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Fuente se llama al lugar de donde surte o mana un líquido y aplicada al Derecho, se podría
decir que es el origen de éste. Da la idea de origen, de donde surge una cosa. Sólo el
Estado produce Derecho penal, de donde emana la ley penal (Congreso de la Nación).
Art. 18 CN: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo,
fundado en ley anterior al hecho del proceso.”
Doctrinariamente señala que sólo puede recibir una pena el que haya realizado una
conducta ilícita descripta como merecedora de dicha particular especie de sanción, por
medio de una ley que esté vigente en el momento de su realización, sólo es delito, por
consiguiente, la conducta que como tal ha sido prevista por la ley penal al asignarle una
pena. Actualmente en virtud de las construcciones que ponen el acento en el TIPO, el
principio de legalidad puede expresarse doctrinariamente afirmando que “no hay delito
sin tipo penal legal”.
2- irretroactividad: el delito creado por la ley debe ser anterior al hecho del proceso.
3- prohibición de la analogía: la ley debe prever las acciones punibles con límites claros
y definidos, entregando así el instrumento eficaz para evitar la aplicación analógica de la
ley.
“Es una reglamentación de carácter general sancionada por el Poder Ejecutivo y que
contiene normas que pertenecen a la esfera funcional del Poder Legislativo”. Es decir que
son disposiciones que el P.E. dicta en ciertos períodos, asumiendo la función legislativa.
Esta cuestión queda reservada a la actividad legislativa que asume el P.E. invocando la
necesidad de legislar sobre casos “excepcionales y urgentes”.
La ley penal:
Según Binding el mandato que ordena una determinada conducta no está contenido en la
ley penal, ya que ésta se limita a describir la condición contraria a dicho mandato,
determinando la sanción. Para especificar el precepto en su total contenido hay que
recurrir a las leyes o disposiciones no penales, las cuales contienen los mandatos y revelan
lo que el derecho quiere. Le mandato contenido en la norma le otorga al Estado la facultad
de exigir el imperativo, y la ley penal le otorga el derecho de castigar su infracción. El
infractor viola el mandato, pero realiza la ley penal en lo que ella tiene de descriptivo.
El mandato se encuentra en una norma, que es la que valora y que está contenida en la
moral; en tanto que la ley establece la sanción y otorga el derecho a castigar.
- liberal, puesto que como consecuencia del requisito anterior sólo actúa ante un hecho
declarado punible.
- ineludible o irrefragable, puesto que las leyes sólo se derogan por otras.
En la ley penal en blanco está determinada la sanción, pero el precepto a que se asocia
esa pena sólo está formulado como una prohibición genérica, que deberá ser definida por
una ley presente o futura, por un reglamento o por una orden de autoridad. Legisla
específicamente sobre la sanción (pena) refiriéndole a acciones prohibidas cuya particular
conformación, a los efectos de la aplicación de aquella, deja librada a otras disposiciones
a las cuales se remite.
Ej.: Art. 205: “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas
adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una
epidemia”.
La costumbre contra legem y la supletoria no son fuentes productoras del Derecho penal.
En cuanto a la integrativa, su función es distinta. Hay leyes en blanco que se refieren al
Derecho civil, comercial, administrativo; es decir, que se hallan integradas por contenidos
civiles o comerciales, a menudo, regidos por la costumbre; en este caso, sería, aunque de
segundo grado, fuente productora en Derecho penal.
Costumbre contra legem: Es la que va en contra de la ley. No tiene valor como fuente del
D. Penal, no obstante se da en la realidad cuando la ley es abrogada por el desuso.
Costumbre Supletoria: Cuando no existe una norma que prevé un caso determinado y la
costumbre suple ese vacío. Actúa como fuente ante el silencio de la ley. Pero a pesar de
esto no es fuente del D. Penal.
Dada la existencia de leyes penales en blanco que refieren a alguna otra norma de otra
rama del derecho como por ejemplo civil, comercial, etc. donde la costumbre sirve como
fuente. Indudablemente esta fuente será algo así como una fuente mediata de segundo
grado con relación al Derecho Penal.
3.- La jurisprudencia.
