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Las ondas S, llamadas también ondas secundarias, transversales o de cortante; producen un movimiento de partículas
en sentido perpendicular a la dirección de propagación, como se puede observar en la Figura 1.8.
Por lo general cuando ocurre un sismo, las ondas P se registran primero, segundos más tarde llegan las ondas S, con su
movimiento de arriba hacia abajo y lado a lado, causando graves daños en las estructuras, como se puede observar en la
Figura 1.9. Las ondas P pueden propagarse a través de medios sólidos y líquidos, en cambio las ondas S se propagan
únicamente a través de medios sólidos debido a que los líquidos no presentan rigidez al corte.
1.4.2 Ondas Superficiales
Este grupo se denomina de esta manera debido a que su movimiento se restringe a las cercanías de la superficie terrestre.
Las ondas superficiales pueden subdividirse en dos tipos: las ondas Love (ondas L) y las ondas Rayleigh (ondas R).
El movimiento de las partículas en las ondas R es elíptico y tiene lugar en planos perpendiculares a la superficie libre.
En general, las ondas Love son más veloces que las ondas Rayleigh, pero ambas se propagan a menor velocidad que las
ondas de cuerpo. El intervalo de llegada entre las diferentes ondas puede observarse en forma práctica en algunos
acelerogramas, este es el caso del acelerograma del terremoto de Kermadec representado en la Figura 1.11 donde se ha
señalado el momento de la llegada de cada tipo de onda. Sin embargo, se tiene evidencia acerca del efecto de la topografía
y las condiciones del suelo sobre las ondas sísmicas, es decir que las ondas pueden amplificarse o reducirse a medida que
viajan hacia la superficie, dependiendo del medio de propagación.
El movimiento de las ondas L, es similar al de las ondas S que no tienen componente vertical ya que mueven la superficie
del suelo de lado a lado sobre un plano horizontal y en sentido perpendicular a la dirección de propagación, como se puede
observar en la Figura 1.10.
Los sismógrafos registran el movimiento respecto al tiempo de un péndulo que oscila libremente dentro de un marco sujeto
al suelo; este movimiento es registrado por un estilete o pluma sobre un tambor rotatorio. En la Figura 1.12 se muestra una
fotografía de un sismógrafo. En los sismógrafos modernos, el movimiento del péndulo se convierte en señales electrónicas
que se registran en la memoria de una computadora.
1.5.1 Sismómetro
[ωn<ω] Registra amplitudes de onda: Sismograma.
Los sismogramas permiten a los sismólogos localizar el epicentro de un sismo y calcular su magnitud. Midiendo la amplitud
máxima del registro y calculando la diferencia entre los tiempos de llegada de las ondas S y P, con ayuda de fórmulas
sencillas, se obtiene la magnitud del sismo y con un mínimo de tres instrumentos colocados en diferentes lugares, por
triangulaciones, se puede localizar el epicentro.
Sin embargo, la interpretación exacta de un sismograma y la distinción de los distintos tipos de ondas que se superponen
en el registro es un problema bastante delicado. Existe una desventaja adicional: los valores de desplazamiento o velocidad
no se obtienen directamente del registro, sino que están en función de la amplificación, voltaje y frecuencia natural del
instrumento.
1.5.2 Acelerómetro
Los acelerómetros, también conocidos como sismógrafos de movimiento fuerte, se diseñan para registrar directamente
movimientos del suelo cercanos y producen un registro conocido como acelerograma. Los instrumentos se orientan de tal
forma que registren la aceleración del suelo en función del tiempo para tres direcciones o componentes normales. En la
Figura 1.13 se muestran los acelerogramas registrados en una estación durante un sismo en Friuli (Italia), el 5 de mayo de
1976.
El análisis sísmico requiere de la digitalización numérica de los acelerogramas, es decir convertir el registro en una serie
de datos de aceleración - tiempo. Los acelerogramas dan una información directa del movimiento sísmico, especialmente
apta para estimar la respuesta de las estructuras y edificios. La aceleración como medida instrumental de la intensidad se
ha constituido así en el parámetro base para el análisis estructural sísmico.
