ITINERARIO TEOLOGICO
DE LA INGENIERIA AL MINISTERIO PASTORAL
Pedro Arana Quiroz
Tercera parte
Durante mi tiempo en la Universidad (1958-1563) me
convert{ en aprendiz de apologista cristiano. Una con-
pafiera de la Facultad dejé sus estudios de Educacién en
Quimica y entré al Convento de las Hermanitas de la
Caridad, quienes atend{an a los hijos de los obreros_y
obreras mientras ellos trabajaban. Decidi visitarla
dominicalmente por las tardes. Un sacerdote espafiol daba
un cursillo de Cristiandad. Uno de los domingos, al
constatar una vez mis la presencia constente del mismo
joven protestante, dirigié sus baterfas contra el pro-
testantismo y la justificacién por la fe.
Usé los conocimientos que tenfa, y que en realidad
eran suficientes, pero el sacerdote, al pedirle yo que
me dijera cémo entend{a Romanos 5:1,’ me espeté con afan
de humillarme: "ZSabe usted griego?" Mi respuesta fue:
"No". "iEntonces qué discute!", termind el soberbio
espaiiol. Me sent{ "golpeado, pero no vencido."
Providencialmente, en esa semana nos visitaba René
Padilla, como obrero universitario. Lo invité para que
hable con el cura, porque é1 si sabfa griego. El audito-
rio se di6 cuenta claranente dénde estaba la razén.
En esos afios de Universidad René solia pasar por
Perti y quedarse en casa de mis padres. Nos distribula el
folleto Amanecer con Dios (una traduccién de Search the
Scriptures). Yo los desarrollaba en cuadernos, y con
ellos realizaba mis devocionales.
Esta &poca universitaria estuvo marcada por el
desarrollo de mi piedad cristiana al estilo del "Inter-
Varsity” anglosajén, mi apologética cristiana con la
enseiianza que nos daban René Padilla y Samuel Escobar.
En un campamento tuvimos una introduccién a los tedlogos
35modernos a través de René. Barth, Brunner, Tillich,
Bultmann y Cullmann empezaron a serme conocidos. Las
discusiones universitarias giraban alrededor de 1a cien—
cia y la fe, y en los circulos eclesidsticos m4s progre-
sistas se ‘hablaba de la Teologia de 1a Presencia de
Cristo.
La amistad, la comunién fraternal, los mutuos con-
sejos en instruccién, el trabajo en equipo y afin nues-
tras divergencias con Samuel Escobar y René Padilla,
desde 1958 hasta la actualidad son factores decisivos en
mis perspectivas teolégicas. En el campo b{blico parti-
cipanos del mismo respeto y confianza en el poder de 1a
Palabra de Dios, razén por la cual nuestro ministerio a
los estudiantes ha sido esencialmente expositivo. De
all{, pienso que han venido las coincidencias en muchas
de nuestras perspectivas teolégicas: 1a clave hermenéu-
tica del Reino de Dios; 1a imperiosa necesidad de con-
textualizar el mensaje eterno del Evangelio; la respon-
sabilidad social y polftica de la Iglesia; ‘la misién de
la Iglesia en Anérica Latina, entre otros grandes temas.
Un asunto doctrinal en el cual no hemos podido
ponernos de acuerdo es el del bautismo de nifios. Samuel
y René son bautistas y yo presbiteriano. Sin embargo,
puedo afirmar que pocas veces se puede experimentar un
ecumenismo tan real como el que promovinos y vivimos
durante muchos afios en el ministerio de la Comunidad
Internacional de Estudiantes Evangélicos y en forma mis
precisa durante los cursos de entrenamiento.
El bautismo biblico y evangélico significé para mi
una gran crisis personal y eclesial que desgraciadamente
me traer{a muchos problemas de relaciones interperso-
nales posteriores. Aprendi cuén dificil es practicar el
dictum: "En lo esencial unidad, en lo no esencial liber-
tad, en todo caridad". El 17 de agosto de 1972, siendo
ya anciano (presbitero) de 1a congregacién donde adoraba
al Sefor, solicité mi bautismo porque estaba persuadido
que el bautismo catélico romano no era el sacramento del
Nuevo Pacto. Jams pensé 1a explosién de emociones que
este asunto iba a producir. iHaste se insinué expulsarme
del consistorio! Aunque hubiera sabido que tal eclosién
iba a suceder, tenfa que hacerlo, pues para m{ era una
conviccién biblica, teolégica y eclesidstica.
