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sot.UBJ~IlU::d soN ! Escritum y Pensamiento
ANo XII, N" 24, 2009, 69-90

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--epEJOIOJ

AíDA MENDOZA CUBA

¡ l CARACTERIZACIÓN FONÉTICA DEL HABLA DE


MIGRANTES AYACUCHANOS EN LIMA

PHONETIC DESCRIPTION OF THE IANGUAGE OF


MIGRANI'S PROM AYACUCHO IN LIMA

DESCRIPTION PHONÉTIQUE DU IANGAGE DES


IMMIGRANI'S D'AYACUCHO A LIMA

Resumen
La descripción fonética del habla de los migrantes ayacuchanos nos muestra que, a pesar
de varios afias de residencia en Lima, varios de los rasgos característicos de su habla
materna están presentes tanto en el nivel segmenta! como en el aspecto suprasegmentaL
Especialmente el ritmo y la entonación en castellano, en algunos de una manera muy
marcada, parecen estar reflejando la misma segmentación y medida que caracterizan a
la prosodia del quechua de la región sur.
El aprendizaje de una segunda lengua implica varios grados de apropiación de dicha
lengua en el caso de hablantes bilingües. Lo que revelan los tres casos observados es
que aun cuando el contacto ha sido permanente, el habla de los migrantes en la capital,
por factores de diversa índole, refleja diversos estadios de adquisición y mayor o menor
competencia en determinados temas.

Palabras clave: Fonética; migrantes ayacuchanos en Lima; descripción segntental; rittno.

Abstract
Through the observarían of the language of migrants from Ayacucho living in Lima,
one may find that many phonetic traits characteristic of their mother tongue are tOund
in the segmental level and in the suprasegmental level as well. Specially the rhythm
and intonation in Spanish seem to reflect the same segmentation and timing coming
70 AlOA MENDOZA. CUBA

from Quechua's prosody. All these facrs reveal, at the same time, different stages of
acquisition of the second language.

Key words: Phonetics; migrants from Ayacucho in Lima; segmenta! description; rhythm.

Résumé
A rravers la description phonérique du langage des immigrants d'Ayacucho a Lima,
on observe certaines traces de leur langue maternelle tant au niveau segmenta! que
suprasegmental. Le rythme et l'intonation en espagnol, plus marqués chez d'autres,
scmblent se refléter plus particulierement dans la segrnentation et la mesure qui caracté-
risent la prosodie du quechua de la région du sud. Capprentissage d'une seconde langue
implique plusieurs degrés d'appropriation de ladite langue dans le cas de personnes
bilingues. Dans les trois cas, on observe qu'en dépit du contact permanent, le langage
des immigrants dans la capitale reflete diverses étapes d'acquisition et de compétence
de thCmcs déterminés.

Mot.s d.és: Phonétique; immigrants d'Ayacudm a Lima; description segmentale; rythme.

Introducción
En el proceso de aprendizaje de una segunda lengua intervienen
diversos factores que el análisis externo del habla difícilmente puede
dilucidar. La producción fónica de cualquier hablante, que es la mate-
ria analizable en este artículo, obedece a diversas motivaciones, socia~
les, psicológicas, y aún de lingüística interna. En algunos casos, para
descubrir esas razones, nos apoyamos en parte en las respuestas de los
entrevistados.
En el caso de uno de los migrantes, una señora dedicada al servicio
de limpieza, nos enteramos por sus propios labios de que ella vino a
Lima bastante tierna. Luego ella admite que su habla no ha alcanzado
un nivel óptimo en pronunciación. Es evidente (en la versión magneto-
fónica) que ciertas características propias de una etapa de adquisición
de una segünda lengua, se han congelado en un estadio bastante inicial,
estado que no ha sido superado, a pesar de la fluidez (ritmo de habla,
seguridad) con que ella se expresa.

11
r FONÉTICA DEL HABU\ DE MlGRANTES AYAClJCHANOS EN LIMA 71

l.- Desde muy nifla yo [ey] venido acá.


E.- Desde niüa. ¡A qué edad vino?
I.- Mas o menos habré venido [pe] ... seis ail.os, o siete, ya porque
... casi muy poco ya me recordaba mi papá [tamién].

l.- Me había olvidado hablar quechua.


E.- Se había olvi))
1.- Si, me había olvidado. No, ni siquiera conocí a mi papá.
Cuando tenía ... catorce afias, cuando tenia catorce años,
quince ail.os más o menos, me llevó mi)) m.i mamá vino de
allá ... y me llevó ... para conocer y... por eso, ya me ... ya
no me acostumbraba [pue]. Ya tenía que regresarme ... Y ahí
ya, [pue] de me ... nuevamente comencé tratar de hablar ...
quechua.
E.- Y volvió a aprender.
1.- Y ya aprendí [pe]. Entonces ya no pronunciaba bien [tamién]
el castellano. (F.T.)
Hay varias comprobaciones posibles en el análisis del habla de esta
persona. Una es que su actuación en la segunda lengua muestra un
estado casi similar a la forma del habla de personas bilingües de proce-
dencia quechua, en el mismo Ayacucho, que aprenden el dialecto lo-
cal. Si consideramos que hay pasos para la adquisición de una segunda
lengua, que los convertirá en bilingües, observamos que a pesar de los
tantos años que esta migrante lleva en Lima, no ha podido sobrepasar,
en el aspecto fónico, un nivel inicial, el que sin embargo, no impide, de
ninguna manera, la comunicación fluida con su interlocutor. Su habla,
al analizar no solamente sus rasgos fonéticos, y el fuerte acento carac~
terístico de los bilingües, sino su capacidad comunicativa, la colocaría
en un nivel intermedio avanzado. ¿Por qué sucede esto? Nos enteramos
también a través de la entrevista, que se trata de una persona que habla
quechua, que no deja de hablar su lengua materna, con sus familiares,
aún con sus hijos, y que además viaja constantemente a su lugar natal.
72 AiDA MENDOZA CUBA
O~dd 'JlUBUUOJ li1 1UdW!.ld Bl dp
o:p~dSB 1d l.l~ 'f... lBpU~)Sd BUl
iC B-USODill O~liBlUlüJUl B~SO op ]n
E,, Seüora, ¿Ud. qué lengua usa para comunicarse en la calle? O 'l;ouuun2p~ 'ü~;}nl P~A dS oWOJ
acá, en el trabajo.
l.- [ae] [ay] veces(. ..... ) más es castellano [ps]. [ay] veces hay pro- ('1-r:::)) 'ON -·¡
fesores que hablan quechua, y.. [ay] veces me saludan, y yo le ¡~n~1 mqJ;mbQt_rdSud s~l oN! -·g:
contesto por quechua [tamién}. •tT ·ou"BlFmEJ .. , SOf1'l] srV'l •'I
E.' ¿Y en su casa, en su hogar? ¿sofFl sns ;,J -·g
I,, En nü ... En mi casa también, [ay] ... hablo mayor parte es ·erll.pon() -·¡
... castellano, pero este, [ay] veces, [pa] que aprendan mis ... (dS.J'BJ1'L111UlOJ
hijos ... ahí, hablo [también] ... quechua. (F. T.) l[ l':JJUJ]Jd ns dl1J wn:J? -·g
1

Esta actitud hacia su lengua podría, por otro lado, favorecer este
estado aparente de eStancamiento en niveles de la lengua más superfi~
1

