por bandidos, piratas o insurgentes.
3. Que haya aprehensión material de la cosa: La aprehensión material es uno de los
hechos que configuran la ocupación, y es por este motivo que no pueden ocuparse
los derechos, porque respecto de ellos no puede haber una aprehensión material,
es por esto que sólo cabe respecto de las cosas corporales muebles.
La expresión aprehensión hay que considerarla en un sentido amplio, no solo en el
sentido de tomar sencillamente la cosa, sino que también en el de realizar los hechos
que manifiesten la intención de tomar la cosa, por ejemplo, el cazador hiere
gravemente al animal y lo persigue, evidentemente, si bien no lo ha aprehendido
materialmente, tiene la intención de aprehenderlo y además de la intención está
manifestando hechos que le van, en definitiva, a permitir aprehenderlo.
4. Que haya intención de adquirir el dominio: La ocupación es un acto jurídico, ya que
hay una manifestación de voluntad realizada con la intención de producir efecto
jurídico. Por esto se ha dicho que los absolutamente incapaces no podrían adquirir
el dominio por ocupación, ya que no tienen voluntad o si la tienen no pueden
manifestarla.
Características de la Ocupación:
La Tradición
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de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención de adquirirlo. Lo que se dice del
dominio se extiende a todos los otros derechos reales.
.Según algunos autores, Andrés Bello habría confundido los términos entrega y tradición,
pero en realidad no es así, sino que emplea el término tradición comprendiendo tanto la
nuda traditio (que no transfiere el dominio) como la traditio romana (que transfiere el
dominio).
Artículo 2174. El comodato o préstamo de uso es un contrato en que una de las partes
entrega a la otra gratuitamente una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, y con
cargo de restituir la misma especie después de terminado el uso. Este contrato no se
perfecciona sino por la tradición de la cosa. Se preocupa de decir que la tradición transfiere
el dominio.
Artículo 2212. El contrato se perfecciona por la entrega que el depositante hace de la cosa
al depositario.” Usa el término entrega a propósito del depósito.
.Artículo 1443. El contrato es real cuando, para que sea perfecto, es necesaria la tradición
de la cosa a que se refiere; es solemne, cuando está sujeto a la observancia de ciertas
formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil; y es
consensual cuando se perfecciona por el solo consentimiento.
.Características:
Cosas que se pueden adquirir por tradición: Se puede adquirir el dominio de todas las cosas
corporales, tanto muebles como inmuebles, el dominio de todas las cosas incorporales, es
decir, los derechos reales y personales e incluso las universalidades como es la herencia.
Requisitos:
Entrega de la cosa.
Título traslaticio de dominio.
Consentimiento del tradente y del adquirente.
Concurrencia de dos partes, el tradente y el adquirente.
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Concurrencia de dos partes, el Tradente y el Adquirente.
Artículo 1575. El pago en que se debe transferir la propiedad no es válido, sino en cuanto
el que paga es dueño de la cosa pagada, o la paga con el consentimiento del dueño.
Tampoco es válido el pago en que se debe transferir la propiedad, sino en cuanto el que
paga tiene la facultad de enajenar.
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Sin embargo, cuando la cosa pagada es fungible y el acreedor la ha consumido de buena fe,
se valida el pago, aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no tuvo facultad de
enajenar.”
Si bien el Artículo 683 establece que puede el adquirente llegar a adquirir por prescripción
adquisitiva el dominio, debemos tener presente el Artículo 1815.
Artículo 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes señalan,
el derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente carecía, aunque el
tradente no haya tenido ese derecho.
Artículo 1815. La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la
cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo.
Cuando se hace tradición de una cosa ajena y resulta que con posterioridad se adquiere el
dominio, el adquirente pasa a ser dueño desde el momento de la tradición. Si con
posterioridad el dueño ratifica, el adquirente conserva su condición de dueño desde el
momento de la tradición.
Artículo 682. Siel tradente no es el verdadero dueño de la cosa que se entrega por él o a su
nombre, no se adquieren por medio de la tradición otros derechos que los transmisibles del
mismo tradente sobre la cosa entregada.
Artículo 672. Para que la tradición sea válida debe ser hecha voluntariamente por el
tradente o por su representante. Una tradición que al principio fue inválida por haberse
hecho sin voluntad del tradente o de su representante, se valida retroactivamente por la
ratificación del que tiene facultad de enajenar la cosa como dueño o como representante
del dueño.
Artículo 673. La tradición, para que sea válida, requiere también el consentimiento del
adquirente o de su representante. Pero la tradición que en su principio fue inválida por
haber faltado este consentimiento, se valida retroactivamente por la ratificación.
El inciso primero de los Artículos 672 y 673, cuando dicen “para que sea válida” se están
refiriendo a la nulidad pero sabemos que si falta la voluntad, el acto es inexistente.
Estos incisos son un argumento más para los que sostienen que la inexistencia no tiene
cabida en nuestra legislación.
21
El inciso segundo del Artículo 672 al referirse a “ratificación” no es confirmación, sino que
se está refiriendo a la ratificación que hace el dueño cuando el tradente no lo era.
El inciso segundo del Artículo 673 se refiere al pago hecho a una persona distinta del
acreedor y ratificado por éste.
Artículo 674. Para que sea válida la tradición en que intervienen mandatarios o
representantes legales, se requiere además que éstos obren dentro de los límites de su
mandato o de su representación legal.
En las ventas forzadas ordenadas por un juez, la persona cuyo dominio se transfiere es el
tradente y el juez es su representante legal, pero el tradente no podría alegar que le faltó
el consentimiento, ya que desde el momento en que contrajo la obligación comprometió
todo su patrimonio, sean presentes o futuros, con excepción de los bienes declarados
inembargables.
Por la tradición puede adquirirse el dominio de las cosas muebles o inmuebles y también
de las cosas incorporales y dentro de las cosas incorporales están los derechos personales
y los derechos reales.
Según algunos autores, Andrés Bello habría confundido los términos entrega y tradición,
pero en realidad no es así, sino que emplea el término tradición comprendiendo tanto la
nuda traditio (que no transfiere el dominio) como la traditio romana (que transfiere el
dominio).