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Habla expresado mi peticién en los siguientes tér-
minos: "1) La solicitud planteada estA basada, como lo
he expresado anteriomente en forma oral, en un acto de
obediencia a nuestro Sefior que sale del mismo Evangelio.
2) Entiendo por nuestra confesién de fe, sobre todo por
el misno Evangelio, que los sacramentos son de Dios, y
no de los hombres, asi como todos los beneficios que el
hombre recibe vienen de la gracia de Dios. 3) Pero el
Sacramento est& ligado a la Palabra. Los signos y simbo-
los del Sacramento tienen que significar do que nuestro
Dios ha prometido en su Palabra, para que el rito tenga
realmente validez de sacramento. Y el hecho real es que
la Iglesia Catélica Romana, en forma oficial y expresa,
no cree ni ensefla lo que 1a Biblia ensefia sotre los
Sacramentos. Luego, a Iglesia Catélica Romane, como
institucién, realiza un rito religioso que segin mi
entender no es el Sacramento instituido por nuestro
Sefor Jesucristo en el Nuevo Testamento. 4) No siendo el
Sacramento biblico, creo que queda abierta la posibili-
dad, y sobre todo la obligacién para los creyentes, de
cumplir con el mandato del Sefior; y a los ministros del
Evangelio, el administrarlo, pues no se contraviene
ninguna de las disposiciones de nuestra Iglesia. En
otras palabras, el administrar el Sacramento a personas
que lo solicitan y que proceden de la Iglesia Catélica
Romana no va en contra de la Confesién de Fe de West~
minster, pues en altima instancia seria una diferencia
de opinién sobre la interpretacién de 1a Confesiof, 1a
cual es meridianamente clara en desautorizar la ensefian-
za oficial a la Iglesia Catélica Romana (Capittlo 27,
III). 5) Si por motivos de interpretacién de 1a Confe~
sién de Fe y por ende de conciencia por los votos que ha
tomado, el ministerio piensa que no puede realizar el
Sacramento, dicha reserva esta basada en esa interpreta~
cién, la cual respeto, y la Iglesia debe respetar. AL
mismo tiempo, debe quedar la Iglesia en libertad de
pedir a otro miembro que administre el Sacramento, acce-
@iendo a 1a solicitud planteada por el creyente."
Tuve que esperar hasta julio del ao siguiente para
ser bautizado en la Iglesia Evangélica Presbiteriana del
Perf, "San Andrés". Con los aiios estoy aprendiendo, poco
a poco, y muy despacio, a compaginar la conviccién con
onla tolerancia, 1a confesién inequivoca de fe con 1a
aplastante realidad que no debo sentirme jams propieta-
rio monopdlico de la verdad de Dios, y el estar fundado
en la Biblia con el estar abierto @ los nuevos conoci~
mientos. Con Samuel y René aprend{ mucho de ello. Samuel
es un intelectual de vastos conocimientos humanistas y
con una percepcién teolégica relacionada siempre a los
problemas actuales. René es un intelectual de vastos
Conocimientos biblicos en busca siempre de 1a contextua~
lizacién. A esa capacidad intelectual, basada en una
profunda devocién a Jesucristo, se unen su dedicacién a
Ja causa del Reino, su interés genuino en las personas y
su participacién en iglesias locales. Por ambos tengo un
respeto profundo por lo que son y Significan para la
Iglesia de Cristo en América Latina y una deuda de
entrafiable gratitud personal y familiar.