SOW"ESJJ.\.UOJ Sopl:\JTIJ

ciales. No notamos la misma actitud en otra informante, quien ante ;ap aun sd osocts;;~ ~W

una pregunta similar responde que se comunica en quechua sólo con ·rr 'Bm.pJnb SdJ;;~A s-euniflV 'I
familiares y sólo en algunas ocasiones. ¡mi3o'll ns u;;~ ;....? -·:;I

E.- ¿Sólo el castellano? ·ouuno~seo ¡o o¡os -·¡


l.- Sólo el castellano. ¿ollB)ld:lSBJ 1~ 0195? -·3
E.- ¡Y en su hogar? 1~\qsriSB:::JO smnii1-e U:;} o19s A Sd.lBH1illBj
l. Algunas veces quechua. :<• ;,puods;u lBP1ll1S B:lun2d.ld -eun
Mi esposo es uno de allá. Mis suegros cuando vienen ... mis iOB BU151lll Bl SOUJBlOU ON 'SdlBP
cuñados conversamos quechua. Pero ... nos da vergüenza. .'Ud1m-muel~d dp dlUd.ll3de opu:¡s~

mBPBl{ pn:n:pe B:¡s3


E.- ¡Cuál fue su primera lengua, con la que usted aprendió a ~~'~1 quqme¡] o¡quq 'Jc¡e --·sof¡t¡
comunicarse? 'd:lSd 01;;..1 'ouen;;~~!lll:'l"'
1.- Quechua. 18~ BS"BJ ]lll lT3. ... 1ttl lit( •'J
E.- ¿Y sus hijos? lllr,llB3d~2oq nsu" 'es-eJ ns U-' ;..t •'il
1.- Mis hijos ... castellano. -enqJJnb lod o::¡siiJ\10,,
E.- ¿No les ensei'i.ó quechua? ''l~l'p'ponb m¡qnq onb s~Jn".J
1.- No. (C. H.) suJSfUT ( .... ) soooA [AIJJnJ •'1
·o!eqBll p u• ,,.,u
Como se verá luego, algunos ejemplos de la transcripción segmen- '~ v,·rrv.n~n~T ~nb ·pn? 'lllltU•N ·')1
tal de esta informante muestra menos variaciones con respecto al siste~
ma estándar y, en el aspecto suprasegmental, fenómenos similares a los
de la primera informante, pero más atenuados.
ZL
s~ru m..¡:Jnill Btpn::>s;:) ;:)S 'mllqp~~
r, fONÉTICA DEL HABLA DE MIGRANTES AYACUCHANOS EN LIMA 73

'O]pBl Bl ZdA BpB:J 'S;:)U0pB:::l)U11h


z:aA lUBJ somq1n sOl:lU"JJ so¡ d~ La otra comprobación es que la presión del castellano de todas
·lJ~d '8861 Jzzuopoo) "oUJs!'\.i~ maneras ha influido en el habla de estas dos informantes. Las vocales
A -epepotUOJE BJFU9UOJd U·9P~~ en diversos contextos alcanzan grados de aceptabilidad para un oído
'BuEqJn U9P!PBll ;:)P sogJ und hispano, aunque se advierten mayores conflictos en el caso de C. H.
l~p S~UidpB 'Jlld\1] Anru S;'P SOl~ En ambas informantes advertimos que algunas característlcas pro-
BlJoz eun u;;¡ ;,mb JP souJBOllOJ~
pias del castelhmo como lengua materna se realizan de manera bastante
·owsjoÁ ¡o opunpp os ou.Jp ~!
distinta a su uso en el dialecto ayacuchano 1 como) por ejemplo, la frica~
·:as¡euoq B UdpUdp lBpu~:u-s;;¡
tización de las consonantes sonoras intermedias.
SC):pdp::qp SO] ;:ll)UJ SllpU;:)l~l!

C>u onb p•pneo1 BUO Los tres informantes analizados 1 por otro lado, coinciden en haber
s;,¡uq1BA se¡ op ¡emoe U9J ldj:'\, adquirido la [y], para mencionar un aspecto típico del habla limeña. Es
decir, mientras que en el habla de los informantes que observamos hay
' rasgos del castellano 1 similares a los que pueden desarrollarse en Aya~
S()l sopo:l m npll¡pms"J J;:)S l,;3l]Sl~
cucho 1 ellos muestran otros rasgos que se han adquirido en la capital.
']1no¡ P"P'Jl"·' B] op sou1~1e1JJ Y sin embargo, la fluidez en el manejo del castellano muestra que estos
-I:oujoo olidjlUBUl 'pBpHJqB'qDJit informantes distan mucho de tener un habla que los catalogaría como
-<Juow BUOZ 'BUl1 Ud d)UdW l1\jlj\ bilingües incipientes.
1""1:::! o::¡sdndxJ ?lSd Aentpdnl:J..u~ 1,,v,
Podríamos señalar como una hipótesis posible, al trabajar con el
"1 qmj¡oQ ·soonpoA sopJUOI
dl)b SdUOPJSOdO A Sd)SBl:}UOJ
habla de migrantes en Lima, que aquí se dan todos los estadios de adqui-
SQWllAldsqo JldUidJS'en3u J] sición de una segunda lengua 1 es decir1 los migran tes son una muestra
del desarrollo de adquisición del castellano, pero con otros resultados,
1\f ·~BjBtU9UB SOUODB3uo¡clip
l ya que al hallarse en un medio extraño a su lugar de nacimiento 1 hay
-9} ewo¡qmd ¡o oJnpo1 os '
1 aspectos de su habla que han cedido a la presión del castellano.
-e n.§Udl QUlOJ SdlBU0]3dJ
-.:ldJB U9PBUUOJU] lOÁBlU SQimL 1·, ~ El tipo de análisis que ahora emprendemos debería tener como
-e,no¡SBJ ¡op SOjOAlU SOllO antecedentes) teóricamente, varios tipos de informaciones. Para quien
-!:."l?UOJ so.8SBl SO] B SdUOJSll .jR estudia a los migrantes bilingües, podría ser de gran ayuda conocer y
analizar cómo es el proceso de adquisición del castellano en el mismo
Ayacucho 1 en la zona urbana y en las zonas no urbanas. La compro~
""e.1 E, BJ]W\l JS mpB2pSdAUl] p \
1
bación permitiría descubrir el tipo de fenómenos fónicos que ofrecen
S);:AP,l1]0AdSJSBJ 'sOl_:qu SOl 8p
menor resistencia a las transformaciones) lo cual permitiría probar a su
;;),P sog¡u dllUd "OPd]ldlU1
vez el grado de influencia de la lengua vernácula.
S:ou (8861) S0110l 'OUBlJ01
Deberíamos contar1 por lo tanto, con una descripción de los ni~
veles más característicos) de por lo menos tres niveles de adquisición:
74 A1DA MENDOZA CUBA

incipiente, intermedio y avanzado. Es decir, deberíamos conocer cómo


se hace un hablante bilingüe, desde el quechua hasta el castellano más
óptimo. Si eso existiera, sería más fácil comparar la versión nativa y
la del migrante para analizar las coincidencias y las apariencias. Sería
igualmente valioso conocer bien las características del dialecto regional
materno.
Un estudio al respecto de estos temas, nos lo brinda Escobar (1992)
con ejemplos que muestran las semejanzas y diferencias entre dos va~
riedades de contacto (con datos provenientes del quechua cuzqueño
y migrantes limeños). Como ella lo observa, muy pocas veces fue clara
en la bibliografía la diferencia entre el hablante del castellano andino 1
o dialecto regional, y el hablante bilingüe, pues muchos investigadores
daban por hecho que se trataba de una misma variedad. Refiriéndose a
1'
las varias estructuras con la que se expresa la relación poseedor. .poseído,
demuestra en qué medida los bilingües realizan o producen todos los
casos mencionados como divergentes de la norma estándar, mientras
que en el español andino, varios cambios ya no aparecen. Se prueba así
que se trata de dos variedades distintas.
En esta tarea de buscar las características típicas del castellano re~ 1

