Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
PERSONAS, COSAS,
RELACIONES
Reflexiones arqueológicas
sobre las materialidades
pasadas y presentes
2015
PERSONAS, COSAS, RELACIONES
Reflexiones arqueológicas sobre las materialidades pasadas y presentes
Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
Diseño, diagramación
e impresión: Ediciones Abya-Yala, Quito-Ecuador
Autores.......................................................................................................... 7
Introducción................................................................................................. 9
Resumen
Este trabajo apunta a generar conocimiento sobre las vidas sociales y las materia-
lidades del pasado en base al diálogo intercultural y a la combinación de saberes. En este
sentido, el conocimiento arqueológico (con sus teorías y métodos) es vinculado con el saber
indígena (nutrido por historias orales, conocimientos prácticos y la experiencia que da mo-
rar en los territorios). Para este ejercicio, analizamos las representaciones gráficas que las
comunidades diaguita-kallchaquíes de la región septentrional del valle Calchaquí (en los
Andes del Sur) pintaron en sus vasijas y grabaron sobre rocas durante el Período Intermedio
Tardío (1000-1450 d.C.). Sostenemos que el diálogo entre saberes nos permite producir
narrativas sobre el pasado (y simultáneamente sobre su conexión con el presente) más ricas
y mejor y pluralmente informadas.
This paper seeks to produce knowledge about past social lifes and materialities
based on intercultural dialogue and the combination of knowledge. Here, archaeological
knowledge (with its theories and methods) is linked with the indigenous one (constituted by
oral histories, know-hows, and the experience acquired by dwelling in the territories). For
this exercise, we analyze the graphic representations that the Diaguita-Kallchaquí commu-
nities of the North Calchaquí Valley painted on their pots and engraved on rocks during the
Late Intermediate Period (AD 1000-1450). We claim that this dialogue between two sources
of knowledge allows the production of richer, plural, and better-informed narratives about
the past (and simultaneously about its connection with the present).
Figura 1
Mapa del área septentrional del valle Calchaquí,
provincia de Salta, Argentina
252 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
1 Mi sección del artículo es una versión ampliada y revisada de Acuto (et al. 2011a).
En este nuevo trabajo la muestra de vasijas y de petroglifos analizada es mayor y se
reconsideró la manera de categorizar las composiciones decorativas cerámicas.
Personas, cosas, relaciones / 253
decoración de las vasijas una esfera empleada para marcar algún tipo de
distinción o diferencia significativa entre poblados, entre las familias que
habitaban dentro de un poblado o entre alfareros individuales? O por el
contrario, ¿fue esta otra esfera en donde se manifestaba y reproducía la
articulación y homogeneidad material y social? Para develar este proble-
ma se analizaron dos aspectos puntuales de la decoración cerámica: 1) la
estructura del diseño o la manera en que la decoración fue distribuida
en la superficie de las vasijas; 2) los motivos empleados para decorar las
ollas. Para esto se relevaron 309 piezas cerámicas recuperadas de exca-
vaciones en distintos sitios de la región y distintos contextos dentro de
estos sitios, especialmente contextos domésticos y funerarios. Se anali-
zó la colección completa de alfarería “Santamariana” del valle Calchaquí
Norte depositadas en el Museo Arqueológico P.P. Díaz de Cachi (MAC)
y la colección proveniente del sitio La Paya localizada en el Museo Etno-
gráfico J.B Ambrosetti de Buenos Aires (ME). Asimismo, se examinaron
las vasijas que aparecen dibujadas en la obra de Ambrosetti (1907) y que,
por distintas razones, ya no se encuentran en el ME.
