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Con la llegada de los extranjeros, Argentina tuvo grandes aportes en su identidad, ya que millones de ellos, procedentes
en su mayoría de Europa, llegaron a nuestro país con sus costumbres y tradiciones. Esto generó un rico intercambio
cultural entre los residentes y los nuevos visitantes, quienes se fueron integrando a nuestra sociedad y organizándose en su
gran mayoría en conventillos y otros en las colonias del campo.
Te invitamos a leer esta nota que resume la herencia cultural que los inmigrantes nos dejaron y a compartir esta
información con tus hijos.
La Primera colonia
Cada grupo étnico fue formando colonias en diversas partes del país. La primera fundada en estas tierras se
llamó “Esperanza”, en Santa Fe, en 1865. Estaba integrada en su mayoría por suizos, franceses y alemanes.
Europeos
A Argentina llegó la ola de inmigración Europea más grande del mundo. De ellos la mitad eran italianos, un
tercio españoles y el resto eran franceses, polacos, rusos y alemanes.
Los inmigrantes franceses e ingleses llegaron en otras condiciones, ya que la mayoría eran profesionales o
pertenecían a la aristocracia. Muchos de ellos llegaron con fines económicos, tras la campaña propagandística
que nuestro gobierno realizó en Europa, para atraer a los inmigrantes.
La integración de los alemanes, rusos y polacos fue un poco más lenta, ya que eran los más aislados por las
dificultades que presentaba el idioma.
La comida
La cocina es parte de la herencia cultural que los italianos dejaron a los más de 30 mil descendientes que
habitan nuestro país. Por mencionar las recetas más importantes, encontramos la pizza, la fainá, las pastas en
todas sus variedades y la clásica milanesa. Los genoveses aportaron su minestrón a la genovés, los ravioles, la
torta pascualina, el estofado, la fugazza, la pasta frola, las albóndigas y el pan dulce, entre otros.
De otras partes de Europa como Alemania recibimos la buena cerveza y las salchichas con chucrut. Los
ingleses trajeron su merienda con té, los escones y el budín. Los suizos implementaron la fondue de queso y la
fondue bourguignonne en el sur de nuestro país. Los españoles, sus guisos, paellas, empanadas y la sidra.
Los judíos aportaron su mezcla de sabores con el guefilte fish y los varenikes. Por otro lado, los árabes,
procedentes de distintos países, complementaron la amplia variedad de recetas con nuevos platillos que
consistían en su mayoría en comida rellena como berenjenas, calabacines, alcachofas, pollos, palomas, patos y
una gran variedad de dulces.
La músicaA la gran mayoría de los inmigrantes les gustaba alegrar sus días con la música y el canto. Los
italianos llegaron con sus acordeones, clarinetes, pianos y órganos. Los gallegos trajeron sus gaitas, flautas,
cajas, guitarras y bandurias. Destacaban los bailes como la tarantela, la zarzuela, el flamenco y la polca. Los
judíos celebraban al ritmo de la música klezmer y con danzas como el freilej o la tijera, el chamamé, el tango y
el pericón. Dentro de los orígenes del tango se sabe que tuvo sus inicios con la llegada de los inmigrantes.
Muchos italianos, franceses, judíos, polacos, rusos vieron a esta danza típica argentina dar sus primeros pasos.
La agricultura
Uno de los grandes aportes de los franceses fueron sus conocimientos en agricultura, sobre todo en
localidades como Tandil y Pigüé. Incentivaron la reinserción de productos como la yerba mate, el vino y el
azúcar. Los españoles se dedicaron a las plantaciones, horticultura y fruticultura. También muchos italianos
comenzaron a desenvolverse como chacareros en los campos de nuestro país.
La cultura Los italianos se
destacaron en las artes, como los dos grandes arquitectos Vittorio Meano, quien diseño Palacio del Congreso de
la Nación Argentina y Francesco Tamburini, el responsable de creación de la Casa Rosada. Los franceses
Amadeo Jacques y Paul Groussac tuvieron un impacto directo sobre la educación y la cultura argentinas.
Costumbres
Los carnavales se comenzaron a celebrar con más ganas y los disfraces de los chicos representaban a los
pueblos de los inmigrantes, tales como los españoles (baturros, toreros, gaiteros asturianos, majas, las gitanas y
los vascos pelotaris) y por otro lado los italianos con sus napolitanas, damas venecianas y las polichinelas. Cada
familia tomaba fotos de sus hijos disfrazados y las enviaba a sus parientes en sus países de origen.
el chamamé, el tango y el pericón. Dentro de los orígenes del tango se sabe que tuvo sus inicios con la llegada
de los inmigrantes. Muchos italianos, franceses, judíos, polacos, rusos vieron a esta danza típica argentina dar
sus primeros pasos.
La agricultura
Uno de los grandes aportes de los franceses fueron sus conocimientos en agricultura, sobre todo en
localidades como Tandil y Pigüé. Incentivaron la reinserción de productos como la yerba mate, el vino y el
azúcar. Los españoles se dedicaron a las plantaciones, horticultura y fruticultura. También muchos italianos
comenzaron a desenvolverse como chacareros en los campos de nuestro país.
El comercio
Los italianos pusieron sus grandes fábricas, los españoles sus comercios y los árabes su mercado ambulante
de hilos, telas, peines, entre otras cosas.
Te invitamos a ver este video con tus hijos sobre el testimonio de un inmigrante italiano.
http://www.youtube.com/watch?v=9ccb_k4aPNk
http://www.me.gov.ar/efeme/inmigrante/enlaces.html
http://www.educ.ar/recursos/ver?rec_id=40420
En la Argentina, los inmigrantes debían comenzar una nueva vida. Construir nuevas raíces
y empezar de cero. No era una meta fácil, pero tampoco imposible.
Grandes referentes de la historia argentina fueron italianos o descendientes de
ellos. Por caso, el general Manuel Belgrano, creador de la bandera argentina, era
hijo de italianos. Así, fueron muchos, y en diversos aspectos, los que marcaron
la historia, la cultura y definieron el rumbo de un país que empezaba a crecer.
La mayoría de los italianos que llegaron a la Argentina eran piamonteses,
genoveses, venecianos, calabreses, sicilianos y napolitanos.
La zona que hoy se conoce como La Boca, hasta principios del siglo XIX, estuvo
prácticamente deshabitado. Entre 1830 y 1852 comenzaron a instalarse familias genovesas
y, en 1895, tenía una población de 38.000 habitantes, de los cuales 14.000 eran italianos.
Cultura italoargentina
La cultura argentina tuvo un paulatino cambio gracias al aporte de la fuerte inmigración,
en particular la italiana. Si bien lo normal habría sido que los inmigrantes se adaptaran a
la cultura existente, el proceso fue inverso o, más bien, recíproco.
