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Ingles.
1
2
John Owen y el Puritanismo Ingles
Publicado por:
©Editorial Teología para Vivir S.A.C
Pje. Antonio Raimondi 170, Urb. Los Precursores – Santiago de
Surco
Correo Electrónico: editorialteologiaparavivir@gmail.com
Pagina Web: www.editorialteologiaparavivir.com
Lima – Perú
3
4
Índice.
Tabla de Contenidos
ÍNDICE. ..................................................................................................................... 5
DEDICATORIA....................................................................................................... 10
AGRADECIMIENTOS. .......................................................................................... 11
PREFACIO .............................................................................................................. 13
Jaime D. Caballero ........................................................................................... 13
UN DOBLE PROBLEMA.................................................................................................. 13
HISTORIA E IDENTIDAD................................................................................................. 18
CONCLUSIÓN. ........................................................................................................... 23
PUNTOS PARA TENER EN CUENTA AL MOMENTO DE LEER ESTA OBRA. ......................................... 24
INTRODUCCIÓN......................................................................................................... 26
Jaime D. Caballero ........................................................................................... 26
1. ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE JOHN OWEN?.................................................................. 26
2. ¿CÓMO ERA EL MUNDO EN LA ÉPOCA DE JOHN OWEN? ..................................................... 28
3. LOS PRIMEROS AÑOS DE JOHN OWEN........................................................................... 29
4. OWEN, ESTUDIANTE DE TEOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE OXFORD. ...................................... 33
5. SOBRE LA ESTRUCTURA DE JOHN OWEN Y EL PURITANISMO INGLES ....................................... 36
6. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ESTUDIO DE LA TEOLOGÍA DE LA POST-REFORMA? ...................... 37
CRONOLOGÍA ............................................................................................................ 44
PRIMERA PARTE: INTRODUCCIÓN TEOLÓGICA E HISTÓRICA AL
PURITANISMO INGLES Y A JOHN OWEN. ....................................................... 49
1. LEYENDO A LOS PURITANOS ........................................................................ 50
Joel R. Beeke .................................................................................................... 50
1. DEFINICIÓN Y ÉNFASIS DEL PURITANISMO. .......................................................... 53
2. CÓMO BENEFICIARSE DE LEER A LOS PURITANOS. ............................................... 61
3. POR DÓNDE COMENZAR A LEER A LOS PURITANOS. ............................................. 69
4. CÓMO LEER A UN PURITANO INDIVIDUALMENTE. ................................................. 73
5. ALGUNOS DE MIS PURITANOS FAVORITOS............................................................ 78
5
6. IDEAS PARA IMPRIMIR A LOS PURITANOS. ............................................................ 99
7. CONSEJOS FINALES. .......................................................................................... 102
6
6. JOHN OWEN, RICHARD BAXTER Y LA BATALLA POR EL CALVINISMO
EN INGLATERRA A MEDIADOS DEL SIGLO XVII ........................................ 225
7
5. EL ESPÍRITU DE DEBATE. .................................................................................. 340
6. CONCLUSIÓN. ................................................................................................... 347
4. EL ROL DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ‘PACTUM SALUTIS’ O PACTO DE
LA REDENCIÓN .................................................................................................. 351
Laurence O’donnell R., III ................................................................................ 351
1. CRÍTICAS COMUNES DEL PACTUM SALUTIS. ......................................................... 354
2. LA FORMULACIÓN DE OWEN DEL PACTUM SALUTIS. ............................................. 363
3. EL PACTUM SALUTIS COMO EL MODUS DEL CONSILIUM DEI................................. 368
4. EL ROL DEL ESPÍRITU SANTO EN EL PACTUM SALUTIS O PACTO DE LA REDENCIÓN.. 376
6. CONCLUSIONES. ............................................................................................... 382
5. UN ANÁLISIS SOBRE LA EXPIACIÓN DEFINIDA DE JOHN OWEN EN “LA
MUERTE DE LA MUERTE EN LA MUERTE DE CRISTO” ................................ 385
Andrew David Naselli* ................................................................................... 385
1. INTRODUCCIÓN................................................................................................. 387
2. UN RESUMEN DE LA MUERTE DE LA MUERTE EN LA MUERTE DE CRISTO DE JOHN
OWEN. ................................................................................................................ 392
3. UNA EVALUACIÓN DE LA MUERTE DE LA MUERTE EN LA MUERTE DE CRISTO DE
OWEN. ................................................................................................................ 412
4. APLICACIÓN: DIEZ SUGERENCIAS PARA EVITAR UN CISMA NO SALUDABLE SOBRE LA
EXTENSIÓN DE LA EXPIACIÓN. ............................................................................. 424
5. CONCLUSIÓN. ................................................................................................... 431
8
2. JONATHAN EDWARDS Y LA ACUSACIÓN DE ENTUSIASMO. ................................... 464
3. CONCLUSIÓN. ................................................................................................... 481
9
Dedicatoria.
10
Agradecimientos.
Sin duda, esta es quizá la sección mas difícil de escribir para todo
autor. Este proyecto no hubiera sido posible sin la ayuda de muchos que
contribuyeron de diversas maneras al mismo. Este proyecto es una
muestra de lo que jóvenes latinoamericanos pueden hacer cuando trabajan
unidos por el Señor. Quisiera comenzar agradecimiento al equipo de
traducción y edición de Teología para Vivir. El éxito de esta obra es suyo.
Mi sincero reconocimiento a Juan Caycho, por hacerse cargo de la
administración de la Editorial, a Elioth Fonseca por la revisión de la
traducción, y a todo el equipo de traductores voluntarios (en orden
alfabético: Cristina Accolla, Pedro Ávila, Sergio Bardalez, Manuel Bento,
German Casanova, Rodrigo Cayo, Juan Chero, Cesar Garrido-Leca,
Amós Leiva, Pamela Morales, Bryan Moreira, Jorge Jaramillo, José
Martin Paredes, Juan Jairo Paredes, Ubi Rodríguez, María Romero, David
Torres, Yarom Vargas, Carlos Verdeguer, Luis Miguel Ybañes. También
al equipo de diseño y marketing: Samy Aponte y Angie García-Naranjo.
A todos ustedes solamente decirles: ¡Si se pudo!
Agradecer a mi familia por haberme apoyado continuamente y
animado en el desarrollo de este proyecto, a mis padres y hermanas, y en
especial a mi querido abuelo Wilfredo Caballero. No solo este proyecto,
sino yo mismo no estaría aquí sino fuera por él, mi más sincera gratitud.
Quisiera agradecer también a mis maestros de London Seminary
(Londres, Inglaterra) por primero despertar el amor por los puritanos, y
también a mis maestros en Westminster Theological Seminary
(Philadelphia, US.), quienes desarrollaron mucho más el amor por la
Teología Reformada, y en particular a John Owen, un particular
agradecimiento a Crawford Gribben, Carl Trueman y Garry Williams. Un
especial agradecimientos a las diversas instituciones teológicas, casas
editoriales, y revistas de investigación teológica por permitirnos usar los
ensayos presentados en esta obra. Cada uno de los capítulos usados ha
sido usado con permiso escrito de los mismos.
11
A mis queridos hermanos en Inglaterra, en especial a las
congregaciones en: “Carey Baptist Church” en Reading, “St. John’s
Wood Road Baptist Church”, en Londres, y “North Bradley Baptist
Church”, en Wiltshire, gracias por su apoyo incondicional durante todos
estos años. Así también a Grace Baptist Mission (GBM), y United for
Mission (UFM) por su constante cuidado y ánimo. A mis pastores David
Magowan y Chris Hawthorne, así como a mis queridos hermanos Brian
& Valerie Worsley y Phil & Hana Taylor.
A mi amada esposa Ellie, todos los libros en el mundo no serían
suficientes para describir el profundo amor, deleite, agradecimiento y
bendición que eres para mi. Conozco más a Dios por conocerte a ti. Y, por
último, a Aquel de quien proceden todas las cosas, quien rige en Su
Soberana voluntad el Universo, a mi Señor y tierno Salvador, Cristo Jesús.
Soli Deo Gloria.
12
Prefacio
Jaime D. Caballero
Un doble problema.
13
libro sobre Jonathan Edwards escrito por un Católico Romano, otro por
un Protestante Reformado, y otro por un Liberal Progresista, las
conclusiones de los mismos sobre dichos autores son tan diferentes en
ciertos puntos que es difícil conciliar la idea de que están refiriéndose al
mismo hombre.
No, no es que un autor invente cosas, y el otro sea mas fidedigno,
todos trabajan con los mismos datos y material. Lo que varia entre uno y
otro es la interpretación que se le da a estos datos, la validez de estos, y el
impacto positivo o negativo del pensamiento de dicho autor. En esto, es
imposible que una persona, quien quiera que sea, sea completamente
objetiva al momento de escribir sobre algún punto histórico del quehacer
intelectual. Es como aquel estudiante de economía que, al leer una
introducción a la economía escrita por un autor capitalista, y luego otra
por uno socialista, piensa que aparte del titulo dichos libros parecerían
estar refiriéndose a tópicos completamente diferentes.
Este ha sido parte del problema en mucho del quehacer teológico
en Latinoamérica. En un sentido, hemos estado estudiando “el
capitalismo”, desde textos escritos en su mayoría por “socialistas”. Para
muchos, particularmente aquellos que se considerarían a si mismos como
protestantes, las doctrinas que justamente se originaron en la reforma y
que son distintivas del protestantismo evangélico les serian tan foráneas,
o extrañas, como a aquel joven estudiante de economía que lee un texto
de economía esta vez escrito desde un punto de vista capitalista.
Todas las denominaciones protestantes se derivan de algún modo
de la reforma protestante, aunque por otro lado todas también a su vez
pueden clamar orígenes aun mas antiguos en forma seminal, ya sea a
través de los grupos disidentes o con similares con los grupos de la iglesia
establecida. Sin embargo, mucha de la literatura con relación a la reforma
nos ha llegado a través de la mano de teólogos de persuasión diferente a
protestante reformada. De hecho, en la mayoría de los casos los autores
latinoamericanos han abordado el estudio de la teología desde un punto
de vista liberal progresista. He aquí porque nuestra “grandes”
contribuciones a la teología han sido la teología de la liberación, el
14
movimiento apostólico, o una distorsionada visión del Espíritu Santo.
Esto, en parte refleja cuan lejos hemos llegado a estar de nuestras raíces
evangélicas protestantes.
Es en este contexto que introducir a John Owen al publico hispano
es como presentarle a alguien el abuelo que nunca conoció. Aunque quizá
no este muy familiarizado con el mismo, y aunque haya algunas
diferencias, todavía existen muchas similitudes entre ambos. Ya sea, por
ejemplo, que uno sea Bautista y crea en la independencia entre la Iglesia
y el Estado, o la Libertad de Consciencia del creyente, estas encuentran
su mas erudita exposición en Owen; o supongamos que alguien sea
Pentecostal y ponga un énfasis al obrar del Espíritu Santo y la guerra
espiritual, estas no se hayan en algún profeta u apóstol de moda, sino que
mas bien tienen sus orígenes directamente conectados al siglo XVII en
teólogos como John Owen, entre otros puritanos. Lo mismo podríamos
decir de cada denominación o grupo eclesiástico latinoamericano. De la
misma manera que en una familia existen diferencias entre primos y tíos,
pero a fin de cuentas existe un origen común para los mismos, de la misma
manera ocurre con el protestantismo evangélico.
El riesgo en no reconocer nuestras diferencias, pero al mismo
tiempo nuestras similitudes históricas, es doble; por un lado, el problema
yace en llamar a alguien que no es de la familia, y que no comparte nuestro
apellido, u origen histórico como si lo fuese. Este es el problema con el
ecumenismo, que busca integrar grupos que históricamente no solo no han
estado relacionados al protestantismo evangélico, sino que han sido
antitéticos al mismo, como si lo fuesen. Por otro lado, el riesgo en otro
sentido es aislar la denominación o iglesia en particular de su preferencia
como si fuera la única verdadera o única con orígenes directos o indirectos
con la reforma. Este es el problema con el sectarianismo y cisma de
algunas denominaciones. Es como aquel hermano que piensa para si al
ver algunas de las diferencias físicas con su hermano u hermana
“seguramente a este lo adoptaron”. Pentecostales, Bautistas, Alianza
Cristiana y Misionera, Presbiterianos, etc. tenemos por decirlo así,
históricamente mucho mas en común entre nosotros que con otros grupos
15
como el catolicismo romano o el liberalismo teológico, si bien no
debemos tampoco en nombre de la unidad menospreciar las diferencias
entre los diversos grupos protestantes.
Como Bautista mas de una vez he escuchado el mito de que los
mismos no se originan de la Reforma Protestante, sino de la Iglesia
Apostólica. Como historiador debo mencionar que esto es falso. Las
mismas pruebas que los mismos mencionan sobre los grupos disidentes
pueden clamarlas casi cada denominación evangélica, y de hecho lo han
hecho. Los Bautistas no han sido los únicos, ni los primeros en crear una
historia con el fin de justificar un pedigrí no existente.
En segundo lugar; en la mayoría de los casos es mucho mas fácil
leer, por ejemplo, una obra de Tomas de Aquino, que leer a alguien que
escribe sobre el. Joven estudiante de teología, ¿piensa usted realmente que
es mas inteligente y sus alcances teológicos son mas agudos que las
mentes mas brillantes que la Iglesia ha tenido por veinte siglos? El mejor
consejo que alguien me pudo dar al iniciar mis estudios teológicos quince
años atrás fue: “Daniel, no me interesa tu opinión teológica. Cállate y
aprende.” Esta debe ser nuestra actitud al acércanos a los maestros de la
Iglesia: Aprender en silencio. Si bien esto no implica que vayamos a
adoptar todo lo que dicen o cegarnos a sus errores, si es así, entonces no
solo no hemos aprendido nada, sino que en verdad nuestra capacidad de
aprender y de análisis critico a sido nulificada casi por completo.
Es realmente una tragedia en nuestro continente que la mayoría
de creyentes estén mas familiarizados con las enseñanzas de Cash Luna
que las de Jonathan Edwards; o incluso en círculos académicos las obras
de Paul Tillich, un filosofo existencialista que hacia el final de su vida ya
no oraba, sino solo meditaba, han sido traducidas y son estudiadas por
protestantes, y las obras de Herman Bavinck, por ejemplo, quien
históricamente y teológicamente se encuentra mucho mas cerca al
protestantismo evangélico no se conocen, muchos menos las obras de
John Owen.
Recomiendo, especialmente a cada estudiante de teología, si vas
a leer un libro contemporáneo, que el siguiente como regla sea uno
16
antiguo. No pierdas tu tiempo leyendo el ultimo mega éxito de ventas,
cuando puedes estar leyendo a los mejores maestros. Los libros serán tus
maestros, elíjelos con cuidado, porque serán ellos quienes después de
aquellos que tienes alrededor ejercerán la mayor influencia en ti. Por otro
lado, existe un peligro inherente en leer libros de teología contemporánea
sin estar familiarizado con las enseñanzas detrás de los mismos. Es como
comenzar a ver una película al final de esta. El desenlace de esta es una
consecuencia de todo lo demás dicho desde el inicio de la película. El
peligro con leer libros de teología contemporánea sin tener una base
histórica y teológica de los mismos es que a menudo te llevaran a creer, e
incluso a aceptar como ortodoxo, aquello que quizá ha sido tema de debate
por veinte siglos; o mas aun ha sido considerado por toda la historia de la
iglesia, en todos los tiempos como herejía. Un cristianismo que se aparta
de la fe histórica del mismo es todo, menos cristianismo.
Aquello que ha sido considerado como “doctrinas cardinales” de
la fe, ahora se les llama “teorías” o “posturas”, por ejemplo, es
absolutamente incompatible el matrimonio entre personas del mismo sexo
y la fe histórica cristiana, o, para citar otro ejemplo, la doctrina de la
sustitución penal y vicaria de Cristo es lo que esta en el centro mismo del
evangelio y de nuestra identidad protestante. Alguien que piense diferente
en este punto no tiene solamente “una postura diferente”, es herejía, y
como tal esta fuera de los limites del protestantismo evangélico. Por otro
lado, un desconocimiento del quehacer teológico histórico nos llevara a
enfatizar puntos de diferencia denominacionales como si los mismos
fueran doctrinas cardinales de la fe cristiana. Por ejemplo, en asuntos
como el modo de bautismo, organización eclesiástica, entre otros, si bien
las mismas son importantes. Llamarse uno al otro hereje por no pensar de
la misma manera en estos puntos es un error. En el primer caso no se le
llama herejía a aquello que debería llamársele, mientras que en el segundo
caso se le llama herejía aquello que no lo es. Estos dos errores son igual
de letales para una iglesia.
