Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El segundo dualismo pulsional que propone Freud, lo plantea en Más allá del principio del
placer. En éste, distingue entre pulsiones de vida (o Eros) y pulsiones de muerte.
En las pulsiones de vida se unifican las pulsiones de autoconservación y las pulsiones
sexuales. Éstas tienden a la unión y a la síntesis, a diferencia de las pulsiones de muerte,
que tienden a la destrucción.
Los tres motivos por lo que introduce las pulsiones de muerte son:
Bibliografía:
Freud, S. (1920) Más allá del principio del placer en Obras Completas. Tomo
XVIII. Amorrortu editores.
Laplanche, J. Diccionario de Psicoanálisis, Pulsión. Editorial Paidós.
QUE ES ANSIEDAD?
Estos cambios fisiológicos son consecuencia de la activación del sistema nervioso, del
sistema endocrino y del sistema inmunológico. Por lo general sólo percibimos algunos de
los desordenes persistentes que provoca esta activación desadaptativa. La persistencia de
estos cambios puede acarrear una serie de desórdenes psicofisiológicos transitorios, como
dolores de cabeza, insomnio, disfunción eréctil, anorgasmia femenina, contracturas
musculares, disfunciones gástricas, etc. A nivel de nuestro sistema motor la ansiedad se
manifiesta con inquietud motora, hiperactividad, movimientos repetitivos, dificultades de
comunicación (a veces tartamudez), consumo de sustancias (comida, bebida, tabaco u otras
drogas), llanto, tensión en la expresión facial, etc. Es entonces
cuando la ansiedad
Psicoanálisis
Mecanismos de defensa
Freud determinó los mecanismos de defensa, como las técnicas del inconsciente, encargadas de
minimizar las consecuencias de eventos demasiado intenso, para que el individuo pueda continuar
con sus funciones. Dichos mecanismos de defensa, permiten el mantenimiento del balance
psicológico.
Sublimación:
El impulso se canaliza hacia una forma más aceptable, es derivada hacia un nuevo fin. Una
pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados
socialmente, como la actividad artística y la investigación intelectual. Por ejemplo, el deseo
de un niño por la exhibición, puede sublimarse mediante una carrera en el teatro.
Represión:
Es el mecanismo por el cual el inconsciente borra eventos y pensamientos que serían
dolorosos si se mantuvieran en el nivel conciente. Por ejemplo, el olvido del cumpleaños de
un familiar fallecido.
Proyección:
Los sentimientos o ideas estresantes, son proyectados hacia otras personas u objetos
cercanos.
Negación:
Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no
existieran.
Introyección:
Es el mecanismo por el cual una persona incorpora elementos de la personalidad de otra.
Regresión:
Es un mecanismo que lleva a retomar el nivel de desarrollo anterior, más infantil. Por
ejemplo, el comportamiento de los niños cuando nace un hermano (chuparse el dedo,
orinarse, etc.).
Formación reactiva:
Detiene la aparición de un pensamiento doloroso, sustituyéndolo por otro más agradable.
Aislamiento:
Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como manera
de soportar los hechos.
Desplazamiento:
Es un mecanismo por el cual, se desprende un hecho o persona de los sentimientos
asociados, y éstos son adjudicados a otro hecho o persona. Es lo que suele suceder con las
personas que desquitan sus frustraciones con sus mascotas.
Condensación:
Es un mecanismo por el cual, elementos del inconsciente se reúnen en una sola imagen u
objeto. Consiste en la concentración de varios significados en un único símbolo.
Racionalización:
Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable.
La negación
Janis (1958) en un trabajo sobre los "procesos de preocupación" centra su investigación en el hecho de que
las personas que usan la negación (también la evitación) como forma de afrontamiento experimentan un
mayor alivio emocional en la primera situación amenazante, pero pagan por ello, manifestando una
vulnerabilidad continuada en las siguientes. Por otro lado la gente que se enfrenta a la amenaza de forma
vigilante, resulta más trastornada al principio, pero en las ocasiones siguientes experimenta menor
trastorno, puesto que se halla mejor preparada para dominar las demandas de la situación. En los estudios
de Janis, los pacientes que mostraban poca o nula aprensión antes de la intervención quirúrgica,
presentaron mayores trastornos post-operatorios que los pacientes que habían mostrado el normal grado
de vigilancia y ansiedad antes de ser intervenidos.