'

gional, los parámetros de tipo morfológico y sintáctico han sido siem-


pre los más populares (Pozzi-Escot 1972; Minaya 1970; Miranda 1970).
Algunos aspectos del castellano de Puno son así analizados por Go- 1,
denzzi (1988), quien correlaciona las diversas soluciones escogidas por
los hablantes (formas más o menos alejadas del estándar), con diversas
otras variables (especialmente su pertenencia a grupos previamente ca~
racterizados):
Ya desde las primeras indagaciones acerca de las formas del caste-
llano andino, expresadas en las pruebas de aceptabilidad de Pozz~Escot
(1972), se ha tenido una idea acerca de la fisonomía del llamado inte-
lecto andino. Por eso, cuando Benavente (1988) busca mostrar el grado
de aceptabilidad de uso de formas sintácticas que se dan en hablantes
de educación superior en Puno, elabora uun cuestionario que conte~
nía algunos rasgos sintácticos característicos de la región" (pág. 240).
-

'•
FONÉTICA DEL HABlA DE M!GRANTES AYACUCHANOS EN LIMA 75
so¡ro11D opu::J¡nls uomb '(Ü6l)
Esp;nd S~Ul .ldS Bj)J1l3d ~otl BJdUBlU

'Ej2J:.m;;:¡ 'il~úl UOJ Trabajando en zona de contacto aimara-castellano, Torres (1988) nos
~~i\ldS A BU!pU"B EUOZ) SBlJci4so? OU SBUO•Jtg,, 11 proporciona datos acerca "del desarrollo del interlecto" entre niños de
e A osJefe¡or " ue~puo¡ u,1q S\'UI A primaria (que son en realidad, por la edad de los nü1os, fases evolutivas
UB}UdlUBW QU (lBSU~l SO\}gt11) S-;}¡UB'll~ de su bilingüismo). Aquí, nuevamente, el investlgador se limita "a la
se¡ op E¡qeq ¡o UJ'UQDB)nJ)llB e¡ uo descripción sintáctica del corpus".
sodm§ sop uEqewJO¡ UiJ)qtJIE1 No encontramos en estas referencias alusiones a los rasgos fonéti~
epnpord os gnb sumeq~<\.! 0 sqo cos que marchan paralelos a la adquisición de otros niveles del castella-
~uEn:J u3 "SB:>H~JOII SBllTl{;:¡dB dp
no, salvo la mención a las vocales. No tenemos mayor información acer~
UBld ;;mb Ud 'lD!l~\jdS Á BtJfpUB BUOZ
ca de las características fonéticas de los dialectos regionales como lengua
sopE.t~ sns u~ SBl]Jdld s~l.:u tJd!q s~w
materna. Y esto quizás, porque nuevamente se reduce el problema fó-
jOp SOjBJOA Sllj lllb SOUI~q~J'plSUO:) nico a la fluctuación de las vocales y a las diptongaciones anómalas. Al
UQpBpunuoJd Uj Ud SE1~llgldJ1p
revisar textos de castellano como segunda lengua, siempre observamos
op soper§ sosJJ1tp um 'sodm2 so¡s;;,\
·ejercicios especiales para la práctica de los contrastes y oposiciones que
Á) BU)pUB BUOZB]UlEUl'i\¡nlll Bn~UOj ~
hay que tener en cuenta para dominar los sonidos vocálicos. Del habla
-rod SE] op e¡qt~]' UOJ li,~J]SOJ BUOZ
del bilingüe ayacuchano, que se expresa en quechua y está expuesto al
·¡e¡m¡pedUHlllll ,p Á ¡erouo~ castellano local, cuando ya no vive exclusivamente en una zona mono-
~?UOJ EWdlS!S llSdp EJlO::j_\JU: 8fJUJJdf11::'. lingüe, podemos decir que, con toda probabilidad, mantiene coinci-
-o¡ue sofeqe.u msomeq~¡ 11gos dencias con el castellano de hablantes maternos de la variedad local,
pero en una proporción que todavía necesita ser estudiada en todos los
niveles de habla.

·u\;>plnpord n, Es obvio que se necesita una descripción actual de las variantes


OlUf,l\J md o¡mw>¡qeqc~ud npeu¡UIJ;;, debidas al contacto entre quechua y castellano. Una realidad que no
dp SO:JpSJldPllllJ so3Sl:U sO] dp puede soslayarse es que algunas de las diferencias entre los dialectos
u3. TElUJUJ.i3dSf!dns ¡:a A sJJUBUosua 72 urbanos de las zonas andinas y el habla estándar tienden a borrarse.
-opp SBWOlS)SqllSSlJ] op J(llZ!pUoJdl! Muchos se han referido a la manera cómo se difunde el yeismo.
opuom~¡s 'om:pnJRAB '\¡~Ol]lq 1' Godenzzi toma la oposición y/ll para informarnos de que en una zona
-)W O]UBjqeq ]Olllb >p "'op! EjlBJOPl,;,"U¡ donde la oposición entre estos segmentos es muy fuerte, además del
grupo de los limeños y foráneos, los "puneños de tradición urbana,
·sop-eds;;~ soqwe Ud so~JUJ9UBJ
que no han salido de la región, con situación económica acomodada y
-od 'BJ)lj)UOJ E] ""mds~1 1nb o¡ u¡¡ buenos años de escolaridad" practican el "yeísmo" (Godenzzi 1988, pág.
-pe onb oullj]Ol'"'l' uo:., sJ]ll1ll]lUI!S 205). Aun las poblaciones más alejadas de los centros urbanos rara vez
se encuentran aisladas en cuanto a comunicaciones. Cada vez la radio,
de alcance nacional, totalmente en castellano, se escucha mucho más
LL VY'l!lN'!!lNV~
~~\
76 AiDA MENDOZA CUBA

que las emisoras locales en el vernáculo, por lo que es difícil creer que
el quechua o las lenguas aborígenes y los dialectos regionales puedan
permanecer intocados. Se escucha castellano por todas partes y por lo
menos en el nivel urbano se tiende hacia una uniformización fónica
debido también al prestigio del castellano.
Un panorama, al menos parcialmente diferente, es el que identifi~
ca al bilingüe limeño: Éste vive en la capital, habla el quechua, no con
la frecuencia con que usa su lengua en Ayacucho y está expuesto dia.-
:¡.
riamente a variedades urbanas del castellano que pueden influir en su .

habla. En una publicación muy reciente, Godenzzi (2008), interesado ::l


en las diversas modalidades de habla que conviven, al mismo tiempo,
en personas que viven en zonas populares de la capital, analiza el habla
de un migran te ayacuchano y encuentra justamente trazas de la manera ¡li1'J~llOSUO'J Stq B
en pueden haber variado sus sonidos originales: el informante muestra .. ..]BUIJ"('jJS Bl op O
como características incorporadas del español popular costeño "el de~ mji;I'P U91Sl]O
bilitamiento o la desaparición de la/d/ intervocálica, la aspiración o la
elisión de la /s/ en final de palabra, la supresión de consonante inicial
o de la sílaba finar'. Es interesante anotar que estas variaciones afectan
a las consonantes, mientras que el grueso de la carga andina está en las
manifestaciones sintácticas. ~"P\.ldA),\Iflli&UOSl~d U~

