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Transmisión

Se transmite entre personas a través de estornudos, tos o el contacto con superficies


contaminadas (pañuelos, vasos, o manos). La posibilidad de que una persona no vacunada
adquiera la enfermedad si convive con alguien que la tiene es del 90 por ciento. Cuando el virus
se introduce en el organismo, pasa a la sangre atacando a los glóbulos blancos, que a su vez
transmiten la infección a las vías respiratorias, la piel y otros órganos. Una vez que se padece la
enfermedad, el paciente adquiere inmunidad permanente, por lo que no vuelve a ser atacado por
el virus.

El periodo de incubación de la enfermedad (tiempo que transcurre desde que se entra en contacto
con una persona enferma hasta que comienzan a desarrollarse los síntomas) suele oscilar entre
dos y tres semanas. A su vez, una persona infectada por el virus de la rubéola puede transmitir la
enfermedad a otras personas dos días antes de que los síntomas se muestren, no
desapareciendo el riesgo de contagio hasta una semana después de la aparición de los signos de
la enfermedad.

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· Diagnóstico

El diagnóstico de la rubéola es difícil ya que las erupciones en la piel suelen ser poco intensas y
de escasa duración. No obstante, se puede conocer mediante un análisis de sangre si la persona
ya ha padecido la enfermedad y por tanto es inmune.

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· Síntomas

La rubéola se caracteriza por la aparición de pequeñas erupciones en la piel de


un color rosáceo que se inician en la cabeza y progresan hacia los pies, haciéndose más intensa
en el tronco, que no provocan picores ni molestias y suelen desaparecer en pocos días.

Las erupciones suelen mostrarse uno o dos días después del contagio. Junto a las manchas
rojizas, los síntomas de la rubéola son bastante similares a los de un síndrome gripal, con
malestar general, fiebre poco intensa, enrojecimiento de los ojos, dolor de garganta (faringitis) e
inflamación dolorosa de ganglios alrededor de la nuca y en la región posterior de las orejas.

Mientras que en los niños la rubéola suele revestir escasa gravedad, acompañándose algunas
veces de otitis (infecciones de oídos), es más frecuente la complicación de la enfermedad entre
los adultos que la padecen, que pueden sufrir otras patologías más graves provocadas por
bacterias, como neumonía o encefalitis (en uno de cada 1000 casos). Esta última consiste en una
infección que afecta al cerebro y conlleva un riesgo inmediato de coma, retraso mental a largo
plazo, epilepsia e incluso muerte del paciente.

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· Prevención

La vacuna triple vírica, que protege frente a la rubéola, el sarampión y las paperas, se muestra
eficaz en casi la totalidad de las personas a las que se le administra. Es una vacuna combinada
que se recomienda en la niñez. Es aconsejable administrar la primera dosis cuando el niño cumple
15 meses, aunque en algunos casos no proporciona la inmunidad adecuada, por lo que se suele
facilitar una segunda dosis antes de la escolarización (entre los cuatro y los seis años) o antes de
la adolescencia (entre los once y los trece años). En cualquier caso, también se recomienda la
vacunación en personas adultas que no recibieron la inmunización durante la infancia.

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· Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la rubéola. La actuación de los especialistas durante la


enfermedad suele centrarse en el control de los síntomas y va dirigida a mitigar la fiebre y el
malestar general, como si se tratara de un proceso gripal. Se recomienda reposo y el aislamiento
del paciente para evitar nuevos contagios. Hay que acudir al pediatra si el niño con rubéola respira
con dificultad o la tos dura más de cuatro o cinco días. Se administran antibióticos en caso de
infecciones bacterianas (otitis o neumonía).

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· Rubéola y embarazo

Los problemas más graves asociados a la rubéola suelen presentarse en mujeres embarazadas
que contraen la enfermedad durante la gestación o en los meses anteriores al embarazo. En estos
casos existe un alto riesgo de que el feto se contagie y desarrolle el Síndrome Congénito de la
Rubéola, que puede provocar la aparición de defectos congénitos en el niño, tales como pérdida
de visión y ceguera, pérdida de audición, patologías cardíacas, retraso y parálisis cerebral o
dificultades a la hora de empezar a caminar.

Los bebés con este síndrome pueden presentan bajo peso al nacer, diarrea, neumonía y
meningitis. Las primeras 8 semanas de gestación son las más susceptibles para el feto, con
mayor probabilidad de defectos congénitos, ya que es una época muy importante del crecimiento
fetal, con numerosos órganos y sistemas en pleno desarrollo, que pueden verse dañados por el
virus.

Los especialistas recomiendan que las mujeres en edad fértil estén inmunizadas contra la
enfermedad para evitar el Síndrome Congénito de la Rubéola, o someterse a un análisis antes del
embarazo con el fin de detectar la presencia de anticuerpos (defensas) contra la rubéola. La
vacuna no se debe administrar durante el embarazo ni en los tres meses anteriores a la
concepción y las mujeres embarazadas deben mantenerse alejadas
de personas con rubéola.

¿Qué es la rubéola?
La rubéola es una enfermedad producida por un
virus. Cada 3 ó 4 años se produce una epidemia,
aunque la enfermedad es menos contagiosa que el
sarampión o la varicela . Si una embarazada se
infecta con rubéola,
existe el riesgo de
Al revés de lo que ocurre con el sarampión, que lesiones fetales. En
normalmente aparece en la primera infancia, algunos casos los
riesgos son tan altos
que se recomienda el
aborto.
© NetDoctor/Justesen
muchos niños no se contagian hasta que son bastante mayores: el 10-
20% de los jóvenes de 20 a 25 años no ha tenido la enfermedad. De
hecho, mucha gente pasa una forma tan leve de rubéola, que no llega a
diagnosticarse. Actualmente muy pocos niños adquieren la rubéola, ya
que la mayoría están vacunados (vacuna trivalente).

¿Cómo se coge la rubéola?


La rubéola se disemina "por gotitas". Es decir, a partir del aliento de una
persona infectada se expelen gotas microscópicas que se desplazan por
el aire y alcanzan a una persona sana. Las gotas que contienen el virus
se depositan en la boca, la garganta y la nariz, desde donde se
diseminan al resto del organismo.

¿Cuáles son las manifestaciones de la rubéola?


Aparece una erupción de diminutas manchas rosadas. Suele comenzar
detrás de las orejas, desde donde se extiende por todo el cuerpo. La
erupción cambia casi de hora en hora y desaparece en dos o tres días,
sin tratamiento.

