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INVALIDEZ DEL MATRIMONIO

1. Aspectos generales
1.1. Etimología de la Palabra Invalidez

La palabra Invalidez, proviene del sufijo ez, que significa “cualidad”,


sobre la palabra inválido, que esta a su vez proviene del latín invalidus, que
significa “que no tiene fuerza, ni valor”

1.2. Definición.

Según ZANNONI, citado por JARA y GALLEGOS, “las nulidades


matrimoniales traducen la falta o defecto de alguno de los presupuestos que la
ley exige para que el acto jurídico matrimonial produzca, en plenitud, sus
efectos propios. Tales presupuestos podrían sintetizarse:

a) En la exigencia de aptitud nupcial de los contrayentes (o sea,


ausencia de impedimentos dirimentes), y

b) En la prestación de un consentimiento no viciado”.

En definitiva, es la sanción impuesta al matrimonio por no haber


cumplido con los requisitos ni formalidades exigidos por ley.

Se da porque si bien hay un capítulo donde señalan los supuestos donde


no debe celebrarse el matrimonio, pues si pese a ello se celebra el matrimonio
entonces tiene que, haber pronunciamiento respecto a ello.

2. Invalidez del matrimonio en la ley peruana

El código de 1936 trataba el problema que nos ocupa bajo el ambiguo


epígrafe de la nulidad del matrimonio, que parecía aludir únicamente el caso
más grave de invalidez del negocio matrimonial, pero que en realidad abarcaba
la totalidad de la cuestión. El criterio del legislador en esta materia ofrecía las
siguientes características, que en sustancia mantiene el nuevo texto sustantivo:

En primer lugar, siguiendo el ejemplo de los códigos suizo y brasilero, no se


hacía distinción, al menos explicita, entre la inexistencia y la nulidad del
matrimonio, por considerar que, desde el punto de vista práctico, no existía
interés en consagrar legislativamente la diferencia teórica que puede
haber entre ambos casos de invalidez.

En segundo término y obedeciendo a la misma tendencia simplificadora,


no diferenciaba, por lo menos expresamente, la anulabilidad de la
impugnabilidad, si bien el análisis de las normas pertinentes permitía conocer
cuando se estaba en presencia de uno o de otro caso de invalidez. De otro
lado, el matrimonio, cualquiera que fuese el vicio de que adoleciera, nunca era
invalido ipso jure sino que requería una declaración judicial de invalidez.

En fin, la diferencia que separa la nulidad de la anulabilidad únicos casos


de invalidez nominados en la ley se asentaba fundamentalmente en dos
factores:la extensión de la acción invalidatoria, y la posibilidad o imposibilidad d
e convalidar el matrimonio.

No obstante que, en general, la estructura y el tratamiento dados a la


materia por el código derogado podían considerarse adecuados, eran, a
nuestro juicio, notorias varias deficiencias.

Desde luego, el epígrafe de la nulidad del matrimonio “resultaba


equivoco o ambivalente, ya que el vocablo nulidad, que en el mencionado
epígrafe se usa en su aceptación más amplia que incluye también los casos de
anulabilidad, en el articulado subsiguiente se usaba también en su sentido
estricto, que excluye y de alguna manera se contrapone a la anulabilidad.

El código de 1984 resuelve la equivocidad por el sencillo arbitrio de usar el


epígrafe invalidez del matrimonio,
que abarca ambos casos, y emplear en el articulado las denominaciones
“nulidad” y “anulabilidad”, respectivamente, para referirse a un caso o al otro de
invalidez.

3. Efectos civiles de la invalidez del matrimonio

Algunas de las consecuencias de la invalidez del matrimonio son las siguientes:

a) La declaración de nulidad del matrimonio destruye el vínculo matrimonial


entre los cónyuges. Dejan de existir entre los cónyuges todos los
derechos y obligaciones que emanan del matrimonio, termina la
obligación de fidelidad de ambos cónyuges y estos quedan exonerados
de socorrerse y ayudarse mutuamente, etc.

b) En caso de existir mala fe por parte de uno de los contrayentes, este


queda obligado a resarcir perjuicios causados al cónyuge inocente.

c) Se disuelve la sociedad conyugal.

d) Los hijos concebidos dentro de un matrimonio que más tarde se anula,


son legítimos y no pierden en ningún caso dicho estado civil.

e) El ejercicio de la patria potestad de los hijos nacidos en matrimonio nulo


corresponde a ambos padres, salvo que el juez en la sentencia de
nulidad disponga otra cosa.