Otra información relevante para este estudio debería ser la des-


cripción del sistema quechua en el nivel fonológico y fonético. Fueron
ciertamente valiosos, como lo comenta Cerrón-Palomino (1988), los
esfuerzos por mostrar un panorama de la dialectología del quechua ba-
sada en criterios fonológicos y morfológicos. A partir de esos modelos
se multiplicaron las descripciones fonológicas y fonéticas, por lo que
contamos con varias descripciones de las principales variedades, por
supuesto con datos acerca del nivel segmenta!, Pero carecemos de una
descripción prosódica que en este caso mucho apoyaría la explicación
que quisiéramos dar a la suficiencia suprasegmental del hablante bilin-
güe y del migrante. 1
!1: 11 '1
Por lo que sabemos acerca del castellano que se adquiere enAyacu- 1,
1

cho como segunda lengua, en aspectos que no son fónicos, vemos que 1

91
t: ;-.,1
FONÉTICA DEL HABLA DE MIGR.A.NTES AYACUCHANOS EN LIMA 77
lll' 11 el\' ,1•
11:~u/ •• .r ··
,po - ,
.:iJJ:lV' so 1 que es difícil creer que
:,,,bl so ,¡qui' la variedad bilingüe guarda algunas similitudes con el castellano que ad-
l,i~,lllectos regionales puedan quieren los migrantes en la capitaL En lo que respecta a la fonética, po,
·,,., : sowJq;¡IC
por todas partes y por lo dría esperarse que ocurrieran similares fenómenos en ambos espacios.
uniformización fónica
En este articulo, vamos a considerar la idea de que el hablante mi-
grante bilingüe, así como ocurre con el bilingüe ayacuchano, siguiendo
l,¡ijdilerente, es el que identifi- trayectorias propias, se enfrenta al aprendizaje de tres subsistemas dife~
el quechua, no con rentes: el de las vocales, el de las consonantes y el suprasegmentaL En
l¡:wcho y está expuesto dia, los casos que describimos, la presencia de los rasgos característicos de
pueden influir en su estos tres aspectos fónicos está determinada probablemente por cuánto
,, ¡;1~SEJ
l)tiodenzzi (2008), interesado
11
pesa el castellano o el quechua en su producción.
al mismo tiempo,
~ pod la capital, analiza el habla
¡¡:amente trazas de la manera Los rasgos segmentales
el informante muestra Refiriéndonos al castellano andino, señalábamos en trabajos ante-
popular costeño "el de- riores (Mendoza 1978, 1980) una diferencia notoria de su sistema foné-
~i!I'Ocálica, la aspiración o la tico frente al habla de la costa en general y de Lima en particular.
de consonante inicial
Al confrontar el habla de la zona costeña con el habla de las per-
estas variaciones afectan
sonas que hablan castellano como lengua materna en la zona andina (y
carga andina está en las
amazónica), encontrábamos que estos grupos, con diversos grados de
realización fónica, muestran grandes diferencias en la pronunciación
,,tudio deberia ser la des- de las vocales y las consonantes. Considerábamos que las vocales del
l·.~,r.ológico y fonético. Fueron litoral marítimo eran más tensas, o más bien más precisas en sus grados
(1988), los de abertura que el castellano de la zona andina y selvática, en que eran
ilialectologia del quechua ha- menos tensas, es decir, con una gama de aperturas vocálicas. En cuan~
partir de esos modelos to a las consonantes, a nivel regional, observábamos que se producía
y fonéticas, por lo que un fenómeno inverso: las consonantes también formaban dos grupos
;~rincipales variedades, por opuestos por el grado de tensión en la articulación. En el habla de las
Pero carecemos de una localidades de la costa, las consonantes (menos tensas) no mantenían
apoyaria la explicación las constricciones correspondientes y más bien tendían a relajarse y a
l¡yr,Itlental del hablante bilin- desaparecer, mientras que en las zonas no costeñas (zona andina y selvá~
tica) la articulación tendía a realizarse con más energía.
se adquiere enAyacu- Esta descripción en cierta manera nos parecía ser más precisa
son fónicos, vemos que que aquella propiciada por Escobar (1972), quien siguiendo criterios
78 AloA MENDOZA CuBA

fonológicos clasifica a los dialectos peruanos en dos grandes grupos: la


zona andina, donde funciona la oposición fonológica entre las palatales
/y/ y /11/, frente a las zonas costeña y selvática, donde esta oposición
no existe. Esa sola diferenciación no es suficiente cuando los demás
hechos fonéticos apuntan a una mayor similitud entre la tensión de los
segmentos consonánticos en la sierra y la amazonía frente a la distensión
o ablandamiento general que caracteriza al habla de la costa.
Aunque la caracterización que hemos señalado correspondía a los
castellanos regionales, creemos que tales características podrían estar
repitiéndose en los hablantes bilingües, que se nutren de los patrones 1

locales. Recordaremos estos hechos al hablar de los migrantes limeños. 1 1

1'

El caso de las vocales


Tal como lo acabamos de mencionar, las vocales de la variedad
andina y más especialmente, los segmentos vocálicos no bajos, pueden
ser observados en base a la tensión articulatoria. Lo que percibimos son
fluctuaciones en la altura vocálica, de tal manera que en la producción 1

li
de /i,e,o,u/, se obtienen varios grados de abertura que van desde los
segmentos más cerrados [i,u] pasando por las vocales altas abiertas [I,U]
hasta los segmentos medios [e,o]. Estos diversos grados se advierten
también en el habla de los migrantes limeños.
Se dice con respecto a las vocales del estándar que éstas mantienen
una articulación más precisa. Sin embargo no hay una sola realización
¡!
o un solo grado de abertura por cada vocal. Hay cuatro fonemas y algo 1 i
más de variantes abiertas y cerradas, sólo que la fluctuación entre los di~
versos grados de abertura no es muy amplia, justamente porque hay cua~
tro vocales fonológicas. En cambio, los bilingües tienen, teóricamente,
una gama amplísima de variantes porque como hablantes de quechua
no distinguen los límites fonemáticos en el mismo espacio.
En los ejemplos proporcionados por los hablantes ayacuchanos
ocurren los casos previsibles.

