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RESUMEN
ABSTRACT
The present work deals with the concept of intellectual property, historical evolution,
generalities and objects of protection. It includes various aspects or spheres of protection of
intellectual property: the proper one (copyright and other related rights), and the industrial one
(patents, utility models, drawings, industrial models, plant varieties, trademarks and certificates
of invention). Analyze all these elements have in common the concept of intellectual property,
exclusivity in the exercise of certain rights defined by the corresponding statute. In order to
justify the establishment of the intellectual property system and the granting of exclusive rights
for the holder of a right. Finally, highlight the great importance that intellectual property has
for citizens, based on the Reglamento a la Ley de propiedad intelectual.
KEY WORDS: intellectual property, objects of protection, law, exclusivity, regulation, WIPO,
human intellect.
INTRODUCCIÓN
EVOLUCION HISTORICA
En Estados Unidos se promulgó en 1790 una ley de patentes, que fue revisada en 1793; Francia
promulgó su primera ley en 1791. En ambas se hacía referencia a la situación del inventor
individual y a su derecho a obtener una compensación económica por sus esfuerzos. Destacaban
también la necesidad de promover el progreso de la ciencia y de las artes útiles y, por
consiguiente, la industrialización en esos países. Revisten especial interés los tres motivos
invocados para la adopción de una ley de patentes que se mencionaban en un informe favorable
al proyecto francés. Esos motivos eran el atraso de la industria, la amenaza que representaba
para la economía francesa la penetración de los productos ingleses y el deseo del Gobierno
francés de mejorar la situación de los trabajadores de la industria. [1]
En parte gracias a la revolución industrial fue posible la legalización de las patentes, la cual
trajo consigo beneficios para cierta parte de la población pero a nivel de las industrias causo
estragos en la economía de las mismas. [2]
En el mundo, los orígenes de la propiedad intelectual se remontan a varios siglos atrás cuando,
por ejemplo en 1474, la entonces ciudad–estado República de Venecia otorga una patente de
monopolio a favor de Pietro de Ravenna, en donde se establecía que su obra “Fénix” solo podría
ser impresa por él mismo o por los impresores que él designase. [2]
Posteriormente, surge en Inglaterra lo que podría considerarse como el primer sistema legal de
propiedad intelectual, cuando el 10 de abril de 1710 la Reina Ana emite el conocido “Statute of
Anne”, que proponía que el autor debería ser el primer beneficiario de los derechos generados
por su obra y confería un monopolio de 21 años para el autor y de 14 años para la persona o
personas autorizadas por este para la preproducción y venta de su obra. Transcurridos los 21
años. [2]
De manera similar, en 1777 en Francia surge la primera de las sociedades de autores llamada
“Société des auteurs et compositeurs dramatiques”, que se ocupó de la administración colectiva
de los derechos de los autores, librando batallas contra los teatros que se negaban a reconocer
sus derechos patrimoniales y morales. Luego, a finales de 1837, se reúne por primera vez en
asamblea general la “Société des gens de lettres”, fundada por Honoré de Balzac, Alexandre
Dumas y otros autores franceses., la obra pasaba al dominio público. [2]
Es así como en 1883 se firma el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial
(invenciones, marcas, diseños industriales, modelos de utilidad, marcas y nombres comerciales,
denominaciones de origen y competencia desleal). En 1886 se convoca a los estados a participar
en la convención de Berna, que da como resultado el Convenio de Berna para la Protección de
las Obras Literarias y Artísticas. Para esta época solamente unos cuantos países firman estos
acuerdos; sin embargo, marcan la pauta para el desarrollo posterior que experimentaría todo lo
relacionado con la propiedad intelectual. [2]
Para administrar estos tratados después de la convención de Berna, en 1893 se crea el Buró
Internacional Unido para la Protección de la Propiedad Intelectual (BIRPI, por sus siglas en
francés), que es el organismo que precede a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI). Esta última fue creada en 1967 como un organismo especializado del sistema de
organizaciones de Naciones Unidas y es una organización internacional cuyo objetivo es
“desarrollar un sistema de propiedad intelectual internacional, que sea equilibrado y accesible
y recompense la creatividad, estimule la innovación y contribuya al desarrollo económico,
salvaguardando a la vez el interés público.”4 Actualmente administra alrededor de 24 tratados
internacionales y la componen 184 estados miembros que representan más del 90% del total de
países del mundo. [2]
Con el transcurso de los años el sistema de propiedad intelectual fue un tema que cada vez
adoptaba más importancia a tal punto de que se empezaron a generar nuevos mandatos, leyes y
normas dirigidos exclusivamente a los derechos de autor. [3]
Este privilegio de impresión fue modificado, primero en Inglaterra con el Estatuto de la Reina
Ana en 1709, transformándolo en un derecho para los autores, concediéndoles la impresión y
venta de su obra por un período de catorce años, renovable por el mismo plazo. En España, por
Real Orden de 1762, de 1763 y de 1764 se concedió a los autores el privilegio exclusivo de
imprimir su libro, con carácter hereditario. Pero fue con la Revolución Francesa de 1789 cuando
nació el derecho de autor que rige hoy en día en Europa. Ya en 1813, las Cortes de Cádiz
concedieron al autor el derecho exclusivo de publicar y reproducir sus escritos durante toda su
vida, otorgando a sus herederos la facultad de reproducirlos por un tiempo limitado.