De acuerdo a lo normado en el primer párrafo del artículo 284 del Código


Civil, el matrimonio invalidado produce efectos civiles respecto de los cónyuges
e hijos si se contrajo de buena fe, como se fuese un matrimonio válido disuelto
por divorcio. Al respecto, conviene tener en cuenta lo prescrito en el Código
Civil en relación a los efectos del divorcio:

a) El juez señala en la sentencia la pensión alimenticia que los padres o


uno de ellos debe abonar a los hijos, así como la que el marido debe
pagar a la mujer o viceversa (Art. 342 del C.C., que regula la separación
de cuerpos y que es de aplicación al divorcio por mandato del Art. 355
del C.C.).

b) Por el divorcio cesa la obligación alimenticia entre marido y mujer. Si se


declara el divorcio por culpa de uno de los cónyuges y el otro careciere
de bienes propios o de gananciales suficientes o estuviere imposibilitado
de trabajar o de subvenir a sus necesidades por otro medio, el juez le
asignará una pensión alimenticia no mayor de la tercera parte de la renta
de aquél. Las obligaciones a que se refiere este artículo cesan
automáticamente si el alimentista contrae nuevas nupcias. Cuando
desaparece el estado de necesidad, el obligado puede demandar la
exoneración y, en su caso, el reembolso. (Art. 350 del C.C.).
c) El cónyuge divorciado por su culpa perderá las gananciales que
procedan de los bienes del otro (Art. 352 del C.C).

d) Los cónyuges divorciados no tienen derecho a heredar entre sí (Art. 353


del C.C.).

Finalmente, si hubo mala fe en uno de los cónyuges, el matrimonio no


produce efectos en su favor, pero si respecto del otro cónyuge y de los hijos.

3.1. Efectos del matrimonio invalidado respecto del ejercicio de la


patria potestad

En aplicación del artículo 282 del Código Civil, al declarar la invalidez del
matrimonio, el juez determina lo concerniente al ejercicio de la patria potestad,
sujetándose a lo establecido para el divorcio.

Al respecto, el Código Civil, en el artículo 340 (que versa sobre el ejercicio


de la patria potestad en caso de separación de cuerpos por causal y que
resulta aplicable al divorcio por mandato del Art. 355 del C.C.), prescribe lo
siguiente:

a) Los hijos se confían al cónyuge que obtuvo la separación por causa


específica, a no ser que el juez determine, por el bienestar de ellos, que
se encargue de todos o de alguno el otro cónyuge o, si hay motivo
grave, una tercera persona.

b) Esta designación debe recaer por su orden, y siendo posible y


conveniente, en alguno de los abuelos, hermanos o tíos.

c) Si ambos cónyuges son culpables, los hijos varones mayores de siete


años quedan a cargo del padre y las hijas menores de edad así como
los hijos menores de siete años al cuidado de la madre, a no ser que el
juez determine otra cosa.

d) El padre o madre a quien se haya confiado los hijos ejerce la patria


potestad respecto de ellos.

e) El otro queda suspendido en el ejercicio, pero lo reasume en pleno


derecho si el primero muere o resulta legalmente impedido.
3.2. Efectos indemnizatorios de la invalidez del matrimonio

AZPIRI, citado por JARA y GALLEGOS, señala que “El cónyuge de


buena fe puede demandar, por indemnización de daños y perjuicios, al de mala
fe y a los terceros que hubiesen provocado el error, incurrido en dolo o ejercido
la violencia.

El hecho de celebrar un matrimonio conociendo la existencia de la causa


que provocará su nulidad constituye un obrar antijurídico y, como tal, implica
que su autor deberá responder por los daños materiales y morales que se
ocasionen al cónyuge de buena fe”.