Es, verdaderamente una tragedia que la mayoría de las facultades
teológicas en Latinoamérica no enseñan ningún curso de teología
17
histórica. Los estudiantes se gradúan conociendo mas de las ideas de
mercadotecnia de Rick Warren, que de las del ministerio pastoral de Juan
Calvino o John Wesley.
Historia e Identidad.
1
La Administración adecuada de los Sacramentos (Ordenanzas), la
Predicación de la Palabra de Dios y la Disciplina Bíblica.
2
J.M. Carroll, ‘El rastro de la sangre’.
18
una denominación protestante en particular, y en el peor de los casos una
artimaña para justificar prácticas y enseñanzas que contradicen
directamente la enseñanza de las Escrituras.3
En un sentido, casi todo se puede justificar históricamente. Por
ejemplo, no hay doctrina que sea más cardinal, central, vital y esencial
para el cristianismo que la de la Trinidad. Es lo que está en la esencia
misma del cristianismo. Sin embargo, desde el inicio de la Iglesia ha
habido personas que han negado la divinidad del Hijo, juntamente con la
doctrina de la Trinidad. El hecho de que alguien pueda justificar una
creencia de manera histórica no lo convierte en correcto o cristiano.
3
Por ejemplo, sectas como ‘Los Testigos de Jehová’, pueden clamar
historicidad de algunas de sus enseñanzas en la Iglesia temprana en el Arrianismo, o lo
extremos más díscolos del Cristianismo en relación a la autoridad en la práctica de la
profecía por sobre la Escritura en personajes como Montano y el Montanismo.
19
histórico nos capacita para poder tener una mejor claridad sobre lo que
está cerca o lejos, así como lo que es grande o pequeño.4
El pasado es como visitar un país extranjero, con un idioma y
cultura diferentes. Aunque al inicio nos parecerá desorientador, mientras
más tiempo se pase en ese país, no solamente llegaremos a comprenderlo
mejor, sino que también llegaremos a un mejor entendimiento de nuestro
país y cultura de origen. Es imposible tener un entendimiento adecuado
del presente sin tener un horizonte histórico a través del cual observarlo.5
Tal es la importancia de un correcto entendimiento del pasado, que es
virtualmente imposible tener un entendimiento adecuado del presente sin
el mismo. Pero no solamente esto, sino que también es imposible poder
trazar un rumbo certero hacia el futuro a menos que el mismo este
fuertemente engranado en el pasado.
Debemos también ser conscientes que lo que yace en la raíz
misma de las diferencias principales en la Teología Sistemática de las
varias ramas del Cristianismo es una diferente interpretación de la
Historia. Es una desgracia realmente penosa, caminar en una librería
evangélica y encontrar las obras traducidas completas de Paul Tillich, un
liberal que no creía en la supernaturalidad de las Escrituras, o las de Joel
Osteen, un predicador de un evangelio falso de prosperidad, y no
encontrar ni una de las obras completas de Jonathan Edwards. Esta es la
tragedia. No estoy diciendo que estudiar a Tillich o algún otro filosofo no
sea importante, pero su importancia es mínima en comparación al estudio
de nuestra propia tradición Cristiana Evangélica Protestante. A menos que
como Iglesia podamos recuperar nuestro legado histórico, entonces
nuestro futuro como Iglesia es sombrío.
Es tal la importancia de recordar continuamente nuestra historia,
no solo de manera personal sino también colectiva, que en casi cada
página de las Escrituras se menciona este concepto. Guardando las
4
Hans-Georg Gadamer, Truth and Method (New York: Continuum, 1975),
269, 272.
5
Fernand Braudel, “History and the Social Sciences”, in Peter Burke, ed.,
Economy and Society in Early Modern Europe. (New York: Harper & Row, 1972), 11-
42.
20
distancias del caso, Pablo exhorta a los Cristianos del Nuevo Pacto a
aprender las lecciones del Pueblo de Israel en la Historia de la Redención:
6
Gordon D. Fee, Primera Epístola a los Corintios (Grand Rapids, MI: Nueva
Creacion, 1994), 520.
7
Samuel Escobar, “El reino de Dios, la escatología y la ética social y política
en América Latina,” in René Padilla (ed.), El Reino de Dios y América Latina. (Casa
Bautista de Publicaciones, 1975), 131–134.
21
pueblo evangélico en el continente, sino más bien a compromisos
divisivos importados del extranjero.” 8
De la misma manera que un ser humano adquiere su identidad por
una conversación y en relación con sus padres, una comunidad adquiere
su identidad en relación con la historia que le ha precedido. Nuestra
identidad como personas está directamente ligada a nuestro entendimiento
de nuestro pasado.9 Memoria e identidad son inseparables, una sola
unidad indivisible. Hacia donde voy está directamente ligado con de
dónde vengo. Esto se puede ver, por ejemplo, en una persona que sufre
Alzheimer. No es solamente una pérdida de datos y fechas, sino que más
bien es una perdida completa de su identidad como persona, de lo que es.
La pérdida de su pasado no solamente representa una
discapacidad para poder comprender el presente, sino que le corta de
cualquier posibilidad de proyección hacia el futuro. En este sentido el
historiador Carter Lindberg señala: “La pérdida de la memoria no es
solamente la ausencia de ‘fechas y datos’; sino que más bien es la perdida
de la identidad, familia, amigos, y verdaderamente de todo aquello que le
da el significado a la vida”.10 A nivel Iglesia, ocurre algo muy similar. Si
la perdida de la memoria es la perdida de la identidad personal, entonces
la perdida de la historia de una Iglesia es la pérdida de su identidad como
tal. Sí, es cierto, que de manera individual nuestra identidad esta en Cristo,
pero de manera colectiva se encuentra en su cuerpo, es decir la Iglesia, la
misma que visiblemente se ha manifestado desde el día de Su ascensión a
los cielos y por más de 2000 años. Una vez más Lindberg señala; “Si no
conocemos nuestra historia personal y comunal, entonces somos como
8
Pablo A. Deiros, Historia del Cristianismo: El testimonio protestante en
América Latina, 1a ed., vol. 6, Formación Ministerial (Buenos Aires, Argentina:
Ediciones del Centro, 2012), 268.
9
Gordon Leff. History and Social Theory. (New York: Doubleday Anchor,
1971), 115.
10
Carter Lindberg, The European Reformations, 2nd ed. (Malden, MA: Wiley-
Blackwell, 2010), 2.
22
niños, fácilmente manipulados por aquellos que usan el pasado para sus
propios propósitos personales”.11
Este ha sido exactamente el caso de la Iglesia Latinoamericana.
La Iglesia Latinoamérica no ha sido solamente teológicamente huérfana,
sino también históricamente. De la misma manera que un huérfano busca
por padres adoptivos, la Iglesia ha buscado en corrientes del mundo,
marketing, teología modernista, entre otros, aquello que no ha hallado en
su propia tradición evangélica protestante.
Conclusión.
11
Ibid, 3.
12
Ibid, xiv.
23
Tampoco teólogos-filósofos liberales que negaban lo sobrenatural de las
Escrituras, la resurrección de Cristo, etc. No, tampoco nuestros padres no
son figuras políticas o revolucionarias que tan común han sido en
Latinoamérica en especial con relación a la Teología de la Liberación, que
hasta han tenido el desparpajo de clamar a Lutero como suyo propio. Sino
que más bien nuestra identidad evangélica protestante se halla
directamente ligada, anclada en la Reforma y Post-Reforma, y a través de
ellos en conexión con la Iglesia por los siglos como un todo. Tal cual
hermanos en una gran familia, aunque con características diferentes, pero
con mucho en común; Luteranos, Presbiterianos, Bautistas, Anglicanos y
Pentecostales (y todas las mezclas entre ellos!), debemos regresar al sentir
de los Lutero’s, Calvino’s, Bunyan’s, Owen’s, y Wesley’s13. Solo
entonces podremos hablar de ‘Sola Scriptura’ de la manera como ellos lo
hicieron.
Hay algunos puntos que deben tenerse en cuenta al momento de leer esta
obra:
• Todos los ensayos han sido traducidos del original en ingles con
permiso escrito de la casa publicadora de los mismos. En cada
caso se ha indicado la procedencia de los mismos, fecha de
publicación original, titulo y autor.
• En caso de las citas bíblicas a menos que se indique lo contrario
las mismas han sido tomadas de la versión Reina Valera 60. En el
13
Los nombres son representativos de un grupo de teólogos dentro de
Tradición Evangélica Protestante como un todo, Lutero por el Luteranismo, Calvino
como un proto-Presbiterniano, John Bunyan como Bautista, John Owen en relación al
anglicanismo y John Wesley como un proto-Pentecostal. Obviamente hay muchísimos
más.
24
caso de los versos citados por Owen se ha conservado la
traducción del mismo.
• Toda traducción adicional de los idiomas bíblicos originales,
Griego y Hebreo, así como Latín, han sido hechas por el editor y
encargado principal de la revisión de las traducciones del ingles,
Daniel Caballero.
• En caso de que haya una nota adicional aclaratoria añadida por el
editor al cuerpo del texto, ha sido añadida como pie de nota con
los símbolos *, +, †, etc. Las mismas no son parte del texto
original, sino que han sido añadidas para proporcionarle una
mayor claridad al texto.
• Los capítulos del libro pueden ser leídos en cualquier orden. No
existe uno que tenga prioridad por sobre el otro. Sin embargo,
animamos a todos a no pasar por alto los ensayos contenidos en
la primera parte titulada: “Introducción Teológica e Histórica al
Puritanismo Ingles y a John Owen”, pues el contenido de esta es
vital para un correcto entendimiento de toda la obra en cuestión.
25
Introducción.
Jaime D. Caballero
14
Joel R. Beeke and Mark Jones, A Puritan Theology: Doctrine for Life
(Grand Rapids, MI: Reformation Heritage Books, 2012), 712.
15
Peter Toon, God’s Statesman: The Life and Work of John Owen (Exeter:
Paternoster Press, 1971), 173.
16
C. R. Trueman, “Owen, John,” in Biographical Dictionary of Evangelicals,
ed. Timothy Larsen et al., (Leicester, England; Downers Grove, IL: InterVarsity Press,
2003), 494.
17
Joel R. Beeke and Randall J. Pederson, Meet the Puritans: With a Guide to
Modern Reprints (Grand Rapids, MI: Reformation Heritage Books, 2006), 455.
26
teológico, sino también en su rol histórico en el gobierno de transición
inglés. John Owen fue consejero personal de Oliver Cromwell, el mismo
que lidero las fuerzas del ejército republicano ingles en contra del ejercito
real; a su vez también fue el líder de la Asamblea de Savoy, la misma que
tuvo un rol fundamental en la formación del independentismo evangélico
e identidad Bautista. Sin embargo, su influencia abarca aún más, como
Rector de la Universidad de Oxford tuvo a su cargo la formación de toda
una generación de intelectuales en Inglaterra que a la larga afectarían con
sus ideas al mundo entero. Y en adición a todo esto fue pastor, predicador
oficial del Parlamento Ingles, Parlamentario, Teólogo, y escritor de mas
23 volúmenes de teología.18 Y esto solo para nombrar algunos de sus
logros.
La amplitud de su conocimiento teológico es sin parangón.
Educado en las mejores instituciones académicas de su tiempo, Owen
dominaba lo mejor de su tiempo en términos de filología, historia,
patrística, teología escolástica medieval, literatura europea
contemporánea, idiomas bíblicos, lógica, gramática, solo para nombrar
algunas de las cualidades de la amplitud de su erudición.19
Sin embargo, ha sido mencionado de manera correcta, que los
escritos de Owen no están entre los más fáciles de leer entre los puritanos.
El mismo menciona que no estaba preocupado con el ornamento y
elegancia de estos, sino con el contenido. Andrew Thompson, el biógrafo
de Owen del siglo XIX menciona que Owen aborda los temas que escribe
con el mismo tacto con “que un elefante al caminar”.20 Esto es cierto.
18
Carl R. Trueman, The Claims of Truth: John Owen's Trinitarian Theology
(Carlisle, Cumbria: Paternoster Press, 1998), 1-3.
19
Crawford Gribben, “John Owen, Renaissance Man? The Evidence Of
Edward Millington’s Bibliotheca Oweniana (1684),” Westminster Theological Journal
72, no. 2 (2010): 322.
20
Andrew Thompson, “Life of Dr. John Owen”, en The Works of John Owen,
ed. William H. Goold, vol. 1 (Edinburgh: T&T Clark, n.d.), xxxviii.
27
2. ¿Cómo era el mundo en la época de John Owen?
28
enorme crimen que se cometía. Y triste sobre todo porque esto se
hizo en nombre de la cruz de Cristo.21
21
Justo L. González, Historia Del Cristianismo: Tomo 2, vol. 2 (Miami, FL:
Editorial Unilit, 2003), 250–251.
22
John Craig, “The growth of English Puritanism,” en The Cambridge
companion to Puritanism, eds. John Coffey y Paul C.H. Lim, (Cambridge: Cambridge
University Press, 2008), 34-47.
29
típica familia puritana de su tiempo,23 corría el año trece en el reinado del
Rey James I de Inglaterra, el mismo año en el que William Shakespeare
murió. Su padre, el reverendo Henry Owen, de fuertes convicciones
puritanas y no-conformistas,24 junto con la mayoría de sus compañeros
puritanos sufrían una creciente hostilidad no solo de parte del Rey, sino
también de las principales instituciones.
Aunque la familia de Owen no hubiera sido considerada para su tiempo
del lado radical del puritanismo, sin duda el solo hecho de identificarse
como tales hubiera causado sin dudas ciertas molestias en la infancia de
Owen.
Sus padres tuvieron seis hijos, cuatro varones y dos mujeres. El
padre de John Owen, Henry Owen se desempeñó gran parte de su vida
como ministro puritano en Stadhampton, la cual tenía una larga tradición
de ministros puritanos.25 John Owen fue el segundo de seis hermanos, su
hermano mayor William, había nacido cuatro años antes que él, de los
nombres de sus hermanos solamente conservamos el nombre de dos de
sus otros hermanos menores: Philemon y Henry; y de una de sus hermanas
mujeres: Hester. Aunque su padre había sido educado en la Universidad
de Oxford, la familia de Owen no era adinerada.
23
Para un buen sumario de la vida de John Owen, puede la biografía de Peter
Toon, ‘God’s Statesman’; y también la reciente biografía de Crawford Gribben, ‘John
Owen and English Puritanism: Experiences of Defeat’. En cuanto al estudio de su
teología, el mejor estudio es sin duda dos libros escritos por Carl Trueman, ‘The Claims
of Truth’ y ‘John Owen: Reformed Catholic, Renaissance Man’. Entre obras que
exploran los escritos pastorales de Owen, dos de las más significativas son la obra de
Sinclair Ferguson, ‘John Owen on the Christian Life’, y la obra de Matthew Barrett y
Michael Haykin, ‘Owen on the Christian Life’.
24
Uso el término ‘No conformista’, para referirnos a aquella rama del
anglicanismo auto-identificada como ‘Puritana’, pero que a su vez no estaban de acuerdo
con que el Rey sea la cabeza de la Iglesia, o la existencia, por ejemplo, de Obispos. De
ahi el nombre ‘no conformista’, en el sentido de que no se conformaban u amoldaban a
la establecido por el Rey en este aspecto.
25
Peter Lake, “A Charitable Christian Hatred: The Godly and their enemies in
the 1630’s,” en The culture of English Puritanism, 1560-1700, eds. Christopher Durston
and Jacqueline Eales (New York: Palgrave Macmillan, 1996), 145-183.
30
La infancia de Owen fue marcada por el puritanismo, y la
influencia teológica de su padre fue sin duda de suma relevancia en su
formación personal, espiritual y teológica. Owen mismo habla sobre la
relación con su padre en sus años de infancia, “Fui criado desde mi
infancia bajo el cuidado de mi padre, quien fue un ministro no-
conformista todos los días de su vida, y un sufrido obrero en la viña del
Señor.” 26 En la casa de Henry Owen, a los niños se les enseñaba a orar y
a leer la Biblia, y como obedecer y practicar los Diez Mandamientos. Cada
dia, los niños junto con todos los trabajadores debían sentarse para oír la
Palabra de Dios ser leída por el padre de familia, el mismo que luego se
las explicaba brevemente, para concluir con las oraciones, por el gobierno,
la comunidad e individualmente. Posteriormente a los pies de su madre
memorizarían los salmos, junto con otras porciones de las Escrituras.27
Tanto John, como su hermano mayor William, recibieron el apoyo
económico de un tío lejano en Gales a fin de que pudiera realizar estudios
sus universitarios en Oxford.28
Es muy probable que Owen haya sido muy cercano a sus
hermanos. Fue estudiar a la Universidad de Oxford junto con su hermano
William quien más adelante fue ordenado al ministerio en 1634, mientras
que sus dos hermanos menores Philemon y Henry se enlistaron en el
ejército juntos también. De todos los hijos varones de Henry Owen,
probablemente el único que no fue a la Universidad fue el menor, también
llamado como su padre, Henry Owen. Todos los demás recibieron la
mejor educación académica posible de su tiempo en la Universidad de
Oxford.