SL

¡',l,
FoNET!CA DEL HABLA DE MIGRANTES AYACUCHANOS EN LIMA 79

'dtl10d S¡
Los fonemas vocálicos altos /i, u/ del castellano, por un lado, to·
roan aberturas altas:
·tU~ OUJ]jjl) jO ¡tO O SOÚ\
'(BA1Sll1') Ud ore.USOUl [nisikjéra konosi] ni siquiera conocí
·8111 Bn~UO] Bj ¡p BIJU'l,. [los.íxos] los hijos
Pero, por otro lado, /i, u/ se realizan con alturas más bajas.
[mi.mamá bíno] vino
·1epupso l" uJ osn 1"
'uotq s~)/1[ ·e¡q¡lJ ns m [enló.solrbus] en Los Olivos
•OS UOJ SOjdUJ¡(O SO]
ótros.asentamjéntos ke.bében que viven
~B)UdlU;3dS Bl B¡::¡SJt1Ul
Claro, ahí hay [deferencia] diferencia
(J;d)
Las vocales medias /e/ y /o/, por un lado tienden a hacerse más
(ld)
altas, es decir se manifiestan con un cierre un poco mayor que en el
(d Jlll) estándar. Como en los ejemplos:
(l:l) [áblan.tamjén.sukrcwa] hablan también su quechua
[en.Ise.sektór] en ese sector
(dW)
el año cumpliendo [pidí] permiso, al toque pedí
(H:::l)
[yaká] utilizamos siempre [kastiyáno nomá] castellano
(H:::l)
Por otro lado, /e/ y/o/ son tan abiertas como en castellano.
Ejemplos.
üpUd]UdlUBtulClSd
~pSJldlJlUBJ ueltqiJ;;¡J [áy.bésis] a veces
SO] 'sEJqE]ed ¡JlUO [iyó.lekontésto] y yo le contesto
Am.:¡ ;::mb1od ""'~tH.P;
[nó lóko.nosí] no lo conocí

so(~lf. sns : Bp]tl1 pooA ]j Estos ejemplos pertenecen a la informante F. T. Debemos aceptar
1
que aun cuando hay una apariencia de caos lo más probable es que esté
'U dlUBUOSuOJ Bllll dl1( '] ,. ' funcionando muy bien el mecanismo de transferencia. Los otros dos
<\ J
informantes producen variantes similares, sólo que esporádicamente.
80 AIDA MENDOZA CUBA

l'nJ U¡j "[ElliJfSEj"UO~l"SO]


tmu epen¡u~:m eun o
[éran dedistiintositjo] (C. H.)
'OPEl O.QO lDd "[ÚEjq
[yá dispwés yá] (M.P.)
[srkun dárja] (MP.)
Como se ve, no hay condicionamientos específicos, no hay con~ ;!
textos predecibles. Ambos informantes han logrado casi dominar los i
'
grados de constricción vocálica dentro de los espacios permitidos,
Pero estos no son los únicos fenómenos que afectan a las vocales.

!'?!:-•pHlOS S"EpBpBA ~ SOSBJ


Límites intersilábicos 1 ,"P puoJ ns op Á ]EJOA op
1

1 '

En castellano, con un ritmo decidido por los acentos, los grupos


1

acentuales se suceden y los límites entre palabras no se mantienen. Hay


reglas conocidas, que permiten que, por ejemplo, las consonantes fi.
nales de palabra formen sílaba con las vocales iniciales de las palabra l¡ i
siguiente; o que, si el límite intersilábico está formado por vocales, éstas,
o una, por lo menos, pierda su vocalismo y se transforme en semiconso- ,,i,
nante (o vocal cerradísima), o desaparezca en algunos casos. l 1

En castellano estándar, las soluciones posibles dependen del tipo 1 !,111


1
de vocal y de su condición de acentuada o inacentuada. Se dan varios 0:::JJJqj'])SJOlUJ SOlJllln 1
i!·'
casos y variadas soluciones:
''
a los nueve años [alosnwé beá.ños]
que hablan quechua [keá.blal] kécwa] UIU9PJ1llSUOJ dp sopBl.~i
1

I,'' 1

1 '1
·so¡qnopo1d so¡xo¡
pero está en la sierra [pe.roes.táen.lasjérra] (M.P)
[pe.roes. tén.lasiérra] ' '1
11

[B[l~p um1rs]
Como se ve, la e inacentuada final de palabra forma una sola síla-
ba con la vocal inicial acentuada de la palabra siguiente: [beá.ños], [keá. [~Á SiJMdsjp ~Á]
blal]]. Por otro lado, dos vocales inacentuadas se hacen una: [pe.roes.tá];
o una acentuada final forma sílaba con una vocal inacentuada inicial: 1

[es.táen.lasjérra]. En algunos casos, de dos vocales queda una: ,, 1

08 1

•11
1
f fONÉTICA DEL HABLA DE M!GRANTES AYACUCHANOS EN LIMA 81

(e:qJ2~m ug uJJdlt!de
•Ul S¡:[ 'SO)UEU!lOJUJ SoP[OW SBJ OfiPI ~ [es.táen.lasjérra] > [es.tén.lasjérra]
q 'o~heqrn;a U1S ·sguopB!I.l~sqo ' En el estándar, es igualmente obligatorio que una consonante fi~
Sd dlS~ 'dlUdt1JdlJ o.§re Sd nnnP. nal de palabra, inicie la siguiente sílaba, unida a la vocal inicial: sus hijos
> [su.síxos].
Sea porque estos fenómenos no se dan en el quechttCJ o porque hay
·;;;queuosuOJ1U~ una necesidad de delimitar claramente los grupos entre palabras, los
os o e¡ onb Á · [Blo~q] < ¡c¡¡eq] Boes informantes de nuestro estudio no reparan en esta regla tan característi~
~eqo1d s~w 01 ·seqeus sdJl Ju:ap ca del castellano. El habla de estos bilingües podría estar manteniendo
una segmentación propia del quechua.
(BlÁEq] 'P ...
[kasteyáno lo.áblan] (CH)

JO Ud OlllDO lEJlUI)S O~JV 'OWSlJB:>OC [kwando áy.enkwéntro] (CH.)


BJ Á 'JE:>OA BJ op¡B:> B<j onblDd 'JB:>O, [cikito.mebine alosnwébe.áños] (M.P.)
'[uvrrue¡] u;a eppldAUOJ '3nb 'ur~qtuU·.
[aybéses áyprofesóres ke.áblal].kéCwa] (F. T.)
[u~(mBl] > u~¡so ou el. ¡u¡uu
[mimamá.estábiba pero.está.enlasjéra] (M.P.)
[ótros.asentamjéntos] (F.T)
[pa. k ea. prénda 1]. mis. íxos] (F. T.)
:soJpUI,mOSUOJ1UldS SO~Udlil.á'd~•S'
Obsérvese que el último ejemplo de F. T. no muestra la segmenta-
¡op¡uoq·¡·oÁ] >[HB'CD ción ahora esperada: [ke.apréndal]]. Sin embargo, los ejemplos con se-
paración silábica son numerosos y muy marcados en su habla. Más bien,
en los otros casos, esta segmentación alterna con el uso en el estándar.

Ensordecimiento y caída
[Áe] < (J'B] > Otra característica debida quizás a la influencia de la lengua ma-
terna es el ensordecimiento de las vocales (aquí mostrado en cursiva),
UoDBZlJBOl BJ SO o¡dwo[o lOJldl E[ . '(, especialmente en las sílabas finales de las emisiones o en el último gru-
Anru s3 ·s;;~uope,á'uo:¡,d1P s13un2p'. U;-;;.}: .
1
po acentual. Estos son todos ejemplos producidos por MP.
[dies.áños yá] diez años ya
[mayoría sol)noftéños] mayoría son norteños
VWJ1 N3 SONVH:J.'l:JVJ..V S3l1t'l,
t8
82 AtoA MENDOZA CuBA