Con el objeto de analizar la estructura del diseño, el primer paso
realizado fue comparar entre sí las dos caras de las ollas de cuello alar-
gado y las ollas de cuerpo globular y bordes evertidos. En este caso, sólo
examinamos aquellas piezas en donde se podía ver claramente la tota-
lidad de la decoración, por lo que se descartaron vasijas erosionadas
o muy fragmentadas, quedándonos con una muestra de 51 piezas. En
estas vasijas la decoración externa se presenta en dos caras generalmente
separadas por guardas verticales que pasan a la altura de las asas. En el
94 % de los casos (n 48), ambas caras eran simétricas en cuanto a los
tipos de motivos principales y su localización (Figura 2)5. Una vasija
presentaba simetría alternada (pieza nº 1977 del ME). Es decir, la cara
A y la cara B de la pieza exhibía los mismo motivos pero alternando su
ubicación. Las dos vasijas restantes presentaban simetría parcial, don-
de no todos sino algún motivo difería entre una y otra cara de la olla
(piezas nº 1617 y nº 2826 del MAC). Por ejemplo, en la pieza nº 1617,
si bien todos los motivos se repiten en ambas caras, el alfarero que la
5 Con motivos principales nos referimos a aquellos de mayor tamaño, mayor visua-
lización y que refieren al “tema” principal a representar.
258 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
Figura 2
Ollas de cuello alargado o “urnas”. Comparación entre
cara A y cara B. Dibujo cortesía de Marina Smith
Personas, cosas, relaciones / 259
Figura 3
Estructura del diseño de urnas
6 No se incluyó en este análisis las vasijas muy erosionadas y las ollas de cuerpo globu-
lar y bordes evertidos y las “urnas” con decoración dispuesta horizontalmente (que
sí fueron incluidas en el estudio comparativo entre las caras A y B de las piezas).
260 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
Figura 4
Vasija sin simetría refleja
Figura 5
Estructura del diseño de pucos
Figura 6
Pucos con decoración simétrica parcial
Tabla 1
Composiciones decorativas cerámicas: cantidades y porcentajes
COMPOSICIONES DECORATIVAS CANTIDAD PORCENTAJE
grecas 257 24,55
espiralados 142 13,56
serpentiforme 130 12,42
chevron 105 10,03
geométrico tipo 1 69 6,59
rostros 63 6,02
manos 51 4,87
lineal 42 4,01
reticulado 29 2,77
medialunas 28 2,67
damero 27 2,58
suri 24 2,29
batracio 21 2,01
ave 20 1,91
hileras de triángulos reticulados y triángulos re-
18 1,72
llenos, rombos y volutas
escalonado 7 0,67
especiales
especial 2 3 0,29
manchas de felino 3 0,29
especial 6 2 0,19
especial 1 1 0,09
especial 3 1 0,09
especial 4 1 0,09
especial 5 1 0,09
TOTAL 1047 100
264 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
Figura 7
Composiciones decorativas cerámicas
Personas, cosas, relaciones / 265
Figura 8
Similitud entre piezas provenientes de distintos sitios y distintos
contextos dentro de un mismo sitio
Y así es un todo que convive. La gente que se ha criado aquí cree mucho
en la igualdad entre las personas y la naturaleza, el cosmos y el espacio.
Hay una conexión especial que aquí tenemos con la tierra. Por
ejemplo, si estás acostado sin trabajar se dice que corrés el riesgo de que
la tierra te pille. Es como que te dice: “¿por qué no vas a hacer el trabajo?
Es para bien tuyo y para bien mío”. Cuando la tierra te pilla te empieza
a dar sueño y te produce como una depresión. Sentís pesadez, sueño
y cansancio. Eso se cura con la tierra misma, pidiéndole perdón y ha-
ciéndose masajes con tierra. Te frotás tierra por los pies, las manos y el
cuello. Para poder sanarte, hay que volver al lugar donde te pilló la tierra
porque ahí fue donde se hizo el contacto. Ahí tenés que pedirle perdón.
Mi papá decía que la tierra es como una persona, si uno le habla, está
bien; si uno le pide permiso, está bien. Pero ahora la usamos, sacamos y
quemamos sin permiso. No es nada bueno.
Hoy día estamos tan metidos en una visión distinta, occidental,
que quizá ya no alcanzamos a entender cosas, tal como esta conexión
entre las personas y la tierra. Estamos todos separados e individualiza-
dos. Separamos el agua del aire y a las personas de la tierra. Separamos
las cosas que tienen vida como si fueran de distinta naturaleza. Si bien
es verdad que cada cosa tiene vida propia, no nos damos cuenta que esa
vida propia también depende de todo lo que lo rodea. Entones, tiene
que haber un todo donde cada elemento es igual de importante. Y ese
todo está conectado y sus elementos se necesitan, se complementan y se
conectan por la reciprocidad.