Los italianismos se difundieron rápidamente, lo que enriqueció el vocabulario lunfardo.
Por ejemplo, la palabra mufa, que se usa para designar a la mala suerte, deriva de muffa,
que significa moho; pibe proviene de pive , que en xeneize (lengua de Génova) significa
aprendiz.
Así, muchas palabras de origen italiano fueron adoptadas por los argentinos y hasta
incursionaron en el tango. La cumparsita es el caso más relevante: el título deriva como
diminutivo del italiano comparsa , que significa actor secundario.
La gastronomía italiana ejerció durante los tiempos de la gran inmigración europea una
notable influencia sobre las costumbres culinarias de la Argentina, que se proyectó hasta
la actualidad. A ella se debe la popularidad de las pastas, la pizza y la buseca, entre otros
alimentos.
Fueron italianos los propietarios de las mejores confiterías de Buenos Aires, tales como el
Café Tortoni, el Café de París y la Confitería del Molino, entre otras. Y también de
prestigiosos restaurantes, como La Sonnámbula o La Emiliana, que ofrecían las mejores
especialidades de la cocina italiana, novedosa por entonces.
Si bien a partir de 1880 fue mayor el arribo de italianos, ya en 1870 eran 80.000 los
inmigrantes de ese país. El censo realizado en 1898 indicó que en la Argentina había un
millón de italianos, es decir, el 25 por ciento de la población, mientras que un tercio del
resto eran argentinos descendientes de italianos.
LINKS
• Para descargar del Canal Encuentro
Efemérides: día de la tradición
http://descargas.encuentro.gov.ar/emision.php?emision_id=236
•El tema musical TAMBORERO de Drexler , un aporte de Griselda: ( narra una situación de traspaso
intergeneracional, muy bello e ilustrativo)
http://www.youtube.com/watch?v=SM9NKpzCncM
Fuente: www.educacioninicialberazategui.blogspot.com.ar
CONCEPTOS DE TRADICIÓN
La tradición es la primera forma de la historia. Desde las épocas más remotas las agrupaciones
humanas sintieron la necesidad de prolongarse en sus usos y costumbres., que junto con el idioma son
los elementos fundamentales de un pueblo, y como carecían de la expresión escrita, utilizaron el único
medio a su alcance: el relato, transmitido de padres a hijos, de viejos a jóvenes , de los que saben a los
que no saben, no solo para capacitar a sus continuadores, sino también para dejar noticia de su paso por
la vida y honrar y perpetuar sus hechos, sus devociones y sus glorias.
Nicolás Avellaneda, escribió una vez estas admirables palabras, que deberían servir de pórtico y lema a
nuestras instituciones. “Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos,
y los que se elevan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor edifican su porvenir.
Texto extraído del libro “REIVINDICACIÓN DEL GAUCHO” Del escritor Pedro INCHAUSPE
Se considera tradicionales a los valores, creencias, costumbres y formas de expresión artística
característicos de una comunidad, en especial a aquéllos que se trasmiten por vía oral. Lo tradicional
coincide así, en gran medida, con la cultura y el folclore o "sabiduría popular".
La visión conservadora de la tradición ve en ella algo que mantener y acatar a -críticamente. Sin
embargo, la vitalidad de una tradición depende de su capacidad para renovarse, cambiando en forma y
fondo (a veces profundamente) para seguir siendo útil.
El folclore, folklore o folclor (del inglés folklore, y éste de folk, ‘pueblo’ y lore, ‘conocimiento’) es el
cuerpo de expresión de una cultura, compuesto por cuentos, música, bailes, leyendas, historia oral,
proverbios, chistes, supersticiones, costumbres, artesanía y demás, común a una población concreta,
incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. También recibe este nombre el
estudio de estas materias.
Ofrecemos en esta oportunidad un acercamiento a nuestra tradiciones como Nación.
Como siempre la idea es saber más para enseñar mejor, compartiendo con otros. esperamos sus
aportes y comentarios.
10 de Noviembre “Día de la Tradición”Argentina
Celebrar en los Jardines el Día de la Tradición es un buen momento para vincularnos con aquello
que nos caracteriza como argentinos, también para reconocer especificidades de nuestro pueblo,
para traspasar a estos cachorros juegos, canciones y hasta modos de fabricar juguetes. Es momento
de secretos en la cocina, de convocar abuelos, de que las familias extranjeras o de otras zonas del
país nos cuenten sus tradiciones. Es momento de cantar nanas, de enseñar rondas tradicionales y
bailes folklóricos, de conectarnos con el contexto rural que da identidad a nuestra Patria. Es
momento para generar pertenencia, favorecer el desarrollo de la identidad y promover la autoestima
en la valoración de lo que somos, por sobre lo que nos dicen que debiéramos ser.
Es el Jardín de infantes un espacio de transmisión de cultura, de herencia, de traspaso y es este un
buen momento para que alguna tradición sea traspasada a nuestros pequeños alumnos.
Por Insp Mónica Vitta
DÍA DE LA TRADICIÓN:
El día de la tradición es el reconocimiento a la identidad argentina, a través de uno de los personajes
más representativos del ser nacional, José Hernández, quien puso todo su empeño en defender a sus
paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos.
EL MARTÍN FIERRO
Poema de José Hernández, de género gauchesco, una de las grandes obras de la literatura argentina. El
libro rinde homenaje al gaucho, quien aparece en su ser, en su drama cotidiano, en su desamparo, en
sus vicisitudes y con sus bravuras
PROPUESTAS PEDAGÓGICAS:
NUESTRAS TRADICIONES
COMIDAS TRADICIONALES:
La cocina argentina se caracteriza por una fuerte herencia gauchesca combinada con algunos
ingredientes de los indígenas al igual que con una mezcla de adiciones europeas. El ingrediente más
popular en Argentina es la carne vacuna, siendo el asado una de las comidas más tradicionales del país.
Su cocina puede variar de una región a otra. A pesar de esto, todas ellas comparten una misma
atracción por algunas comidas y postres tales como el asado, las empanadas, los guisos -destacando al
locro-, el dulce de leche, los alfajores, la polenta y las milanesas
BEBIDAS TRADICIONALES:
EL MATE
TERERÉ: El tereré es una de las bebidas más consumidas en el verano por los habitantes de la tierra
colorada. Al igual que el mate, el tereré forma parte central y es motivo de reuniones entre amigos,
tardes de pileta y otros encuentros, donde el símbolo de unión que se comparte es la tradicional
infusión fría con sabor a yerba mate, tiene sus orígenes en los indígenas guaraníes
Es una excelente bebida para paliar los días calurosos, con altas temperaturas que en la provincia
suelen ser muy frecuentes, y para los cuales se recomienda ingerir mucho líquido.
