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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

MONOGRAFIA

“VIOLENCIA DE GÉNERO”

AUTOR:

GAMARRA HONORIO VIOLETA, LUZMILA

LOYOLA RODRIGUEZ, YESENIA

ASESOR:

CONDORI INGAROCA LUIS JULIO

TRUJILLO – PERÚ

2018

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………….……....3

CAPITULO I: VIOLENCIA DE GÉNERO……………………………………………………………….…….....4

1.1 GÉNERO………………………………………………………………………………………………….......4
1.2 VIOLENCIA……………………………………………………………………………………………..…….5
1.3 ANTECEDENTES DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO…………………………………………….6
1.4 VIOLENCIA DE GÉNERO…………………………………………………………………………..….12
1.5 TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO…………………………………………………………...…14
1.6 CAUSAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO……………………………………………………...…..16
1.7 DESARROLLO DEL SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA…………………….…16

CAPITULO II: ORGANISMOS QUEMPARAN A LA MUJER MALTRATADA…………….……18

2.1 Organismos que defienden los derechos de la mujer…………………………….…18

2.2 Organismo donde se puede denunciar……………………………………………………..18

CONCLUSIONES………………………………………………………………………………………………….20

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………………..21

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INTRODUCCIÓN

La violencia de género es un grave problema de salud pública, no se trata de un problema privado


o reservado a la intimidad del hogar sino que afecta a toda la sociedad, no va ligado a
determinados ambientes económicos o educativos si no que se produce en todos los niveles y
contextos sociales. Pues este es un problema social que se ha visto marcado tanto por la
invisibilidad como por una presencia constante a lo largo de la historia.

La ONU (1993)la define así: violencia contra todas las mujeres es todo acto de violencia basado en
la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado, un daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la
privación arbitraria de libertad .

La violencia contra las mujeres tiene su origen en la relación de subordinación de la mujer hacia el
hombre, que h marcado históricamente la convivencia entre ambos. Durante muchos años ha sido
un problema invisible para la sociedad. Afortunadamente, en la actualidad, la percepción social de
éste problema está cambiando y hoy en día la mujer es concebida como un ser autónomo e
independiente, y aunque la violencia de género no es un fenómeno nuevo ahora se visualiza como
un problema social y de salud pública.

Debido estos precedentes y por el índice de mujeres maltratadas se ha elegido como tema
principal e importante para realizar esta monografía. Pues resulta imprescindible conocer el
verdadero significado de “violencia de género”, sus tipos, causas y consecuencias como lo plantea
en el primer capítulo, así mismo damos a conocer los distintos organismos que amparan los
derechos y la vida de la mujer.

Para poder describir el concepto y las características de la violencia de género, así como la
situación actual y los diversos factores que intervienen al proceso de la violencia, se ha realizado
una revisión bibliográfica sobre la violencia de género en diversos libros y artículos nacionales e
internacionales, así como páginas web oficiales como del Instituto de la mujer, Organización
Mundial de la Salud.

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CAPITULO I: VIOLENCIA DE GÉNERO

1.1 GÉNERO

Según la Organización Mundial de la salud (OMS), nos dice que el género se refiere a los
conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad
considera apropiados para los hombres y las mujeres. Las diferentes funciones y comportamientos
pueden generar desigualdades de género, es decir, diferencias entre los hombres y las mujeres que
favorecen sistemáticamente a uno de los dos grupos.
A su vez, esas desigualdades pueden crear inequidades entre los hombres y las mujeres con
respecto tanto a su estado de salud como a su acceso a la atención sanitaria.

Lo que la OMS hace referencia es que el concepto de géneros e refiere a la construcción social de
las relaciones entre mujeres y varones, aprendidas a través del proceso de socialización,
cambiantes con el tiempo que varían entre una cultura a otra, y aun dentro de una misma cultura.

Construcción social de género

El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales, es una construcción social que
supone un conjunto de acuerdos tácitos o explícitos elaborados por una comunidad determinada
en un momento histórico determinado y que incluye a los procesos de enseñanza-aprendizaje

El género es una variable de base sobre la que actúan las otras dimensiones generadoras de
diferencias (etnia, edad, nivel educativo, clase social, ingresos, condición rural o urbana, etc.) por
lo que los frenos y transformaciones en el ámbito de género influyen en las otras y viceversa.

Como elemento constitutivo de las relaciones sociales, el género se expresa en:

 Símbolos culturales: visualizan las representaciones sociales de ambos sexos,

 Conceptos normativos: polarizan y reprimen comportamientos y tareas,

 Instituciones y políticas: reproducen y valorizan la asignación de roles y


capacidades,

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 Identidad subjetiva: posiciona y determina el proyecto de vida de unos y otras.