Antes de que aparezca la erupción, el paciente puede notar un resfriado


leve y/o inflamación de los ganglios del cuello o de la base de cráneo.

El periodo entre el contagio y la aparición de rubéola (periodo de


incubación) suele ser largo (entre dos y tres semanas).

¿Cómo se trata la rubéola?


La rubéola no requiere ningún tratamiento especial (exceptuando,
quizás, algún día de reposo en cama). Sin embargo, debe tenerse en
cuenta que la enfermedad es infecciosa, y que puede contagiar con
facilidad a las personas que convivan con los enfermos. El periodo de
contagio suele durar desde una semana antes del comienzo de la
erupción, hasta una semana después de que desaparezca, siendo
máximo el riesgo cuando la erupción es más intensa. Sólo se padece una
vez rubéola, ya que confiere inmunidad de por vida. Debido a los riesgos
que conlleva contraer la enfermedad durante el embarazo (ver más
adelante), es una ventaja para las niñas adquirir la inmunidad antes de
la pubertad.

¿Qué riesgo se asocia a la rubéola?


Si una embarazada contrae la rubéola, existe el riesgo de lesiones
fetales. En algunos casos los riesgos son tan altos que se recomienda el
aborto. Afortunadamente, esto ya es excepcional, puesto que la mayoría
de las mujeres están vacunadas contra la rubéola.

¿Quién debe vacunarse?


Todas las niñas deben recibir vacunación contra la rubéola para prevenir
problemas en un eventual embarazo. Actualmente se administra la
vacuna trivalente (sarampión, rubéola y parotiditis) que protege contra la
rubéola, a todos los niños de 12 a 15 meses, y una segunda dosis a los 3
años.

Es imposible estar seguro de si se ha pasado o no la rubéola, ya que


mucha gente ni siquiera se da cuenta de la enfermedad. Se recomienda
a las chicas que se vacunan que eviten quedarse embarazadas en los
tres meses siguientes a la inyección.

Si tiene dudas sobre si ha pasado o no la enfermedad, un análisis de los


anticuerpos sanguíneos le proporcionará la respuesta. Si fuera necesario,
su médico le administrará la vacuna.

¿Existe alguna complicación asociada?


La rubéola no suele producir complicaciones ni problemas, excepto en el
caso citado de las mujeres embarazadas en las que puede afectar
gravemente al feto.

"Rubéola"
Oftalmología

Indice
1. Generalidades de la rubéola
2. Efectos oftalmológicos de la rubéola
3. Bibliografía

1. Generalidades de la rubéola

Definición
La Rubéola es una enfermedad infecciosa transmisible, de evolución generalmente
benigna cuyos efectos más dañinos se pueden producir en el feto si la infección ocurre
durante el primer trimestre del embarazo. El reservorio de esta enfermedad es el ser
humano. La infección se transmite por contacto directo con los enfermos, a través de
gotitas o secreciones de las vías nasales y de la faringe.
El período de incubación de la enfermedad es de 14 a 23 días y se puede transmitir una
semana antes del período de erupción y, por lo menos, cuatro días después que éste
empiece. Dado que no siempre se presentan síntomas, es posible que una persona
aparentemente sana transmita el virus.
Los lactantes con Rubéola Congénita expulsan grandes cantidades de virus en las
secreciones faríngeas y en la orina y son una importante fuente de infección para sus
contactos.
La infección subclínica o inaparente es una forma de presentación de la infección (25-
50%)

Síntomas
En los adultos, la enfermedad generalmente comienza con fiebre leve, dolor de cabeza,
malestar general y, a veces, conjuntivitis. Los niños, en cambio, habitualmente presentan
pocos síntomas generales o bien no los muestran.
Aproximadamente al 5º día de iniciados esos síntomas, aparecen pequeñas y finas
manchas rosadas difusas que pueden confundirse con sarampión o escarlatina. Se inician
en la cara y, después de un día, se generalizan a todo el cuerpo, manteniéndose durante
alrededor de tres días.
El signo más característico de la enfermedad se presenta antes de la erupción, como
ganglios hinchados detrás de la orejas y en la zona del cuello. En mujeres adultas se
produce a menudo dolor o inflamación de articulaciones.
Cerca de la mitad de las personas infectadas no presentan síntomas clínicos ni erupción
manifiesta.

Prevencion
La vacuna contra la Rubéola se encuentra entre el esquema de vacunación. Esta vacuna,
llamada Tresvírica (contra Rubéola, Sarampión y Parotiditis), se aplica al año de edad y
se refuerza durante el 1er. año de Educación Básica con una vacuna Bivírica (contra
Sarampión y Rubéola).
En poblaciones adultas se observa, en cambio, el fenómeno de inmunidad activa,
adquirida por haber contraído la enfermedad durante la niñez. Esta inmunidad
frecuentemente dura toda la vida.
El control de la Rubéola es importante ya que, si afecta a la mujer embarazada durante el
primer trimestre de gestación, existe entre un 80% y un 90% de probabilidad de que el
feto nazca con una malformación congénita, que puede hacerse evidente al momento de
nacer o luego de 2 o más años. También puede producirse aborto espontáneo o muerte
intrauterina.
El riesgo desciende a un 10% aproximadamente, si la embarazada se infecta en la
semana 16; y es raro que se produzcan malformaciones si la infección se produce
después de la semana 20.
Este cuadro, conocido como Síndrome de Rubéola Congénita (SRC), puede ocasionar
una o más anomalías en el niño, como sordera, ceguera, malformaciones cardíacas y
retraso mental, entre otras.
La pérdida auditiva neurosensorial, es uno de los resultados más comunes de la rubéola
congénita y puede aparecer como un solo defecto. El órgano de Corti, es parte del oído
interno el cual comunica el oído con el cerebro, y es frecuente que este órgano se dañe
por efecto de la rubéola. La pérdida auditiva puede ser moderada o severa, y se presenta
en uno o ambos oídos y puede también deteriorarse con el tiempo. Otras de las
afecciones que trae como consecuencia la Rubéola son las cardíacas, se observan
algunas veces bebes con malformaciones congénitas como la comunicación entre la
arteria pulmonar y la aorta (ductus arteriovenoso) y/o el defecto ventrículo septal (donde
hay una división o apertura sobre a pared que hay entre el ventrículo derecho e izquierdo)
y otros defectos del corazón.
Otro de los daños producidos por el virus, es la infección que causa a la placenta, la cual
no puede funcionar con su capacidad total; esto afecta la nutrición del feto, y por eso se
dice que el virus es responsable de los daños en el crecimiento, talla y peso del bebé.
El virus de la rubéola puede producir también Problemas Neurológicos los cuales pueden
ser de moderados a severos, sin embargo no siempre se presentan. Problemas en el
aprendizaje o Retardo mental son algunos problemas que pueden o no presentarse más
adelante por causa de la infección.