Sin embargo, uno de los hermanos menores de John Owen,
Philemon, murió en la guerra mientras servía en el ejército republicano en
26
John Owen, ‘A Review of the True Nature of Schism’, en The Works of
John Owen, ed. William H. Goold, vol. 13 (Edinburgh: T&T Clark, n.d.), 224.
27
Peter Toon, God's Statesman: The Life and Work of John Owen, Pastor,
Educator, Theologian (Exeter: Paternoster Press, 1971), 2.
28
Ibid., 12.
31
1651, a los 29 años.29 El afecto hacia sus hermanos estuvo presente hasta
el final de sus días. Al parecen Owen tenía un afecto especial por su
hermano menor Henry, pues hacia el final de sus días en su testamento
mencionada a sus dos hijos, sus sobrinos Henry y Heneretta como
herederos de parte de su herencia, así también como los hijos de su
hermana Hester.30
Probablemente Owen tenía alrededor de diez años cuando
comenzó a asistir a la pequeña escuela cerca de su hogar, bajo la tutela de
Edward Sylvester, de quien sabemos no tenía ningún afecto por la causa
puritana.31 Fue aquí donde aprendería las bases que le servirían para el
desarrollo de una educación en Oxford, donde se les enseñarían las bases
de la gramática, literatura y Latín.32 Fue quizá, también, durante esta
época que Owen comenzó a experimentar la ridiculización debido a
ciertas de sus convicciones puritanas, como el mismo menciona en sus
escritos vez tras vez; “recuerdo que cuando era un niño, oí cientos de
veces historias sobre los puritanos, que luego descubrí eran solamente
invenciones…”33 Y es que eran épocas difíciles, o se estaba a favor o en
contra de la monarquía, la neutralidad era prácticamente una
imposibilidad.
29
Ruth Spalding, ‘The improbable Puritan: A life of Bulstrode Whitelocke
1605-1675’ (London: Faber and Faber, 1975), 122.
30
“The will of Dr. John Owen”, en The correspondence of John Owen (1616-
1683): With an account of his life and work, ed. Peter Toon (Cambridge: James Clarke,
1970), 184.
31
Crawford Gribben, John Owen and English Puritanism: Experiences of
Defeat. Oxford Studies in Historical Theology. (New York, NY: Oxford University
Press, 2016), 29.
32
Peter Toon, God's Statesman: The Life and Work of John Owen, Pastor,
Educator, Theologian (Exeter: Paternoster Press, 1971), 3.
33
John Owen, ‘Sermon 3: Righteous zeal encouraged by Divine Protection’,
en The Works of John Owen, ed. William H. Goold, vol. 8 (Edinburgh: T&T Clark, n.d.),
197.
32
4. Owen, estudiante de Teología de la Universidad de
Oxford.
34
Mordechai Feingold, “The humanities,” en The History of the University of
Oxford, vol. 4: The seventeenth century, ed. Nicholas Tyacke (Oxford: Oxford
University Press, 1997), 211-357.
33
rigurosos estándares académicos de sus días. El día comenzaba con un
sermón en latín en la capilla de Colegio a las 6am, seguido del desayuno.
Las clases, tutoriales y debates, todos llevados a cabo en latín, se llevaban
a cabo hasta la merienda a las 10am. Después de la misma los alumnos
tenían tiempo libre, antes de seguir con más clases y debates. Por la tarde
nuevamente se asistía a la capilla, luego de la misma se tenía tiempo para
estudio privado y consulta personal con su tutor.35 Durante su tiempo de
estudios de Bachiller, Owen pasaba su tiempo libre practicando salto largo
y lanzamiento de jabalina, lo cual sugiera como lo mencionan relatos de
su tiempo, que poseía una condición física robusta.36
Los puritanos estaban convencidos que el aumento del
arminianismo solo podía significar en el mejor de los casos un retroceso
y cese de la Reforma Protestante, mientras que en el peor de los casos un
regreso al Catolicismo Romano.37 Es, en parte por eso la enemistad
visceral entre el partido puritano y el partido arminiano particularmente
en la primera mitad del siglo XVII. El sentir de “algo tiene que hacerse
antes de que sea demasiado tarde” iba cada vez más en aumento en las
primeras décadas del siglo XVII.
Los estudios de Maestría serían el equivalente a lo que el día de
hoy llamamos un Bachiller Universitario. Owen no tuvo ninguna
preocupación económica durante sus años de estudiante en Oxford, pues
todo lo que necesitaba fue provisto por un tío adinerado de Gales.
Sabemos que Owen fue un estudiante muy dedicado, durmiendo muy a
menudo solamente cuatro horas para tener más tiempo de estudiar y
profundizar en las materias que llevaba.38 Fue durante estos años que
Owen comenzó a estudiar las obras de Tomas de Aquino, las mismas que
35
Peter Toon, God's Statesman: The Life and Work of John Owen, Pastor,
Educator, Theologian (Exeter: Paternoster Press, 1971), 4.
36
John Asty, “Memoirs of the Life of John Owen, D.D.,” en A complete
collection of the sermons of the Reverent and learned John Owen, D.D. (1721), iii.
37
Crawford Gribben, John Owen and English Puritanism: Experiences of
Defeat. Oxford Studies in Historical Theology. (New York, NY: Oxford University
Press, 2016), 32.
38
John Asty, “Memoirs of the Life of John Owen, D.D.,” en A complete
collection of the sermons of the Reverent and learned John Owen, D.D. (1721), iii.
34
ejercieron una fuerte influencia en su pensamiento y método teológico,
introducidas por su tutor Thomas Barlow.39
Las clases se desarrollaban a través de debates. Usualmente un
punto controversial de lógica o de filosofía era puesto en forma de
pregunta para iniciar el debate, el mismo que se desarrollaría en tres
etapas. Primero, el primer participante denominado ‘Respondente’ ofrecía
una respuesta u interpretación de la pregunta. Segundo, acto seguido,
varios oponentes debatían varías proposiciones contradictorias del
‘Respondente’, y buscaban los puntos débiles en su argumentación.
Tercero, acto seguido y a manera de conclusión el moderador resumía los
principales argumentos de cada lado, mencionaba algún punto que había
sido pasado por alto, y elogiaba o amonestaba a los participantes por haber
pasado por alto algún punto.40
Durante su tiempo libre en sus años de Maestría, Owen pasaba
tiempo tocando la flauta. Fue, también durante sus años de estudiante en
la Universidad que Owen desarrollaría una preferencia por
Presbiterianismo, el mismo que le acompañaría por muchos años hasta
que posteriormente abraza el Independentismo.41 Owen termino sus
estudios de Bachiller, graduándose con un BA el 11 de Junio 1632, el
mismo día que su hermano William, y con un MA en 1635, destacándose
como un alumno sobresaliente y con una inminente carrera académica por
delante, por lo cual fue de inmediato a los estudios doctorales.42 Sin
embargo, en 1636, mientras Owen se encontraba realizando estudios
doctorales en la Universidad de Oxford, William Laud introdujo aún más
39
Carl R. Trueman, John Owen: Reformed Catholic, Renaissance Man. Great
Theologians Series. (Aldershot, England: Ashgate, 2007), 9-12.
40
Peter Toon, God's Statesman: The Life and Work of John Owen, Pastor,
Educator, Theologian (Exeter: Paternoster Press, 1971), 5.
41
Crawford Gribben, John Owen and English Puritanism: Experiences of
Defeat. Oxford Studies in Historical Theology. (New York, NY: Oxford University
Press, 2016), 36.
42
Peter Toon, God’s Statesman: The Life and Work of John Owen (Exeter:
Paternoster Press, 1971), 6.
35
elementos que los puritanos consideraban católicos, de la misma manera
el Arminianismo había triunfado en Oxford.43
El entendimiento de la gracia dentro del esquema Arminiano en
la Iglesia Anglicana estaba fuertemente ligado a un ‘Sacramentalismo’, y
la mediación de la Iglesia. Durante sus años de Universidad, Owen habría
escuchado sermones y clases que, si bien mencionaban que la salvación
le pertenecía en última instancia a Dios, sin embargo, el hombre a través
de su libre albedrio jugaba un papel en su propia salvación. Owen no podía
continuar estudiando en Oxford, así que por razones de consciencia dejo
la Universidad un año más tarde en 1637.44 Un año más tarde sería
ordenado al ministerio iniciando así su carrera como ministro del
evangelio, tenía en entonces 22 años, y, de acuerdo con el mismo, aún no
había experimentado una seguridad de salvación del Espíritu Santo.
43
Christopher Durston y Judith Maltby, “Introduction: Religion and revolution
in seventeenth-century England,” en Religion in revolutionary England, eds. Christopher
Durston y Judith Maltby (Manchester: Manchester University Press, 2006), 3.
44
John Owen, The Oxford orations of John Owen, ed. Peter Toon (Callington,
Cornwall, UK: Gospel Communications, 1971), 32.
45
A excepción de la primera sección que tiene seis capítulos. Los capítulos 4 y
5 de la primera sección son un solo capitulo que ha sido dividido en dos para una mejor
comprensión de este.
36
de este quede enmarcado dentro de su contexto histórico y teológico más
amplio.
La segunda sección de esta obra se titula “Introducción a la
Teología de John Owen”, y en la misma se consideran algunos puntos
representativos del cuerpo teológico de John Owen. Dada la magnitud y
variedad de los escritos de Owen, esta sección es solamente, como el titulo
lo indica, una breve introducción a la contribución teológica de dicho
autor. La elección de los tópicos tocados aquí ha sido deliberada de
acuerdo con aquellos aspectos de la contribución teología de Owen que
son más útiles a nuestro contexto Latinoamericano.
La tercera sección de esta obra se titula “John Owen sobre el
Ministerio Pastoral”. No solamente para Owen, sino también para el
conjunto de los puritanos, el propósito del estudio teológico era vivir una
vida que agradara a Dios. Una teología que no tuviera una aplicación
directa en las vidas de los creyentes no solo no promovía la piedad, sino
todo lo contrario. Una teología que no promoviera la piedad solo
promovería el orgullo intelectual y como tal dejaría a aquel que lo
estudiara en peor estado que cuando inicio el estudio de esta. Al igual que
la sección anterior, la elección de los temas de esta sección ha sido
deliberada tomando en cuenta una vez mas nuestro contexto
latinoamericano.
37
por los Reformadores: Un retorno a la autoridad primaria de las Escrituras
por sobre otras fuentes de autoridad como la tradición o experiencia.
Quizá ahora más que nunca la Iglesia Evangélica necesita volver
a sus raíces. No hay nada que aporte más al sentido de identidad de una
persona que su trasfondo e historia. Lo mismo se aplica con una Iglesia.
La Iglesia Evangélica en Latinoamérica ha sido en un sentido
‘teológicamente huérfana’. Por un lado, la rama Progresista adoptaba una
combinación entre Teología Liberal y Neo-Ortodoxia (Barthianismo), y
por otro el extremo Fundamentalista, derivados de norteamericana, se
definía a si misma a través de la negación de aquello que no era (i.e. no
carismática, no liberal, no teología del pacto, no, etc.), más aún aquellas
ramas del protestantismo que no tenían una fuerte identidad histórica
adoptaban una versión deformada del Pentecostalismo Clásico en lo que
ha venido a ser conocido como Neo-Pentecostalismo, con sus apóstoles y
profetas a la orden del día en todos los tamaños y formas, para todos los
gustos. A la luz de nuestra situación actual en Latinoamérica debemos
preguntarnos, ¿existe algún valor en estudiar las obras de alguien que
nació hace 400 años en un tiempo y contexto completamente diferente al
nuestro? Absolutamente.
Unidad y Diversidad.
¿Cuáles son las características que nos definen como
Evangélicos? ¿Qué es aquello, por ejemplo, que nos diferencia del
Catolicismo Romano, o de la Iglesia Ortodoxa? De la misma manera que
en una familia existen diferencias entre un hermano y otro, también
existen similitudes, un parecido o semblanza, que hace que, aunque un
hermano no sea exactamente igual que el otro, compartan características
en común. La Iglesia Evangélica seria la familia, mientras que las
denominaciones de la misma como hermanos dentro de la misma. Una de
las más grandes tragedias dentro de nuestro contexto Latinoamericano es
que un hermano ha llamado a otro hermano ‘alnado’ solo porque no luce
exactamente como él.
38
Para algunos, todo aquel que no sea exactamente como uno es un
hereje, ya sea por la versión de la Biblia que use, o si se atañe al principio
normativo o regulador, o incluso si sostiene cuatro o cinco puntos de un
esquema soteriológico. Para otros, todos pertenecen a nuestra familia,
incluso aquellos que claramente forman parte de otra. Me refiero aquí a
aquellos que promueven el movimiento ecuménico, Liberales e incluso la
Neo-Ortodoxia (Barthianismo), que cae fuera de los parámetros
tradicionales del evangelicanismo.
Hay una palabra que está casi descontinuada en nuestros círculos,
que desgraciadamente se confunde con legalismo y oscurantismo, y es la
palabra Ortodoxia. ¿Hasta qué punto hemos dejado de lado nuestra
herencia evangélica y hemos adoptado, a menudo involuntariamente,
posturas Liberales, católicas, y Barthianas? ¿Cómo es posible que mas
evangélicos estén familiarizados con Cash Luna, Guillermo Maldonado,
Benny Him, en lugar John Owen, Jonathan Edwards o Charles Wesley?
¿Por qué nuestras instituciones teológicas a nivel post-grado exigen leer a
Karl Barth (1886-1968) antes que a Herman Bavinck (1854-1921)? ¿A
Rudolf Bultmann (1884-1976) antes que a Geerhardus Vos (1862-1949)?
¿A Paul Tillich antes que a Jonathan Edwards? ¿A Ernst Käsemann
(1906-1998) antes que ha Herman Ridderbos (1909-2007)? ¿Hasta qué
punto nuestro evangelicanismo en Latinoamérica sabe más a misticismo,
catolicismo, liberalismo o barthianismo? Alguien dirá, ¿Pero hay valor en
leer a Bultmann? Si, por supuesto. Pero casi todo lo ortodoxo dicho por
Bultmann es casi lo mismo dicho por Vos o Ridderbos. ¿Cuáles son las
características que nos definen como evangélicos? Unidad y Diversidad,
no debemos sacrificar la diversidad por la unidad, pero no debemos perder
de vista la unidad.
Continuidad y Discontinuidad.
39
a lo largo de los siglos no han sido los mismos, ha habido mucha variedad
desde el siglo XVI en adelante. Déjenme citarles dos ejemplos.
46
Todas las referencias son de: Charles G. Finney, Systematic Theology
(1846; repr., Minneapolis: Bethany Fellowship, 1976), 46, 57, 321–22.
40
Evangelio que predicaba Wesley estaba mucho más cerca al evangelio
predicado por Whitefield y Spurgeon, que al evangelio de Finney, el cual
es casi un evangelio diferente. Como diría Ryrie en sus advertencias a las
Iglesias:
Por teología y teólogos del siglo XVI nos referimos, por ejemplo,
a los Reformadores, esto es John Knox, Martin Lutero, Juan Calvino,
Martin Bucer, Peter Vermigli, etc. Cuyos temas principales y énfasis
teológicos tenemos: La Salvación por Sola Fe, la Completa Inhabilidad
del Hombre, El uso de los Sacramentos y Adoración publica, la
Predicación de la Palabra, las Marcas de una Iglesia verdadera, etc.
Por teología y teólogos del siglo XVII nos referimos, por ejemplo,
a los Puritanos, esto es John Owen, Richard Baxter, William Perkins,
Thomas Goodwin, etc, asi como los teólogos continentales como Francis
Turretin, entre otros. Cuyos temas principales tenemos: La creación y uso
de Confesiones de Fe, como la de Westminster, La Teología del Pacto, el
Decreto de Dios, el Ordo Salutis, el Método Teológico, la Ley y el
Evangelio, etc.