1.6 MEDIDAS DE LOS SISMOS
Comúnmente existen dos sistemas para cuantificar el tamaño y la fuerza de un sismo, los cuales son la magnitud y la
intensidad. A pesar de ser parámetros ampliamente utilizados y conocidos, desde el punto de vista de la ingeniería sísmica
ninguno de ellos es completamente satisfactorio.
1.6.1 Magnitud
Es una medida cuantitativa de un sismo, independiente del lugar de observación y está relacionada con la cantidad de
energía liberada. Se calcula a partir de la amplitud registrada en sismogramas y se expresa en una escala logarítmica en
números arábigos y decimales. La escala de magnitudes que más se usa es la de Richter, que tiene 10 grados de medida y
se denota por M.
Es importante notar que en la escala de magnitudes no se menciona nada a cerca de la duración y frecuencia del
movimiento, parámetros que tienen gran influencia en los efectos destructivos de los sismos. Por esta razón aún no se
tiene una aplicación práctica en la ingeniería sísmica a los valores de magnitud y es un parámetro propio de los sismólogos.
1.6.2 Intensidad
Es una medida subjetiva de los efectos de un sismo, se refiere al grado de destrucción causada por un sismo en un sitio
determinado, que generalmente es mayor en el área cercana al epicentro. La escala adoptada más ampliamente es la de
Mercalli Modificada y se denota por MM, que tiene doce grados identificados por los números romanos del I al XII. En la
Tabla 2.1 se da una descripción detallada de esta escala de intensidad.
1.6.3 Relación entre Escala de Intensidad y Medida
Para llevar a cabo un análisis realista del comportamiento de estructuras sometidas a temblores, el ingeniero debe conocer
suficientes características dinámicas del movimiento del suelo, que son obtenidas con la ayuda de acelerómetros, y la falta
de éstos como es el caso de Bolivia, supone la carencia de registros de aceleración, fundamentales para el análisis
estructural sísmico. Por esta razón y con el afán de deducir valores útiles para diseño, aún a partir de intensidades
referidas a escalas subjetivas, se han desarrollado diversos estudios que correlacionan los valores de intensidad en
diversas escalas, con las características dinámicas de los sismos como la velocidad y aceleración del suelo, que tienen la
ventaja de ser magnitudes instrumentales.
En la Tabla 1.1 se expone como Medida de Intensidad la Aceleración Máxima del suelo y como Escala de Intensidad la Mercalli
Modificada, las cuales han sido correlacionadas5. Es necesario señalar que las apreciaciones de las aceleraciones están
basadas en la experiencia de quien propuso la correlación, basándose principalmente en observaciones de eventos
sísmicos pasados y ensayos de laboratorio que permitieron correlacionar las roturas producidas en diferentes modelos a
escala construidos sobre mesas vibrantes con las aceleraciones en ellas aplicadas. De este modo se puede hacer una
analogía entre los daños de los modelos construidos a escala con el nivel del daño en las estructuras reales, especificados
en grados de intensidad según sea la escala utilizada y relacionarlos con la aceleración correspondiente que los provocó.
SISMICIDAD Y AMENAZA REGIONAL
2.1 ACTIVIDAD SÍSMICA DE UNA REGIÓN
Debido a que el riesgo sísmico de un proyecto depende de la actividad sísmica de la región, debe realizarse una evaluación
previa de ésta. Las fuentes de estos antecedentes pueden ser las autoridades locales, ingenieros, sismólogos y otros. Sin
embargo los datos disponibles en muchas regiones son escasos o bien no muy confiables, por lo cual la literatura
especializada recomienda realizar un estudio básico de la sismicidad del área de interés, que comprende los siguientes
puntos:
Geología regional.
Preparación de mapas de eventos sísmicos
Estudios de deformación – liberación de energía
Estudios de probabilidad sísmica
El tipo más práctico de mapa de eventos sísmicos para el diseño de una estructura particular es como el que se muestra
en la Figura 2.1. Este mapa indica las localizaciones en planta, el orden de profundidades, y las magnitudes de todos los
sismos registrados con M ≥ 5.0 dentro de un radio de 300 Km. con centro en el sitio (Djakarta) desde 1900. Las magnitudes
menores que 5.0 son generalmente de poca importancia en el diseño, en virtud de que tales sismos causan daños
estructurales ligeros. En consecuencia los eventos de M < 5.0 han sido excluidos de la notación. Sin embargo, en áreas de
baja sismicidad puede ser importante trazar eventos de M ≥ 4.0, con objeto de subrayar la importancia del patrón de
actividad sísmica, y en consecuencia ayudar a delinear las zonas de mayor riesgo.