Es importante anotar que el virus puede afectar a las personas por diferentes vías,
estudios relacionados con el tema arrojan resultados que dicen que la gente infectada con
rubéola congénita puede desarrollar algunos problemas mas tarde a lo largo de su vida
como convulsiones, diabetes, hipotensión, problemas genitales y esqueléticos, así la
persona no tenga problemas al nacer, los puede tener años más tarde entre los 4 y 8 años
o entre los 3 y los 15 años además el ya estudiado deterioro en la visión, la audición y
disfunciones endocrinológicas
De acuerdo con la Organización Mundial de la salud, se ha estimado que hay 300.000
bebes afectados por Rubéola Materna cada año. Así como que la Rubéola congénita es
prevenible con la vacuna de la rubéola, pero es necesario vacunar no solo a las madres o
las mujeres en edad fértil, sino a los niños (de ambos sexos) o personas que puedan
transmitir el virus a sus madres. El 95 % de los niños vacunados desarrollan anticuerpos
que reducen la aparición del virus o su contagio.
Algunas características clínicas son útiles para identificar si se trata de consecuencias de
una rubéola en el bebé por ejemplo, el bajo peso al nacer, problemas de crecimiento,
catarata congénita, Glaucoma, microftalmia, atrofia óptica, microcefalia, retardo en el
desarrollo psicomotor, parálisis cerebral, sordera neurosensorial, anomalías cardiacas,
entre otras.
También son importantes los problemas de aprendizaje y de conducta, relacionando estos
con anomalías neuromotoras, deficiencia mental y desordenes del lenguaje causadas por
el bajo peso al nacer.
Entre más defectos físicos tenga el niño con rubéola, se acentúa el riesgo de grado de
severidad de los problemas de conducta.
La relación entre autismo y rubéola es muy alta, y está considerada como soporte en la
teoría biogenética de causa del autismo, los sordociegos de bajo funcionamiento
muestran un alto porcentaje de síntomas de conductas anormales, relacionadas con
autoestimulación

Diagnostico
Es muy fácil confundir la rubéola con el sarampión o la escarlatina. Por esta razón, para
obtener un diagnóstico claro se deben tomar muestras de secreciones de la faringe o de
sangre, para confirmación de la enfermedad a través de estudios de laboratorio. Es
importante tomar las muestras lo antes posible, especialmente en los casos de mujeres
embarazadas.

2. Efectos oftalmológicos de la rubéola

La infección por el virus de la Rubéola puede dañar el ojo como resultado una catarata
(opacidad en el lente intraocular), éste es uno de los signos típicos de rubéola congénita,
uno o ambos ojos pueden estar afectados.
Algunas veces pueden aparecer microftalmos (ojos pequeños anormales uno o ambos) o
se puede presentar la Retinopatía pigmentaria, la cual es muy común en niños con
rubéola congénita.
Los defectos oculares se presenta en 30 al 60% de los pacientes afectados por la rubéola.

Microftalmo: se asocia a menudo con la cataratas.

Cataratas
Las cataratas son el resultado de la infección fetal con virus de la rubéola antes de la 9ª
semana de gestación. Aparece casi en el 50% de los casos. Pueden ser uni o bilaterales.
Pueden observarse desde el nacimiento, a veces, varias semanas o incluso meses
después del mismo. Tienen una morfología característica: opacidad central blanca, densa,
ligeramente excéntrica y una opacidad menor de la corteza circundante. Debido a la
afectación de las fibras dilatadoras, la dilatación pupilar con frecuencia es incompleta.
Cuando se forma una catarata, toma un aspecto opaco como un vidrio empañado.
El cristalino, situado cerca del frente del ojo, enfoca la luz sobre la retina, al fondo del ojo.
La luz lo atraviesa produciendo una
imagen bien definida en la retina. Cuando se forma una catarata, el lente puede presentar
una opacidad y falta de claridad que la luz no puede transmitirse fácilmente a la retina. Sin
embargo, a menudo la catarata cubre solamente una pequeña parte del cristalino, y si la
visión no está muy afectada, no hay necesidad de extraerla. Pero, si una porción extensa
del cristalino se vuelve opaca, la visión puede perderse parcial o completamente hasta
que se extraiga la catarata.
Las cataratas congénitas son aquellas opacidades cristalinas que se presentan al
nacimiento o en los tres primeros meses de vida extrauterina; pueden ser estacionarias o
progresivas, uni o bilaterales
Las cataratas producto del virus de la rubéola es una de las cataratas congénitas; un 15%
de las mujeres en edad fértil son susceptibles de padecer la infección por el virus.

Tratamiento de la catarata congénita por rubéola:


El tratamiento de la catarata congénita, continúa siendo en la actualidad, dificultoso,
controvertido y en ocasiones no plenamente satisfactorio.
Oftalmológicamente el único tratamiento efectivo es el quirúrgico, en el intento de obtener
la mejor situación óptica del globo cataratoso y conseguir la transparencia del eje visual.
La indicación quirúrgica puede resumirse así: a toda CATARATA CONGÉNITA TOTAL ya
sea mono o bilateral debe sugerirse una cirugía precoz, siempre que no se acompañen de
lesiones oculares o extraoculares no visibles, en el caso de CATARATAS PARCIALES y/o
muy ambliogénicas, si estas fueran monoculares, tratamiento previo refractivo y oclusivo,
si la agudeza visual mejora esperar y continuar; si empeora: operar y tratamiento
rehabilitador.
Una vez decidida la indicación quirúrgica debe hacerse lo mas precoz posible, siendo que
los resultados visuales obtenidos tienen una relación directa no solo con el tipo de
catarata, sino también con la precocidad de la cirugía e instauración del tratamiento de la
ambliopía lo mas pronto posible.
Previamente a la realización de la cirugía, mediante una ecografía ocular se calcula el
poder del lente intraocular (LIO) que ocupará el lugar del cristalino opaco y devolverá al
ojo la transparencia y el poder dióptrico. La LIO es de un material denominado PMM
(polimetilmetacrilato), que suele ser muy bien tolerado por el cuerpo humano casi sin que
se produzca rechazo inmune. Hay además lentes intraoculares de otros materiales, como
silicona o acrílico, y especiales: bifocales y para pacientes con degeneración macular (ver
fig 2)