[mayoría kási] mayoría casi Del contaodt


[yó.áybéses bóyayápwés] yo,a veces voy allá pues
sólo con mi [señóra] señora
Es muy común que el ensordecimiento influya también en la caí~
da de las vocales. Es típico el cambio de [pwes] en [ps], y también que
una frase de alta frecuencia en la conversación, por ejemplo, se convierta
en [por.xém.plo].
Es frecuente también que la frase [aybéses] ensordezca sus última
silaba.
[ay] veces el esposo no te da la plata. [aybés:]
El ensordecimiento es el paso previo a la caída de la vocal. Y al en-
contrarse dos consonantes del mismo valor, es nantral el alargamiento
de la/s/.
[ay.béses] > [ay.bésis] >[ay.bésis] > [ay.bés:]
Algo similar ocurre con entonces, en una ocasión, cuando la sílaba
final [-ses] pasa por el mismo proceso.
[entons] estudian todos. < [entonces]

Se trata
Diptongaciones ble es que el
La inserción de segmentos semiconsonánticos y la aparición de haya cerrado
diptongos, es otro proceso que afecta a las vocales.
cuando murió mi papá [tamién] [nóyiba] < [no.i.ba]
porque [ay] veces el esposo no te da la plata < [a.béses]
este año que [éy] viajado < [é]
Hace poco he. [yido] de viaje.< [é.i]
Claro, hay [diferiencias]
FONÉTICA DEL HABLA DE MIGR.ANTES AYACUCHANOS EN LIMA 83
(dVI)
(dJil)
'ltpu~JSd ;}:n_: Del contacto de dos vocales nacen algunas diptongaciones. Es muy
'BpBj!qJSB [Jj Bj BZ!j)ln onb OliUQ ]'SO d¡ , frecuente que ahí se convierta en [áy], El tercer ejemplo es la realización
más natural en el estándar.
(dJil) "\
En mi casa también [ay]," hablo < [a-i] > [áy]
(dJil)
[ay] cuando murió mi papá
(d}1)
[yaká] utilizamos siempre castellano < [La,ká]
·¡A] Bl
[A] op osn 1" emo¡¡e dW onbsenu'¡m andan [aura] < [a,óxa]
-Blo¡dwm opDoledesop B~ B¡s¡ '¡¡fA uc. desde muy niña [ywébenído,aká] < [yo,é,benído]
')l
'U91S1Do Blos BlSd u;~ gnbutm '¡s-¡-el -e~· Estas son muestras de caída de segmentos semiconsonánticos:
SOUOjBJUBd [WDS] '¡JB acá [anke] tienen < aunque
:o:m~ o¡ u;nqwe1J3 · [a¡·A¡s¡ <'"' el [ken] tiene < quien
10d ·Bpp;ap1osu;a ~udrnd1S !SBJ 1BJ1dJqB
·UOJ Bj B jBJOA BUn uopBlJB ')BU!} [S) BU\'\
mi papa y mi hermano [tamin] ya no están< [tamjén]
Fl ud 1S'Bu1puB s-euoz s-es.l;}AJP ~r sJJUB~r~ 1 La forma [tamín] proviene de también, que, convertida en [tamjénL
''\' transforma el diptongo en una sola vocal, porque ha caído la vocal, y la
semiconsonante ha recuperado su vocalismo. Algo similar ocurre en el
S01,,n: siguiente ejemplo:
1
' con su pollera, este ". de [bayta]
Se trata de la palabra bayeta. Ésta tiene tres sílabas, Lo más proba-
Bldlil!ld Bl UOJ BÁ 'BJXdll3U\1 OUIOJ JSllJ ble es que el antecedente de [bayta] sea [baéta] > [báeta], y que la e se
-SUOJ El '[odj < [¡Mdj A [>4] <[s¡.~d) :so¡~ haya cerrado hasta convertirse en semiconsonante.
s.n<l e1qe¡ed q -¡mn¡d ¡o m ""P Anm ~~
l
J3 op e¡qm.¡ ¡o no 'uoAnlpsuo, so¡u>Inili\¡
Nasalización
ElOW]ld e¡ op OllBd lEUllOJ ¡e A'¡¡nq A\·
OAJES 'B)JUEAOjOl lOÁBW UOJ fs/ OlU'\Uá.0 : En el mismo Ayacucho, la nasalización es algo frecuente. Éste es
·o\_(
un rasgo que señala Escobar entre sus observaciones. Sin embargo, lo
eq-ens Bun JP epnD ;ap os"BJ O'JJUn [d Sd v;··~,. encontramos sólo en el caso de una de las mujeres informantes. Es in~
,. ' • ' 1

''!
dudable que colaboran las nasales, (Éstas aparecen en negrita)
[ún.asénta mjénto umáno]
c;s VWJ1 N3. SONVJ-DI1JV.\V s:!lNfliOI~·~..l
~[ 1-\]
84 AloA MENDOZA CuBA

El caso de las consonantes


Contrariamente al caso de las vocales, las consonantes andinas
muestran un grado de tensión mayor que se expresa por medio de una
articulación realizada con mayor energía.
Entre los informantes de este estudio, es evidente que la tensión
no es extrema como aparentemente lo es en quechua y en el castellano
andino. Probablemente por el contacto con el castellano costeño, los
rasgos consonánticos aparecen suavizados, pero no llegan a desaparecer
(salvo en el caso del participio en -ado) como ocurre con hablantes ma-
ternos del castellano. Esto quiere decir que, mientras que las vocales par~
ticipan un poco más de los rasgos de la primera lengua, las consonantes
sí parecen más permeables al cambio, aunque no en la dimensión que
se da en el infonnante de Godenzzi. Por ejemplo, las consonantes sono~
ras no continuas /b,d,g/ mantienen su oclusividad, pierden un poco de
la tensión que acompaüa a estos mismos segmentos entre los bilingües
ayacuchanos, pueden pronunciarse como fricativos, pero no se eliden.
Entre los informantes, la /d/ del participio se mantiene siempre. Los
ejemplos que ponemos son muy esporádicos, y sólo en el caso de FT,
que tiene una articulación muy clara en cualquier otro momento.
[ey] sido muy maltratada
donde que ha [trabaxáo] mi papá
acá en Lima [tába] [botáo] [ps] caramelos
ya me había [kasáo]
[ay-eses], [porxemplo], extraño
hasta montaña [tobia]
El ejemplo [áy-éses], con relajamiento absoluto de la /b/ (no su
pérdida), es el único en toda la entrevista, para una frase que la infor-
mante usa casi como una muletilla: [ay.béses]. No es de extrañar pues
que esta frase pase por muchos procesos.
[ay.béses] > [ay.bésls] >[ay.bésls] > [ay.bés:] y
[ay.béses] > [ay-éses]
fONÉTICA DEL HABLA DE MIGRANTES AYACUCHANOS EN LIMA 85
so¡¡onbB sopo¡ op mp>~old elBd
UJ solüpB~psoAU] sopppnl"lnbu
Á pep1sU~lU] ;:rp so.3S11lSi1S Ud SdU La forma [tobía] por todavía es el único caso de caída de una silaba
El EJB_d S'BUJB.á30Jd SOSJJA]p Ud~.·
intermedia.
SOllO ap UQpJnpold Rjlld dSJBp Tampoco desaparece el segmento /s/ con mayor relevancia, salvo
~n:tJl1llSd rqd01d 11S E Bj!lll]S"E Á ~DO en el caso de [nomá] < nomás, y pues, y al formar parte de la primera
ueuopJodo1d 'sBqBlJI Oll-enJ gp sílaba de estaba. Los ejemplos siguientes constituyen, en el habla de FT
'OUBlldlSBJ 1ap sap:mop~UOllid los únicos casos, pues la /s/ es muy clara en el pluraL La palabra pues
o¡ H o¡uBUJlOJU] B] •enqo>nb pasa por todos los cambios posibles: [pwés] > [ps] y [pwé] >[pe]. La cons-
trucción estaba [botáo] se aprende casi como una lexía, ya con la primera
A pmo:¡ aAanal 1a 'o:¡mw3dS u-1... ~"'--\ sílaba elidida.
'BqB]JS lllOUJUd Bj UO ]ellO) 0,\01]01 hablan [pwe] (FT)
·o1oW]ld 1" ;¡¡¡dol o¡mw!JS opur
habré venido [pe] ... seis años
-]ld ¡op eqE]JS BlOUJ]ld"\ U' jB110l
·;¡wj Ol;>Uljld E[ 'SOAijeQOlUO en Lima [tába] [botáo]