Existen dos extremos incorrectos de los cuales debemos cuidarnos
al momento de estudiar la Reforma del siglo XVI y la post-reforma del
siglo XVII, y son:
47
J. C. Ryle, Advertencias a las iglesias, trans. David Cánovas Williams,
Primera edición. (Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino, 2003), 57.
41
A. Existe completa continuidad entre la teología del siglo XVI y la
del siglo XVII. Enseñaron exactamente lo mismo.
B. Existe completa discontinuidad entre la teología del siglo XVI y
la del siglo XVII. Sus enseñanzas fueron completamente
diferentes.
42
¿Afirmaría Calvino el tercer punto del calvinismo (Redención Particular)?
Es errada, pues seria medir a Calvino, un teólogo del siglo XVI con
estándares, temas y controversias del siglo XVII. El tema de la Redención
Particular o General no era un tema de discusión o debate durante el siglo
XVI. Sería algo así como preguntar, seria Martin Lutero Fujimorista o
Aprista, o votaría Charles Wesley por Donald Trump o Hilary Clinton.
Debemos dejar que Calvino, Lutero, Owen, Wesley y Edwards digan lo
que tienen que decir, y no hacerles decir lo que consideramos ortodoxo.
43
Cronología
1616 Nacimiento de John Owen. Padres Henry y Hester Owen.
1625 Charles I ocupa el trono de Inglaterra en sucesión de su padre
James I.
1626 Owen entra a la Escuela preparatoria.
1628 Owen comienza sus estudios teológicos en la Universidad de
Oxford.
1629 Charles I disuelve el Parlamento Ingles adjudicándose mas poder
en la toma de decisiones.
1630 William Laud es nombrado rector de la Universidad de Oxford.
Un gran movimiento puritano parte hacia Nueva Inglaterra en los
Estados Unidos, liderados por John Winthrop.
1632 John Owen obtiene su bachiller en la Universidad de Oxford.
1633 William Laud es nombrado arzobispo de Canterbury, la figura
principal de la Iglesia Anglicana.
1635 Owen obtiene su MA (Maestría) de la Universidad de Oxford, y
comienza el programa de siete años para obtener su doctorado.
1637 Owen deja la Universidad de Oxford.
1640 El Parlamento Largo (1640-1653) es convocado.
1642 La Guerra Civil Inglesa comienza. Owen se muda a Londres
donde experimenta seguridad de salvación y una experiencia de
conversión.
Publicación de Una Exposición del Arminianismo.
1643 Owen comienza su primer pastorado en Fordham, Essex.
Owen contrae matrimonio con Mary Rooke (1618-1676).
Publicación de Las Distinciones entre los Deberes de los Pastores
y de la Congregación.
El inicio de la Asamblea de Westminster. La Liga Solemne y del
Pacto es firmada.
1644 El partido Independiente Parlamentario gana una importante
victoria en la batalla de Maston Moor.
44
1645 El arzobispo William Laud es ejecutado. Se libra la batalla de
Naseby.
Publicación de Dos Cortos Catecismos.
1646 Owen es invitado a predicar en el Parlamento Ingles el 29 de abril.
Owen asume el pastorado en Coggeshall, Essex. Owen abandona
el Presbiterianismo para abrazar el congregacionalismo.
1647 Publicación de la Confesión de Fe de Westminster.
Publicación de La Muerte de la Muerte en la Muerte de Cristo.
1648 La primera guerra civil inglesa llega a su fin.
1649 El Rey Charles I es ejecutado. Owen viaja a Irlanda como capellán
de las campañas de guerra de Oliver Cromwell.
1650 Owen es nombrado predicador del Concilio de Estado, y
nombrado capellán principal de la campaña de guerra contra
Escocia.
Publicación de La Muerte de Cristo.
1651 Owen es nombrado decano de Christ Church, en la Universidad
de Oxford.
1652 Owen es nombrado rector general de la Universidad de Oxford.
Composición de la Confesión de Fe Las Humildes Propuestas
para la Propagación del Evangelio.
1653 Oliver Cromwell disuelve el Parlamento ingles, y es nombrado
“Señor Protector” de Inglaterra. Owen obtiene su doctorado de la
Universidad de Oxford.
Publicación de Disertación sobre la Justicia Divina.
Composición de la Confesión de Fe Propuestas para la
Propagación del Evangelio.
1654 Publicación de La Doctrina de la Perseverancia de los Santos
Explicada y Confirmada.
1655 Publicación de El Misterio del Evangelio Vindicado.
1656 Publicación de La Verdadera Naturaleza del Cisma.
Publicación de La Mortificación del Pecado en los Creyentes.
45
1657 Owen se opone a que Oliver Cromwell se corone como Rey de
Inglaterra. Owen es depuesto de su posición como rector de la
Universidad de Oxford.
Publicación de Comunión con Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo.
Publicación de la segunda edición de La Verdadera Naturaleza
del Cisma (1656), bajo el titulo Revisión de la Verdadera
Naturaleza del Cisma.
1658 Owen se consolida como líder de la Asamblea de Savoy. Oliver
Cromwell muere el 3 de Setiembre.
Publicación de La Naturaleza y el Poder de la Tentación.
1659 Publicación de El Origen Divino de las Escrituras.
Publicación de Dos Asuntos con relación al poder del Supremo
Magistrado sobre la Religión.
1660 La Monarquía es restaurada bajo el reinado de Charles II. En
Marzo, Owen deja la decania de Christ Church, y la Universidad
de Oxford, y regresa a Stadhampton.
1661 Publicación de Theologovmena Pantodapa o Teologia Biblica.
1662 El decreto de uniformidad busca imponer la creencias de la Iglesia
Anglicana sobre todo Inglaterra. Dos mil ministros puritanos son
expulsados el 24 de agosto, en el día de San Bartolomé.
Owen se muda a Stoke Newington.
Publicación Un Dialogo sobre las Liturgias.
1664 El decreto de Conventículo prohíbe a los ministros de
convicciones independientes predicar el evangelio.
1665 La peste azota Londres diezmando su población. El decreto de las
Cinco Millas prohíbe a los ministros puritanos independientes de
regresar a sus congregaciones.
1666 El gran incendio de Londres destruye a la mayor parte de la
ciudad.
1667 Publicación de Una Breve Instrucción sobre la Adoración a Dios.
Publicación de Consideraciones para la Tolerancia Religiosa.
Publicación de El Pecado Remanente en los Creyentes.
46
Publicación de Una Ofrenda de Paz, en una Apología y Humilde
Peticion por Tolerancia Religiosa.
1668 Publicación de Una Exposición sobre la Epístola a los Hebreos –
Volumen I.
1669 La controversia entre Richard Baxter y John Owen se intensifica.
Publicación de Una Defensa de la Doctrina de la Trinidad.
1670 Publicación de Las Razones y Bases por las cuales los
Protestantes Independientes deseas Libertad de Culto.
1672 El edicto de indulgencia otorga un mayor nivel de libertad
religiosa.
Publicación de Un Discurso sobre el Amor Evangélico, La Paz de
la Iglesia, y la Unidad.
1673 La congregación liderada por John Owen se fusiona con la de
Joseph Caryl.
1674 Publicación de Un Discurso sobre el Espíritu Santo.
Publicación de Una Exposición sobre la Epístola a los Hebreos –
Volumen II.
1675 La esposa de Owen, Mary, fallece.
1676 Owen contrae nuevas nupcias con Dorothy D’Oyley.
Publicación de La Naturaleza y las Causas de la Apostasía.
1677 Publicación de La Doctrina de la Justificación por la Fe.
Publicación de Las Razones de la Fe.
1678 Publicación de Las Maneras, Medios y Causas para entender la
Voluntad de Dios.
Publicación de La Persona de nuestro Señor Jesucristo.
1680 Publicación de Una Exposición sobre la Epístola a los Hebreos –
Volumen III.
1680 Publicación de Una Defensa del Independentismo Religioso.
Publicación de Algunos puntos a tener en cuenta para la Unidad
entre Protestantes.
1682 Publicación de Un Discurso de la Obra del Espíritu Santo en la
Oración.
47
1683 Owen fallece el 24 de agosto. Es enterrado en Bunhill Fields,
junto con otros puritanos como John Bunyan.
1689 El edicto de tolerancia religiosa es aprobado por el Rey. La
Segunda Confesión Bautista de Londres es publicada, unificando
así a las congregaciones Bautistas Particulares.
48
Primera Parte:
Introducción Teológica e
Histórica al Puritanismo
Ingles y a John Owen.
49
1. Leyendo A Los Puritanos
Joel R. Beeke
*
Este ensayo es una adaptación de Joel R. Beeke, “Reading the Puritans”, ed.
Joel Beeke, Puritan Reformed Journal Volumen 3, n.o 2 (2011): 193-231.
50
3. Por Dónde Comenzar A Leer A Los Puritanos.
4. Cómo Leer A Un Puritano Individualmente.
5. Algunos De Mis Puritanos Favoritos.
a. Anthony Burgess (D. 1664)
b. Wilhelmus Á Brakel (1635-1711)
c. Samuel Rutherford (1600-1661)
d. Más Puritanos Favoritos.
e. Teólogos Escoceses Favoritos.
f. Teólogos Favoritos De La Segunda Reforma Holandesa.
6. Ideas Para Imprimir A Los Puritanos.
7. Consejos Finales.
1
Citado de Hanina Ben-Menahem y Neil S. Hecht, eds., Authority, Process and
Method: Studies in Jewish Law (Amsterdam: Hardwood Academic Publishers, 1998), 119.
Para una versión más corta de este artículo, ver Southern Baptist Journal of Theology,
volumen 14 (Invierno 2010): 20–37. Varias partes de este artículo han sido adaptadas de
otros escritos por el autor, quien desea agradecer a Kyle Borg por su ayuda en las primeras
secciones.
51
1564), John Owen (1616–1683), y Jonathan Edwards (1703–1758). Entre
aquellos gigantes, los Puritanos también se elevan como gigantes de la
habilidad exegética, de los logros intelectuales, y de la piedad profunda.
Sobre esta montaña se construye nuestra “ciudad” reformada.
Estamos donde estamos gracias a nuestra historia, aunque seamos enanos
sobre los hombros de gigantes. ¿Quiénes serían George Whitefield (1714–
1770), Charles Hodge (1797–1878), Charles Spurgeon (1834–1892),
Herman Bavinck (1854–1921), J. Gresham Machen (1881–1937), o el Dr.
Martyn Lloyd-Jones (1899–1981) si no fuese por sus predecesores? A
pesar de esto, el estudio de los puritanos fue tristemente olvidado hasta el
resurgir de su literatura en los últimos años de la década de 1950. Hoy en
día, en muchos círculos evangélicos, la teología puritana todavía se
margina. Mientras que los puritanos construyeron palacios, nosotros nos
conformamos con edificar cabañas; donde ellos plantaron campos,
nosotros plantamos unas pocas flores; mientras que ellos miraron debajo
de cada piedra de la reflexión teológica, nosotros nos contentamos con
guijarros; donde ellos apuntaron hacia una completa profundidad,
nosotros apuntamos hacia pequeñas frases pegajosas.
La frase en latín tolle lege, que significa “toma y lee”, nos ofrece
un remedio para esta apatía hacia las verdades espirituales. Nuestros
ancestros nos han dejado una rica herencia teológica y cultural. Podemos
decir de los puritanos lo que Nicolás Maquiavelo (1469–1527) dijo que
su rutina matinal consistía en leer a los antiguos, “Entro a la corte antigua
de los gobernantes que hace mucho han fallecido. Allí me reciben con
calidez, y me alimento solo de la comida que encuentro nutritiva”.2
Volver a los escritos puritanos también recompensará al lector
diligente. Whitefield dijo, “Aunque murieron, hablan todavía por sus
escritos: una unción peculiar todavía los acompaña hasta el día de hoy”.3
Whitefield predijo que los escritos puritanos serían leídos hasta el fin de
2
Citado de Modern Political Thought: Readings from Machiavelli to Nietzsche,
ed. David Wootton (Indianapolis: Hackett Publishing Company, 1996), 7.
3
George Whitefield, The Works of the Reverend George Whitefield, M.A.…:
containing all his sermons and tracts which have been already published: with a select
collection of letters (Londres: impreso por Edward y Charles Dilly, 1771–72), 4:307.
52
los tiempos debido a sus verdades escriturales. Spurgeon estuvo de
acuerdo con el decir, “En estos [escritos] ellos viven para siempre. Los
intérpretes modernos no los han reemplazado, ni tampoco lo serán hasta
el fin de los tiempos”.4 Hoy día estamos siendo testigos de una especie de
avivamiento en la lectura de los puritanos, iniciado en gran medida por la
editorial Banner of Truth [Estandarte de la Verdad], que ha estado
publicando literatura puritana sistemática y cuidadosamente desde finales
de la década de 1950.5 Las reimpresiones puritanas de los últimos
cincuenta años incluyen en la actualidad a 150 autores puritanos y
setecientos títulos impresos por más de setenta y cinco editoriales. Tan
solo la editorial Reformation Heritage Books (RHB)- la cual tiene como
su sello la línea puritana Soli Deo Gloria - maneja aproximadamente 150
títulos puritanos y también vende a precio de descuento cerca de
quinientos títulos puritanos que están actualmente en impresión.
Estamos agradecidos por el resurgir de este interés en los escritos
puritanos. Sin embargo, este enfrenta algunos desafíos y plantea algunas
preguntas que abordaré en este artículo. Quisiera abordar seis puntos.
Primero, ofreceré una perspectiva breve del énfasis puritano, y luego, en
segundo lugar, indicaré distintas formas en que podemos beneficiarnos de
leer a los puritanos. En tercer lugar, consideraré algunas ideas acerca de
cómo comenzar a leer a los puritanos, y luego, en cuarto lugar, fijaré mi
atención en un plan de lectura para los escritos de un puritano en
particular: Thomas Goodwin. En quinto lugar, pondré mi atención en
algunos de mis puritanos favoritos y, finalmente, consideraré algunas
ideas para imprimir más libros puritanos en el futuro.
4
Citado de Steven C. Kettler, Biblical Counsel: Resources for Renewal
(Newark, Del.: Letterman Associates, 1993), 311.
5
Ligon Duncan, en Calvin for Today, ed. Joel R. Beeke (Grand Rapids:
Reformation Heritage Books, 2010), 231.
53
Se ha gastado mucha tinta en definir quiénes fueron los puritanos.
La dificultad es que el puritanismo, que data desde los años 1560 hasta
inicios del 1700s, nunca fue identificado con un grupo o denominación en
particular. Como Edward Hindson observó, el puritanismo incluía a
“aquellos predicadores y laicos que mantenían ciertas convicciones
espirituales que trascendían las fronteras confesionales. Era más un
término religioso que una etiqueta eclesiástica”.6
En este breve estudio, nuestro uso de la palabra puritano incluye
no solo a aquellos que fueron expulsados de la Iglesia de Inglaterra por el
Acta de Uniformidad en 1662, sino también a aquellos en Gran Bretaña
y Norteamérica quienes, durante varias generaciones después de la
Reforma, se esforzaron por reformar y purificar la iglesia y por dirigir al
pueblo a una forma de vida bíblica y piadosa, consistente con las doctrinas
reformadas de la gracia.7 El puritanismo creció a causa de al menos tres
necesidades: (1) La necesidad de una predicación bíblica y la enseñanza
de una doctrina reformada sana; (2) la necesidad de una piedad personal
6
Edward Hindson, Introduction to Puritan Theology: A Reader (Grand Rapids:
Baker Books, 1976), 17.
7
Richard Mitchell Hawkes, “The Logic of Assurance in English Puritan
Theology,” en Westminster Theological Journal, vol. 52 (1990): 247. Para las dificultades
e intentos al definir el puritanismo, ver The Essence of Puritanism (Goes: Oosterbaan and
LeCointre, 1929) de Ralph Bronkema,; The Origins of Puritanism”, en Church History,
vol. 20 (1951):37–57, de Leonard J. Trinterud,; “Reflections on the Nature of English
Puritanism”, en Church History, vol. 23 (1954):98–109 de Jerald C. Brauer, ; “Puritanism:
The Problem of Definition”, de Basil Hall, en G. J. Cumming, ed., Studies in Church
History, vol. 2 (London: Nelson, 1965), 283–96; de Charles H. George, “Puritanism as
History and Historiography,” en Past and Present, Vol. 41 (1968):77–104; y de William
Lamont, “Puritanism as History and Historiography: Some Further Thoughts,”, en Past
and Present, Vol. 42 (1969):133–46; Richard Greaves, “The Nature of the Puritan
Tradition,” en R. Buick Knox, ed., Reformation, Conformity and Dissent: Essays in
Honour of Geoffrey Nuttall (London: Epworth Press, 1977), 255–73; Dr. M. Lloyd-Jones,
“Puritanism and Its Origins,”, en The Puritans: Their Origins and Successors (Edinburgh:
Banner of Truth Trust, 1987), 237–59; J. I. Packer, “Why We Need the Puritans,” en A
Quest for Godliness: The Puritan Vision of the Christian Life (Wheaton, Ill.: Crossway,
1990),. 21–36; Joel R. Beeke, The Quest for Full Assurance: The Legacy of Calvin and
His Successors (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1999), 82ff.; Randall J. Pederson,
“Puritan Studies in the Twenty-First Century: Preambles and Projections,” en Puritan
Reformed Journal, Vol. 2 (Julio 2010):108–122.
