Sei sulla pagina 1di 4

MARCO TEORICO

Discriminación
El siglo XX se ha caracterizado, entre otras cosas, por albergar las formas más
cruentas de discriminación, y ahora en los albores del siglo XXI la discriminación es
considerada como una de las violaciones más flagrantes de los derechos humanos.
Esto no es casual, la complejidad de nuestro medio social y la violencia que se agudiza
cada día más, ha dado lugar a la discriminación que en su sentido más elemental, no
es más que el daño ejercido sobre las personas por parte de otros seres humanos.
La violencia es, históricamente, un fenómeno humano, una situación difusa que se
encuentra vinculada a casi todos los aspectos de las relaciones humanas. Sólo el hombre
es quien puede ejercer violencia contra sí mismo y contra los otros. Sólo él es capaz de
destruirse, de eliminarse, incluso, de justificar la violencia que ejerce en contra de los
demás. Muchas veces el hombre para afirmarse a sí recurre a la violencia negando al
otro, excluyéndolo, y por lo tanto, violentándolo. Unas veces amparándose en la
legalidad, en la costumbre y en la moral, otras utilizando instrumentos que multiplican la
potencialidad de dominio. Dentro de la complejidad de nuestra situación actual y en la
esfera de la violencia, se presenta una violencia que opera ciegamente, que pervierte la
condición humana y el ámbito de la interrelación entre los hombres, es una forma de
decadencia social que hasta hoy se le ha dado la categoría de amenazante, pero también
es una indigencia del corazón humano que se ha convertido en una hostilidad e
indiferencia tajante frente a los demás hombres, que en su caso extremo, es la búsqueda
de la negación del otro, desde la antecámara de la vejación y de la marginación. Violencia
que deliberadamente causa daño tanto físico, psicológico, moral al otro.
Esta violencia tiene su nombre: la discriminación, que es ante todo un fenómeno social,
una situación de exclusión, de no reconocimiento, pero también, es el resultado de la
indiferencia moral hacia el otro, que en su grado extremo, es más bien, el odio al otro,
al que es diferente, al desconocido, al marginal, al que viene de otra parte, etc.
El asunto de la discriminación, en tanto fenómeno social dinámico, es un tema de gran
complejidad que merece ser analizado de forma holística, su naturaleza,
manifestaciones y proyección hacen indispensable abordarlo ampliamente, ya que su
ominosa presencia genera una problemática particularmente complicada, lacerante y
de honda repercusión en el tejido social.
Por otra parte, podemos considerar que la discriminación en sentido estricto, se
materializa cuando a la vulneración del principio de igualdad se suma un elemento de
corte negativo empleado en perjuicio de ciertos grupos humanos, ya sea porque esté
basado en alguna peculiaridad de una persona que la distingue de otras, con la
intención de causar un tratamiento arbitrario.
El hecho discriminatorio surge durante la interacción entre distintos grupos sociales y
obedece al rechazo de los demás, basado en el prejuicio que se focaliza hacia cierta
particularidad del otro. La discriminación contra una persona o grupo tiende a una
diferenciación injusta porque se mezcla con actos violentos y arbitrariedad, a veces
constantes en el tiempo; así, un ser humano puede enfrentar tratos discriminatorios por
ser pobre, por no tener educación formal, por tener algún tipo de discapacidad, o por su
orientación sexual.
Las actitudes discriminatorias son aprendidas. Esta afirmación es particularmente
relevante y es corroborada por diversas evidencias, las que muestran un escenario en
el que niños, niñas y adolescentes van incorporando opiniones y actitudes de
discriminación hacia los grupos sociales que tradicionalmente son marginados y
excluidos.
Consecuencias de la discriminación en la escuela

"Alrededor de un 30 por ciento de los niños, niñas y adolescentes en edad escolar en


América latina afirma haber vivido situaciones de violencia en la escuela, tanto en forma
de agresiones físicas como burlas por distintos motivos", afirma el estudio "Las violencias
en el espacio escolar", documentado por la Cepal y Unicef. También advierte que estas
situaciones que se expresan en peleas, intimidaciones, acoso, entre otras, influyen en el
rendimiento académico y en las trayectorias escolares. El trabajo fue publicado por la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Oficina Regional de
Unicef. Para su desarrollo analiza los resultados educativos del Tercer Estudio Regional
Comparativo y Explicativo (Terce), realizado por la Unesco en 2013. En tanto que para
abordar el tema de la violencia en la educación primaria, el documento analizó datos de
15 países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua, México, Paraguay, Panamá, Perú, República
Dominicana y Uruguay.

