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LA BIBLIOTECA NACIONAL

“Cuatro periódicos hostiles


son más de temer que mil bayonetas”
Napoleón Bonaparte.

Introducción.

A modo de Estado, podríamos decir que Chile ya tiene más de 200 años de vida
republicana. Durante este período, y más allá de las legítimas diferencias de apreciación en
la vida social y política, vimos cómo se crearon diversas instituciones que otorgaron
substancia nuestro aparato político-administrativo. En este sentido, la Biblioteca nacional es
un ejemplo de institución de la república. Dicho esto, consideramos apropiado delimitar esta
palabra. La RAE define el concepto de Institución de la manera que sigue: Organismo que
desempeña una función de interés público, especialmente benéfico o docente.i Cuan acertado
–pensamos- es este concepto para la materia en estudio. Por eso, como organismo que
desempeña una función de interés público, es la Biblioteca Nacional un ejemplo de vigencia,
y pilar fundamental del acervo cultural de los chilenos. Así, en este trabajo, como la catedra
del curso ha solicitado, más que la exposición de un organigrama institucional, buscaremos
responder a preguntas que encierran el conocimiento de los variados contextos que
precedieron y fueron coetáneos a su fundación.

Concepto.

En primer lugar, hemos de conceptualizar nuestro objeto de estudio. Es así como


nuestra investigación nos permite apuntar que, la Biblioteca Nacional de Chile, es el principal
centro de acopio y preservación del patrimonio bibliográfico, conserva aquellas obras que la
sociedad ha considerado imprescindibles para el desarrollo intelectual y cultural del país.
Corporativamente, su misión, consiste en recopilar, preservar y difundir los diversos
materiales bibliográficos, impresos y en otros soportes, que forman parte de la memoria
colectiva nacional, a fin de posibilitar el acceso a la información y al conocimiento
contenidos en sus colecciones, a todos los usuarios presenciales y remotos de la comunidad
nacional e internacional que lo requieran.ii

El edificioiii.

La Biblioteca Nacional es una de las instituciones más antiguas de Chile. No obstante,


su actual ubicación, en sus comienzos, la Biblioteca funcionó en la antigua Real Universidad
de San Felipe. Diez años más tarde se trasladó al edificio de la Aduana, en la esquina de las
calles Bandera y Compañía. Dado el aumento de las adquisiciones, se reubicó a la esquina
donde se instaló posteriormente el Congreso Nacional. Hubo una nueva mudanza antes de
que se construyera el edificio actual, en 1925. La obra se emplazó en el terreno que hasta
entonces había ocupado el Convento de las Monjas Claras. iv

Hitos de la Biblioteca Nacional.

La página oficial de la Biblioteca Nacional sitúa casi la totalidad de los hitos referidos
a la historia de la institución en el Siglo XIX. En el XX solo se hacen referencia a la creación
del Archivo Nacional y a la DIBAM.v Lejos de sorprendernos, nos parece que esto es un
positivo signo de estabilidad institucional, es decir, la Biblioteca se muestra respetada aun
cuando en Chile hemos sido testigos de etapas históricas complejas, de inestabilidad, de
anarquías políticas y de cruentas dictaduras. La Biblioteca se ha mantenido incólume a esos
sucesos, y nos ha dado prenda de garantía de un fin permanente.

En lo que sigue de nuestra investigación, proponemos o diferenciaremos elementos


que nosotros consideramos externos e internos en relación a la creación de la Biblioteca.
Aunque pudiera parecer aventurado, situaremos la creación de esta institución en los
impresionantes e inmortales hechos que dieron forma al periodo que siguió a la etapa colonial.

Contexto Histórico Externo.

El comienzo del Siglo XIX estuvo marcado por la lucha por la libertad y la
independencia. Este proceso, que bien podríamos llamar latinoamericanista, fue producto de
un conjunto de hechos que se desarrollaron principalmente durante los años 1809, 1810, 1811,
1812 y 1813. La ebullición independentista en las colonias ante la crisis de peninsular,
constituye la viga maestra para el devenir histórico de nuestro continente. Que el Rey
Fernando VII haya sido hecho prisionero en Francia, desencadenó una serie de
acontecimientos de carácter irreversible que sirven como antesala a la materialización
institucional latinoamericana, aunque, en primer momento, la postura mayoritaria, era la de
reconocer los derechos de la corona española mientras el rey continuaba en el exilio
napoleónico. En este sentido, las discusiones al interior de las Juntas de Gobierno
consiguieron que: “Los movimientos revolucionarios fueron derivando hacia fórmulas
independientes y republicanas. El primer país que definió ambas cosas fue Venezuela en el
año 1811, esto motivo la reacción españolista que fue acabando con casi todos los brotes
rebeldes…” vi. Aquí subyace lo que nosotros –en el marco del presente trabajo- podríamos
denominar: contexto histórico externo, un proceso de carácter histórico en el cual, con
encomiable y vivaz premura, los noveles gobernantes latinoamericanos crearon los primeros
órganos republicanos, -la Biblioteca, uno de ellos- todo esto, con el presumible deseo, de
institucionalizar rápidamente a los Estados en formación.
Contexto Histórico Interno.

