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Universidad Autónoma de

Tamaulipas

Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias


para el Desarrollo Humano
Licenciatura en Psicología

Taller de Técnicas Proyectivas


Ensayo Ética del Psicólogo y Proyección del sujeto

Aurora Marlen Reyes Vargas


4°E

Imparte:
Lic. Jane Aurora Herrera Rincón

Cd. Victoria, Tamaulipas 06 de marzo del 2012


INTRODUCCIÓN.

Este trabajo contiene una recopilación de información sobre la ética dentro de la


psicología, de qué manera se aplica y los derechos y obligaciones en los que
tanto el profesional de la psicología y el usuario del servicio están involucrados.

La ética dentro de la psicología rige la manera en que el profesional desarrollara


su labor, evitando así posibles complicaciones que puedan surgir a lo largo de un
tratamiento, porque más que un conjunto de normas a cumplir, el código ético es
una guía de prevención para mejores resultados.

Aquí se desarrolla además, como se presenta la proyección dentro de un sujeto.


La proyección como mecanismo de defensa ayuda al psicólogo a obtener una
mayor cantidad de información acerca del evaluado que bajo diversas
circunstancias no estaría dispuesto a aceptar.

La interpretación que se pueda llegar a obtener de una proyección puede tener


resultados bastante útiles dentro de un diagnóstico, pues bajo la aplicación de
diversas técnicas crearemos una mejor evaluación.
DESARROLLO.

Ética del Psicólogo

La ética es una ciencia que estudia la moral y determina cómo deben actuar los
integrantes de una sociedad. En la psicología, la ética busca generalizar en una
misma escala las conductas, en las que se pone bajo juicio diferentes posiciones
relativas o que involucran un mayor compromiso por parte de los profesionales
que ejercen esta labor como son la confidencialidad, el respeto entre y hacia los
pacientes y al psicólogo, el respeto a los animales y hombres que participan en
proyectos de investigación, dejar de lado intereses personales, así como casos
especiales en donde se tome una decisión que conlleva a un juicio de valor. De
esta manera, por la búsqueda del bien común para todos los que intervienen en el
desarrollo de la psicología se plantean normas éticas. (Sáenz, S. 2008)

Los psicólogos son personas comunes y corrientes que tienen una historia de
vida, de experiencias y aprendizajes, podemos entender entonces que para lograr
una verdadera objetividad, no sólo del conocimiento científico de la psicología sino
también para ser unos buenos profesionistas, el psicólogo debe aprender a
diferenciar sus situaciones emocionales, así como sus prejuicios, valores y
creencias para que no influyan dentro de sus conductas o sobre las
interpretaciones que puede hacer de sus pacientes.

El código ético está hecho para limitarnos y guiarnos por el camino correcto sobre
el cual debemos basar nuestras actividades profesionales, estas actividades
tienen una influencia directa en la vida personal del psicólogo.
La funcionalidad fundamental del código ético es la de proteger tanto a la imagen
de la psicología como al paciente; evitar negligencias, engaños, abusos y demás
circunstancias que puedan generar un daño a la persona que visita al psicólogo
como paciente.

El código ético tiene objetivos como regular ejercicio de la profesión respetando en


todo momento los derechos humanos fundamentales, también incita la armonía y
la solidaridad profesional así como la promoción de una actitud responsable y
comprometida frente al ser humano. La ética en la psicología no solo rescata y
protege los derechos del paciente; sino que también estipula las obligaciones y
derechos del psicólogo; como su derecho a ejercer independientemente su labor
así como el derecho y obligación de renovar su formación profesional y poder
investigar en su campo de trabajo.

La ética va cambiando de la misma manera en que la sociedad y el medio lo van


solicitando, se ajusta a las necesidades que la persona debe enfrentar pero sin
perder el principio fundamental de la ética que es el respeto por la dignidad
humana.

El “código ético del psicólogo”, tiene como finalidad lograr el entendimiento de todo
aquello que este permitido para quienes pretendan ser parte de esta profesión. Es
una guía de acción para saber cómo actuar en determinadas circunstancias en las
que exista un conflicto para el cliente, para terceras personas, e inclusive para el
psicólogo. Por esto podemos decir que el código ético, de alguna manera, es una
protección que tiene el psicólogo para llevar a cabo su profesión.