La energía de deformación liberada, U, para una región puede sumarse y representarse por el número equivalente de
sismos de M=4.0 en esa región, N(U4). El número equivalente de sismos N(U4) dividido entre el área de la región proporciona
el cálculo de la deformación liberada en un período dado para esa región, que puede usarse para efectuar comparaciones
entre varias regiones o entre varios períodos.
Los sismos grandes representan los principales incrementos en las gráficas de liberación de energía de deformación
acumulada. En el estudio de las velocidades de liberación de energía de deformación relativa se requiere amplia información
sobre la actividad de bajas magnitudes. La suma de muchos sismos con baja energía en una región puede ser comparable
a la de pocos sismos grandes en otra región.
Una gráfica de liberación de deformación con relación al tiempo es una función a partir de la cual puede obtenerse una
envolvente que da una idea de la tendencia de la liberación de energía en esa región. Si un aplanamiento de la curva tiende
a ser asintótico a un valor de deformación constante en un tiempo significativo, entonces las fallas en la región pueden
tender a tener una configuración más estable. La causa de esta estabilidad temporal puede ser un bloqueo mecánico de la
liberación de energía, que solamente podría ser liberada por un gran sismo futuro.
Este tipo de información es más de carácter cualitativo, por lo tanto las curvas de liberación de deformación no pueden
usarse por sí mismas para predicción sísmica, pero podrían usarse junto con gráficas de frecuencia – magnitud y el
conocimiento de los movimientos de fallas locales.
2.1.4 Estudios de Probabilidad Sísmica
Mediante un conjunto apropiado de datos, tal como los utilizados para preparar mapas de sismicidad, pueden hacerse
varios estudios de probabilidad usando métodos estadísticos estándar para estimar parámetros de diseño. Uno de los más
valiosos consiste en estimar el mayor sismo probable que podría ocurrir cerca del sitio durante la vida de la estructura
que está diseñándose, es decir períodos de retorno para la magnitud y aceleración de las cargas sísmicas de diseño.
2.2 EFECTOS DE LOS SISMOS
Los sismos producen diversos efectos en regiones sísmicamente activas. Ellos pueden ocasionar la pérdida de gran
cantidad de vidas humanas, pueden ser los causantes del colapso de muchas estructuras tales como edificios, puentes,
presas, etc. Otro efecto destructivo de los sismos es la generación de olas de gran tamaño, comúnmente causada por
temblores subterráneos (maremotos). Estas olas son también llamadas Tsunami, las cuales al llegar a la costa pueden
causar la destrucción de poblaciones enteras.
La licuefacción de suelos es otro peligro sísmico. Cuando el suelo es sometido al choque de las ondas sísmicas puede perder
virtualmente toda su capacidad portante, y se comporta, para tal efecto, como arena movediza. Los edificios que descansan
sobre estos materiales han sido literalmente tragados.
Los registros históricos de sismos antes de mediados del siglo XVIII generalmente carecen de veracidad. Entre los
temblores antiguos que provienen de fuentes razonablemente confiables está el que ocurrió en la costa de Grecia en el año
425 A.C., que causó el surgimiento de la isla de Euboea; otro en el año 17 D.C. que destruyó la ciudad de Ephesus en Asia
Menor; y una serie de sismos que destruyeron parcialmente Roma en el año 476 y Constantinopla (ahora Estambul) en el
año 557 y nuevamente en 936. En la Edad Media, los temblores severos ocurrieron en Inglaterra en 1318, Naples en 1456, y
Lisboa en 1531.
El sismo de 1556 en Shaanxi (Shensi) la Provincia de China, que mató alrededor de 800.000 personas fue uno de los más
grandes desastres naturales en la historia. En 1693, un sismo en Sicilia ocasionó la pérdida de 60,000 vidas humanas; y en
el siglo XVIII la ciudad japonés de Edo (el sitio del moderno Tokio) se destruyó a causa de un sismo, con la pérdida de
alrededor de 200,000 vidas. En 1755 la ciudad de Lisboa fue devastada por un temblor y murieron 60,000 personas. Quito,
ahora la capital de Ecuador, fue sacudida por un sismo en 1797, y más de 40,000 personas murieron.