Artículo 2174. El comodato o préstamo de uso es un contrato en que una de las partes
entrega a la otra gratuitamente una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, y con
cargo de restituir la misma especie después de terminado el uso. Este contrato no se
22
perfecciona sino por la tradición de la cosa.” Se preocupa de decir que la tradición
transfiere el dominio.
Artículo 2212. El contrato se perfecciona por la entrega que el depositante hace de la cosa
al depositario.” Usa el término entrega a propósito del depósito.
Artículo 1443. El contrato es real cuando, para que sea perfecto, es necesaria la tradición
de la cosa a que se refiere; es solemne, cuando está sujeto a la observancia de ciertas
formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil; y es
consensual cuando se perfecciona por el solo consentimiento.
Características:
Cosas que se pueden adquirir por tradición: Se puede adquirir el dominio de todas las cosas
corporales, tanto muebles como inmuebles, el dominio de todas las cosas incorporales, es
decir, los derechos reales y personales e incluso las universalidades como es la herencia.
Requisitos:
23
Artículo 681. Se puede pedir la tradición de todo aquello que se deba, desde que no haya
plazo pendiente para su pago; salvo que intervenga decreto judicial en contrario.
El Artículo 1578 inciso segundo se refiere al pago, y resulta que la tradición es un pago.
Adquirente: Persona que por la tradición adquiere el dominio de la cosa recibida por
él o a su nombre.
Por ejemplo: El marido que hace tradición a su mujer de un bien raíz. Esa tradición es nula,
de nulidad absoluta.
Artículo 1575. El pago en que se debe transferir la propiedad no es válido, sino en cuanto el
que paga es dueño de la cosa pagada, o la paga con el consentimiento del dueño.
Tampoco es válido el pago en que se debe transferir la propiedad, sino en cuanto el que
paga tiene la facultad de enajenar.
Sin embargo, cuando la cosa pagada es fungible y el acreedor la ha consumido de buena fe,
se valida el pago, aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no tuvo facultad de
enajenar.”
Si bien el Artículo 683 establece que puede el adquirente llegar a adquirir por prescripción
adquisitiva el dominio, debemos tener presente el Artículo 1815.
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Artículo 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes señalan,
el derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente carecía, aunque el
tradente no haya tenido ese derecho.
Artículo 1815. La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la
cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo.
Cuando se hace tradición de una cosa ajena y resulta que con posterioridad se adquiere el
dominio, el adquirente pasa a ser dueño desde el momento de la tradición. Si con
posterioridad el dueño ratifica, el adquirente conserva su condición de dueño desde el
momento de la tradición.
Artículo 672. Para que la tradición sea válida debe ser hecha voluntariamente por el
tradente o por su representante. Una tradición que al principio fue inválida por haberse
hecho sin voluntad del tradente o de su representante, se valida retroactivamente por la
ratificación del que tiene facultad de enajenar la cosa como dueño o como representante
del dueño.
Artículo 673. La tradición, para que sea válida, requiere también el consentimiento del
adquirente o de su representante. Pero la tradición que en su principio fue inválida por
haber faltado este consentimiento, se valida retroactivamente por la ratificación.
El inciso primero de los Artículos 672 y 673, cuando dicen “para que sea válida” se están
refiriendo a la nulidad pero sabemos que si falta la voluntad, el acto es inexistente.
Estos incisos son un argumento más para los que sostienen que la inexistencia no tiene
cabida en nuestra legislación.
El inciso segundo del Artículo 672 al referirse a “ratificación” no es confirmación, sino que
se está refiriendo a la ratificación que hace el dueño cuando el tradente no lo era.
El inciso segundo del Artículo 673 se refiere al pago hecho a una persona distinta del
acreedor y ratificado por éste.
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Artículo 674. Para que sea válida la tradición en que intervienen mandatarios o
representantes legales, se requiere además que éstos obren dentro de los límites de su
mandato o de su representación legal.
En las ventas forzadas ordenadas por un juez, la persona cuyo dominio se transfiere es el
tradente y el juez es su representante legal, pero el tradente no podría alegar que le faltó
el consentimiento, ya que desde el momento en que contrajo la obligación comprometió
todo su patrimonio, sean presentes o futuros, con excepción de los bienes declarados
inembargables.
Por la tradición puede adquirirse el dominio de las cosas muebles o inmuebles y también
de las cosas incorporales y dentro de las cosas incorporales están los derechos personales
y los derechos reales.
Requisitos de la tradición:
2.- Consentimiento del tradente y del adquirente. Artículos 672 673 y 674.
El Artículo 672 dispone que para que sea válida la tradición debe ser hecha voluntariamente
por el tradente o su representante. Utiliza la expresión válida, de modo tal que si no hay
consentimiento, según el Código, la sanción sería la nulidad absoluta. Sin embargo, sabemos
que si falta la voluntad, la sanción sería la inexistencia. De modo tal que esta disposición
sería un argumento más en favor de quienes sugieren que nuestro Código Civil no acoge la
teoría de la inexistencia.
El inciso segundo del Artículo 672 da a entender que esta nulidad absoluta podría sanearse
por la ratificación. Sin embargo, sabemos que la nulidad absoluta no se sanea por la
ratificación, y en definitiva, el Código se está refiriendo a la ratificación que hace el dueño
26
cuando el tradente no lo era. En el fondo se está refiriendo a una causal de inoponibilidad
de fondo por falta de concurrencia.
El Artículo 673 plantea el mismo problema del 672 pero respecto del adquirente utiliza la
expresión “para que sea válida”.
El inciso segundo del Artículo 673 da a entender que podría sanearse esa nulidad por la
ratificación. Sabemos que no es así, y a lo que se refiere este artículo es al pago hecho a una
persona distinta del acreedor ratificado por el acreedor.
Artículo 255. No se podrán enajenar ni hipotecar en caso alguno los bienes raíces del hijo,
aun pertenecientes a su peculio profesional, sin autorización del juez con conocimiento de
causa.
Error en La Tradición
Artículo 676. Se requiere también para la validez de la tradición que no se padezca error en
cuanto a la identidad de la especie que debe entregarse, o de la persona a quien se le hace
la entrega, ni en cuanto al título. Si se yerra en el nombre sólo, es válida la tradición.
En el Título VI, del Libro II del Código Civil, De la Tradición, se dan normas especiales
referentes al error acerca de la identidad de la cosa que debe entregarse, al error en la
persona y al error en el título de la tradición.
