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CLASE 1

EL DERECHO HUMANO A LA COMUNICACIÓN

“Existe discriminación hacia los jóvenes y niños al excluirnos para opinar sobre temas
relacionados con la actualidad, siendo testigos de lo que pasa y, en muchas
oportunidades, protagonistas. Somos excluidos y todo esto por ser menores de edad.
¿Acaso no es importante nuestra opinión? Participar es un derecho que todos
tenemos. Sin embargo, no hay gran participación de nosotros en entrevistas, noticias e
incluso en opiniones.”
Colegio Secundario Presidente Arturo Illia; Santa Rosa, La Pampa. Audiencias
Públicas 2014

Para comenzar nos preguntamos: ¿Qué entendemos por comunicación? La


comunicación es un proceso en el que intervienen personas, grupos, instituciones que
generan ideas, establecen acuerdos y desacuerdos; en definitiva, construyen sentidos.
No es simplemente un “ida y vuelta”, sino que implica una construcción en la que
siempre hay intercambio y negociación. En ese proceso se ponen en juego (se
expresan, debaten, disputan) intereses y formas de ver el mundo. Por ejemplo, si
alguien se pregunta “¿Qué es ser joven?”, ¿cuántas respuestas posibles existirían?
¿Alguna sería más correcta que otra? ¿Habría contradicciones entre ellas?
Comunicar supone que diversas formas de ver el mundo puedan encontrarse y que
puedan formularse otras nuevas. Esas diferentes formas de ver el mundo se ponen en
juego en la comunicación: es la dimensión de la producción y disputa social de
sentidos y también donde esos sentidos pueden transformarse. Por ejemplo, las
formas de ser niños o niñas, o de pensar las escuelas o los barrios, las ideas sobre
qué es el éxito, o la felicidad, o la participación política. Todas estas ideas han
cambiado con el tiempo, y seguirán cambiando.
Específicamente, los medios de comunicación ocupan un lugar privilegiado en la
construcción de estas formas de ver. Las imágenes que nos ofrecen los medios de
comunicación organizan y ordenan en gran medida nuestra concepción del mundo.
Vivimos en sociedades mediatizadas, es decir, que todas las dimensiones de la
sociedad se estructuran en relación a los medios de comunicación. Por eso es
fundamental que la comunicación sea garantizada como un derecho
humano inalienable que tenemos de acceder y/o dar información diversa y plural y de
expresar nuestras ideas y opiniones libremente, sin ningún tipo de censura. Está
reconocido en la Constitución Nacional, declaraciones, pactos y tratados
internacionales, entre ellos, en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la
Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea de las Naciones
Unidas en 1989.
El derecho a la comunicación se ejerce de numerosas formas y en distintos espacios,
pero los medios de comunicación audiovisual tienen un lugar central. ¿Cómo nos
enteramos de las cosas que pasan en cada provincia, en el país, en el mundo?
Seguramente, a través de los medios de comunicación y con esa información nos
relacionamos y tomamos decisiones.
A través del ejercicio del derecho a la comunicación podemos conocer, reclamar y
visibilizar la vulneración de otros derechos, como el acceso a la educación, a la salud,
a una vivienda digna, al trabajo, a la participación política. La posibilidad de acceder a
información variada es esencial para garantizar el respeto de nuestros derechos: no es
posible reclamar un derecho que no sabemos que tenemos. Para poder participar e
involucrarnos en los problemas que nos afectan a diario, para exigir respuestas a
quienes corresponda, para pensar y proponer soluciones, es necesario contar con
información. Si chicos y chicas no tienen información sobre el derecho a organizar un
Centro de Estudiantes en la escuela, por ejemplo, y que sea reconocido como un
órgano democrático de representación estudiantil, difícil será que puedan ejercerlo. O
si desconocen cuáles son sus derechos si son detenidos por la policía, no podrán
reclamar frente a situaciones injustas.
Los medios son fundamentales para que podamos informarnos. Pero esa información
tiene que ser variada y responder a diferentes opiniones, para permitir que cada uno
se forme su propio punto de vista sin condicionamientos.
El ejercicio del derecho a la comunicación también implica la posibilidad que tenemos
de difundir nuestras voces a través de los medios de comunicación, de contar con
espacios para decir lo que pensamos, para expresar nuestra visión del mundo, para
contribuir a generar una información plural. Espacios donde podamos visibilizar,
ejercer y reclamar por nuestros derechos.
Además, tenemos derecho a conocer qué piensan otras personas. En la construcción
de sentidos sociales que mencionábamos al comenzar decíamos que implica
consensos y negociaciones, diálogos y disputas mediadas por relaciones de poder.
Una sociedad en la que sólo accedemos a pocas opiniones, informaciones y versiones
de los acontecimientos es una sociedad más pobre, con menos capacidad para tomar
decisiones. Entonces el derecho a la comunicación no solo incluye el derecho
individual a poder decir lo que cada ciudadano o ciudadana quiera y a acceder a la
información que necesita, sino también el derecho colectivo a que todos y todas
podamos acceder plenamente a lo que piensan los y las demás. A esto nos referimos
cuando hablamos de la doble dimensión del derecho a la comunicación: una
dimensión individual y una colectiva.