En América del Norte, la serie de sismos que golpearon el Sudeste de Missouri en 1811-12 fueron probablemente los más
poderosos experimentados en la historia de los Estados Unidos. El sismo de EE.UU. más famoso, sin embargo, fue el que
sacudió la ciudad de San Francisco en 1906, ocasionando daño extensivo y tomando alrededor de 700 vidas.
En septiembre de 1985 un terremoto azotó a la ciudad de México D.F. causando daño severo y destruyendo muchos edificios
de la ciudad, el sismo dejó al menos a 30.000 personas sin hogar y 7.000 muertos (Figura 2.2).
ESTUDIOS DE RIESGO SÍSMICO LOCAL Y NACIONAL1
El observatorio San Calixto desde 1913 hasta la fecha viene monitoreando la actividad sísmica en el territorio nacional. Las
investigaciones realizadas señalan que Bolivia es una región sísmica de intensidad moderada; siendo las zonas de actividad
permanente el valle de Cochabamba y el norte de La Paz.
En Bolivia se tienen registros de eventos sísmicos desde el año 1871, lo cual evidencia la actividad sísmica en la región.
Según los registros actuales pocos sismos han sido de magnitud considerable, pero han ocurrido en gran cantidad; según
el observatorio San Calixto se aproximan a 1.000 sismos que cada año se pueden localizar en Bolivia.
La actividad sísmica en Bolivia tiene su origen en la tectónica de placas, específicamente en la presión que ejerce la placa
de Nazca por debajo de la placa Sudamericana. Este movimiento se conoce como subducción y produce sismos de foco
profundo (351-700 km.) debajo del continente en el sector de Bolivia, y de foco intermedio (71-350 km.) en la frontera con
Perú y Chile. Sin embargo, por la presencia de innumerables fallas geológicas en Bolivia y particularmente en Cochabamba,
este movimiento genera una actividad sismo – tectónica local o secundaria de foco superficial (0-70 km.), por donde se
disipa la energía acumulada. Este fenómeno puede tener consecuencias distintas: si la liberación de energía es lenta, no
ocasionará grandes sismos; si por el contrario la disipación es violenta, puede dar lugar a un sismo de magnitud
considerable, mas aún si se considera que la actividad sísmica de tipo superficial es la más destructiva.
Las fallas más importantes en el sector de Cochabamba son: la falla del Tunari, al borde de la cordillera que rodea la ciudad
por el sector norte; la segunda en importancia es la falla de Sipe – Sipe, la cual tiene una alineación que empieza en la costa
chilena, atraviesa Oruro, pasa por Cochabamba y termina en Santa Rosa en el Beni; otra falla activa es la falla cercana a la
laguna de Colomi (Sillar); la falla en el sector de Aiquile, activa cada cierto tiempo. Esta última localidad fue sometida a un
sismo de magnitud 6.6 en la escala de Richter el 22 de Mayo de 1998, el cual dejó a muchas familias sin hogar.
El mapa de intensidades máximas (Figura 2.5), conocido como mapa de isositas, publicado por el Centro Regional de
Sismología para Sudamérica (CERESIS), marca cuatro zonas que definen bien la sismicidad en Bolivia. El mapa de
magnitudes máximas (Figura 2.6) publicado por el Observatorio San Calixto complementa la información que se presenta
en la Tabla 2.2, acerca de las zonas sísmicas en el territorio boliviano.
La intensidad máxima esperada en la ciudad de Cochabamba está entre VI y VII en la escala de Mercalli Modificada. Si bien
es un valor moderado, los efectos pueden ser mayores considerando las condiciones geotécnicas locales. En general, se
puede decir que la mayor parte del terreno es un relleno aluvional no consolidado de baja calidad, lo cual tendría efectos
impredecibles al ocurrir un sismo fuerte.
Las principales variables necesarias para definir el sismo de diseño son: magnitud, período de retorno, distancia epicentral,
profundidad focal, posiciones de la falla, tipos de falla, aceleración máxima del suelo, desplazamiento máximo del suelo,
período dominante de la vibración y longitud activa de la falla.
Los datos acerca de sismos sobre los aspectos descritos con anterioridad son variables, poco precisos y escasos, esto
significa que la interpretación de los datos se la puede realizar de forma subjetiva.