54
bíblica, que enfatizase la obra del Espíritu Santo en la vida y fe del
creyente; y (3) la necesidad de la restauración de la simplicidad bíblica en
la liturgia, vestimenta, y el gobierno de la iglesia, de forma que una iglesia
bien ordenada promoviese el culto al Dios Trino como se estipula en su
Palabra.8
Tom Webster sugiere tres elementos que caracterizan a un
puritano. En primer lugar, los puritanos tenían una comunión dinámica
con Dios que moldeaba sus mentes, afectaba sus emociones, y penetraba
sus almas. Estaban cimentados en alguien más allá de ellos mismos: El
Dios Trino de las Escrituras. En segundo lugar, los puritanos adoptaron
un sistema de creencias en común basado en las Escrituras, al cual nos
referimos hoy día como “ortodoxia reformada”. En tercer lugar, nacida de
esta cosmovisión espiritualmente dinámica, los puritanos establecieron
una red relacional entre creyentes y ministros.9
Los puritanos estaban comprometidos a escudriñar las Escrituras,
organizar sus hallazgos, y luego aplicarlos a todas las áreas de la vida.
Esto creó un movimiento confesional, teológico y trinitario. Buscaban la
conversión y comunión personal con Dios, y el bienestar espiritual de la
8
Peter Lewis, The Genius of Puritanism (Grand Rapids: Reformation Heritage
Books, 2008), 11ff.
9
“Ha sido posible trazar una red de piadosos teólogos en la Inglaterra Estuardina
temprana, similar a la ‘hermandad espiritual’ de William Haller, pero que va más allá de
los grandes nombres de Sibbes, Gouge, Preston, y Dod para adentrarse en los dolientes
predicadores más humildes y los más jóvenes aspirantes para ministros egresados de
Oxford y Cambridge.… Tenía su raíz en lo que Peter Lake llamaba una ‘cierta
cosmovisión evangélica protestante’ predicada sobre los ‘potenciales efectos
transformadores del evangelio tanto sobre los individuos como sobre el orden social en su
conjunto’. Lake defiende que si se ha de definir el puritanismo, ha de hacerse en términos
de esta ‘dinámica espiritual’… [siendo] la naturaleza de esta dinámica espiritual un sentido
de comunión con Dios, fundamentado escrituralmente, profundamente emocional, y, que,
sin embargo, aspira a algo más que lo subjetivo” (Tom Webster, Godly Clergy in Early
Stuart England: The Caroline Puritan Movement, c. 1620–1643 [Cambridge: Cambridge
University Press, 1997], 333. Webster cita a William Haller, en The Rise of Puritanism
(New York: Columbia University Press, 1938), capítulo 1, y a Peter Lake, en Moderate
Puritans and the Elizabethan Church (Cambridge: Cambridge University Press, 1982),
279, 282–83.
55
familia, la iglesia, y la vida nacional.10 A causa de la opinión mal
informada que la gente tiene de ellos, hoy día ser llamado puritano es casi
un insulto. Perry Miller y Thomas Johnson dijeron, “La confusión se
vuelve más desconcertante si intentamos correlacionar los usos modernos
con cualquier cosa que pueda mostrarse pertinente a los mismos puritanos
originales”.11 Hoy día un puritano es visto a través del lente de La letra
escarlata (1850) de Nathaniel Hawthorne (1804–1864) o los juicios de las
brujas de Salem; es considerado alguien estoico que mata la alegría, más
inclinado al fuego, el azufre y la condenación, que al gozo de la salvación.
Sin embargo, salvo en muy raras excepciones, esta es una grave
tergiversación. Los puritanos no eran nada de eso.
En vez de defender a los Puritanos de las ideas falsas contra ellos,
tomaremos nota del antiguo dicho: “Es más fácil describir el Puritanismo
que definirlo”.12 Scott Clark dice que la doctrina reformada siempre ha
tenido su propia teología, práctica y piedad particular. 13 Esto también es
cierto del puritanismo. Así que hagamos una breve vista general de la
teología, piedad y práctica de este movimiento.
a. Teología.
10
Beeke and Pederson, Meet the Puritans, xvii.
11
Perry Miller y Thomas H. Johnson, eds., The Puritans, revised ed. (New York:
Harper Torchbooks, 1963), 1:1–2.
12
Ibídem, 1:1.
13
R. Scott Clark, Recovering the Reformed Confession (Phillipsburg, N.J.: P&R,
2008), 3. Peter Lewis enfatiza una estructura similar en Genius of Puritanism, 11ff.
14
Miller y Johnson, The Puritans, 1:56.
56
personas contemporáneas ven el calvinismo. Con frecuencia es visto solo
como una doctrina soteriológica que enfatiza la soberanía de Dios.
Muchas personas definen el calvinismo solo como las doctrinas de la
gracia resumidas en el acrónimo TULIP.
Pero el calvinismo es mucho más que eso. Enraizado en la
renovación religiosa acaecida en Europa en el siglo XVI que conocemos
como Reforma Protestante, el calvinismo no era solamente soteriológico,
sino que se fue un sistema completo de teología desarrollado por los
reformadores protestantes. La teología calvinista incluye todas las
doctrinas evangélicas esenciales, tales como la deidad de Cristo, la
expiación objetiva, y la persona y obra del Espíritu Santo. Este sistema de
teología ha sido aclarado en distintas confesiones de fe de las iglesias
reformadas y presbiterianas, tales como la Confesión de Fe Bélgica
(1561), el Catecismo de Heidelberg (1563), la Segunda Confesión
Helvética (1566), los Cánones de Dort (1618–1619), y los Estándares de
Westminster (1640s).15
La teología puritana, sin embargo, “no era un simple duplicado
de los dogmas de la Institución”.16 El puritanismo desarrolla varias de las
doctrinas calvinistas de forma más completa, como en la teología del
pacto, la adopción espiritual, la seguridad de la fe y la santificación. El
puritanismo también buscaba una reforma posterior en la Iglesia de
Inglaterra. 17 Tal y como Miller y Johnson hicieron notar, “Los teoristas
puritanos desarrollaron una sustanciosa adición a la teología del
calvinismo”.18
b. Piedad.
15
Para una visión general y armonía paralela de estas siete confesiones, ver la
obra de Joel R. Beeke y Sinclair B. Ferguson, eds., Reformed Confessions Harmonized
(Grand Rapids: Baker, 1999). Ver también Reformed Confessions of the 16th and 17th
Centuries, de James Dennison,4 vols. (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2009–
).
16
Miller y Johnson, The Puritans, 1:57.
17
Ibid., 1:5–6.
18
Ibid., 1:57.
57
Aunque los puritanos eran grandes exégetas, su rigor intelectual
se veía igualado o incluso sobrepasado por su piedad.19 El cultivo de la
espiritualidad o la piedad ha sido tratado de distintas formas por las
tradiciones cristianas. El cristianismo reformado defiende una vida
espiritual moldeada por las enseñanzas y directivas de la Escritura. Se
deriva de la convicción de que “Toda Escritura es inspirada por Dios y
útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”
(2 Tim. 3:16). Hindson escribió, “Su visión de la vida era teocéntrica,
directa, y controlada por la Palabra de Dios”.20
No hubo un movimiento que promoviera una piedad y
espiritualidad reformada más que los puritanos. Esta piedad centrada en
la Palabra involucraba cada faceta de la vida. La pasión que consumía al
puritano era vivir coram Deo—delante del rostro de Dios. Esta creencia
surgía de la convicción de que Dios nos había salvado soberanamente, de
forma que, en respuesta, vivimos por gratitud en una piedad visible. Como
escribe Kelly Kapic, “Para el puritano, la afirmación intelectual de la
doctrina cristiana había de equilibrarse con el obrar práctico de la gracia
de Dios en las experiencias de la vida”.21
Este énfasis es evidente en la definición de la teología de William
Ames (1576–1633) como “la doctrina de vivir para Dios”.22 Esto
demuestro el tema común de la piedad puritana en cuanto al cristianismo
experimental o experiencial. Los puritanos estaban convencidos de que la
teología había de ser llevada a la experiencia cotidiana del creyente.
Richard Sibbes (1566–1635) escribió, “La experiencia es la vida [de] un
cristiano. ¿Qué es todo el conocimiento de Cristo sin experiencia, sino
mero conocimiento?… Es el conocimiento de Cristo y de la vida de Cristo
19
Para un diálogo sobre la piedad puritana, ver el libro de Joel R. Beeke, Puritan
Reformed Spirituality (Darlington, U.K.: Evangelical Press, 2006).
20
Hindson, Puritan Theology, 24.
21
Kelly Kapic y Randall Gleason, The Devoted Life: An Invitation to the Puritan
Classics (Downers Grove, Ill.: IVP, 2004), 25.
22
William Ames, The Marrow of Theology (Grand Rapids: Baker Books, 1968),
77.
58
en la experiencia lo que nos hace bien”.23 Thomas Manton (1620–1677)
señaló que es por la experiencia que el Espíritu Santo establece la Palabra
en nuestros corazones.24
La fe experiencial de los puritanos no es lo mismo que el
experiencialismo, que convierte la experiencia en un fin en sí misma,
perdiendo por tanto sus lazos bíblicos. Esto es algo común en el
pentecostalismo contemporáneo. Más bien, el cristianismo reformado
experiencial se encarga de cómo el Espíritu Santo aplica la verdad de la
Palabra de Dios en la experiencia del cristiano, tanto en términos de lo
que debería ser idealmente como creyente en Cristo (ver, por ejemplo,
Romanos 6:10 y el capítulo 8) como en lo que encuentra que es de forma
realista en esta guerra santa contra el pecado (ver, por ejemplo, Rom.
7:14–25). Todo esto ha de centrarse en Dios y no en la experiencia, es
decir, el objetivo del examen que el creyente hace de su propia experiencia
es rastrear la obra del Espíritu en su alma para dar gloria a Dios. William
Guthrie (1620–1655) apropiadamente dijo, “El Espíritu que habla en las
Escrituras es el juez de todos”.25 Esto incluye todo el abanico de nuestras
experiencias individuales en comunión con Dios. Tal experiencia es
necesaria para una religión viva y vital. William Gurnall (1616–1679)
dijo, “Si las verdades del evangelio no obran de forma efectiva en ti para
tu renovación y santificación, eres un hombre perdido; sin duda tales
verdades serán ‘olor de muerte para muerte’ para ti. Oh, ¿Cómo puedes
descansar entonces hasta que encuentres que transforman tu corazón y
moldean tu vida a su naturaleza celestial?”26 Este énfasis experiencial era
el latir de la piedad puritana, ya que los puritanos creían que el
23
Richard Sibbes, ‘Exposition of Second Corinthias Chapter 4’, en The Works
of Richard Sibbes (Edinburgh: Banner of Truth, 1983), 4:412.
24
Thomas Manton, The Works of Thomas Manton (Birmingham, Ala.: Solid
Ground, 2008), 6:403.
25
William Guthrie, The Christian’s Great Interest (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 2002), 25.
26
William Gurnall, The Christian in Complete Armour (Edinburgh: Banner of
Truth Trust, 2002), 2:569.
59
cristianismo era una fe obrada por el Espíritu Santo, vital, una fe sentida
en el corazón, que producía un caminar cristiano genuino.
c. Práctica.
27
Richard Steele, The Character of an Upright Man (Morgan, Pa.: Soli Deo
Gloria, 2004), 13.
28
Thomas Shepard, The Sincere Convert (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria, 1999),
64–65.
29
Nathanael Vincent, Attending Upon God Without Distraction (Grand Rapids:
Reformation Heritage Books, 2010), 14–15.
60
escribió Thomas Vincent, estas ordenanzas son “los medios ordinarios por
los que Cristo nos comunica los beneficios de la redención”.30
Los puritanos no buscaban la aprobación del mundo, sino que
peleaban diligentemente la batalla de la fe por ganar la aprobación de su
Maestro. En su búsqueda de vivir soli Deo gloria (para la gloria de Dios),
eran sinceros de corazón, de un único corazón, y lo hacían de todo
corazón.
Resumiendo, el puritanismo era una especie de calvinismo
vigoroso. En cuanto a la experiencia, era cálido y contagioso; en cuanto
al evangelismo, era agresivo y sin embargo tierno; eclesiásticamente, era
teocéntrico y lleno de adoración; y políticamente defendía unas relaciones
correctas entre el rey, el parlamento, y los súbditos. La doctrina puritana
abarcaba toda la vida personal, doméstica, eclesiástica, social y nacional.31
30
Thomas Vincent, The Shorter Catechism Explained from Scripture
(Edinburgh: Banner of Truth Trust, 2004), 234.
31
Sidney H. Rooy, The Theology of Missions in the Puritan Tradition (Grand
Rapids: Eerdmans, 1965), 310–28.
61
autores puritanos creían de verdad en la suficiencia de las Escrituras para
la vida y la piedad.
Si se lee a los puritanos con regularidad, su centralidad en la
Biblia se vuelve contagiosa. Estos escritos nos enseñarán a rendir lealtad
de todo corazón al mensaje de la Biblia. Como los puritanos, nos
convertiremos en creyentes del Libro Viviente, haciéndonos eco de la
verdad de John Flavel (1628–1691), quien dijo: “Las Escrituras nos
enseñan la mejor manera de vivir, la manera más noble de sufrir, y la
forma más confortable de morir”.32
32
Citado del libro de John Blanchard, The Complete Gathered Gold (Darlington,
U.K.: Evangelical Press, 2006), 49.
33
Cornelis Pronk, “Puritan Christianity,” en The Messenger (March 1997): 5.
34
William Greenhill, Exposition on the Prophet of Ezekiel (London: Samuel
Holdsworth, 1839), 110.
62
crear convicción en nosotros acerca de la aborrecible naturaleza de
nuestro pecado contra un Dios infinito. Esto se muestra ampliamente en
el libro de Ralph Venning (c. 1622–1674) The Sinfulness of Sin (La
pecaminosidad del pecado). Por ejemplo, Venning escribió: “El pecado es
el atrevimiento contra la justicia de Dios, la violación de su misericordia,
la burla de su paciencia, el desprecio de su poder, la indiferencia a su
amor”.35
Los puritanos destacaban a la hora de exponer pecados
específicos y luego plantear preguntas para reforzar la convicción de los
mismos. Como escribió un puritano, “Hemos de ir con el palo de la verdad
divina y golpear cada arbusto en el que el pecador pueda esconderse, hasta
que, al igual que Adán que también se escondió, quede desnudo delante
de Dios”.
La lectura devocional debe confrontar además de consolar.
Creceremos poco si nuestras conciencias no son aguijoneadas diariamente
y dirigidas hacia Cristo. Como tenemos inclinación a correr hacia los
arbustos cuando nos sentimos amenazados, necesitamos ayuda diaria para
presentarnos ante el Dios viviente “al descubierto y desnudos ante los ojos
de Aquél a quien tenemos que dar cuenta” (Heb. 4:13). Los puritanos
destacaban en esto. John Owen escribió: “Cristo mediante su muerte, al
destruir las obras del diablo y procurarnos el Espíritu, ha matado el pecado
en cuanto a su reinado en los creyentes, para que no consiga su objetivo y
su dominio… Míralo bajo el peso de tus pecados, orando, sangrando,
muriendo; introdúcelo en ese estado en tu corazón de fe”.36
Tercero, los escritores puritanos comprometen nuestro corazón.
Alimentan la mente con sustancia bíblica sólida y conmueven el corazón
con afectuosa calidez. Escribieron acerca del amor por la Palabra de Dios,
del amor por la gloria de Dios y del amor por el alma de los lectores. Lo
hicieron porque sus corazones estaban tocados por Dios y ellos, en
35
Ralph Venning, The Sinfulness of Sin (Edinburgh: Banner of Truth, 2001), 32.
Venning está citando a Bunyan.