Por otro lado, BORDA, enseña que “el cónyuge que hubiera contraído
matrimonio conociendo la existencia de alguno de los impedimentos, que haya
producido su nulidad, responderá al otro de las pérdidas e intereses, sin
perjuicio de la acción criminal que corresponda. Si el daño efectivo no pudiera
ser fijado, el juez apreciará el daño moral en una cantidad de dinero
proporcionada a las circunstancias del caso. Se entiende que el cónyuge que
reclama la indemnización debe ser inocente”.

Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, son aplicables a la invalidez


del matrimonio (nulidad y anulabilidad del mismo) las disposiciones
establecidas para el caso del divorcio en lo que se refiere a la indemnización de
daños y perjuicios (Art. 283 del C.C.).

Sobre el particular, el artículo 351 del C.C. establece que si los hechos
que han determinado el divorcio comprometen gravemente el legítimo interés
personal del cónyuge inocente, el juez podrá concederle una suma de dinero
por concepto de reparación del daño moral.

3.3. Efectos de la invalidez del matrimonio respecto de terceros


de buena fe

De acuerdo a lo normado en el artículo 285 del Código Civil, el


matrimonio invalidado produce los efectos de un matrimonio válido disuelto por
divorcio, frente a los terceros que hubieran actuado de buena fe.
El legislador ha establecido aquí una norma justa, porque de esa manera
da seguridad a las transacciones y, especialmente, porque garantiza los
derechos de los terceros de buena fe que no tienen responsabilidad alguna en
lo que se relaciona con la nulidad del matrimonio. Sin este principio en la ley,
las personas tendrían temor o desconfianza para contratar con los cónyuges y,
por lo mismo, se restringirán las convenciones en tales casos.

3.4. Validez del matrimonio contraído no obstante existir


impedimento en caso de tutela, curatela y viudez

Con arreglo a lo previsto en el artículo 286 del Código Civil, resulta


válido el matrimonio contraído con infracción del artículo 243 de dicho código, o
sea, el matrimonio contraído no obstante existir impedimento en caso de tutela,
curatela y viudez.

El artículo 243 del Código Civil señala textualmente lo siguiente:

“No se permite el matrimonio:

1. Del tutor o del curador con el menor o el incapaz, durante el ejercicio del
cargo, ni antes de que estén judicialmente aprobadas las cuentas de la
administración, salvo que el padre o la madre de la persona sujeta a la
tutela o curatela hubiese autorizado el matrimonio por testamento o
escritura pública.

El tutor o curador que infrinja la prohibición pierde la retribución a que tenga


derecho, sin perjuicio de la responsabilidad derivada del desempeño del cargo.

2. Del viudo o de la viuda que no acredite haber hecho inventario judicial,


con intervención del Ministerio Público, de los bienes que esté
administrando pertenecientes a sus hijos o sin que preceda declaración
jurada de que no tiene hijos bajo su patria potestad o de que éstos no
tienen bienes.

La infracción de esta norma acarrea la pérdida del usufructo legal sobre los
bienes de dichos hijos.
Esta disposición es aplicable al cónyuge cuyo matrimonio hubiese sido
invalidado o disuelto por divorcio, así como al padre o a la madre que tenga
hijos extramatrimoniales bajo su patria potestad.

3. De la viuda, en tanto no transcurran por lo menos trescientos días de la


muerte de su marido, salvo que diere a luz. Esta disposición es aplicable
a la mujer divorciada o cuyo matrimonio hubiera sido invalidado.

Se dispensa el plazo si la mujer acredita no hallarse embarazada, mediante


certificado médico expedido por autoridad competente.

La viuda que contravenga la prohibición contenida en este inciso pierde los


bienes que hubiera recibido de su marido a título gratuito”.

4. Características legales de la invalidez del matrimonio en el peru

Hemos visto, como el código distingue sólo entre matrimonios nulos y


anulables, y los llamados ilícitos, sin mencionar a los inexistentes,
entendiéndose como un sentido simplista, su asimilación entre los matrimonios
nulos.

