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TUTORIA 7

1. CONTENIDO DE LA TUTORÍA

LINEAMIENTOS GENERALES PARA EL DESARROLLO E IMPLEMENTACIÓN DEL


CÓDIGO DE ÉTICA DEL SERVIDOR PÚBLICO

Antecedentes. El Proceso de Construcción e Implementación del Código de Ética. La


Construcción del Código de Ética. La Implementación de los Códigos de Ética.

ETICA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA

Las conductas humanas. La función pública como conducta humana. La confianza


social como presupuesto en la exigibilidad de conductas morales. El compromiso ético
en la gestión pública.

2. CAPACIDAD (ES) A DESARROLLAR

1. Identificar lineamientos generales para la construcción y efectiva implementación


de los Códigos de Ética.
2. Definir el código de ética.
3. Describir el proceso de construcción e implementación del Código de Ética.
4. Describir los tres grandes componentes para la construcción del Código de Ética.
5. Explicar la implementación del Código de Ética.
6. Definir los actos o conductas humanas.
7. Definir la función pública como conducta humana.
8. Definir el compromiso ético en la gestión pública

3. ACTIVIDADES PREVIAS A LA TUTORÍA

Usted debe realizar las siguientes actividades previas antes del encuentro de la tutoría:

1. Responder al cuestionario que se encuentra al final del texto de lectura y


presentarlo en la clase correspondiente impreso en manuscrito y colgar en la
plataforma máximo hasta la próxima tutoría.
4. DESARROLLO

LINEAMIENTOS GENERALES PARA EL DESARROLLO E IMPLEMENTACIÓN DEL CÓDIGO DE ÉTICA DEL


SERVIDOR PÚBLICO

ANTECEDENTES

Conscientes del rol que juega el servidor público con relación a la gestión del Estado y a su
responsabilidad en la administración de los bienes de la Nación, es que se propone antes que un
Código de Ética, la concepción de un proceso que llevará a su construcción y efectiva
implementación.

La situación actual deja ver la necesidad apremiante de tomar medidas respecto de la promoción de
un comportamiento moral en todos los estamentos de la sociedad y, en especial, dentro del
desarrollo de las actividades del Estado.

Queda claro que un Código de Ética por sí solo no podrá resolver el problema; al respecto se
proponen los siguientes lineamientos generales con relación al desarrollo de este documento:
 Deberá ser el reflejo de los valores que se desea integrar en las culturas organizacionales de
las Administraciones Públicas y asumidos por sus miembros, para lo cual se deberán
identificar aquellos elementos que son rescatables, que se hallan presentes en los individuos
y que, además, ellos mismos están dispuestos a promover.
 El Código deberá ser el resultado de la identificación de los valores y principios que son
requeridos para promover de manera efectiva una conducta ética entre los servidores
públicos.
 El Código deberá apoyar un proceso de toma de conciencia que permita la construcción de
culturas institucionales que operen bajo imperativos éticos.
 El Código de Ética en sí mismo no es una herramienta que condiciones la conducta moral.

EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN E IMPLEMENTACIÓN DEL CÓDIGO DE ÉTICA.

Cuando se habla de un Código de Ética por lo general se hace referencia a un documento que en sí
mismo encierra un conjunto de normas de conducta que promueven la moral entre las personas y en
las organizaciones de las cuales forman parte.

Este documento es considerado en la mayoría de las ocasiones como el instrumento definitivo que
corrige los males, y su existencia genera cierto grado de complacencia por sí mismo, ya que es un
documento que implica un requisito que fue cumplido. Por lo general, este código de corte
reglamentarista impone normas de conducta y sanciones que son aplicadas cuando éstas no se
cumplen, y exige la necesidad de implementar los mecanismos de control adecuados para velar por
el cumplimiento de la moral.
La estructura anterior da lugar a la existencia de un documento que con el tiempo, al no estar
integrado ni ser reconocido como propio por parte del personal, se constituye en un código de las
siguientes características: ESCRIBASE, PROMÚLGUESE, ARCHÍVES Y OLVÍDESE. Esto ocurre debido a
que los usuarios del Código en la mayoría de los casos rechazan el contenido y ven que se trata de un
reglamento más impuesto por la cabeza de la organización en un área en la cual sienten que pueden
participar, proponer y construir.