eee
Me habfa convertido en un activista biblico y evan-
gélico, dentro de la Universidad y fuera de ella. Me
tocé dirigir a la juventud en la preparacién de la
Campafia de Billy Graham. Produjo gran impacto en Lina
a forma en que realizanos la propaganda. Cientos de
jévenes distribuyeron literatura por las principales
calles de la gran ciudad, todos con la consigna de
reunirnos en el Parque Universitario, lugar de revueltas
estudiantiles. A las 7 p.m. cientos de jévenes se halla~
ban all{ reunidos. El orador, un joven predicador vene-
zolano, Tonis Vargas, se aprestaba a subir a un lugar
prominente para empezar su intervencién, cuando la Guar-
dia de Asalto nos rodeé y con palos y sables avanz6
violentamente contra los reunidos. Las j6venes evangéli-
cas no se movieron de sus lugares. Total, algunos gol~
peados y contusos fueron a parar a la comisaria del
lugar. Era obvio gue Tos evangélicos no tenfamos los
mismos derechos que los catélicos y las fuerzas del
orden hacfan uso indiscriminado de 1a violencia represi-
va. Sustancialmente no ha habido cambios en los filtimos
veinte afios.
En 1963, cuando ya estaba por graduarme, volvimos a
invitar a Cecilio Arrastia, En esa ocasién adends del
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predicador, conocf al pastor. Tuvimos unas hermosas y
concurridas presentaciones en el Salén General de San
Marcos, donde Cecilio desarrollé cinco conferencias con
el titulo general de "Im&genes de honbre contempordneo",
usando diferentes autores de la literatura universal
contempordnea. Les malogramos una reunién a los comunis~
tas, y muchos estudiantes se interesaron en el evange-
lio.
Realizamos un Seminario en la Asociacién Cristiana
de Jévenes de Pueblo Libre. Fueron noches gloriosas del
poder salvador de Jesucristo. La diltima noche estdbanos
Cecilio y yo en la plataforna, Al terminar su predica-
cién, €1 hizo una invitacién y algunas decenas de perso~
nas se adelantaron al altar. El se tiré de rodillas en
la plataforma para orar y yo hice lo propio: volvi a
entregarle al Seflor mi vida y también la carrera que
estaba terminado. Y le dije que estaba dispuesto a hacer
Jo que &1 quisiera. Al ano siguiente, después de susten-
tar mi tesis en Ingenierfa Quimica y graduarme, estaba
comenzando mi labor misionera bajo los auspicios de la
naciente Asociacién de Grupos Evangélicos Universita-
rios de Perf (A.G.E.U.P.) de la cual fui el primer
Secretario General.
El aflo anterior, Cecilio habia estado en Lima y
habfamos ido a un "chifa" con un grupo de estudiantes.
Uno de los estudiantes, tomando una pose revolucionaria,
defensora de Fidel Castro, se habla portado en forma
descortés y malcriada con é1, Este estudiante estaba
acompafiando a una de las dirigentes del C,B.U.. Habla
pasado un afio. Vimos que Cecilio y esta jéven subieron
juntos al final del grupo. Al terminar la cena ella se
me acercé , y agradecida me dijo: "El Sr. Arrastia me
pregunto por mi enamorado marxista. Cuando le dije que
habfa terminado con él, me dijo: iGracias a Dios!"
Nuestra amiga est4 casada con un cristiano y tienen un
ministerio en la ciudad de Lima. Aquel joven "narxista"
es un eficiente funcionario de los diferentes gobiernos
que el Peri ha tenido desde esos dias.
eee
Del 64 al 67 estuve trabajando con los estudiantes
auniversitarios evangélicos, primero en Perf, 1uego en
América Latina. Un proceso tuberculoso me hizo suspender
mis labores en julio del 67, y me abrié el camino para
mi preparacién teolégica.
Mi trabajo con los estudiantes peruanos tuvo dos
polos de antencién: la evangelizacién y el entrenamiento
de lfderes. Habla resumido 1a tarea de los grupos bibli-
cos en esta forma: "Reunir discipulos, hacer disc{pulos
y ser discipulos". En los cursos de entrenamiento de
estudiantes tenia una serie de sesiones sobre el Peri
actual y la Universidad, ademis de las series sobre
esttidio biblico inductivo y evangelizacién. Mis estudios
académicos me ayudaron con la organizacién, administra—
cién y promocién de la obra universitaria.
