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Juan Manuel Rodriguez Penagos

De musas y sirenes:
apuntes sobre música y psicoanálisis

Este trabajo pretende establecer algunas relaciones entre la formación del analista y la
formación del músico. Esta relación se articula a través de la escucha y el cuerpo, pues una
parte importante de su escucha se produce en el cuerpo. La dimensión puramente acústica
tiene un valor significante desde la interpretación pues esta no tiene que ser necesariamente
desde lo simbólico, puede ser onomatopéyica. Ahí, no solo se muestra un saber de lo
simbólico, la renuncia a ello puede producir en el cuerpo del analista una musicalidad que
produce los colores del espacio pero también el arte de escuchar los silencios.
> Palavras-chave
Palavras-chave: Musica, psicoanalisis, escuchar, formación

(About muses and mermaids: notes about music and psychoanalysis)


This essay pretends to establish some reflections on the relationship between
psychoanalysis and music, regarding their training. This relationship is articulated
through the ways of listening, which is related to our own bodies (in psychoanalytic
pulsional > revista de psicanálise > artigos > p. 31-38
sense). The acoustical dimension of the discourse has a significant role in the way
the interpretation is done, for this reason an interpretation can be made with
onomatopoeic sounds. Therefore, the epistemological resources of music and
psychoanalysis exceeds the symbolic register and lets us listen to our own
fantasmatic process.
> Key Words
Words: Music, psychanalysis, to listen, formation
ano 21, n. 3, setembro/2008

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Donde el sujeto y el objeto demos la relación de la música con los
se tocan esta la vida. procesos primarios de la subjetividad.
Goethe, Goethe y la ciencia, p. 217 Como el tiempo, no sabemos que es,
pero la hemos usado siempre.
Este trabajo se desprende de una pre- Algunos filósofos han contribuido a
gunta insistente que intersecta mi desarrollar un marco teórico para
práctica clínica y mi espacio como comprender sus procesos, en este
saxofonista. La pregunta se refiere a campo contamos con la aportación de
las relaciones entre la escucha musi- algunos filósofos como Hegel que en la
cal y la escucha de un analista. El pri- fenomenología del espíritu, la propo-
mer puente que hace posible un ne como una de las síntesis más im-
camino fue el hecho de que todo dis- portantes que se ubica antes de la
curso trae una musicalidad, en donde experiencia mística; es el arte más
a veces dicen más las formas que las inmaterial y por ello, el más cercano
palabras. Como músico diría que im- al espíritu. Asimismo en los terreons
provisar es, casi en su totalidad, escu- de lo arcaico, la improvisación musi-
char; solo a partir de ello se puede cal es una forma de sublimar sin pasar
intervenir. por lo simbólico.
La técnica analítica así como la musi- El espacio analítico, también es sos-
cal, se incorporan a la forma de escu- tenido por el cuerpo. Escuchar es tam-
char. De ahí, la intervención del bién un ejercicio en el sentido de que
analista y el momento de intervenir el analista trabaja con su inconscien-
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de un músico, pues sigue la tempora- te. Una parte importante de su escu-


lidad, las formas y la inercia de lo que cha se produce en el cuerpo.
escucha. Quizás, en la formación del Asimismo, en los terrenos de la músi-
analista; la técnica es fundamental y ca, la improvisación se produce a tra-
cuando se incorpora; entonces puede vés de una relación particular con el
devenir arte. La música nos ha acom- cuerpo. Digamos por ahora, que el su-
pañado desde el origen del sujeto y la jeto deviene su escucha y el cuerpo
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cultura. Es difícil proponer el momen- produce una voz; una manera de leer
to cronológico de su aparición, pero el espacio, donde lo que habla es el
sabemos que ha sido parte de la histo- propio cuerpo. Ahí se articulan una in-
ria de las religiones, desde las formas tención, una tonalidad, que también
más arcaicas del ritual. Sin embargo, se le llama color, el momento de in-
este carácter mítico de la música es tervenir, que es su ritmo, su propia
de especial importancia cuando abor- temporalidad. El músico y el psicoa-
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nalista comparten una práctica de la de la ensoñación. El instrumento mu-
escucha, donde la sonoridad del dis- sical tiene un estatuto particular en
curso produce los colores del espacio, este análisis de la relación entre el
pero también hablan las formas de sus sujeto y la música. Aprender a tocar
silencios. un instrumento significa apropiarse
Es bien sabido que uno de los ingre- de su materialidad; hacerlo parte del
dientes inaugurales del psicoanálisis cuerpo propio, una extensión de nues-
fue el arte, especialmente en el lado tra investidura narcisista. Tocar un
de la escritura; a partir de la cual instrumento no significa solamente
Freud nos recuerda los destinos de la dominar la parte mecánica del mis-
pulsión. En este campo, el artista mo. Un instrumento es una extensión
crea el objeto que será el destino de del cuerpo imaginario; se pierde la
su pulsión. Desde ahí, podemos partir frontera entre el músico y el instru-
para precisar al acto creador. En la mento. De la misma forma que se
ejecución musical, el instrumento de- pierde la frontera entre el sujeto y su
viene una extensión del cuerpo. De- voz. Aquí cabe dejar abierta la pre-
viene otra voz en una lengua que no gunta sobre los instrumentos del ana-
necesita pasar por lo simbólico, quizás lista.
la escucha del músico se produce en- Para Liberman (1993) la experiencia de
tre lo real y lo imaginario. la música es una forma lúdica. El acto
El acto de improvisar en un instru- de tocar deviene una forma de “jugar
mento es una forma de crear el desti- con.”. Señala:
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no de una pulsión, sin la condición de ... un juego que no tendía a una meta que no
lo simbólico. Sin materia ni palabras. fuera el juego mismo. Era el movimiento en
Sin embargo es una forma de crear un cuanto movimiento. Allí tuve una curiosa in-
espacio a partir de sus propias reglas. tuición de lo que era realmente la música: un
jugar con. (p. 16)
En este sentido tiene una relación
con la lógica del juego en donde la ac- Pero ¿quienes y como serían los par-
tividad fantaseadora1 es la que habla a ticipantes en este juego? El oído del
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través del sujeto y su instrumento músico no sólo se refiere a la preci-