1.2 VIOLENCIA

Esta preocupación por la violencia no parece necesario justificarla. Recordemos además, que sólo
la especie humana es capaz de destruirse y de ejercer su propia fuerza contra sí misma. La
violencia es de difícil justificación en nuestra época si se mira al horizonte con las armas nucleares
y su capacidad de destrucción total.

DOMENACH lo ha expresado así:


«Puesto que no se puede ya contar con la violencia para detener la violencia, es preciso que
una práctica del diálogo y una moral del amor, o simplemente de la comprensión, modifiquen
las instituciones y las costumbres». El mismo refiere que violencia es el uso de la fuerza,
abierta u oculta, con la finalidad de obtener, de un individuo o de un grupo, algo que no quiere
consentir libremente.

Vidal (2008) la definen como “la violación de la integridad de la persona “, la cual “suele
ejercerse cuando interviene la fuerza física o la amenaza de su uso, pero también cuando se
actúa en una secuencia que causa indefensión en el otro”, por lo que este autor la considera
un proceso en el que participamos todos y no un simple acto cuyo fin es la afirmación del
“dominio” a través del cual busca el “control” de la presencia y las condiciones del estar, así
como hacer del otro un medio considerándolo como propio y operando siempre sobre el
“estar” del sujeto. (p. 17-20).

La Organización Mundial de la Salud (2002)define la violencia como “ El uso intencional de la


fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

Pues bien distintos autores como organizaciones nos dan a conocer este amplio concepto, todos
yendo hacia el mismo fin de hacer mención que violencia hace alusión al uso de la fuerza sobre

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alguien o algo para conseguir un fin, sin embargo la violencia también es una acción directa o
indirecta, destinada a hacer daño de manera verbal y física.

Es de gran importancia tocar este pequeño fragmento la cual nos explica de manera rápida una
pregunta que tanto ustedes como yo nos hacemos casi siempre y la pregunta es ¿Porque somos
violentos? Y la respuesta nos explican los siguientes autores en sus teorías:

Existen diversas teorías que explican tanto la agresividad como la existencia de conductas
violentas, las cuales atribuyen factores etiológicos diferenciales (biológicos, emocionales,
cognitivos, ambientales). Así encontramos estudios basados en:

 “Teorías biologicistas”: como los de Halperin (1994) o Wurtman (1995) que explican la
agresividad desde las deficiencias genéticas, hormonales y de los neurotransmisores.
 “Teorías del condicionamiento” (clásico, operante y social) las cuales justifican el
aprendizaje de este tipo de conductas a través de distintas vías (Bandura y Walker, 1963;
Berkowitz y Rawlin, 1963; Anderson y Bushman, 2002 y Pahlavan, 2002).
 “Teorías psicoanalistas” que explican las pulsaciones agresivas como innatas y parte de la
estructura psíquica del hombre (Freud, 1920).
 “Teorías como la de las “habilidades sociales” que explican por la existencia de un déficit
de las competencias o señales sociales apropiadas (Sutton y Smith, 1999)
 “Teorías miméticas” según las cuales las relaciones humanas son conflictivas y violentas a
causa del deseo (Barahona, 2006 y Rojas Marcos, 1995).
 “Teorías sociológicas” las cuales atribuyen este tipo de conductas a variables ambientales
y del contexto social (Ovejero, 1997).

1.3 ANTECEDENTES DE VIOLENCIA DE GÉNERO

A pesar de que la violencia hacia la mujer no es en absoluto un fenómeno nuevo, porque tiene un
innegable antecedente histórico patriarcal, su reconocimiento, su visualización, y, por tanto, el
paso de ser considerada de una cuestión privada a un problema social, sí es relativamente
reciente. Cierto es que la mayoría de las personas conocen algún caso de malos tratos, en el

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entorno familiar o vecinal, pero se han silenciado bajo el pretexto de considerarle como un asunto
privado.

Desde las épocas más remotas de la cultura humana se ha manifestado siempre la subordinación
de las mujeres respecto a los hombres. Este fenómeno no se ha limitado sólo a concebir la
inferioridad femenina, sino que ha trascendido las fronteras de lo racional, hasta llegar incluso a
manifestarse mediante comportamientos agresivos, que acreditados por el patriarcado y
ratificados luego por las sociedades ulteriores, conforman la ya histórica y universal violencia de
género.