El primer capítulo del Código Ético del Psicólogo, nos habla sobre las
responsabilidades generales que el profesionista debe cumplir como principios de
responsabilidad, confidencialidad, competencia, veracidad, humanista dejando por
un lado cualquier tipo de discriminación; el psicólogo además debe actuar con
objetividad fomentando en todo momento el respeto
Es imprescindible que el psicólogo evite totalmente el uso de títulos que no posea
y lleve a cabo actividades con fines de lucro. No debe dar, vender o divulgar
técnicas a personas que no estén acreditadas como psicólogos.

Un psicólogo debe ser consciente de sus propios valores éticos, ideologías, y en


ningún momento utilizará su poder para manipular las decisiones de sus
pacientes, además debe evitar ejercer su profesión cuando este limitado por
alguna enfermedad física o mental o por alguna situación que le impida un
desempeño adecuado.

Los psicólogos deben reconocer el derecho del usuario de sus servicios a la


confidencialidad, por lo que deben obligatoriamente guardar secreto con respecto
a la información obtenida. En el ejercicio de la profesión, el psicólogo mostrará un
profundo respeto a la intimidad del paciente y solo deberá recabar la información
necesaria.

Cuando la evaluación o intervención psicológica haya sido solicitada por una


persona diferente al paciente, los padres o tutores tendrán derecho a ser
informados. Los informes psicológicos deben ser claros, precisos y rigurosos para
su destinatario. El psicólogo debe expresar el alcance y limitaciones de su
evaluación, las áreas investigadas con las técnicas utilizadas para su elaboración.

La obligación del psicólogo de guardar el secreto es absoluta. Sólo se puede


levantar para informar a la familia, a personas allegadas al implicado o a
autoridades judiciales en caso de un grave riesgo para la propia persona o para
terceros. El fallecimiento del paciente no libera al psicólogo de la obligación del
secreto profesional, aunque no haya finalizado su tratamiento o estudio.

La evaluación psicológica, es tarea exclusiva de los psicólogos, las técnicas e


instrumentos que utilice se seleccionarán en base a la información sobre su
fiabilidad y validez, conociendo extensamente el instrumento.

Como obligación y derecho ético, un psicólogo debe actualizar su formación


continuamente para el mantenimiento de niveles altos de competencia científica y
técnica en beneficio de las personas que recurran a él, pues solo proporcionarán
servicios y utilizarán técnicas para las que están calificados por formación y
experiencia.

Un buen profesionista reconoce las limitaciones de su formación y personalidad y


renuncia a cualquier trabajo que pueda ser perjudicado por sus limitaciones y en
este caso, recurrirá a interconsulta cuando su capacidad específica no le permite
resolver la necesidad de la persona consultante.

Dentro de la psicología la ética también es aplicada a la hora de la obtención de


un pago por los servicios brindados; el psicólogo tiene el derecho a proponer
honorarios desde la primera entrevista, sea cual sea el resultado de sus servicios
profesionales, siempre y cuando no haga de lo económico la motivación decisiva
de su trabajo y quede acordado con el receptor de sus servicios el monto de los
honorarios. En situaciones justificadas, un psicólogo puede atender gratuitamente
a personas de recursos insuficientes pues siempre busca el beneficio del ser
humano.

Las relaciones entre los psicólogos deben estar inspiradas en el respeto mutuo, la
sana competencia, la solidaridad profesional y la cooperación. Debe ser solidario
con sus colegas, ya que todos tienen como objetivo común mejorar la calidad de
vida de la población y comparten la responsabilidad del constante progreso de la
ciencia.

Un buen ejercicio de la ética lleva también la obligación del psicólogo de ayudar a


la formación técnica de sus colegas, no reservándose conocimientos y/o técnicas
útiles.

La relación con otros profesionales debe estar centrada en el respeto, con énfasis
en el trabajo interdisciplinario y en equipo, buscando los medios apropiados que
beneficien al paciente.
Como integrante del equipo multidisciplinario, y dentro de la ética, el psicólogo no
debe tomar decisiones que afecten al resto del equipo consultar a los demás. Su
responsabilidad individual no desaparece por el hecho de trabajar en equipo.

Cuando un psicólogo desee participar en la impartición de cursos, seminarios u


otras actividades para transmitir conocimientos propios deberá tener una
preparación adecuada sobre la materia que se trate y presentarlos de una manera
objetiva, completa y fiel.

