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No cabe duda de que el acto de comunicar en la empresa, que la comunicación en la empresa, tanto a nivel

interno como externo, es clave para su correcto funcionamiento. Podríamos pararnos a informar acerca de lo
que es la comunicación, pero es algo que ya ha podido quedar claro en muchas ocasiones. Comunicación es el
proceso mediante el cual se transmite información, y aunque parezca una definición muy sencilla por todo lo
que conlleva detrás, comunicar es muy importante en la empresa.

Los principales tipos de comunicación de los que se habla para la empresa son la comunicación interna en la
empresa y la comunicación externa de la empresa. De hecho, muchas empresas planifican sus estrategias de
comunicación en torno a estos dos tipos de comunicación. Sin embargo, existen muchos tipos de comunicación
aplicables en el caso de la empresa teniendo en cuenta diversos aspectos.

Contenido del artículo [Mostrar]

Comunicación interna y comunicación externa de la empresa


La comunicación interna es clave para un buen funcionamiento de la empresa y la correcta gestión de los
recursos humanos. Existen elementos de comunicación que favorezcan una comunicación interna más efectiva,
como los tablones de anuncios, emails, intranet, revista corporativa, manuales de empleado y muchos más.

La comunicación externa es un elemento importante para promocionar, dar a conocer, dar una buena imagen y
resolver cualquier tipo de incidencia en la empresa. Se trata de ofrecer una imagen transparente que ofrezca
confianza a los clientes y potenciales clientes. Dentro de los tipos de comunicación externa se encuentran la
comunicación externa operativa, la comunicación externa estratégica y la comunicación externa de notoriedad.

Comunicación formal e informal


Además de este tipo de comunicación, existen también la comunicación formal y la comunicación informal.

La comunicación formal se dirige desde un integrante de un nivel jerárquico de la empresa a otro de nivel
superior, igual e inferior pero utilizando los canales formalmente establecidos por la empresa.

La comunicación informal consiste en un mensaje que circula por la empresa sin conocer el origen ni seguir
canales formalmente establecidos. Puede ser un rumor o cualquier comunicación no formal en la empresa. En
ocasiones es necesario combatir una comunicación informal que puede dar lugar a malas consecuencias con una
comunicación formal que informe a los trabajadores de la empresa en cualquier momento en que sea necesario
y en cuestiones que le afecten, como alguna crisis o cambios en la empresa.

Comunicación horizontal y vertical, comunicación ascendente y


descendente
La comunicación horizontal se produce entre personas que forman parte del mismo nivel jerárquico en la
empresa. La comunicación vertical se produce entre diferentes posiciones de una jerarquía de la empresa, entre
trabajadores y superiores o entre superiores y trabajadores. La comunicación horizontal también puede ser
formal o informal.

Dentro de la comunicación vertical, una empresa se puede encontrar la comunicación ascendente, que se
produce cuando los subordinados informan o comunican algo a los jefes o personas jerárquicamente superiores,
comunicación que se produce con menos frecuencia en muchas empresas y que tiene muchos beneficios; o
comunicación descendente cuando los mandos superiores o dirección informan o comunican lo que necesitan a
los trabajadores.
Otros tipos de comunicación en la empresa
La comunicación interpersonal se produce entre dos personas frente a frente a frente, aunque se puedan utilizar
medios de comunicación como el teléfono para comunicarse, la comunicación intrapersonal permite a las
personas recibir y enviar mensajes. La comunicación multigrupos es aquella que se produce cuando pequeños
grupos interdependientes que desempeñan tareas compartidas para lograr metas en común se comunican.

La comunicación también puede ser escrita, cuando se utilizan documentos escritos o porque se necesita dejar
constancia, u oral cuando se realiza con la voz por parte de emisor y receptor.

La comunicación oblícua consiste en la necesidad de coordinación intergrupal, entre personas de distintos


departamentos por la razón que sea.