En lo que a Chile respecta, el contexto que imperó el tiempo en que se proclamó la


creación de la Biblioteca Nacional, puede ser considerado eufemísticamente como inestable.
Sucesivas revueltas militares, asunción de cargos y vacancias en los nombramientos políticos,
traiciones, proclamas momentáneas, liderazgos militarizados y caudillismo, son simples
ejemplos del complejo entramado político que precedió el Desastre de Rancagua en 1814.
No obstante, lo anterior, hubo avances que siguieron profundizando el sentimiento patriótico
entre los habitantes de la época. Como ejemplo de lo anterior podemos mencionar el
Reglamento Constitucional de 1812 que en su artículo V prescribió: “Ningún decreto,
providencia u orden, que emane de qualquiera Autoridad ó Tribunales de fuera del territorio
de Chile, tendrá efecto alguno; y los que intentaren darles valor, serán castigados como reos
de Estado”. vii Parece entonces, que aquí hay una tibia pero decidora declaración de
independencia. De lo anterior, podría decirse que, a pesar del clima imperante, de las
vicisitudes, discordancias y divergencias que asolaban las cabezas de cada uno de los actores
de esta época, aprovechando el contexto español, se hicieron avances como nunca antes, en
torno al dilema de la necesidad de tener a un Chile libre e independiente o a un Chile
reformista, pero obediente a España.

Por la contextualización señalada en el párrafo anterior, dable es pensar que la


difusión de las ideas que gobernaron la Ilustración, era de las cuestiones que más importaban
para convencer a la joven e ignorante población chilena que la independencia era el mejor
camino para aminorar en la medida de lo permitido, las paupérrimas y miserables condiciones
a que se enfrentaba la inmensa mayoría de las personas que constituían el pueblo de Chile.
Es así como en 1813, “los miembros de la Junta de Gobierno, que por entonces regía los
destinos de Chile, publicaron en El Monitor Araucano, la Proclama de Fundación de la
Biblioteca Nacional. Firmaron el documento Francisco Antonio Pérez, Agustín Manuel
Eyzaguirre y Juan Egaña”viii. Era la fundación de la Biblioteca Nacional. Sin embargo, como
apunta Francisco A. Encina, “… no alcanzó a prestar servicios efectivos al público. Mariano
Osorio (1814) clausuró el establecimiento y los libros quedaron encajonados salvo los que
utilizaban en su enseñanza los doctores de la Real Universidad de San Felipe” ix . La
Biblioteca Nacional, abrió sus puertas, finalmente en 1820.

Contexto económico.

Como se apresura en señalar parte de la historiografía tradicional, el panorama


económico de Chile a finales del año 1813 puede resumirse en dos palabras: ruina económica.
Así, Encina afirma que, dentro de la complicada situación de la política interna, había que
sumársele el desastre en las arcas fiscales. Es de esta forma, como el historiador nos señala
los diferentes gastos que se generaron en esos años al decirnos que: “Causa operante de
primera fuerza en el desarrollo de los acontecimientos fue la pavorosa situación económica.
Hasta agosto de 1813, el ejército patriota había consumido $1.155.700, mientras Pareja y
Sánchez habían sacado de las cajas reales solo $218.000”. x Esta situación hizo que la
confianza en Carrera fuera disminuyendo. La agitación derivada del caos económico y militar
había decidido a la junta a trasladarse a Talca.

Situación Cultural.