En la decoración de las vasijas cerámicas está plasmada esta visión
del mundo. Aparecen una serie de representaciones e ideas superpuestas.
Podría decirse que hay al menos cuatro ideas simbolizadas en las ollas de-
coradas: 1) el mundo vivido y la interconexión entre las cosas; 2) el alimen-
to; 3) la reproducción; y 4) los cuatro elementos necesarios para la vida.
Figura 9
Motivos cerámicos diaguita-kallchaquíes
Personas, cosas, relaciones / 271
Figura 10
Decoración interna de puco. Dibujo cortesía de Marina Smith
El alimento
La reproducción
empieza a sentir que alguien te está espiando. Mis padres siempre decían
que en el antigal estaban las almitas, los espíritus de los que allí vivieron.
igual que lo hace el rayo, que a su vez está conectado con el fuego. Ade-
más el rayo mata y la víbora también te mata. Se dice que donde cae el
rayo hay viborones de miles de años. Al ver estas figuras de serpientes
pintadas en las ollitas me viene a la mente los viborones de tiempos
arcaicos que fueron fulminados por el rayo. Se dice que al caer el rayo
y quemar con su fuego a los viborones, éstos se hacían piedra y se rom-
pían en pedazos. El fuego es uno de los elementos principales para la
vida. Sin fuego no es posible calentarte y no se puede cocinar. El fuego
también está en el sol, y se creía que el sol pasaba esa energía a las nubes,
y cuando se peleaban entre las nubes, chocaban y se producía el rayo
que hacía zigzag y entonces mataba al viborón y lo despedazaba, y esos
pedazos se transformaban en piedra. En el campo uno puede encontrar
estas piedras a las que nosotros llamamos piedras del fuego. Esas piedras
eran parte del cuerpo de la víbora. Fue a través de una de estas rocas que
el hombre descubrió el fuego. En la Figura 3 (centro) se puede observar
en el área de las mejillas una línea en zigzag, como el movimiento de la
serpiente y el rayo, del que salen espirales. Pero si miramos en detalle se
puede ver la cabeza de una serpiente (Figura 9.6). Acá se confirma que
la serpiente y el rayo están combinados.
En conclusión, siempre encontramos en las vasijas alguno de es-
tos cuatro elementos, ya sea solos, de a pares, de a tres o los cuatro jun-
tos. Son los elementos que tiene que existir para que exista la naturaleza
y para que las personas puedan subsistir.
7 Estas estructuras fueron cinco pequeños recintos de piedra circulares y dos semi-
circulares, un recinto rectangular de piedra, una estructura en forma de L, una
apacheta asociada a una pequeña plataforma, tres posibles recintos circulares de
piedra y una posible caja de ofrendas. Pudimos comprobar que ninguna de estas
estructuras eran tumbas.
Personas, cosas, relaciones / 279
Figura 11
Área de Los Cerrillos y la intersección entre el valle Calchaquí
y la quebrada del Río Potrero. Círculo rojo: lugar donde se unen
los ríos Calchaquí, Potrero y Blanco. Líneas azules: áreas prospectadas
8 Existe en esta área otro sitio de arte rupestre que no incluimos en este trabajo por
presentar motivos asociados con períodos anteriores al PIT (véase Lanza 2000).
280 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
9 Ambrosetti describe una pieza cerámica (N° 1619) encontrada en el sitio La Paya
en cuyo interior se habría pintado la figura de un camélido (Ambrosetti 1907:326).
Hemos revisado esta pieza y no sólo no hemos encontrado este motivo, sino que
no presenta rastro alguno de haber sido decorada en su interior. El dibujo que
presenta Ambrosetti es típico de una representación rupestre, por lo que sospecho
que su asignación a una pieza cerámica puede tratarse de un error.