A veces escuchamos que migrantes de diversas zonas andinas, en el


momento de la articulación de una [s] final, añaden una vocal a la con-
sonante, produciéndose una sílaba abierta, casi siempre ensordecida. Por
10s opond 'vn~J>nb '~~"'! opvp1•¡q
ejemplo: los mismos > [losmísmo.so]; seis > [séy.se]. FT también lo hace:
eun ·ouo:¡ Id dSJlUdp!lUOJ aq<Jp
an.b lpdp BJlldl1b OlSj'jBUD:l odp, [ya todos [sómo.so] así como acá, [sú.so] pantalones
Sd OU dtlb JdS BUdJdl~d JAJ]jdl d)S"· \
' \l con una vocal [o] añadida a la /-s/, aunque en esta sola ocasión.
Bqt:ps BJdll]Id tq u a J.1JI[:.il un u o-::
Con respecto a la oposición y/11, ésta ha desaparecido completa-
mente en dos de los informantes, mientras que MP alterna el uso de [y]
:aJ]p som~JnJBÁE y [A] en su habla, pero utiliza más la [y].
OlUB BZlODJ 11S BpOl ,~¡¡d 'nb
una fiesta de [ayá] muy grande (MP)
o¡uooB un um [Bf.rwun~'s]
-•¡qeqmd og•wn umnbsBuU'!VI hablan [kástEAano] (MP)
ua p::p;;,dsd om¡p m1 ;onpmd máskenáda kastiyáno (MP)
~uaJB S"?UI o o un aasod ;J.>\ ns E
EpEllOJdl ap UQW~Udlll! Bj lEpO De los tres informantes, MP es el único que utiliza la [f] asibilada,
~and sesnt:d SBl ·pm¡iuo¡l'.pEJlBA pero en alternanda con la vibrante estándar.
es [nófmál] (MP)
[péro.está enlasjéfa] (MP)
86 AiDA MENDOZA CUBA

En general, las consonantes iniciales no se eliden. Es posible que


el oído del hablante sucumba ante una práctica muy común en la costa
cuando dice:
mi [apá] ya falleció

La variación suprasegmental
La trascripción de rasgos tan inasibles como el tono, el tiempo del
habla y las variaciones del acento ha sido una tarea poco popular entre
los dialectólogos peruanos. De alli la carencia de descripciones en este
nivel lingüístico. Sin embargo, es indudable que las variaciones de tipo
prosódico podrían ser indicadores valiosos para complementar la carac~
terización de amplias zonas dialectales.
Al considerar la problemática referida a la educación bilingüe, se
advierte que no hay mayores logros en la competencia comunicativa,
pero se atribuye esta carencia principalmente al aspecto segmental. Se
señala, por ejemplo, que "en el nivel fonológico no hay buen control de
los segmentos vocálicos medios y altos, así como de algunos segmentos
consonánticos, dificultades que se extienden hasta la lengua escrita''.
(Benavente 1998). Por otro lado, se ha simplificado un poco la com-
plejidad de los fenómenos suprasegmentales. "En cuanto [a ellos], el
quechua es una lengua cuyas palabras, a excepción de algunas pocas
que tienen una función enfática~ son fundamentalmente graves o lla~
nas, es decir, llevan el rasgo de intensidad en la penúltima silaba. Por
esto, los bilingües reacomodan el acento a la silaba penúltima y obvian
el carácter funcional que tiene éste en el españoL Así por ejemplo, he
encontrado (sabádo) por sábado, (mirkóles) por miércoles, (katolicos)
por católicos y (musícos) en lugar de músicos." (Zavala 1999). La falta
de investigaciones en la zona andina podría estar subsanándose con in~
vestigaciones recientes que menciona Sánchez (2008), específicamente
referidas a la entonación
Cada pueblo parece tener una tonalidad diferente. Pero aquella
impresión global que afecta nuestros oídos depende de varios facto-
res. En primer lugar, puede ser diferente la manera de segmentar las
' Olllt!I•WIII,l J.l
'ILJH"f'U~
IJIIII.l.1fOI"''H ..

'1°!\ 'SIXtri ."u_:_1 PJ\LJ- 0 !~ ~~


t
'
fONÉTICA DEL HABlA DE M!GRANTES AYACUCHANOS EN LIMA 87

emisiones en agrupaciones silábicas de variada longitud. Las pausas pue~


·eurn 'd3] ·~.tJ¿ P u den delimitar segmentos largos del habla o dar la impresión de recortarla
t ;
de manera muy seguida. Cada segmento a su vez pOsee uno o más acen~
,(P") zodoTti'! ·vu¡pu?' >=>,, ·~ ~ tos, y la manera en que éstos se combinan produce un ritmo especial en
¡Ull souump~ U~ Ouen~~S'-~\_ 11 d base a la regularidad con que aparecen. Mientras que un limeño probable-
· ·. 1~Jut¡
1 '\ . ~1 mente segmenta la palabra secundaria como [sekun.dárja] con un acento
·ho:"- ·1 ,,
1spo)
(;IIOUJ
'
BUBJJOlQ
&p
·y Á EP'Cl~C'\
JVUOFJVN OsJ.IJvt: 0 .'"" Ü!¡,
/)Z Ud U9p"BJI1pcl l'!J U;} ll~¡l'l .,.
'-....J
""'t
11 casi imperceptible en la silaba [se], acento que pierde toda su fuerza aute
el principal en [da], uno de los informantes ayacuchanos dice:
sékun dárja
/ - '\llfls~
-~~¡su·~
como si se tratara de dos grupos con un relieve en la primera sílaba
casi paralelo al del acento principal. Este relieve parecería ser que no es
de intensidad. Parece ser más bien de tipo tonal. Esto querría decir que
¡)Ul S;;mopdp:>s;;Jp 'OJ S;;). además de la segmentación y el acento debe considerarse el tono. Una
/ \[AUO:l BjqEt.¡ BÁ n:J jB;:J!C:'Ü" emisión como la siguiente: Me había oLvidado hablar quechua, puede ser
' ¡¡3u¡pq op 'enq::>:>nlJ '-lt:,
11 descrita en los siguientes términos, estrictamente perceptuales:
itJ onb SOUBtpn:::>BÁB é>p.
[me.abia.olbidádo.ablár.kécwa]
/~¡Jdl 'd~UdWlM.;;nLU Á
/ 1w SBJpS)ld.:)".)IUBJ u o::? ( ~ Esta emisión tiene cuatro segmentos entonativos. El primero [me.
i¡~¡m¡qet¡ so¡ "P
1 \'o!..l.d.-Jú
;:>:¡JECÍ "' 11\''''lSl r-r- abia] tiene cuatro silabas con un relieve tonal en la primera silaba del pri-
Bj Á flBf)]SU;):¡ U! "F' C::,.o 0 ·
' JS mer grupo de dos, y acento grave. El segundo segmento repite el primero.
f . . ~''q"
i,podsu SOllBA UB.l;l;>¡t:ll =ci\l ~.br El tercer segmento, de dos silabas, tiene relieve tonal en la primera silaba,
,. . ., ''" l
/ 1LJ SOWBHIHpp-e OJ;;,d '~<(;-!''· , fB:
1 ·,•
y acento agudo, en la siguiente. En el cuarto segmento, el relieve tonal y
;' somplot.pe ']Bl uowíl'"~<'' el acento coinciden en la silaba que la define como grave.
,,1:¡qut¡ •prpom 1ouom o~,,,;''lGl-4: · 'fT ,
r '~HS Si un patrón similar funciona en quechua, la informante FT lo
,',<J~...
·sououn¡ sou.:r•q sOT· 1¡
··•w·
l:¡qe¡ed uos (sopo:¡ uos s;;;;,"'\~
transfiere al castellano. Las características entonacionales del castellano,
especialmente en el caso de los grupos de cuatro sílabas, proporcionan
} 1J Ud 1?-:J.Sd H(f>11Jd B1 . <::::.::::,,\.
1 ' 'Id tr una base fónica que la hablante reconoce y asimila a su propia estructu-
•',,¡o e1ud ooodwe:¡ e¡u"t-....." P '•
·¡· ~'lt)¡¡· ra. Coincidencias de este tipo pueden darse en la producción de otros
1· · --e~•
hq~·
1
1 modelos de oraciones. Ahora que existen diversos programas p'ara la
detección y descripción de las emisiones en sus rasgos de intensidad y
V>'H'[ No
entonacionales, es de esperar que la inquietud de los investigadores en
temas suprasegmentales sea satisfecha para provecho de todos aquellos
que trabajan en lingüística aplicada.
88 AioA MENDOZA CUBA O [odj B21p