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Título traslaticio de dominio: Es aquél que por su naturaleza sirve para transferir el dominio,
como por ejemplo: venta, permuta, donación entre vivos, aporte en sociedades, etc.
La transacción, en cuanto recae sobre un objeto no disputado, también es título traslaticio
de dominio. La transacción es un contrato por el cual las partes precaven un litigio eventual
o ponen término a un litigio pendiente. Por ejemplo: Si Pedro y Juan se están disputando el
dominio de una propiedad y Pedro le dice a Juan que se quede con la casa, y a cambio Pedro
se queda con las acciones que Juan tiene en una sociedad. En cuanto la transacción se
refiere a las acciones, es título traslaticio de dominio, por cuanto recae sobre un objeto no
disputado y además en la transacción deben haber prestaciones recíprocas entre las partes.
Requisitos de título:
3.a) Debe ser válido en sí mismo, o sea, no debe adolecer de ningún vicio de nulidad.
Por ejemplo: Si hago tradición en virtud de un título nulo, esa tradición no va a transferir el
dominio.
¿Qué pasa si celebro un contrato de compraventa con un absolutamente incapaz? No
transfiere dominio, el contrato es nulo de nulidad absoluta, aunque yo sea dueño del
inmueble si el título es nulo, esa tradición es nula, por eso es que se hace estudio de título
y hay que estudiar los títulos 10 años para atrás, porque si yo adquirí el dominio por
tradición, porque
había un título nulo, lo adquirí por prescripción.
3.b) El título debe ser válido respecto de la persona a que se confiere. ¿Sería válido el
título de compraventa entre cónyuges no divorciados a perpetuidad? No. Lo mismo
ocurre con las donaciones irrevocables entre cónyuges.
3.c) Cumplir con ciertas solemnidades si el título lo requiere. Por ejemplo: La compraventa
de bienes raíces requiere de la solemnidad de la escritura pública, por lo tanto, para que
se transfiera el dominio por la tradición, se requiere que el título sea válido, que haya
cumplido con todas sus solemnidades.
“Artículo 684.- La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando una
de las partes a la otra que le transfiere el dominio, y figurando esta transferencia por uno
de los medios siguientes:
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1. Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente;
2. Mostrándosela;
3. Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que esté la
cosa.
4. Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar convenido;
y
5. Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la cosa
mueble como usufructuario, arrendatario, comodatario, depositario, o a cualquier
otro título no traslaticio de dominio; y recíprocamente por el mero contrato en que
el dueño se constituye usufructuario, comodatario, arrendatario, etc.”
Cuando se entrega al adquirente las llaves del granero, almacén, cofre o lugar
cualquiera donde se encuentre guardada la cosa. Por ejemplo: Celebramos un
contrato de compraventa de un bien raíz por escritura pública y yo hago entrega de
la llave de la casa. ¿Qué tipo de tradición hay? No hay tradición, no es entrega
simbólica. La tradición de los bienes raíces se perfecciona por la inscripción en el
conservador. El Código se está refiriendo a la entrega de la llave donde se encuentra
la cosa mueble objeto de la tradición. Por ejemplo: Entrego las llaves del granero
donde se encuentra el tractor que estoy vendiendo, no se está haciendo tradición
del granero.
Con la entrega del conocimiento, carta de porte o factura en los casos de venta de
mercaderías que vienen en tránsito por mar o tierra.
Cuando se fija por el comprador, con consentimiento del acreedor, su marca en las
mercaderías vendidas. Es una especie de tradición simbólica que señala el Código
de Comercio.
Cuando el tradente se encarga de poner la cosa a disposición del adquirente en el
lugar convenido. Artículo 684 Nº 4.
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4.b) Tradición de los derechos reales sobre una cosa corporal inmueble: Se hace por la
incorporación del título enel Registro del Conservador.
4.c) Tradición del derecho de servidumbre: Por regla general no requiere inscripción. La
única que requiere inscripción es la servidumbre de alcantarillado.
Esta tradición se efectúa por escritura pública en que el tradente expresa constituirlo y el
adquirente adquirirlo. El Código dice que esta escritura podrá ser la misma del acto o
contrato en que se establece la obligación de establecer la servidumbre y que es el título de
la tradición del derecho real de servidumbre.
Sabemos que toda tradición requiere de un título que le sirva de antecedente, en el derecho
de servidumbre va a ser la tradición del título, que puede ser cualquier título, y en ese título
además puede constar la voluntad de constituir el derecho de servidumbre y la voluntad de
adquirirlo por parte del adquirente, o puede contar en un instrumento separado.
4.d) Tradición del derecho real de Herencia: No existe disposición en nuestro Código
respecto a esta tradición. La jurisprudencia mayoritaria sostiene que siendo la herencia una
universalidad por excelencia, distinta de los efectos que la componen, aunque en ella haya
inmuebles no es necesaria la inscripción para hacer la tradición del derecho real de
herencia.
Otros dicen que si en la herencia hay bienes inmuebles, para hacer la tradición del derecho
real de herencia habría que aplicar el estatuto jurídico de los bienes inmuebles, si no hay
inmuebles se aplica el estatuto jurídico de los bienes muebles.
Puede verificarse por cualquier medio que revele la intención del tradente de transferir el
derecho real de herencia y el adquirente de adquirirlo. Se aplica el Artículo 670, que define
lo que es la tradición. Por ejemplo: Un contrato de compraventa en que el vendedor
manifieste la intención de transferir el derecho real de herencia y el comprador de
adquirirlo. Otro
ejemplo sería el hecho de que, vendida una herencia, el comprador solicita la posesión
efectiva.
Dispone que cuando la herencia es inmueble deben realizarse las siguientes inscripciones,
cuyo objeto preciso es que los herederos puedan disponer de los inmuebles hereditarios:
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Debe inscribirse el auto de posesión efectiva. La posesión efectiva es una resolución
judicial que declara que determinadas personas aparentemente tienen la calidad de
herederos.
Si hay testamento, debe inscribirse el testamento.
Debe hacerse la inscripción especial de herencia, que consiste en inscribir a nombre
de cada uno de los herederos cada uno de los muebles hereditarios. Esta inscripción
habilita a los herederos para disponer en conjunto.
Finalmente debe inscribirse la partición y el acta de adjudicación que habilita al
heredero para disponer en forma individual.