Wolf y colaboradores (1964), probaron que los padres de niños leucémicos que se defendían de la dolorosa
realidad mediante mecanismos psicológicos de negación excretaban menos 17-OCHS que los padres que
asumían los hechos tal y como eran.
Breznitz (1983) que ha realizado un extenso estudio sobre la negación y los procesos de afrontamiento que
la integran, señala que el uso de cualquier forma de negación implica falta de esperanza en poder
cambiar la situación objetiva. En este sentido la teoría de la indefensión aprendida (Seligman 1975) ha
servido para poner en evidencia los múltiples efectos del fracaso adaptativo.
Watzlawick, Weakland y fisch (1974) , que han estudiado la negación sobre todo en el ámbito de la terapia
familiar, se refieren a ella en los siguientes terminos: " Un modo de abordar erróneamente un problema
reside en comportarse como si tal problema no existiera, es decir aplicar como solución la negación del
problema. De ello se derivan dos consecuencias: a) el reconocimiento del problema es considerado como
manifestación de locura o maldad y b) el problema que exige cambio se complica crecientemente por los
problemas creados por el erróneo modo de abordarlo", (pag. 68).
Marks (1987) por su parte señala que la negación puede ser un obstáculo para que la exposición
funcione: tenemos multitud de puertas (la negación entre ellas) que impiden que las experiencias
desagradables se hagan conscientes. Tales puertas nos protegen de una posible sobrecarga y nos permiten
seguir funcionando manteniendo la activación en unos niveles que energizan más bien que paralizan. Para
que la exposición funcione, la mayoría de dichas puertas deben abrirse, de modo que la experiencia de
miedo sobrepase todas nuestras defensas haciéndose así posible la conciencia de la emoción, el
procesamiento de esta y a partir de cierto punto su habituación. Los resultados experimentales empiezan a
dar soporte a la idea de que la implicación en la exposición es mejor que la disociación durante la misma.
En suma, la negación, como tantas otras estrategias de afrontamiento, no puede calificarse como
inherentemente buena o mala. Debe tenerse en cuenta el contexto y sobre todo desarrollar principios que
especifiquen las condiciones bajo las cuales los procesos de negación pueden tener consecuencias
favorables o desfavorables. Lazarus y Folkman (1984) ofrecen las siguientes consideraciones:
1. Cuando no hay nada constructivo que pueda hacerse para vencer el daño o la amenaza; es decir, cuando
no existe una acción directa importante, los procesos de negación contienen el potencial necesario para
aliviar el grado de trastorno producido por la situación, sin alterar el funcionamiento del individuo o
producir daño adicional.
2. La negación puede ser adaptativa con respecto a determinados aspectos de la situación, pero no en su
totalidad. Los pacientes que sufren diabetes pueden negar la gravedad de la situación siempre y cuando
continúen atentos a su dieta, a su nivel de actividad y a la dosis de insulina.
3. S. Miller (1980) señala que en situaciones sujetas a cambio -es decir, que pasen de incontrolables a
controlables- , la estrategia óptima puede ser aquella que reduzca la activación sin impedir por completo el
procesamiento de la información externa referida a la amenaza. Sin embargo, en las situaciones
crónicamente incontrolables (e incambiables), la estrategia a elegir puede ser aquella que reduzca de
forma efectiva tanto el nivel de arousal como el procesamiento concomitante de la información captada
del entorno.
4. La cronología de la negación como proceso de afrontamiento puede ser una cuestión de importancia. La
negación puede resultar menos perjudicial y más afectiva en las primeras fases de una crisis, por ejemplo,
en una enfermedad súbita, en una incapacitación o en la pérdida de un ser querido; es decir, cuando la
situación ya no puede afrontarse en su totalidad, más que en fases posteriores
REPRESIÓN
Freud indica en varios lugares que el psicoanálisis es fundamentalmente una teoría
de la represión. Su estudio le llevó a Freud a postular la existencia de lo inconsciente y a
comprender los trastornos histéricos. La represión es el mecanismo de defensa más
importante; por él experiencias y apetitos que el sujeto considera inaceptables y que no
consigue integrar adecuadamente en su personalidad se proyectan o empujan hacia las
zonas inconscientes de la mente. La eficacia de la represión puede ser tal que el sujeto
ignore lo que ha reprimido pero también que ha reprimido. De ahí que el terapeuta deba
luchar para que el paciente sea consciente también de su responsabilidad en la represión.