A decir de Bebel, la discriminación de la mujer en la sociedad representó la primera forma de


explotación existente, incluso antes que la esclavitud. Los hechos que ejemplifican las
desigualdades y discriminaciones hacia la mujer son numerosas y antiquísimos. Algunos datan del
año 400 A.C., cuando las leyes de Bizancio establecían que el marido era un Dios al que la mujer
debía adorar. Ella ocupaba un lugar tan insignificante que ni siquiera podía recibir herencia o
beneficio alguno.

En la India, los testimonios más antiguos aseguran que si la mujer enviudaba era quemada viva
junto al cadáver del esposo en una ceremonia llamaba Sati, acto este que quedaba incluido dentro
de las obligaciones como esposa. Además la mujer infecunda era repudiada, al igual que la que
gestaba sólo hijas; y en las comunidades de Irán y Etiopía, el nacimiento de una mujer era una
deshonra, siendo, incluso, este vocablo sinónimo de bajeza, debilidad y desgracia.

En las antiguas sociedades esclavistas el hombre ocupaba una posición de superioridad en la


familia. En Grecia cuando la pareja era acusada de cometer un delito, la pena sólo se imponía a la
mujer. En Roma el pater-familia tenía la autoridad sobre todas las personas con quienes convivía.
Sobre la mujer específicamente tenía la manus como poder, por considerarla inferior, y podía
venderla, castigarla o matarla según sus deseos. La mujer que se casara sine manus no tenía
parentesco civil ni con el marido ni con los hijos, y la mujer nunca llegaba a tener la patria potestad
sobre los hijos en la familia agnaticia romana.

La situación legal de la mujer, según las normas islámicas, es sumamente discriminatoria. La mujer,
a partir del casamiento, adquiere la condición de propiedad privada del marido. El Corán estipula

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como deber del hombre pegarle a la esposa rebelde, así como el encierro perpetuo de las infieles
en la casa. El castigo corporal no está limitado, es legítima facultad masculina sobre su cónyuge, de
modo que se exonera de responsabilidad penal al esposo cuya mujer falleciere como resultado de
una golpiza con fines “educativos”.

En Europa, específicamente en Burdeos, Francia, en 1359 se estableció por costumbre que cuando
un hombre mataba a su esposa en un exceso de cólera, siempre que se confesara arrepentido
mediante juramento, no era castigado.

La Edad Media no trajo diferencias sustanciales: los nobles golpeaban a sus esposas con la misma
regularidad que a sus sirvientes. Esta práctica llegó a ser controlada en Inglaterra, denominándose
“Regla del Dedo Pulgar“, referida al derecho del esposo a golpear a su pareja con una vara no más
gruesa que el dedo pulgar para someterla a su obediencia, tratando así de que los daños
ocasionados no llevaran al fallecimiento de la víctima . También en esta época, en familias de
“sangre azul”, la mujer podía ser utilizada como instrumento de paz a través de matrimonios entre
Estados, decisión que se tomaba sin tener en cuenta la opinión de la posible desposada.

De los siglos XIII al XIX no existieron diferencias relevantes en el trato a la mujer: un ejemplo que lo
evidencia sucedió en la ciudad de Nueva York, en 1825, donde en un caso judicial consta la
agresión recibida con un cuchillo y fractura de brazo de una mujer a manos de su esposo. El
tribunal no concedió el divorcio por considerar honesta y razonable la actuación masculina, en
tanto tenía el propósito de ayudar y enseñar a su esposa para que no cometiera más errores.

La Evolución de la Violencia de Género

Pero este plano de marginación institucionalizada va a empezar a ir cambiando, muy lentamente,


en las sociedades occidentales, a partir de mediados del siglo XIX, y a iniciativa de las propias
mujeres, que van a tomar conciencia de su discriminación y van a empezar a luchar contra el
estatus quo imperante.

Como suele pasar, en gran medida enfrentándose a muchas mujeres también que han entendido
los movimientos reivindicativos femeninos como inadecuados a la moral y buenas costumbres, o
simplemente histriónicos y banales.

Ni siquiera, como apuntábamos, las rupturas traumáticas con lo establecido a nivel político, como
la que originó la Revolución Francesa y los posteriores movimientos revolucionarios burgueses que

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finiquitaron el Antiguo Régimen, supusieron un reconocimiento de los derechos de las mujeres en
pie de igualdad con los hombres, es decir, no se les consideró como nuevas ciudadanas de pleno
derecho.

Revolución Francesa

No obstante, algunas mujeres fueron protagonistas de la propia Revolución Francesa de 1789, e


hicieron oír su voz, por más que no se les escuchó, dejando testimonios de ello. Así Olimpe de
Gouges redactó en 1791 una “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”.