Preparación Más Simple: Agregar yerba al mate, luego colocar la bombilla, después machacar las
hierbas naturales con el mortero de madera, si va a utilizar un martillo o maseta es recomendable
colocar las hierbas naturales dentro de una bolsita de polietileno y machacar encima, luego agregarle al
agua helada (también se suele usar jugos) y por ultimo, la mayoría de la gente acostumbra a agregar
hielo especialmente en el verano.
Otras bebidas tradicionales :
VINO PATERO: Se trata de un tipo de vino muy famoso y buscado en los valles calchaquíes,
conocido popularmente por ser generalmente "dulzón" y "machador" por ser generoso en alcohol,
turbio y poco estacionado; y se lo puede comprar suelto. Básicamente, como lo dice su denominación
popular "patero", son vinos obtenidos de la fermentación de uvas pisadas sobre el lagar con las "patas"
o pies (descalzo o con botas).
CHICHA: es una bebida fermentada de origen indígena y contó con pocos adeptos entre la gente culta,
a lo menos cuando se elaboraba según el sistema de los indios. Era la chicha la bebida preferida de los
indios del noroeste argentino, y su preparación y consumo está aún en vigor. Resulta de la
fermentación del maíz, y se hace, escribe Coluccio, utilizando como fermento una levadura especial, o
bien por medio de la saliva humana, lo que requiere la masticación de la harina de maíz -
La preparación antigua se realizaba en la cocina donde se juntaba toda la familia y comenzaban a
pasarse la masa... cada uno de los integrantes la masticaba un tiempo y escupía en una palangana,
luego se juntaba ese jugo que daría origen a la chicha-. A la chicha obtenida por este procedimiento se
le llama chicha nuqueada, prohibida actualmente en Jujuy por considerarla antihigiénica y peligrosa
para la salud de los consumidores. Refiriéndose a las propiedades de la chicha, dice Ciro Bravo: "Es
sobremanera diurética y de notoria eficacia para expeler los cálculos de la vejiga, pudiendo asegurar
que no hay indio que sufra de este mal".
MUSICA TRADICIONAL :
FOLKLORE
Entre muchos otros:
El gato
Es una danza criolla alegre que puede ser ejecutada por una o dos parejas.
Se bailó en nuestro país desde antes de 1820 y nos llegó posiblemente desde el Perú, extendiéndose en
la campaña hasta la Provincia de Córdoba y luego hacia todo el país. Bailado por todas las clases
sociales, representa un discreto juego amoroso donde el caballero simula cortejar a la dama y,
persiguiéndola, trata de conquistarla; luce para ella las mejores figuras en sus zapateos, realizando a
veces increíbles piruetas hasta obtener su correspondencia en la coronación final. Se convirtió, sin
lugar a dudas, en el más popular de los bailes de la llanura, al igual que el malambo, y se lo conoció
también con otros nombres como: "gato mis–mis", "mis–mis" o "perdiz”. Era raro antaño, que el
gaucho no supiese rasguear un poco la guitarra y entonar las coplas del "gato" o los repetidos acordes
del "malambo", motivo por el cual devino en uno de los bailes más elegidos
La zamba
Es la danza amatoria por excelencia. El hombre festeja a la mujer con ternura y ella acepta, aunque lo
esquiva coquetamente. Luego de enamorarla, llega el triunfo del varón, quien la corona poniéndole el
pañuelo, como abrazándola. Nos viene de la zamacueca (Lima–Perú) y de la cueca chilena. Tomó su
nombre de la antigua danza peruana homónima, no así su coreografía. Al acriollarse incorporó el
pañuelo – como una extensión de la mano – que juega un rol importante, ya que a través de él los
bailarines expresan estados de ánimo, sugerencias y deseos. Su baile en pareja suelta e independiente
se popularizó en casi todo el país
La chacarera
La chacarera es una danza alegre y pícara. Su origen no es preciso, pero se le adjudica como cuna de
nacimiento la Provincia de Santiago del Estero, desde donde se difundió a lo largo del país. Es de ritmo
vivo, alegre, apicarado por su galante juego pantomímico. Se baila en parejas sueltas y el zapateo es
constante. Hay de ella una variante, llamada chacarera doble.
La cueca
Hermana de la zamba, de su homónima chilena, de la marinera peruana y de otras danzas similares,
hijas todas de la zamacueca del Alto Perú (o de ella derivadas), la cueca es una de los bailes que más
arraigo tuvo en Argentina, en cuyas regiones cuyana y norteña aún conserva vigencia. Ingresó a
nuestro país por dos vías: primeramente por la Provincia de Mendoza, desde donde se difundió al resto
del país y derivó en la cueca argentina o cuequita (para distinguirla de la chilena). Posteriormente, la
cueca marinera (como se la denominó en Perú) entró desde Bolivia y hoy se la conoce como cueca
norteña. Cabe señalar que esta danza fue proclamada en 1979 baile nacional oficial de Chile.
El malambo
El malambo nació en las soledades pampeanas, allá por el año 1600. Dentro de nuestros bailes, es una
excepción el que carezca de letra. Las guitarras acompañan esta danza ejecutada únicamente por
hombres. El bailarín se luce en el zapateo, la cepillada (roce de la planta del pie contra el piso), el
repique (golpe con el taco y la espuela) o los floreos. Sus pies apenas tocan el suelo. Las evoluciones
del bailarín, cruzando las piernas, zapateando enérgicamente o haciendo dibujos con boleadoras y lazos
son sorprendentes. El malambo, dentro de los bailes tradicionales, equivale a la "payada de
contrapunto” en el canto: un verdadero torneo de habilidad gauchesca. En dichas competencias no hay
límite de competidores, de a uno van exponiendo sus "mudanzas" y gana quien mejor realiza la mayor
variedad de figuras. Una especie singular consiste la modalidad “A devolver figuras”, en la que sólo
compiten dos hombres, los cuales están obligados a retrucar indefinidamente la figura que les propone
el contrincante, cuyo lugar de inicio está determinado por sorteo. Cuando uno de los dos no puede
devolver la mudanza de su adversario se da por terminada la competencia. Actualmente, el malambo
reconoce dos estilos: el sureño (Provincia de Buenos Aires y la región pampeana) y el norteño. En el
primero, las figuras son suaves, el bailarín muestra ingenio y habilidad, dejando a un lado la rudeza. El
segundo, en cambio, se caracteriza por un compendio de destreza, brío, y agilidad.