Por un lado, los Estados Unidos, Inglaterra y los países del Common Law, siguen el sistema del
copyright, que protegen las creaciones, con el fin de estimular la producción de nuevas obras
en beneficio del interés general de la sociedad. [3]
Por otro lado, los países pertenecientes a la Europa continental y Latinoamérica, han adoptado
el sistema de derecho de autor, donde se reconoce la propiedad intelectual como un derecho
natural a la persona, que persigue beneficiar el esfuerzo del creador. [3]
La continuidad del desarrollo del sistema de propiedad intelectual se debe también en parte al
nacimiento de la imprenta que permitió la producción y publicación de obras literarias lo cual
posteriormente se convertiría en un derecho del autor, logrando que dentro de nuestra sociedad
contemporánea este sistema tomara mayor valor y relevancia, generando diversas leyes, normas
y reglamentos que respalden la protección del intelecto humano.
GENERALIDADES
IMPORTANCIA
De esta forma, la creación intelectual puede implicar la solución de un problema técnico con
cualidades funcionales más deseables, o desembocar en la creación de algo estéticamente
agradable, para satisfacer una necesidad o deseo humano que puede ser utilitario, sensorial,
social, cultural, mental, espiritual o religioso. Estos elementos que añaden valor o "calidad de
vida" son la base de la propiedad intelectual. [5]
La propiedad intelectual siempre ha tenido importancia para proteger la creación intelectual del
ser humano, pero no es sino en pleno siglo XXI en que la legislación de propiedad intelectual
se ve más necesaria que nunca. [5]
Dos razones pueden aducirse para explicar que los países promulguen leyes de propiedad
intelectual.
En primer lugar, para proteger legalmente los derechos morales y patrimoniales de los creadores
respecto de sus creaciones y los derechos de la sociedad en general para tener acceso a las
mismas. Y, en segundo lugar, para incentivar la creatividad y la aplicación de los resultados de
los conocimientos desarrollados, así como para fomentar prácticas comerciales leales que
contribuyan a su vez al desarrollo económico y social. [5]
La propiedad industrial, que abarca las patentes de invención, las marcas, los diseños
industriales y las indicaciones geográficas. [7]
El derecho de autor, que abarca las obras literarias (por ejemplo, las novelas, los poemas y las
obras de teatro), las películas, la música, las obras artísticas (por ejemplo, dibujos, pinturas,
fotografías y esculturas) y los diseños arquitectónicos. Los derechos conexos al derecho de
autor son los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones o
ejecuciones, los de los productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los de los
organismos de radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión. [7]
Promover un sistema de propiedad intelectual eficaz y equitativa puede contribuir a que todos
los países exploten el potencial de la propiedad intelectual como catalizador de desarrollo
económico y de bienestar social y cultural. El sistema de propiedad intelectual ayuda a
establecer un equilibrio entre los intereses de los innovadores y el interés público, creando un
entorno en el que la creatividad y la invención puedan florecer en beneficio de todos. [7]
las multimillonarias industrias del cine, la música, la edición y la informática, que hacen que la
vida de millones de personas sea más agradable, no existirían sin la protección del derecho de
autor; [7]
sin las recompensas previstas en el sistema de patentes, los investigadores e inventores no
tendrían incentivo para seguir creando productos mejores y más eficaces para los consumidores;
[7]
los consumidores no comprarían productos o servicios con toda confianza si no existieran
mecanismos fiables y de alcance internacional para proteger las marcas y combatir la
falsificación y la piratería. [7]
La propiedad intelectual siempre ha tenido la importancia de proteger la creación intelectual
del ser humano, por medio de elementos intelectuales tales como, la creatividad, la iniciativa,
el ingenio, entre otros. La propiedad intelectual es importante porque permite al creador, o al
titular de una patente, marca o derecho de autor, gozar de los beneficios (derechos, protección)
que derivan de su obra realizada en relación con una creación. Estos beneficios recompensan la
creatividad y el esfuerzo del creador, estimulándolo a un progreso, estableciendo un equilibrio
entre los creadores y el público, creando un beneficio donde la creatividad y la invención
puedan florecer.