La alternativa se basa en una estructura que sea fruto de un proceso en el cual el antes y el después
del código sean tan relevantes como el contenido del documento en sí mismo.

A continuación haremos mención breve de estas fases.

La investigación

Esta fase previa tiene l finalidad de buscar iniciar el proceso con la participación de los futuros
usuarios y promotores del Código, la misma se deberá dividir en dos componentes:
 Análisis del ambiente ético
 La identificación de valores y principios.

Concluída la fase de implementación los resultados que deberán ser obtenidos son los siguientes:
 La identificación de la situación de prerreflexividad de los grupos humanos a los cuales se
dirige el código.
 La identificación de la predisposición con relación a determinados valores que son
considerados como valiosos en el cumplimiento del deber y que son comunes a los servidores
públicos.
 La identificación inicial de principios morales que apoyen el cumplimiento de los valores.
 La identificación del ambiente ético que puede ser distinto en las diferentes instituciones.
 Las diferencias de operación y características de las distintas instituciones.
 El grado de apoyo de las instancias superiores a todo el proceso relacionado con el desarrollo
e implementación del Código de Ética, factor que es la piedra angular de la implantación de
normas éticas.

Sobre la base de estos resultados anteriores de deberá proceder a la construcción del Código.

LA CONSTRUCCIÓN DEL CÓDIGO DE ÉTICA

La alternativa propuesta se halla estructurada para promover ciertos alores que se consideran
importantes entre los Servidores Públicos, además de permitir la construcción de un comportamiento
reflexivo a través de una base de principios morales suficientes para promover el cumplimiento de
los valores.

El documento se fundamente en tres grandes componentes:


 Valores éticos: Se entienden como una cualidad humana aceptada y apreciada como algo
“objetivo”, que siempre deben ser respetados. Si consideramos que los valores éticos son
permanentes, su validez no depende de circunstancias cambiantes.
 Principios éticos: Se entienden como una manera de ser y actuar conforme las exigencias de
determinados valores éticos. Los principios ´ticos deben ser formulados de tal manera que
sean objetivos, universales, positivos y comprensibles para las personas que se
comprometen a respetarlos. De ser posible, tales principios deben ser formulados por las
personas que los tendrán que cumplir. Cuando son correctamente expresados, los principios
no variarán según circunstancias cambiantes.
 Normas éticas: Se entienden como un juicio práctico acerca del comportamiento necesario o
conveniente para asegurar el respeto de determinados valores y principios éticos. Por
depender de circunstancias cambiantes, algunas normas éticas pueden variar inclusive entre
las diferentes entidades. Con el correr del tiempo, será necesario revisar tales normas con
miras a su posible modificación.

La capacidad de sanción del código se centra en el hecho de promover primero una sanción moral
sin afectar las consecuencias administrativas y legales que pueden estar ligadas o no al hecho que se
constituye en una falta a la ética.

LA IMPLEMENTACIÓN DEL CÓDIGO DE ÉTICA

Un documento de esta naturaleza puede garantizar un alto grado de aceptación, pero de ninguna
manera podrá ser garantía para el comportamiento ético de las personas; esto se logrará únicamente
con capacitación a servidores públicos y ciudadanos, y con asesoramiento a las instituciones para la
promoción de culturas éticas por medio de la implementación efectiva del Código.

Para lograr este objetivo se propone que el Sistema Nacional de Capacitación, asuma como una de
sus funciones más importantes el promover y apoyar la implementación del Código de Ética en todos
los estamentos del Estado.

Los objetivos principales de estas políticas serán:


 Promover la ética en todas las instituciones del Estado y entre los ciudadanos
 Apoyar a la construcción de culturas institucionales que operen bajo imperativos éticos.