Es la doctrina establecida, por vía de la interpretación, por las decisiones reiteradas de los
tribunales del país, a través de sentencias reiteradas y coincidentes.
No es fuente del Derecho penal: los jueces no crean Derecho penal, sino que sirven para
la interpretación, modificación y sanción de normas jurídicas. No se la puede invocar
como fuente de D. Penal, puesto que ello implicaría convertir en “ley” los
pronunciamientos judiciales que, en nuestro sistema solo tienen vigencia obligatoria para
el caso concreto que cada uno de ellos juzga.
Los acuerdos plenarios son decisiones tomadas en conjunto llevada a cabo por todos los
jueces integrante de las distintas salas de una misma Cámara de Apelaciones, de un mismo
tribunal integrado por todos sus miembros, o por los miembros de otros tribunales
similares (ej.: todos los componentes de la Cámara de Apelaciones de una misma
provincia, o de un tribunal superior, llámese Corte Suprema, superior Tribunal).
Cuando dos Salas de una misma Cámara no pueden decidir, el defensor puede pedir un
acuerdo plenario, es decir una sentencia dictada por los jueces integrantes de las salas de
una cámara. Esta sentencia obliga a que por el término de 5 años los jueces integrantes de
una sala tomen decisiones iguales a la original. Técnicamente el juez de primera instancia,
no está obligado a tomar la misma decisión, pero prácticamente sí. Esta consecuencia ha
llevado a gran número de tratadistas a considerar que viola el principio de legalidad, ya
que importa la creación de una norma genérica (aplicable a casos que no han sido
juzgados en el proceso) que no observa los requisitos legales d ella sanción de las leyes.
De ahí que se haya propuesto, reiteradamente, la inconstitucionalidad de los acuerdos
plenarios.
La casación.
Es de origen francés, en el cual el tribunal superior toma la decisión del juez de primera
instancia y puede aceptarla o rechazarla. Es un acto de oficio del tribunal superior,
tendiente a producir un nuevo examen de la causa si la sentencia es correcta o modificada.
No está prevista en nuestra legislación provincial.
El principio de reserva: Pareciera que fuera el que determina que no hay punibilidad para
las conducta, que en el momento de su realización no están ya descriptas por ley como
merecedoras de pena. Pero así reducido, no sería más que una reformulación del principio
de legalidad. Tal interpretación errónea (que Creus participó alguna vez), tiene que ser
superada.
El principio de reserva en cuanto a garantía individual está antes del derecho penal: se
refiere a la facultad de actuar del hombre dentro de lo permitido (lo no prohibido por el
orden jurídico) sin que su conducta pueda acarrearle sanción de cualquier índole que sea,
pero, además es una garantía del individuo ante el órgano de legislación penal: este no
puede asignar una pena a una conducta que esté permitida por el ordenamiento jurídico
sin por lo menos prohibirla, pero, al hacerlo tampoco puede traspasar ciertos límites, que
significaría una interferencia indebida en las esferas de libertad de la persona. El art. 19
C.N. se refiere a este principio de la siguiente manera: “...Ningún habitante de la Nación
será obligado a hacer lo que no manda la ley o privado de lo que ella no prohibe”.
Valor de la jurisprudencia: Con respecto a esto se han planteado una serie de polémicas
defendiendo o negando la posibilidad de que la jurisprudencia sea considerada fuente de
derecho, pero podemos decir que excepcionalmente, debido a la autoridad de los fallos
plenarios la jurisprudencia tiene un valor similar a la ley. Se prohibe la interpretación
analógica de la ley. Presupone: la determinación legal de los hechos punibles; la
determinación legal de las penas correspondientes y la irretroactividad de la ley penal. La
aplicación de la ley penal por analogía está prohibida en D. P.
No es en ningún caso fuente de D.P.; puede resultar útil para interpretar, modificar o
sancionar normas.
Repitamos que la doctrina tiene un valor superlativo en la formación del nuevo Derecho
y acaso pueda depositarse en ella la esperanza de unificar, en lo posible, las normas
jurídico-penales. La doctrina científica, sin ser fuente productora de Derecho, ha tomado
en estos pueblos exagerada importancia en la práctica de los jueces.