La ilustración fue progenitora de los pensamientos independentistas de las colonias


en Latinoamérica. Quienes tuvieron la suerte de viajar a Europa a conocer sus postulados
volvieron con nuevas ideas que quisieron aplicar en las sociedades en donde se desenvolvían.
El número de ellos era muy limitado. Los libros que tenían los chilenos, generalmente
databan de varios decenios. Por otro lado, el campesinado y las clases populares de Chile,
vivieron en el mayor de los desamparos intelectuales. El analfabetismo era la regla general.
El proceso independentista solo se podía llevar a cabo con los escasos intelectuales de la
época. Con respecto a las fuentes de información con las que se creaba el acervo cultural
nacional, entendemos que, en Chile, lo que se conocía en materia de periódicos impresos era
lo que tenía procedencia de los virreinatos del Rio la Plata y de Perú. También de España. Es
lógico concluir que cada uno de estos periódicos llegaba a nuestros territorios con
escandaloso retraso. De esta manera, cuando se publicó “La Aurora de Chile, Periódico
Ministerial y Político” hubo gran impacto en la comunidad, Encina citando a Martínez
(Memoria Histórica, p.140) nos dice:
“No se puede encarecer con palabra el gozo que causó este establecimiento. Corrían los
hombres por la calle con una “Aurora” en la mano, y deteniendo a cuantos encontraban,
leían y volvían a leer su contenido, dándose los parabienes de tanta felicidad, y
prometiéndose, por este medio, pronto se desterraría la ignorancia y ceguedad en que hasta
ahora habían vivido, sucediéndose a éstas, la ilustración y la cultura que transformarían
Chile en un reino de sabios”.
El diario la “Aurora” tenía publicación semanal. Esta divulgación se llevó a cabo
regularmente hasta el 17 de abril de 1813, fecha en que fue substituido por el “Monitor
Araucano”. Publicación a la que ya hicimos referencia por la importancia que tiene en el
objeto de nuestro trabajo.

Dicho esto, y siguiendo con el contexto cultural, consideramos importante mencionar


a algunos significativos patriotas que con su pluma y sagacidad vertieron tinta con un
contenido revolucionario, entre estos aportantes podemos mencionar a Don Bernardo Vera,
don Manuel de Salas y, especialmente a don José de Irrasarri. Gracias a la “Aurora” y
posteriormente al “Monitor” el país se fue acostumbrando con el pensamiento de la
independencia. Pensamiento que no está de más decirlo, estaba ausente en casi la mayoría de
la población.

Contexto Jurídico de la época.

En lo relativo al ordenamiento jurídico que regía en Chile a la época de la proclama


de la Biblioteca Nacional, nos es preciso advertir –aunque ya haya quedado de manifiesto en
lo relatado hasta ahora- que el periodo histórico en que se funda esta institución, es el de la
Patria Vieja (1810-1814). Sobre esto, Jaime Eyzaguirre piensa que entre los años (1810 –
1857) se puede hablar de una etapa a la que la llama: La época de formación del Derecho
Nacional. Así, en resumen, las ideas que podemos obtener del conocido historiador nacional
sobre estas materias son las siguientes: a) Se mantiene un derecho especial para las indias –
patronato, Ordenanza de Intendentes, Ordenanzas de minería-; b) Este derecho de las indias
se altera irreversiblemente con la introducción del constitucionalismo, de esta manera, por
ejemplo, los indígenas son declarados planamente capaces; c) Reemplazo del Consejo de
Indias por el Tribunal Supremo Judiciario; d) Substitución del Tribunal de la Audiencia por
el Tribunal de Apelaciones; e) la regla general era que el derecho español continuaba
rigiendo; f) Se dictan nuevas legislaciones que lo adicionanxi y para finalizar; g) que todo
esto, termina con el proceso de codificación del derecho nacional, que encuentra en el Código
Civil de 1857, el cenit normativo de nuestra Historia del Derecho y de nuestro Derecho Civil.

No obstante, todo lo anterior, creemos que lo más importante consiste en señalar los
tres cuerpos histórico-constitucionales que en los hechos sentaron las bases para la
emancipación de nuestra patria. Para nosotros, estos son los siguientes: a) Reglamento para
el arreglo de la Autoridad Ejecutiva Provisoria de Chile 1811. Promulgado por la Junta de
Gobierno, su vigencia se extendió hasta el golpe militar de José Miguel Carrera. Este puso
término a dicha junta y al Reglamento. Este cuerpo legal, es considerado como el primero
que tuvo elementos de naturaleza constitucional en Chile; b) Reglamento Constitucional
Provisorio del Pueblo de Chile subscripto por el de la capital, presentado para su
subscripción a las Provincias, sancionado y jurado por las autoridades constituidas 1812.
Promulgado bajo el Gobierno de Carrera, incluye conceptos políticos modernos: soberanía
nacional, régimen representativo, división de poderes públicos y garantías individuales.
Derogado el 6 de octubre de 1813; c) Finalmente, el Reglamento para el Gobierno Provisorio
1814. Redactado durante el Gobierno de Francisco de Lastra, una de sus principales
disposiciones es la creación formal del cargo de Director Supremo, como primera
magistratura, con amplias atribuciones de tipo civil y militar.xii