El proceso de capacitación continua está orientado al corto y mediano plazo, al mismo deberán
concurrir todos los servidores públicos como requisito para entrar en funciones y en una primera
etapa deberá promoverse la asistencia de todos los funcionarios existentes. Cada uno de ellos deberá
retornar periódicamente para actualizaciones y recibir nueva información.

Esta capacitación deberá ser brindada también a todos los ciudadanos que deseen recibirla y con
carácter obligatoria a todas aquellas personas que asuman cargos en la estructura pública incluso
electivos o por designación de diferente tipo.

Los objetivos de esta capacitación serán:


 Sentar las bases para que las personas puedan reconocer los valores presentes en su código
personal de conducta.
 Proveer habilidades para la construcción de principios éticos, que son el fundamento de una
ética reflexiva.
 Ayudar a que las personas puedan identificar valores y principios en base a una moralidad
objetiva.
 Promover que las personas apliquen principios morales en la toma de decisiones

La estructura del Código y del propio proceso de capacitación se sustenta en una metodología de
enseñanza orientada a ayudar a las personas a construir una ética reflexiva útil para afrontar los
dilemas éticos complejos propios del mundo profesional.

La educación en valores deberá ser parte de este proceso; se deberá asumir como parte de sus
tareas la función de construir metodologías de enseñanza en valores, para la escuela primaria y
secundaria la cual se considera como la función de largo plazo de cara a contar con Servidores
Púbicos y ciudadanos dispuestos a obrar bajo un imperativo ético.

La segunda laborar relacionada con el apoyo o asesoramiento a las instituciones deberá


desarrollarse en los siguientes ámbitos:

 Coordinación de los programas de capacitación.


 Apoyo en la implementación de Comités de Etica internos.
 Promoción de la sanción moral como medio más efectivo contra las faltas a la ética.
 Análisis de los procesos que, además de constituir faltas a la ética, deben ser pasados a
los fueros administrativos o judiciales incluso.
 Apoyo en tareas comunicación y difusión.

La construcción de un comportamiento ético en una sociedad no es el resultado de un documentos,


sino que es consecuencia de un proceso, que se inicia con la investigación y construcción de un
Código, y que posiblemente n concluya nunca en tanto las generaciones presentes y futuras
requieran ser capacitadas y asesoradas en relación a la promoción de una ética reflexiva en el
desarrollo de sus actividades profesionales.

ÉTICA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA

Luis Daniel Agostinetti

Aula Ética del Ministerio de Trabajo, Empleos y Formación de Recursos Humanos – Argentina.

LA CONDUCTAS HUMANAS

Abordar el tema de la ética, entendida como la adjetivación de conductas, requiere un análisis


apriorístico de éstas. Así todos los actos o conductas humanas, entendidas como expresiones libres
y voluntarias del hombre, son susceptibles de ser analizados desde diferentes ópticas de estudio que
abarcan entre otras, la Moral y el derecho. Es en esos ámbitos donde las exteriorizaciones humanas
se adjetivan en función del efecto que al conjunto social y respecto de las normas tanto positivas
como naturales generan.

Se habla así de conductas morales o su contrario, inmorales, entendida la moralidad como “la
cualidad de la personas humana y de sus actos libres que los hace conformes o disconformes con la
naturaleza de la persona humana y con su último fin o destino y consiguientemente, buenos o malos,
plausibles o repudiables...”En este sentido, el lugar propio de la moralidad es el acto humano interno
voluntario y libre, pero la cualidad moral no puede negarse al acto externo o hecho humano, porque
comporta la voluntariedad del acto interno, la acrecienta, la intensifica y la manifiesta, ejemplificando
o escandalizando a los demás…”

En este sentido se tiende socialmente a la asimilación de lo inmoral, lo corrupto y lo antiético, aunque


el segundo aparece como una subespecie del primero, y por resultar más amplio y gravoso en el
lenguaje social que sus derivados, también se determina un alcance menor a la falta de ética.