El psicólogo tiene derecho a investigar dentro de su campo de acción siempre y


cuando no ponga en riesgo a las personas o realice experimentos que corrompan
el curso de los resultados.

Al planificar, implementar y comunicar sus investigaciones deben preservar los


principios éticos de respeto y dignidad con el fin de resguardar el bienestar y los
derechos de las personas y en general en los seres vivos que participen en sus
investigaciones.

Deben acatar las reglas impuestas por los centros universitarios o científicos
reconocidos legalmente sobre los procedimientos adecuados, así como tests
psicológicos y otras técnicas que no tengan validez científica.

Para respetar también los derechos de los individuos implicados en las


investigaciones, estos deben dar su consentimiento antes de participar en
cualquier tipo de investigación en aquellos procedimientos que así lo requieran y
se le debe aclarar a las personas o a las instituciones que los datos obtenidos
serán utilizados para hacer un trabajo de investigación. Dichos datos serán
confidenciales.

Las personas implicadas en investigaciones pueden retirarse de la misma en


cualquier momento sin recibir ningún perjuicio por ello y en caso de ser recibido
alguno, el psicólogo es responsable de los perjuicios que puedan derivarse;
deberá en aquellos casos que lo amerite hacer un seguimiento de las personas
que forman parte de la población objetivo.
Para la publicación de un trabajo, cuando es compartido deben incluirse los
nombres de todos los participantes y precisar su grado de responsabilidad y
colaboración. Pues es justo que obtengan crédito de ello.

Los psicólogos deben respetar siempre los Principios Éticos establecidos referidas
a sus servicios, productos o publicaciones profesionales.

Las declaraciones públicas incluyen la publicidad remunerada o gratuita, material


impreso, entrevistas y comentarios para uso en los medios, conferencias y
presentaciones públicas.

Pero es importante que el psicólogo solo utilice los medios de comunicación


masiva solamente con fines educativos e informativos, no podrá emplearlos para
atender consultas que impliquen un diagnóstico o un tratamiento.

Biro (1979) señala que cuando el psicólogo no tolera sus afectos los maneja
mediante identificaciones proyectivas en sus clientes, dando lugar a un manejo
sádico de la profesión, por lo que debe preguntarse qué tan satisfechas están sus
necesidades básicas, ya que en el ejercicio de su profesión corre el peligro de
usar al otro para cubrir o negar sus carencias internas. Debe preguntarse también
con qué sentido de honestidad, conciencia y responsabilidad maneja el poder que
le da la información que posee de sus clientes, en tanto que es una herramienta
con la que se puede destruir o construir. Buscar las respuestas es una
responsabilidad del profesional de la psicología.

Resulta claro que el psicólogo, debe de conocer los campos en los que aplicará su
equipo de conocimientos teóricos, debe estar consciente de sus recursos y
limitaciones; de los principios de ética que gobiernan el ejercicio de su profesión,
así como de la necesidad de una continua capacitación.

De aquí se desprende la necesidad de plantearse una serie de cuestionamientos


éticos, pues de la actitud que asuma el psicólogo frente a su responsabilidad
social dependerá su eficiencia profesional y realización personal.
Es importante que el psicólogo comprenda lo que puedo o no compartir, así como
la cercanía de la persona con la que puede trabajar, que tan capaces son de
soltar, de no retener, de permitir que el otro siga su propio camino, que tanto dolor,
angustia, alegría y gozo se puede tolerar y acompañar, los recursos de los que se
puede disponer y de qué manera se intervenirá en los demás.

Los psicólogos, en cualquier sociedad, son "modelos de rol"; son modeladores de


conductas, no tanto por lo que dicen y pretenden hacer, sino por lo que realmente
hacen y son, como hombres y como profesionales. Su comportamiento ejerce una
profunda influencia en todas sus actividades, que puede ser benéfica o nociva
dependiendo del grado de congruencia que exista entre su práctica y las
motivaciones que orientan su comportamiento como profesional y como persona.
Su eficacia en el ejercicio profesional depende tanto de la calidad científica y
técnica, como de la correspondencia entre los valores y motivaciones que rigen su
actividad.

Así, la relación entre psicología y ética puede considerarse desde diversos puntos
de vista. La psicología puede ayudar a la ética a conocer de qué manera se
complementan las convicciones morales, como los conocimientos de una persona.

Para un mejor entendimiento del código de ética se puede decir que es un


conjunto de normas de conducta profesional respaldadas por principios que
constituyen su marco teórico – ético. Cada profesión cuenta con su propio código
de ética que se tiene que respetar.

Un psicólogo debe comprometerse a respetar los principios establecidos en la


declaración universal de derechos humanos, tomando en cuenta respetar la
dignidad y valor de todas las personas y sus derechos a la privacidad,
confidencialidad, etc.

Se debe tener muy en cuenta que todas las personas no practican diferentes
religiones, tienen diferentes ideologías, orientaciones sexuales, condiciones
socioeconómicas y tendremos que respetarlas.
En cuanto a la competencia es responsabilidad del psicólogo tener un nivel de
conocimientos adecuados, facilitando solo aquellos servicios y técnicas para las
que está capacitado por su formación profesional, y solo impartir lo que sabe,
además de actualizarse con información nueva constantemente.

El psicólogo también tendrá en cuenta sus propias creencias, valores,


necesidades y límites por lo que debe evitar compartir su vida privada con su
profesión, ya que puede generar dudas sobre su honestidad o conformación ética
que afecten la imagen de la profesión.

El profesionista debe atender con igual manera a todas aquellas personas que
requieran sus servicios, no permitir que intereses o prejuicios externos afecten sus
decisiones profesionales, por este motivo no se atenderá profesionalmente con
amistades, familiares o con personas que se involucren sentimientos.

El psicólogo no solamente debe prestar su servicio para obtener un fin monetario,


sino que debe mostrar preocupación por el bienestar y evitar cualquier daño a una
persona, familia, grupo o comunidad pues esa es la visión más importante de esta
profesión.
PROYECCION DEL SUJETO

La proyección psicológica es un mecanismo de defensa mediante el cual una


persona atribuye a otros medios sus sentimientos, pensamientos o impulsos que
le resultan inaceptables para sí.

El término proyección fue introducido por Freud en su trabajo “ neurosis de


angustia": "la psiquis desarrollo una neurosis de angustia cuando no se siente en
condiciones de realizar la tarea de controlar la excitación que surge
endógenamente. Es decir, actúa como si hubiera proyectado esa excitación del
mundo exterior". (Freud, S. 1894)

Dos años más tarde, nos explica la proyección como un proceso que consiste en
atribuir los propios impulsos, sentimientos y afectos, otras personas, viene al
mundo exterior, como proceso defensivo que nos permite ignorar estos fenómenos
“indeseables” en nosotros mismos. (Freud, S. 1896)

Pero la proyección no es únicamente un medio de defensa. La observamos


asimismo en casos en los que no existe conflicto. La proyección al exterior de
percepciones interiores es un mecanismo primitivo al que se hallan también
sometidas nuestras percepciones sensoriales y que desempeña, por tanto, un
papel capital en nuestro modo de representación del mundo exterior. (Freud, S.
1912. Tótem y tabú)

Lo que vemos en los demás nos dice mucho de nosotros mismos. El mundo
externo actúa como un espejo para la mente humana, en él se ven reflejadas
diferentes cualidades o aspectos de su propio ser. Cuando se observa algo que no
nos gusta de alguien y sentimos desagrado o rechazo, es un indicador que de
alguna manera ese aspecto que nos desagrada existe en nuestro interior. Es
nuestra inconsciencia, ayudada por la proyección psicológica, lo que nos hace
pensar que el defecto sólo existe “ahí fuera”, en esa otra persona.
Cuando la mente entiende que existe una amenaza para la propia salud y
estabilidad, ésta realiza un lanzamiento hacia el exterior de todas esas cualidades,
colgándoselas a un objeto o sujeto externo a nosotros mismos. De esta manera, la
mente logra aparentemente poner estos contenidos amenazantes afuera.

Estas proyecciones son válidas tanto para características negativas como el odio o
rencor, como para positivas como la admiración, idealización o cariño. El mundo
interno tiende a pintar el mundo externo con sus propias características.

Por ejemplo, en el amor, este tipo de mecanismo psicológico tiene un papel


especialmente interesante; cuando una persona se enamora, suele atribuir a la
persona amada determinadas características que sólo existen en su personalidad.

A veces pensamos que “conocemos” a otras personas cuando en verdad lo que


estamos haciendo es proyectar sobre ellas la propia realidad. Incluso cuando
estamos en presencia de dichas personas, la proyección nos parece más real,
cuando simplemente lo que está pasando es que se sobrepone la visión propia
proyectada en la persona.

Existen diferentes tipos de proyección como son la especular, en la que el sujeto


encuentra su propia imagen en otros, donde las características que externa son
suyas. En una proyección catártica, el sujeto pone en la imagen de otro las
características que él mismo tiene y rechaza de sí. En las proyecciones
complementarias, el sujeto atribuye a los demás sentimientos o actitudes que
justifican los propios.

Se puede elaborar otra clasificación con lo que el sujeto es, lo que desea y lo que
rechaza, encontrando una proyección directa, en la que el sujeto se refleja tal
como él cree que es. Las personas tienen opiniones sobre sí mismas y pueden
expresarlas directamente; esto no quiere decir que tales opiniones sean
verdaderas. En la proyección directa el sujeto pretende reflejarse como él cree que
es; por ejemplo, el sujeto puede creer que es cobarde y eso no quiere decir que lo
sea, sino que lo cree.
En una proyección optativa se refleja lo que el sujeto desea ser, y justamente no lo
es. Estas aspiraciones ideales aparecen claras en el aspecto del contenido, en el
que con frecuencia se representa la profesión o la situación a la que se aspira,
pero también puede proyectar rasgos característicos que desee tener; uno de ellos
puede ser el tamaño, como compensación de la propia pequeñez. En estos casos
es una forma de compensar una deficiencia sentida.

La proyección defensiva es el mecanismo de defensa propiamente mismo, en el


además de atribuir al sujeto el rechazo de un rasgo se rehúsa a considerarlo como
propio.

La proyección ha planteado problemas para comprender e interpretar este


fenómeno. En la práctica de las pruebas proyectivas se suele sacar la impresión
de que las personas son diferentes en esos dos aspectos: en el nivel en que son
capaces de proyectarse y también en la cualidad de la proyección. Así se puede
decir que unos dibujos que son "ricos" y otros "pobres". Existen algunos trastornos
graves de la personalidad que afectan a esta capacidad de proyección y llevan
consigo esa "pobreza". Y, por otra parte, algunas personas normales o con rasgos
neuróticos, nos presentan gran cantidad de datos, pero podría suceder que los
dibujos o protocolos "pobres" fueran muy proyectivos si encontráramos la clave de
su significado.

La frustración desaparece cuando creemos que nuestros defectos, nuestras


deficiencias y nuestros fracasos también los tienen los demás, o son los demás los
causantes de esos fracasos, de esas deficiencias o de algo que nos deseamos
tener. Por ejemplo, las personas que piensan mal creen que los demás también
piensan del mismo modo.

El término proyección era utilizado solo como mecanismo de defensa, después su


utilización abarcó también a un modo de funcionamiento psíquico del sí mismo. De
este modo, la utilización de las técnicas proyectivas pone en marcha el
funcionamiento proyectivo, y es a través de él cómo nos vamos adentrando en el
interior del sujeto, a través de su propia proyección.
Un punto clave para lograr una interpretación es el sentido que se da al
mecanismo de proyección. La Psicología se sirve de la proyección para detectar
determinados rasgos de carácter, como pueden ser las motivaciones, los
problemas, las frustraciones y las conductas desadaptadas. Tests como el de
Rorschach, el Szondi, T.A.T, Machover, etc., son esencialmente proyectivos. A
través de estas pruebas se captan aspectos de la personalidad que ni el mismo
sujeto sospecha, como, por ejemplo, el modo de enfocar la vida, el tipo de
inteligencia, la originalidad o vulgaridad y, sobre todo, su equilibrio emocional y
sus formas de agresividad.

Antes se pensaba que en toda técnica proyectiva lo que sucedía es que el sujeto
"se proyecta a sí mismo", es decir, se refleja tal como es. Esto sucede, según las
características de cada técnica, pero ahora en las pruebas de relatos de historias,
lo que dice el sujeto del protagonista de la historia se puede aplicar a él mismo; se
identifica al sujeto y al héroe de la historia. En los dibujos, especialmente en el de
la figura humana, que se presta más a esta versión que otro tipo de dibujos se
supuso que el autor hacía su propio retrato.

Habría que preguntarse si todas las personas son capaces de adoptar todas las
formas de proyección y si todas las utilizan en la misma medida o si varían según
la personalidad que está adaptada a una forma de proyección propia, incluso hay
que suponer que la personalidad del psicólogo intervenga también en la deducción
de una forma de proyección determinada en el sujeto.

Quizá no todas las técnicas sean capaces de facilitar en el sujeto la mayor


amplitud de posibilidades de proyección; es posible que algunas técnicas
propongan un material tal que lleve al sujeto más en una vía de proyección que en
otra.

Sobre este punto sólo pueden apuntarse posibilidades, en la realidad se encuentra


que hay tres tipos de pruebas: de interpretación de manchas, relatos, y dibujos; en
cada uno de estos grupos parece que la proyección se orienta con mayor o menor
fuerza. Es posible que ello contribuya el hecho de que los sujetos den a veces
rendimientos muy diferentes en unas pruebas que en otras, así como también la
diferencia entre unas pruebas u otras.

El sentido que puede tener una figura varía con la forma de proyección que el
sujeto haya empleado; es muy frecuente que aparezca la duda entre las dos
posibilidades de la proyección directa o la optativa. En una figura adornada con
caracteres estimables, no sabemos si el sujeto se proyecta directamente es decir,
"éste soy yo"; o en sentido optativo como en "éste querría ser, no lo soy".

Lo mismo sucede con la representación de rasgos como la agresión, la carencia


de miembros, la deformidad, en sentido negativo; puede aparecer la proyección
defensiva colocándolos en la figura contraria.

Las técnicas proyectivas ayudan a romper la “barrera de la respuesta” o “barrera


de la comunicación” (Oppenheim, 1992). Es decir, permiten que las personas
expresen opiniones y sentimientos que pueden ser difíciles de obtener mediante
preguntas directas.

Muchas pruebas se basan en el concepto psicoanalítico de la proyección, el que


consiste en que el sujeto proyectará los aspectos inconscientes de su
personalidad en los estímulos de prueba y los revelará en sus respuestas.

La proyección, bien encauzada, puede generar creaciones artísticas o científicas


más o menos originales.

Las diversas técnicas proyectivas son instrumentos que tienen como objetivo el
capacitar al psicólogo para realizar un acercamiento comprensivo de la persona,
que puede resultar en un diagnóstico clínico.

En cada uno, hay una parte consciente y otra inconsciente que funcionan
dualmente. En el interior de cada uno existen ansiedades básicas que movilizan
defensas. Unas son más primitivas que otras, más o menos adaptadas a la
realidad.
En cada persona hay emociones e impulsos más fuertes o más débiles, que
pueden ser controlados con maneras más o menos adecuadas y exitosas.

En el interior de cada uno hay deseos, hay envidias, hay celos, amores y odios,
aspiraciones y frustraciones, pulsiones de vida y muerte con diferentes equilibrios
en diversos momentos de la vida.

Y además, hemos de tener en cuenta de modo muy particular que el contexto


social, cultural y familiar actúan de modo muy importante, dejando sus huellas en
la estructuración de cada uno: “la forma en que cada individuo recibe y responde a
este moldeamiento cultural y el cuidado, la crianza y educación de los padres se
revelará en su personal percepción y en su forma individualizada de pensar,
actuar y sentir, tal como revelan los test proyectivos”. (Abt y Bellak 1978).
CONCLUSIONES

En conclusión el código ético no solo sirve para regir la manera de trabajar de un


profesionista, sino como una guía con la que se obtendrán resultados
satisfactorios, pues así como nos obliga a respetar los derechos y necesidades de
las personas a quienes brindaremos servicios, también nos protegen a nosotros
de caer dentro de los casos a tratar y evitar mezclar la vida privada con la vida
laboral.

Sobre la proyección de un sujeto, podemos decir que es una fuente muy útil de
información, pues así como es de compleja e innovadora la mente humana, nos
dará a conocer todos aquellos datos que requieran ser conocidos y así poder
encauzar al sujeto evaluado por un camino más equilibrado.
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