Artículo 699. La tradición de los derechos personales que un individuo cede a otro se
verifica por la entrega del título hecha por el cedente al cesionario.
Por ejemplo: Si se quiere ceder el crédito de mutuario habrá que hacer una escritura
sobre ese crédito.
Este artículo nos remite a las normas de la cesión de créditos, que están en los Artículos
1901 y siguientes.
La cesión de Créditos: Es la convención mediante la cual el acreedor traspasa
voluntariamente su crédito a otra persona en virtud de cualquier título traslaticio de
dominio. Se requiere pues, un título traslaticio de dominio que sirva de antecedente a la
cesión, como compraventa, donación, etc. que en ningún caso debe confundirse con el
título de crédito mismo, así se desprende del texto del Artículo 1901.
Artículo 1901. La cesión de un crédito personal, a cualquier título que se haga, no tendrá
efecto entre el cedente y el cesionario sino en virtud de la entrega del título.
¿Cómo se hace la tradición de los derechos personales de un crédito? Por la entrega del
título. Para que esa cesión se perfeccione respecto del deudor, se requiere que sea
notificada por el cesionario al deudor o aceptada por él. Artículo 1902.
Artículo 1902. La cesión no produce efecto contra el deudor ni contra terceros, mientras no
ha sido notificada por el cesionario al deudor o aceptada por éste.
Supongamos que Juan me debe un millón de pesos y yo tengo un cheque de Juan por esa
cantidad. Yo soy el cedente y quiero cederle ese crédito a Lucas. El cesionario es Lucas y el
titular del crédito es Juan. Se perfecciona por la entrega del título que es el cheque. Lo
normal es que también haya una escritura pública o privada que va a dar cuenta de la
31
cesión, que no debe confundirse con el título del mismo que es el cheque. Para que
produzca efectos respecto de Juan se requiere que Lucas notifique a Juan o que Juan lo
acepte.
Este tipo de normas, Artículos 1901 y siguientes, se aplican solamente a la cesión de los
créditos nominativos, que son aquellos en que, indicándose el nombre del titular en el
anverso, no llevan o llevan borradas las cláusulas “a la orden” y “al portador”. El legislador
los denomina “créditos no endosables”, son cheques nominativos.
Igual cosa ocurre con los pagarés. Un pagaré tiene cláusula de aceleración y la letra
de cambio no la tiene. Otra diferencia es que el pagaré puede tener vencimientos
sucesivos. El pagaré es una verdadera confesión de deuda y la letra de cambio no.
Los documentos al portador se transfieren por la entrega.
Los créditos endosables se transfieren mediante el endoso.
Artículo 1903. La notificación debe hacerse con exhibición del título, que llevará anotado el
traspaso del derecho con la designación del cesionario y bajo la firma del cedente.
Artículo 1906. La cesión de un crédito comprende sus fianzas, privilegios e hipotecas; pero
no traspasa las excepciones personales del cedente.
Artículo 1907. El que cede un crédito a título oneroso, se hace responsable de su existencia
al tiempo de la cesión. Esto es, de que verdaderamente le pertenecía en ese tiempo; pero
no se hace responsable de la solvencia del deudor, si no se compromete expresamente a
ello; ni en tal caso se entenderá que se hace responsable de la solvencia futura, sino sólo
del presente, salvo que se comprenda expresamente la primera; ni se extenderá la
responsabilidad sino hasta concurrencia del precio o emolumento que hubiere reportado
de la cesión, a menos que expresamente se haya estipulado otra cosa.
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Artículo 1900. Las disposiciones de este título no se aplicarán a las letras de cambio, pagarés
a la orden, acciones al portador y otras especies de transmisión que se rigen por el Código
de Comercio o por leyes especiales.
¿Qué pasa si exigiera un plazo o una condición suspensiva? Cuando se cumple el plazo o la
condición suspensiva se puede exigir la tradición.
Cuando hay tradición bajo condición suspensiva y con posterioridad se cumple la condición
¿Desde qué momento se entiende efectuada la tradición? Desde que se le entregó la cosa
se entiende dueño, ya que sabemos que la condición opera con efecto retroactivo.
Sociedad Conyugal
Este régimen de bienes es la regla general; es decir, si los cónyuges al momento de casarse
no pactan separación de bienes o participación en los gananciales, automáticamente se
casan bajo el régimen de sociedad conyugal.
En este régimen el marido se tiene como dueño y administrador de todos los bienes de la
sociedad.
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A. Bienes sociales: son aquellos bienes adquiridos durante el matrimonio a título oneroso
(mediante el pago de dinero). Ambos cónyuges son dueños en un 50% cada uno/a. El marido
es el administrador exclusivo de la sociedad conyugal, no obstante tiene algunas
limitaciones para administrar. Estas son:
Requiere la autorización de la mujer (por escritura pública), para la venta, promesa de venta
o hipoteca de los bienes raíces (casas, sitios), sin embargo, para la venta de los bienes
muebles (aquellos que se pueden trasladar de un lugar a otro como auto, refrigerador o
cama) no se requiere la firma de ella.
Cabe tener presente que los cónyuges no se pueden demandar entre sí por el hurto de los
bienes muebles de la sociedad conyugal. Por ello, en el caso que el marido saque o venda
estos bienes no será sancionado por delito alguno, sin embargo, la mujer puede solicitar la
indemnización de los perjuicios (daños) causados a ella.
Es muy importante saber que tanto los bienes raíces como los bienes muebles pueden ser
protegidos través de la constitución de bienes familiares.
Requiere la autorización de la mujer, para servir de aval (avalista), es decir, para asegurar
deudas ajenas con bienes de la sociedad.
Requiere la autorización de la mujer, para arrendar bienes raíces por más de 5 años si son
urbanos y por más de 8 años si son rurales.
B. Bienes propios de cada Cónyuge: son aquellos adquiridos antes del matrimonio a título
gratuito (por herencia o donación) u oneroso, y/o los adquiridos durante el matrimonio a
título gratuito.
El/la cónyuge es dueño/a en un 100% de los bienes que están a su nombre. El marido
administra los bienes propios de él y los de la mujer. Esto implica que si la mujer quiere
disponer de alguna herencia o donación que haya recibido o de algún bien que tenía antes
del matrimonio, requiere de la autorización del marido.
