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demodecia generalizada es una dermopatía severa en perros, y su manejo frecuentemente es difícil, ya que ningún tratamiento tiene una efectividad

del 100%. En
España sólo está autorizado el uso de baños con amitraz (Ectodex®), recomendándose una concentración de 500 ppm y baños semanales hasta la obtención de
raspados negativos. Las tasas de éxitos con amitraz varían con la concentración de la solución y la frecuencia de los baños, aunque pueden acercarse al 75-80% si
se sigue el protocolo descrito más arriba (DeBoer, 1997).

En procesos resistentes se puede aplicar una terapia diaria más agresiva consistente en bañar un día la mitad del cuerpo del animal, y al día siguiente la otra mitad,
con una solución que contenga 1.250 ppm de amitraz. Este tratamiento ha funcionado en 3 de cada 4 perros resistentes a protocolos menos intensos (Medleau y
Willemse, 1995).

Como alternativa a los procesos resistentes al amitraz se vienen empleando desde inicios de los años 90 las avermectinas y milbemicinas. Su uso autorizado en
pequeños animales se restringe a la prevención de la filariosis, con una dosificación mensual. Sin embargo, la administración diaria, generalmente vía oral,
de presentaciones inyectables para animales de renta se ha extendido en el tratamiento la demodecia generalizada canina.

Para poder administrar estos tratamientos se requiere que el animal sea negativo a filarias ya que, en su defecto, existe el riesgo de reacciones adversas por la
rápida destrucción de microfilarias: vómitos, disnea, ataxia e, incluso, choque anafiláctico (Paradis, 1997).

Las avermectinas y milbemicinas son antibióticos cuya acción acaricida parece ser debida a que estimulan la liberación presináptica de un neurotransmisor inhibidor,
el ácido gamma aminobutírico (GABA), provocando bloqueo neuromuscular, parálisis y muerte del parásito.

Los ensayos con estos antiparasitarios diferencian lo que es la curación clínica de la consecución de
raspados negativos (eliminación del ácaro), siendo esta última más tardía y el objetivo terapéutico.
Para obtener una curación completa usualmente se considera que el paciente no recae en un
período amplio de tiempo, generalmente de 12 meses. En la tabla adjunta se resumen los
resultados de la mayoría de los trabajos descritos más adelante.

Dosis Recaídas Animales


Raspados
(mg/kg y día (sobre curaciones previamente
negativos
PO) controladas) resistentes al amitraz
Ivermectina
Fordatti, 1996 0,35 80% (8 de 10) 63% (5 de 8) 5 de 10
Medleau y col., 1996 0,40 83% (10 de 12) 50% (5 de 10)
Guaguère, 1996b 0,60 87% (33 de 38) 26% (8 de 31) 27 de 38
Ristic y col., 1995 0,60 83% (10 de 12) 0% (0 de 10) 12 de 12
Milbemicina
Carlotti y col., 1996 0,5-2,0 88% (77 de 88) 45% (27 de 60)
Mueller y Bettenay,
1,0-2,0 83% (15 de 18) 13% (2 de 15)
1995
Holm, 1996 0,5-0,9 83% (33 de 40) 0% (0 de 33)
Moxidectina
Bensignor y Carlotti,
0,2-0,4 100% (8 de 8) 0% (0 de 8) en 3-12 meses
1996

La duración requerida de los tratamientos parece relacionarse con la forma clínica del proceso (mayor en las demodecias generalizadas de perros adultos, y cuando
existe pododemodicosis), y directamente con el número de parásitos al inicio del tratamiento (Carlotti y col., 1996; Guaguère, 1996). Aunque no siempre, en algunos
trabajos de investigación se observa que dosis superiores de avermectinas y milbemicinas mejoran la tasa y velocidad de curación, o reducen el número de recaídas
(Miller y col., 1995; Medleau y col., 1995; Carlotti y col., 1996).

En esta revisión los resultados descritos, salvo que se indique expresamente lo contrario, se refieren a la eliminación completa del parásito (raspados negativos),
comentándose generalmente la presencia de recaídas en un plazo más o menos extenso de tiempo. Por lo tanto no se incluyen como éxitos, por ejemplo, aquellos
animales clínicamente sanos pero que requieren de una terapia continuada con dosis más o menos reducidas del fármaco.

Igualmente, y a efectos de no reiterarlo en cada uno de los ensayos, salvo que se indique otra cosa, todas las dosis son vía oral y con una frecuencia diaria.

Ivermectina (Ivomec®)

Antes de continuar, no debemos olvidar que no se recomienda su uso en ciertas razas caninas, como el collie, shetland, bobtail, y sus cruces, debido a la posible
aparición de signos de intoxicación idiosincrásica cuando se administran con estos protocolos terapéuticos.
Fondati (1996) administra a 10 pacientes, 5 de ellos resistentes al tratamiento con amitraz, 0,35 mg/kg; de ellos, 8 sanaron, aunque 5 recayeron antes de los doce
meses. Similarmente, en 12 perros, Medleau y col. (1996), con dosis de 0,4 mg/kg, consiguieron 10 animales con raspados negativos entre las 5 y 21 semanas, pero
5 animales recayeron antes del año.