Las dos técnicas más empleadas de cirugía son:


- Lensectomía (extracción completa del cristalino).
- Extracción del cristalino e implante de lente intraocular. Normalmente no se utiliza en
menores de 1 año a no ser que exista muy poca colaboración familiar en donde la
adaptación de lente de contacto y el tratamiento de la ambliopía van a ser imposibles. Los
mejores candidatos para esta técnica son las formas bilaterales que presentan sólo
catarata y ojo bien formado. Algunos estudios indican que el implante de una lente
intraocular del tamaño adecuado al ojo del niño pequeño puede tener un efecto
beneficioso sobre el crecimiento del ojo, viéndose un crecimiento muy similar al del ojo
normal.

Rehabilitación
La rehabilitación postoperatoria tiene tres aspectos:
1. Corrección de la ametropía residual. Siempre que sea posible se realizará con lentes
de contacto.
2. Tratamiento de la ambliopía y conservación de la agudeza visual.
3. Corrección de las anomalías asociadas: glaucoma, estrabismo, alteraciones
corneales, etc.

En el 30% de los pacientes operados mediante extracción extracapsular, la cápsula


posterior del cristalino se opacifica entre los 6 meses y los 5 años posteriores a la cirugía
(catarata regenerativa o secundaria). Esta opacificación se trata haciendo una ventana en
la cápsula posterior con láser YAG (ver figura 1)
El pronóstico dependerá de la REHABILITACIÓN VISUAL POSTOPERATORIA, el
resultado no depende solo del éxito quirúrgico, sino del momento de la intervención y
fundamentalmente de la rehabilitación visual post-operatoria: del tratamiento de la
ambliopía. Hay dos características importantes que debemos tener en cuenta para
recuperar y mantener la agudeza visual que son la precocidad en el tratamiento y la
perseverancia en el mismo, manteniendo la transparencia del eje visual y tratamiento de
posibles complicaciones

La Retinitis Pigmentosa
La retinitis pigmentosa es el nombre dado a un grupo de desórdenes del ojo que
envuelven la retina del ojo, la capa nerviosa sensible a la luz que reviste la parte de atrás
del ojo, y que causan una reducción o pérdida en la habilidad visual gradual pero
progresiva
La afectación del epitelio pigmentario de la retina por parte del virus de la rubéola ofrece
un aspecto "en sal y pimienta" en forma de una pigmentación no confluyente, moteada y
negra, junto a manchas despigmentadas. Se afecta sobretodo la mácula pero en
ocasiones se extiende la periferia retiniana.
La retinitis pigmentosa es causada por una variedad de defectos diferentes de la retina,
que afectan la habilidad de la retina para sentir la luz. Los defectos de la retina pueden
encontrarse en las células bastones de la retina, las células cono de la retina, o en la
conexión entre las células que componen la retina.
Pérdida de la agudeza central, esta es una de las etapas más avanzadas de la retinitis
pigmentosa. Los ojos pierden la capacidad de ver los detalles de las cosas que se
encuentran frente al individuo.
Los síntomas de la retinitis pigmentosa pueden parecerse a los de otras enfermedades.

Glaucoma
Se presenta el 10% de los casos de rubéola congénita. Se presenta en el período
neonatal, pude asociarse o no a catarata.
Es posible que no se establezca el diagnostico debido a que el ojo puede no estar muy
aumentado de tamaño a causa de un microftalmos preexistente y a que la turbidez
corneal se puede confundir con la queratitis de la rubéola.
Diagnóstico de problemas oftalmológico en rubéola congénita:
En la evaluación del niño hay que tener en consideración:
Examen oftalmológico
-Inspección
-Exploración de la agudeza visual: permitirá determinar el momento de la operación.
-Dilatación del ojo y exploración con el oftalmoscopio.
-otros: estudio de la motilidad ocular, estudio del nistagmus, estudiar la existencia de otras
enfermedades asociadas.
-Valoración completa del niño que debe realizar su pediatra, prestando especial atención
a la presencia de enfermedades asociadas y eventual retraso mental, frecuente en
muchos de estos niños.
Recién nacido con rubéola congénita (catarata)
La rubéola también se conoce como sarampión de tres días. Hoy en día es poco común debido a la
efectividad de la vacuna, la cual se administra en combinación con la del sarampión y las paperas. (Cortesía
de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades -CDC- de los Estados Unidos)

Rubéola

La rubéola es una enfermedad viral contagiosa que presenta síntomas leves tales como erupción, fiebre,
dolor de cabeza y nariz moqueante. Esta condición puede ser transmitida al feto por una madre con la
infección activa.

Anticuerpos
Los antígenos son moléculas grandes, generalmente proteínas, localizadas en la superficie de las células,
virus, hongos, bacterias y algunas sustancias muertas como toxinas, sustancias químicas, medicamentos y
partículas extrañas. El sistema inmunológico detecta los antígenos y produce anticuerpos que destruyen las
sustancias que los contienen.

Rubéola (sarampión alemán)


La enfermedad
Cuando los niños contraen la rubéola, ésta es generalmente leve. Se observa una
fiebre ligera que dura alrededor de 24 horas así como una erupción en la cara y el cuello
que desaparece luego de dos o tres días.
La rubéola también se conoce como sarampión alemán o sarampión de tres días. Es
transmitida por el virus de la rubéola, y generalmente se observa en el invierno y la
primavera. La enfermedad se propaga a través de contacto cercano al toser o estornudar,
o incluso al hablar. La mayoría de los niños se recuperan completamente con rapidez.
La rubéola también ataca a los adultos, y se pueden presentar brotes en la población
adolescente y adulta que no ha sido vacunada. Los adultos que contraen rubéola pueden
presentar inflamación de los ganglios en la nuca y dolor, inflamación o rigidez de las
articulaciones (artritis).
Sin embargo, la rubéola es mucho más peligrosa para los niños que áun no han nacido
que para los adultos o niños pequeños. Si una mujer contrae la rubéola en los primeros
meses del embarazo, existe un 80% de posibilidades de que el niño nazca con defectos
congénitos. Esta condición se denomina Síndrome de rubéola congénita (SRC). Los niños
con SRC pueden nacer ciegos o sordos. Podrían tener lesiones en el corazón o cerebros de
tamaño inferior al normal. Muchos padecen de retardo mental. Los abortos espontáneos
también son comunes en las mujeres que contraen rubéola durante el embarazo.
Generalmente transcurren entre 12 y 23 días desde el momento de la exposición
hasta la aparición de los síntomas. La rubéola es más contagiosa mientras la erupción es
visible, pero puede propagarse desde una semana antes de la aparición de la erupción
hasta
una semana después.
Acerca de la rubéola: La última epidemia seria de rubéola en
los Estados Unidos ocurrió en 1964-1965. Se estima que
alrededor de doce millones y medio de personas contrajeron
la enfermedad, incluyendo 20,000 niños que nacieron con
síndrome de rubéola congénita. La epidemia representó un
costo para el país de $1,500 millones.