En síntesis, ¿de qué se trata el derecho a la comunicación?

Es el derecho a:
• Informar y estar informado
• Opinar
• Hacer preguntas y responderlas
• Participar
• Intercambiar ideas
• Reunirse, juntarse, encontrarse
• Acceder a las opiniones de todos y todas

Tratados, leyes y convenciones


La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y las leyes a las que se refiere
directa e indirectamente en su articulado, como la Convención Internacional de los
Derechos del Niño y la Ley de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes, protegen los derechos comunicacionales de las audiencias y
especialmente los derechos de los chicos y chicas.
Promueven su participación como receptores críticos y como protagonistas y
productores de mensajes en los medios de comunicación.
Es importante, entonces, que los chicos y chicas conozcan y reflexionen sobre sus
derechos para poder ejercer su ciudadanía comunicacional y reclamar en el caso de
que esos derechos sean vulnerados.
La Convención sobre los Derechos del Niño es un tratado internacional aprobado
por Argentina e incorporado a la Constitución Nacional en la reforma de 1994.
Este y otros protocolos complementarios promueven que los gobiernos y comunidades
de todo el mundo asuman nuevos parámetros para entender y definir políticas en torno
a las infancias y las juventudes.
Aquí puede leerse:
http://defensadelpublico.gob.ar/la-convencion-de-los-derechos-de-ninos-ninas-y-
adolescentes/
La Ley de Educación Nacional propone en el capítulo referido a la educación
primaria y específicamente en el artículo 27, “generar las condiciones pedagógicas
para el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así
como para la producción y recepción crítica de los discursos mediáticos”. Para la
educación secundaria, la ley dispone en el artículo 30 “desarrollar las capacidades
necesarias para la comprensión y utilización inteligente y crítica de los lenguajes
producidos en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación”.
En 2005 se sancionó la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas,
Niños y Adolescentes que ajusta la legislación de nuestro país a la Convención. Esta
ley introduce un aspecto central en cuanto a participación pública, acción constitutiva
de la ciudadanía. Garantiza el derecho de niños, niñas y adolescentes a la libertad, a
participar, a asociarse, a dar su opinión en las cosas que afectan su vida y a que esa
opinión sea tenida en cuenta.

LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES COMO SUJETOS DE DERECHOS


COMUNICACIONALES

“Que nos sea dado un espacio de expresión para los jóvenes donde podamos contar
desde nuestra perspectiva la realidad, sin intérpretes. Porque siempre los mayores
hablan por nosotros, hablan algunas cosas que ni saben. (…) Queremos que haya
noticias equilibradas alrededor de los jóvenes; no la reiteración y exposición masiva de
aquellas noticias donde los jóvenes somos protagonistas o víctimas de un hecho de
violencia.”
Mesa Abierta de Centros de Estudiantes del Valle de Paravachasca; Ciudad de
Córdoba. Audiencias Públicas 2014