El pericón
Se trata de un baile típico muy elegante de la llanura pampeana. En el pasado, recibió el nombre de
"baile de cuatro", en razón de ser ése el mínimo de parejas necesarias y porque la coreografía de la
danza primitiva se componía de sólo cuatro figuras llamadas, por su orden: demanda o espejo, postrera
o alegre, cadena y cielo. A cada una de ellas corresponden varios movimientos distintos, que se
ejecutan de acuerdo con las órdenes que dan, según el caso, el cantor o el "bastonero" –especie de
director– y siguiendo el ritmo de vals lento o sobrepaso, característico de todos los pericones. El
"bastonero" debe ser elegido con sumo cuidado, ya que de su ingenio depende, en gran parte, el éxito
del baile. Uno de los agregados relativamente recientes es el "pabellón", donde los bailarines tomados
del brazo forman un círculo y cada pareja al compás de la música, con las manos libres, extiende un
pañuelo por encima de las cabezas, intercalándose los colores azul y blanco de la bandera argentina.
El Carnavalito
Pertenece al grupo de las grandes danzas colectivas, es jovial, se ejecuta alegremente a modo de juego
inocente y familiar. Se bailó en América desde antes del descubrimiento; ha perdurado y hoy sigue
practicándose en la región del NOA, especialmente en el centro y norte de Salta y Jujuy. Los bailarines
suelen moverse en torno a los músicos o en hilera. Una mujer o un hombre con un pañuelo (a veces un
banderín con cintas) en la mano se encarga de dirigir a los demás. Todos cantan la misma copla o
entrecruzan improvisaciones. Los danzantes forman filas del brazo o de la mano, también lo hacen los
niños y hasta los lactantes sujetos a la espalda de las madres. Las figuras son sencillas: apenas la rueda,
la doble rueda, la hilera de itinerario libre y algunas pocas más. Es común el trote, que consiste en una
larga fila que forman los bailarines de a dos, tomándose del brazo.
El Chamamé
Es una modalidad musical y coreográfica con epicentro en la Provincia de Corrientes, muy extendida
también a las de Chaco, Formosa, Misiones y norte de Entre Ríos. El sur de Misiones y parte del este
de Formosa participan de su vigencia, aunque comparten preferencias con la polka y las especies
secundarias emparentadas (galopa, guarania, etc.). En su origen se integraron los rasgos culturales del
guaraní y del español. Según el célebre compositor Antonio Tarragó Ros: “En el Archivo de Indias, en
España, hay documentación que demuestra que nuestra música ya existía cuando llegaron las misiones
jesuíticas a Yapeyú. Los jesuitas instalaron en esa zona la fabricación más grande de instrumentos
musicales del Río de la Plata y se cree que el acordeón nos llegó con ellos, para suplantar al órgano en
la liturgia. Lo cierto es que al chamamé le vino bien por la escala diatónica y así se fue incorporando.
En la época de la colonia las damas de la sociedad aprendían a bailarlo con maestros indios". Consiste
en una danza en la que los cuerpos de las parejas se estrechan entre sí, plena de gracia y fino erotismo.
TANGO.
JUEGOS TRADICIONALES :
El Truco
Se trata de un juego de naipes en el que pueden participar 2 ó más jugadores (por lo general, se busca
que el número de jugadores sea par) en el que priman la suerte y la habilidad. Su nombre deriva
justamente de su metodología, ya que se puede mentir o engañar al adversario, como en el póker, para
hacerlo desistir de una apuesta.
Se juega con barajas españolas de 48 cartas, de cuyo mazo completo se retiran todas las barajas
correspondientes a los números 8 y 9, quedando así reducido a un total de 40 cartas. Tiene una escala
propia de valores
La Carrera de Sillas
Es otro de los juegos típicos de nuestro campo y se realiza generalmente en el marco de una jineteada.
Consiste en la reunión de varios jinetes que forman una rueda alrededor de varias sillas, siempre una
menos que la cantidad de participantes. Al comenzar la música comienza también la vuelta alrededor
de los asientos; al interrumpirse aquélla, los jinetes deben desmontar rápidamente y sentarse, quedando
fuera del juego el que no consiguió su silla. Así, descalificando al paisano que queda de pie y quitando
un asiento por vuelta, el juego continúa hasta que quede un único ganador. Este entretenimiento tiene
su versión urbana, obviamente sin caballos.
La taba:
consiste en arrojar desde una determinada distancia un hueso de la rodilla de la vaca, si el hueso cae del
lado más liso es “suerte”, gana el tirador; si cae de la forma inversa, lado con agujero, es “culo” y gana
el oponente.
La herradura:
se clava un palo o hierro de diez a veinte centímetros de alto en un lugar llano de cinco a diez metros
de largo. El juego consiste en arrojar una herradura desde el extremo alejado al eje fijado y tratar de
que la misma rodee y quede apoyada al hierro, ganando así la tirada.
Carreras cuadreras:
una simple y llana carrera de caballos de unos cien metros. Se realiza generalmente en cualquier calle
de pueblo.
Chancho enjabonado:
como su nombre lo indica, se trata de enjabonar un chancho mediano, soltarlo en algún lugar cercado
bastante amplio, y dejar que los participantes traten de atraparlo. Gana quien consigue sostenerlo con
firmeza.
Palo enjabonado:
juego que se realiza luego de los actos de fiestas, patrias. Consiste en plantar en el medio del predio un
palo de árbol liso, totalmente recubierto con jabón. Los participantes deben, tratar de treparlo y
conseguir del extremo más alto del palo, un pañuelo puesto con anterioridad.
Riña de gallos:
consiste en hacer pelear a dos gallos dentro del “reñidero”. Se le ponen púas en las patas para que
lastimen o maten a su oponente. Las riñas duraban entre cuarenta y cincuenta minutos, si en ese tiempo
no había un ganador se declaraba empate. En la actualidad se encuentran prohibidas.
El sapo:
tradicional juego de campo que consiste en lanzar unas fi-chas de hierro para embocarlas en la boca de
un sapo metálico (máximo puntaje) o en unos hoyos que lo rodean.
La muchila:
también se trata de una carrera de caballos. Aparente mente esta designación proviene de “mucho”,
porque participaban todos los jinetes que puedan presentarse. Se ponen en una misma línea de partida y
el que llegaba primero a la meta recibe un premio. También en otras zonas se lo conoce como “la
polla”.
La sortija:
compiten dos grupos de jinetes que yendo al galope, por un estrecho corredor de cien metros de largo
que forma el público, deben acertar con un puntero que llevan en la mano a una argolla que cuelga a
2,5 m de altura de una cuerda floja. Se requiere de gran habilidad para acertar, ya que la argolla
colgada se mueve y el galope del caballo es bastante irregular.