Rubéola

¿QUÉ ES EL RUBÉOLA?

La rubéola es una infección viral contagiosa que generalmente produce


síntomas leves, como dolor en las articulaciones y erupción.

¿CÓMO SE CONTAGIA?

La rubéola se contagia principalmente al respirar microgotas del ambiente


que contienen el virus y que han sido expulsadas por una persona
infectada a través de la tos. El contacto estrecho con una persona
infectada también puede contagiar la infección.

Una persona puede contagiar desde la primera semana antes de la aparición de


la erupción hasta una semana después de su desaparición. Un bebé infectado
antes del nacimiento puede contagiar durante muchos meses después de nacer.

La rubéola es mucho menos contagiosa que el sarampión y muchos niños nunca


llegan a contagiarse. Las epidemias ocurren en intervalos irregulares durante la
primavera. Las mayores epidemias ocurren cada 6 a 9 años. El padecer la
enfermedad inmuniza a la persona de por vida.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

Los síntomas comienzan entre los 14 y los 21 días después de la infección.


En los niños, la enfermedad empieza con un período de uno a cinco días
de ligero malestar, con inflamación de ganglios del cuello y de la nuca y, en
algunas ocasiones, dolor en las articulaciones.

La garganta no se inflama pero se pone roja al inicio de la enfermedad. En los


adolescentes y adultos, estos síntomas precoces pueden ser muy leves o
incluso no producirse en absoluto. También aparece una erupción leve que dura
aproximadamente tres días: empieza en la cara y el cuello y rápidamente se
extiende hacia el tronco, los brazos y las piernas. A medida que aparece, la piel
enrojece, particularmente en la cara. Aparecen manchas rosadas en el paladar,
que después se funden hasta conformar una placa rojiza que se extiende hacia
la parte posterior de la boca.El diagnóstico se basa en estos síntomas típicos.
Sin embargo, muchos casos de rubéola se diagnostican erróneamente o son
leves y pasan inadvertidos.

¿PUEDE TENER COMPLICACIONES?

La mayoría de los niños afectados de rubéola se recuperan


completamente.
Los hombres adolescentes o adultos sufren un dolor transitorio en los
testículos.Hasta un tercio de las mujeres padecen artritis o dolor articular cuando
presentan rubéola. En casos raros, se produce una infección en el oído medio
(otitis media). La infección cerebral (encefalitis) es una complicación rara y a
veces mortal.

EL PELIGRO DE LA RUBÉOLA DURANTE EL EMBARAZO

Una mujer infectada durante las primeras 16 semanas de embarazo puede


abortar, dar a luz a un bebé muerto o tener un bebé con defectos congénitos.

Aproximadamente del 10 al 15 por ciento de las mujeres adultas jóvenes no han


padecido rubéola, por lo que pueden correr el riesgo de tener hijos con graves
defectos congénitos si se infectan al comienzo del embarazo.

Para saber si la mujer ha tenido rubéola y, por lo tanto, si se encuentra protegida


frente al contagio, pueden medirse los valores en sangre de los anticuerpos
contra el virus.

GRUPOS DE RIESGO

La rubéola puede ser más seria en los adultos que en los niños. Algunos adultos
pueden tener un riesgo más elevado que otros. Entre ellos, se incluyen:

Estudiantes
Inmigrantes
Personas que viajan a diferentes países
Refugiados
Profesionales de la salud
Niñeras y maestras de jardín de niños
Personal militar

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Exiten vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra la


rubéola. Su médico es quién mejor le puede orientar sobre la conveniencia
y uso apropiado de estas vacunas.

Los síntomas de la rubéola casi nunca son tan graves como para requerir
tratamiento. Una infección bacteriana secundaria en el oído medio puede ser
tratada con antibióticos, pero ningún tratamiento puede curar la encefalitis.

Hepatitis A

¿QUÉ ES LA HEPATITIS A?

La hepatitis A es una enfermedad hepática altamente contagiosa.


Históricamente, también recibió el nombre de hepatitis infecciosa. Hoy se la
llama hepatitis A, nombre tomado del virus que la causa. Cada año,
aproximadamente 1,4 millones de personas se infectan con hepatitis A en todo el
mundo. Si bien hay regiones del mundo donde es más común que en otras
áreas, lo cierto es que es posible contagiarse la hepatitis A aún en países donde
esta enfermedad no es endémica.
¿CÓMO SE CONTAGIA?

El virus de la hepatitis A suele hallarse en las heces de las personas


infectadas. De esta forma, el virus suele propagarse a través del contacto
directo, de persona a persona o a través del agua o alimentos contaminados.

Por ejemplo, una persona puede contagiarse la hepatitis A de un bebé infectado


si no se lava las manos después de cambiarle el pañal. También, al tener
contacto con una persona infectada que no se lavó las manos después de ir al
baño.

Si el virus alcanza los alimentos, puede diseminarse rápidamente. El virus


también puede contraerse al beber agua contaminada o al ingerir alimentos que
fueron lavados con agua contaminada y no cocinados, como ensaladas crudas,
frutas sin pelar o mariscos crudos o medianamente cocidos.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

Algunas personas que se infectan con hepatitis A pueden tener síntomas


similares a los de una gripe: fiebre, escalofríos y una sensación de debilidad
general. Otros síntomas comunes son falta de apetito (anorexia), náusea, color
amarillento en la piel y en los ojos (ictericia), orina obscura y heces claras, fatiga
y dolor abdominal.

Sin embargo, los niños, en especial los menores de 6 años, muchas veces
no presentan síntomas de la enfermedad.

