En el presente trabajo trataremos de analizar lo referente a lo que Aristóteles
entiende por los placeres corporales, la forma en la que el ser humano se relaciona con estos. Pero antes de entrar a la materia del presente trabajo, me parece que es necesario recordar que en el número anterior ha dicho que la naturaleza del placer es el de ser un bien, pero que este bien es inferior a un bien que considera como supremo. Dirá que este bien supremo será entendido como un placer, sin embargo, este bien que es la felicidad no tiene que ser entendida como el placer solamente, ya que ha de considerar este como un bien perfecto y estos bienes no admite ninguna traba. Dirá que los bienes corporales son aquellos que se han apropiado de aquello que guía al hombre, ya que todos gozan de estos y la mayoría tiende hacia los mismos. Ya centrándonos propiamente en el número a explicar, dirá que hay opiniones diversas sobre los placeres, unos dirán que estos son altamente apetecibles (como los placeres nobles) y otros no lo serán (como lo son los corporales). En cuanto a la tendencia que señala, me parece que esto queda explicado en el número que habla sobre la incontinencia de los bienes nobles como lo son la riqueza, el honor, la victoria y la alabanza, que son bienes que por sí mismos no son malos y que el ser incontinente con respecto a estos tendrá que ser siempre referido a los mismos. En cuanto a los otros placeres dirá que estos se buscarán sólo por lo que provocan y no por el bien en sí. Posteriormente se preguntará lo siguiente: por qué son malos los dolores contrarios, es decir la ausencia del placer y la duda de si los placeres necesarios son buenos y el por qué lo son. A esto dirá que se debe a que hay una disposición o movimiento que se realizan sin el exceso de lo mejor o del placer, y también habrá aquellos en los que este exceso si esté presente. A los hombres que siguen el exceso del placer corporal en estos bienes, y dado a lo que ya ha explicado a lo largo del libro VII, dirá Aristóteles que este es un hombre malo por seguir el exceso y que rehúye del dolor en todo lo que es porque este es contrario al placer. Después de esto, se ocupará de explicar el por qué los placeres corporales son tan apetecibles y responderá que estos lo son porque expulsan el dolor del individuo; mencionará también que, ante el dolor en exceso, el hombre buscará un remedio para solucionar su condición, lo cual será el placer en exceso, lo que nos permite saber que esta intervención ejerce violencia en el individuo. A su vez, dirá que de estos se desprenden dos formas de entender el placer como algo no bueno: la primera como la actividad que se realiza por la condición de la persona que es negativa, ya sea una enfermedad o por hábito; y la segunda, que responde a la atención de una necesidad, los cuales son un proceso de perfeccionamiento que se desea alcanzar; con respecto a estos últimos dirá que sólo son buenos por accidente, es decir, son bueno no en sí sino por el estado de bienestar que se anhela. Además, nos dirá que al estar en esta condición que no les permite gozar de otros tipos de placeres han de buscar los que generan violencia; también dirá que estos no son nocivos, por lo que no se ven con malos ojos. Posteriormente, justificará la búsqueda de estos remedios por parte de los hombres, diciendo que los buscan porque están en una situación que les impide acceder a otros placeres y que esta situación es penosa para sí; además de que en la búsqueda que se emprende por el satisfacer la necesidad, esta provoca que el cuerpo en todo momento esté trabajando por lo que el disfrutar de este placer es doloroso, pero como ya se está acostumbrado a sufrirlo no se percibe como doloroso. Nos dirá el estagirita que el placer sin dolor no tendrá un exceso, además de que son producto de cosas agradables por naturaleza que son distintos a los placeres que son accidentales, entendiéndose por accidentales aquellos que buscan la curación del individuo. Dirá el filósofo que nuestra condición sólo puede comprender el placer de forma efímera, ya que nuestra composición es compleja y perecedera; esta condición de comprender los estímulos que se contrapone a los dos aspectos de la naturaleza humana, la que goza y la que sufre, provocarán un equilibrio y no podrán filtrar los estímulos como algo que genere una dependencia al placer. Dirá que derivado a la naturaleza compleja del hombre es que puede vivirse de esta manera, que en caso contrario sólo se viviría en pleno placer, como lo es el caso de los dioses que siempre están en el gozo y en la inmovilidad.
Oa1 Actividad Construir Una Postura Personal A Partir de La Discusion de Un Tema Filosofico Que Es El Utilitarismo Fragmento de La Obra El Utilitarismo de John Stuart Mill