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Este documento resume los cuatro pilares fundamentales del aprendizaje según el Informe Delors de 1996: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. También describe los desafíos actuales de la educación chilena como fomentar la autonomía, la responsabilidad y las convicciones comunitarias sobre las individualistas. La escuela juega un papel clave en enseñar a los estudiantes a ser buenos ciudadanos a través de la convivencia.
Este documento resume los cuatro pilares fundamentales del aprendizaje según el Informe Delors de 1996: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. También describe los desafíos actuales de la educación chilena como fomentar la autonomía, la responsabilidad y las convicciones comunitarias sobre las individualistas. La escuela juega un papel clave en enseñar a los estudiantes a ser buenos ciudadanos a través de la convivencia.
Este documento resume los cuatro pilares fundamentales del aprendizaje según el Informe Delors de 1996: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. También describe los desafíos actuales de la educación chilena como fomentar la autonomía, la responsabilidad y las convicciones comunitarias sobre las individualistas. La escuela juega un papel clave en enseñar a los estudiantes a ser buenos ciudadanos a través de la convivencia.
MODULO IV: MANIFESTACIONES DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR
DESAFÍOS DEL S.XXI
Los pilares de la educación ▪ Los cambios en la sociedad, expresados en los ámbitos políticos, cultural, económico y social van generando nuevas demandas a la educación y al sistema escolar en particular, los que deben reflexionar y reorganizar su quehacer para responder a las nuevas necesidades.
▪ De ahí la importancia de mirar críticamente el proceso de enseñanza
y aprendizaje, así como el contexto en que dicho proceso se desarrolla.
▪ La sociedad actual reclama una atención pedagógica y social en
cuestiones que trascienden los objetivos clásicamente instruccionales. Necesitamos formar personas autónomas y responsables, con capacidad de trabajar por el bien común. Con convicciones comunitarias más que individualistas, respetuosas más que discriminadoras, democráticas más que autoritarias. El Informe Delors (1996), redactado por la UNESCO, ubica a las personas en el centro del proceso educativo, señalando que la educación de calidad está sustentada en 4 pilares fundamentales.
Aprender a aprender
Aprender a hacer
Aprender a convivir
Aprender a ser UNESCO (1996), El Informe Delors. Comisión de Educación para el Siglo XXI
Estos cuatro pilares fundamentales del aprendizaje
dan lugar a un sistema de educación más flexible y dinámico, y otorgan las dimensiones cognitivas, morales y culturales que permitirán, tanto a individuos como a grupos sociales, un mayor crecimiento y un mejor aprovechamiento de las oportunidades inherentes al proceso de globalización Aprender a aprender
Consiste en que las personas
comprendan el mundo que les rodea, y así vivir dignamente, desarrollando competencias profesionales y comunicándose con los demás.
Contempla el goce de descubrir,
conocer y comprender, siendo fundamentales la memoria, la atención y el pensamiento. Aprender a hacer
Este pilar pone el acento en que
niños, niñas, jóvenes y adultos, desarrollen competencias que les permitan hacer uso de la información y crear nuevo conocimiento a partir de la misma. Transferir los aprendizajes y desenvolverse eficazmente en diversas situaciones y experiencias, aportar al contexto en que se encuentran y trabajar colaborativamente con otros. Aprender a hacer
Esto se diferencia de las concepciones de décadas
anteriores, en las cuales se ponía el foco en el desarrollo de una calificación profesional exclusiva a una tarea a desarrollar. Actualmente, en la era de la información, se requiere desarrollar competencias y habilidades que permitan crear y manipular la amplia oferta de información, y con ello representar un aporte a la construcción de una sociedad. Aprender a vivir juntos
Hace referencia a que la educación tiene dos tareas:
1 Ofrecer alternativas educativas que permitan el
conocimiento de otros, para que el desarrollo de habilidades como la empatía y el diálogo permitan construir una sociedad pacífica.