¿PUEDE TENER COMPLICACIONES?

Aunque la hepatitis A (a diferencia de la B) no suele evolucionar hacia una


infección crónica, la recuperación completa de esta enfermedad puede ser
lenta.

Si bien, como se dijo más arriba, muchas veces los niños no presentan síntomas
de la enfermedad, los adultos que se infectan con hepatitis A suelen estar
enfermos por lo menos durante un mes, y su recuperación completa puede llevar
hasta 6 meses. Y hasta un 20 por ciento de los pacientes adultos pueden tener
una recaída y sentirse mal durante 15 meses. Además, se calcula que hasta un
15 por ciento de los pacientes requieren hospitalización.

GRUPOS DE RIESGO

Los niños, adolescentes y adultos que pueden encontrarse ante un riesgo mayor
de contraer la enfermedad y de transmitirla a otros si resultan infectados son los
siguientes:

Quienes viajan a áreas donde esta enfermedad es endémica. Entre


estas áreas se encuentran: África, la cuenca del Mediterráneo, Europa
del Este, Medio Oriente, América Central y del Sur y México.
Personal militar
Personas que no practican sexo seguro
Usuarios de drogas intravenosas
Las personas hemofílicas y otros pacientes que reciben derivados
sanguíneos
Maestras y empleados de jardines de niños y guarderías
Trabajadores de instituciones médicas
Técnicos de laboratorio que trabajan con el virus de la hepatitis A
Personas que están en contacto con monos que podrían alojar el virus
de la hepatitis A

PREVENCIÓN

Existen vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra la


hepatitis tipo A.
Su médico es quién mejor le puede orientar sobre la conveniencia y uso
apropiado de estas vacunas.

Cómo reducir los riesgos ambientales, en el caso de viajar a un


área donde la hepatitis A es endémica:
No tomar agua de procedencia dudosa o que no haya sido hervida.
Tener en cuenta que esta recomendación se extiende al uso de hielo en
las bebidas.
No comer frutas sin pelar, ensaladas u otros platos hechos a partir de
verduras crudas, o productos de mar crudos o poco cocidos.
Cómo reducir el riesgo de contagio a partir de acciones
personales. Una de las mejores maneras es a través del lavado
frecuente de las manos, en especial después de ir al baño y antes
de manipular alimentos y sentarse a comer. Tener en cuenta las
siguientes recomendaciones:
Usar agua tibia
Mojar las manos primero y luego enjabonarlas
Restregarse las manos con el agua enjabonada por unos 20 segundos
como mínimo.
Enjuagarse las manos con cuidado, para eliminar todos los restos de
jabón.
Cerrar la llave sin tocar el grifo: ayudarse con una toalla de papel.
Secarse con una toalla de papel limpia o con aire caliente
Vacunación. Las vacunas contra la hepatitis A son generalmente
bien toleradas. El médico es el encargado de evaluar a quién le
conviene recibirla.

TRATAMIENTO

Aunque en la mayoría de los casos los pacientes no requieren tratamiento, se


calcula que hasta un 15 por ciento de los adultos que se infectan con hepatitis A
deben ser hospitalizados.

En general, después de los primeros días, las personas recuperan el apetito y no


necesitan quedarse en cama. La mayoría de los pacientes pueden volver a
trabajar después que pasa la ictericia (color amarillento de la piel y los ojos), aún
cuando los resultados de las pruebas de la función hepática no sean
completamente normales.

Hepatitis B

¿QUÉ ES LA HEPATITIS B?

La hepatitis B es una enfermedad hepática causada por el virus de la


hepatitis B. Constituye un grave problema de salud en todo el mundo. Esta
enfermedad es el segundo agente causante de cáncer (carcinógeno), después
del tabaquismo: es responsable de provocar cáncer de hígado. Además, si bien
tiene vías de contagio similares al VIH (virus que causa el SIDA), el virus de la
hepatitis B es más contagioso.

¿CÓMO SE CONTAGIA?

El virus de la hepatitis B está presente en la sangre y en otros fluidos


corporales tales como el semen y las secreciones vaginales. Puede
transmitirse cuando fluidos con el virus (aunque se trate de pequeñísimas gotas)
pasan de una persona a otra a través del contacto sexual, o debido a una
inyección con una aguja contaminada, o por el contacto de estos fluidos
contaminados con la boca, una herida o hasta un raspón en la piel.

Además, debido a que el virus de la hepatitis B puede sobrevivir, por ejemplo, en


una mancha de sangre seca hasta durante un mes, es posible infectarse a
través del uso de utensilios de cocina, cepillos de dientes o ratrillos de rasurar
que hayan sido utilizadas por una persona infectada.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

Los primeros síntomas de infección por hepatitis B, en promedio, demoran entre


60 y 120 días en aparecer. De todas formas, sólo el 50 por ciento de los adultos
que se infectan tienen síntomas; y ese porcentaje es menor en el caso de los
niños. Sin embargo, entre quienes sí manifiestan síntomas, algunas personas
pueden llegar a verse muy enfermas.

Los síntomas más frecuentes son: color amarillento de la piel y los ojos
(ictericia); orina de color obscuro y heces claras; molestias similares a la gripe
(falta de apetito, fatiga, debilidad, náuseas o vómitos); fiebre, dolor de cabeza o
dolor de articulaciones; erupción cutánea y comezón; dolor en la parte alta del
abdomen; intolerancia a las comidas grasas y al humo del tabaco; alteración del
gusto y el olfato.

Ante estos síntomas, conviene consultar al médico, quien realizará la


evaluación -que puede incluir una prueba de sangre para hepatitis B- y
determinará si los síntomas corresponden a esta enfermedad.

¿PUEDE TENER COMPLICACIONES?

Aunque las hepatitis, en general, se resuelven espontáneamente en un período


de entre 4 y 8 semanas, es menos seguro un pronóstico favorable en el caso de
la hepatitis B que en el de la hepatitis A, sobre todo en ancianos y después de
una transfusión, cuando la mortalidad puede alcanzar entre un 10 a un 15 por
ciento.

Además, entre un 5 y un 10 por ciento de las infecciones por hepatitis B se


vuelven crónicas. Existe una inflamación leve persistente del hígado , hepatitis
crónica plenamente desarrollada con que puede conducir a cirrosis y un estado
de portador crónico. La infección crónica también puede llevar a un cáncer
hepático.