Constantemente reiteraba con mucha claridad que la
Asociacién de Grupos Evangélicos Universitarios del Peré
no era una nueva denominacién o iglesia sino més bien la
expresién de las iglesias evangélicas en 1a Universidad.
Nos consider&bamos parte integral de ellas y sus embaja—
dores en nuestra tierra de misién: la Universidad. Y
exhortaba a los estudiantes y lfderes evangélicos a
llevar ese testimonio de Cristo en forma unida.
Procuré que 1a A.G.E.U.P. no sélo fuera auténoma,
autopropagada, y autéctona, sino también autosostenida,
razén por 1a cual trabajaba en el Colegio San Andrés de
miércoles a viernes para ganarme mi sostén y viajar a
otres partes del pais para formar nuevos grupos o ayudar
a los existentes. El ministerio epistolar fue profuso.
‘Al comenzar mi labor en el norte de América del Sur
y el Caribe mi programa fue de visién misionera: ayudar
a organizer mivimientos nacionales y dejar obreros del
mismo pais. El Senor fue bondadoso y pude cooperar con
el MUEVE, de Venezuela, la ABU de Puerto Rico, y la ADEE
de Repiiblica Dominicana.
En Caracas conoci a Enna Marfa Arias Saad en abril
de 1966. Estaba en su filtimo afio de Bioandlisis en la
Univesidad Central de Venezuela y era la secretaria del
grupo universitario evangélico. Fuimos conociéndonos y
el Sefior nos guié a unir nuestras vidas, lo cual hici-
mos en dos partes: la ceremonia civil el 21 de diciembre
de 1966 y la religiosa el 28 de octubre de 1967. éLas
razones? Emma tenia que terminar su carrera y yo no
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sabfa si volverfa otra vez a Venezuela.
El Sefior nos ha dado ya dieciocho afios de vida
matrimonial y profundas experiencias de su gracia y
fidelidad. Ella ha sido y es la ayuda idénea que yo
necesito, su apoyo moral y espiritual han sido decisivos
en las muchas actividades y conflictos en que me he
visto envuelto. El Sefior nos ha regalado dos nifies: Emma
y Rebeca. Su llegada a nosotros ha sido una leccién del
amor y la fidelidad de nuestro Padre Celestial.
___ De repente, en julio de 1967, mientras yo estaba en
Lima y Ema en Caracas, se dieron dos cataclismes. Caf
gravemente enfermo con TBC y un terrible terremoto azoté
Caracas. Un mes estuvimos incomunicados. El Sefior nos
@i6 evidencias que confirmaban nuestra unién. En octubre
recibimos la bendicién de Dios en la Iglesia Evangélica
del Tigre. El ministro fue Ranén Gonzdlez y mi cadrino,
Samuel Escobar. De regreso en Lima, nuevamente estuve en
el hospital en diciembre. En abril est4bamos alisténdo-
nos para salir hacia Escocia. Allf estuvo nuestro primer
hogar. Atrds quedaban los viajes por América Latina, las
conferencias en las universidades, las predicaciones en
diferentes iglesias y denominaciones, toda esa época de
actividad testimonial que comenzé con mi regreso a San
Marco y se prolong hasta aquel dia de julio en que no
pude dictar una conferencia en Villareal porque entré en
crisis en el salén de conferencias. Ahora comenzaba unos
meses de estudio, investigacién, reflexién y produccién.
eae
Esos dos afios en Eéimburgo me ayudaron a poner en
orden mis ideas, a entender mis raices teoldgicas y
eclesidsticas, a mirar con mds objetividad y distancia
mi querida Anérica Latina, a conocernos més con mi
esposa y a tratar de expresar por escrito nuestras
vivencias.
El primer obstdculo a vencer era la lengua. Fue y
es una lucha dura. El segundo obstAculo era el clima: el
frfo era inclemente. La beca que habfa recibido era para
soltero, y con ella tenfamos que vivir los dos. EF! Seftor
fue bueno con nosotros.
En mi primer afio de estudios en la Universidad
athabia ya gustado la fidelidad del Seftor. Habfa decidido
no solicitar dinero a mi padre para mis gastos, de modo
que daba clases de castellano a paticulares para ayudar-
me y también en el Instituto Biblico Peruano. Adeds
habfa ensefiado en el Colegio San Andrés. Sucedié, que
por alguna circunstancia, no pude ensefiar y no tenia
dinero y deb{a pagar mi derecho de examen. Oré al Seftor
y sali como siempre a mis clases sin hablar con nadie
sobre mi necesidad. A medio dfa fuf al correo de Lima.
En el apartado del C.B.U. me esperaba una carta, y en
esa carta un cheque con la cantidad justa: 200 soles.
Hasta ahora desconozco quién fué el donante.
En Escocia compartimos experiencias similares. Ena
quedaba sola en casa mientras yo estudiaba en la mafana.
Durante el primer afio, ambos estudidbamos inglés cada
tarde; durante el segundo ella ya tenia el inglés e hizo
un curso de posgrado en parasitologia médica. No est&ba—
mos tan seguros que deblamos gastar 5 libras esterlinas
en una radio de transistores y, después de considerar
varios factores, Llegamos a la conclusién de que real-
mente lo necesitébamos. Oramos y nos fuimos a comprarlo.
En la mafiana siguiente el correo nos trajo una carta con
un cheque de un pastor del Norte de Escocia. Mientras
estaba orando por nosotros el Sefior le habia puesto en
el corazén el deseo de hacernos llegar ese cheque por 5
libras. En diciembre compramos una estufa a kerosene y
una persona anénima dejé a nuestra cuenta el importe. Lo
tremendo es que nunca hablamos con nadie de nuestra
necesidad. iE1 Dios que dirige y gobierna la historia es
nuestro Dios! oo
De la mano de esas experiencias (1a providencia) y
del dedo (los milagros) de Dios han sido aleccionadoras
y transformadoras en mi vida. Y de alguna manera han
estado relacionadas con mi salud fisica y espiritual.
Para graduarme de ingeniero quimico presenté una
tesis sobre "la fabricacién de tubos de gres cerdmico
para desagiies". La comencé y concluf durante un perfodo
de enfermedad, de diciembre de 1963 a marzo de 1964. Me
quedé sin voz por una corriente de aire, luego de predi-~
car un domingo en una iglesia pequefia. Trabajé un prome—
dio de catorce horas diarias de lunes a sdbado y después
de varios hechos providenciales, de los cuales sdlo
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PURE
|
ese
relataré uno, terminé la tesis, la cual no s61p redacté
sino que pasé en limpio en estenciles.
Habfa avanzado bastante el trabajo de investigacién
y tenfa la necesidad de estadisticas de arcillas. Iba en
autobus rumbo a la Universidad, cuando en un paradero vi
un rétulo de bronce: "Instituto de Recursos Mineros",
Dije para m{:"iEsto es lo que necesito!". Al dia si-
guiente regresé temprano. No habfan llegado todavia los
empleados. Llegé el primero para mi asombro, era uno de
mis profesores, el Ing. Bellina. Conversé con é1 sobre
el asunto que me habla llevado al lugar. Me dijo que las
estadisticas del pafs estaban bastante atrazadas, pero
que esperara que llegara el Director del Instituto, el
Ing. Aguilar, que también era mi profesor, que el podria
ayudarme. Esperé. Su secretaria me hizo ingresar a su
oficina. Saludos. Nueva explicacién. Y el Ing. Aguilar
me dijo: "Sefior Arana, esta mafiana acaban de entregarme
dos ejemplares de la nueva estad{stica de arcillas del
pais, una va a quedar en la biblioteca del Instituto, la
otra se la obsequio a usted." iCémo no alabar a Dios por
su mano buena y fiel! Agradezco muy mucho que me hayan
solicitado este Itinerario, porque esto me hace recor-
gar, y el recordar es para los cristianos no sélo un.
ejercicio espiritual, sino una forma de conciencia de la
presencia y el poder de Dios.