Con el propósito de ilustrar la definición de sismo de diseño para un sitio dado se hará referencia a la Figura 2.7. Supóngase
que los estudios de la historia de sismos de la región han sugerido el uso de dos sismos de diseño, A y B, con las
características indicadas en la Figura 2.7. Es bastante común considerar dos sismos de diseño diferentes con magnitudes
y período de retorno; normalmente, el sismo mayor, menos frecuente, debería considerarse la peor condición de diseño
para usarse como carga última, mientras el sismo menor, más frecuente debería ser usado como el criterio para controlar
daño no estructural. Sin embargo, en la situación ilustrada en la Figura 2.7, los tipos de falla asociados podrían hacer
inapropiada esta forma de usar los sismos de diseño.
Debido a que el plano inclinado para el sismo B aflora cerca del sitio, la intensidad del movimiento vibratorio en S debido a
este sismo puede ser tan intensa como en los sectores cercanos al epicentro EB. Si la traza de la falla BB’ no ha sido
detectada, o no se toma en cuenta al diseñar, la intensidad del movimiento del suelo en el sitio se subestimaría al suponer
una atenuación normal desde un epicentro ubicado a 30 km.
De este modo resulta bastante incierta la definición adecuada de un sismo de diseño, aun antes de la consideración de las
condiciones del sitio, debido a las dificultades en definir el comportamiento ante sismos pasados, y las dificultades para
predecir eventos sísmicos futuros. Es así que se adopta una metodología para el cálculo y diseño de estructuras, la cual
se basa en estudios geológicos, probabilísticos y numéricos para llegar a adoptar parámetros confiables que si bien no
representan exactamente el evento sísmico, permiten una mejor percepción del acontecimiento y sus consecuencias2.
CONCEPTOS GENERALES
EN EL ANÁLISIS DINÁMICO
3.1 ESTRUCTURA SIMPLE
Una estructura simple es aquella que se puede idealizar como un sistema que está constituido por una masa concentrada
en la parte superior soportada por un elemento estructural de rigidez k en la dirección considerada. Este concepto es
ilustrado por la Figura 3.1 en la cual se muestra un ejemplo de estructura simple.
Es importante el entender la vibración de este tipo de estructuras, las cuales están sometidas a fuerzas laterales en el
tope o a movimientos horizontales del suelo debidos a sismos, para así facilitar la comprensión de la teoría dinámica.
3.2 GRADOS DE LIBERTAD
El grado de libertad es definido como el número de desplazamientos independientes requerido para definir las posiciones
desplazadas de todas las masas relativas a sus posiciones originales.
Por ejemplo si se considera despreciable la deformación axial de la columna en la estructura simple de la Figura 3.1
entonces el sistema es de un grado de libertad (el desplazamiento horizontal del tanque). Ahora considerar el pórtico de la
Figura 3.2 el cual está restringido a moverse sólo en la dirección de la excitación; para el análisis estático de esta
estructura el problema tiene que ser planteado con tres grados de libertad (3DOF: lateral y dos rotaciones) al determinar
la rigidez lateral del pórtico. Sin embargo la estructura tiene 1DOF (desplazamiento lateral) para el análisis dinámico si ésta
es idealizada con una masa concentrada en el nivel superior, a este tipo de estructuras en adelante se las designará como
estructuras de simple grado de libertad (SDF).
Cada miembro del sistema (viga, columna, muro, etc.) contribuye con las propiedades de la estructura: inercia (masa),
elasticidad (rigidez o flexibilidad) y energía de disipación (amortiguamiento). Estas propiedades serán consideradas por
separado como componentes de masa, rigidez y amortiguamiento respectivamente.
Para comprender el concepto de estructura linealmente elástica es necesario entender la relación existente entre la fuerza
y el desplazamiento, para lo cual considerar el sistema mostrado en la Figura 3.3; el sistema está sujeto a una fuerza
estática fS, la cual es equilibrada por una fuerza inercial resistente al desplazamiento u que es igual y opuesta a fS. Existe
una relación entre la fuerza fS y el desplazamiento relativo u asociado con la deformación de la estructura que es de
carácter lineal para pequeñas deformaciones y no lineal para grandes deformaciones.