10 Esta figura sí está presente en la cerámica del PIT del sur de los Valles Calchaquíes.
282 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
Tabla 2
Motivos rupestres del área de Los Cerrillos y la intersección entre
el valle Calchaquí y la quebrada del Río Potrero: cantidades y porcentajes
MOTIVOS RUPESTRES
TIPO CANTIDAD PORCENTAJE
ZOOMORFOS 511 38,39
Camélido 362 27,20
Serpiente, Serpiente S y líneas zigzag 97 7,29
Felino y fauces de felino 5 0,37
Cánidos 3 0,22
Suri 3 0,22
Zorro 2 0,15
Indeterminados 39 2,93
ANTROPOMORFOS 131 9,84
Esquemáticos de cuerpo completo 92 6,91
Huellas de pies 18 1,35
Rostros antropomorfos 12 0,90
Escutiformes 9 0,68
GEOMÉTRICOS 281 21,11
Círculo, círculo relleno, círculo concéntrico,
círculo con punto, círculo con cruz, círculo con 173 13
rayas (sol), racimo de círculos y semicírculo
Complejo 79 5,93
Rectángulo, rectángulo con cruz y rectángulo
16 1,20
concéntrico
Espiral 7 0,52
Reticulado 5 0,37
Clepsidra 1 0,07
LIENALES 168 12,62
Línea o grupo de líneas 113 8,49
Línea de trazo irregular 37 2,78
Personas, cosas, relaciones / 283
Cruz 9 0,68
Chevrón 5 0,37
Almena 4 0,30
OTROS 127 9,54
Piqueteado 63 4,73
Tridígito 30 2,25
Adorno nasal 22 1,65
Puntos 10 0,75
Cruz chacana 1 0,07
Tumi 1 0,07
INDETERMINDADOS 113 8,49
TOTAL 1331 100
En pocas palabras, los sitios de arte rupestre del norte del valle
Calchaquí durante el PIT, tal como el caso del área de Los Cerrillos y
la intersección entre el valle Calchaquí y la quebrada del río Potrero,
parecen haberse conformado como lugares opuestos a los poblados ha-
bitacionales. A diferencia de los poblados, en los sitios de arte rupestre
prácticamente no había arquitectura, no se instalaron allí viviendas, no
se producían objetos, no se enterraba a los difuntos, no se encontraban
en directa asociación con áreas agrícolas y no se empleaban los motivos
decorativos plasmados en la superficie de las vasijas para ornamentar las
rocas. No sólo las figuras más populares de la iconografía cerámica no
se encuentran (o están escasamente representadas) en los sitios de arte
rupestre, y viceversa, sino que también la estricta estructura del diseño
aplicada en la superficie de las ollas está totalmente ausente de los gra-
bados sobre roca. Además, la homogeneidad decorativa plasmada en las
ollas no tiene lugar en el arte rupestre.
Si tenemos en cuenta que, tal como argumenta Greenway (1998:
159), los rituales de varios pueblos indígenas andinos son inversiones
del orden establecido, es posible pensar al área de Los Cerrillos y la in-
tersección entre el valle Calchaquí y la quebrada del río Potrero como un
espacio ritual que invertía el orden experimentado en la vida diaria.
posible que dibujar haya sido una manera de hablar con la naturaleza y
solicitarle cosas.
¿Por qué aparecen los camélidos tan bien representados en las
rocas de Los Cerrillos y no en la cerámica? Porque este es un lugar don-
de se alimentan los animales. Quizá ellos no tenían las llamas metidas
en el rastrojo cerquita de la casa como nosotros tenemos hoy nuestras
cabras. Quizá todo se pastoreaba en el campo. Entonces era el lugar del
pastoreo donde ellos pasaban todo el día con sus animales, tanto los re-
baños como los animales de caza. Y por eso aparece mucho en el cerro el
dibujito de los camélidos. En cambio la cerámica se usaba en la casa y se
depositaba en las tumbas. Estaba en los poblados alejados de los lugares
de pastoreo y caza.