La represión no anula la energía psíquica reprimida; ésta pugnará por manifestarse en la
vida del sujeto, bien en los sueños, los "lapsus linguae", o los actos fallidos, bien de
modo más espectacular o traumático produciendo trastornos orgánicos o
somatizaciones.
ASCETISMO, ASCÉTICA
Aislamiento
La forma de aislar es interponer intervalos espaciales o temporales de manera que las ideas
'no se toquen entre sí'. El intervalo temporal estaría vinculado con la compulsión neurótica
a contar. Ejemplos de aislamiento son las pausas en el pensamiento, los rituales, etc. Un
aislamiento típico se da entre lo sexual y lo erótico, lo que hace que una persona sólo pueda
desear sexualmente a quien no ama.
El origen del aislamiento está en el tabú de contacto (de la pulsión con el objeto
satisfactor), tanto corporal como ideativo. Un ejemplo de aislamiento normal se da en la
concentración, útil para realizar mejor una tarea.
Isaacson Robert (1996) El niño retardado mental. Buenos Aires: Paidós, pág. 43.
Esta defensa hace que un determinado acto o idea que resulta intolerable para el yo, sea
separado de su afecto permaneciendo en la conciencia en forma debilitada. Así, por
ejemplo, una persona puede relatar un episodio traumático (un accidente, una operación)
con la misma tonalidad afectiva que usa para hablar del clima.
PROYECCIÓN
En psicoanálisis, mecanismo de defensa por el que el sujeto atribuye a otras
personas los propios motivos, deseos o emociones. Es una forma de ocultación
involuntaria e inconsciente de su vida psíquica consecuencia de la presión del superyó
que sanciona como incorrecto el contenido psíquico o de los temores y frustraciones del
sujeto. Como estrategia para salvaguardar la seguridad de la persona tiene un valor
limitado y puede dar lugar a comportamientos poco adaptados que dificultan la
convivencia.
FORMACIÓN REACTIVA
Término psicoanalítico. Mecanismo de defensa que consiste en enmascarar un
motivo o emoción transformándolo en su contrario, por ejemplo, encubrir un odio con
manifestaciones exageradas de afecto.
A veces se ha hecho mención a este mecanismo de defensa para señalar las
dificultades que tiene el psicoanálisis para cumplir el requisito de cientificidad que
Popper llamaba falsación, y exactamente para la verificación de la hipótesis del
complejo de Edipo: si en la comprobación de esta hipótesis encontramos que un niño
tiene sentimientos hostiles ante el padre y se acerca amorosamente a la madre, el
complejo parece ser real; pero si ocurre lo contrario también, porque un psicoanalista
ortodoxo alegaría que el niño al expresar amor hacia el padre, en realidad estaría
encubriendo sus auténticos sentimientos con la máscara del afecto positivo
El Yo lidia con las exigencias de la realidad, del Ello y del Superyo de la mejor manera
que puede. Pero cuando la ansiedad llega ser abrumadora, el Yo debe defenderse a sí
mismo. Esto lo hace bloqueando inconscientemente los impulsos o distorsionándoles,
logrando que sean más aceptables y menos amenazantes. Estas técnicas se han llamado
mecanismos defensivos yoicos y tanto Freud como su hija Anna, así como otros
seguidores han señalado unos cuantos.
La Represión, defensa que Anna Freud llamó también “olvido motivado” es simplemente
la imposibilidad de recordar una situación, persona o evento estresante. Esta defensa
también es peligrosa y casi siempre va acompañada de otras más.