Puede decirse que encuentra aceptado que el acto corrupto o “la corrupción” es el acto humano, libre
y voluntario que, por su inadecuación a las normas sociales de carácter moral preestablecidas y a las
positivas en su caso, resulta reprochable desde cualquiera de los ámbitos de análisis de las conductas
humanas antes referidos.

Entendida así la problemática, no puede aislarse entonces la concepción que sobre la moral
determina en el hoy y aquí la dinámica social.

La evolución de estos conceptos ha transitado los más variados vaivenes, lo que en su análisis
excedente sobremanera la temática del presente trabajo, por ello dentro de la estructura actual lo
que se considera como acto corrupto, sinónimo de acto inmoral, tiene su sostén en las características
sociopolíticas de esta época.

Por ello siendo la vida humana esencialmente social, no puede hablarse de conductos humanas sin
su correlato de conductas sociales; importa, entonces, fundamentar las bases morales inmediatas de
ésta, para el posible análisis de aquellas.

Su ponderación, así, es indispensable en función de la definición de la mentada unidad de los


hombres como sociedad natural o institución natural, hábitat del hombre, entendida como…” unidad
moral de personas que dirigidas por su autoridad, colaboran en la obtención de un fin o bien común
determinado en lo esencial por la naturaleza humana, con necesidad y obligatoriedad moral para
todo hombre de pertenecer a ella y colaborar a la misma con la autoridad –obediencia determinada
por la ley o reglamento…”
LA FUNCIÓN PÚBLICA COMO CONDUCTA HUMANA. LA CONFIANZA SOCIAL COMO PRESUPUESTO EN
LA EXIGIBLIDAD DE CONDUCTAS MORALES

Cuando estos actos o conductas son los ejercicios en el marco del desarrollo de la función pública,
por quienes, a través de la voluntad expresa del Estado son llamados a constituirse en funcionarios u
agentes públicos, su ética se enmarca también en el fin último de la gestión que la comunidad les
confía, esto es: el interés general.

Entonces, se requiere de ellos una ética o moralidad distinta, más amplia, más comprometida, más
tangible, que transitará no sólo por la ética de la cotidianeidad sino por la ética en la función.

El tema no es menor ya que la ética que debe informar la conducta del gobernante y del funcionario
público contribuye, de manera esencial, al fortalecimiento de la democracia y del estado de derechos,
en cuanto genera mayores niveles de transparencia, justicia y consenso, lo que determina, en
definitiva, mejores condiciones de gobernabilidad con la consiguiente mejora en la comunidad.

El ejercicio del poder implica un compromiso ético del gobernante: cumplir con el mandato
democrático de servir al interés general, con ecuanimidad, honestidad y buena fe.

La función pública dentro de un gobierno republicano supone un obrar impregnado de valoraciones


morales, austeridad, dignidad y respeto en el manejo de los asuntos públicos. Contiene la exigencia
de una conducta paradigmática de los gobernantes que deben reflejar los más altos valores en la
sociedad. Sobre la realización de esos valores se construye día a día la legitimación de las funciones
del Estado y se afianza en su desarrollo el sistema democrático.

El pueblo deposita en quienes detentan potestades públicas o llevan a cabo tareas, actividades o
funciones, una gran confianza; la comunidad depende, en definitiva, de su buena fe.

Es por ello que esa confianza pública debe sostenerse desde todos los niveles del actuar del Estado,
con el comportamiento ético y moral de sus destinatarios.

La actuación de los funcionarios debe ser objetiva y servir al interés público. Tal es el fundamento y
finalidad de las funciones prerrogativas y potestades públicas.

La ética se encuentra íntimamente vinculada a la transparencia de los actos estatales. En efecto, la


corrupción se alimenta del secreto, del actuar en las sombras, lo que se traduce en ilicitud e
impunidad. Y lo que es aún más grave, tiende sobre todos un indiscriminado manto de sospecha.