Funciones de la comunicación en la empresa


La comunicación en la empresa es esencial para:

 Que el trabajador sepa cuál es su función, qué hace bien y qué no hace también
 Evitar el aislamiento en la empresa y crear un buen clima laboral
 Comunicar a los trabajadores sus funciones y todo lo que sea necesario
 Un buen trabajo en equipo
 Comunicación de noticias, eventos, informaciones y promociones sobre la empresa
 Relación con la empresa y comunicación de crisis en caso de que sea necesario
 Comunicar una identidad y filosofía corporativa
 Promover la cultura empresarial
 Favorecer un feedback o retroalimentación entre los componentes de la empresa
 Dar la bienvenida y dar a conocer a los nuevos empleados, facilitando la integración y participación
 Una correcta herramienta para el mantenimiento del talento y los trabajadores
 Promover la formación en la empresa

Existen muchas funciones de la comunicación, y sin duda la más importante es la que permite un correcto y
eficiente funcionamiento de la empresa, darla a conocer y conseguir sus objetivos dentro de su misión, visión y
valores. Y es que una empresa si no comunica, si no se da a conocer, no existe.

Saber escuchar es un aspecto clave para el mejor funcionamiento de las empresas, de hecho es un factor
muy importante de cara al crecimiento y rentabilidad de la empresa. Es un aspecto a tener en cuenta tanto a
nivel interno como externo de la empresa, tanto para el clima laboral como para el marketing de la empresa.

Un buen jefe tiene que saber escuchar a sus trabajadores y a sus colaboradores. Debe fomentar una buena
comunicación en que las demás partes hablen y se sientan escuchadas, además de saber hacer las preguntas
acertadas. La comunicación muchas veces sólo se basa en que la otra persona sienta que se le presta atención,
en otras ocasiones consiste en una negociación, pero en todas hay que saber escuchar. Esto es clave para el
clima laboral y para el correcto funcionamiento de la empresa.

No hay que oír, hay que escuchar, no interrumpir, crear empatía, intentar entender a la otra parte y ofrecer lo
mejor que se puede dar dentro de lo que se espera. Saber escuchar es mucho más que acciones, es una filosofía
de vida, y es clave en cualquier empresa. Puede ser la diferencia entre una empresa regular y una empresa
excelente.

Un informe desarrollado por Social Media Today indica que la sinceridad es el elemento más importante de las
campañas de marketing en las redes sociales, y es que los usuarios responden mejor cuando las empresas se
muestran receptivas y participativas, cuando saben escuchar. Por eso mismo, las empresas pueden utilizar los
medios y redes sociales como una buena estrategia de marketing, siempre teniendo en cuenta que saber
escuchar es clave para el marketing y su reputación. La empresa tiene que ser un buen oyente activo.

Saber escuchar a los clientes es un punto básico de toda empresa, y es que los clientes aunque no tengan la
razón hay que dársela, ofreciendo una solución a sus inquietudes o problemas con la empresa. Para ello es
necesario escuchar al cliente, ponernos en su lugar y entender por qué reacciona así. Es necesario que todas las
personas que compongan la empresa tengan la capacidad de escucha activa. Habiendo hecho esto, se podrá
ofrecer una solución satisfactoria a ambas partes.

Como se puede ver, saber escuchar es un aspecto clave en toda empresa, para un correcto desempeño, y también
es muy importante en la vida. No basta con oír, sino que se debe prestar atención a lo que se oye. Hay que dejar
un tiempo de reflexión para poder conocer qué es lo que se debe hacer en cada ocasión, pero si una empresa
empieza a prestar atención puede tener nuevas ideas a las que de otra manera no habría llegado. Escucha y tu
empresa crecerá.

Tipos de comunicación organizacional en la empresa


Por Enric-Francesc Oliveras

 Comunicación

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Por muy buena que sea la estrategia empresarial, sin una correcta comunicación organizacional los planes
quedarán en papel mojado. Transferir las directrices a los empleados, difundir los valores de la compañía
entre la plantilla, informar sobre los recursos y posibilidades, dar a conocer los productos y servicios o fomentar
la cultura de la organización son claves en el funcionamiento de cualquier empresa y los líderes y directivos son
cada vez más conscientes de ello.
Por ello, al área responsable de la comunicación organizacional se ha convertido en una pieza clave dentro de
las compañías, tan importante como la administración, gestión, producción, etc.

Pero ¿qué es la comunicación organizacional?

Definición de comunicación organizacional


Los autores de ‘Comunicación organizacional práctica’, Alberto Martínez de Velasco y Abraham Nonski,
definen este concepto como “el proceso por medio del cual una persona se pone en contacto con otra a
través de ideas, hechos, pensamientos o conductas, y espera que esta última dé una respuesta, sea una
opinión, actitud o comportamiento”.