'OfDpBldopB Bl.j SBj


ot:ou e¡qBJ:¡ os onb
IO~!::>Sldd Sd.l:l. SO:).Sd
Nos hemos referido a la necesidad de contar con descripciones
UlJllO"SlX¡j '(['SiJqAB
más precisas acerca de los procesos de adquisición de las lenguas ver~
nácula y de las características actuales de los dialectos regionales. Esta
necesidad, en verdad, debe responder al reclamo de los planificadores
de la educación bilingüe que advierten carencias que impiden mayores
logros en la competencia comunicativa de los escolares peruanos, y que
esperan más de este siglo. "De las estadísticas se sabe muy poco sobre
bilingüismo de la población vernáculo-hablante y no hay suficientes es-
tudios sobre el grado de bilingüismo de los niños y las niñas, que apo-
dp SOUdUlQU
yen en el desarrollo de estrategias metodológicas para la enseñanza de
~ SBj dnb Sdl]U1J1
las lenguas con sus respectivos métodos", se dice en un documento de
trabajo de un seminario en el MEO. (Küper y Valiente, 2001) "1""1 onb '01qweo
i
1
1

Conclusiones
En este repaso somero de las características fonéticas del habla de los
l
dUDuodruoJqns Sdll
Jl1l!ITJBAB SdlUBl~]W

migrantes ayacuchanos en Lima, hemos considerado la adquisición de


tres subcomponentes: el vocálico, el consonántico y el suprasegmental.
En el caso de las vocales, éstas muestran una resistencia mayor al
un op oleqeJ"
cambio, que las consonantes, y se produce una alternancia entre los
uoo sen2m¡ se¡
límites que las diversas aberturas permiten. Además se producen fe-
lV¡:;:m Id Ud UdÁ
nómenos de ensordecimiento, caída, adición de segmentos vocálicos
y diptongaciones que se explican probablemente por el contacto con
el quechua. Las consonantes (comparándolas con las de los bilingües
maternos) han cedido un poco en su grado de tensión ante la presión
del castellano, que ha influido en un cierto debilitamiento de la ten·
sión articulatoria, pero no hasta el grado de hacerlas desaparecer. Casos
como [mmjén], [pa], [pe] (<pues), [tobía] (< todavía), [tába] (<estaba)
no son cambios sistemáticos (como si lo sería, por ejemplo [áybés s <
SBSpdld S~lU
áybés:]). Existen en su habla, porque, con toda probabilidad, al vivir
estos tres personajes en asentamientos humanos donde el castellano
que se habla no es el estándar sino una variante popular, el migrante
las ha adoptado, copiándolas. No hay otra razón para que un migrante
diga [pe] o [pwé], cuando su sistema materno lo apoya para decir con 88
.....

·.,Aá
·J¡O
vot.¡d dAr:l-eJ;:;¡\
¡;;¡~
' FONÉTICA DEL HABLA DE MIGRANTES AYACUCHANOS EN LIMA

toda claridad una-s finaL Su sistema no lo alimenta tampoco para elidir


89

~tp puB S;.WUE~J lEJj.§iO;~UO'l]_d "dL{::t


ÁJOdtp J;;Jtpo ON 'JdMOA
q.
g~tJ. p:~.:uuaJ
{ la /d/ en casos de terminación de participio. La prueba está en que
los ejemplos que hemos incluido (que además son todos) son palabras
o frases frecuentes en la variante popular de los barrios limeños. Esto
t{~nOltp 3UJdq O::tUJ s;3:lU1QJ tpF·lM ocurre también porque los migran tes en mayor o menor medida hablan
aJuBJBadd-e Jtp se Pcl'G\¡sJP JJdl{ s¡
también quechua. Del subcomponente suprasegmental, advertimos la
-;maílxe;ml!·lOU atp Lll1 J $UJUlOJ
11 urgencia de contar con materiales descriptivos, pero adel~ntamos que
las frases y las oraciones del migrante bilingüe integran varios aspectos
fónicos en los que prevalece el tono, el acento de intensidad y la seg-
'11\nt ou
.
EApe.:¡;:m~;,
., mentación propia. Hemos advertido que hay de parte de los hablantes,
·so¡-:-JJ. 1sJr smuaUJ1ias
una adquisición paralela de los tres subsistemas, con características muy
dp li9PEFU -eun dJdJq-e:J.¡ ?' ;;:~nb Ud
8
EJ Ud OA]lEJdUdíl Q:)lB"li.U ¡;;~p d)JOde J::i
similares, pero también con algunas diferencias. Y nuevamente, recla-
OU e::tre Jl>llmJ fCJOA lEJIJO? SdJBJqEJ . mamas investigaciones acerca del bilingüismo de ayacuchanos que ha-
-p.1e epun2as uoJ o¡;;,·l9:woJ muaUli!i}s u~ blan castellano como lengua materna y también quechua, de bilingües
-QUdJ El 'JEaun ou E""'-P'el;¡1Jd3 BJílOJouoj :n que viven en Ayacucho y de bilingües en la capital cuya habla convive
OJ.HlUI OWOJ opueurc:q , q¡dp.JS Ud l.l pe,· B¡t
0 9 con otras variedades del castellano. Y por supuesto, descripciones más
'\!z\
IJ completas del quechua.

WV~.L9t.U<HU u~ 'o.Ld[ \r Bibliografía
BENAVENTE, Sonia. 1998 ''La lengua de instrucción en la educación en zo-
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Correspondencia:
Aida Mendoza Cuba
Docente de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM
Correo electrónico: amendozacuba@yahoo.es 111
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