4.1. Inexistencia y nulidad


a) Inexistencia

Cuando la doctrina habla de "acto jurídico inexistente", no se quiere


afirmar la inexistencia de ningún "hecho jurídico", si no se quiere decir
que no existe un hecho que merezca la calificación de "acto jurídico"
porque le falta alguno de los elementos esenciales previstos por el
ordenamiento jurídico para que exista válidamente; hay sólo una
"apariencia de acto jurídico" que, sin embargo, puede constituir un
"hecho jurídico" si es que el ordenamiento jurídico le reconoce efectos.

Es decir; si hay manifestación de voluntad, pero a la falta de algún


requisito de validez el acto jurídico es inexistente, pero esa voluntad
manifestada puede constituir un hecho jurídico que si tiene
consecuencias jurídicas. Como dice Barbero "la manifestación continúa
siendo ciertamente un "hecho" indestructible, pero no constituye
"negocio" y, por tanto los efectos que pueda tener, no serán de todos
modos "efectos negociables".

En situaciones como la mencionada, lo inexistente es el acto humano


como "acto jurídico", pero como "hecho jurídico" si puede existir si es
que produce efectos jurídicos. Así por ejemplo, si de mala fe se celebra
un matrimonio ante un funcionario incompetente, cuya incompetencia
es conocida por ambos contrayentes, con el único propósito de tener
acceso carnal, el "acto jurídico matrimonio" es inexistente, y como tal
no produce los efectos que le son propios; pero como hecho jurídico
(acto ilícito) existe, produce efectos porque da lugar a la
responsabilidad administrativa, penal y civil del funcionario
incompetente. Para la legislación peruana, este matrimonio es nulo y la
acción no puede ser planteada por los cónyuges (art. 274º inc. 9 C.C.).

b) La Nulidad

La nulidad se deriva de la existencia de un vicio con carácter esencial.


Dicho carácter es obviamente especificado en los diferentes casos que
nos muestra el Derecho positivo.

Sostienen Gustavo A. Bossert y Eduardo A. Zannoni: “Básicamente, la


nulidad del acto jurídico matrimonial se traduce en su ineficacia, o sea
en la privación de sus efectos propios:

- Ineficacia del emplazamiento, en cuanto a los contrayentes del


matrimonio invalido no logran efectivizar la atribución subjetiva
de las relaciones jurídicas familiares que aquel determina
ministerio legis.
- Ineficacia de los efectos del emplazamiento

El tratadista Cordeiro Alvarez dice: “…Las nulidades de pleno, o sea las


nulidades manifiestas, actos nulos, son aquellas que provienen de un
vicio aparente y real que impide la formación del acto o del contrato…
En tanto las nulidades dependientes de acción, son aquellas que
dependen, antes de circunstancias de hecho que de la disposición del
derecho y que requieren de la apreciación del Juez.
Para mayor abundamiento de los matrimonios inexistentes hay que
considerar, que estos tienen valor, pero solo en el plano doctrinario, pero en el
campo de la Filosofía del Derecho, por lo cual creemos y estamos de acuerdo
con la posición de nuestra doctrina y los tratadistas que manifiestan que no se
debe confundir, en consideración a un sentido simplista y objetivo, la
inexistencia con la nulidad. Además la interpretación auténtica de la nulidad es
la que se refiere a que siempre es necesario que se produzca una declaración
judicial. Todo lo contrario pasaría tratándose de la inexistencia que no se haya
registrado oficialmente, y en todo caso solo se solicitaría una comprobación y
no una determinación.

Tratándose de matrimonios nulos, dice el artículo 275 “que la nulidad


debe ser interpuesta por el ministerio Público, y puede ser intentada por
cuantos tengan en ella un interés legítimo y actual. Si la nulidad es manifiesta,
el juez la declara de oficio. Sin embargo, disuelto el matrimonio, el Ministerio
Público no puede intentar ni proseguir la nulidad ni el juez declarar de oficio”

4.2. Anulabilidad e Impugnabilidad


a) La Anulabilidad

Se deriva de la existencia de algún vicio esencial, pero para los


contrayentes, no para la colectividad en general. No daña,
concluyentemente, el interés público.

