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CASO MATÍAS

Matías nace en diciembre de 2006. Es adoptado cuando tiene un año y medio.


No se tiene información concreta de su lugar de nacimiento ni de sus
antecedentes familiares, aunque se cree que su madre biológica tenía una fuerte
adicción al alcohol.

Cuando sus padres adoptivos lo recogen, encuentran a un niño sin expresión,


que no mira, no ríe, no llora. Tiene una herida en la parte posterior de la cabeza
por los golpes que se ha dado contra el suelo y la cama. Presenta desnutrición
y una afección en la piel que podría ser sarna o varicela, razón por lo que él junto
a otros niños del orfanato estuvieron aislados durante 3 meses
aproximadamente antes del momento de la adopción.

Al llegar a su casa, lo primero que hizo signo de conexión con un otro fue el tacto
con la tela de la ropa de su abuela materna que lo esperaba en el aeropuerto
(pudo tocar esa tela y tranquilizarse). Sus padres dicen que lo único que lo
pacificaba, cuando llegaron a casa, era quedarse mirando los agujeros del
desagüe de la ducha. Podía estar así durante mucho tiempo. Sólo mirando esos
agujeros. Tenía hambre y comía con voracidad y la madre relata que lloraba
cuando ya no tenía comida en el plato.

La demanda de acompañamiento se hace en diciembre de 2012 cuando Roy


tiene 8 años. En ese momento está escolarizado en una Escuela de Educación
Especial, aunque hasta primero de básica asistió a una escuela ordinaria. Recibe
tratamiento 2 veces por semana en un Servicio de Atención Terapéutica
especializado en Trastornos Graves del Desarrollo de orientación dinámica. Allí
recibe tratamiento de logopedia y psicomotricidad con una terapeuta que es la
que hace la derivación al acompañamiento ya que considera que debe hacer un
movimiento en la dirección de la cura de este niño.

Los primeros datos aportados por la madre son:

 Que controla esfínteres


 Es muy hiperactivo
 Hace esfuerzo comunicativo y es un niño muy querido por los adultos que
trabajan con él.
 Atiende órdenes
 Le “encanta” pasear
 Está medicado con Risperdal, llevando el tratamiento la psiquiatra del
Servicio de Atención Terapéutica.

Su madre adoptiva es maestra de secundaria, aunque al momento de hacer la


demanda lleva dos años de excedencia en su trabajo. Su padre es profesor de
química en la universidad. Hace un año y medio han adoptado otra niña y durante
el período de adaptación en la adopción de esta niña, Matías se puso enfermo
durante una semana. Durante las primeras entrevistas, la madre dice que Matías
agrede a niños muy pequeños cuando lloran. Que atiende a todo lo que se le
dice y es muy cariñoso con ellos.

Padres a los que él (según la interpretación materna) considera “sus salvadores”.


Tiene obsesión por los agujeros, actualmente por los de las macetas. Los padres
han estado mucho tiempo llevando una maceta consigo durante los paseos con
él, ya que es un objeto que le pacífica. Le gusta cantar, canta desde los 3 años,
cada vez más y mejor. De hecho, fue cantando como pudo empezar a “decir
algo”. Recién a los 6 años puede pronunciar algún fonema, sólo con vocales: por
ejemplo dice “i…a” para decir “pizza”. Aparecen así unas primeras palabras
“agujereadas” pero que tienen la intención de pedir algo al otro. La madre dice
que actualmente le interesan las conexiones de metro. Pregunta a las personas
donde viven y los asocia con las paradas. Dice que el encuentro conmigo no será
fácil, que me pondrá a prueba e intentará captar aquello que me genere malestar
para provocarme. Refiere que Matías presenta mucho sufrimiento en las
despedidas, aunque poco a poco está aceptando quedarse con su abuela y sus
tías. Aunque lo agitan mucho los cambios y la separación de las personas que
estima (terapeutas, educadores, padres).

Cuando tiene un sentimiento, no puede conectar lo que siente con la expresión


de lo que siente, pero puede decir “estoy pesado” y entonces provoca al otro
para “sacarlo de sus casillas”. No juega con otros niños e incluso les agrede (la
madre no hace referencia si ella puede conectar algún motivo con estas
agresiones).

Objetivos

Los objetivos generales de las estrategias educativas en niños autistas deben


estar dirigidos a la consecución de las siguientes metas:

 Potenciar al máximo la autonomía e independencia personal del niño.


 Desarrollar el autocontrol de la propia conducta y su adecuación al
entorno.
 Mejorar las habilidades sociales del alumno, fomentando su capacidad de
desenvolvimiento en el entorno y de comprensión y seguimiento de las
normas, claves y convencionalismos sociales y emocionales.
 Desarrollar estrategias de comunicaciones funcionales, espontáneas y
generalizadas.
 Fomentar la intención comunicativa y la reciprocidad en la comunicación.
 Desarrollar procesos cognitivas básicos como el pensamiento abstracto,
la atención y la memoria.