Esto constituye una situación discriminatoria hacia la mujer, a pesar de que la Constitución
Política del Estado a partir del 16 de junio de 1999, establece expresamente la igualdad ante
la ley del hombre y la mujer.
Que la persona que va a dejar bienes en herencia a la mujer, haga un testamento en que
señale que estos bienes quedan excluidos de la administración del marido.
En el caso de los bienes adquiridos antes del matrimonio, los cónyuges antes de casarse
pueden celebrar acuerdos previos al matrimonio en el Registro Civil (capitulaciones
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matrimoniales), por los cuales quedan excluidos de la sociedad ciertos bienes y por lo tanto,
respecto de ellos la mujer es dueña y administradora exclusiva.
Además, si el marido se niega a dar la autorización a la mujer para que disponga de sus
bienes, ella puede solicitarla al juez. Para contar con el patrocinio gratuito de un abogado/a
puede concurrir al Programa de Acceso a la Justicia o a la Corporación de Asistencia Judicial
de su domicilio.
Para tener derecho a él, es necesario que la mujer esté casada en sociedad conyugal, trabaje
remuneradamente y en forma independiente (separada) del marido.
Para comprobar que son bienes del patrimonio reservado, al momento de comprar los
bienes raíces (casas, sitios), se debe agregar una cláusula a la escritura pública de
compraventa señalando la actividad o empleo de la mujer y que el bien es adquirido en
virtud del artículo 150 del Código Civil o bien en virtud del patrimonio reservado. En el caso
de los bienes muebles (TV, refrigerador, etc.), es conveniente pedir factura a nombre de la
mujer.
Para que se puedan repartir los bienes de la sociedad conyugal, es necesario que ésta
termine por alguna de las siguientes causales:
Es necesario tener presente que aunque termine la sociedad conyugal, la mujer no puede
disponer de la mitad de bienes que le corresponde, pues para ello es necesario la liquidación
de la sociedad conyugal, a través de la cual se reparten los bienes.
Si hay acuerdo entre los cónyuges, por escritura pública en una notaría.
Si no hay acuerdo entre los cónyuges, cualquiera de los dos puede solicitar la partición, para
lo cual requiere contar con el patrocinio de un abogado/a. Actualmente los Centros de
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Mediación que existen en algunas comunas del país, toman causas por partición,
gratuitamente.
Los bienes propios (los adquiridos antes del matrimonio y durante el matrimonio por una
herencia o una donación) no entran en la repartición.
Los bienes sociales (los adquiridos durante el matrimonio por medio de dinero) se dividen
en partes iguales: puede ser que se vendan todos los bienes y se repartan el dinero, o bien
se distribuyan los bienes de manera equitativa. También, podría suceder que uno/a de los
cónyuges se quedara con más bienes si hay acuerdo con el/la otro/a cónyuge.
Si hay además bienes del patrimonio reservado (los adquiridos con el trabajo de la mujer),.
Hay dos alternativas para ella:
- Sumar los bienes sociales más el patrimonio reservado y
eso dividirlo en partes iguales, o bien
- La mujer puede renunciar a su mitad de bienes
sociales (gananciales) y quedarse con su patrimonio reservado. Para que esto sea
beneficioso para la mujer, su patrimonio reservado debe ser mayor que los bienes sociales.
Separación de Bienes
En este régimen de bienes, cada cónyuge es dueño/a exclusivo de los bienes que están a su
nombre y también administrador exclusivo de los mismos.
Se puede optar por él, al momento del matrimonio o durante éste. Una vez que se opta por
este régimen no se puede cambiar a la sociedad conyugal, pero sí al régimen de
participación en los gananciales.
Al estar casados bajo este régimen el marido no puede intervenir en las decisiones que la
mujer tome con respecto a sus bienes, sea que los haya comprado antes o durante el
matrimonio, o los haya adquirido por herencia o donación. Tampoco, la mujer puede
intervenir en las decisiones que el marido tome con respecto a los bienes de él.
Con este régimen se garantiza la plena igualdad de la mujer y el hombre ante la ley, y se
otorga una capacidad real a la mujer porque puede administrar y disponer libremente de
sus bienes.
Sin embargo, hay que considerar que si este régimen termina o se disuelve el matrimonio,
no hay bienes que repartir (como sí ocurre en la sociedad conyugal). Así, la separación de
bienes es menos beneficiosa para aquellas mujeres que no trabajan remuneradamente,
aunque sí lo es para aquellas mujeres que tienen autonomía económica.
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Antes del matrimonio. Durante el matrimonio, estando casados en sociedad conyugal, los
cónyuges de común acuerdo pueden pactar separación de bienes (por escritura pública en
una notaría).
Cuando el marido, por su culpa, no cumple con las obligaciones de fidelidad, ayuda mutua,
respeto, protección y socorro que tiene para con la mujer; como también, si no cumple con
la obligación de proveer de lo necesario a la familia común.
Cuando ha transcurrido un año de ausencia injustificada del marido del hogar. Para poder
acreditar la ausencia es conveniente dejar una constancia en Carabineros de la fecha en que
ésta se produjo.
Por adulterio.
Cuando el marido no cumple con el pago de las pensiones alimenticias a su mujer o a los
hijos comunes, y dos veces se le hubiese obligado judicialmente al pago, a través de una
multa o el arresto.
Por mal estado de los negocios del marido.
Por insolvencia del marido: es decir, cuando no tiene bienes con qué pagar sus deudas.
Durante la vigencia del régimen se considera a los cónyuges separados de bienes; por lo
tanto, cada cónyuge es dueño/a y administrador/a exclusivo de los bienes que están a su
nombre. Sin embargo, existe una única limitación en la administración: para ser avalista
(aval) respecto de deudas de terceros, se requiere la autorización de el/la otro/a cónyuge.
Los gananciales son la cantidad de dinero y/o bienes a que tienen derecho los cónyuges
cuando termina este régimen. Se obtienen de la diferencia de valor que existe entre el
Patrimonio Original de cada cónyuge (los bienes que tenían cuando se inició el régimen de
participación en los gananciales) y el Patrimonio Final de cada cónyuge (los bienes que
tienen cuando termina este régimen).
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Por ello, es importante que cuando los cónyuges se decidan por este régimen hagan un
inventario simple de los bienes que tiene cada uno/a. Es decir, una lista que contenga una
descripción del bien y el valor monetario que le asignan. Así se sabrá qué bienes había al
principio.
