B.

LA TECNOLOGÍA DE LA CONDUCTA
2. EL USO DE LA OPERANTE LIBRE EN EL ANÁLISIS DE LA
CONDUCTA 
CHARLES B. FERSTER


El presente artículo se tomó de Psychological Bulletin, 1953, 50, 263-274.
 El número creciente de experimentos
publicados y en los cuales se ha usado la caja de
Skinner los ha hecho más importantes y
populares que los métodos y técnicas propios de
este tipo de experimentación. Como los problemas
técnicos no se basan íntegramente en el análisis y
su estudio sería pesado para el lector común, es
comprensible que los tratados de este tipo de
investigación que se han publicado no incluyan
especificaciones detalladas de todas las técnicas
empleadas. Y, lo que es más, se está volviendo
imposible repetir experimentos fundándose
exclusivamente en los estudios publicados. Este
artículo explicará algunos de los criterios y
principios que podrían hacer posible, para el
investigador, repetir las condiciones de los
experimentos con operantes libres.
Se considera generalmente que la caja de
Skinner es una técnica especial, en la que se usa
un aparato diseñado conforme al originalmente
usado por Skinner (1930). Cuando alguna de las
partes de la caja se aparta del diseño original, se la
llama caja de Skinner modificada. Por otra parte,
se ha pensado que la caja en cuestión no es una
técnica específica, sino más bien un método de
investigación en el que se emplea la operante libre.
El uso de ésta ha dado lugar a un método muy
generalizado, y se refiere a cualquier aparato que
genere una respuesta que requiera poco tiempo
para ocurrir y que deje al animal listo para
responder nuevamente en el mismo lugar. Se usa
la operante libre cuando, en un experimento, la
principal variable dependiente es la frecuencia con
que ocurre, la conducta. Se aplica a los problemas
del tipo: ¿Cuál es la probabilidad de que una parte
de la conducta ocurra en esta ocasión particular;
qué tan fuerte es la tendencia a conducirse en esta
ocasión en relación con alguna otra? Esto quiere
decir que casi todos los problemas de la ciencia de
la conducta se ajustan al ejemplo de la operante
libre. En lo tocante a esto, la operante libre tiene
ciertas ventajas, dado que evita restricciones sobre
la frecuencia a la que puede ocurrir una respuesta
y permite la observación, momento a momento, de
los cambios de la frecuencia (Skinner 1950.
1953&). La conducta de acercarse al comedero y
comer, que es insensible a un gran número de
variables, origina tal restricción. (Cuando la
operante libre se coloca en un programa
intermitente de reforzamiento, la poca cantidad de
reforzamientos en relación con el número de
respuestas
Este término yareduce la corriente;
no es de uso restricción
en su lugarsobre
se emplealageneralmente "espacio
delfrecuencia.
d. Con técnicas adecuadas, se pueden
En fechas recientes, estede
término se ha que
cambiado por operando.
entrenar animales manera la conducta
acercarse al comedero y comer esté bajo un buen
control del estímulo y permanezca invariante para
cualquier propósito práctico.
Como la forma de la operante libre es arbitraria,
se puede lograr una ventaja más escogiendo una
respuesta que tenga una tasa incondicionada de
cero o cercana a cero. La frecuencia de respuesta
en un programa de reforzamiento intermitente
genera una variable dependiente cuyos valores
pueden oscilar con gran amplitud, que puede servir
de línea base para juzgar el efecto de muchas otras
variables* Por ejemplo, la frecuencia de la
respuesta de picoteo de un pichón puede variar
desdé cero o muy pocas respuestas por hora hasta
veinte mil respuestas durante el mismo lapso;
durante periodos más cortos se han observado
tasas o frecuencias hasta de quince respuestas por
segundo.
INSTRUMENTACIÓN DE LA
SITUACIÓN DE OPERANTE LIBRE
La situación de operante libre requiere la
siguiente instrumentación: un manipulando, es
decir, un dispositivo que el animal pueda
manipular (el mismo dispositivo acciona un
interruptor); un sistema de registro; un comedero
que permita presentar y controlar el estímulo
reforzante; una pequeña cámara dentro de la cual
se puedan colocar tanto el animal como el aparato;
y un equipo de control para preparar las
contingencias que se requieren entre la operación
del interruptor-manipulando, el comedero, el
aparato de registro y cualquier otro estímulo que
se presente. Nos ocuparemos de cada uno de estos
componentes por separado. Puesto que los
principios de instrumentación serán más claros
mediante algunos ejemplos, describiremos los
aparatos y procedimientos que se usan con
pichones. Estos métodos son, sin embargo, de
aplicación general, así que podemos inducir las
aplicaciones para otros organismos partiendo de
las técnicas usadas con pichones. Por otra parte,
pronto se publicará una serie de reportes de
investigaciones realizadas con pichones que
ilustrará los métodos y técnicas de este artículo.