Cuando era un adolescente, desarrollé un fuerte sentimiento de miedo hacia las arañas,
especialmente aquellas con patas largas. No sabía de donde venía ese miedo, pero
empezaba a ser bastante engorroso cuando precisamente iba a entrar en el instituto,
antes de la universidad. En el instituto, un consejero me ayudó a llevarlo mejor (con algo
que él llamaba desensibilización sistemática), pero aún no tenía ni idea de dónde podía
provenir el miedo. Años más tarde, tuve un sueño particularmente vívido y claro donde me
veía encerrado por mi primo en un cortijo de la parte de atrás de la casa de mis abuelos.
La habitación era oscura y estaba muy sucio. El suelo estaba cubierto de (ya lo habrán
sabido) ¡arañas con patas largas!).
La comprensión freudiana de este sueño es bastante simple: reprimí un evento traumático
(el incidente del cortijo), pero cuando en la realidad veía arañas, surgía la ansiedad del
evento sin traer consigo el recuerdo del acontecimiento.
Otros ejemplos abundan en la literatura. Anna Freud habla de uno en concreto que es
particularmente especial: una chica jóven, acosada de una culpa importante por sus
fuertes deseos sexuales, tiende a olvidar el nombre de su novio, aún cuando le está
presentando a sus amistades. O un alcohólico que no puede recordar su intento de
suicidio, argumentando que debió “haberse bloqueado”. O alguien que casi se ahoga de
pequeño, pero es incapaz de recordar el evento aunque los demás intenten
recordárselo…pero presenta un miedo terrible a los lagos y mares.
Nótese que para que haya un verdadero ejemplo de defensa, debe funcionar de forma
inconsciente (Laplanche y Pontalis en su Diccionario de Psicoanálisis ? Ed. Labor, 1993-
establecen que la defensa adquiere a menudo un carácter compulsivo y actúa, al menos
parcialmente, inconscientemente. N.T.).
Mi hermano tenía un miedo terrible a los perros cuando era niño, pero no había en esta
experiencia ninguna defensa en juego. Simplemente él no que ría repetir la experiencia de
haber sido mordido por uno de ellos. Comúnmente, eso que llamamos miedos irracionales
o fobias derivan de la represión de traumas.
Ascetismo es la renuncia de las necesidades es una de las defensas que menos hemos
oído hablar, pero se ha puesto nuevamente de moda con la emergencia del trastorno
llamado anorexia. Los pre-adolescentes, cuando se sienten amenazados por sus
emergentes deseos sexuales, pueden protegerse a sí mismos inconscientemente a través
de negar no sólo sus deseos sexuales, sino también todos sus deseos. Así, se embarcan
en una vida como si fueran monjes, con una tendencia ascética donde renuncian a
cualquier interés sobre lo que los demás renuncian.
En los chicos de hoy hay un interés marcado en la autodisciplina de la artes marciales.
Afortunadamente, las artes marciales no solo no hacen (mucho) daño, sino que incluso
pueden ayudarles. Por el contrario, las chicas de nuestra sociedad desarrollan con mucha
frecuencia un interés importante por alcanzar estándares artificiales de belleza basados
en la delgadez. Considerando la teoría freudiana, la negación de estas chicas a comer es
una tapadera de su negación a su desarrollo sexual. Y desde luego que la sociedad
aumenta la presión. ¡Lo que para otras sociedades representa una mujer madura es para
nosotros una mujer con 20 libras de más!.
La Rendición altruista es una forma de proyección que parece a primera vista como lo
opuesto: aquí, la persona intenta llenar sus propias necesidades de forma vicaria a través
de otras gentes.
Un ejemplo común es el del amigo (siempre conocemos alguno) que en vez de buscar
algún amigo o relación por sí mismo, embarca a los demás a que las tengan. Son esos
que te dicen curiosamente “¿y qué paso anoche con tu cita?” o “Qué, ¿ya tienes pareja o
no?”. Un ejemplo extremo sería el de la persona que vive completamente su vida para y a
través de los demás. (La rendición altruista también es común en los grupos ideológicos
dogmáticos, incluyendo grupos de “ciencia”, así como de personas que se someten a una
religión por completo o a una vida dedicada únicamente a servir a los demás. N.T.).