ACTIVIDADES TRADICIONALES :
La Payada consiste fundamentalmente en un juego de destreza verbal e intelectual. Se trata de una
disputa argumentativa, acompañada con guitarra en que los contrincantes establecen un tema y se van
alternando con el canto de manera improvisada. Gana aquel que resiste con mayor gracia y maestría.
En la campaña era frecuente que durara varias horas y hay testimonios que dan cuenta de algunos
contrapuntos que llegaron a extenderse por una jornada.
La jineteada argentina o doma gaucha
TRANSPORTE TRADICIONAL
SULKY
El sulky se trata de un pequeño carruaje liviano, tirado por un caballo y donde pueden viajar hasta tres
personas, muy utilizado en zonas rurales, pueblos del norte argentino, estancias. El uso del sulky se
remonta a los primeros tiempos cuando el hombre de campo debía trasladarse de un lugar a otro con su
familia.
Se destaca por su sencilla construcción y escaso peso. Consta de dos grandes ruedas montadas sobre
dos pequeños muñones de hierro que salen por debajo de los costados del asiento y dos varas de tiro
donde se engancha al caballo
ARTESANÍAS TRADICIONALES :
Se destacan : PLATERÍA, CERÁMICA, TEJIDOS, TALLADO EN MADERA O PIEDRA,
CESTERÍA y CUERO
El amplio territorio de la Argentina, permite que cada región tenga características propias en cuanto a
las artesanías. Existen artesanos de los pueblos originarios que mantienen vivas ancestrales técnicas.
También están los artesanos tradicionales que, utilizando materiales como el cuero y los metales como
la plata y el oro, realizan excelentes artesanías
Cocina
La emigración italiana a Argentina tuvo consecuencias no solo en la política, la economía y las relaciones
sociales, sino también en la cocina y los hábitos alimenticios. Argentina es un país generoso en
gastronomía; a sus platos típicos, se suman muchos otros que son el resultado de la influencia de la
inmigración. Los argentinos unen a la hora de la mesa los atributos de la cocina heredada de sus
antepasados; por ejemplo la pasta, de tradición italiana, junto a otros platos, tiene lugar en la mesa de
todas las familias argentinas. La mayor parte de las recetas se basa en el consumo de carne y por eso la
comida argentina es rica en proteínas. Por ejemplo, comer un asado de carne de vaca cocinado a la parrilla
es una arraigada costumbre argentina; cada uno de los pasos para realizar un buen asado es una
ceremonia casi reglamentada.
Estilos de vida
Hablar de las consecuencias de la inmigración italiana a la Argentina es una tarea muy difícil porque nunca se
encontrarán obras y libros específicos sobre este tema; sobre todo si se considera el aspecto cultural y todo lo que
se refiere al estilo o a los estilos de vida, al trabajo, y a las costumbres.
Estamos frente a umbrales invisibles y confines lábiles porque dentro del calderón cultural de un país y de manera
particular en una realidad tan peculiar como la argentina, parece muy complejo arriesgar distinciones y demarcar
fusiones tan arraigadas en la cultura de un país que absorbió brazos, cerebros y culturas distintas, muy ávidamente
y en un tiempo bastante corto; consiguiendo crear una entidad cultural con sus propias características, distinta
respecto a las progenitoras y al mismo tiempo más sólida y completa, como todas las hibridaciones nos enseñan.
Gracias a la proverbial hospitalidad argentina, el mundo criollo y el de los inmigrantes, lleno de esperanzas, se
fundieron con mucha facilidad. Ahora, bajo el enorme "paraguas" de la cultura argentina, encontramos costumbres
gallegas, huellas de la grandeur francesa, el rigor alemán, los postres típicos del mundo turco, modismos y las
universales recetas italianas. Lo que hace que la Argentina y su cultura sean tan peculiares es que pueden parecer
sólo una mezcla de muchas, distintas realidades culturales que el hambre europea y la pampa desierta han
empujado a aquellas tierras vírgenes y hambrientas de cultura y desarrollo. La Argentina, como ya he dicho, tiene
su propia cultura sincrética y sinérgica, viva y autónoma respecto a las distintas culturas que, sin embargo, se
encuentran en ella.
La "italianidad" originaria que contribuyó a la formación de esa cultura argentina de hoy se puede claramente
advertir en muchas de las costumbres. Ya he mencionado las ricas recetas regionales italianas, súbito estimadas;
en las mesas transoceánicas campean lasañas atractivas y explosiones de tucos y salsas, a partir de la "a la
boloñesa" y "a la carbonara" , hasta la "a la arrabbiata" , sin olvidarse la "Principe di Napoli" (¿Qué nombre es más
evocador?). Además en los barrios más bajos de las ciudades se difundió un idioma que fue, sin ninguna duda, el
precursor de la integración, mejor dicho, de la creación de esta "cultura de culturas" , por el hecho de que es
gracías a la comunicación que la gente se relaciona. El lunfardo es el lenguaje que prescinde de las lenguas,
siendo una conmistión y selección de palabras en que encontramos unas claramente de origen italiano, junto a
otras de procedencia diferente. La contribución italiana a la creación de la peculiaridad cultural y de los modelos de
vida argentinos es igualmente reconocible en la fundación, en las grandes ciudades y en el interior, de
asociaciones de socorros mutuos y hospitales italianos. Sólo en Buenos Aires, aún hoy, hallamos la Associazione
Unione e Benevolenza, el Teatro Coliseo, la Associazione Massalubrense, la Associazione Campani, la
Associazione Mazzini, la Associazione Siciliana, la Società Friulana, la Federazione Lucana, el Centro Calabrese,
la Associazione G.Gentile, el Circolo Trentino, el Club Italiano, el Ospedale Italiano, la Unione Ossolana, la
Associazione Cristoforo Colombo, la Scuola T.Devoto, el Istituto Luigi Pirandello en San Miguel e la Associazione
Scuole Italiane XXI Aprile a Mendoza, en Tigre la Associazione Dante Alighieri y el Circolo Sardo en San Miguel de
Tucumán.
Esto fue fundamental en la creación de una conciencia de la comunidad, contrapuesta al individualismo imperante
entre los nativos. Otras aportaciones de la comunidad italiana, siempre refiriéndose a las huellas tangibles, fueron
la difusión del amor por el arte lírico y por el bel canto y una laboriosidad desconocida entre los criollos, que se
contentaban de niveles de vida menos acomodados pero sin ritmos frenéticos.