Manipulando
El problema que se nos presenta al diseñar un
manipulando consiste en generar, mediante el
reforzamiento, respuestas similares entre sí de ma-
nera que todos los miembros de la clase se regis-
trarán y harán covariar manipulando las variables
independientes. Como ejemplo de la dificultad que
puede encontrarse en este sentido, considérese el
caso de laexperimental estándar"
tecla o disco o "cámarapara
preparado experimental estándar". n.
el pichón,
que requiere un picoteo violento para hacer
de N. del D. funcionar el interruptor. Como el comedero fun-
ciona únicamente cuando el picoteo sobre el disco
tiene la fuerza suficiente para accionar el interrup-
tor, esta fuerza se diferenciará. Sin embargo, habrá
variación consistente en algunos picoteos más
fuertes de lo necesario y otros sin la fuerza
suficiente para hacer funcionar el interruptor.
Habrá que decidir si el picoteo que no alcanza a
operar el interruptor, y que, por consiguiente, no se
registra, se ha de considerar también un picoteo. El
problema radica en la naturaleza genérica de la
clase de respuestas y sólo puede esclarecerse con
el examen de la legalidad de la conducta. De otra
manera, el problema puede evitarse diseñando un
disco al que el más leve picoteo que podamos
esperar haga funcionar el interruptor.
Puesto que la programación automática y el
registro objetivo del experimento requieren que la
respuesta que se mide active algún interruptor,
pueden ocurrir otros problemas en la definición de
la respuesta. Por ejemplo, es posible diseñar un
manipulando susceptible de ser operado por con-
ductas que tengan topografías extremadamente
diferentes. En tal caso, no podría decidirse con
claridad si algunos fenómenos inesperados serían
ya el resultado de variaciones en la topografía o
bien atribuibles a las manipulaciones experimenta-
les. En el pichón, la selección de la respuesta de
picotear resulta particularmente muy acertada ya
que de antemano existe en su repertorio y su
topografía es poco variable, salvo en lo que toca a
la fuerza. Huelga decir que la respuesta de picoteo
resulta sumamente inadecuada en el caso de que se
manipulen variables que influyan en la conducta.
Otro factor que debe controlarse con procedi-
mientos de entrenamiento y con el diseño de
aparatos es la ocurrencia, fuera del experimento,
de la conducta que se mide. Esto se hace
seleccionando una respuesta poco frecuente en el
repertorio natural del animal, haciendo que
sobresalga el manipulando, o poniendo a la
conducta bajo un completo control de estímulo
mediante la aplicación de un procedimiento
adecuado, de entrenamiento. Toda vez que el nivel
incondicionado

El autor se refiere a de picoteo
Ferster sobre
y Skinner, 1957.una
N. de.superficie
D.
vertical es casi cero, la respuesta de picoteo del
pichón no ofrece dificultad en este respecto.
Después que el pichón ha sido entrenado a picar, la
luz que está detrás del disco llega a controlar la
conducta a tal grado que si el color cambia el
picoteo se detiene.
El diseño de un disco para tal fin ofrece
problemas especiales por la tasa de respuestas
extremadamente alta que se puede generar. Tasas
de respuestas tan elevadas como de 15 por
segundo pueden ocurrir bajo programas adecuados
de reforzamiento. Las ventajas que resultan de la
amplia gama de valores sobre los que varía la tasa
de .picoteo se pierden si el disco no tiene una
frecuencia natural suficientemente alta. Por un
lado, una frecuencia naturalmente alta se obtiene
al hacer que la parte móvil del disco sea muy
ligera, y por otro, haciendo que la distancia entre
los extremos que cierran el circuito sea lo más
pequeña posible.
En el laboratorio de Harvard se han usado
varios tipos de discos, ninguno de los cuales ha
sido plenamente satisfactorio. Un disco que se está
usando ahora tiene un bastidor de baquelita, sobre
el cual se monta, en superficies de deslizamiento,
una pieza de plexiglás opaco. Los contactos del
relevador se montan sobre el bastidor de baquelita
en bronce fosforado, con los contactos opuestos
sobre el plexiglás. Cuando se opera el disco, la
flexión del bronce fosforado hace una ligera
acción de barrido que limpia los contactos. Un
resorte sostiene el plexiglás contra el bastidor de
baquelita y el contacto queda normalmente en
posición de cerrado. La frecuencia de operación
máxima del disco puede aumentarse al aumentar la
tensión del resorte. Sin embargo, el picoteo deberá
tener mayor fuerza a fin de que pueda registrarse.
Así pues, de ordinario resolvemos este problema
atendiendo a un término medio entre la frecuencia
máxima de operación y la fuerza mínima que se
necesita para hacer funcionar el interruptor.