En consecuencia, en el contexto jurídico de la época, la creación de la Biblioteca


Nacional, tiene a nuestro juicio vinculación con los ensayos constitucionales aquí descritos,
es a través de ellos que, el ideario de la Ilustración y el factum de la Revolución Francesa
inciden decisivamente en los preludios de la nación. A mayor abundamiento, aunque en
primer momento la Biblioteca haya tenido sede en la Universidad San de Felipe -cuna de la
actual Universidad de Chile- y la calidad y el número de sus ejemplares haya sido reducido,
cierto es que su sola declaración es un simbolismo del Post Tenebras Lux. Dicho esto, lo que
creemos respecto a su aporte nacional es que: analógicamente, lo que un cuerpo
constitucional es a la libertad de la patria, una biblioteca lo es a la libertad del espíritu
intelectual que tuvo que necesariamente gobernar de un modo u otro, el pensamiento y
posterior acción de las personas quienes tuvieron la responsabilidad de guiar en ese tiempo,
el curso de la historia de Chile. El corolario, de que una Biblioteca haya sido una de las
primeras instituciones de la República nos recuerda sin lugar a dudas que hace más de 200
años tuvimos entre nosotros, a valientes que observaron en los libros y documentos, sano
camino para el ennoblecimiento de nuestra joven nación.

Conclusión.

De la presente investigación, podemos concluir que la Biblioteca Nacional goza de gran


equilibrio institucional. Se mantiene actualizada, presta servicios de utilidad, conservando,
preservando y vivificando la memoria de la nación, en los formatos actuales, y en los que, de
seguro, están por venir. Nada –para fortuna de todos- nos hace suponer que la Biblioteca no
podrá continuar su funcionamiento y desarrollo; la simbiosis entre ella y sus usuarios, será
más dinámica mientras ella crezca bibliográficamente, y nosotros, culturalmente.

i
Real Academia de la Lengua Española. Disponible en: http://dle.rae.es/?id=LnOUwtU, Consultado el [11-
06-2018]
ii
Biblioteca Nacional de Chile. (n.d.). Disponible en: http://www.bibliotecanacional.cl/615/w3-propertyvalue-
70042.html?_noredirect=1, Consultado el [11-06-2018]
iii
Atribuible al edificio o lugar físico en el que desarrolla su trabajo. Para nosotros las instituciones no se siguen
de ello, se siguen de su objeto republicano vivo. Así, una supuesta destrucción del Palacio de la Moneda o del
Parlamento, no significaría el fin de esas instituciones en cuanto las personas que la significan permanecieran a
salvo. Existe la institución del Presidente la República, aun cuando la estructura simbólica que representa su
poder, desapareciera o en ella, acaeciera nuevamente la ruina. Denominamos así este punto, para asentar que
nuestro grupo entendió que la institución es parcialmente
iv
200 años de la Biblioteca Nacional Una Historia de Todos, 2013, Disponible en:
http://www.propiedadintelectual.cl/623/articles-10449_archivo_01.pdf, Consultado el [11-06-2018]
v
Disponible en http://www.bibliotecanacional.cl/615/w3-propertyvalue-38387.html?_noredirect=1,
Consultado el [11-06-2018]
vi
Crónicas de América. 1990. Editorial Plaza & Janés Editores, S.A.
vii
Reglamento Constitucional provisorio del Pueblo de Chile, 1812, Art. V. Disponible en:
https://www.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/17607/3/reglamento_constitucional_1812.pdf,
Consultado el [11-06-2018]
viii
La Biblioteca Nacional de Chile (1813-), Disponible en: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-
674.html, Consultado el [11-06-2018]
ix
Encina, Francisc A. Historia de Chile, 1984, Tomo 19, p. 221, Ed. Ercilla.
x
Encina, Francisco A, Resumen de la Historia de Chile, 1969, Tomo I, Ed. Zig – Zag
xi
Eyzaguirre, Jaime, Manual de Historia del Derecho
xii
Disponible en: https://www.bcn.cl/historiapolitica/constituciones/index.html

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