GRUPOS DE RIESGO

Las personas con mayor riesgo de infección por el virus de la hepatitis B son:
Quienes ya tuvieron una enfermedad de transmisión sexual.
Quienes hayan tenido más de una pareja sexual en los últimos seis
meses o quienes planeen iniciar su vida sexual.
Quienes viajan a áreas donde esta enfermedad es endémica. Entre
estas áreas se cuenta: África, la cuenca del Mediterráneo, Europa del
Este, Medio Oriente, América Central y del Sur .
Usuarios de drogas inyectables, en especial si comparten agujas.
Las personas que se hayan realizado tatuajes o perforaciones
(colocación de aros u otros objetos).
Quienes comparten cepillos de dientes o rastrillos de rasurar con otras
personas.
Trabajadores de instituciones médicas o de instituciones en las que
puedan estar en contacto con fluidos corporales. En este grupo, se
encuentran los médicos y enfermeras; dentistas y sus asistentes;
técnicos de laboratorio; policías, bomberos y personal médico;
empleados que manejan desechos hospitalarios; empleados de
servicios funerarios, entre otros.

PREVENCIÓN

Existen vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra la


hepatitis B. Su médico es quién mejor le puede orientar sobre la conveniencia y
uso apropiado de estas vacunas.

TRATAMIENTO

Aunque algunos pacientes pueden requerir hospitalización, en la mayoría


de los casos los pacientes no requieren tratamiento. Si se desarrolla
hepatitis crónica -lo que suele ocurrir entre el 5 y el 10 por ciento de los casos-,
el paciente puede requerir otros cuidados y opciones terapéuticas.

Sarampión

¿QUÉ ES EL SARAMPIÓN?

El sarampión es una infección viral muy contagiosa, que produce diversos


síntomas y una erupción característica.

¿CÓMO SE CONTAGIA?

El sarampión se contagia principalmente al inhalar aerosoles (gotas


microscópicas en suspensión) de una persona infectada , tras haber sido
expulsadas por la tos. Una persona con el virus del sarampión puede contagiar
desde 2 a 4 días antes de que la erupción aparece y hasta que la erupción
desaparece.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

Los síntomas del sarampión comienzan aproximadamente entre los 7 y los


14 días después de la infección. Una persona infectada empieza
presentando fiebre, congestión nasal, irritación de la garganta, tos seca y
presenta enrojecimiento de los ojos. Aparecen diminutas manchas blancas
(manchas de Koplik). Al cabo de 3 a 5 días después de empezar los síntomas
aparece una erupción con ligera comezón, adelante y abajo de las orejas y a los
lados del cuello, que adopta el aspecto de superficies irregulares, planas y rojas
que pronto comienzan a hincharse. En uno o dos días se extiende hacia el
tronco, los brazos y las piernas, mientras empieza a desaparecer de la cara.

En el momento más intenso de la enfermedad, la persona se siente muy


enferma, la erupción es intensa y la fiebre puede superar los 40° C. Al cabo de 3
a 5 días, la temperatura disminuye, el enfermo comienza a sentirse mejor, y
cualquier mancha restante desaparece rápidamente.

¿PUEDE TENER COMPLICACIONES?

En los niños sanos y bien nutridos, el sarampión raramente es grave. Sin


embargo, el proceso puede complicarse con infecciones bacterianas como una
neumonía (sobre todo en los bebés) o una infección en el oído medio.

La infección cerebral (encefalitis) es una complicación que afecta a uno de cada


1,000 ó 2,000 casos. En casos graves puede producirse panencefalitis
esclerosante subaguda (una grave complicación del sarampión) meses o años
más tarde, la cual provoca daño cerebral.

GRUPOS DE RIESGO

El sarampión puede ser más serio en los adultos que en los niños. Algunos
adultos pueden tener un riesgo más elevado que otros. Entre ellos, se
encuentran:

Estudiantes
Inmigrantes
Personas que viajan a diferentes países
Refugiados
Trabajadores de la salud
Niñeras y maestras de jardín de niños
Personal militar

PREVENCIÓN

Existen vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra el


sarampión. Su médico es quién mejor le puede orientar sobre la
conveniencia y uso apropiado de estas vacunas
Antes de que la vacuna fuese ampliamente utilizada, se presentaban epidemias
de sarampión cada 2 a 3 años, particularmente en niños en edad escolar y
preescolar, con pequeños brotes localizados en los años intermedios.

En la actualidad, los brotes suelen producirse en adolescentes y adultos


jóvenes que no han sido inmunizados y en bebés demasiado pequeños
para ser vacunados (es decir, menores de 12 meses de edad).

La mujer que ha tenido sarampión transmite la inmunidad (en forma de


anticuerpos) a su hijo; esta inmunidad dura casi todo el primer año de vida.
Después del primer año, sin embargo, la susceptibilidad al sarampión es alta.

La infección por sarampión inmuniza a la persona de por vida.

TRATAMIENTO
Un niño con sarampión siempre debe mantenerse en ambientes cálidos y
confortables . Si aparece fiebre o una infección bacteriana secundaria, el
médico atenderá estas condiciones.

Paperas

¿QUÉ ES LA PAROTIDITIS?

La parotiditis es una infección viral contagiosa que causa un agrandamiento


doloroso de las glándulas salivales, especialmente de las parótidas. La
infección puede también afectar a otros órganos, especialmente en los
adultos. La parotiditis es causada por un paramixovirus, relacionado con el virus
del sarampión.

¿CÓMO SE CONTAGIA?

Se contagia al respirar microgotas que contienen el virus y que flotan en el


aire procedente de los estornudos o la tos, o bien por el contacto directo
con objetos contaminados con saliva infectada.
En áreas muy pobladas pueden darse casos durante todo el año, pero es más
frecuente hacia el final del invierno y el comienzo de la primavera.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

El virus infecta las glándulas salivales. Los síntomas comienzan entre 14 y


24 días después de la infección. El niño puede presentar escalofríos, dolor de
cabeza, falta de apetito, sensación de malestar general y una fiebre baja o
moderada entre 12 y 24 horas antes de que una o más glándulas salivales
empiecen a inflamarse. Sin embargo, entre el 25 y el 30 por ciento de las
personas no presenta estos síntomas.

El primer síntoma de infección de las glándulas salivales es el dolor al masticar o


al tragar, particularmente al tragar líquidos ácidos, como jugo de naranja o limón.
Las glándulas son dolorosas al tacto. En esta fase, la temperatura habitualmente
sube hasta casi 40° C. Las glándulas salivales están más inflamadas hacia el
segundo día.