Siglo XIX

A partir del siglo XIX, como decimos, comienza tímidamente a surgir el movimiento feminista, con
la pretensión fundamental de conseguir el sufragio para las mujeres.

De este modo, en 1848 se celebró en Nueva York la primera Convención sobre los derechos de la
mujer, donde se redactó la histórica “Declaración de Séneca Falls“, texto básico del sufragismo y de
la ideología feminista norteamericana. Y en 1851 se convocó la Asamblea de Sheffield, en
Inglaterra.

Siglo XX

Ya entrado el Siglo XX, los trágicos acontecimientos del 8 de Marzo de 1908, en el que murieron
quemadas más de cien mujeres trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York declaradas en
huelga, determinó la celebración del propio 8 de Marzo de cada año como el Día Internacional de
la Mujer trabajadora.

La Revolución Rusa de 1917 originó el pleno reconocimiento de la igualdad entre hombres y


mujeres en el plano teórico institucionalizado.

Y por fin fueron existiendo países occidentales en los que se reconoce el sufragio femenino,
auténtico vértice de las luchas feministas en esos tiempos; por ejemplo se establece en Nueva
Zelanda en 1893, en Australia en 1901, en Noruega en 1913, en Inglaterra en 1918, al igual que en

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Alemania, en Suecia en 1919, en Estados Unidos hay que esperar hasta 1920 y en Francia e Italia
hasta 1945.

La violencia machista en la Actualidad

Y también en nuestro país comienzan a cambiar las cosas, muy despacio, con el transito al siglo XX.
Aportemos algunos datos: En 1910 por primera vez se autoriza el acceso de la mujer a la
Universidad. En 1913 Virginia González es la primera mujer en integrarse en la dirección de un
partido político (el PSOE).

En 1918 se permite el acceso de la mujer a la función pública. En 1923 las mujeres ocupan por vez
primera escaños parlamentarios (aunque en el régimen de Primo de Rivera).

Aunque sin duda la fecha clave es 1931. La proclamación de la Segunda República hace reconocer
a la mujer el derecho al voto, estableciéndose legalmente el sufragio universal, y un inicio de
equiparación jurídica entre el hombre y la mujer. Pero, como es sabido, el fin de la Guerra Civil
supone una vuelta a las situaciones anteriores, y sólo en los últimos años del franquismo se inicia,
tímidamente, un cierto avance. Como muestra, en 1966 cesa la prohibición del acceso de las
mujeres a la judicatura, pero no es hasta 1971 que toma posesión la primera Juez en España

Eso sí, en un Tribunal Tutelar de Menores, vinculándose la condición femenina a la labor tuitiva y
protectora de este tipo de tribunales.

Y no es hasta el año 2002 en que es nombrada una mujer como Magistrada del Tribunal Supremo.
El advenimiento de la Democracia y la Constitución de 1978 hacen girar radicalmente el panorama,
estableciéndose el principio de igualdad en el Artículo 14 de la propia Constitución, e iniciándose
un avance muy significativo y progresivo para la consecución de la plena equiparación social y
jurídica de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad y en todos los campos del Derecho.

Las reformas de 1975 y 1981 del Código Civil, el Estatuto de los Trabajadores de 1980 y la
despenalización en el Código Penal de delitos como el adulterio y el amancebamiento, entre otras

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muchísimas novedades y reformas legislativas que se inician y aún hoy en día siguen dictándose
suponen un cambio de panorama radical, y el reconocimiento, insistimos de la plena igualdad.

Hoy, la realidad, que puede ser afrontada desde diversas perspectivas, y lógicamente con criterios
y análisis dispares, creemos que, cuanto menos, dibuja un panorama en el que la mujer ha
conseguido en gran medida la igualdad jurídica en el plano formal, y va avanzando en la
consecución de la igualdad real y en el reparto igualitario de papeles entre los sexos. Pero este
último, evidentemente, no es un objetivo ya alcanzado.

Baste para ello echar un vistazo a las publicaciones del Instituto de la Mujer en las que se
constatan evidentes discriminaciones, como en las tasas de desempleo -muy superiores a las de los
hombres-, la atención a las tareas del hogar -monopolio casi exclusivo de la mujer en muchas
ocasiones y con cifras globales de dedicación mucho mayores que las de los hombres-
participación en la vida política.