Solamente son posible niveles de probidad aceptables en el marco de una sociedad transparente y
ello sólo puede darse en el ámbito de una sociedad democrática.
El concepto de transparencia es el que sintetiza el verdadero remedio para implantar la probidad en
las relaciones sociales y, muy especialmente, en las relaciones entre gobernantes y gobernados.

Por ello, la transparencia no sólo debe abarcar a la función estatal, son que se debe alcanzar a
aquellas actividades de impacto generalizado en la sociedad. Ello importa la referencia a la economía
toda del país.

Sin embargo, conseguir mayores niveles de transparencia y, consecuentemente, alcanzar mayores


niveles de probidad en el obrar público, implica recorrer un camino no exento de dificultades.

Desde la función pública y con miras al interés superior como fin último del Estado, debe aceptarse
el desafío. Este desafío debe materializarse en la labor diaria, en el compromiso del funcionario con
su tarea, en la exigencia de la manifestación de valores morales tanto en sus inferiores como en sus
superiores. Ello se logra, en primer lugar, con el cumplimiento de las normas que regulan su actividad,
y orientando la labor con medidas de prevención y capacitación diaria y constante para instalar la
educación sobre el valor ético.

EL COMPROMISO ÉTICO EN LA GESTIÓN PÚBLICA.

Destacando que el mandato principal del Estado y de todas y cada una de las estructura que lo
integran para su Administración no es otro que servir con objetividad al interés general, sobre la base
del respeto a la Ley y al Derecho, no puede desconocerse que la autonomía de cada uno de los
organismos llamados al cumplimiento de dicho mandato, genera de suyo un espacio jurídico
suficiente para la gestión de la organización como actividad administrativa propia y, por tanto, su
valoración específica

Y ello se enlaza con el valor ética, ya que el cumplimiento real, efectivo, activo y comprometido de
las funciones o tareas que a cada agente o funcionario le hayan sido asignadas, dentro de los carriles
legales y procedimentales de actuación, importa una demostración de responsabilidad y probidad.

Lo contrario, violatorio de la confianza pública depositada en el agente, caería también en un


comportamiento calificable como antiético.

Por ello puede decirse que en la valoración social, política, práctica y también jurídica de la
Administración Pública, como parte integrante de la estructura de los poderes públicos, tienen hoy
destacada importancia los valores de eficacia y eficiencia.

Efectivamente la ética del funcionario no sólo se trasunta en su moralidad, afabilidad o puntualidad


sino que va más allá y se enmarca en el RESULTADO SOCIAL de su labor, porque es la sociedad la
única destinataria de los logros como de los desaciertos del funcionario.
En términos de Etzioni, las organizaciones no son sino las unidades sociales, cabalmente diseñadas
para ser las más eficientes o efectivas, por lo que entre sus fines y las técnicas por ella utilizadas,
existe una precisa relación que determina su carácter y estructura. La eficacia es justamente el criterio
que decide la combinación entre fines y técnicas y, por tanto la estructura específica de una
organización. Eficacia no es otra cosa que el rendimiento de la organización en la realización de sus
fines.

EJERCICIOS (Dar respuesta a las siguientes preguntas, en manuscrito; este


documento se debe colgar en la plataforma (en foto), máximo hasta la tutoría
siguiente. El original presentar en clases en la tutoría correspondiente.

1. Defina con sus propias palabras que son los Códigos de Ética
2. Identifique los lineamientos generales para la construcción y efectiva implementación de los
Códigos de Ética.
3. Describa el proceso de construcción e implementación del Código de Ética.
4. Describa los tres grandes componentes para la construcción del Código de Ética.

5. RECURSOS DE INFORMACIÓN COMPLEMENTARIOS

Ética en la Administración Pública. Universidad Católica de Bolivia – Guillermo Pou Munt. –

La ética en la gestión pública y privada: fortalezas y debilidades: Luis Daniel Agostinetti – Aula Ética
del Ministerio de Trabajo, Empleos y Formación de Recursos Humanos. Argentina.

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