36
John Owen, ‘Of the Mortification of Sin in Believers’, en The Works of John
Owen, (Edinburgh: Banner of Truth, 2000), 6:85.
63
respuesta, anhelaban que otros sintieran y experimentaran la salvación.
Como John Bunyan (1628–1688) exclamó, “Oh, que los que me
escucharan hablar en este día pudiesen ver como yo lo que el pecado, la
muerte, el infierno y la maldición de Dios son; y también lo que la gracia,
el amor y la misericordia de Dios son por medio de Jesucristo”.37
37
John Bunyan, ‘Grace Abounding to the Chief of Sinner’, en The Works of
John Bunyan (Edinburgh: Banner of Truth, 1991), 1:42.
†
La expresión usada aquí es de difícil traducción, pudiendo significar también
manto envoltorio, pañal, cubierta, etc. La idea se refiere a la práctica de envolver
completamente a un bebe con mantas o pañales a fin de darle cobijo.
38
Thomas Adams, The Works of Thomas Adams (Edinburgh: James Nichol,
1862), 3:224.
39
Samuel Rutherford, The Letters of Samuel Rutherford (Edinburgh: Banner of
Truth, 2006), 173.
64
del cielo y de la tierra en Él”.40 Si queremos conocer mejor a Cristo y
amarle más plenamente, sumerjámonos en literatura puritana.
40
Ibídem., 426.
41
Edmund Calamy, Sermons Concerning the Doctrine of the Trinity (London,
1722), 6.
65
está hoy día. Los puritanos fueron buenos soldados en el conflicto;
soportaron grandes dificultades y sufrieron mucho. Sus vidas y escritos
nos arman para la lucha y nos motivan en el sufrimiento. Los puritanos
nos enseñan cómo la aflicción es necesaria para hacernos humildes
(Deuteronomio 8:2), para enseñarnos lo que es el pecado (Sofonías 1:12),
y traernos de vuelta a Dios (Oseas 5:15).
Gran parte del consuelo que los puritanos ofrecen nace de la
misma naturaleza de Dios. Henry Scougal (1650–1678) dijo de los
creyentes afligidos que algo que los consuela es “recordar que una
providencia sin error reina por encima de todos sus aparentes desórdenes,
y hace que todos ellos sirvan a grandes y gloriosos designios”.42 Y
Thomas Watson (c. 1620–1686) declaró, “Las aflicciones obran para bien,
ya que nos conforman a Cristo. La vara de Dios es un lápiz para dibujar
la imagen de Cristo de forma más viva sobre nosotros”.43
42
Henry Scougal, The Works of Henry Scougal (New York: Robert Carter,
1846), 169.
43
Thomas Watson, All Things for Good (Edinburgh: Banner of Truth, 2001),
28.
66
g. Los escritos puritanos nos muestran cómo vivir mediante una fe
holística.
44
J.I. Packer, A Quest for Godliness: The Puritan Vision of the Christian Life
(Wheaton, Ill.: Crossway, 1990), 24.
67
un estado de gracia y preservados en el mismo”.45 Para los puritanos la
predicación era el punto álgido del culto público. “No es asunto pequeño
estar de pie de cara a una congregación, y entregar un mensaje de
salvación o condenación que proviene del Dios viviente, en nombre del
Redentor”, escribió Richard Baxter (1615–1691).46 Los puritanos
enseñaban que la predicación debía ser expositiva y didáctica, evangelista
y que convenciese de pecado, experiencial y aplicable, poderosa y clara
en su presentación, que respetase siempre la soberanía del Espíritu Santo.
Para los puritanos, lo que transpiraba en las mañanas del Sabbath no era
una simple charla motivacional, sino un encuentro con Dios por el Espíritu
a través de la Palabra.
45
William Perkins, The Art of Prophesying (Edinburgh: Banner of Truth, 2002),
7.
46
Richard Baxter, The Practical Works of Richard Baxter (Morgan, Pa.: Soli
Deo Gloria, 2001), 4:383.
47
Packer, A Quest for Godliness, 13.
68
encargan de problemas de nuestros días con una claridad espiritual y un
celo que la iglesia desesperadamente necesita.
48
www.puritanseminary.org
49
Leland Ryken, Worldly Saints: The Puritans as They Really Were (Grand
Rapids: Zondervan, 1990).
50
Peter Lewis, The Genius of Puritanism (Grand Rapids: Reformation Heritage
Books, 2008); Erroll Hulse, Who Are the Puritans? (Darlington, England: Evangelical
Press, 2000).
69
reseñas de setecientos títulos puritanos reimpresos, ver el libro Meet the
Puritans, with a Guide to Modern Reprints (‘Conoce a los Puritanos, con
una Guía a los republicaciones modernas’), por Randall J. Pederson y yo
mismo.51 Sugerimos que la mejor manera de utilizar Meet the Puritans,
with a Guide to Modern Reprints (Conoce a los Puritanos, con una Guía
a los republicaciones modernas’) es leer una biografía y reseñas de ese
autor puritano por día, utilizando el libro como una especie de devocional
bibliográfico.
Para las biografías cortas de puritanos menos conocidos que no
han sido reimpresos en los últimos cincuenta años, ver el libro de
Benjamín Brook (1776–1848), The Lives of the Puritans (‘Las vidas de
los Puritanos’).52 Para las biografías breves de la mayoría de los puritanos
de la asamblea de Westminster, ver la obra de William S. Barker Puritan
Profiles (‘Perfiles Puritanos’.)53 Para estudios individuales de varios
teólogos puritanos y aspectos de su teología, comenzar con el libro de J.
I. Packer; ‘A Quest for Godliness: The Puritan Vision of the Christian
Life’ (‘La búsqueda por la piedad: La Visión Puritana de la Vida
Cristiana’), y mi libro Puritan Reformed Spirituality (‘La Espiritualidad
Puritana y Reformada’).54
Los puritanos pueden resultar difíciles de leer. Sus palabras,
estructura gramatical y detalle pueden ser complicados de capturar para la
mente moderna. Es mejor leer libros cortos de algunos autores puritanos
populares antes de intentar leer a puritanos de más profundidad teológica,
tales como Owen y Thomas Goodwin (1600–1679). Recomendaría
comenzar con teólogos puritanos como Thomas Watson (c. 1620–1686),
John Flavel (1628–1691), y George Swinnock (c. 1627–1673). Watson
51
Joel R. Beeke and Randall J. Pederson, Meet the Puritans, with a Guide to
Modern Reprints (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2006).
52
Benjamin Brook, The Lives of the Puritans, 3 vols. (Pittsburgh: Soli Deo
Gloria, 1994).
53
William S. Barker, Puritan Profiles (Fearn: Mentor, 1999).
54
J. I. Packer, ‘A Quest for Godliness: The Puritan Vision of the Christian Life’
(Wheaton, Ill.: Crossway, 1990); Joel R. Beeke, Puritan Reformed Spirituality
(Darlington, England: Evangelical Press, 2006). Este último libro se encuentra disponible
en español, con el mismo título antes mencionado.
70
escribía de manera concisa, clara y simple. Su Art of Divine Contentment,
Heaven Taken by Storm (El arte del contentamiento divino, el cielo
tomado por asalto), y The Doctrine of Repentance (La doctrina del
Arrepentimiento) son buenos lugares por los que comenzar.55
Flavel, que fue pastor en el puerto marítimo de Dartmouth, llegó
a ser conocido como el predicador de los marineros, y es uno de los
puritanos más simples de leer. Su Mystery of Providence (El misterio de
la providencia) está lleno de consuelo y consejo pastoral.56 Swinnock
mostraba una especial sensibilidad con las Escrituras, y podía explicar
doctrinas con gran sabiduría y claridad. Se puede probar su The Fading of
the Flesh and The Flourishing of Faith (El marchitar de la carne y el
florecer de la fe), recientemente editado por Stephen Yuille e impreso en
estilo contemporáneo.57 Tanto las obras de Flavel como las de Swinnock
han sido publicadas en series de múltiples volúmenes.58
Los libros de Richard Sibbes y Thomas Brooks (1608–1680) son
también un buen lugar para comenzar, especialmente The Bruised Reed
(La caña cascada) de Sibbes y Precious Remedies Against Satan’s Devices
(Preciosos remedios contra las artimañas de Satanás) de Brooks.59
También nos podemos beneficiar del maestro de la alegoría, John Bunyan,
aunque algunos de sus tratados reflejan una inesperada profundidad
intelectual del calderero de Bedford. 60 Luego también podemos movernos
55
Thomas Watson, The Art of Divine Contentment (Morgan, Pa.: Soli Deo
Gloria, 2001); idem, Heaven Taken By Storm (Orlando: Northampton Press, 2008); idem,
The Doctrine of Repentance (Edinburgh: Banner of Truth, 1988).
56
John Flavel, The Mystery of Providence (Edinburgh: Banner of Truth, 1963).
57
George Swinnock, The Fading of the Flesh and the Flourishing of Faith, ed.
Stephen Yuille (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2009). Otros títulos
puritanos fáciles de leer en esta nueva serie incluyen ‘Stop Loving the World’ de William
Greenhill (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2010), y ‘Triumphing Over Sinful
Fear’ de John Flavel (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2011).
58
The Works of John Flavel, 6 vols. (repr., London: Banner of Truth Trust,
1968); The Works of George Swinnock, 5 vols. (repr., Edinburgh: Banner of Truth, 2002).
59
Richard Sibbes, The Bruised Reed (Edinburgh: Banner of Truth, 1998),
Thomas Brooks, Precious Remedies Against Satan’s Devices (Edinburgh: Banner of
Truth, 1968).
60
The Works of John Bunyan, 3 vols. (repr., Edinburgh: Banner of Truth, 2004).
71
a través de la línea de ensayos puritanos de Banner of Truth (que es la
forma en que comencé a leer a los puritanos con catorce años) o con la
más reciente serie de puritanos de bolsillo. Algunos títulos puritanos
escritos por Owen han sido condensados por R. J. K. Law, facilitando su
lectura. Todos estos son buenos sitios para comenzar a leer los escritos
experienciales de los puritanos.
El cómo seguir dependerá de nuestro interés particular. Después
de familiarizarnos con distintos estilos de literatura puritana, tenemos un
amplio espectro de posibilidades a considerar. Podemos tener mucho gozo
esforzándonos con los densos tratados de Owen sobre la gloria de Cristo,
su tratado sobre el pecado, que escudriña el alma, y su obra maestra
exegética sobre Hebreos. O cuán emocionante será ascender a las alturas
de la atmósfera intelectual y espiritual con Jonathan Edwards, o escarbar
en las profundidades de los atributos divinos con Stephen Charnock
(1628–1680). Podemos probar las glorias redentoras del pacto con John
Ball (1585-1640) y Samuel Petto (c. 1624-1711) o ser atraídos por las
doctrinas redentoras de la justificación y santificación con Walter
Marshall (1628-1680), Peter van Mastricht (1630–1706), o Robert Traill
(1642–1716). Podemos confiarnos a un guía competente como Edward
Fisher (d. 1655) para llevarnos de manera segura a través de la distinción
entre ley y evangelio, o ser impresionados con los simples, aunque
profundos escritos de Hugh Binning (1627–1653). Prepararnos para ser
desafiados por lo penetrantes que resultan para el alma las obras de
Thomas Shepard (1605–1649) y Matthew Mead (1629–1699), o ser
instruidos por el simple razonamiento de Jeremiah Burroughs (c. 1600–
1646), Richard Baxter (1615–1691), y George Hammond (c. 1620–1705).
Sea cual sea el tema que seleccionemos, podemos estar seguros
de que los puritanos se han encargado de él con precisión escritural, una
vívida iluminación, beneficio práctico, calidez experiencial, y la vista
puesta en la gloria de Dios. Aunque muchos escritos puritanos no son para
los débiles de corazón, el lector diligente que prueba dichos escritos con
la disposición a buscar debajo de cada piedra a la que ellos dan la vuelta,
y en oración considera lo que estos dicen, será arrastrado con más
72
profundidad hacia los misterios revelados de Dios. Si perseveramos
leyendo los escritos de estos hombres fieles, encontraremos que será para
la mejora de nuestras almas.
61
Para la reimpresión del prefacio original, ver The Works of Thomas Goodwin
(Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2006), 1:xxix–xxxii.
73
es claro y familiar, pero muy difuso, casero y tedioso”.62 Se necesita
paciencia para leer a Goodwin; sin embargo, junto con la profundidad y
prolijidad, ofrece un maravilloso sentimiento de calidez y experiencia. La
paciencia del lector se verá ampliamente recompensada.
Aquí hay un plan para leer las obras de Goodwin.
62
Edmund Calamy, The Nonconformist’s Memorial, ed. Samuel Palmer
(London: Alex. Hogg, 1778), 1:186.
74
Christian’s Growth” (La prueba del crecimiento de un cristiano) (Works,
3:433–506), basado en Juan 15:1–2, se centra en la santificación,
específicamente en la mortificación y vivificación. Es un mini clásico del
crecimiento espiritual. También puede leerse The Vanity of Thoughts (La
vanidad de los pensamientos), basado en Jeremías 4:14 (Works, 3:509–
528). Esta obra, a menudo reeditada en formato bolsillo, enfatiza la
necesidad de traer todo pensamiento cautivo a Cristo. También describe
formas de promover esa obediencia.
75
conclusión nos da “indicaciones para guiarnos en nuestros esfuerzos por
creer”.
(c) Christ the Mediator (Cristo el mediador) (2 Cor. 5:18–19),
Christ Set Forth (Cristo expuesto) (Rom. 8:34), y The Heart of Christ in
Heaven Towards Sinners on Earth (El corazón de Cristo en el cielo hacia
los pecadores de la tierra) son grandes obras sobre cristología (Works,
5:1–438; 4:1–92; 4:93–150). Christ the Mediator presenta a Jesús en su
obra sustitutiva de humillación. Es un clásico. Christ Set Forth proclama
a Cristo en su exaltación, y The Heart of Christ explora la sensibilidad de
la naturaleza humana de Cristo glorificada en la tierra. Goodwin es más
místico en esta obra que en ningún otro de sus escritos, pero como Paul
Cook mostró hábilmente, su misticismo se mantiene dentro de los límites
de las Escrituras. Cook dice que Goodwin no tiene igual “en su
combinación de potencia intelectual y teológica con un consuelo
evangélico y homilético”63
(d) Gospel Holiness in Heart and Life (Santidad del evangelio en
el corazón y en la vida) (Works, 7:129–336) está basado en Filipenses 1:9–
11. Explica la doctrina de la santificación en cada esfera de la vida.
(e) The Knowledge of God the Father, and His Son Jesus Christ
(El conocimiento de Dios Padre, y su Hijo Jesucristo) (Works, 4:347–
569), combinado con The Work of the Holy Spirit (La obra del Espíritu
Santo) (6:1–522), exploran la profunda obra de las tres personas divinas
en el alma del creyente. The Work of the Spirit es de particular ayuda para
entender las doctrinas de la regeneración y la conversión. Distingue de
manera cuidadosa la función de la “conciencia natural” de la obra
salvadora del Espíritu.
(f) The Glory of the Gospel (La Gloria del evangelio) (Works,
4:227–346) consiste en dos sermones y un tratado basados en Colosenses
1:26–27. Debe ser leído junto con The Blessed State of Glory Which the
Saints Possess After Death (El estado bendito de gloria que el santo posee
después de la muerte) (Works, 7:339–472), basado en Apocalipsis 14:13.
63
Paul Cook, “Thomas Goodwin—Mystic?” en Diversities of Gifts (Londres:
Westminster Conference, 1981), 45–56.
76
(g) A Discourse of Election (Un discurso sobre la elección)
(Works, 9:1–498) trata temas como el debate supralapsario-infralapsario,
que reflexiona con el orden moral y racional de los decretos de Dios.
También trata con los frutos de la elección (Por ejemplo, ver el Libro IV
sobre 1 Pedro 5:10 y el Libro V sobre cómo Dios cumple su pacto de
gracia en las generaciones de creyentes).
(h) The Creatures and the Condition of Their State by Creation
(Las criaturas y la condición de su estado por la creación) (Works, 7:1–
128) es la obra más filosófica de Goodwin.
64
Alexander Whyte, Thirteen Appreciations (Edinburgh: Oliphant, Anderson &
Ferrier, 1913), 162.
77
asegurarse de distinguir los escritos tempranos de los posteriores. Esto
tiene particular importancia con puritanos tales como Owen. El joven
Owen no estaba de acuerdo completamente con el Owen más adulto en
ciertas áreas, tales como la necesidad de la expiación. Familiarizarse con
estos asuntos nos ayudará a entender las dificultades particulares de
puritanos individualmente.
