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Sacramentos de Iniciación

BAUTISMO- Sacramento básico para toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y es la
puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Con el nuevo nacimiento por el agua y la palabra
somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios.
CONFIRMACION- Una decisión seria y personal de seguir a Cristo a través de la Iglesia Católica
Romana. Los bautizados están más íntimamente unidos a la Iglesia porque es el sacramento que da
el Espíritu Santo y perfecciona la gracia bautismal.
EUCARISTIA- La Sagrada Eucaristía es el sacramento central en el cual celebramos la
conmemoración de la Muerte y Resurrección de Cristo. Los niños que se preparan para recibir la
Primera Comunión son inscritos en el Programa de la Educación Religiosa que dura 2 años. La
celebración culmina la iniciación cristiana y se le recomienda vivamente a los fieles que reciban la
sagrada comunión cada vez que participen en la celebración de la Eucaristía.

Sacramentos de Sanación

RECONCILIACION- El perdón de los pecados cometidos después del Bautismo es otorgado a través
de este sacramento llamado sacramento de la conversión, de la confesión, de la penitencia o de la
reconciliación. Es celebrado todos los sábados de 3:30 p.m. a 4:3 0 p.m., en nuestra Iglesia o por
cita. Los que se preparan para recibir su Primera Comunión, también celebran el sacramento al
término de la preparación.
UNCION DE LOS ENFERMOS - El sacramento tiene como fin otorgar una gracia especial al cristiano
que experimenta las dificultades naturales de un estado de enfermedad grave o de vejez. Así se
celebra el poder sanador de Nuestro Señor Resucitado para aquellos que entre nosotros se
encuentran enfermos o muriendo.

Sacramentos de Servicio

ORDENES SACERDOTALES- Todas las personas bautizadas comparten el sacerdocio de Nuestro


Señor Jesús Resucitado. Algunos son llamados para compartir y ordenarse ministros de la Iglesia
como Diáconos, Sacerdotes u Obispos. Si usted o alguien que conoce siente el llamado de Dio s,
favor de comunicarse con el Sacerdote de la Iglesia.
MATRIMONIO - Es una alianza de por vida entre un hombre y una mujer, en el cual se convierten en
una señal viviente del Amor de Dios por su Iglesia y el mundo. Ambos deberán tener por lo menos
19 años de edad. Al menos una persona debe estar bautizada y ser miembro activo de la Iglesia de
San Nicolás. El programa de preparación para el matrimonio será explicado a la pareja. Favor de
comunicarse con la Oficina Parroquial con por lo menos 6 meses ant es del día de la boda.

Otras Celebraciones Litúrgicas


PRESENTACIONES- Los niños de 3 a 5 años de edad, a menudo son traídos a la Iglesia para dar gracias a Dios
por su vida. Son presentados a Dios para recibir la bendición en la jornada de su crecimiento espiritual.
QUINCEAÑERAS- La niña que celebra sus 15 años con su familia y amigos dan Gracias a Dios por el regalo de
su vida. Ella expresa su agradecimiento, comprometiéndose ante Dios como una persona Católica Cristiana
activa, llamada a vivir una vida moral diariamente. Favor de comunicarse con la Oficina Parroquial para más
información por lo menos 6 meses antes del día de la celebración.
BENDICION DE CASA- Muchos miembros de nuestra Iglesia deciden bendecir su casa como una expresión de
amor, fe y gratitud a Nuestro Señor Jesús. Favor de comunicarse con la Oficina Parroquial para más información
o para hacer una cita.
ANIVERSARIOS DE BODA - Regularmente se celebran los 25 o 50 años de matrimonio. Favor de hacer una cita
al menos 6 meses antes de la celebración
LOS 10 MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas.

El segundo, no tomarás el nombre de Dios en vano.

El tercero, santificarás las fiestas.

El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre.

El quinto, no matarás. El sexto, no cometerás actos impuros.

El séptimo, no hurtarás.

El octavo, no dirás falso testimonio ni mentirás.

El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos impuros.

El décimo, no codiciarás los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se resumen en dos:

Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

MANDAMIENTOS DE LA SANTA MADRE IGLESIA

El primero, oír Misa entera todos los domingos y fiestas de precepto.

El segundo, confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte y si
se ha de comulgar.

El tercero, comulgar al menos por Pascua de Resurrección.

El cuarto, ayunar y no comer carne cuando lo mande la Santa Madre Iglesia.

El quinto, ayudar a la Iglesia en sus necesidades


DONES Y FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Los siete dones del Espíritu Santo son:

Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz
invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento
necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es
una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación,
camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el
cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo
que presentimos de la obra divina.

Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la
misericordia divina.

Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes
de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las
inspiraciones divinas.

Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como
primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

Faltas contra el Espíritu Santo:

Desesperar de la misericordia de Dios.

Presunción de salvarse sin ningún mérito.


La impugnación de la verdad conocida.
La envidia de los bienes espirituales del prójimo.
La obstinación en el pecado.
La impenitencia final.

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