Para tener derecho a los gananciales es necesario que el régimen de participación en los
gananciales termine, ya sea por:
Una vez que termina este régimen el/la cónyuge que ha obtenido gananciales por un monto
inferior a los del otro/a cónyuge, tiene un crédito equivalente a la mitad del excedente.
Por ejemplo:
$90:2= 45
Para contar con el patrocinio gratuito de un abogado/a que la represente puede concurrir
al Programa de Acceso a la Justicia, a la Fundación de Asistencia Legal de la Familia, o a la
Corporación de Asistencia Judicial de su domicilio. Este régimen por una parte, asegura la
igualdad del hombre y la mujer ante la ley, evitando un trato discriminatorio al mantener
autonomía en la administración y dominio de los bienes de cada uno/a, y por otro lado,
favorece a la mujer que no ha desempeñado un trabajo remunerado, haciéndose un
reconocimiento expreso al aporte que significa su trabajo doméstico, ya que tiene derecho
al 50% de los gananciales obtenidos por el marido.
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Artículo Nº 1749 del Código Civil
Este señala al marido como jefe de la sociedad conyugal. Este artículo se encuentra en el
título dedicado a la administración ordinaria de los bienes de la sociedad conyugal.
El marido es jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de
su mujer; sujeto, empero, a las obligaciones y limitaciones que por el presente Título se le
imponen y a las que haya contraído por las capitulaciones matrimoniales.
No podrá tampoco, sin dicha autorización, disponer entre vivos a título gratuito de los
bienes sociales, salvo el caso del artículo 1735, ni dar en arriendo o ceder la tenencia de los
bienes raíces sociales urbanos por más de cinco años, ni los rústicos por más de ocho,
incluidas las prórrogas que hubiere pactado el marido.
Si el marido se constituye aval, codeudor solidario, fiador u otorga cualquiera otra caución
respecto de obligaciones contraídas por terceros, sólo obligará sus bienes propios.
En los casos a que se refiere el inciso anterior para obligar los bienes sociales necesitará la
autorización de la mujer.
La autorización de la mujer deberá ser específica y otorgada por escrito, o por escritura
pública si el acto exigiere esta solemnidad, o interviniendo expresa y directamente de
cualquier modo en el mismo. Podrá prestarse en todo caso por medio de mandato especial
que conste por escrito o por escritura pública según el caso.
La autorización a que se refiere el presente artículo podrá ser suplida por el juez, previa
audiencia a la que será citada la mujer, si ésta la negare sin justo motivo. Podrá asimismo
ser suplida por el juez en caso de algún impedimento de la mujer, como el de menor edad,
demencia, ausencia real o aparente u otro, y de la demora se siguiere perjuicio. Pero no
podrá suplirse dicha autorización si la mujer se opusiere a la donación de los bienes sociales.
El marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes sociales, como si ellos y sus bienes
propios formasen
un solo patrimonio, de manera que durante la sociedad los acreedores
del marido podrán perseguir tanto los bienes
de éste como los bienes sociales; sin perjuicio
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de los abonos o compensaciones que a consecuencia de ello deba el marido
a la sociedad
o la sociedad al marido.
Podrán, con todo, los acreedores perseguir sus derechos sobre los bienes de la mujer, en
virtud de un contrato celebrado
por ellos con el marido, en cuanto se probare haber cedido
el contrato en utilidad personal de la mujer, como en el pago
de sus deudas anteriores al
matrimonio.
Toda deuda contraída por la mujer con mandato general o especial del marido, es, respecto
de terceros, deuda del marido y por consiguiente de la sociedad; y el acreedor no podrá
perseguir el pago de esta deuda sobre los bienes propios de la mujer, sino sólo sobre los
bienes de la sociedad y sobre los bienes propios del marido; sin perjuicio de lo prevenido
en el inciso 2.º del artículo precedente.
La mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes sociales durante la sociedad,
salvo en los casos del artículo 145.
Aunque la mujer en las capitulaciones matrimoniales renuncie los gananciales, no por eso
tendrá la facultad de percibir los frutos de sus bienes propios, los cuales se entienden
concedidos al marido para soportar las cargas del matrimonio, pero con la obligación de
conservar y restituir dichos bienes, según después se dirá. Lo dicho deberá entenderse sin
perjuicio de los derechos de la mujer divorciada o separada de bienes.
No se podrán enajenar ni gravar los bienes raíces de la mujer, sino con su voluntad.
La voluntad de la mujer deberá ser específica y otorgada por escritura pública, o
interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el acto. Podrá prestarse, en
todo caso, por medio de mandato especial que conste de escritura pública.
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ni dar en arrendamiento o ceder la tenencia de los bienes de su propiedad que administre
el marido, sino en los casos de los artículos 138 y 138 bis.
Para enajenar o gravar otros bienes de la mujer, que el marido esté o pueda estar obligado
a restituir en especie, bastará el consentimiento de la mujer, que podrá ser suplido por el
juez cuando la mujer estuviere imposibilitada de manifestar su voluntad.
Sin autorización de la mujer, el marido no podrá dar en arriendo o ceder la tenencia de los
predios rústicos de ella por más de ocho años, ni de los urbanos por más de cinco, incluidas
las prórrogas que hubiere pactado el marido. Es aplicable a este caso lo dispuesto en los
incisos 7.º y 8.º del artículo 1749.
Los actos ejecutados sin cumplir con los requisitos prescritos en los artículos 1749, 1754 y
1755 adolecerán de nulidad relativa. En el caso del arrendamiento o de la cesión de la
tenencia, el contrato regirá sólo por el tiempo señalado en los artículos 1749 y 1756.
En ningún caso se podrá pedir la declaración de nulidad pasados diez años desde la
celebración del acto o contrato.
Por insolvencia del marido: es decir, cuando no tiene bienes con qué pagar sus deudas.
Inmuebles adquiridos a título gratuito por uno de los cónyuges durante la vigencia de la
sociedad conyugal. Por ejemplo, aquellos adquiridos por sucesión por causa de muerte
(bienes hereditarios).
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Bienes muebles que los cónyuges excluyen de la sociedad en las capitulaciones
matrimoniales. Estas capitulaciones son convenios entre los cónyuges sobre materias
específicas, que pueden celebrarse antes o en el acto de matrimonio.