La doctora en Ciencias de la Comunicación Irene Trelles sostiene que la comunicación organizacional o


corporativa “habla tanto de la realidad de la organización como de la identidad corporativa interna”, por lo que
puede ser definida como “el repertorio de procesos, mensajes y medios involucrados en la transmisión de
información por parte de la organización”. Para esta experta, esta actividad “no se refiere sólo a los
mensajes, sino a los actos, al comportamiento mediante el cual todas las empresas transmiten información sobre
su identidad, su misión, su forma de hacer las cosas y hasta sobre sus clientes”, como explica en su libro
‘Comunicación organizacional’.

Por su parte, Carlos Fernández Collado, en su obra ‘La comunicación en las organizaciones’, entiende la
comunicación organizacional como “el conjunto total de mensajes que se intercambian entre los integrantes de
una organización, y entre ésta y su medio” y como “el conjunto de técnicas y actividades encaminadas a
facilitar y agilizar el flujo de mensajes que se dan entre los miembros de la organización, entre la
organización y su medio; o bien, influir en las opiniones, aptitudes y conductas de los públicos internos y
externos de la organización, todo ello con el fin de que ésta última cumpla mejor y más rápido los objetivos”.

Tipos de comunicación organizacional


En este sentido, la comunicación organizacional puede ser de dos tipos:
 Interna: con la que se pretende mantener informados y coordinados a los miembros del equipo, fomentar el
feedback entre los diferentes integrantes y generar climas laborales positivos. Para que sea lo más efectiva
posible, se debe desarrollar en tres sentidos:
o Descendente: de los superiores a los trabajadores, a través de instrucciones orales, discursos,
reuniones, llamadas telefónicas, memorándums, cartas, informes, folletos, manuales…
o Ascendente: de los empleados a los directivos y responsables de área, mediante encuestas, reuniones,
entrevistas, formularios de sugerencias…
o Horizontal: la que tiene lugar entre colaboradores del mismo rango jerárquico con la finalidad de
mejorar la cohesión de los equipos, a través de reuniones, llamadas, correos…

 Externa: dirigida a dar a conocer la actividad empresarial fuera de la compañía y recopilar la retroalimentación
procedente de otros actores de la sociedad. En este caso, la comunicación organizacional está compuesta por las
relaciones públicas, la publicidad, los folletos informativos, los comunicados y notas de prensa, las publicaciones
en la web o redes sociales…

En todos ellos, la comunicación organizacional estará conformada por tres actores o elementos distintos, que
influyen en este proceso y que deben ser tenidos en cuenta:

 Personas: al tratarse de una interacción humana, la comunicación vendrá determinada por las circunstancias
personales de los participantes (emociones, relación entre ellos, cargos que ocupan, habilidades…).

 Entorno: tiene lugar en un escenario complejo donde existe una influencia recíproca constante.

 Contenidos: los objetivos de los mensajes, los canales empleados o el emisor y receptor de los mismos afectan
también al resultado final del proceso comunicativo.

La familia es la institución fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, que se unen de manera
permanente para apoyarse mutuamente, engendrar los hijos, educarlos. La familia es la célula básica de la
sociedad. A veces la familia incluye otras personas, como pueden ser los abuelos y otros parientes. Hay
matrimonio y familia en todas las culturas y en todas las religiones. La familia es una institución que pertenece
a la naturaleza humana porque sus características están inscritas en la misma condición humana. Por lo tanto, no
se trata de una institución católica, pero Cristo santifica y consagra el matrimonio cuando se realiza entre
bautizados.

El matrimonio tiene tres cualidades, que expresan su realización más plena y su humanización más depurada.
Estas cualidades son la unidad, la permanencia y la fecundidad. La unidad se basa en la igual dignidad del
hombre y la mujer que exige que el matrimonio sea de uno con una, excluyendo toda forma de poligamia
aceptada o clandestina. La permanencia significa que los contrayentes se toman en serio de por vida, lo que les
obliga a prepararse para hacer juntos el camino, a madurar ante las adversidades, a dialogar y buscar ayuda en
las desavenencias y a perdonarse en las ofensas mutuas. La fecundidad indica que el propósito de engendrar
hijos como fruto y expresión de su amor y entrega mutua es parte integral del proyecto de la pareja que se casa.
Las excepciones no menoscaban cualidad.