Los resultados generales de esta medición indican que, en la mayoría de estos países,
los ambientes de mayor violencia en el entorno de la escuela constituyen uno de los
factores asociados a un menor rendimiento académico entre los y las estudiantes.
Asimismo, la violencia en la escuela tiene impacto sobre la trayectoria escolar. En tanto
que puede manifestarse como intimidación, violencia sexual o basada en el género,
acoso sexual, peleas entre pares en el patio de la escuela, violencia pandillera, agresión
con armas y discriminación por condición económica o condición étnica/racial.

"Los contextos de violencia que sufren los estudiantes en la escuela son muy
preocupantes en cuanto a sus diversos efectos en el proceso de aprendizaje. Diversos
estudios plantean que la exposición a distintas formas de violencia en el contexto escolar
lleva al ausentismo, al abandono escolar, a la falta de motivación académica y peor
desempeño escolar", señala la publicación.
a lucha contra la discriminación se debe de hacer cambiando los paradigmas en los
que nos basamos para convivir con los alumnos, padres de familia, directivos, etc., de
manera que logremos una transformación en las formas de relacionarnos y
comunicarnos, haciéndolo de manera respetuosa e inclusiva
Comunidad LGBT y la discriminación laboral y educativa
la diversidad sexual se refiere al infinito abanico de posibilidades que se da en la
vivencia del ser sexuado, que no sólo abarca en plural las orientaciones del deseo y las
prácticas sexuales (homosexualidades, bisexualidades, heterosexualidades,
transexualidad) sino también a la re/construcción de las identidades sexuales
(femineidades y masculinidades). Hablar de diversidad sexual es cuestionar los
modelos únicos y aparentemente estáticos que ofrece el sistema de género, implica
abrir los ojos a la riqueza de expresiones de la vivencia de la identidad, los procesos
del cuerpo, deseos, prácticas y relaciones.
De una diversidad sexual poco reconocida por la sociedad y específicamente por los
jóvenes en contexto escolar, surge la homofobia que coarta la identidad de la juventud
LGTB, lo que puede conllevar a procesos de falta de autoestima y comportamientos
autodestructivos. El bullying de género y homófobo es el rechazo físico, verbal y el
acoso continuado que algunas personas sufren en los centros educativos e que
producen una situación permanente de victimización que no está teniendo en muchas
ocasiones respuesta por parte del sistema educativo, ni apoyo por parte del entorno
familiar. Esta victimización potencia una baja autoestima, aislamiento, ansiedad,
fracaso escolar, depresión e ideas de suicidio. El impacto de la homofobia en el
bienestar, mental y físico, de las/los jóvenes implica estragos que trascienden en
muchos casos la juventud.
Algunos sexólogos, antropólogos y médicos han señalado que existe el bullying por
homofobia en las escuelas mexicanas. Sin embargo, el concepto ha sido puesto en
duda por otros investigadores ante la pregunta de cuándo una persona gay se asume
realmente como tal.
El problema resulta complejo de detectar ya que las víctimas lo niegan para evitar ser
reprendidas por sus padres y maestros porque al exponer la causa del abuso se ven
forzadas a “salir del clóset”.
En torno a esta denominación, Pardo señaló que “no se le debe denominar
propiamente como bullying sino como discriminación”. Descartó también que esté
presente el fenómeno de la homofobia pues lo que se suscita es un “desequilibrio de
fuerzas” en el que la víctima no se defiende de su victimario por sentirse en condición
de vulnerabilidad.
Se realizó un estudio para medir la tolerancia hacia la homosexualidad de los
estudiantes universitarios en la ciudad de México en 1999, los resultados del estudio
mencionan que en cuestión de género, uno de los elementos más importantes: las
mujeres son mucho más tolerantes que los hombres (González, 1999). La diferencia de
actitud está relacionada con el género, en México hay una visión de que el hombre
tiene que ser activo y trabajador y la mujer ser pasiva y permanecer en el hogar.
La escuela, uno de los primeros espacios de socialización en la que los seres humanos
enfrentan la vida, tristemente se convierte también, de manera muy temprana, en un
espacio de expansión del prejuicio, el rechazo y la exclusión a manos de individuos,
representantes de instituciones y algunos colectivos.
.

Potrebbero piacerti anche