La invalidez del matrimonio puede producirse, en este caso, por un


negocio jurídico dirigido a la anulación (acción anulatoria). Desde la
celebración hasta la disolución del negocio matrimonial, su invalidez
latente no opera nunca ipso jure, sino que demanda la expresa
declaración judicial, dentro de la acción respectiva que sólo puede ser
intentada por determinadas personas.

El tratadista Cornejo Chávez, dice: “…cuando el vicio de que el


matrimonio adolece consiste en uno de los impedimentos que el
ordenamiento legal estime dispensables, existe la posibilidad de
subsanación confirmatoria o rescriptoria; y aunque esta no llegue a
realizarse, el negocio existe y es eficaz, es decir, que tiene todos los
efectos de un matrimonio valido, en tanto no sobrevenga sentencia
anulatoria o la disolución del casamiento. Sin embargo, la invalidación
funciona con efecto retroactivo, lo que significa que destruye todas las
consecuencias que el negocio viciado había producido. El rigor de
este principio solo se atenúa en cuanto lo exige la necesidad de
amparar la buena fe de los cónyuges para defender la calidad de
legítimos que el matrimonio invalidado confirió a los hijos y para
reclamar en su propio favor las consecuencias civiles pertinentes, o
de los terceros que no previeron o no pudieron prever la futura
invalidación…”

En conclusión, debemos señalar que mientras la nulidad absoluta


tiene como fundamento razones de orden público, la nulidad absoluta
tiene como fundamento razones de orden público, la anulabilidad con
su carácter relativo incide sustancialmente en amparar el interés de
las partes que intervienen en el acto.

b) La Impugnabilidad

Es ocasionada por la existencia de algún vicio que sin afectar


directamente al interés general, perjudica gravemente a uno de los
cónyuges. Aquí la invalidez no funciona de pleno derecho y la acción
a que da origen sólo puede ser iniciada por el cónyuge perjudicado, a
él le será entonces reconocida la facultad de confirmar el negocio y
que esta convalidación puede arribarse por el transcurso del tiempo.

Antes de la subsanación y mientras no se declare la invalidez, el


matrimonio impugnable surte todos los efectos legales de un
matrimonio inatacable; pero iniciada la acción invalidatoria, el efecto
de la sentencia que en ella recaiga es la anulación retroactiva del acto
impugnado.

De otro lado, la diferencia que separa la nulidad de la anulabilidad,


únicos casos de invalidez del matrimonio a que se refiere la ley, se
asienta fundamentalmente en dos factores: la existencia que se
otorga a la acción invalidatoria; y la posibilidad o imposibilidad de
convalidar del matrimonio.
La pretensión de invalidez del matrimonio debe tramitarse como
proceso de conocimiento, siendo aplicables, en lo pertinente, las
disposiciones estipuladas para los procesos de separación o divorcio
por causal, de conformidad al artículo 281 del C.C.

Sostiene López del Carril: “La acción de nulidad de matrimonio no


puede intentarse sino en vida de los esposos”.

4.3. Necesidad de la Declaración Judicial


Necesidad de la declaración judicial Para que un matrimonio
celebrado con las solemnidades o requisitos legales deje de producir
efectos civiles, es necesaria la declaración de su nulidad pronunciada
por sentencia en el juicio respectivo, y ese matrimonio declarado nulo
sería matrimonio putativo.

5. Nulidad del matrimonio

La nulidad matrimonial es la invalidación de un matrimonio porque en su


celebración han existido o se han producido vicios o defectos esenciales que
impiden que el mismo pueda surtir efectos.

Supone que el matrimonio no ha existido y no puede surtir efectos. Su


diferencia del divorcio por cuanto este último se disuelve un matrimonio válido
por la voluntad de uno o ambos cónyuges.

Procede en los casos que el matrimonio sea de un:

 Enfermo mental.
 Sordomudo, Ciego sordo, Ciego mudo.
 Casado (a).
 De familiares consanguíneos (padres, hijos, tíos, medios hermanos,
primo hermanos.
 De cuñados.
 Los que lo celebran sin seguir el trámite correcto y de mala fe.
 O ante funcionario no competente.
En los casos de los casados con personas casada este matrimonio es
nulo, pero si en caso el primer matrimonio se disuelve por divorcio o muerte del
esposo (a) y trascurre un año, el matrimonio que era NULO deviene en
VALIDO.