Para un sistema linealmente elástico la relación entre la fuerza lateral fS y la deformación resultante u es:
3.4 AMORTIGUAMIENTO
El amortiguamiento es el proceso por el cual la vibración libre disminuye en amplitud; en este proceso la energía del sistema
en vibración es disipada por varios mecanismos los cuales pueden estar presentes simultáneamente.
3.4.1 Mecanismos de Disipación
En sistemas simples como el de la Figura 3.4, la mayor parte de la disipación de la energía proviene de efectos térmicos
causados por repetidos esfuerzos elásticos del material y de la fricción interna cuando el sólido es deformado.
En las estructuras actuales existen mecanismos adicionales que contribuyen a la disipación de la energía; algunos de éstos
son: las uniones de acero, el abrirse y cerrarse de las micro - fisuras del concreto, la fricción entre la “estructura misma”
y los elementos no estructurales como son los muros de partición.
En las estructuras actuales el amortiguamiento es representado de forma idealizada; para efectos prácticos el
amortiguamiento actual en estructuras SDF puede ser idealizado satisfactoriamente por un amortiguamiento lineal viscoso.
La Figura 3.4 muestra un sistema amortiguado sujeto a una fuerza fD aplicada en la dirección del desplazamiento, la cual es
equilibrada por la fuerza interna en el amortiguamiento que es igual y opuesta a la fuerza externa fD. La fuerza de
amortiguamiento fD está relacionada con la velocidad ú a través del coeficiente de amortiguamiento c mediante:
A diferencia de la rigidez, el coeficiente de amortiguamiento no puede ser calculado a partir de las dimensiones de la
estructura y del tamaño de los elementos estructurales, debido a que no es factible el identificar todos los mecanismos
disipadores de energía vibracional en las estructuras actuales.
3.5 ECUACIÓN DE MOVIMIENTO1
La Figura 3.5 ilustra el modelo matemático de un sistema SDF sujeto a la acción de una fuerza dinámica p(t) aplicada en la
dirección del desplazamiento u(t) las cuales varían con el tiempo. La ecuación diferencial que gobierna el desplazamiento
u(t) puede ser derivada utilizando dos métodos: la 2ª ley de Newton y el principio de equilibrio dinámico.
La ecuación 3.4 es la que gobierna la deformación u(t) de la estructura idealizada en la Figura 3.5 considerando que la
elasticidad es lineal.
3.5.2 Equilibrio Dinámico
El principio de equilibrio dinámico de D’Alembert está basado en el sistema de equilibrio de fuerzas. Es considerada una
fuerza de inercia ficticia que es igual al producto de la masa por la aceleración y actúa en dirección opuesta a la aceleración;
este estado, incluida la fuerza de inercia, es un sistema equilibrado en todo instante. Es así que el diagrama de cuerpo libre
(DCL) de la masa en movimiento puede ser dibujado para poder utilizar los principios de estática y desarrollar la ecuación
de movimiento.
El DCL en el tiempo t es representado en la Figura 3.5(c) con la masa reemplazada por la fuerza de inercia que es dibujada
con trazo punteado para ser distinguida como fuerza ficticia de las fuerzas reales. Estableciendo la suma de todas las
fuerzas igual a cero se tiene como resultado la ecuación 3.3.
3.5.3 Componentes de masa, amortiguamiento y rigidez
La ecuación que gobierna el movimiento para el sistema SDF puede ser formulada desde un punto de vista alternativo:
Bajo la acción de la fuerza externa p(t) el estado del sistema está descrito por u(t), ú(t) y la ü(t) como se muestra en la Figura
3.6(a). Visualizar el sistema como la combinación de los tres componentes: (1) rigidez, (2) amortiguamiento y (3) masa. La
fuerza externa fS en el componente de rigidez está relacionada con el desplazamiento por la ecuación 3.1 si el sistema es
linealmente elástico. La fuerza fD está relacionada con la velocidad por la ecuación 3.2; y la fuerza externa fI en el
componente de masa está relacionada con la aceleración por . La fuerza externa pumfI&&⋅=(t) aplicada al sistema completo
puede por tanto ser visualizada como una cantidad distribuida en los tres componentes de la estructura, y entonces:
fS + fD + fI = p(t)
La cual es similar a la ecuación 3.3.