que, como señalábamos anteriormen- sión en la afinación, sino más bien en
te, es un solo cuerpo. Un discurso del la escucha. La primera regla del juego
cuerpo que aparece desde el espacio es escuchar al otro, es decir incluirse

1> En el contexto que señala Freud en Freud, S. (1907). El creador literario y el fantaseo.

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en el espacio sonoro. De esta forma rompe fronteras y responde diferente.
de escuchar es de donde deviene una El grito es la primera respuesta del
respuesta, es el cuerpo el que escucha cuerpo, arcaica. La música deviene así
y habla, desde ahí se produce una res- en una regresión, quizás como una di-
puesta aun cuando aquello que apare- mensión mítica, deviene una religa-
ce son las formas de un silencio. Ese zón a ese período prehistórico. En
es el cuerpo de la obra, su escritura es este contexto Schenquerman (1999)
también un objeto interior proyecta- señala en su libro La trama sonora de
do afuera; sin embargo ese exterior la interpretación:
sigue siendo objeto que puede ser Las líneas melódicas son anteriores a una re-
nombrado de una infinitud de formas. presentación cosa, no a cualquier huella mné-
En el momento de la interpretación mica. El niño cuando empieza a imitarse es que
todo el exterior del espacio es una pudo rescatar el recuerdo de las huellas mné-
forma proyectada del interior. Un co- micas de ese sonido y tiene que ver con los
lor del espacio. componentes afectivos y el primer esfuerzo por
expresar pensamientos inconscientes; solo
La música nos muestra esa misma di-
después surge la palabra. (p. 70)
mensión del lenguaje en donde se
instaura el grito inaugural del neona- Este origen de la música se encuentra
to. Que llega como un canto, provoca- en el centro de la fundación mítica del
do por de la separación de la madre, sujeto. Como señala Schenquerman
denunciando su incompletud, en este hablamos un idioma anterior a la re-
sentido, la dimensión acústica de al- presentación palabra. Si la música es
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guna forma acompaña todo el periodo la forma más primitiva del lenguaje,
perinatal; una prehistoria del cuerpo y entonces es la primera forma de escri-
el sujeto que regresa; que deviene así tura. Después llegarán las palabras.
una rítmica. Estos ritmos y timbres Primero liga afecto, luego representa-
del interior de la madre están envol- ción. Primero el grito, luego la voz. La
viendo acústicamente el desarrollo forma en este sentido antecede al
perinatal. Desde ahí se produce la pri- símbolo. Kristeva (1985) ubica en el
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mera relación con el espacio, en su nivel infralinguístico la dimensión so-


forma más primitiva. Un espacio indi- nora y rítmica que representa a esta
ferenciable, desde el cuerpo de la ma- madre. El placer de la música revive
dre. La madre y el hijo en un mismo la fusión primitiva; en este sentido
espacio corporal; seno del sentimien- rebasa a lo simbólico en la interpreta-
to oceánico que después tratara Freud ción. Si se escucha desde el cuerpo,
con dificultades. Al nacer, el espacio entonces eso implica la operación
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preponderante de mecanismos in- pacio analítico es un foro, un lugar
conscientes. El cuerpo también tiene para escucharse e inventar. En cierta
su forma acústica. En la escucha del forma escuchar es hacer el espacio
analista y el oído del músico compar- necesario para inventar. Cada pacien-
ten una dimensión significante de la te produce un espacio distinto que
forma. descubre una forma diferente de la
La música también llega desde aden- cura, a destiempos. Quizás la inter-
tro, como voces, cantos. Ese ha sido pretación es un contrapunto y en ese
siempre el territorio donde aparecen contexto, la escansión como puntua-
las sirenas. La voz hipnótica del deseo ción rítmica, quizás devenga con
que hace llegar desde afuera sus for- suerte, una canción.
mas. Una voz del amor alucinado. La En los terrenos del psicoanálisis,
ausencia de la mujer aparecía en la también encontramos una problemá-
alucinación a partir de su canto. La tica similar a la música cuando abor-
mujer como bruja aparece desde el damos el terreno de la transmisión.
exterior. La música regresa del exte- La relación entre la técnica y la prác-
rior como el delirio. Así algunos mari- tica opera en función de cada sujeto a
neros que escuchaban su llamada partir de sus diferencias. Para la for-
acababan abrazando las olas en el mación del psicoanalista o el oído del
mar. Entre el amor y la muerte, deli- músico. ¿Cómo se enseña a escuchar?
rio de amor, de música. Entonces, la ¿Que se trasmite? Las dos artes tienen
música se escucha desde el mismo lu- algunas semejanzas. Igual que el mú-
gar donde se origina el grito; el mismo sico; se enseña la técnica más no a pulsional > revista de psicanálise > artigos > p. 31-38

lugar donde hablan las sirenas. tocar. En la música como en el psicoa-


nálisis no se trata de repetir; se trata
La música del diván de poder escuchar. Intervenir solo es-
La escucha, muestra una musicalidad cuchando al Otro. De ahí se des-
del discurso desde el diván, que se di- prenden algunas consecuencias, po-
rige hacia el analista estableciendo dríamos preguntarnos: ¿En que senti-
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las coordenadas de un espacio imagi- do podría la música ser un juego?;


nario de la transferencia. La primera Este acto fantaseador se traduce al
apuesta es, escuchar cada discurso ingles como play , que literalmente
para que pueda mostrar cada caso una significa jugar. Lo mismo sucede con
forma distinta, es decir, a partir de sus la pieza de teatro, en idioma francés
diferencias. En este campo, el silencio también el acto musical se traduce
del analista produce polifonías. El es- como jouir, también significa jugar y
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en nuestra lengua la palabra estable- ción del analista tiene su propia tona-
ce se nombra distinto, tocar. da. En este sentido no existe uno dis-
Necesariamente improvisar frases curso sin este envoltorio de tonos,
melódicas y apalabrar comparten mu- ritmos y colores. El ritmo toma un lu-
chos procesos, pero la improvisación gar preponderante en este intercam-
es una escritura sin la intermediación bio, pues no solo se refiere a esa
de lo simbólico. Deviene una forma de pulsación de las palabras sino a eso
leer el cuerpo propio. Cómo un atrevi- que aparece vedado para el paciente
miento de topología, ¿Podría ser una en donde hasta los silencios producen
articulación entre lo imaginario y lo el discurso.
real?, inefable; escuchamos en fun- La dimensión puramente acústica tie-
ción de los desfiladeros del proceso ne un valor significante desde la in-
primario. La música aparece en una terpretación pues esta no tiene que
función histórica, mitológica, es decir, ser necesariamente desde lo simbóli-
hacia esa primera aproximación al co, puede ser onomatopéyica. Un so-
cuerpo de la madre. nido puede invitar al analizante a
En la improvisación, la música parece llenarlo de palabras.2 Este intercam-
llenar el espacio de pura intención y bio se realiza desde un proceso dia-
la improvisación sería un arte de ha- léctico, el analista deviene por
cer un espacio en el otro. El silencio momentos un espacio de escucha en
del analista produce en sus pacientes donde el sujeto reproduce su propia
la posibilidad de que los analizantes tonada. A veces también el analista
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escuchen su propio discurso, y con deviene voz, cuando esta melodía


ello, su propia musicalidad en la que siempre es la misma, efecto de una
se reanuda una forma de ligar afecto y misma posición discursiva. El sonido
representación. ¿Cómo escucha un y la palabra es lo único que aparece
analista la musicalidad del discurso? del analista cuando el paciente
Quizás, lo escucha también desde su apuesta a apalabrar eso que su cuerpo
cuerpo. Sería otra forma de pensar la sabe. En el ensueño desde el diván, la
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atención flotante. voz invita, el silencio sostiene, en


Pero no solo debemos pensar la ope- esta relación, provoca la aparición de
ración de esta musicalidad del lado de las palabras, las hipótesis sobre su
la escucha pues también la interven- condición, así como una temporali-

2> Mmm, ohh, ahh. etc.

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dad. En la sesión analítica, el silencio lista, es decir; la presencia real, cum-
devuelve al analizante su propia voz ple la función de una provocación a
en la cual, el analista puede terminar hablar. Cada analizante deviene a
una sesión en un acto, un fin que través de sus palabras un espacio di-
apuesta a recomenzar un tiempo lógi- ferente en cada sesión. El problema
co. Un acto que provoque historia. de la relación con la ciencia es que la
En la clínica lacaniana se instala una técnica y su objeto no parecen resol-
escucha asociada al tiempo de los ver la singularidad. La escucha solo
procesos psíquicos.3 En este sentido puede ser de uno a uno, a partir de la
se diferencia de la clínica puramente técnica. Además, de lo simbólico apa-
freudiana en donde el tiempo tiene recen formas que contradicen las pa-
otro estatuto. Digamos pues entonces labras.
que la temporalidad del síntoma es Así, a veces habla mas la forma que
aquello que dicta una rítmica donde las palabras y cada discurso conlleva
se inserta las intervenciones del ana- una rítmica y una musicalidad. Ahí
lista. Desde ahí, la escansión apuesta podría quizás decirse que el cuerpo del
a inaugurar otro instante de la mira- analista escucha la musicalidad del
da y así un tiempo para comprender. discurso. Que significa entonces que
Este campo nos permite preguntarnos el analista trabaja con su Inconscien-
sobre si el escuchar es, una técnica o te. Preguntémonos que caminos reco-
un arte, es decir, si el corpus freudia- rre la “atención flotante” planteada
no puede dar cuenta de las diferencias por Freud, en donde la fantasía es una
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de cada caso o quizás, la técnica se in- de las formas de realización del deseo
corpora para después producir un es- en donde se juega la escucha del ana-
tilo, una escucha del analista, que lista. El psicoanálisis tendría necesa-
puede también habitar una forma del riamente una condición de arte en la
silencio que abre espacio a la palabra producción del estilo.
del analizante. Como siempre la téc- ¿Como es entonces la puesta en prac-
nica es necesaria para producir un tica del saber del psicoanalista cuan-
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arte. Cada forma de escuchar es tam- do se trata de un arte? El cuerpo


bién una forma de producir un silencio produce una forma de captura, un
y en cada forma se produce un espacio ejercicio donde el saber reside en la
transferencial, así el cuerpo del ana- relación inconsciente que se produce.

3> El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada: Un nuevo sofisma en Lacan J. Escritos 1.

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Ahí, no solo se muestra un saber de lo KRISTEVA, J. De la identificación: Freud, Baudelaire,
simbólico, la renuncia a ello puede Stendhal. In: Kristeva, J. et al. (eds.). El trabajo
de la metáfora . Barcelona: Gedisa, 1985.
producir en el cuerpo del analista una
musicalidad que produce los colores LACAN, J. Escritos 1. México: Siglo XXI, 1975.
del espacio pero también el arte de LIBERMAN, A. De la música, el amor y el incons-
ciente. Barcelona: Gedisa, 1993.
escuchar los silencios.
S CHENQUERMAN , N. La trama sonora de la
Referencias interpretación. Buenos Aires: PubliKar, 1999.
GOETHE ,W. Goethe y la ciencia. Madrid: Siruela,
1996.
FREUD, S. (1907). El creador literario y el fantaseo. Artigo recebido em agosto de 2007
O. C. Buenos Aires. Amorrortu, 1976. t. IX. Aprovado para publicação em agosto de 2008

JUAN MANUEL RODRÍGUEZ PENAGOS


Psicoanalista; doctor por la Universidad de Paris VII. Nouvelle Sorbonne. Grupo de investigación: Foro
psicoanalitico mexicano y Colectivo “Escritura y psicoanalisis” de la Red analitica Lacaniana.
Temistocles # 67-1 Col. Polanco. Del. Miguel Hidalgo.
CP 11560
México D.F.
Fone: (52) 55 52 81 08 98
e-mail: manerodr@yahoo.com
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Caro autor brasileiro


,Gostaríamos de ter na Livraria Pulsional on-line, na seção “Resenhas”, a(s)
resenha(s) do seu(s) livro(s). O objetivo é dar aos leitores as informações
sobre o que está publicado. As resenhas podem ser enviadas para
divulga@pulsional.com.br.
ano 21, n. 3, setembro/2008

(Elas deverão ter no máximo 3 laudas, de 30 linhas x 70 caracteres, incluindo


espaços).
Para visitar esta seção, acesse
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