Además, para promover un desarrollo económico y social de un país, la propiedad intelectual
otorga estabilidad y protección legal a la creación intelectual.
OBJETOS DE PROTECCIÓN
La Propiedad Intelectual se refiere a las creaciones de la mente, tales como obras literarias,
artísticas, invenciones científicas e industriales, así como los símbolos, nombres e imágenes
utilizadas en el comercio [8]
La Propiedad Intelectual otorga al autor, creador e inventor el derecho de ser reconocido como
titular de su creación o invento y, por consiguiente, ser beneficiario del mismo. [8]
Los Estados son los responsables de garantizar una legislación clara para precautelar este bien
común. En Ecuador, el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI) es el organismo
encargado de proteger, fomentar, divulgar y conducir el buen uso de la Propiedad Intelectual
desde el enfoque de tres áreas distintas: la Propiedad Industrial, Derecho de Autor y las
Obtenciones Vegetales. [8]
La Propiedad Industrial se refiere a la protección que tiene toda persona natural o jurídica sobre
sus invenciones, diseños industriales, circuitos integrados, marcas, signos distintivos, lemas
comerciales y otros elementos relacionados con el mercado, la industria y el comercio. [8]
Derecho de Autor se encarga de proteger los derechos de los creadores sobre las obras, sean
estas literarias o artísticas, esto incluye: libros, textos de investigación, software, folletos,
discursos, conferencias, composiciones musicales, coreografías, obras de teatro, obras
audiovisuales, esculturas, dibujos, grabados, litografías, historietas, comics, planos, maquetas,
mapas, fotografías, videojuegos y mucho más. [8]
Obtenciones Vegetales es una forma de Propiedad Intelectual “sui generéis”, que se confiere a
la persona que ha creado, o descubierto y desarrollado, una variedad vegetal. También se
incluye dentro de esta área la biodiversidad y los saberes ancestrales. [8]
El Plan Nacional del Buen Vivir establece que la generación de conocimiento sea uno de los
ejes donde se asiente el cambio de la matriz productiva, necesarios para el desarrollo del país y
potenciarlo regional y mundialmente. [8]
El artículo 10 del TRLPI enumera una lista abierta de las obras son objeto de propiedad
intelectual:
También son objeto de propiedad intelectual las colecciones de obras ajenas, como las
antologías, y las de otros elementos o datos que por la selección o disposición de las materias
constituyan creaciones intelectuales (bases de datos), sin perjuicio, en su caso de los derechos
de los autores de las obras originales. El título de una obra, cuando sea original, quedará
protegido como parte de ella. [9]
CONCLUSIÓN
La propiedad intelectual se reconoció que es de gran importancia para el ciudadano, pues esta
recompensa la creatividad y el esfuerzo humano que estimula el progreso de la humanidad, tales
como industrias millonarias de grabaciones, cine o informática no existirían si los derechos de
autor, sin las recompensas de patentes las investigadoras e inventores se sentirían poco
motivados para crear más productos que resulten mejores y eficientes.
Es importante destacar que la propiedad intelectual ha sido tan resaltante por su clasificación
ya sea como propiedad industrial la cual busca proteger los derechos de invenciones y
comercios, también dar garantía a las patentes y marcas de índole industrial, o clasificándose
como marcas la cual siendo cualquier signo quese pueda distinguir en el mercado y aunque
entra en el "ámbito de las creaciones protegidas muchas veces los signos empleados no son
creaciones intelectuales sin medio para identificar un producto de una empresa.
En conclusión el establecimiento del sistema de propiedad intelectual y la concesión de
derechos exclusivos para el titular de un derecho se ha justificado desde diversos ángulos: uno,
el hombre posee un derecho natural de propiedad sobre sus propias ideas. Dos, la necesidad de
una compensación o premio a quien ha rendido un servicio a la sociedad. Tres, la promoción e
incentivo del progreso industrial. Cuatro, sobre la base del punto anterior, el apoyo al progreso
industrial, unido a la necesidad de que las ideas útiles se den a la publicidad, que pasen al acervo
público. El secreto no es útil al progreso. Defensores y detractores del sistema de derechos
exclusivos sobre las ideas y las concepciones originales han debatido por largo tiempo los
méritos e inconvenientes de cada una de estas argumentaciones.
BIBLIOGRAFÍAS