¿PUEDE TENER COMPLICACIONES?

Casi todos los niños con parotiditis se recuperan totalmente sin problemas, pero
en casos raros los síntomas pueden empeorar de nuevo al cabo de dos
semanas. Las complicaciones pueden afectar a otros órganos en vez de las
glándulas salivales, particularmente en personas que se infectan después de la
pubertad. Las complicaciones pueden ocurrir antes, durante o después de la
inflamación de las glándulas salivales, o incluso sin que éstas se afecten.

La parotiditis puede causar una inflamación viral del cerebro (encefalitis), o


bien de las membranas que lo recubre (meningitis), lo que causa dolor de
cabeza, rigidez en el cuello, somnolencia, coma o convulsiones. Entre el 5 y
el 10 por ciento de las personas con parotiditis desarrolla meningitis y la mayoría
se recupera totalmente.

Alrededor de una de 400 a 6.000 personas con parotiditis contrae encefalitis;


quien la padece probablemente sufra una lesión cerebral o nerviosa
permanente, como sordera o parálisis de los músculos faciales. Estos trastornos
habitualmente afectan sólo a un lado del cuerpo.
Hacia el final de la primera semana puede aparecer pancreatitis, que es una
inflamación del páncreas, lo que puede causar náusea o vómito con dolores
abdominales leves o inte

¿LA PAPERAS PUEDE CAUSAR ESTERILIDAD?

Aproximadamente el 20 por ciento de los hombres infectados después de


la pubertad desarrolla una inflamación dolorosa en uno o ambos testículos
(una enfermedad llamada orquitis). Cuando se cura, el testículo afectado
puede hacerse pequeño. En algunos casos, los testículos quedan lesionados
para siempre. La lesión de ambos testículos puede producir esterilidad.

La inflamación de uno o ambos ovarios (ooforitis) es otra complicación.


Causa dolor abdominal leve y en ocasiones puede producir esterilidad.

GRUPOS DE RIESGO

La paperas puede ser más seria en adultos que en los niños. Algunos
adultos pueden estar en mayor riesgo que otros. Entre ellos, se incluyen:

Estudiantes
Inmigrantes
Personas que viajan a diferentes países
Refugiados
Profesionales de la salud
Niñeras y maestras de jardín de niños
Personal militar

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Existen vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra la


parotiditis. Su médico es quién mejor le puede orientar sobre la
conveniencia y uso apropiado de estas vacunas.

Una vez que la infección ha empezado, ésta tiene que seguir su curso. Como
quizás resulte doloroso masticar, puede ser necesario comer alimentos blandos.
Los alimentos y líquidos ácidos como los jugos de limón y naranja, hacen que la
glándula salival produzca más saliva, lo que puede ocasionar dolor. Para aliviar
el dolor de cabeza o el malestar, el médico puede indicar la administración de
analgésicos. En niños y adolescentes no se usa ácido acetil salicílico porque
puede aumentar el riesgo de síndrome de Reye.

Los niños o los adultos con inflamación testicular deben guardar reposo en
cama. Se puede calmar el dolor utilizando cubitos de hielo.

Si la pancreatitis causa náusea y vómito intensos, pueden administrarse líquidos


intravenosos

Varicela

¿QUÉ ES EL VARICELA?

La varicela es una infección vírica contagiosa que produce una erupción


característica con comezón y formada por grupos de manchas pequeñas, planas
o elevadas, ampollas llenas de líquido y costras.

¿CÓMO SE CONTAGIA?

La varicela, que es muy contagiosa, se transmite por microgotas transportadas


por el aire y que contienen el virus varicela zoster. Una persona con varicela es
muy contagiosa en cuanto aparecen los síntomas y sigue siéndolo hasta que las
últimas ampollas hayan formado costras. El periodo de incubación es de 14 a 21
días.

Una persona que ha tenido varicela desarrolla inmunidad y no puede contraerla


de nuevo. Sin embargo, el virus de la varicela zoster permanece inactivo en el
cuerpo tras la infección inicial de varicela y a veces se reactiva más tarde,
causando herpes zoster.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

Los síntomas comienzan entre los 14 y los 21 días después de la infección. En


los niños, la enfermedad empieza con un período de uno a cinco días de ligero
malestar, con inflamación de ganglios del cuello y de la nuca y, en algunas
ocasiones, dolor en las articulaciones.

La garganta no se inflama pero se pone roja al inicio de la enfermedad. En los


adolescentes y adultos, estos síntomas precoces pueden ser muy leves o
incluso no producirse en absoluto.

También aparece una erupción leve que dura aproximadamente tres días:
empieza en la cara y el cuello y rápidamente se extiende hacia el tronco, los
brazos y las piernas. A medida que aparece, la piel enrojece, particularmente en
la cara. Aparecen manchas rosadas en el paladar, que después se funden hasta
conformar una placa rojiza que se extiende hacia la parte posterior de la boca.

El diagnóstico se basa en estos síntomas típicos. Sin embargo, muchos casos


de rubéola se diagnostican erróneamente o son leves y pasan inadvertidos.

¿PUEDE TENER COMPLICACIONES?

Los niños habitualmente se recuperan de la varicela sin problemas, pero no es


raro que un niño llegue a presentar de 250 a 500 ronchas, cualquiera de las
cuales puede infectarse o dejar cicatrices permanentes. Cada vez más niños
desarrollan infecciones graves de la piel causadas por estreptococos del grupo
A, después de padecer varicela. Algunas de estas infecciones pueden tener
consecuencias graves. Dentro de las complicaciones menos comunes en los
niños se encuentran inflamación del cerebro, pérdida del equilibrio y neumonía.

Sin embargo, la varicela puede ser grave o incluso mortal en los adultos y sobre
todo en personas (niños o adultos) con un sistema inmune deficiente. En los
adultos, la neumonía es la complicación más común de la varicela y se presenta
en casi el 20% de los adultos infectados.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Existen vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra la


varicela. Su médico es quien mejor le puede orientar sobre la conveniencia y uso
apropiado de estas vacunas.
Los casos de varicela leve sólo requieren un tratamiento de los síntomas.
Colocar compresas húmedas sobre la piel alivia la comezón. Debido al riesgo de
infección bacteriana, es importante lavar a menudo la piel con agua y jabón,
mantener las manos limpias, las uñas cortas para minimizar el rascado y la ropa
limpia y seca.

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