78
basado en trece sermones sobre Salmos 4:6–8. Su detallada exégesis en
su obra de 145 sermones sobre Juan 17, su comentario de 300 páginas
sobre 1 Corintios 3 y su comentario de 700 páginas sobre 2 Corintios 1,
calientan el corazón. Estas obras cumplieron el objetivo de Burgess de
“emplear la exposición verdadera y sana… para reducir todo lo doctrinal
y controvertido a lo práctico y experimental, que es la vida y alma de
todo”.65
Algunas de las obras principales de Burgess son polémicas. Su
primer tratado mayor, Vindiciae Legis (1646), basado en veintinueve
lecciones impartidas en Lawrence-Jewry, vindicaban la visión puritana de
la ley moral y el pacto de obras y gracia en oposición a los católicos
romanos, arminianos, socinianos y antinomianos. Dos años después,
Burgess escribió contra los mismos oponentes, además de Baxter, en su
primer volumen sobre la justificación. Refutó la obra de Baxter por sus
tendencias arminianas al argumentar un proceso de justificación que
involucra la cooperación de la gracia divina con las obras humanas. Su
segundo volumen sobre la justificación, que apareció seis años después
(en 1654), discute la justicia natural de Dios y la justicia imputada de
Cristo. Estos dos volúmenes contienen setenta y cinco sermones. Su obra
de 555 páginas titulada Doctrine of Original Sin (La Doctrina del Pecado
Original) (1659), causo que la rama anabaptista entrara al debate.
La mayor y más extensa obra de Burgess, Spiritual Refining: The
Anatomy of True and False Conversión (1652–54) (La Espiritualidad
Redefinida: La Anatomía de la Verdadera y Falsa Conversión), en dos
volúmenes de 1.100 páginas, ha sido denominada “una anatomía sin igual
de la religión experimental”. El primer volumen, subtitulado A Treatise of
Grace and Assurance (Un Tratado sobre la Gracia y la Seguridad de
Salvación), contiene 120 sermones; el Segundo, subtitulado A Treatise of
Sin, with its Causes, Differences, Mitigations and Aggravations (Un
65
Anthony Burgess, Second Corinthians 1, introducción.
79
Tratado del Pecado, sus causas, diferencias, mitigaciones y agravantes),
contiene 42 sermones.66
En la primera sección del primer volumen, Burgess refuta el error
antinomiano de que las marcas de gracia internas en un creyente no son
evidencia de su justificación. En mi opinión, las primeras sesenta páginas
de la edición en facsímil incluyen el mejor tratado corto sobre la seguridad
de salvación de toda la literatura puritana. Esta es una cita seleccionada
en la que Burgess muestra la necesidad de dar prioridad a Cristo y a sus
promesas en lugar de a las marcas de la gracia para cerciorarse de la propia
seguridad de salvación:
66
International Outreach ha realizado recientemente dos ediciones de dos
volúmenes del Spiritual Refining de Burgess (Ames, Iowa: International Outreach, 1986–
96). Solamente se imprimieron cien copias de la primera edición, que contiene el texto
completo sin modificaciones de 1658. La segunda edición de Spiritual Refining, en edición
condensada, es una buena inversión para aquellos que tienen dificultad leyendo una
impresión en facsímil, aunque no se incluyan muchas secciones.
67
Spiritual Refining, 1:41.
80
Las secciones dos y tres describen numerosos signos de gracia.
Las restantes nueve secciones de este volumen discurren acerca de la
gracia en términos de regeneración, la nueva criatura, la obra de Dios, la
gracia en el corazón, la gracia limpiadora y santificadora, la conversión,
el ablandar el corazón de piedra, el Espíritu de Dios en nosotros, y la
vocación o llamado. A través de todo ello, Burgess distingue la gracia
salvadora de sus falsificaciones.
En el segundo volumen de Spiritual Refining, Burgess se enfoca
en el pecado. Se encarga de lo engañoso del corazón humano, de los
pecados de presunción y que nos gobiernan, de la hipocresía y formalidad
en la religión, de la conciencia mal guiada, y de los pecados secretos que
a menudo pasan desapercibidos. De forma positiva, explica la ternura de
un corazón lleno de gracia, mostrando “que un estricto escrutinio del
corazón humano y sus formas, unido a un santo temor a pecar, es lo
consistente con una vida evangélica de fe y gozo en el Espíritu Santo”. Su
objetivo, tal y como se indica en la página de título, es “desenmascarar a
los cristianos falsos, aterrorizar a los impíos, consolar y dirigir al santo
que duda, humillar al hombre, [y] exaltar la gracia de Dios”.
Descubrí el libro Spiritual Refining de Burgess unos pocos días
antes de completar mi disertación doctoral sobre la seguridad de la fe en
medio de los años 1980. Cuando leí las primeras sesenta páginas de esta
obra maestra, quedé abrumado por la claridad espiritual del autor, su
exégesis llena de enseñanza, su equilibrio, exhaustividad y profundidad.
Pasé dos días incorporando algunos de los pensamientos clave de Burgess
en mi disertación. Más tarde, cuando fui llamado a hablar de su vida y sus
puntos de vista sobre la seguridad de salvación en la conferencia de
Westminster (en 1997), adquirí una colección casi completa de sus
escritos y me sumergí en ellos. Ese otoño Burgess sobrepasó a Goodwin
como mi autor puritano favorito, y ha seguido siéndolo desde entonces.
Uno de mis objetivos es llevar de nuevo a la imprenta varias de las obras
de Burgess, o mejor aún, hacer una edición completa de sus obras.
81
b. Wilhelmus á Brakel (1635–1711)
68
Para resúmenes de la Nadere Reformatie (la segunda reforma holandesa) en
inglés, ver el libro de Joel R. Beeke, Assurance of Faith: Calvin, English Puritanism, and
the Dutch Second Reformation (New York: Peter Lang, 1991), 383–413; de Fred A. van
Lieburg, “From Pure Church to Pious Culture: The Further Reformation in the
Seventeenth-Century Dutch Republic,” en Later Calvinism: International Perspectives,
ed. W. Fred Graham (Kirksville, Mo.: Sixteenth Century Journal Publishers, 1994), 409–
430.
69
Wilhelmus—Brakel, The Christian’s Reasonable Service, 4 vols., trans.
Bartel Elshout, ed. Joel R. Beeke (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2001).
82
tradicional, y están llenos de un pensamiento claro, una completa
presentación, y una útil aplicación. Las aplicaciones de cada doctrina
particular que se hacen como conclusión al final de cada capítulo, son el
punto destacado de esta sección. Creo que la casuística práctica de à
Brakel en estas aplicaciones supera a cualquier otro teólogo sistemático
en sus días o desde entonces. Representan lo mejor de la teología
reformada, puritana y experiencial.
La segunda parte expone la ética y forma de vida cristiana. Esta
es la sección más larga de la obra de à Brakel y está repleta de destacadas
aplicaciones en temas pertinentes al vivir como cristianos en este mundo.
Además de su magistral tratamiento de los diez mandamientos (capítulos
45-55) y el Padre Nuestro (capítulos 68-74), esta parte se encarga de
asuntos tales como vivir por fe en las promesas de Dios (capítulo 42),
cómo ejercitar el amor hacia Dios y su Hijo (capítulos 56–57); cómo
temer, obedecer, y esperar en Dios (capítulos 59-61); como profesar a
Cristo y Su verdad (capítulo 63); y cómo ejercitar las gracias espirituales,
tales como el valor, contentamiento, auto-negación, paciencia, justicia,
vigilancia, amor al prójimo, humildad, mansedumbre, paz, diligencia,
compasión y prudencia (capítulos 62, 64–67, 76, 82–88). Otros temas
incluyen el ayuno (capítulo 75), soledad (capítulo 77), meditación
espiritual (capítulo 78), cantar (capítulo 79), juramentos (capítulo 80),
experiencia espiritual (capítulo 81), crecimiento espiritual (capítulo 89),
tropiezos (capítulo 90), abandono espiritual (capítulo 91), tentaciones
(capítulos 92–95), corrupción interior (capítulo 96), y la muere y
oscuridad espiritual (capítulos 97–98).
La tercera parte (4:373-538) incluye una historia del pacto de
Dios y su obra redentora en el mundo. Recuerda a la obra History of
Redemption (Historia de la Redención), de Jonathan Edwards. Aunque no
es tan detallada como la de este, la obra de à Brakel se mantiene más en
los límites de las Escrituras y tiene un mayor énfasis en el pacto. Concluye
con un detallado estudio de la futura conversión de los judíos (4:511–38).
The Christian’s Reasonable Service es el latido de la segunda
reforma holandesa. En este, la teología sistemática y el cristianismo vital
83
y experiencial se tejen de manera práctica y escritural en el marco del
pacto. La obra al completo lleva la marca de un pastor teólogo ricamente
instruido por el Espíritu. Casi cada tema apreciado por los cristianos es
tratado de una forma útil, buscando siempre promover la piedad.
En mi opinión, esta serie de libros pastorales es una herramienta
esencial para todo pastor y también es valioso para los laicos. El libro ha
sido traducido de nuevo al inglés contemporáneo. No nos arrepentiremos
si compramos y leemos este gran clásico.
70
Thomas Boston, The Complete Works of the Late Rev. Thomas Boston,
Ettrick, 12 vols., ed. Samuel M’Millan (repr., Wheaton, Ill.: Richard Owen Roberts, 1980).
71
Thomas Halyburton, The Works of Thomas Halyburton, 4 vols. (Aberdeen:
James Begg Society, 2000–2005).
84
preocupaciones estaban descansando de nuevo sobre el Príncipe Emanuel.
Ningún autor en la historia puede hacernos enamorar de Cristo y abrazar
nuestras aflicciones como puede hacerlo Samuel Rutherford. Estoy de
acuerdo con Charles Spurgeon quien dijo: “Cuando estemos muertos y
olvidados, que el mundo sepa que Spurgeon consideró las Cartas de
Rutherford como la cosa más cercana a la inspiración [de las Escrituras]
que pueda ser encontrado en los escritos de un simple hombre”.72
Agradezco al Señor por este gran hombre de Dios.
Aunque Boston y Halyburton se posicionan en un cercano
segundo lugar, mi teólogo escocés favorito es Rutherford, que pastoreó
primero en Anwoth, luego fue exiliado a Aberdeen, y más tarde se
convirtió en profesor en St. Andrews. El corazón de Rutherford era un
gran cofre de tesoro, repleto de un amor por Dios que no se puede expresar
con palabras. Rutherford escribió como si su corazón trascendiese este
mundo e iluminase sobre las costas eternas. En medio de la prueba y la
aflicción escribió: “Cristo ha colocado de manera tan generosa en mis
hombros este madero de la cruz, que no me hace daño en modo alguno”.73
Incluso en su lecho de muerte, Rutherford se centró en Cristo. A aquellos
que se reunían a su alrededor les dijo: “Esta noche se cerrará la puerta, y
sujetaré el ancla dentro del velo.… ¡Gloria, la Gloria habita en la tierra de
Emanuel!”.74 En la vida y en la muerte Él encontró a su Salvador “todo él
deseable” (Cantares 5:16). “Ni pluma, ni palabras, ni imagen pueden
expresar lo deseable de mi único, único Señor Jesús”, escribió.75 Esto es
lo que hace que él sea tan beneficioso, tan devocional y tan cautivador de
leer.
La mayoría de las cartas de Rutherford (220 de 365 cartas) fueron
escritas en el exilio. Sus cartas armonizan hermosamente la doctrina
72
Charles Spurgeon, The Sword and the Trowel, 189.
http://en.wikipedia.org/wiki/Samuel_Rutherford (accedido el 31 de Agosto de 2010).
73
Samuel Rutherford, The Letters of Samuel Rutherford (Edinburgh: Banner of
Truth Trust, 1984), 144.
74
Ibid., 21–22.
75
Samuel Rutherford, The Loveliness of Christ (Edinburgh: Banner of Truth,
2007), 88.
85
reformada y las experiencias espirituales del creyente. Básicamente
cubren seis temas (1) El amor y deseo de Rutherford por Cristo, (2) su
profundo sentimiento de lo abominable del pecado, (3) su devoción por la
causa de Cristo, (4) su profunda simpatía por las almas cargadas y
atribuladas, (5) su profundo amor por su rebaño, y (6) su ardiente anhelo
por el cielo.76
Aunque no escribió sus cartas para ser publicadas, la compilación
de estas es su obra más popular. Han sido reeditadas más de ochenta veces
en inglés, quince veces en holandés, y varias veces en alemán, francés y
gaélico.
Varios de los diversos escritos de Rutherford también se han
vuelto a publicar. Su Communion Sermons (Sermones de comunión,
1870), que es un compendio de catorce sermones sacramentales, fue
publicado recientemente por Westminster Publishing House. The
Covenant of Life Opened (1655) (Una exposición del Pacto de la Vida),
una defensa exegética de la teología del pacto fue editado y vuelto a
publicar por Puritan Publications. En este, Rutherford se nos revela como
un capacitado apologista y polemista al defender la estructura bi-pactual
de las Escrituras. Su obra Lex Rex se ha convertido en un estándar del
currículum de derecho; casi todos los miembros de la Asamblea de
Westminster tenían una copia. Este libro ayudó a instigar la resistencia del
partido político religioso Escoces ‘Los Covenanters’77 en contra del rey
Charles I, y se utilizó más tarde para justificar la revolución francesa y
americana. La historia ha considerado esta obra generalmente como una
de las mayores contribuciones a las ciencias políticas.
Además, Soli Deo Gloria ha republicado Quaint Sermons of
Samuel Rutherford (1885), compuesto de las notas compiladas tomadas a
mano por un oyente. La calidez de la predicación de Rutherford es
particularmente evidente en The Spouse’s Longing for Christ (La esposa
76
Adapted from Beeke and Pederson, Meet the Puritans, 729–30.
77
El nombre ‘Covenanters’ se deriva de la palabra inglesa ‘Covenant’, que
significa “Pacto” o en este caso “Juramento”, que era justamente lo que caracterizada a
este partido político puritano Escoces.
86
anhelando a Cristo). Como muchos teólogos de su día, Rutherford
bosquejó su propio catecismo: Rutherford’s Catechism: or, The Sum of
Christian Religion (El catecismo de Rutherford: o, la suma de la religión
cristiana, 1886), que ha sido reeditado recientemente por Blue Banner
Publications. Probablemente este último fue escrito durante la Asamblea
de Westminster, y está repleto de muchos dichos originales. The Trial and
Triumph of Faith (La prueba y triunfo de la fe, 1645) contiene veintisiete
sermones sobre la obra salvadora de Cristo en la mujer cananea (Mat.
15:21–28). En casi todos los sermones, Rutherford muestra la gloria
desbordante de Cristo hacia los gentiles. Explora la naturaleza de la
verdadera oración y se encarga de aspectos prácticos de la prueba de la fe.
Más recientemente, Banner of Truth publicó The Loveliness of Christ (Lo
deseable de Cristo, 2007), un libro pequeño que contiene citas de
Rutherford centradas en Cristo.
Sin embargo, las Cartas siguen siendo la obra maestra de este
autor. Están llenas de consejo pastoral, consuelo, reprensión y aliento.
Los dieciséis volúmenes de obras de este autor, junto con los seis
volúmenes sobre Hebreos y un libro titulado Biblical Theology
87
(Teología bíblica), constituyen en sí misma una biblioteca erudita.78
El conjunto de dieciséis volúmenes, que es una reimpresión de la
edición Goold de 1850-55, incluye lo siguiente:
78
John Owen, The Works of John Owen, 16 vols. (repr. Edinburgh: Banner of
Truth Trust, 1996); ibídem, An Exposition of the Epistle to the Hebrews, 7 vols. (London:
Banner of Truth Trust, 1985); ibídem, Biblical Theology, trans. Stephen Westcott
(Morgan, Penn.: Soli Deo Gloria, 1994).
88
El amplio abanico de temáticas de Owen, su manera de escribir
detallada, los exhaustivos estudios doctrinales, la profunda teología y el
cálido enfoque devocional son la explicación de que tanta gente tenga su
obra en tan alta estima. En ocasiones Owen puede resultar muy extenso
en palabras, pero nunca es árido. Sus obras son de incalculable valor para
todos aquellos que desean explorar el rico legado de alguien que a menudo
ha sido llamado el “príncipe de los puritanos”.
