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Los deseos de independencia de las Trece Colonias estadounidenses, que se fraguaron

durante años de conflicto con los británicos por sus medidas impositivas y monopolistas con
levantamientos como el Motín del té, estallaron el 18 de abril de 1775 cuando se produjo el
incidente de Lexington: un grupo de soldados británicos que viajaba de Boston a Concord
para confiscar municiones disparó contra un grupo de milicianos de la población de
Lexington, haciendo así saltar la chispa que dio comienzo a la Guerra de Independencia de
los Estados Unidos.
El desarrollo de la contienda
Tras el incidente, los británicos se vieron obligados a replegarse hacia Boston, donde
contaban con los cerca de 4.000 "casacas rojas" enviados para apaciguar los ánimos en la
región. Los sublevados, por su parte, habían reclutado ya un ejército popular entre los
partidarios de la independencia y, en mayo, los británicos fueron sitiados en Boston por un
grupo de milicianos que superaba ya las 10,000 personas. Los británicos pidieron refuerzos
y en su ayuda fueron enviados unos 6,000 soldados. Massachusetts se encontraba bajo la
ley marcial.
Al mismo tiempo, se había reunido en Filadelfia el llamado Segundo Congreso Continental,
compuesto por representantes de las Trece Colonias y que hacía las veces de gobierno
provisional nacional. Entre sus acciones se incluye el nombramiento como comandante
de George Washington, quien en julio se dirigió hacia Boston para organizar el ejército y
dotarlo de uniformes y armamento.
El Asedio de Boston continuó hasta marzo de 1776, cuando los británicos se vieron
obligados a retirarse al mar en sus cerca de 120 buques, tras tomar conciencia del alcance
real del conflicto y aceptar que se encontraban sumidos en una auténtica guerra.
El 4 de julio de 1776, el Congreso Continental firmó la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos, redactada por Thomas Jefferson sobre la base de la Declaración de
Derechos de Virginia, firmada apenas un mes antes.
Entre los 56 congresistas presentes se encontraban también George Washington, John
Adams y Benjamin Franklin.
El Congreso fue asimismo responsable de la creación en 1777 de la primera bandera de
Estados Unidos, compuesta de 13 franjas y 13 estrellas en representación de las Trece
Colonias.
Tras abandonar Boston, los buques británicos, por su parte, se habían dirigido hacia Nueva
York, donde se les habían unido nuevas tropas enviadas desde Inglaterra al mando del
comandante William Howe. Las fuerzas británicas contaban ya unos 30,000 hombres.
El conflicto se fue desarrollando en forma de guerra de guerrillas hasta octubre de 1777,
momento en el que las tropas británicas se vieron obligadas a rendirse tras la Batalla de
Saratoga, en el estado de Nueva York. El hecho sirvió para levantar el ánimo de los
colonos, que se encontraron de este modo en posición de lanzar una ofensiva contra el
ejército británico, así como para despertar el interés en la contienda de las otras grandes
potencias de la época: Francia y España.
Ambas potencias se encontraban enfrentadas a Inglaterra, por lo que vieron en el conflicto
una oportunidad para resarcirse. En febrero de 1778 Francia entró formalmente en la guerra
y España comenzó a colaborar con los colonos enviando dinero y armamento.
Un año más tarde España declaró la guerra a Inglaterra.
Con la participación de estas potencias, Inglaterra se vio obligada a desviar tropas hacia
Europa, donde sus territorios se encontraban amenazados. Ante el avance contra
Inglaterra, Holanda se decidió asimismo a tomar parte en la contienda, con la esperanza de
poder sacar provecho en relación a sus posiciones de ultramar.
El final de la contienda
Los colonos fueron avanzando hasta que las tropas inglesas quedaron reducidas a Virginia
donde, en 1781, un ejército compuesto por unos 16,000 hombres franceses y
estadounidenses dirigido por George Washington asedió en Yorktown a unos 8,000
soldados británicos, que se vieron obligados a rendirse. Tras este hecho, Gran Bretaña no
tuvo más remedio que pedir la paz.
El 3 de septiembre de 1783 se firmó el Tratado de París, que puso fin a la contienda.
El tratado, entre otras cosas, reconocía la independencia de las Trece Colonias, que
pasarían a llamarse los Estados Unidos de América y ocuparían los territorios
comprendidos entre Florida y Canadá, llegando por el este hasta el río Misisipi.
La llamada Guerra Fría fue una carrera armamentística y una guerra estratégica, un
enfrentamiento político, económico, energético e ideológico donde participaron todos los
países a nivel mundial divididos en dos grandes bloques: el occidental y capitalista, que
contaba con Estados Unidos como líder; y el oriental y comunista, liderado por la Unión
Soviética.
Las causas principales de este conflicto fueron políticos y se buscaba la implantación de
su propio modo de gobierno y modelo económico a nivel mundial.
Se sitúa justo después de la Segunda Guerra Mundial, las fechas concretas serían entre
1947 y 1991, en un ambiente de vencidos, pero no derrotados, vencedores, pero no
satisfechos, y mucha tensión a nivel internacional. Se desarrollaron pequeños y variados
focos de tensión y guerras concretas.
Fases de la Guerra Fría:
– La primera, llamada de máxima tensión, va de 1947 a 1953, en la que se suceden dos
acontecimientos importantes, la crisis de Berlín en 1947 y la Guerra de Coreaentre 1950
y 1953.
– La segunda fase, llamada coexistencia pacífica, va de 1953 a 1963, donde sucedieron
hechos trascendentes como la pérdida del monopolio nuclear por parte de Estados
Unidos, la muerte de Stalin, el presidente del consejo de ministros de la Unión Soviética, y
Eisenhower obtiene el poder en los Estados Unidos.
Además, se inician varias negociaciones a nivel internacional, pero los conflictos no
cesan, la Guerra del Vietnam, entre 1955 y 1975, y en 1962 se genera la Crisis de los
Misiles en Cuba.