Adaptación curricular

En base a estos objetivos, el equipo docente del centro debe realizar una
adaptación personalizada del currículo en función de los siguientes aspectos:

 El grado y tipo de autismo del alumno y sus características y


potencialidad.
 Las posibilidades de desarrollo funcional del niño.
 La evolución del alumno.
 El entorno familiar y social del niño
 El contexto educativo en el que se encuentra inmerso el muchacho:
capacidades en personal e infraestructura del centro, posibilidad de que
reciba atención y apoyo extraescolar, etc.

Criterios metodológicos

La metodología de aprendizaje utilizada debe, por un lado, adaptarse al ritmo y


las dificultades en el plano cognitivo, comunicacional y social del niño y, por otro,
incidir en la experimentación y el contacto con los demás y el entorno, ya que es
la mejor forma de romper el hermetismo que caracteriza a estos chicos y facilitar
el aprendizaje funcional. Algunas acciones metodológicas en esta línea que la
experiencia ha demostrado muy eficaces son:

 El aprendizaje en contextos naturales.


 Tomar los propios intereses del alumno como punto de partida.
 Prediseño de situaciones que favorecen o desencadenan actos
comunicativos.
 El típico sistema de aprendizaje de ensayo-error no funciona con niños
autistas. En estos casos, es mejor que el profesor le facilite los apoyos
necesarios para que pueda realizar la tarea y luego se los vaya retirando
poco a poco.
 Prestar mucha atención a la expresión y comprensión de los estados
emocionales propios y ajenos.
 Establecer rutinas y situaciones muy estructuradas.
 Evitar elementos de distracción.
 La organización espacio-temporal también debe estar muy estructurada,
facilitando la predictibilidad y la anticipación.
 Usar agendas para que el alumno pueda tener muy bien organizado el
tiempo, pueda predecir situaciones y le sea más fácil controlar su
conducta.
Actividades

Las actividades enfocadas al niño autista deben ser muy funcionales, estar muy
bien organizadas y estructuradas y destacar por la claridad y la sencillez. En
cuanto a los materiales, se debe procurar que por sí solos muestren al niño las
tareas que debe realizar. Los apoyos visuales (dibujos, fotos, carteles) son muy
útiles en niños autistas como guía y elemento no solo recordatorio, sino también
de refuerzo motivacional de las acciones y tareas diarias.

Los trabajos en mesa deben ser repetitivos, bien estructurados, procurando que
el niño interactúe con sus compañeros y donde predominen los elementos
visuales (pictogramas, puzzles) y con los que pueda experimentar (ceras de
colores, juegos de construcción, plastilina, etc.).

Clase para un niño con autismo

Asamblea de inicio: saludos, buenos días,…

Sacar y ordenar el material escolar según la agenda visual: matemáticas,


dibujo,…

Es una buena idea secuenciar en pequeñas partes, incluso una misma


asignatura, de esta forma, los objetivos son más concretos. Si estamos en clase
de matemáticas para hacer sumas y restas, presentaremos el programa
completo, pero iremos luego al detalle. Ahora vamos a sumar.

No dejar tiempos muertos sin un objetivo definido, aunque estos tiempos se


dediquen a ocio. En muchos casos, los niños con autismo no entenderán bien
esos momentos, para evitar confusión o momentos de ensimismamiento, es una
buena idea programar adecuadamente los momentos libres.

Es muy importante tener claro la importancia de los apoyos visuales, los niños
con autismo suelen comprender mejor a partir de imágenes, pero tampoco
inundemos el espacio con todo tipo de pictogramas, podemos saturarlos. Un
poco de sentido común a la hora de decidir qué, dónde y cuándo nos será de
gran ayuda. Podemos tener el material preparado e irlo mostrando a medida que
la situación lo requiera. Sí es una buena idea tener el programa general a la vista.
Días de la semana, y la agenda del día, con lo que vamos a realizar. Podemos
también usarlo como ayuda para la organización temporal del niño. Muchas
veces les cuesta entender adecuadamente los aspectos horarios o cronológicos.

Además nos serán de ayuda para potenciar y mejorar las capacidades de


lectoescritura, ya que el apoyo visual irá acompañado de textos. El uso de
apoyos visuales mejorará la calidad de la comunicación del niño.
Los apoyos visuales nos serán también de mucha utilidad para la elaboración de
agendas y horarios. Esa programación a la que aludíamos, nos permite dar una
estructura visual sobre lo que va a suceder, anticipar de forma comprensiva. Una
vez el niño comprende adecuadamente este tipo de paneles de agenda, en
cualquier momento podrá acudir al mismo para saber, en caso de confusión, qué
tiene que hacer a continuación. Incluso, a la hora de la finalización de las clases,
acceder a la ficha de acciones como por ejemplo, recojo mi material, tomo mi
mochila, voy en fila a la salida y vienen mis padres a recogerme y luego voy a
casa.

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