Creo que se podría seguir enumerando mucho más en esta lista de afinidades que unen la Argentina de hoy a
Europa y a Italia en particular, que al partir con su mundo encerrado dentro de una valijita, una vez allá lo abrió y
plasmó, dejándose modelar por la Argentina. Aún estoy convencido que un poquito, mucho de Italia, del sentirse
italiano, de la singular cultura italiana podemos verlo, a escondidas, en el puerto de Buenos Aires, en sus barrios
viejos, en las grandes plazas, en las miradas de la gente, sobre los tejados y dentro de los portales; creo que no
me voy a equivocar afirmando que la "italianidad" se advierte en los corazones, que es impalpable como los
sentidos, que está libre en el aire desde Buenos Aires hasta Ushuaia.
Pensando en la Argentina me gusta mucho la imagen un poco enigmática de todo un mundo encerrado, o liberado
en un único país.
Artículos periodísticos
No se equivocaba aquel que denominó a la Argentina como "la segunda patria de los italianos". Entre 1880 y 1930 más de
cuatro millones de italianos emigraron hacia la Argentina.
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Sin embargo, la inmigración se detuvo desde hace 50 años. Dante Ruscica, encargado de prensa de la embajada de Italia en la
Argentina, dijo que en la actualidad hay alrededor de un millón de italianos en el país. Además, aseguró que viven más de 16
millones de personas de sangre italiana y que hay 500.000 ciudadanos con doble nacionalidad.
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En la Argentina, los inmigrantes debían comenzar una nueva vida. Construir nuevas raíces y empezar de cero. No era una meta
fácil, pero tampoco imposible.
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Grandes referentes de la historia argentina fueron italianos o descendientes de ellos. Por caso, el general Manuel Belgrano,
creador de la bandera argentina, era hijo de italianos.
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Así, fueron muchos, y en diversos aspectos, los que marcaron la historia, la cultura y definieron el rumbo de un país que
empezaba a crecer. La mayoría de los italianos que llegaron a la Argentina eran piamonteses, genoveses, venecianos,
calabreses, sicilianos y napolitanos.
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La zona que hoy se conoce como La Boca, hasta principios del siglo XIX, estuvo prácticamente deshabitado. Entre 1830 y 1852
comenzaron a instalarse familias genovesas y, en 1895, tenía una población de 38.000 habitantes, de los cuales 14.000 eran
italianos.
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Cultura italoargentina
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La cultura argentina tuvo un paulatino cambio gracias al aporte de la fuerte inmigración, en particular la italiana. Si bien lo
normal habría sido que los inmigrantes se adaptaran a la cultura existente, el proceso fue inverso o, más bien, recíproco.
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Los italianismos se difundieron rápidamente, lo que enriqueció el vocabulario lunfardo. Por ejemplo, la palabra mufa, que se
usa para designar a la mala suerte, deriva de muffa , que significa moho; pibe proviene de pive , que en xeneize (lengua de
Génova) significa aprendiz.
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Así, muchas palabras de origen italiano fueron adoptadas por los argentinos y hasta incursionaron en el tango. La cumparsita es
el caso más relevante: el título deriva como diminutivo del italiano comparsa , que significa actor secundario.
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La gastronomía italiana ejerció durante los tiempos de la gran inmigración europea una notable influencia sobre las costumbres
culinarias de la Argentina, que se proyectó hasta la actualidad. A ella se debe la popularidad de las pastas, la pizza y la buseca,
entre otros alimentos.
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Fueron italianos los propietarios de las mejores confiterías de Buenos Aires, tales como el Café Tortoni, el Café de París y la
Confitería del Molino, entre otras. Y también de prestigiosos restaurantes, como La Sonnámbula o La Emiliana, que ofrecían
las mejores especialidades de la cocina italiana, novedosa por entonces.
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Si bien a partir de 1880 fue mayor el arribo de italianos, ya en 1870 eran 80.000 los inmigrantes de ese país. El censo realizado
en 1898 indicó que en la Argentina había un millón de italianos, es decir, el 25 por ciento de la población, mientras que un
tercio del resto eran argentinos descendientes de italianos.
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Matías Cohen
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Cultura italoargentina
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La cultura argentina tuvo un paulatino cambio gracias al aporte de la fuerte inmigración, en particular la italiana. Si bien lo
normal habría sido que los inmigrantes se adaptaran a la cultura existente, el proceso fue inverso o, más bien, recíproco.
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Los italianismos se difundieron rápidamente, lo que enriqueció el vocabulario lunfardo. Por ejemplo, la palabra mufa, que se
usa para designar a la mala suerte, deriva de muffa , que significa moho; pibe proviene de pive , que en xeneize (lengua de
Génova) significa aprendiz.
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Así, muchas palabras de origen italiano fueron adoptadas por los argentinos y hasta incursionaron en el tango. La cumparsita es
el caso más relevante: el título deriva como diminutivo del italiano comparsa , que significa actor secundario.
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La gastronomía italiana ejerció durante los tiempos de la gran inmigración europea una notable influencia sobre las costumbres
culinarias de la Argentina, que se proyectó hasta la actualidad. A ella se debe la popularidad de las pastas, la pizza y la buseca,
entre otros alimentos.
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Fueron italianos los propietarios de las mejores confiterías de Buenos Aires, tales como el Café Tortoni, el Café de París y la
Confitería del Molino, entre otras. Y también de prestigiosos restaurantes, como La Sonnámbula o La Emiliana, que ofrecían
las mejores especialidades de la cocina italiana, novedosa por entonces.
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Si bien a partir de 1880 fue mayor el arribo de italianos, ya en 1870 eran 80.000 los inmigrantes de ese país. El censo realizado
en 1898 indicó que en la Argentina había un millón de italianos, es decir, el 25 por ciento de la población, mientras que un
tercio del resto eran argentinos descendientes de italianos.
Matías Cohen
Resulta indudable que la gran afluencia de inmigrantes que se produjo en la Argentina, hacia fines del siglo
XIX y con posterioridad, como consecuencia de la Guerra Mundial de 1914, influyó de modo determinante en
diversos aspectos de la sociedad argentina, provocando cambios insoslayables. Nos referimos a la
tecnología, a las profesiones, a los oficios, a la cultura. Aludiremos, dentro de esta última faceta, a la gran
influencia italiana y, particularmente, al impacto social, al costumbrismo y al idioma, que de ella derivó. La
inmigración italiana, con sus bártulos llenos sólo de sueños y esperanzas, modificó el paisaje humano en
ambas orillas del Plata.