– La tercera fase, llamada período de distención,


va de 1963 a 1979, en la que se intenta frenar la carrera armamentística por medio de los
acuerdos SALT I y SALT II, lo que ayuda a disminuir la tensión entre Estados Unidos y la
Unión Soviética. Se producen una serie de golpes de Estados militares a lo largo de la
región latinoamericana.
– La cuarta fase, llamada rebrote de la Guerra Fría, va de 1979 a 1989, y se caracteriza
por el reinicio de la carrera armamentística, lo que vuelve a generar gran tensión mundial.
Se da la invasión Soviética en Afganistán, en 1979.
Ronald Reagan sube al poder en Estados Unidos en 1981, mientras que Mijaíl Gorbachov
lo hace en la Unión Soviética en 1985, e introduce la Perestroika y la Glásnost, un par de
reformas económicas y políticas que buscaban reformar el sistema socialista.
– La quinta fase, el fin de la Guerra Fría, de 1989 a 1991. La Unión Soviética abandona
Afganistán. Una revolución popular en Alemania termina con la Caída del Muro de
Berlín y la reunificación de Alemania. Comienza la caída de diversos regímenes
comunistas en Europa del este. En 1991 se desintegra la Unión Soviética, y con ello se
finaliza el conflicto.
Las consecuencias de la Guerra fría fueron, principalmente, la disolución de la Unión
Soviética, la caída de los regímenes comunistas del bloque del este de Europa y la
consolidación del capitalismo a nivel mundial como sistema económico.
A nivel territorial se obtuvieron diversas independencias como conecuencia directa de la
caída de la Unión Soviética, los países “surgidos” fueron: Estonia, Letonia, Lituania,
Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania, Bielorrusia,
Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbayián; además, Alemania se reunificó y
Checoslovaquia, por el contrario, se dividió.

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