Está constituido por un conjunto de bienes adquiridos por la mujer como producto del
ejercicio de una profesión u ocupación remunerada, separados de los de su marido, ejercida
durante la vigencia de la sociedad conyugal. Si la profesión u ocupación se realiza cuando la
mujer es soltera o está casada en otro régimen, no se forma este patrimonio reservado.
Además, con esos bienes debe cumplir las obligaciones que contraiga en el ejercicio de su
profesión u ocupación y en la de los demás bienes que administra. Pero las deudas
personales, mencionadas en la letra siguiente, no pueden hacerse efectivas sobre los bienes
reservados ni sobre los demás que están a su cargo.
Estos bienes son administrados libremente por ella, pues respecto del ejercicio de la
profesión, industria u oficio indicada, la ley la considera separada de bienes. Al disolverse la
sociedad conyugal, la mujer o sus herederos pueden optar por integrarlos al patrimonio de
ésta y así participar en la distribución del mismo, o renunciar a los gananciales y adjudicarse
sólo los bienes del patrimonio reservado.
Los acreedores del marido no pueden intentar hacerse pago con estos bienes a menos que
probaren que el contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia
común.
Donaciones, herencia o legado, que se dejaren a la mujer y aceptados por ésta, bajo la
condición de que no las administre el marido. Estos bienes pertenecen a la mujer, así como
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lo que ellos produzcan y lo que adquiera con ellos, pero disuelta la sociedad los frutos o
productos y las adquisiciones se incluirán para efectos de la partición de los gananciales, a
menos que la mujer o sus herederos renuncien a éstos.
Los acreedores del marido no pueden intentar hacerse pago con estos bienes a menos que
probaren que el contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia
común.
Pasivo de la Sociedad
Esta conformado por aquellos gastos y deudas que deben pagarse con recursos de la
sociedad. Algunos de estos dan derecho a recompensa a la sociedad, que se puede hacer
valer en contra del cónyuge beneficiario al momento de liquidar la sociedad.
Los gastos y las deudas que debe pagar la sociedad y no dan derecho a recompensa o
reintegro, son los siguientes:
Pensiones o intereses que corran, sea contra la sociedad, sea contra cualquiera de los
cónyuges y que se devenguen durante la sociedad.
Las deudas y obligaciones contraídas por el marido, o la mujer con autorización del marido
o de la justicia en subsidio, y que no fueren personales de aquél o ésta.
Pago de las obligaciones generadas por contratos accesorios (fianza, hipoteca, prenda),
cuando las obligaciones garantizadas por ellos no fueren personales de uno de los cónyuges.
Todas las cargas y reparaciones usufructuarias de los bienes sociales o de cada cónyuge. Se
refiere a los gastos ordinarios de conservación y cultivo de estos bienes, impuestos que las
graven, etc. En caso que el bien sea de alguno de los cónyuges, no se incluye las
reparaciones mayores, como cambiar el techo de una casa, pues en esta circunstancia habrá
derecho a recompensa para la sociedad.
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Los gastos y las deudas que debe pagar la sociedad, pero que dan derecho a recompensa o
reintegro, son las deudas personales, a saber:
Los acreedores podrán perseguir sus derechos sobre los bienes de la mujer si prueban que
el contrato ha cedido en utilidad personal de la mujer, como en el pago de deudas
anteriores al matrimonio.
La administración está sujeta a limitaciones para proteger los intereses de la mujer. Estas
limitaciones pueden ser establecidas en las capitulaciones matrimoniales o en la ley. Las
limitaciones legales dicen relación con la autorización que debe otorgar la mujer para que
el marido celebre ciertos actos. Tales actos son los siguientes:
En los casos en que no se señala una sanción específica, la mujer, sus herederos o
cesionarios pueden solicitar la nulidad del acto.
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La autorización debe ser previa y solemne, es decir, no basta que la mujer preste su
consentimiento verbalmente. Puede ser por un simple escrito o por escritura pública si el
acto requiere de tal documento, como por ejemplo, si el marido quiere vender una casa
que pertenece a la sociedad conyugal. Si la mujer se niega sin causa justificada o está
impedida de dar su autorización el marido puede recurrir a la justicia para que sea el juez
quien autorice el acto.
A pesar de que es el marido quien administra la sociedad conyugal existen algunos casos en
que la mujer, al contratar con terceros, obliga los bienes sociales, por lo que los contratantes
pueden hacer cumplir sus obligaciones sobre los mencionados bienes. Estos casos son:
El marido también administra los bienes propios de la mujer, dado que lo que estos
produzcan ingresan al patrimonio de la sociedad. En consecuencia, la mujer no esta
facultada para disponer de tales bienes, aunque sean de su propiedad. Si lo hace, el acto no
tendrá validez. Por ejemplo, si ella vende un inmueble recibido como herencia.
El marido debe contar con la autorización de la mujer para realizar ciertos actos
relacionados con estos bienes, como por ejemplo:
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La autorización puede ser otorgada por el juez si la mujer está incapacitada de hacerlo. Si
embargo, puede negarse abenajenar un bien pues son de su propiedad, caso en el cual su
voluntad no podrá ser suplida por el juez.
Si el marido se niega a enajenar o gravar un bien propio de la mujer y ésta desea hacerlo,
puede recurrir al juez para que la autorice.
Disuelta la sociedad se forma una comunidad entre los cónyuges, o entre el cónyuge
sobreviviente y los herederos del fallecido. Debe procederse entonces a la liquidación,
proceso que es conveniente efectuar a la brevedad pues aunque la ley no establece un plazo
para hacerlo, puede traer dificultades posteriores por la confusión de los patrimonios de la
sociedad y de los comuneros. En la liquidación se determinan los bienes y deudas sociales,
las recompensas, etc. Dado que se trata de un procedimiento complejo es necesario
solicitar asesoría profesional, por lo que resulta innecesario describirlo en estas líneas. Debe
tenerse presente que la ley dispone que, disuelta la sociedad, se procederá inmediatamente
a la confección de inventario y tasación, después de lo cual los cónyuges o sus herederos
pueden retirar de la masa los bienes que les pertenezcan.
Separación de Bienes
El régimen de separación de bienes es uno de las tres formas de regular las relaciones
patrimoniales entre los cónyuges que permite la ley chilena.