Esta situación lamentablemente no ha llegado a su fin. En la actualidad las cifras reales del
problema no se conocen en su totalidad, pues muchas mujeres no denuncian tales hechos; pero
las informaciones existentes son indicadores de preocupación , como el caso del continente
americano, en el que Costa Rica tiene una de cada dos mujeres siendo víctima de agresión por
parte de su pareja; en Puerto Rico, el 50 % de las mujeres víctimas de homicidios o asesinatos
mueren en manos de sus ex -esposos o esposos actuales; en México el 61% de las amas de casa
son golpeadas por su pareja, mientras que en Argentina esto ocurre a una de cada cuatro mujeres,
en Chile a un 80 % de las féminas y en Ecuador a un 68% aproximadamente.

En otros países de igual modo las cifras son alarmantes. En Colombia una de cada tres féminas es
objeto de malos tratos emocionales o verbales por parte del hombre y en Canadá, el 62% de las
mujeres asesinadas en 1997, fue víctima de violencia por parte de su pareja. Así por ejemplo en los
Estados Unidos, la golpiza es la mayor causa de heridas en las mujeres, más frecuentes que los
accidentes, asaltos y violaciones conjuntamente. En un año seis millones de norteamericanas son
golpeadas por sus esposos o amantes y 4000 de ellas son asesinadas.

Los otros continentes del planeta no son ajenos a esta situación, sino que la manifiestan con
similares rasgos en sus porcentajes. Francia tiene el 95% de las víctimas de violencia entre las
mujeres y de ellas el 51% fueron agredidas por sus maridos. En Pakistán el 99% de las amas de casa
y el 77% de las mujeres asalariadas son golpeados por su pareja. Las estadísticas policiales en

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Australia muestran un 47% de feminicidios y en España en 1997 la cifra de delitos presentados fue
de 4 343 agresiones contra la mujer, datos que en este último país denotan preocupación si
analizamos los más recientes.

En las últimas dos décadas, la violencia ha tenido un incremento sustancial en diversas latitudes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el año 2000 una de cada cinco mujeres en
el mundo fue objeto de violencia en alguna etapa de su vida.

Las noticias más recientes de la violencia de género informan que esta causa más muertes e
incapacidades entre las mujeres de 15 a 45 años que el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico
e incluso que la guerra. En EEUU, América Latina y el Caribe, el maltrato constituye la causa
principal de daño físico a mujeres entre las edades de 15 a 44 años. En países como Bangla Desh se
continúan recibiendo informes de mujeres golpeadas hasta la muerte o estranguladas por no
cumplir las exigencias de su esposo en cuanto a la dote, siendo incluso objeto de ataques con
ácidos; y en otros como la India todavía se practica la mutilación genital femenina, según otras
fuentes consultadas.

Estas cifras impresionantes evidencian la situación degradante en la que se encuentran las mujeres
víctimas de la violencia de género, cifras que de citarse todas resultarían interminables. Lo cierto
es, que las diferencias, subordinaciones e inequidades de géneros son conceptos que han sido
construidos socialmente como resultado de un sistema ecuménico de relaciones sociales de
dominación masculina: el patriarcado, que por muchos esfuerzos encaminados a minimizarlo, aún
de él perduran efectos colaterales como el peso cultural machista y las relaciones violentas sobre
la mujer, que son hoy rezagos que persisten sobre media humanidad.

1.4 VIOLENCIA DE GÉNERO

Lamentablemente, día a día la violencia de género crece a nivel mundial, y la mejor forma de
prevenirla es estar informada y atenta a los primeros signos de violencia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la violencia de género es todo
acto de violencia que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psíquico,

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incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la
vida pública o privada".
La violencia de género tiene su origen en un modelo de organización social basado en la
creencia de la superioridad de los hombres sobre las mujeres, que establece unas identidades
de roles y de géneros determinados .Durante siglos la organización social de ha sustentado de
un modelo jerarquizado de división de roles entre mujeres y hombres, que establecía dos
grandes ámbitos de responsabilidad:
 El ámbito delo público, asociado al trabajo productivo, la vida social y la
representación política, asignado a los hombres.
 El ámbito de lo privado o familiar (doméstico), asociado al cuidado del hogar y de los
hijos, asignado en exclusiva a las mujeres.

