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Tercera Asignación Pre-Curso: Violencia Familiar como uno de los problemas grandes

de la familia, causante de estrés y trauma.

Violencia Intrafamiliar

No es fácil definir la violencia intrafamiliar localmente y mucho menos totalmente (en


todos los países). Esto se debe a la diversidad de criterios que tienen las regiones y
naciones respecto a lo que es violencia. A esto se suma que la violencia se presenta a
través de una multitud de situaciones y por ende seguirá siendo vista desde muchas
otras ópticas. Además, se suma la diversidad de criterios de quienes definen los límites
de la violencia y lo que no es violencia y el grado de violencia que se está ejerciendo.
Pero sí podemos ponernos de acuerdo en que violencia o conducta violenta como
“acción de carácter intenso realizada con la intención de herir o dañar a alguien o a algo,
pero con algunos matices diferenciadores como son su intensidad y su carga peyorativa
que no siempre están presentes en las conductas” de desprecio o de poco respeto “que
no siempre está presente en las conductas agresivas”.

Para ello hay que saber distinguir entre agresividad y violencia. El hombre es un ser
agresivo por naturaleza, es innato, por ello se nos hace imposible reaccionar
agresivamente a ciertas ocasiones. “Es decir, el ser humano es agresivo por naturaleza,
pero pacifico o violento según la cultura en la que se desarrolle”. Por tanto, podemos
decir que violencia intrafamiliar es toda aquella violencia que se desarrolla dentro del
vínculo familiar.

Basado en el último concepto brindado, se puede añadir que la violencia en el ser


humano es aprendida. El contexto del ser humano lo va formando violento o pacífico.
Así la violencia es causada en el ser humano en mucho de los casos en su niñez. Al ser
familiar es causada en su mayoría por el padre hacia la esposa y luego a los hijos o ambos
al mismo tiempo o solo a los hijos. También se dan casos en que el padre abusa de la
madre y la madre a su vez abusa o actúa con violencia a sus hijos. Todo esto en el marco
del poder. Es el dominio o la probabilidad de perder este dominio, o tal vez la
incapacidad de poseer el dominio hace desencadenar la violencia. Cabe recalcar que
también existe violencia de entre hermanos y de hijos hacia a los padres, especialmente
hacia las madres y aunque no es común escucharlo si existe la violencia familiar hacia
los hombres (provocada por sus mujeres). Esta es la forma que el ser humano ha
aprendido para tratar: “el dominio”. En su niñez fueron violentados de diferentes formas
y desde ahí han actuado o reflejado lo que llevan en sí.

Como ya lo mencioné antes, se da en su mayoría en la niñez y su consecuencia se refleja


desde la niñez mismo, pero se desencadena en la adultez como también ya lo
menciones. Pero no queda solo en que fue violentado y luego el violenta. Esto es un
círculo vicioso de dolor, tristeza, abusos y en ocasiones culmina en muerte.

La violencia intrafamiliar amenaza gravemente el desarrollo de la personalidad del


violentado. Se da en el lugar donde más seguro se deben sentir las personas y en el lugar
donde más se dan este tipo de violencias. “Las secuelas físicas y psicológicas de la
violencia domestica son numerosas. Las primeras oscilan desde lesiones menores,
moretones, síndromes de dolor crónicos, fibromialgia, fracturas hasta la perdida de la
vida”. En el plano psicológico la violencia puede generar problemas de autoestima
provocando que los niños se comporten de manera introvertida debido a los
sentimientos de vergüenza y culpabilidad que posee. Esta violencia psicológica
constituye un factor de riego para el desarrollo del estrés postraumático o por lo menos
reflejar ciertos síntomas. Esto sucede comúnmente con las mujeres violentadas en el
hogar. Sin embargo, aunque no hayan recibido a la violencia directamente los hijos de
los padres, al ser testigos de este ciclo de violencia son afectados directamente
proporcional con la presente violencia.

Así mismo como tal violencia ha afectado negativamente a las personas, existen
quienes, a pesar de haber estado en medio de estas graves adversidades, lograron
soportar y superarse ante tales percances y de adultos no actúan conforme su contexto
lo trató. Tal es el caso que a pesar de que los niños maltratados, ya de adulto maltratan
a sus hijos ellos no actúan así con su familia. Lograron superar tal adversidad no solo de
grandes sino mientras estaban en aquella etapa de violencia y a pesar de que a corta
edad el ser humano es más vulnerable, fueron resilientes y dinamizaron con la
adversidad para mantenerse y superarse. Por ende, “el maltrato físico” y “la resiliencia
describiría una buena adaptación en la tarea del desarrollo de una persona”. Así se
“considera que es útil planear estrategias clínicas que ayuden a las personas
traumatizadas a transformar los eventos adversos en experiencias de fortalecimientos
personal. En este sentido los estudios de resiliencia se centran en los recursos
personales que permiten a las personas enfrentar situaciones adversas”.

Por último, para prevenir o frenar situaciones de violencia es necesario identificar que
es la violencia y que puede causar su aplicación. Hay que tener presente que la violencia
no debe ser permitida en ninguno de sus grados en la familia (tampoco fuera de ella).
Hay que romper los tabúes de que para liderar un hogar hay que hacerlo con violencia.
Se debe recurrir a ayudas profesionales al respecto. Conocer sobre resoluciones de
conflictos sin uso de violencia. Fortalecer la autoestima de cada miembro de la familia y
favorecer una experiencia positiva en un ambiente seguro y estructurado. Así lo que se
trata es de fortalecer las capacidades de las relaciones afectivas y el equilibrio
intrafamiliar como guía para evitar conductas violentas en el futuro en cualquiera de sus
expresiones.

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