En el último medio siglo se han publicado de forma individual
docenas de las obras de Owen, pero aconsejo a los lectores serios de
literatura puritana que compren el conjunto de dieciséis volúmenes de sus
obras. Para los que tengan dificultades leyendo a Owen, recomiendo las
ediciones condensadas y simplificadas de R. J. K. Law de Communion
with God (Comunión con Dios, 1991), Apostasy from the Gospel
(Apostasía del Evangelio, 1992), The Glory of Christ (La gloria de Cristo,
1994), y The Holy Spirit (El Espíritu Santo, 1998), todas ellas publicadas
por the Banner of Truth Trust.
Personalmente, el momento en que me vi más influenciado por
Owen fue cuando pasé el verano de 1985 estudiando su punto de vista
sobre la seguridad de salvación. Los dos libros que más me influenciaron
fueron el ensayo de Owen del Salmo 130, particularmente del versículo
4, y su impresionante Communion with God, (Comunion con Dios) que se
centra en la experiencia de la comunión del creyente con las personas
individuales de la Trinidad.
79
Jonathan Edwards, The Works of Jonathan Edwards (London: Banner of
Truth Trust, 1974). Cf. The Works of Jonathan Edwards, 26 vols. (New Haven: Yale,
1957–2008). Cada volumen en las series de Yale ha sido completamente editado por
eruditos, e incluye de media 35 a 150 páginas de introducción. Esta serie es esencial para
los que aspiran a ser estudiosos de Edwards. Aquellos interesados en leer a Edwards por
89
dieron consuelo más allá de lo que puedo expresar. ¡Qué gran maestro de
la palabra era Edwards! Más de sesenta volúmenes de escritos de Edwards
han sido publicados en los últimos cincuenta años.80 Los dos libros que
más me influenciaron fueron Religious Affections (Afectos religiosos),
que a menudo es considerado como el mayor clásico en la historia de la
vida espiritual americana, y los sermones de Edwards sobre la
justificación por fe.81 Antes de eso, me impactó mucho The Life and Diary
of David Brainerd (La vida y diario de David Brainerd).82
A través de sus escritos, me vi tocado por el concepto de
“idoneidad” de Edwards, y he encontrado que dicho concepto es una gran
herramienta para el liderazgo y la toma de decisiones. Edwards basó este
concepto en Dios; un Dios que es siempre adecuado (idóneo) guiará a su
pueblo a desear lo que es adecuado en cada situación de la vida para que
Él reciba la mayor gloria posible. Por tanto, en cada decisión que
enfrentemos hemos de preguntarnos: ¿Qué es lo más adecuado a ojos de
Dios de acuerdo con su Palabra? ¿Qué es lo que traerá más honra a Dios?
su beneficio devocional, pueden mejor adquirir la edición de dos volúmenes de sus Obras
(Works), ya que los de Yale son costosos. La colección de la biblioteca del The Puritan
Reformed Theological Seminary contiene las obras completas no publicadas de Edwards
en 48 volúmenes que son adicionales al conjunto de 26 volúmenes de Yale.
80
Beeke and Pederson, Meet the Puritans, 193–233.
81
Jonathan Edwards, The Religious Affections (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 2001); ibídem, Justification by Faith Alone (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria, 2000).
82
Jonathan Edwards, The Life and Diary of David Brainerd (Grand Rapids:
Baker, 1989).
90
y pastor, Perkins se convirtió en el principal arquitecto del movimiento
puritano. Cuando llegó el momento de su muerte, los escritos de Perkins
en Inglaterra se vendían más que los de Juan Calvino, Theodoro de Beza,
y Henry Bullinger sumados. Él “dio forma a la piedad de una nación
entera”, dijo H.C. Porter.83 No es de maravillarse que Perkins sea llamado
con frecuencia el padre del puritanismo.
Perkins me influenció por primera vez cuando estaba estudiando
la seguridad de la fe para mi disertación doctoral. Diez años después, su
Art of Prophesying (El arte de profetizar),‡ un libro de texto corto para
seminaristas puritanos me ayudó a entender cómo dirigirme a los oyentes
de acuerdo a sus distintos casos de conciencia.84 Mi apreciación por
Perkins ha crecido con los años. Espero pasar más tiempo leyendo sus
obras como editor general junto con Derek Thomas en una reedición de
diez volúmenes de sus trabajos.85
83
H. C. Porter, Reformation and Reaction in Tudor Cambridge (London:
Cambridge University Press, 1958), 260.
‡
Nota del Editor: ‘El arte de profetizar’, no tiene ninguna connotación con lo
que actualmente se conoce como ‘Profecía’ o ‘Profetizar’, en algunos círculos evangélicos.
Sino que más bien era la manera común para referirse coloquialmente a la predicación. Un
título actual para el libro seria ‘El Arte de Predicar’, o ‘Manual de Homiletica’.
84
William Perkins, The Art of Prophesying, ed. Sinclair B. Ferguson
(Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1996).
85
William Perkins, The Workes of that Famovs and VVorthy Minister of Christ
in the Vniuersitie of Cambridge, Mr. William Perkins, 3 vols. (London: John Legatt, 1612–
13).
91
poseen apropiadas aplicaciones y coloridas ilustraciones. Me encanta su
estilo conciso al escribir, que lo hace tan bueno para extraer citas.86
86
Diecisiete de los títulos de Watson han sido vueltos a publicar en décadas
recientes, aunque, hasta la fecha, no se ha publicado ningún conjunto de sus obras
completas (Beeke y Pederson, Meet the Puritans, 606–613).
87
Thomas Brooks, The Works of Thomas Brooks, 6 vols. (repr., Edinburgh:
Banner of Truth Trust, 2001).
92
Christ Knocking at the Door of the Heart (Cristo llamando a la puerta del
corazón), y The Method of Grace (El método de la gracia)?88
88
John Flavel, The Works of John Flavel, 6 vols. (repr., London: Banner of Truth
Trust, 1968).
89
John Bunyan, The Works of John Bunyan, 3 vols. (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 1999).
93
que The True Christian’s Love to the Unseen Christ sea nuestro
compañero frecuente.
Solo un puñado de los escritos de Vincent fueron publicados
alguna vez, y de esos, solo seis se han vuelto a publicar en los últimos
cincuenta años. Además de The True Christian’s Love to the Unseen
Christ, Vincent escribió The Shorter Catechism Explained from Scripture
(El catecismo menor explicado desde las Escrituras, 1673), un libro muy
útil para jóvenes y niños; y The Good Work Begun (La buena obra
comienza, 1673), un libro evangelístico para jóvenes que explica cómo
Dios salva a los pecadores y los preserva para sí mismo. Hay otros tres
libros de Vincent que son tratados más solemnes. Estos son God’s
Terrible Voice in the City (La temible voz de Dios en la ciudad, 1667),
que consiste en un registro del testimonio ocular del gran incendio de
Londres y la Gran Plaga, y en un análisis de cómo Dios juzga la maldad
de una ciudad; Christ’s Certain and Sudden Appearance to Judgment (La
repentina y cierta aparición de Cristo para el juicio, 1667), que también se
escribió después del gran incendio de Londres y fue pensada para preparar
a los pecadores para el gran y temible Día del Señor; y Fire and Brimstone
(Fuego y azufre, 1670) que fue escrito para advertir a los pecadores a huir
de la ira venidera. Todos estos títulos, salvo The Shorter Catechism,
fueron reimpresos por Soli Deo Gloria Publications desde 1991 a 2001.90
Las obras de Vincent nos refrescan de una manera única.
Utilizaba el idioma inglés de forma cautivadora para glorificar a Dios y
tocar el corazón de los cristianos. No es sorprendente que las obras de
Vincent fuesen éxitos de ventas en el siglo XVIII.91
90
Thomas Vincent, The True Christian’s Love to the Unseen Christ (Morgan,
Pa.: Soli Deo Gloria, 1994); ibídem, The Shorter Catechism Explained from Scripture
(Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1991); ibídem, The Good Work Begun: A Puritan
Pastor Speaks to Teenagers (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria, 1999); ibídem, God’s Terrible
Voice in the City (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria, 1997); ibídem, Christ’s Certain and
Sudden Appearance to Judgment (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria, 2001); ibídem, Fire and
Brimstone (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria, 1999).
91
Andrew R. Holmes, The Shaping of Ulster Presbyterian Belief and Practice,
1770–1840 (England: Oxford University Press, 2006), 277.
94
9. Matthew Henry (1662–1714).
92
Matthew Henry, Commentary on the Whole Bible 6 vols. (repr., Peabody,
Mass.: Hendrickson Publishers, 1991); idem, Family Religion: Principles for Raising a
Godly Family (Ross-shire, U.K.: Christian Focus, 1998); ibídem, A Method for Prayer
(Greenville, S.C.: Reformed Academic Press, 1994); idem, How to Prepare for
Communion (Lafayette, Ind.: Sovereign Grace Trust Fund, 2001).
93
Richard Sibbes, The Complete Works of Richard Sibbes, ed. A. B. Grosart, 7
vols. (repr., Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1973–82).
95
dominó. En casi todos los casos, aquellos que dicen que los puritanos no
eran buenos exégetas es porque no han leído a Poole.94
94
Matthew Poole, A Commentary on the Whole Bible, 3 vols. (repr., London:
Banner of Truth Trust, 1983).
95
Walter Marshall, The Gospel Mystery of Sanctification (Grand Rapids:
Reformation Heritage Books, 1999).
96
William Spurstowe, The Wells of Salvation Opened: Or, A Treatise
Discovering the nature, preciousness, usefulness of Gospel-Promises, and Rules for the
right application of them (London: T. R. & E. M. for Ralph Smith, 1655).
97
Joel R. Beeke and James A. La Belle, Living by Gospel Promises (Grand
Rapids: Reformation Heritage Books, 2010).
96
Varios de los tratados cortos en The Works of Andrew Gray (Las
obras de Andrew Gray), particularmente The Mystery of Faith Opened (El
misterio de la fe descubierto), Great and Precious Promises (Grandes y
preciosas promesas), Directions and Instigations to the Duty of Prayer
(Indicaciones e instigaciones para el deber de la oración), y The Spiritual
Warfare (La guerra espiritual) me han influenciado para bien, tal y como
lo ha hecho su poco común volumen de cincuenta sermones Loving Christ
and Fleeing Temptation, (Amando a Cristo y huyendo de la tentación),
que fue editado y publicado en 2007.98
98
Andrew Gray, The Works of Andrew Gray (Morgan, Pa.: Soli Deo Gloria,
1992); ibídem, Loving Christ and Fleeing Temptation, ed. Joel R. Beeke and Kelly Van
Wyck (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2007).
99
Ebenezer Erskine, The Works of Ebenezer Erskine, 3 vols. (Glasgow: Free
Presbyterian Publications, 2001); Ralph Erskine, The Works of Ralph Erskine, 6 vols.
(Glasgow: Free Presbyterian Publications, 1991).
100
Aquí me he limitado a seleccionar aquellos que tienen al menos un volumen
en Inglés.
97
The Path of True Godliness (El camino de la verdadera piedad) es
el mejor manual sobre santificación al estilo puritano que haya leído
nunca.101
101
Willem Teellinck, The Path of True Godliness, trans. Annemie Godbehere,
ed. Joel R. Beeke (repr., Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2008).
102
Herman Witsius, The Economy of the Covenants between God and Man,
Comprehending a Complete Body of Divinity, trans. William Crookshank, 2 vols. (repr.,
Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2010); ibídem, Sacred Dissertations on the
Apostles’ Creed, trans. Donald Fraser, 2 vols. (repr., Grand Rapids: Reformation Heritage
Books, 2010); ibídem, Sacred Dissertations on the Lord’s Prayer, trans. William Pringle
(repr., Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 2010).
103
Johannes VanderKemp, The Christian Entirely the Property of Christ, in Life
and Death, Exhibited in Fifty-three Sermons on the Heidelberg Catechism, traducido por
John M. Van Harlingen, 2 vols. (Grand Rapids: Reformation Heritage Books, 1997).
98
distintos aspectos de la fe y, en definitiva, son prácticamente sinónimos
de la fe.104
104
Alexander Comrie, The ABC of Faith, trans. J. Marcus Banfield (Ossett,
U.K.: Zoar Publications, 1978).
99
2. En segundo lugar, Reformation Heritage Books seguirá
imprimiendo varios libros al año utilizando el enfoque purista, lo
cual significa cambiar un número mínimo de palabras y
puntuación. En este enfoque, editaremos títulos bajo nuestro sello
Soli Deo Gloria. Existen aproximadamente diez mil personas que
siguen comprando este material, pero el número de lectores está
disminuyendo conforme la gente se aleja de la Versión
Autorizada de la Biblia, y llega un momento en que no pueden
comprender el anticuado lenguaje sin realizar un importante
esfuerzo.
3. En tercer lugar, se realizará una edición más profunda de otros
títulos puritanos. Como ejemplos de esto tenemos la edición
bastante sustancial del título de William Perkins The Art of
Prophesying (El Arte de Predicar o Profetizar), realizada por
Sinclair Ferguson y publicada por Banner of Truth Trust, y en un
grado algo menor, mi edición de la primera edición de Soli Deo
Gloria del libro de Thomas Watson Heaven Taken by Storm (El
Cielo tomado por la Tormenta). Este enfoque retiene el uso de la
Versión Autorizada de la Biblia para las citas escriturales, y el uso
de Su/Tu (Thee/Thou) para la Deidad con las formas verbales que
le acompañan, de manera que la lectura no parezca totalmente
alejada de su contexto histórico, sin embargo, se utilizan
pronombres y formas verbales contemporáneas para otras
palabras. Las ilustraciones obsoletas se contemporizan o
eliminan. La ventaja de este procedimiento es que se facilita la
lectura y se mejoran las ventas. No es coincidencia que el libro de
Soli Deo Gloria más vendido durante años haya sido el que se ha
editado con mayor profundidad.
4. Un cuarto nivel es reescribir los libros puritanos utilizando los
pensamientos principales del autor. Este es el enfoque que Ernest
Kevan utilizó con Moral Law (Ley moral) hace unas cuantas
décadas, para resumir la obra de Anthony Burgess, reduciéndola
de varios cientos de páginas a alrededor de cien. Más
100
recientemente, Stephen Yuille utilizó este enfoque para reescribir
el libro de George Swinnock The Fading of the Flesh and the
Flourishing of Faith (El marchitar de la carne y el florecer de la
fe). Reformation Heritage Books ha utilizado este libro como
volumen inaugural en una nueva serie titulada Puritan Treasures
for Today (Tesoros puritanos para hoy). Kris Lundgaard también
hizo lo mismo al reescribir The Enemy Within (El enemigo
interior) de John Owen. Hasta la fecha, éste libro ha vendido más
de sesenta mil copias. Esta puede acabar convirtiéndose en la
forma de edición de preferencia para atraer a lectores más
contemporáneos.
5. Un quinto nivel es combinar el pensamiento de varios autores bajo
un tema. James La Belle y yo estamos experimentando con este
enfoque al lanzar el primer volumen de una serie titulada Deepen
Your Christian Life (Profundiza tu vida cristiana). En el primer
volumen, Living by God’s Promises (Viviendo por las promesas
de Dios), nos apoyamos en gran manera en tres tratados puritanos
sobre las promesas de Dios, escritos por Edward Leigh, William
Spurstowe, y Andrew Gray. Los dos siguientes volúmenes que
están en proyecto son Living Zealously (Viviendo celosamente) y
Living with a Good Conscience (Viviendo con una buena
conciencia). En cada uno de ellos, utilizamos extractos de varias
obras puritanas, cotejamos sus pensamientos, y luego escribimos
un libro acerca de ello enfocado al lector laico promedio.
101
7. Consejos Finales.
105
Ryken, Worldly Saints, xiii.
106
Citado en Hulse, Reformation & Revival, 44.
102
espíritu, enriquecerán nuestra vida mientras nos exponen las Escrituras,
prueban nuestra conciencia, dejan al descubierto los pecados, nos
conducen al arrepentimiento, y conforman nuestra vida a la de Cristo. Por
la gracia del Espíritu, dejemos que los puritanos nos lleven a una plena
seguridad y a un estilo de vida de gratitud al Dios Trino por su gran
salvación.
Finalmente, consideremos regalar libros puritanos a nuestros
amigos. No hay un regalo mejor que un buen libro, y a veces me pregunto
qué sucedería si los cristianos pasasen quince minutos al día leyendo
escritos puritanos. A lo largo de un año, eso serían veinte libros, y mil
quinientos libros leídos a lo largo de una vida. ¡Quién sabe cómo utilizaría
el Espíritu Santo esa dieta de lectura espiritual! ¿Daría esto entrada a un
avivamiento mundial? ¿llenaría la tierra con el conocimiento del Señor de
mar a mar? Esa es mi oración. Tolle Lege—¡Toma y lee!
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