Se caracteriza porque cada cónyuge tiene su propio patrimonio que administra con absoluta
libertad. La mujer casada en sociedad conyugal se considera separada de bienes respecto
de su patrimonio reservado y de los demás bienes que administra; se habla en este caso de
separación parcial.
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La separación total de bienes puede ser establecida por la ley, por resolución judicial o por
acuerdo de los cónyuges.
La ley establece dos casos en que se entiende que los cónyuges están casados con
separación total de bienes:
En todos estos casos el juez resuelve a petición de la mujer, salvo el caso antes indicado,
quien debe probar los hechos en que fundamenta su demanda. Declarada la separación,
esta es irrevocable.
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Tienen efecto entre las partes y respecto de terceros desde el día del matrimonio, siempre
que sesubinscriban al margen de la respectiva inscripción de matrimonio en el mismo acto
o dentro de los treinta días siguientes a su celebración.
Los efectos del régimen de separación total de bienes son los siguientes:
Produce la disolución de la sociedad conyugal, debiendo ésta ser liquidada, o el término del
régimen de participación en los gananciales.
La mujer administra sus bienes con independencia del marido. Los bienes que cada uno
adquiera serán de su propiedad.
Los adquiridos por ambos cónyuges serán poseídos en comunidad, es decir, cada uno
tendrá una cuota sobre ellos en proporción a su aporte.
Ambos cónyuges deben proveer a las necesidades de la familia común, atendiendo sus
facultades económicas. Por tanto, deben acordar las sumas que cada uno aportará; el juez,
si fuere necesario, reglará la contribución.
Cada uno es responsable de sus deudas, a menos que los acreedores prueben que un
cónyuge se obligó conjunta o solidariamente con el otro (como fiador, avalista) o que el
contrato celebrado por uno cedió en utilidad del otro o de la familia común. Esto es
importante tenerlo presente: Cualquiera puede conferir poder al otro para que administre
sus bienes, actuando en este caso como simple mandatario.
Este régimen puede resultar inconveniente para la mujer que trabaja en su hogar como
dueña de casa, pues no percibe ingresos y por tanto, en caso de disolución del matrimonio
carecerá de bienes. Además, no tendrá derecho legal a pedir alimentos, pues ya no será
cónyuge. Por ello, en este caso, se puede pactar en las capitulaciones matrimoniales o en el
pacto posterior al matrimonio, que el marido entregue una asignación a la mujer o que en
caso de poner término al matrimonio, le entregue alimentos voluntarios.
Este régimen fue establecido en la ley 19.335, vigente desde el 24 de diciembre de 1994.
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Los cónyuges pueden acogerse a este régimen en el acto de matrimonio o en un pacto
posterior que sustituya a la sociedad conyugal o a la separación de bienes.
Se caracteriza porque durante la vigencia del régimen, cada cónyuge es dueño de sus
bienes, y administra su patrimonio con independencia del otro, pero a su término el
cónyuge que ha adquirido bienes a título oneroso por menor valor tiene un crédito de
participación en contra del otro cónyuge, con el objeto de que, en definitiva, ambos logren
lo mismo a título de gananciales.
En el caso de los bienes familiares, que hayan sido declarado como tales, el cónyuge
propietario no podrá enajenar ni gravar, ni prometer enajenar o gravar el bien sin la
autorización del otro o de la justicia, si aquel se niega o está impedido de dar su
consentimiento.
Los gananciales se definen en la ley como la diferencia de valor neto entre el patrimonio
originario y el patrimonio final de cada cónyuge.
Se agregan las adquisiciones a título gratuito efectuadas durante la vigencia del régimen,
deducidas las cargas con que estuvieren gravadas. Las adquisiciones a título gratuito se
refieren a bienes hereditarios o donaciones.
El patrimonio final de cada cónyuge resultará de deducir del valor total de los bienes de
que el cónyuge sea dueño al momento de terminar el régimen, el valor total de las deudas
que tenga en esa misma fecha.
La ley establece las siguientes reglas sobre la forma de distribuir los gananciales:
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Si ambos cónyuges hubiesen obtenido gananciales, éstos se compensarán hasta la
concurrencia de los de menor valor y aquel que hubiere obtenido menores gananciales
tendrá derecho a que el otro le pague, a título de participación, la mitad del excedente.
Al inicio del régimen los cónyuges deben confeccionar un inventario de los bienes que
componen el patrimonio originario. Igual obligación tienen al término del régimen.
La ley establece otras reglas respecto de la forma de calcular los patrimonios y pago del
crédito de participación que por ser detalladas y complejas no se señalan en esta página,
pues sólo se pretende enunciar las características generales del régimen.
El régimen de participación en los gananciales se extingue por las mismas causales que el
régimen de sociedad conyugal. Bienes Familiares.
Los bienes familiares tienen por objeto asegurar un lugar físico en el cual la familia pueda
desarrollar sus actividades con normalidad, aún después de disuelto el matrimonio, por
muerte de alguno de los cónyuges o por otra causa, o aunque los cónyuges se hayan
separado de hecho.
La institución de los bienes familiares rige cualquiera sea el régimen de bienes existente
en el matrimonio.
Para que el bien se encuentre en esta situación se requiere declaración judicial, tramitada
en un procedimiento breve y sumario. Tal declaración puede pedirla el cónyuge no
propietario del bien, con citación del otro.
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Por ello, el cónyuge que no intervino directa y expresamente en el acto respectivo, podrá
pedir al tribunal competente la nulidad del mismo.
Los cónyuges, de común acuerdo, podrán desafectar un bien familiar. En el caso de los
inmuebles, se requiere escritura pública para llevar a efecto este acto.
Durante el matrimonio o disuelto éste, el juez podrá constituir, a favor del cónyuge no
propietario, derechos de usufructo, uso o habitación sobre los bienes familiares. Estos
derechos otorgan al cónyuge en cuyo favor se constituyeron facultades para usar los bienes,
habitar el inmueble o aprovecharse de los beneficios provenientes de su explotación
económica, como por ejemplo, las rentas de arrendamiento, según sea el caso.
Los bienes familiares pueden ser embargados para que los acreedores se paguen de las
deudas contraídas por el propietario.
Sin embargo, los cónyuges podrán exigir que antes de proceder contra los bienes familiares
se persiga el crédito en otros bienes del deudor.
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