Un disco que se adecúa a muchas aplicaciones
puede construirse engoznando una pieza de
plexiglás y colocando un interruptor límite, en el
piso, detrás del plexiglás. El movimiento de éste
conecta o desconecta el interruptor límite. Las
características del disco pueden ajustarse cambian-
do el grosor del resorte o la distancia entre los
contactos del mismo.
El tamaño ideal del disco no se ha investigado,
pero se ha visto que un disco de 2.54 cm de
diámetro es satisfactorio. El pichón alcanza el dis-
co a través de un orificio, de la misma medida, que
se practica en la pared.-La altura del disco sobre el
piso depende del tamaño del pájaro. Para la
paloma mensajera, la distancia sería de 19.05 cm
medida desde el centro del disco.
El registro
El sistema de registro más directo que se puede
usar emplea un polígrafo. Este daría un registro
completo de cualquier tipo de computación o
presentación de los datos. No obstante, la cantidad
de trabajo necesaria para transcribir lo registrado
por el polígrafo a una forma utilizable lo hace
poco práctico. Esto es cierto en cualquier
experimento con una situación de respuesta libre,
pero lo será particularmente en el caso de la
experimentación con pichones, donde pueden
registrarse hasta 20 000 respuestas por hora. Los
registros con polígrafo producen también una
pérdida en la eficiencia, debido a que el
experimentador puede tener una idea no muy
exacta del estado del experimento mientras no se
haga un resumen, lo que requerirá una laboriosa
transcripción. Una dificultad aún más seria es que
el uso del polígrafo no permite la manipulación de
las variables en el curso de los periodos
experimentales.
En el laboratorio de Harvard, se suelen inventar
instrumentos de registro para cada experimento,
que compendian los datos respecto de las
características de la variable dependiente que se
analiza. Los tipos de registro elegidos surgen
comúnmente a consecuencia de una considerable
labor exploratoria. El registro acumulativo es el
más frecuentemente elegido. Sin embargo, se han
utilizado otros tipos y un caso del uso de un
registro sumario no acumulativo es el que se
ilustra con el siguiente ejemplo.
Se estudió la latencia de una respuesta ante un
estímulo discriminativo. Después de una explora-
ción preliminar, se programó el experimento de tal
manera que la luz situada detrás del disco se
encendiera una vez por minuto. Se reforzaba la
respuesta ante la luz y luego ésta se apagaba. Se
midieron tanto el tiempo entre la presentación del
estímulo discriminativo (o sea la luz que se situaba
detrás del disco) como la ocurrencia de la
respuesta reforzada, seleccionándose un valor arbi-
trario dentro de este margen. A esto se le dio el
nombre de tiempo criterio. Si el tiempo entre la
presentación de la luz y la ocurrencia de la res-
puesta sobrepasaba este valor, la respuesta no se
reforzaba y el tiempo criterio se alargaba Sumán-
dole un lapso constante. Por otra parte, si la
respuesta ocurría dentro del tiempo criterio, en-
tonces sí se la reforzaba a la vez que se acortaba el
tiempo mencionado. Los datos se analizaron
registrando los cambios en el tiempo criterio. Un
motor de reloj hacía correr el papel a una veloci-
dad constante. La pluma, que se desplazaba per-
pendicularmente a la dirección del papel, se movía
hacia arriba una distancia constante siempre que se
incrementaba el tiempo criterio, y hacía abajo
cuando éste se disminuía. El registro resultante,
examinable a primera vista, mostraba muy clara-
mente los cambios de la latencia durante el
periodo experimental.
Siempre que se usaba un programa de reforza-
miento intermitente, el registrador acumulativo
demostraba ser el método de registro más útil y
conveniente. El registrador acumulativo representa
datos no procesados, en el sentido de que son
"dibujados" directamente por el pichón. Si se
selecciona una escala adecuada, es posible recu-
perar toda la información que tendríamos a la
mano si tomáramos un registro de polígrafo. Sin
embargo, en la mayoría de los casos, esta selec-
ción de la escala menoscabaría las ventajas del
registro. El registrador acumulativo se describe de
la siguiente manera: a cada respuesta, la pluma se
mueve un pequeño tramo a través del papel. Al
mismo tiempo se alimenta papel a una velocidad
constante. La pendiente de la línea dibujada es
directamente proporcional a la tasa de respuestas.
El valor del registro acumulativo no reside
únicamente en permitir la medición precisa de la
tasa en cualquier momento, sino más bien en
poner de relieve los cambios en la misma, y que se
hacen apreciables en las curvaturas del registro. En
los datos brutos de un registro acumulativo se
pueden compendiar cambios continuos que
ocurran en un periodo de varias horas. Además, en
las curvaturas locales se pueden manifestar
variaciones sutiles como el "grano" de la tasa.
La selección de una escala depende de la am-
plitud de la variación de las tasas que esperamos
obtener. A su vez, éstas dependen de la especie de
animal que se use, de la operante elegida y del
programa de reforzamiento. En tanto que la tasa de
respuestas es directamente proporcional a la
tangente de la pendiente en toda la amplitud men-
cionada, lo que realmente se observa al inspec-
cionar las variaciones locales del registro es el
ángulo que forma la tangente con la abscisa. La
tasa de cambio de la tasa de respuestas con res-
pecto al ángulo correspondiente a la tangente a la
curva se incrementa muy rápidamente a medida
que el ángulo va creciendo. A valores mayores de
80 grados, la tangente del ángulo se incrementa a
tal velocidad que los cambios en la tasa, en
periodos temporales cortos, son imposibles de me-
dir. Por consiguiente, se selecciona una escala tal
que la tasa más alta que se pueda esperar produzca
una línea cuyo ángulo con la abscisa no supere los
80 grados.
Una escala conveniente para usarse con picho-
nes en programas de reforzamiento de intervalo
consistiría en una alimentación de papel de aproxi-
madamente 28 o 30.5 cm por hora, y de mil
respuestas por cada recorrido de 15.2 cm de la
pluma. Al usar ratas, esta escala sería mucho más
reducida y una mejor elección sería o una alimen-
tación de papel más lenta, o bien un menor número
de respuestas por recorrido de la pluma. Cuando se
desea observar tanto los efectos de • grano fino
como la tendencia general de la conducta, se usan
a menudo dos registradores, uno de los cuales
proporciona un registro más reducido.
Para que el tiempo de comer no interfiera con el
registro, el equipo del programa se dispone de tal
manera que el curso del papel se detiene durante la
operación del comedero. Para indicar la respuesta
que se reforzó se usa un marcador sobre el
registro.
En experimentos de discriminación se suele usar
registradores tándem, uno para ED y otro para Ea.
Los registros correspondientes son internamente
ordenados y exhiben tal grado de legalidad que no
se apreciaría de inmediato si las conducías bajo los
dos estímulos no se hubieran registrado
separadamente. En experimentos sobre formación
de conceptos se han usado cuatro registradores en
sucesión. En este tipo de experimentos, la des-
ventaja de la técnica más útil de registro es su
costo.
Comedero
El comedero es el dispositivo mediante el cual
'la operante libre se incorpora técnicamente al
programa. Al diseñar el comedero se debe reco-
nocer que cuando se condiciona una respuesta se
va formando una cadena de respuestas y que el
acontecimiento crítico es aquel que sucede inme-
diatamente a la respuesta.
Cuando queremos reforzar un picotazo, debemos
hacerlo seguir de un acontecimiento notorio que es
el estímulo discriminativo para el primer miembro
de la cadena de respuestas, cuyo eslabón final es la
ingestión de comida. La importancia de la cadena
de acontecimientos, que mantiene las propiedades
del estímulo que sucede al picotazo, estriba
simplemente en que ocurre uniforme y
regularmente bajo un control adecuado de es-
tímulo.
Los tipos de alimentador que pueden usarse
tienen dos clases de efectos: proporcionan una
cantidad constante de comida o un periodo fijo de
acceso a la misma. Si bien la primera de ellas
garantiza que se comerá la misma cantidad a cada
reforzamiento, también dificulta el mantenimiento
de un buen control de estímulo sobre la conducta
hacia el comedero. Dado que no existe un estímulo
claramente relacionado con el final de la
administración de comida, el tiempo que el animal
permanece frente al comedero habrá de ser
variable. Asimismo, no es posible saber si ese
tiempo se ha restado exactamente del registro.
Encontramos mayor dificultad cuando el ave deja
el grano en el comedero, y más tarde, acercándose
a éste, lo encuentra. La destrucción parcial de la
discriminación respecto al comedero da lugar a
conducta que habrá de competir con la respuesta
de picotear.
El comedero que se presenta por un periodo fijo
elimina todas las dificultades que encontramos en
el comedero de cantidad constante, pero tiene la
desventaja de que la cantidad de comida ingerida a
cada reforzamiento no es uniforme. Sin embargo,
el comedero de cantidad constante, para la
mayoría de los propósitos, es sin duda superior,
porque la variabilidad introducida por ligeras al-
teraciones en la cantidad de comida por reforza-
miento es pequeña en cuanto a las dificultades que
surgen ds la conducta competidora condicionada
por la misma función que la variable dependiente
del experimento.
La dieta natural del pichón consiste casi entera-
mente en grano, que resulta un estímulo reforzante
adecuado, lo mismo con respecto a la conducta del
ave que con respecto a la construcción de un
comedero confiable. El grano usado en el labora-
torio de Harvard es una mezcla de 50 por ciento de
sorgo, 40 por ciento de arveja y 10 por ciento de
semilla de cáñamo. Sobra decir que las semillas
tienden a ser de tamaño uniforme.
El comedero usado, actualmente en Harvard
funciona así: Un solenoide hace girar un recipiente
empivotado hasta dejarlo en posición horizontal,
de modo que el pichón tenga acceso al grano a
través de una pequeña abertura; detrás del
recipiente hay un embudo que surte el grano
conforme se va necesitando. Cada vez que el
recipiente gira hasta la posición de alimentar, se
enciende una lámpara de 6 vatios, instalada direc-
tamente sobre la abertura a través de la cual se
alimenta el pichón; cuando el recipiente se retrae,
la luz se apaga, con lo que la iluminación queda
reducida a tal extremo que el animal no puede ver
el grano. El comedero iluminado sirve de ED de
acercarse al alimentador, y su oscurecimiento
actúa como EA respecto del picoteo en el come-
dero. Con solo unos cuantos minutos de entrena-
miento, el ave cesa en sus intentos por alcanzar el
grano tan pronto como se apaga la luz del ali-
mentador y se retira el recipiente.
Se han usado otros tipos de alimentadores que
surten y extraen el grano del compartimiento del
ave, o que cubren y descubren el grano. Tienen la
desventaja de que el ave puede hacerse daño al
quedar su pico atrapado por la parte deslizante del
alimentador. Si bien esto ocurrirá sólo en contadas
ocasiones antes de que el pichón aprenda a evitar
ser atrapado, la inhibición resultante hacia el
comedero hará más difícil el entrenamiento ante el
alimentador e introducirá al experimento una
variable fácilmente evitable mediante el diseño
adecuado del instrumento.
La cámara experimental
El tamaño de la caja en que trabaja el ave es, en
gran medida, arbitrario, siempre que el alimen-
tador se coloque en la vecindad del manipulando.
No obstante, las limitaciones de espacio requieren
ordinariamente que el aparato se mantenga tan
pequeño como sea posible. Para un pichón, el
tamaño adecuado sería de aproximadamente 38 x
30.5 x 30.5 cm. Cuando este es el tamaño, casi
siempre es indispensable la ventilación artificial.
'Un problema engorroso es el del aislamiento
acústico. Su solución se deja al arbitrio del experi-
mentador y de las necesidades del problema es-
pecífico. La física de la absorción del sonido para
lograr el aislamiento necesita inevitablemente ma-
teriales muy pesados y voluminosos. Esta solución
requiere demasiado espacio y resulta muy costosa.
Para la- mayoría de las aplicaciones, el grado de
aislamiento que una hielera campestre bien cons-
truida puede proporcionar, bastará para la obten-
ción de datos no afectados por los ruidos impre-
vistos que ocurran en el cuarto experimental. Sin
embargo, los acontecimientos críticos que pueden
formar la base de una discriminación, deben ser
silenciosos. Dado que dichos acontecimientos in-
cluyen casi siempre la operación o la liberación de
un relevador, el problema puede ser más fácil de
resolver con el uso de alta impedancia y de
relevadores poco pesados que se instalen sobre
material amortiguador. La baja intensidad de estos
clics con el grado de aislamiento acústico que
proporcione una hielera campestre de buena
calidad imposibilitara que se forme una
discriminación basada en la operación de un
relevador. S Además de tomar estas precauciones
el laboratorio de Harvard suele introducir en cada
cámara experimental un ruido de enmascaramiento
formado por un espectro de sonidos fortuitos. Este
tipo de sonido es el más efectivo para el
enmascaramiento de los clics. Casi ningún caso
requiere que se eliminen los sonidos del
registrador. El clic producido por éste, cada vez
que ocurre una respuesta hace las veces de
reforzador condicionado de la misma, ayudándola
a conservar una forma estable.
Equipo de control
Como cada vez que ocurre la respuesta elegida
en la situación de operante libre se activa un in-
terruptor, casi siempre es posible programar un
experimento de manera que se desarrolle auto-
máticamente. Una vez proyectado el equipo
programador para un experimento, éste requiere
muy poca atención por parte del psicólogo e
incluso un personal poco entrenado puede
realizarlo. El aparato es de rendimiento doble pues
se puede trabajar toda la noche sin necesidad de
vigilarlo. Cuando se hace necesario reducir las
perturbaciones producidas por sonidos exteriores,
los experimentos nocturnos proporcionan a
menudo la solución eficaz. La destreza del
psicólogo, la cantidad de dinero disponible para
los aparatos de programación y la asistencia
técnica competente son factores que determinarán
el número de experimentos que puedan efectuarse
en condiciones de programación automática.
La programación nocturna de los experimentos
requiere cierto método que permita detener el ex-
perimento en ausencia del experimentador. Tal
problema no ofrece mayor dificultad gracias a que
los pichones suelen reposar en la oscuridad. Todo
lo que se necesita para interrumpir el experimento
es desconectar el circuito reforzante y apagar todas
las luces del aparato. En caso de que se emplee un
animal nocturno, se correlacionan los aconteci-
mientos externos con la interrupción del experi-
mento, estableciéndose así una discriminación.
No existen procedimientos o reglas simples para
la programación automática de experimentos. El
programa se lleva a cabo casi exclusivamente por
medio de relevadores y contadores. La asistencia
técnica y un conocimiento general sobre releva-
dores son insustituibles. La facilidad para diseñar
circuitos de relevador en experimentos de progra-
mación se adquiere con un poco de práctica.. .1
EL PICHÓN COMO ANIMAL PARA
LA EXPERIMENTACIÓN
Si bien se ha empleado a la rata como animal
experimental en un gran número de estudios, el
pichón tiene ciertas ventajas sobre ella. Este
último puede vivir hasta 15 años, lo que permite la
experimentación a largo plazo, en la cual la
maduración de la rata introduciría cambios
radicales. Por ejemplo, un programa de intervalo
variable, que necesita treinta o cuarenta días para
estabilizarse, daría por resultado un experimento
que abarcaría una parte muy extensa del periodo
de vida de una rata. Es más económico volver a
emplear los mismos pichones. Por ejemplo, si un
experimento sobre algunos aspectos de los
programas de reforzamiento produjera finalmente
conducta estable que pudiera servir de línea base,
los pichones podrían volverse a usar para un
experimento enteramente diferente que necesitase
una línea base similar.
El pichón tiene muy desarrolladas la agudeza
visual y la visión de los colores. Esto permite gran
variedad de tipos de estímulo utilizables en
experimentos de discriminación y, asimismo, el
uso de numerosos estímulos diferentes en un solo
experimento. Por el contrario, la escasísima visión
de las ratas presenta serias dificultades en el
diseño de experimentos que analizan procesos
complejos.
El pichón llega al experimentador con una
respuesta muy adecuada para el tipo de experi-
mentación de operante libre. Las altas tasas de
picoteo que se pueden generar en el pichón
constituyen una variable dependiente que puede
oscilar dentro de límites muy amplios y la cual es,
por fuerza, más sensible a la manipulación.
LA PREPARACIÓN DE LOS
PICHONES PARA UN
EXPERIMENTO
Los pichones deberán ser anillados tan pronto
como se reciban y habrá que cortarles las alas a la
1
El lector encontrará un texto excelente sobre los
principios generales del diseño de circuitos de relevadores en
Keister, Ritchie y Washburn (1951).
altura de la segunda hilera de plumas, de manera
que no puedan volar. Se les deja que se alimenten
libremente durante tres o cuatro días, después de
los cuales se les toma su peso ad libitum. A éste le
llamamos peso normal. Después de esto ya no se
les alimenta sino hasta que hayan alcanzado
aproximadamente el 80% de su peso ad libitum.
Esto tomará alrededor de una semana. Sin
embargo, otro método es alimentarlos con cinco
gramos de comida cada tercer día. Si bien esto
prolonga el periodo de privación, también hace
menos severa la perturbación del aparato di-
gestivo. Sólo entendiendo la conducta se puede
determinar el grado en que se deba reducir el peso
de cualquier animal. Un mismo porcentaje de
reducción de peso no tendrá el mismo efecto
conductual en todos los animales. Por
consiguiente, el peso debiera reducirse hasta que el
animal comiera del alimentador sin titubear. Si
después de 15 minutos de habérsele colocado
dentro del aparato, el animal no come del
alimentador abierto, deberá ser devuelto a su jaula,
dejándolo sin alimento un día más.
El entrenamiento con respecto al comedero
puede iniciarse una vez que el ave coma libre-
mente y que haya recibido su ración diaria en dos
días diferentes (15 gramos diarios para el pichón
típico). Alcanzado este punto, la tarea consiste en
que la luz del comedero y el sonido se establezcan
como indicadores de la ocasión en la cual
acercarse al comedero ocurrirá con una alta
probabilidad, y en extinguir las respuestas ante el
comedero que se den en ausencia del sonido y de
la luz. Para lograr esto, se activa el alimentador
aproximadamente cada treinta segundos. El ave se
acercará al comedero cuando no haya luz pero esta
conducta se extinguirá prontamente. El ave deberá
ser observada cuidadosamente durante esta etapa
del entrenamiento para que estemos en
posibilidades de evitar cualquier conducta su-
persticiosa (Skinner, 1948). Si se desarrolla
cualquier conducta supersticiosa se la puede
eliminar simplemente suspendiendo la operación
del alimentador hasta que se presente alguna otra
conducta. El entrenamiento respecto al comedero
se completa, y se diferencia entonces la respuesta
de picar cuando el pichón se acerca al alimentador
tan pronto éste se activa, come continuamente
durante la operación del mismo y se aproxima al
comedero sólo muy raramente cuando éste no está
en operación.
La respuesta de picoteo puede diferenciarse por
cualquiera de tres métodos. En todos ellos, el disco
está conectado de manera que cuando se le activa
produce la presentación del comedero mediante un
interruptor de circuito. Así pues, cuando ocurre el
primer picotazo, el estímulo discriminativo para
acercarse al comedero será inmediatamente
contingente respecto de la respuesta:
1. El primer método depende del nivel
incondicionado de la respuesta. No se hace otra
cosa que dejar al ave dentro del aparato con el
disco conectado al alimentador. Si el entre-
namiento respecto al comedero ha sido eficaz, el
primer picotazo que ocurra casi siempre dará lugar
al condicionamiento.
2. El segundo método se vale de una dis-
criminación ya existente en el repertorio del
animal. Con cinta adhesiva transparente se pega un
grano de alimento al disco. El ave, al picar el
grano, activa de paso al alimentador. Como retirar
el grano puede inquietar al pichón, puede
"desvanecerse" reemplazándolo progresivamente
con granos más pequeños.
3. El tercer método es el de diferenciación de la
respuesta. Se lleva a cabo observando al pichón y
seleccionando alguna conducta que se aproxime a
la de picotear. Frecuentemente el primer paso es
abrir el comedero cuando el ave está frente al
disco. En adelante, el procedimiento consiste en el
condicionamiento y extinción alternados de varias
respuestas que se aproximan progresivamente al
picoteo del disco. Tan pronto como el ave mira
regularmente al disco se suspenden los reforza-
mientos hasta que ocurre alguna variación en la
conducta, y que ésta sea en el sentido de la
respuesta deseada. Si la suspensión del reforza-
miento es excesiva y la conducta se extingue, se
repetirá el proceso. Es muy importante que la
activación del alimentador sea inmediatamente
contingente respecto de la conducta especificada.
Si el tiempo de reacción del experimentador es
muy prolongado, la acción del alimentador puede
fortalecer una conducta diferente de la que se
pretende.
Con un poco de práctica y un pichón ham-
briento y bien entrenado respecto del comedero,
"moldear" una respuesta de picoteo no debería
tomar más de cinco minutos. Si moldear dicha
respuesta resulta difícil, tal vez se deba a que el
pichón no está lo bastante hambriento. El hambre
del ave no puede juzgarse del hecho de que ésta no
coma rápidamente del alimentador abierto, pues
tal conducta es relativamente insensible a cambios
en el nivel de privación. La frecuencia de
ocurrencia del tipo de respuesta que se está
condicionando es un indicador mucho más
sensible y la mejor manera de determinar el
porcentaje de reducción de peso corporal que
finalmente se asigna al pichón es mediante la
observación de la cantidad general de actividad. Si
el pichón se muestra inactivo, el condicionamiento
se dificultará y entonces habrá que reducir el peso
del animal o que habituarlo al aparato. Un nivel de
privación adecuado se determina con más facilidad
después que se ha establecido un programa de
reforzamiento intermitente. Se puede igualar a los
sujetos en función del nivel de privación,
ajustando su peso corporal de tal manera que las
tasas de respuestas, en un programa de
reforzamiento de intervalo variable, sean iguales.
El condicionamiento inicial se puede efectuar ya
sea en la caja que se usará en el experimento o
bien en un aparato de condicionamiento especial-
mente preparado que nos permita ver fácilmente al
pichón. Cuál de los dos haya de usarse dependerá
del procedimiento de condicionamiento y del tipo
de caja experimental. Si el condicionamiento se
practica por el método de la "tasa incondicionada"
o por el del "grano de maíz", no habrá gran ventaja
en usar una caja abierta. Sin embargo, es preciso
usarla cuando empleamos el procedimiento de
diferenciación, a menos que la caja experimental
tenga una ventana que permita ver claramente al
animal cuando la caja esté al mismo nivel del
experimentador o más alta. Si éste observa a los
sujetos desde arriba acaso se perturben seriamente.
Si la respuesta de picoteo se condiciona por
diferenciación, pueden surgir algunas dificultades
del condicionamiento accidental de topografías de
picoteo no naturales o de conducta supersticiosa.
Es poco probable que esto ocurra cuando el
condicionamiento se realiza por medio del grano
de maíz o de la tasa incondicionada de picoteo. En
caso de que se presente una topografía desacos-
tumbrada, pueden llevarse a cabo varias sesiones
de reforzamiento continuo en la caja experimental,
las cuales casi siempre producirán una topografía
natural y uniforme.