En el sainete, esa obra teatral tan en boga a principios del siglo XX en los teatros de la Buenos Aires en
expansión, no faltaba el “tano”, gritón, barullero, con su media lengua (evidentemente le costaba adecuarse a
la lengua española, especialmente en la pronunciación de la “j” que mantenía como “q”), que dio lugar a una
especie de sub lengua que devino en el “cocoliche”, convertido, además, en un personaje de habla, mitad
italiana, mitad española, aunque no, del idioma italiano puro, académico, sino de dialectos regionales,
napolitano, genovés, siciliano, etc. Resultaba difícil comprender ese lenguaje, pero el argentino nativo, que ya
se vislumbraba como “canchero” y “piola”, lo introdujo en los sainetes para dar la nota de color y humor,
objetivos ampliamente logrados. No olvidemos que en cada sainete, junto a otros tangos, se estrenaba uno,
que sería el tema principal de la obra, el cual, al ser repetido y cantado por el o la estribillista de turno, lo
convertía en un éxito, pues el público salía del teatro, con un tarareo o silbido de esa nueva melodía, en sus
labios.
En el cúmulo de inmigrantes italianos, llegó, afortunadamente, una gran cantidad de músicos, algunos de
formación académica, de conservatorio. Otros, los intuitivos u “orejeros”, que sin saber interpretar la música
pautada en el pentagrama, tenían una gran habilidad natural para expresarse en sus respectivos
instrumentos.
Amleto Vergiatti, más conocido como Julián Centeya, fue autor de libros y de letras de tango en los que volcó
un sentimiento muy profundo y “porteño”. Luis C. Amadori, de Pescara, autor de tangos y cineasta. Mario
Battistella, poeta, nacido en Verona, dejaron su aporte al tango.
También los cantantes, demostraron su adaptación y su amor por nuestra música ciudadana, Ignacio Corsini,
Siciliano, Alberto Marino (A. Marinaro) nacido en Verona, Alberto Morán (Remo Recagno) proveniente de
Streve.
Fueron hijos de italianos, Armando y Enrique Santos Discépolo (su padre, Santo, fue director de bandas y
compositor); Vicente Greco, Ernesto Ponzio, el bahiense Augusto P. Berto, Pascual Contursi, Roberto Firpo,
Juan Maglio “Pacho”, Francisco Canaro, Francisco Lomuto, los hermanos De Caro, Carlos Di Sarli, Juan
D´Arienzo, Astor Piazzolla, Pedro Maffia, Jorge Casal (S.Pappalardo), Ricardo Tanturi, por mencionar sólo
algunos...
¿Quedan, acaso, dudas sobre el origen de estos hombres dedicados con pasión al tango?
Enrique M.Francini, Osvaldo Pugliese, Homero Manzi (Manzione Prestera), Federico Scorticatti, Rodolfo
Biaggi, Osvaldo Ruggiero, Alfredo de Ángelis, Ángel D´Agostino,... pero la nómina no se agota.
Nuestro medio, Punta Alta, fue también, receptora de esa onda inmigratoria. Aquí recibimos a Vicente
Avagnale, “el gordo”, bandoneonista considerado un pionero, pues a mediados de la década del 20, formó un
sexteto con músicos de nivel.
Egidio Mazzini, es recordado por quienes tuvieron la ocasión y fortuna de oír sus interpretaciones en el Cine
Bar La Marina, acompañando desde su piano, con gran soltura y picardía, a las películas mudas. Su hijo
Antonio, llegado de la Península siendo un bebé, formó una de las agrupaciones más cotizadas de esta zona,
la Orquesta Antonio Mazzini.
José Antinori “el tano Antinori”, bandoneonista, director y profesor, quien también ocupó una banca en el
Concejo Deliberante por el Partido Conservador, por los años 50.
Los poetas
El tema del desarraigo fue quizás el “leitmotiv” de los versos acuñados en tangos. En “La cantina”, Cátulo
Castillo expresa:
Las expuestas, son sólo algunas de las innumerables alusiones tangueras al inmigrante italiano.
El Lunfardo
El término “lunfardo”, proviene del italiano, “lombardo”, (ladrón, por extensión, el habla de la gente del
arrabal). Gran parte del vocabulario lunfardo empleado en los tangos, se originó en el idioma italiano y sus
distintos dialectos; tenemos, así:
Del genovés: acamalar (guardar), bacán (hombre que explota a una mujer), bagayo (bulto), berretín
(capricho), cazote (golpe), crepar (morir), embrocar (dar en el blanco), pelandrún (haragán), etc.
Del napolitano: escashato (deteriorado), arranyar (arreglarse), etc.
Del piamontés: linyera (vago, sin ocupación), farabute (irresponsable, vividor), etc.
Del siciliano: laburante (trabajador), fiaca (pereza), urso (persona corpulenta), etc.
Todos los aspectos enunciados conforman, en una recorrida por nuestro tango, que es la expresión popular y
demostrativa de nuestra idiosincrasia, una visualización del predominio del italiano en este aspecto de la
cultura.
ITALIANOS
ESPAÑOLES
Pese a su número merecieron menos atención ya que no significaban ninguna
novedad entre nuestras etnias constitutivas.
Los gobiernos españoles no dejaban partir a sus connacionales.
Tres millones y medio de españoles, en su mayoría gallegos, cruzaron el mar en la
gran migración. Ya contaban con los vascos, pastores y lecheros, arribados en el
siglo XIX.
Estos dos grupos iniciales son importantes, porque establecieron lo que se ha
dado en llamar la cadena migratoria.
Un millón y medio de españoles eligieron nuestro país para migrar.
Mayoritariamente eran campesinos, ejercieron la agricultura y otros se ubicaron en
servicios. Se ocuparon, particularmente, como mozos de cafés y restaurantes y
guardias de tranvías. En 1914 la décima parte de la población era española.
Cientos de vascos eran traídos en barcos, con la seguridad de encontrar un mundo
diferente. Y no fueron defraudados ya que se los estableció proporcionándoles
parcelas de campos y haciendas para ayudarlos a labrarse un porvenir cierto.
BRITÁNICOS
Los galeses
Desembarcaron en Puerto Madryn en 1865. La Patagonia era, por entonces, un
territorio semidesértico, sin autoridades administrativas estables y carencia total
de atención sanitaria y escolar. Allí habitaban los indígenas tehuelches. En las
nuevas colonias, europeos e indígenas establecieron provechosas relaciones. Los
tehuelches enseñaron a los galeses a cazar y pescar cuando las primeras
cosechas no fueron suficientes para mantenerlos y los proveyeron de caballos.
Los galeses, por su parte, les proveyeron los artículos que necesitaban. En 1880, el
Ejército procedió a ocupar el territorio patogénico y combatir al indígena.
Las colonias galesas gozaron de privilegios otorgados por el Estado argentino,
como el de tener su propio gobierno elegido libremente y su propio sistema de
justicia.