Esta forma de organización social, soportada en la supremacía del ámbito público productivo sobre
el ámbito privado-familiar, ha permitido a los hombres disfrutar de más poder, reconocimiento
social y recursos que a las mujeres, a las que se relegaba al ámbito de lo privado, a la invisibilidad y
la falta de proyección social, contribuyendo a perpetuar las desigualdades entre mujeres y
hombres y a limitar la presencia y la participación de las mujeres en diferentes ámbitos de la vida
pública. La división de género imperante en cada sociedad asigna a mujeres y hombres roles o
papeles sociales diferentes y establece unas determinadas identidades de género. La identidad de
género, lo que consideramos como propio o característico de mujeres y hombres, no responde a
diferencias de tipo biológico, sino que es fruto de nuestra cultura, de los valores sociales
imperantes en un momento determinado en una sociedad. Por esta razón las identidades de
género se modifican con el paso del tiempo y varían de una sociedad a otra. Pensemos, por
ejemplo, cómo ha cambiado lo que se consideraba “apropiado para las mujeres” tomando como
referencia la generación de nuestras abuelas. Las identidades de género ejercen una enorme
influencia, puesto que condicionan los valores, las actitudes, creencias, percepciones y conductas
de mujeres y hombres, al establecer una serie de pautas de comportamiento obligatorias,
permitidas o prohibidas, a las que deben ajustarse cada uno de estos colectivos. Estas identidades
de género actúan como un referente normativo que marca lo que se considera adecuado o
característico de mujeres y hombres y que fija diferencias en el poder entre ambos. Desde el
momento en que nacemos, y a lo largo de nuestro desarrollo social, participamos en un proceso
denominado “socialización de género”, a través del cual nos son transmitidas creencias, valores y
pautas de conducta específicas para cada sexo, que se denominan “mandatos de género” y que

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son referentes que debemos imitar. Mediante la observación de la conducta de nuestras madres y
nuestros padres o los mensajes que nos traslada

Hoy en el siglo XXI se hace un análisis sobre la violencia de género ya que existe un alto índice de
casos sobre violencia ejercida hacia un sexo que se ha convertido o ha sido visto como el más
vulnerable es por eso que:

Según explicó la directora de Género y Diversidad de la provincia, Silvina Anfuso, las únicas
víctimas de violencia de género pueden ser las mujeres. Cuando los hombres son atacados por una
mujer, se habla solo de violencia.

Por su parte, la abogada especialista en casos de género, Carolina Jacky, aclaró que cuando se trata
de violencia hacia el hombre en términos legales son solo lesiones.

La letrada también aclaró que: "La ley que protege a las mujeres no incluye ninguna figura penal,
solamente brinda derechos y garantías al sujeto más débil de una relación"(Ley 26.485 "Protección
integral a las mujeres")

Y agregó también un modo de ver la violencia de género dirigido hacia las mujeres y para hacerlo
más explícito dijo: "Yo siempre lo explico así; Cuando se creó la ley de contrato de trabajo, se hizo
para concederle derechos y garantías a la parte más débil de la relación que es el trabajador. Lo
mismo ocurrió con la ley de derecho al consumidor que le dio beneficios al consumidor. En este
caso, la mujer sería la más débil de la relación con su pareja ya que muchas no cuentan con la
solvencia económica para afrontar un proceso judicial. Así mismo hace hincapié a que la violencia
de género tiene también otras denominaciones como "violencia machista"; "violencia patriarcal" o
"violencia contra las mujeres" pero tienen el mismo significado.

Todas estas denominaciones se refieren a "la violencia ejercida hacia la mujer basada en una
relación de poder desigual en donde se privilegia a los varones sobre las mujeres en las sociedades
patriarcales", según explica Silvina Anfuso.

Expuesto lo anterior podemos decir que la violencia de género se produce para mantener control
sobre la otra persona. Si bien es cierto la violencia de género es referido tanto a hombres como
mujeres; siendo el porcentaje de mayor la violencia ejercida de hombres hacia mujeres.

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La violencia de género no sólo se manifiesta a través de la violencia física, sino también a través
violencia psicológica, que reduce la autoestima y aumenta la culpabilidad de la víctima. Por ello,
conocer el concepto de violencia de género y cómo se produce, es muy importante porque puede
ayudar a estar alerta, ante los primeros signos de violencia.

1.5.TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Existen distintos tipos de violencia de género, pero siempre en función de la naturaleza del acto
agresivo: depende de la acción realizada por el agresor, y no de las secuelas en la víctima. En
diferentes fuentes bibliográficas se pueden encontrar distintas clasificaciones: maltrato físico,
psicológico, sexual, económico, religioso, social. Indicar que estos tipos de violencia no son
excluyentes entre sí, sino que tienden a interaccionar y darse varios de ellos de forma simultánea.
Por otro lado también hay que tener en cuenta que un maltrato de carácter físico va a provocar
distintas consecuencias y secuelas en la víctima, tanto físicas como psicológicas (moretones,
heridas, estrés, miedo, ansiedad y distintas sintomatología).

Teniendo en cuenta estas cuestiones, planteamos esta tipología para describir las distintas
conductas y manifestaciones implicadas en el maltrato:

 Maltrato psicológico: se trata de actos u omisiones cuya finalidad es degradar o controlar


las acciones, comportamientos, conductas, creencias y decisiones de la mujer. Se realiza
por medio de ridiculizaciones en privado y en público, manipulaciones, insultos,
amenazas, desprecios, aislamiento, miradas, gritos, indiferencia, rechazo, amenazas de
suicidio, violencia hacia los objetos, manipulación de los hijos(Emakunde, 2006)
 Maltrato físico: Cualquier conducta en la que se observa el uso intencional de la fuerza
física contra la mujer, cuyo fin e intención será causar daño físico. Puñetazos, empujones,
patadas, estrangulamientos, cortes, tirones de pelo, quemaduras, privación de cuidados
médicos en caso de enfermedades y de las lesiones físicas resultantes del maltrato, siendo
una acción que puede causar el homicidio. Todo ello con la intención de lograr y
mantener el poder de la relación.

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 Maltrato sexual: Se manifiesta a través de cualquier actividad sexual no consentida,
relaciones sexuales obligadas, las amenazas, exigencias, insultos y acusaciones durante las
prácticas sexuales incluyendo la explotación sexual.
“Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación
sexual no deseada mediante coacción, intimidación o indefensión” (Alberdi y Matas,
2002).
 Económico: El agresor hace lo posible por controlar el acceso de la víctima al dinero, tanto
por impedirle trabajar de forma remunerada, como por obligarla a entregarle sus ingresos,
haciendo el uso exclusivo de los mismos, llegando en muchos caos a dejar el agresor su
empleo y gastar el sueldo de la víctima de forma irresponsable obligando a solicitar ayuda
económica a familiares o servicios sociales.
 Social: El agresor limita contactos sociales y familiares de su pareja, aislándola de su
entorno y limitando así un apoyo social importantísimo en estos casos.

1.6. CAUSAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Las causas de violencia de género pueden ser:

 Educación machista: cómo podemos comprobar, en la mayoría de los casos de la violencia


de género, se produce del hombre hacia la mujer. Por ello, una de las principales causas es
la educación machista, en definitiva, la sociedad machista en la que siempre hemos vivido.
Debido a que el hombre siempre se ha creído superior a la mujer.

 Padecer malos tratos durante la infancia: cuando en la infancia nos acostumbramos vivir
rodeados de maltratos, a lo largo de los años, seguiremos actuando de la misma forma.

 Falta de habilidades sociales: En este caso, el agresor no sabe comportarse debidamente


con nadie, por lo que opta por acudir al maltrato. Debido a esto, provoca un malestar
donde quiera que esté.

 Celos: Provocado por un mayor afecto de cariño hacia otras personas que hacia el
maltratador mismo, lo que hace sentirse menos importante y le lleva a actuar de manera
agresiva.

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 Frustración: Cuando el maltratador ha vivido experiencias que le han afectado
psicológicamente y al tener que desahogarse de alguna manera, lo hace con la mujer.

 Odio: Es la sensación que expresa a través del maltrato.

 Amargura: Sensación de pena que le provoca el “no poder quitarse de encima algo”, y
acaba expresándola a través del maltrato.

 Desesperación: ante la falta de fuerza o valor, la mayoría de las veces para afrontar algo.

 Repetición de patrones de comportamiento considerados “normales”: Esto quiere decir


que al crecer en un ambiente donde la agresión hacia las mujeres es algo común.

1.7. DESARROLLO DEL SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA

CONSECUENCIAS PSICÓLOGICAS PARA LA MUJER MALTRATADA.

Existe una diferencia entre dos fases en las consecuencias, Nieves (2007), señala que son las que se
producen en la fase de dominio y a largo plazo:

 En la primera fase, la mujer está confusa y desorientada, llegando a renunciar a su


propia identidad y atribuyendo al agresor aspectos positivos que la ayudan a negar la
realidad. Se encuentran agotadas por la falta de sentido que el agresor impone en su vida, sin
poder comprender lo que sucede, solas y aisladas de su entorno familiar y social y en
constante tensión ante cualquier respuesta agresiva de su pareja.

 Se habla de consecuencias a largo plazo refiriéndose a las etapas por las que pasan las
víctimas a partir del momento en que se dan cuenta del tipo de relación en la que están
inmersas. Durante esta fase, las mujeres pasan un choque inicial en el que se sienten heridas,
estafadas y avergonzadas, además de encontrarse apáticas, cansadas y sin interés por nada,

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muchas veces ni siquiera por su propia vida, generándose en ellas un deterioro progresivo de
su autoestima.
Una baja autoestima lleva al individuo a sentirse desvalorado y, en razón de eso a estar
siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades de los
demás. Viéndolos como seres superiores, un claro signo de inferioridad personal. Esta postura
le puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a convencerse de que es
incapaz de lograr cualquier cosa que se proponga.

El síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton: Se define como una adaptación
a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la habilidad de la persona para afrontar
los estímulos adversos y minimizar el dolor, además de presentar distorsiones cognitivas, como la
minimización, negación o disociación; por el cambio en la forma de verse a sí mismas, a los demás
y al mundo. También pueden desarrollar los síntomas del trastorno de estrés postraumático,
sentimientos depresivos, de rabia, baja autoestima, culpa y rencor; y suelen presentar problemas
somáticos, disfunciones sexuales, conductas adictivas y dificultades en sus relaciones personales.
Además, el alto nivel de ansiedad genera problemas de salud y alteraciones psicosomáticas, y
pueden aparecer problemas depresivos importantes.

CAPITULO II: ORGANISMOS QUE AMPARAN A LA MUJER MALTRATADA

2.1.Organismos que defienden los derechos de la mujer

Con motivo de representar y apoyar a las mujeres en sus denuncias contra la violencia, tipificada
en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se han creado
diversos entes y organismos que ejercen la defensa sus derechos; Guevara (2007), nombra los
siguientes:

 0-800-MUJERES (0800 685 37 37).

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 Defensoría Especial con Competencia Nacional sobre Derechos de la Mujer /Oficina de
Atención a la Víctima de la Fiscalía General de la República.
 Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer – INAMUJER.
 División de Investigación y Protección en materia del Niño, Adolescente, Mujer
y Familia/Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas-CICPC.
 Centro de Estudios de la Mujer-Universidad Central de Venezuela.
 AVESA.
 CECODAP.
 Federación Venezolana de Abogadas.
 Centros de Salud PLAFAM.

Estos organismos tienen como objetivos, entre otros, representar a la mujer ante las instancias
judiciales y extrajudiciales, investigar y elaborar anteproyectos de leyes que contribuyan a un pleno
ejercicio de sus capacidades y de su ciudadanía y orientar a las mujeres para que reclamen sus
derechos en las instancias respectivas (Guevara, 2007).

2.2.Organismo donde se puede denunciar

Estas instituciones permiten una asistencia global e integral para las mujeres que sufren violencia
de género. Según Guevara (2007), estos organismos propios del estado deben colaborar en el
tratamiento y asistencia de las mujeres afectadas, entre ellos están:
 Ambulatorios.
 Cruz Roja.
 Defensoría del pueblo.
 Círculos femeninos populares.
 Centro de estudios de la mujer. Universidad Central De Venezuela (CEM-UCV).
 Fondo de población de naciones unidas (UNFPA).
 PLAFAM. Servicios Especializados y Programas Educativos en Salud Sexual y Reproductiva.

Según lo estipulado en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, una situación de violencia de género según Guevara (2007), puede ser denunciada por:

 La mujer agredida.

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 Los parientes consanguíneos o afines.
 El personal de salud de instituciones públicas o privadas ·
 Las defensorías de los derechos de la mujer ·
 Los consejos comunales y otras organizaciones sociales.
 Las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres
 Cualquier otra persona o institución que tuviese conocimiento de los hechos punibles

CONCLUSIONES

Nuestra intención a lo largo de este trabajo de investigación ha sido demostrar como en los últimos
años un proceso de denuncia, discusión y toma de conciencia social sobre la violencia de género,
incluyendo sus causas, claramente vinculadas a la estructura de poder patriarcal y a la cultura
misógina que defiende, y sus consecuencias en la vida, la salud y las legítimas expectativas de
millones de personas en todo el mundo cuyas vidas se ven amenazadas por el simple hecho de
haber nacido mujer.

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La violencia en contra de la mujer constituye un grave problema de salud pública, además, de que
es una violación sistemática de sus derechos humanos, causada por la discriminación y
subordinación de la mujer por razones de género en la sociedad.

No existe situación personal que justifique, en cualquier caso, la violencia de género y los malos
trato en general. De igual modo, no se define un perfil concreto del maltratador, sino diferentes
personas que pueden utilizar diversas formas de actuar para alcanzar sus objetivos por medio de la
violencia.

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