La duración de una sesión experimental está
limitada sólo por el número de reforzamientos que
se suministran. Se procura entregar tal cantidad de
comida de modo que, al día siguiente, el peso del
pichón sea el mismo. Si, durante el experimento,
el pichón no recibe la cantidad de comida
suficiente para volverlo a su peso normal, se le
suministrará la diferencia al final de la sesión. Si
tres segundos de presentación del grano definen un
reforzamiento, alrededor de 60 reforzamientos
mantendrán, de ordinario, el peso de un pichón.
EL DISEÑO DE LOS
EXPERIMENTOS
Para el diseño de experimentos sobre conducta
operante no existen más reglas que las de la
práctica científica aceptada. Sin embargo, el
reforzamiento intermitente de la operante libre
permite que se diseñen muchos experimentos
alrededor de las líneas base generadas por un
programa de reforzamiento. Dos ejemplos
esclarecerán cómo el reforzamiento intermitente
de una respuesta proporciona una línea base para
juzgar la alteración conductual debida a una
manipulación experimental.
Cantidad de reforzamiento
Cantidad de reforzamiento: Es el efecto de las
variaciones en la medida del reforzamiento sobre la
tendencia a mostrar conducta.
Se entrena al pichón en un programa de
reforzamiento de intervalo variable, que produce
una tasa constante de respuestas. Un programa de
reforzamiento de intervalo aritmético, después de
un entrenamiento de aproximadamente 15 hrs.,
trae consigo una tasa constante de respuestas. Se
disminuye o aumenta la cantidad de reforzamien-
to. De esta manera, el efecto de la variable
independiente sobre la conducta no se altera ni con
el paso del tiempo ni con la manipulación del
animal. Se continúa el experimento hasta que la
conducta se estabiliza en el nuevo procedimiento,
y se comprueba la reversibilidad del proceso
volviendo a la cantidad original de reforzamiento.
Si se encuentra que el proceso no es reversible, se
continúa aquél de alternar la cantidad de reforza-
miento mediante alguna forma de contrabalanceo.
Esto permite el análisis de los efectos dinámicos
de los cambios en la cantidad de comida en cada
reforzamiento. Si la conducta es reversible con
diferentes cantidades de reforzamiento, se repite el
procedimiento tantas veces como sean necesarias
para determinar su significancia. El número de in-
versiones necesarias depende de la magnitud del
efecto y de la legalidad del cambio en la conducta
al pasar de una a otra cantidad de reforzamiento.
Se explora el parámetro a lo largo de toda su
amplitud en un solo animal, y se repite el
experimento en un número suficiente de animales,
de manera que el experimentador se convenza de
que los efectos de la manipulación son mayores
que las variaciones atribuibles a las diferencias
individuales. Si los registros muestran que la
variable dependiente cambia en el mismo sentido
de un sujeto a otro y que solamente difiere en
función de una constante como el nivel total de
respuestas, entonces se necesitan relativamente
pocos animales. Aunque un grupo de tres animales
resulta más eficaz estadísticamente, se puede
lograr un control suficiente cuando se usan grupos
tan pequeños como de dos animales. Si los sujetos
difieren de la variable dependiente tanto en el
efecto constante como en la naturaleza del cambio,
entonces se harán necesarias mayores sutilezas
experimentales.
Discriminación
El desarrollo de una discriminación entre dos
colores nos servirá para ejemplificar el uso de un
programa de reforzamiento intermitente como
línea base. Después que se ha diferenciado la res-
puesta de picoteo, se somete al ave a varias
sesiones de continuo, cambiando el color de la luz
después de cada reforzamiento. Se usan sendos
registradores, funcionando en sucesión, para la
conducta hacia ambos colores. Cuando las tasas de
respuestas a los dos colores son iguales, se
suspende el reforzamiento ante uno de ellos. Sin
embargo, los intervalos de presentación del color
quedan definidos por el programa previo de
reforzamiento. En tanto que la tasa de respuestas
ante el color no reforzado (EA) declina, la
correspondiente al color reforzado (ED) no
cambia. Esto proporciona una línea base para
juzgar los efectos de variables como el nivel de
privación.
A pesar que se alternan los estímulos reforzados
y los no reforzados, la declinación en la tasa ante
EA es muy ordenada. Más aún, después de dos o
tres horas de entrenamiento, la tasa ante el color
no reforzado será menor de 1/100 de la
correspondiente al color reforzado. Un análisis de
esta índole, de los problemas de discriminación,
permite al experimentador determinar, en
intervalos de tiempo sumamente cortos, las
tendencias a que se muestre conducta ante ambos
estímulos. Con ventajas similares, el uso de un
programa de reforzamiento intermitente como
línea base para analizar el desarrollo del control
del estímulo puede extenderse fácilmente a
procesos complejos como la formación de
conceptos.