Lo que se ve también son varias figuras humanas masculinas. A lo
mejor ellos son los que estaban pastoreando sus rebaños y querían dejar
plasmado que era el hombre el que estaba y no la mujer. Porque quizá
los hombres eran los que se dedicaban a cazar y a pastar los rebaños y la
mujer era quizá más para la siembra, más para la casa, la arcilla. Esta di-
visión sucedía tiempo atrás, en la época de nuestros abuelos. El hombre
era el que iba más a la leña, iba a cazar guanaco. Las mujeres no iban a
cazar. El pastoreo era de los dos, pero generalmente era el varón el que
salía con el rebaño. Cuando se perdían los animales el varón era el que
salía a buscarlos. Si no estaba el varón, salía la mujer.
Los dibujos en los petroglifos de Los Cerrillos no muestran per-
sonas estáticas sino que siempre hay un movimiento de los brazos o de
las piernas. Las personas siempre parecen estar haciendo una actividad y
prácticamente nunca están paradas quietas. Se pueden ver varios ejem-
plos de esto. En la ilustración de la Figura 13, las personas parecen estar
haciendo una danza o demostrando el poder que tenían o podían tener
ante otro grupo o ante la actividad que se quería realizar. Parecen estar
diciendo: “soy capaz de cazar o soy capaz de tener este rebaño de llamas.
Este soy yo y estoy aquí”. En la Figura 14.1 también parece un perso-
na danzando, pero en este caso con un instrumento en la mano. Quizá
hubo grupos que disputaban Los Cerrillos como lugar de caza, pastoreo
y ritual y por esto plasmaban representaciones de fuerza como esta.
290 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
para solicitarle esto. De ahí sale esa expresión de los brazos para arriba,
ese cóndor, ese disfraz que tiene. Como agradeciendo.
Figura 12
Motivos decorativos del arte rupestre
292 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)
Figura 13
Petroglifo antropomorfo de Los Cerrillos
Figura 14
Motivos antropomorfos de Los Cerrillos
Personas, cosas, relaciones / 293
Figura 15
Petroglifo de Los Cerrillos: personas y llamas
Agradecimientos
A Carlos Flores por sus constructivos comentarios. A Marina
Smith por sus dibujos y la ayuda en los análisis cerámicos.
Bibliografía
Acuto, F.A.
2007 Fragmentación vs. integración comunal: Repensando el Período
Tardío del Noroeste Argentino. Estudios Atacameños 34:71-95.
Acuto, F.A., C. Amuedo, M. Kergaravat, A. Ferrari, L. Gamarra y A.L. Goldín
2008 Experiencias subjetivas en las aldeas prehispánicas del valle Calcha-
quí Norte: Arqueología de la vida cotidiana, prácticas y relaciones
sociales durante el Período Prehispánico Tardío. En Arqueología del
extremo sur del continente americano. Resultados de nuevos proyec-
tos, editado por L.A. Borrero y N.V. Franco, pp. 11-54. CONICET-
IMHICIHU, Buenos Aires.
Acuto, F.A., E. Gilardenghi y M. Smith
2011a Rehenebrando el pasado. Hacia una epistemología de la materiali-
dad. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino 16(2):9-26.
Acuto, F.A., M. Kergaravat y C. Amuedo
2011b Experiencia de la muerte y la representación de las personas en las
prácticas funerarias del valle Calchaquí Norte. Comechingonia, Re-
vista de Antropología 14:23-54.
Ambrosetti, J.B.
1907 Exploraciones arqueológicas en la ciudad prehistórica de La Paya (va-
lle Calchaquí, Pcia. de Salta). Facultad de Filosofía y Letras, Buenos
Aires.
Allen, C.
1988 The Hold Life Has: Coca and Cultural Identity in an Andean Commu-
nity. Smithsonian Institution Press, Washington D.C.
1997 Enfolding Oppositions: Narrative and Structure in Quechua Story.
Journal of Steward Anthropological Society 25(1-2):8-26.
Amuedo, C.
2010 La muerte de niños y su tejido de materialidad. Prácticas, represen-
taciones y categorías construidas en las tumbas de infantes en vasi-
jas, Período Tardío (900-1470 DC), Valle Calchaquí Norte. Tesis de
Licenciatura, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires.
296 / Félix A. Acuto y Valeria Franco Salvi (Editores)