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La formación del Imperio fue un proceso lento que comenzó en torno al 500 y 250 a.C.
con la conquista de todos los territorios de la Península itálica, y que llegó a su
momento de máxima expansión en los siglos I y II, en los cuales los romanos
dominaban un territorio que se extendía desde las islas británicas al norte hasta el
desierto del Sáhara al sur y desde Mesopotamia al este hasta Hispania al oeste.
Limes: línea de defensa que dividía el territorio. Fronteras que separaban el territorio
romano de los demás.
Según la mitología, Roma fue fundada en el año 753 a.C. En esa ápoca vivían en la
Península itálica numerosos pueblos, entre los que destacaban los etruscos y los latinos,
que se asentaron en una zona conocida como las Siete Colinas, de cuya unión surgió la
ciudad de Roma.
En los primeros tiempos, la ciudad era gobernada por un rey que concentraba todos los
poderes y era elegido por un Senado de ancianos, los cuales pertenecían a las familias
más poderosas de la ciudad, denominadas patricios.
En el siglo VI a.C. el pueblo etrusco conquistó Roma, lo cual inició un conflicto que se
prolongó hasta el 509 a.C., año en el que el último rey etrusco fue expulsado del poder
por una rebelión.
Tras la expulsión del rey etrusco, se inició una nueva forma de gobierno: la República.
La expansión.
En esta etapa Roma se convirtió en una fuerte potencia y conquistó muchos territorios.
La voluntad de controlar el sur de Italia le hizo entrar en conflicto con los cartagineses,
una potencia del norte de África.
Hubo tres guerras entre Roma y Cartago, las cuales se conocen con el nombre de
guerras púnicas y duraron más de cien años.
La crisis de la República
Para detener el creciente poder de los militares y las revueltas populares se formaron los
triunviratos, que eran alianzas de tres hombres que compartían el poder durante un
periodo de tiempo determinado.
El primero lo formaron Julio César, Craso y Pompeyo. La falta de entendimiento entre
ellos llevó a una guerra civil de la que Julio César salió victorioso proclamándose
dictador perpetuo.
El asesinato de César por un grupo de partidarios de la República condujo al segundo
triunvirato, esta vez formado por Marco Antonio, Lépido y Octavio. Tras una serie de
enfrentamientos, Octavio se hizo con el poder y el Senado le concedió los máximos
poderes.
5. El Imperio.
El tercer gran período de la historia de la Roma antigua fue el Imperio . Comienza con
Octavio Augusto en el año 27 a.C. y llegará hasta la desaparición del último emperador
romano occidental, Rómulo Augústulo en el 476 d.C.
Octavio fue el primer emperador de Roma. Acumulaba todos los poderes: presidía el
Senado, era jefe del ejército, pontífice máximo (jefe de la iglesia), dirigía la política
exterior, dictaba las leyes y decidía los tributos. El cargo de emperador era vitalicio y
ellos elegían a su sucesor.
Los pilares sobre los que se asentó esta nueva forma de gobierno más centralizada
fueron los funcionarios, el ejército, los impuestos y las vías de comunicación.
Durante los siglos I y II d.C., gracias a esta organización, el mundo romano alcanzó su
máximo esplendor, el cual se caracterizó por el aumento de la producción, el comercio
y las relaciones entre los pueblos, conocida como Pax romana.
Desde el siglo III el imperio romano vivió crisis militares, políticas y económicas que
pusieron en peligro su unidad.
Todo ello influyó negativamente en el comercio, que se vio afectado por la inseguridad,
y los impuestos no fueron suficientes para cubrir los gastos militares del Estado. La vida
se hizo más difícil y la población empezó a trasladarse al campo donde la subsistencia
parecía más fácil. A este proceso se le conoce como ruralización.
Tras numerosos intentos por mantener la paz y el orden en el Imperio, la muerte del
emperador Teodosio (395) dividió al Imperio entre sus dos hijos: a Arcadio le
correspondió la zona oriental, con capital en Constantinopla, y a Honorio la parte
occidental, con capital en Roma. Pero finalmente, una coalición de tribus germánicas
acabó por invadir el Imperio romano y entrar en Roma en el año 476. De esta manera
finalizó el Imperio romano de Occidente.
6. La sociedad romana.
La sociedad romana se dividía en tres grupos:
Los ciudadanos eran las personas libres del Imperio que tenían todos los
derechos: podían ser propietarios, ir a juicio, casarse y votar.
Los no- ciudadanos eran los esclavos y los libertos.
6. LA CULTURA ROMANA.
Los romanos extendieron entre los pueblos conquistados su lengua (el latín), sus leyes
(el derecho romano) y sus formas de vida. Este proceso de asimilación cultural se
conoce con el nombre de romanización.
Vivienda.
En Roma existían tres tipos de viviendas principalmente:
Domus
Es el tipo de casa romana acomodada y es unifamiliar. Suele ser de una planta. Está
orientada hacia el interior, raramente posee ventanas, por lo que el aire y la luz externos
penetran por el atrio, que es el patio central en torno al que se reparten las habitaciones
y por el jardín trasero llamado peristilo.
Desde la calle, se accede a ella a través del vestibulum. Las diversas habitaciones de la
casa, triclinium (comedor) y tablinium (sala de estar) solían estar adornadas con
pinturas en las paredes y con mosaicos en el suelo, Muchas veces las casas poseían
habitaciones abiertas a la calle y aisladas del resto de la casa, más conocidas como
tabernae, las cuales se alquilaban como locales comerciales.
Insula
La insula es una vivienda construída para recibir a familias diferentes. Es, pues, una
casa de vecinos. La mayoría de los habitantes de Roma vivía en ellas. Su distribución
interior era similar a la de los pisos actuales, pero sin cocina ni baño.
Villa Rústica
Arte.
El arte romano tomó como referencia elementos de otros pueblos como los etruscos o
los griegos, pero adaptándolo a sus necesidades. Desarrollaron una arquitectura práctica
la cual se plasma en obras de ingeniería como:
Vías o calzadas, que comunicaron los diferentes puntos del Imperio permitiendo
un rápido y eficaz desplazamiento.
Acueductos que servían para suministrar agua potable desde los manantiales
hasta las ciudades.
Cloacas. Se encontraban debajo de las ciudades y eran túneles subterráneos que
servían para evacuar las aguas residuales hasta el río.
Edificios conmemorativos. Servían para recordar algún acontecimiento
importante, normalmente victorias militares. Un ejemplo fueron los arcos de
triunfo y las columnas trajanas.
Construcciones urbanas públicas como: el foro, las basílicas, los templos, las
termas, el teatro, el anfiteatro, el circo, etc.
Religión.
La religión era politeísta y tenía un carácter práctico. Todos los rituales y sacrificios se
hacían con la finalidad de obtener el favor de los dioses tanto en la vida pública como
en la privada. Roma adoptó la mitología griega, pero cambiando el nombre de los dioses
principales. Además, los romanos diferenciaban entre el culto público y el privado:
En el siglo I a.C., durante el reinado de Augusto, surgió en Palestina una nueva religión
monoteísta llamada cristianismo, que se expandió por todo el Imperio. Inicialmente los
cristianos fueron perseguidos, hasta que en el año 380 el emperador Teodosio convirtió
el cristianismo en la religión oficial del Imperio.