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Los ‘smartphones’ se han convertido en una herramienta de comunicación tan poderosa que somos
prácticamente adictos a ellos. Miramos de media 150 veces al día nuestros móviles según un
reciente estudio. Entre las cosas que hacemos principalmente cuando cogemos el teléfono destaca la
mensajería, las llamadas de voz y mirar la hora.
No es raro observar cómo todos aquellos que disponen de un teléfono móvil miran la pantalla en un
momento dado para revisar el correo, chatear con sus contactos, acceder a las redes sociales, realizar
compras por Internet o simplemente para escuchar música y disfrutar de las miles de aplicaciones que
existen a día de hoy.
No nos hemos dado cuenta pero los móviles son el centro de nuestro día a día. Si no tenemos
cobertura, o se nos está agotando la batería ya comenzamos a preocuparnos y desear lo antes posible
poder acudir a algún lugar donde podamos cargar de nuevo nuestro teléfono. Éste es un signo claro de
dependencia y posible adicción.
Entre estos dos movimientos y el resto hay mucha diferencia. Para escuchar música o disfrutar de los
juegos instalados en el terminal, los usuarios miran su teléfono alrededor de 13 veces al día. Sin
embargo, acciones como leer los medios de comunicación, utilizar la cámara para hacer fotos y vídeos
en momentos específicos y establecer la alarma se miran aproximadamente entre 8 y 9 veces al día.
El resto de cosas como responder por correo de voz o cargar el móvil se coloca como la cuarta actividad
por detrás de la mensajería, las llamadas de voz y ver la hora con 14 veces al día.
Las cosas que menos tenemos en cuenta al mirar nuestro móvil son leer las noticias del día o las últimas
notificaciones, revisar el calendario, realizar búsquedas o acceder a una página web en concreto.
Si contabilizamos todas estas actividades que realizamos con nuestro terminal los números son
alarmantes, los usuarios miran de media su terminal 150 veces al día.
Por otro lado el hecho de no poder estar más de 6 minutos sin el móvil es un signo claro de
dependencia, pero también de adicción al terminal. Estas personas padecen claros síntomas de
ansiedad en caso que no puedan atender a su teléfono, consultarlo, volverlo a cargar o simplemente
quedarse sin cobertura.