Promover la construcción de proyectos colectivos que
impliquen tener objetivos comunes, brindando así la oportunidad de vivir la interdependencia y sus 2 beneficios. Aprender a vivir juntos
Cada vez existe mayor claridad respecto del
importante impacto que tiene la convivencia en el desarrollo personal, social y académico de los estudiantes. Sin embargo “el aprender a vivir juntos” aparece en los ejes transversales del currículum, sin explicar como trabajar estos contenidos en los programas de estudio. Pocos países los han integrado. Aprender a ser
Convoca a la educación a pensar y
repensar sus procesos de tal forma que niños, niñas, jóvenes y adultos se desarrollen en autonomía, juicio y responsabilidad. Asimismo, los procesos educativos deben procurar oportunidades que permitan el descubrimiento y la experimentación, teniendo como foco la valoración de la creatividad y la imaginación. En Chile
Diversos estudios dan cuenta de la disminución
de la asociatividad entre las personas y de los bajos niveles de confianza interpersonal.
De acuerdo al World Value Survey, solo un 13%
cree que se puede confiar en la gente, frente al 36% en los países de la OCDE.
A su vez, un 70% de los chilenos piensa que
tratan de aprovecharse de ellos, frente a un 35% en países desarrollados. En Chile
La sociedad actual reclama una atención
pedagógica y social en cuestiones que trascienden los objetivos clásicamente instruccionales. Necesitamos formar personas autónomas y responsables, con capacidad de trabajar por el bien común. Con convicciones comunitarias más que individualistas, respetuosas más que discriminadoras, democráticas más que autoritarias. Un gran desafío
Es imperante revisar nuestro quehacer cotidiano y nuestro rol como
líderes del proceso de enseñanza-aprendizaje. Ello implica salir de la rutina, reflexionar y preguntarnos colegiadamente:
¿Qué condiciones estamos creando para construir “comunidades
de aprendizaje” con los equipos profesionales? ¿Cuánto estamos haciendo por crear una alianza de colaboración y de co- responsabilidad con las familias? ¿Qué espacios estamos dando en el aula para el desarrollo de habilidades socioafectivas y éticas?
Debemos pensar qué importancia damos en el aula a la valoración de
la diversidad, el pensamiento crítico, el auto aprendizaje y el trabajo colaborativo, identificando tareas cotidianas con las que los estudiantes desarrollen su calidad de ciudadanos autónomos, comunicativos, solidarios y responsables con la sociedad. Un gran desafío
Este desafío que se le presenta hoy al sector educación en
nuestro continente es relevante y pertinente, puesto que la paz se funda en el respeto a la dignidad de las personas y en el ejercicio de la democracia, y la educación tiene mucho que aportar para que ello ocurra. La escuela La escuela es el primer lugar de la convivencia ciudadana. Allí aprendemos a ser buenos o malos ciudadanos, conviviendo por primera vez con personas de nuestra edad.
La naturaleza de la vida social es
muy dinámica. Las relaciones interpersonales establecidas se redefinirán continuamente en función de las experiencias conjuntas y las expectativas de unos hacia otros. La escuela Este proceso dinámico por el que se gestionan las relaciones interpersonales puede ser explícito o implícito. Es decir, la gestión de las relaciones interpersonales puede dejarse en manos de la eventualidad o, ser intencionadas, para que se sustenten en el respeto y el crecimiento mutuo. La escuela
Lo que se aprende en la escuela es lo que repetirán
nuestros estudiantes cuando adultos, desde las posiciones que ocupen en la sociedad. La convivencia, como espacio de desarrollo, adquiere protagonismo. La comunidad educativa debe estar consciente de que la convivencia escolar no solo es una condición necesaria para el desarrollo de los aprendizajes, sino un aprendizaje en sí mismo. A nivel internacional
Se han desarrollado diversos programas o prácticas educativas
enfocados en la convivencia, promoviendo la paz y un clima social nutritivo.
Algunos elementos en común de estas iniciativas son: el
desarrollo de lo formativo desde la gestión institucional y del currículo, así como acciones relativas a la gestión democrática de normas, educación en valores, desarrollo de habilidades socioemocionales, cohesión de la comunidad en general y al interior de los cursos, y la regulación pacífica de conflictos.