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México.
Díaz Covarrubias, José, "Infracción secundaria. Instrucción preparatoria. Necesidad de que sean
fundamentalmente científicas", en La instrucción pública en México.
Estado que
guardan la instrucción primaria, la secundaria y la profesional, en la
República. Progresos realizados, mejoras que deben introducirse, México,
Miguel Ángel Porrúa (Colección Tlahuicole), 1993, pp. CXCV-CCXII.
MEXICO
1875
Instrucción secundaría. —Instrucción Preparatoria.
En efecto, así como la instrucción primaria tiene por objeto ilustrar en los
ramos rudimentales del saber humano a la totalidad de.. los habitantes de
un país, á la instrucción secundaría está encomendado elevar esta
ilustración y difundirla ciencia entre la mayor parte si fuere Posible, de los
ciudadanos. Esta ciencia y esta ilustración elevada no se requieren úni-
camente para el que va á seguir una carrera profesional, sino para todos los
que aspiran á cultivar bien. su espíritu e ingresar en lo selecto de una
sociedad. No solo quien va á ejercer la profesión de médico, de abogado, de
ingeniero, necesita los conocimientos fundamentales que constituyen la
educación secundaria, sino que estos son utilísimos, casi indispensables
para todas las necesidades de la vida civilizada, y el comerciante, el indus-
trial, el literato, el legislador, el empleado público, el capitalista, el viajero, en
una palabra, todo hombre que quiera valer algo por sí mismo en la sociedad,
debe poseer aquellos conocimientos, y siente á cada paso la necesidad de
utilizarlos. Limitar la educación secundaría solamente al corto número de los
que ahí de edificar sobre ella determinada especialidad científica, y
conformarse con que la inmensa mayoría de los ciudadanos que son los que
forman la fuerza y la actividad social, tengan solo el pálido tinte de la
instrucción primaria, equivale á constituir la mas profunda de las escisiones
sociales, elevando á una minoría afortunada sobre un desierto de
infecundidad y de ignorancia.
Si hemos de comenzar por fijar los hechos, como el medio más lógico y
claro de demostrar una verdad, en ningún caso son tan decisivos como en la
cuestión presente. Realmente ellos la resuelven de un modo inequívoco y,
lejos de ser necesaria una demostración ulterior, queda la sorpresa de que
se haya fundado un argumento en la declaración de que son irrealizables
hechos que se realizan todos los días.
En todos los pueblos civilizados de todas las partes del mundo, la instrucción
secundaria y la preparatoria comprenden un conjunto de ciencias cuyos
principios abarcan los diversos órdenes de las leyes de la naturaleza, y cuyo
conocimiento lo adquiere la juventud estudiosa con la extensión suficiente
en cinco ó seis años de conveniente dedicación. Todos los Liceos, todas las
Academias, todos los Gimnasios, todas las Escuelas de educación
secundaria o preparatoria, contienen en sus programas las Matemáticas, la
Cosmografía la Física, la Química, la Historia Natural, la Lógica, la geografía,
la Historia Universal, los Idiomas J otros ramos secundarios, como el Dibujo,
la Música, la Literatura, Esta instrucción parece calcada en un mismo
pensamiento (*). Los Colegios de nuestro país no son una excepción á esta
idea universal, pues en toaos ellos los programas de estudios preparatorios
se forman de las ciencias que hemos mencionado, y no hay uno solo en
todos los Estados de la República donde no se cultiven como preparatorios
la mayor parte de estos ramos.