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La humanidad ha hecho un camino largo para descubrir esas cualidades. Llevó milenios comprender que la
dignidad humana exigía que el matrimonio fuese de uno con una. Otras veces ha habido retrocesos en la
aceptación de las cualidades del matrimonio, socavando así la integridad de la familia. El divorcio menoscaba la
permanencia y la estabilidad. En nuestros días, la ocurrencia de que se puede llamar matrimonio a la unión de
parejas del mismo sexo ha cobrado vigencia en algunas sociedades, desligando así el matrimonio de su
fundamento natural en la complementariedad natural de la sexualidad humana.

La familia está hoy en grave crisis, porque el matrimonio ha sido sometido a desgaste y experimentos sociales.
Como nada humano es ajeno a la preocupación de la Iglesia, el Sínodo se ocupa de esta institución para
reafirmar su grandeza y motivar a las familias a crecer en humanidad y santidad.

La familia es un grupo de personas formado por individuos unidos, primordialmente, por relaciones de filiación
o de pareja.1 El Diccionario de la Lengua Española la define, entre otras cosas, como un grupo de personas
emparentadas entre sí que viven juntas,2 lo que lleva implícito los conceptos de parentesco y convivencia,
aunque existen otros modos, como la adopción. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el
elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado.3

Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del
establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio4 —que, en algunas sociedades, solo
permite la unión entre dos personas mientras que en otras es posible la poligamia—, y vínculos de
consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que
descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus
miembros.

No hay consenso sobre una definición universal de la familia. Es un concepto antropológico inferior al clan, la
tribu y la nación; sociológico e incluso económico (unidad mínima de empresa). La familia nuclear, fundada en
la unión entre hombre y mujer, es el modelo principal de familia como tal, y la estructura difundida mayormente
en la actualidad; pero las formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo de factores sociales,
culturales, económicos y afectivos. La familia, como cualquier institución social, tiende a adaptarse al contexto
de una sociedad.5

El matrimonio (del latín: matrimonīum)1 es una antigua institución social, presente en gran cantidad de
culturas, que establece un vínculo conyugal entre personas naturales, reconocido y consolidado por medio de
prácticas comunitarias y normas legales, consuetudinarias, religiosas o morales. La unión matrimonial establece
entre los cónyuges —y en muchos casos también entre las familias de origen de estos— derechos y
obligaciones que varían considerablemente según las normas que lo regulan en cada sociedad. El matrimonio es
una realidad que tiene su propio modo de ser, que puede y debe ser regulado por el ordenamiento jurídico, pero
no es creada ni definida por las leyes.2

Las normas matrimoniales están vinculadas con aquellas que regulan las relaciones sexuales (incesto, adulterio,
exclusividad sexual, monogamia, poligamia), la reproducción y la filiación de los hijos, según las reglas del
sistema de parentesco vigente. El matrimonio suele estar estrechamente relacionado con la familia y en algunos
casos constituye el núcleo de la misma. Las reglas sobre finalización del matrimonio incluyen aquellas referidas
al divorcio.

Tradicionalmente el matrimonio se concretaba sin tener en cuenta la voluntad de los contrayentes, incluso
contra la voluntad de los mismos o por la fuerza, muchas veces legitimando la posesión forzada de las mujeres
por parte de los hombres. En los últimos dos siglos se ha universalizado la exigencia del libre y pleno
consentimiento de los contrayentes para contraer matrimonio, como uno de los derechos humanos
fundamentales.3 Con respecto al género de los contrayentes, en los últimos años el movimiento LGBT ha
obtenido en varios países el reconocimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque varias
culturas registran antecedentes en el mismo sentido.
En las sociedades actuales existen dos formas principales de matrimonio: matrimonio civil y matrimonio
religioso. En el primer caso son las leyes del Estado las que establecen los derechos, deberes y requisitos,
mientras que en el segundo caso son las normas o costumbres de la religión bajo la que se celebra. La
coexistencia de ambas formas y el reconocimiento de su validez varían de acuerdo a cada sociedad.4

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