Con el tiempo, consiguieron prosperar, editaron libros y periódicos en su lengua.
Algunos prefirieron ir a poblar otras provincias patagónicas
Con la llegada de italianos y españoles proliferaron los matrimonios de jóvenes
con integrantes de otros grupos étnicos y la individualidad fue diluyéndose. No
obstante, los más viejos aún se expresan en galés y persisten las influencias
culturales, desde el culto a la música y la poesía hasta la célebre torta galesa. Sus
huellas perduran en algunas designaciones galesas como Trelew, Trevelin o
Dolabon.
ALEMANES
Entre los inmigrantes de esta nacionalidad se destacan los llamados Alemanes del
Volga.
Son alemanes sacados por la zarina Catalina la Grande para colonizar el Volga
meridional en el siglo XVIII. Ejercieron obligadamente la agricultura, conservaron
distintas confesiones religiosas (católica, evangélica, menonita) así como su
lengua y buena parte de su acervo cultural.
En busca de lugares más favorables partieron hacia Argentina creando dos
grandes colonias: Colonia Hinojo en el Partido de Olavarría (Bs.As.) y General
Alvear (Entre Ríos).
La arquitectura alemana se revela en la edificación de la zona, donde es frecuente
encontrar cúpulas en forma de cebolla.
Desde los grupo iniciales, la presencia alemana fue expandiéndose hasta La
Pampa, Santa Fe, Chaco y Misiones.
ÁRABES
JUDIOS
Los judíos llegaron al país organizados gracias a la obra del barón Mauricio de
Hirsch, que consiguió sacarlos de Rusia, donde sus vidas no estaban garantizadas,
e instarlos en colonias agrícolas, la primera de las cuales fue Moisesville.
En Santa Fe y Entre Ríos prosperaron esos que Gerchunoff bautizó como los
gauchos judíos.
Trabajaron también como artesanos (en el estereotipo popular, como sastres) y
comerciantes. Muy preocupados por la educación utilizaron las facilidades de
nuestro sistema educativo para destacarse como profesionales, científicos y
artistas.
Al original destino agrícola siguió la migración hacia las ciudades, itinerario común
de nuestros campesinos. Allí se dedicaron al comercio y a la industria.
En general, los oriundos de Damasco y Alepo se ubicaron en el barrio porteño del
Once, dedicados a la confección y comercio de textiles.
Tita Merello(1904 - 2003) Tita nació en 1904 en uno de los barrios más
emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires. Su verdadero nombre fue Laura Ana Merello. Es una de las
cantantes y actrices más recordadas de la Argentina.
Tita Merello fue criada en un orfanato pero no recibió educación formal. Desde pequeña tuvo
necesidad de trabajar (en un campo), aunque para la edad de 15 años retornó a Buenos Aires. Allí
hizo todo lo posible para mantenerse económicamente.
Su primer trabajo en la ciudad fue como corista en un teatro de bajo nivel de la zona portuaria, el
“Teatro Bataclán”. Vale comentar que en el lenguaje lunfardo, la palabra bataclana se refiere a
mujeres de mal ambiente, vedettes relegadas casi consideradas de la prostitución. Tita comenzó a
cantar tango en el Teatro Bataclán. Allí comenzó esta leyenda, con su inigualable perfil arrabalero. Su
estilo se caracterizó desde siempre por su especial interpretación del tango, desde lo físico hasta lo
emocional.
Esta artista confesó, sin empacho alguno, que su vocación surgió más fuertemente por la necesidad
de dejar la vida de miseria en la que estaba envuelta. Cuando su carrera comenzaba a tomar algo de
vuelo, a sus 20 años, aprendió todo lo que necesitaba para triunfar. Desde leer y escribir hasta el arte
del baile, dominando su cuerpo, que siempre tuvo una gracia y un talento notable.
Tita Merello se convierte en estrella del espectáculo
Desde el ambiente mediocre y decadente de la zona portuaria, Tita Merello llegó a destacarse,
superarse y ser una gran estrella del Teatro Maipo, donde estaban los espectáculos de revista más
importante de Argentina.
En la segunda mitad de la década de 1920, Tita Merello grabó sus primeros discos de Tango. Y en la
década siguiente demostró toda su calidad y la flexibilidad de sus talentos, convirtiéndose en
periodista de la revista Voces y escribiendo letras de Tango. Incluso escribió crónicas y poemas.
Muchos años más tarde, en 1972, llegaría un particular libro, una autobiografía tan singular como
Tita. El libro se titulóLa calle y yo.
En la mitad de su vida, Tita llegó a una encrucijada: la dictadura militar cercenó a la artista. Estuvo en
lugares poco atractivos del interior del país cantando “casi a escondidas”. El regreso de la democracia
le valió un resurgimiento, como a tantos otros artistas argentinos.
A sus 60 años de edad, la salud de la estrella ya no era la misma. Tita Merello se alejó de la vida
pública, aunque solo en forma gráfica... Incursionó en la radiofonía, manteniendo siempre una cálida
comunicación con el público que tantas satisfacciones le dio. El programa radial era un recorrido por
su vida, a lo que se agregaba siempre entrevistas a otras celebridades queridas por el público
argentino.
11 de octubre1904
Nace en Buenos Aires Ana Laura Merello, más conocida como Tita Merello o "la arrabalera". Fue
contemporánea de los cancionistas de la década del '20. Gran intérprete del tango, actuó también en cine
y en teatro. Falleció en Buenos Aires el 24 de diciembre de 2002.
17 de octubre 1945
Día de la Lealtad, en memoria del movimiento popular que permitió la liberación y el reintegro al poder
de Juan Domingo Perón.
2004
Día Nacional del Derecho a la Identidad 22 de octubre 2004
Fecha establecida para conmemorar la lucha emprendida por Abuelas de Plaza de Mayo.
1938 25 de octubre
Muere en Mar del Plata (provincia de Buenos Aires), en la playa La Perla, la poetisa y autora
teatral Alfonsina Storni, autora de "Languidez" y de "Ocre, Mascarilla y trébol", entre otras obras. Nació
en Sala Capriasco (Cantón Tesino, Suiza) el 29 de mayo de 1892.
CONMEMORACIONES
Ley 26.001
Establécese el día 22 de octubre de cada año como Día Nacional del Derecho a la Identidad, para
conmemorar la lucha emprendida por Abuelas de Plaza de Mayo.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.sancionan con fuerza
de Ley:
ARTICULO 1° — Establécese el día 22 de octubre de cada año como Día Nacional del Derecho a la
Identidad, en conmemoración al inicio de la lucha emprendida por Abuelas de Plaza de Mayo.
ARTICULO 3° — Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente.