Sei sulla pagina 1di 3

PEDRO ABELARDO

VIDA

Nació en la villa fortificada de Le Pallet, (Bretaña, cerca de Nantes) en 1079. Su


padre Berenger era hombre rico y le dio una educación esmerada. Abelardo se
apasionó desde sus primeros años por el estudio; renunció a la carrera militar y
estudió lógica y dialéctica. Imbuido por un espíritu combativo se dedicó a viajar
por diversas provincias para disputar dialécticamente con aquellos que
practicaban ese arte. Aunque no se menciona en la Historia Calamitatum,
estudió Artes en Loches (al sur de Tours) entre los años 1095 y 1097, con
Roscelino, considerado el padre del nominalismo. Aunque lo acusó de triteísta,
éste le influenció de forma marcada en su juventud.

A los veinte años Abelardo se trasladó a París, cuya escuela episcopal era, a la
sazón, la más famosa y la más concurrida; su jefe o cabeza era el archidiácono
Guillermo de Champeaux. Teniendo a Guillermo como profesor estudió en París
primeramente retórica, gramática y dialéctica, las disciplinas del trivium
preparatorio de la formación de la época durante los años 1098 y 1100;
posteriormente estudió aritmética, geometría, astronomía y música, que
componían el quadrivium de estudios más avanzados en el año 1108, también
con Guillermo, con lo que obtuvo el título de Magister in Artibus.

Abelardo se inicia hacia 1112 en la docencia en Melún, Corbeil, y más tarde en


la colina de Sainte-Geneviève, cerca de París (ciudad donde Guillermo enseña y
donde fundará la escuela en la ermita de Saint-Victor. Ridiculiza a Guillermo en
público por su realismo ingenuo, robándole así a sus alumnos. (Guillermo
abandonaría la enseñanza para refugiarse en Saint-Victor.) Entre 1112 y 1113
se traslada a Laon, ciudad situada al noreste de París. Al igual que hizo con
Guillermo, ridiculiza y rebate a su profesor de teología, Anselmo de Laon,
ganándose su enemistad. En su autobiografía, como en el caso anterior, culpa
a la envidia, los celos, etc. de sus problemas con éste.

En el 1114 regresa a París y triunfa en la escuela catedralicia de Notre-Dame


como maestro laico. Motivo que puso nervioso a más de uno, por lo que se
aprovecharía su relación con Eloísa para echarlo. Su escuela fue tan famosa,
que, según dice Guizot, se educaron en ella un papa (Celestino II), diecinueve
cardenales, más de cincuenta obispos y arzobispos franceses, ingleses y
alemanes, y un número mucho mayor de controversistas, entre ellos Arnaldo
de Brescia.

PENSAMIENTO

Pensamiento. El significado filosófico de Abelardo está, sobretodo en su


oposición frente al tan debatido problema de los universales, tema clásico el
tiempo.

Para determinar el contenido de los universales en el pensamiento debemos


partir de nuestros órganos sensoriales y de los objetos que percibimos.
Ejemplo: a nosotros se nos forma una imagen de cada objeto, y esta imagen
existe desde entonces independientemente del objeto; si la torre en cuestión
se destruye, todavía podemos imaginarla.

"Pedro Abelardo establece relaciones precisas entre la filosofía y la religión. No


se pueden demostrar y conocer experimentalmente los misterios, sólo se
pueden entender o creer según analogías o semejanzas. Según él, el intelecto
aprehende las semejanzas de los individuos mediante la abstracción, el
resultado de esta abstracción fundada siempre en la imaginación, porque el
conocimiento empieza por lo individual y lo sensible".

Al igual que Descartes, Pedro Abelardo, proclama la necesidad de una crítica


previa de nuestros conocimientos, aplicando la duda para llegar más
seguramente a la verdad. Contra los realista exagerados, niega que los
universales sean cosas ni que existan fuera de las cosas individuales, sólo
existen los individuos.

El entendimiento no se engaña cuando se piensa separadamente la forma o la


materia, pero sí se engaña si se pensara que tanto la materia como la forma
existen por separado. Finalmente nos dice Pedro Abelardo que "el verdadero
conocimiento de las cosas es el que nos proporcionan los sentidos y la
imaginación, mientras que la inteligencia solamente nos llevaría a la opinión".

OBRAS

Una de sus reconocidas obras Historia de mis calamidades, la producción de


Abelardo se extiende sobre los campos de la lógica y teoría del conocimiento,
teología, ética y apologética.
• Lógica: Comentarios a la logica vetus aristotélica,[1] a Porfirio y a Boecio.
Su Dialéctica (1141) es un tratado completo de lógica compuesto para los
hijos de su hermano Dagoberto (se ha perdido la introducción).

• Teología: De unitate et trinitate divina o Theologia summi boni, opúsculo


condenado en Soissons (1121). Theologia christiana. Introductio ad
theologiam, una "summa", sólo se conserva el primer tercio y algunas
sentencias que fueron condenadas en Sens (1141). Sic et non, textos
contradictorios sobre ciento cincuenta y ocho cuestiones: Son discusiones
sobre afirmaciones y negaciones de la misma cosa, un método dialéctico,
anticipación a la quaestio escolástica.

• Ética y Apologética: Scito te ipsum (Ethica). Fueron condenadas diversas


sentencias en Sens (1141). Diálogo entre un filósofo,[2] un cristiano y un
judío.

En castellano se encuentran editadas las siguientes obras: Conócete a ti


mismo, o Ética, Colección Clásicos del Pensamiento 77, ed. Tecnos (1991),
Madrid; Col.Grandes Obras del Pensamiento 40, ed. Altaya (1994), Madrid;
Ética, Col. Biblioteca de Iniciación Filosófica 116, ed. Aguilar (1970), Madrid;
Cartas de Abelardo y Eloísa-Historia Calamitatum, Olañeta, Palma de Mallorca
(1982); más asequible en Libro de Bolsillo, Alianza Editorial (1983); Diálogo
entre un filósofo, un judío y un cristiano, Yalde, Zaragoza (1988); existe una
edición bilingüe (latín/castellano) en ed. Losada, Biblioteca de Obras 30 (2003).

Potrebbero piacerti anche