6. Anulabilidad del matrimonio

Es aquella que puede generar la invalidez del matrimonio por la


existencia de algún vicio coetáneo o antecedente a la celebración del
matrimonio que no reviste la gravedad de los que producen la nulidad desde el
punto de vista del interés público. La invalidez se generas si es que las
causales de anulabilidad son invocadas y acreditadas, mientras tanto el
matrimonio conserva su validez y eficacia.

Causales:

 Del impúber

La pretensión puede ser ejercida por él luego de llegar a la mayoría de edad,


por sus ascendientes si no hubiesen prestado asentimiento para el matrimonio
y, a falta de éstos, por el consejo de familia. No puede solicitarse la anulación
después que el menor ha alcanzado mayoría de edad, ni cuando la mujer ha
concebido

Aunque se hubiera declarado la anulación, los cónyuges mayores de edad


pueden confirmar su matrimonio.

La confirmación se solicita al Juez de Paz Letrado del lugar del domicilio


conyugal y se tramita como proceso no contencioso. La resolución que aprueba
la confirmación produce efectos retroactivos.

 De quien está impedido conforme el artículo 241, inciso 2.

La acción sólo puede ser intentada por el cónyuge del enfermo y caduca si no
se interpone dentro del plazo de un año desde el día en que tuvo conocimiento
de la dolencia o del vicio.
 Del raptor con la raptada o a la inversa o el matrimonio realizado
con retención violenta.

La acción corresponde exclusivamente a la parte agraviada y sólo será


admisible si se plantea dentro del plazo de un año de cesado el rapto o la
retención violenta

 De quien no se halla en pleno ejercicio de sus facultades mentales


por una causa pasajera.

La acción sólo puede ser interpuesta por él, dentro de los dos años de la
celebración del casamiento y siempre que no haya hecho vida común durante
seis meses después de desaparecida la causa.

 Del contraído por error

Defecto sustancial:

La identidad física del otro contrayente, la vida deshonrosa la homosexualidad,


condena por delito doloso, ocultamiento de la esterilización

 Contraído por vía compulsiva

Bajo amenaza de un mal grave e inminente. Consecuencia de una coacción


psicológica

 Del impotente

El cónyuge adolece de impotencia absoluta al tiempo de celebrarlo

 De buena fe ante funcionario incompetente

7. Diferencia entre nulidad y anulabilidad.

Nuestro ordenamiento distingue dos clases de nulidades, las que tienen por
principio el interés público (absoluta) y la que se conceden a favor de ciertas
personas o intereses privados (relativa). La nulidad relativa conduce al acto
anulable, y esta se produce cuando en el acto concurren los requisitos
esenciales, pero que adolecen de algún vicio, tal como lo prescribe el artículo
221 del Código Civil.

Para que el acto jurídico tenga existencia jurídica es necesaria la presencia de


los elementos esenciales, tales como: manifestación de voluntad, capacidad,
objeto, finalidad y forma, que vienen a constituir los requisitos para su validez.

La carencia de uno de estos requisitos conduce a la nulidad de dicho acto.


Nuestro ordenamiento civil reconoce dos clases de nulidad, la que tiene por
principio el interés público (absoluta), y conduce al acto nulo; y la que se
concede en favor de determinadas personas por perjudica su derecho
(relativa), provocando la anulabilidad del acto.

El acto jurídico nulo se presenta cuando el acto es contrario al orden público


ocarece de algún requisito esencial para su formación. El acto jurídico será
anulable cuando, concurriendo los elementos esenciales a su formación,
encierran un vicio que pueda acarrear su invalidez a petición de parte; por ello
quien es parte en la formación y efectos del acto jurídico puede denunciar su
anulabilidad, en tanto que el acto jurídico nulo puede ser denunciado por el
afectado, por quien tenga interés o ser declarado de oficio.
CONCLUSIONES

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