Mejores resultados parecen encontrarse al aumentar la dosis de ivermectina. Guaguère (1996b) administró 0,6 mg/kg a 38 perros, 27 refractarios al tratamiento con
amitraz. En 33 animales se obtuvieron raspados negativos. De 31 animales observados durante un año, sólo 8 mostraron recaída. En un estudio previo usando la
misma dosis (Guaguère, 1996a), este autor observa la aparición de raspados negativos entre los 3 y 13 meses de tratamiento.

Mejor aún, en 12 perros con demodecia resistente al amitraz, Ristic y col. (1995) obtuvieron 10 curaciones sin recaídas al administrar 0,6 mg/kg. Los raspados fueron
negativos entre las 3 y 10 semanas.

Recientemente se ha ensayado una nueva formulación a base de ivermectina. En 12 perros, 10 de ellos con demodecia generalizada que fue resistente al
tratamiento con amitraz, se aplicó tres veces a la semana ivermectina vía tópica, como "pour-on", a la dosis de 1,5 mg/kg, en la línea media dorsal, en áreas sanas
de la piel. Sólo 2 perros mostraron eliminación completa de los parásitos (a los 3 y 6 meses, respectivamente), recayendo uno al poco tiempo de cesar la terapia. El
resto de los animales, a pesar de atenuar el cuadro clínico y disminuir los recuentos parasitarios en raspados, nunca curaron por completo (Paradis y Pagé, 1996).

Milbemicinas

La milbemicina oxima se ha empleado también desde principios de la década en el tratamiento de la demodecia generalizada del perro, con dosis muy variables,
entre 0,5 y 3,8 mg/kg.

Mueller y Bettenay (1995) administran 1-2 mg/kg a 18 pacientes, consiguiendo 15 curaciones, aunque 2 animales recayeron antes de 6 meses. Otros 2 perros no
respondieron y 1 debió abandonar el tratamiento debido a la presencia de letargo.

Recientemente, la administración de este fármaco a 40 perros consiguió la eliminación completa del parásito, sin recaídas antes del año, en 33 pacientes; 26 de ellos
en 4 semanas y 7 en un período entre 6 y 20 semanas. La dosis utilizada en la mayoría de los casos fue de 0,5-0,9 mg/kg (Holm, 1996).

En otro estudio (Carlotti y col., 1996) se administró 0,5-2,0 mg/kg a 88 perros, si bien en algún caso no especificado pudo doblarse la dosis. De estos pacientes 77
tuvieron raspados negativos entre 1-15 meses de tratamiento. Sin embargo, de 60 perros que fueron observados durante un año, 27 recayeron. La dosis no modificó
la tasa de curación significativamente, aunque sí numéricante (97 vs 80% cuando se usó más o menos de 1 mg/kg, respectivamente); sin embargo los perros que
recibieron una dosis mayor tuvieron una menor incidencia de recaídas.

Recientemente se ha empezado a ensayar una nueva molécula. En 8 perros, Bensignor y Carlotti (1996) administran moxidectina (Cydectín®) a la dosis de 0,2-0,4
mg/kg, consiguiendo la eliminación completa del parásito en todos los animales entre los 2 y 5 meses desde el inicio del tratamiento, sin existir recaídas en un plazo
de 3 a 12 meses, según el paciente (el estudio aún no había finalizado).

Es interesante destacar que las milbemicinas se han ensayado sin problemas en razas caninas en las cuales no se recomienda la administración de ivermectina
(milbemicina en collies y moxidectina en bobtail).

Otros

Finalmente, también se ha probado la utilidad de otros antiparasitarios como el lufenurón (Program®), un inhibidor del desarrollo de los insectos mediante el bloqueo
de la síntesis y deposición de quitina, la cual está presente en huevos, larvas, ninfas y adultos de Demodex spp. Sin embargo, la administración de distintas dosis de
lufenurón vía oral, con una duración de 2-3 meses, a pesar de conseguir elevadas concentraciones en piel, no fue efectiva en 11 pacientes (Schwassmann, 1996).

Resumen

En resumen, la mayoría de los tratamientos actuales frente a la demodicosis generalizada canina consiguen alrededor del 80% de curaciones (raspados negativos),
aunque en general un número variable de pacientes recaen en los meses siguientes a la supresión de la terapia. Ante un perro con demodecia generalizada el
tratamiento de elección sigue siendo la aplicación de baños semanales con amitraz (salvo en chihuahuas, en los cuales está contraindicado). Sólo cuando el proceso
es resistente al tratamiento convencional se hace recomendable buscar alternativas: ivermectina (savo en collie, shetland y bobtail), milbemicina o moxidectina, vía
oral y frecuencia diaria.

Bibliografía

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Medleau L, Ristic Z, Paradis M, McElveen D. (1995) Efficacy of daily ivermectin therapy for
generalized demodicosis in dogs: a comparison of two dosages. Proceedings of the 11th Annual
Member's Meeting of the AAVD-ACVD, 50. Cit. en: Mathet J-L, Bensignor E, Segault P. (1996) La
démodécie canine: actualités. Rec Méd Vét, 172, 149-165.
Medleau L, Wille

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