£1 18 de enero de 1975 caf con una hepatitis viral
de las mfs severas, en medio de un Curso de Capecitacién
de Lfderes Estudiantiles Latinoamericanos y pocas horas
antes de salir para México. Quedé fuera de circulacién
por tres meses. En abril, al restablecerme, ya no era el
mismo: el carécter me habla cambiado, me enojaba y
deprimia con una rapidez incre{ble. En 1976 tuve una
bronquitis que degeneré en asma. Me subié la presién e
hice un cuadro cardiaco, Segui un largo y cuidadoso
tratamiento, a cargo del Dr. Alvarez Molteni, que me
alivié mucho, Tuve una preocupacién aplastante por la
situacién legal de 1a adopcién de mis hijas. Tristeza,
preocupacién, debilidad fisica y emocional. No tenfamos
automévil, y el Sejior nos proveyé uno. El pastor holan-
dés Henk Smit, a través de su organizacién, dond el
dinero para otro. Decidimos con mi esposa donar ese
dinero para que otros obreros de la comunidad Interna-
43cional que no tuvieran dinero pudieran comprarlo. De
nodo que nensualmente hicimos 1a devolucién del dinero.
Enma aprendié a manejar y yo tenfa que ser conducido,
casi como un anciano. No tenfa todavia ni 40 aflos, pero
Jas pastillas para la presién y para el corazén, los
diuréticos, los sedantes, etc., habian hecho su efecto.
En enero de 1978 tuve otra recafda bronquial y otro
viaje cancelado. Por primera vez en mi vida tuve que
abandonar una reunién (de la juventud de la, Iglesia)
porque me sentia mal, muy mal. Hermanos médicos en
Venezuela y Santo Domingo me hab{an dicho que si me
cuidaba podia durar quince aos (por cuidarse debe leer-
se: inactividad) y si seguia con mi ritmo tal vez cinco
afios. Habla notado que mis enfermedades fisicas coinci-
dian con mis descuidos en mi preparacién espiritual,
oracién, estudio biblico. iLégico, cuando estaba en cama
dedicaba mis tiempo a esas actividades...si es que el
cuerpo respondia!
‘A los quince dias regresé a mi primera reunién en
Ja Iglesia, Los jévenes estaban orando, Una seflorita,
Carolina Alonso, oré por m{ con una fe , con una seguri—
dad, pidiendo que el Sefior me sanara, que me senti
avergonzado. De alli en adelante mi salud comenzd a
mejorar, Faf dejando las medicinas. Volvi para un che-
queo. La radiografia y el electrocardiograma manifesta~
ban una recuperacién. El cardiélogo estaba alegre y un
tanto asombrado. Y yo también. "La oracién del justo
obrando eficazmente puede mucho.”
Por supuesto, creo en los milagros de sanidad, Pero
el fnico que sane es Dios. Mi esposa comenzé con una
artritis, radiografias, medicinas. "No hay curacién",
habla dicho el médico. ‘En esos dias estaba leyendo its
realidad el Reino de Dios?, de Stanley Jones. Compartf
mi lectura con ella. Algunos tipos de atritis son pro~
ducto de la preocupacién , y la preocupacién es pecado.
"Si confesamos nuestros pecados, é1 es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad."
Reconocimos la rafz de su preccupacién: no tener not!
cias de su madre en Venezuela, quien estaba enferma.
Confesé, recibié el perdén y 1a salud.
Estas experiencias han sido una fuente de consuelo
y gozo en nuestro ministerio. En el mes de agosto de
Ad
oe Phen tede conenst a asistir a nuestra congregacién
- A las pocas semanas supimos’ qu
espose conpartié su experiencia con ella. Estuvimos
do por ellos. Tuvinos 1a celebracién de le Sant
a i cién de la Santa
ce ay 1 hermana le pidié a Dios por su sanidad, Al
ia siguiente se dio cuenta que algo hab{a pasado en su
euerpot el Sefior 1a habfa sanado. El domingo siguiente
dio teatinonio. Reunf a los ancianos para orar por ella
EL lomingo siguiente cestiticé que habla expuleado un
eulo renal. iBendito sea nuestro Santo y Tod 5
Seftor! iA 61 sea la gloria en la Iglesia! i)