Los niños, niñas y adolescentes interactúan constantemente con los medios


audiovisuales. La tele en mayor medida, y en muchos casos la radio, constituyen
actores fundamentales en sus vidas para entretenerse, informarse, educarse. Para
acercarse a la relación que establecen chicas y chicos con los medios en esta clase
les proponemos ver un video de Canal Encuentro en el que distintos especialistas
reflexionan sobre este vínculo.
Para profundizar sobre los consumos culturales de los y las jóvenes, invitamos a
revisar los datos de dos encuestas. Por un lado, aquellos relevados en la Encuesta
nacional de consumos culturales sobre música, videojuegos, internet, televisión, cine,
radio, libros, teatro, etc. Para ingresar, hacer click acá. Por otra parte, la encuesta a
1100 adolescentes entre 13 y 17 años sobre consumo de medios como Internet, redes
sociales, radio, TV y medios gráficos, realizada por UNICEF Argentina en noviembre
de 2011. Para ingresar, hacer click acá.
Luego de estas lecturas y miradas, nos preguntamos: ¿qué lugar reservan los medios
a la niñez y la adolescencia? ¿Los chicos y chicas son convocados como fuentes de
información? ¿Tienen un lugar de protagonismo en los temas que los convocan?
¿Vinculados a qué temáticas aparecen en la tele y en la radio? ¿Hay programación
que las y los tenga como destinatarios? ¿Los niños, niñas y adolescentes que
aparecen en la tele circulan por entornos conocidos por los chicos y chicas de nuestro
país? ¿Realizan actividades con las que se identifiquen?
Por ahora, diremos que muchos estudios demuestran que la agenda de los medios no
tiene entre sus prioridades los temas que preocupan y afectan a los chicos y chicas.
En nuestras sociedades adultocéntricas, donde la relación que se establece entre las
personas adultas y los niños, niñas y adolescentes es asimétrica, su voz pocas veces
está presente, ni siquiera en aquellos asuntos que los tienen como protagonistas. Son
muy escasos los espacios donde pueden expresar públicamente sus opiniones,
cuestionamientos, necesidades, deseos. Se habla en su nombre y sobre ellos, pero en
contadas ocasiones se constituyen en enunciadores de los temas que los convocan.
“Qué es noticia en los noticieros” - La construcción de la información en los
programas noticiosos de los canales de aire de la ciudad de Buenos Aires
Desde el año 2013 la Defensoría del Público realiza estudios para monitorear qué es
noticia en los noticieros de alcance nacional producidos en Buenos Aires.
Estos análisis recogen información cuantitativa y cualitativa sobre una muestra de
programas noticiosos emitidos por los canales de aire de gestión pública y privada de
Ciudad de Buenos Aires (Canal 13, Telefé, América, Televisión Pública y Canal 9). Un
equipo de la Defensoría analiza todas las emisiones (mañana, mediodía, noche y
medianoche) de los noticieros de los cinco canales durante una semana, cada dos
meses. La pregunta que orienta el estudio es “¿qué es noticia en los noticieros?”.
Aunque la investigación se realiza también en algunas provincias presentamos los
datos de Buenos Aires por ser estos canales los que se retrasmiten en la mayor parte
del territorio nacional y los que más peso tienen en la construcción de las agendas
informativas de todo el país.
Veamos algunos datos que nos permiten visualizar cómo los medios de comunicación
audiovisual contribuyen a la producción y reproducción de representaciones sobre los
niños, niñas y adolescentes. Compartimos algunos de los resultados arrojados por los
estudios del 2014, 2015 y 2016.
En 2014 se analizaron un total de 14.528 noticias. De este total solo 634 refieren de
algún modo a chicos y chicas de las cuales 412 (2 de cada 3 noticias) están
vinculadas a temáticas policiales e “inseguridad”.
Durante 2015 se analizaron un total de 14.375 noticias, que equivalen a 544 horas.
¿Cómo les parece que los noticieros representan a la niñez y la adolescencia?
El monitoreo arroja los siguientes resultados y conclusiones:
· Marginalidad de la niñez y adolescencia como tópico: Del total de la noticias
analizadas, solo 510 refieren a niñas, niños y adolescentes y 1 de cada 2 están
vinculadas a temáticas policiales. En un año electoral, la juventud no fue representada
como actor político ni como sujeto vinculado con políticas públicas.
· Marginalidad de la palabra: En solo 13 noticias los niños, niñas y adolescentes
fueron tomados como fuente de información, consultados como interlocutores válidos
sobre un tema abordado.
· Marginalidad geográfica: Las infancias y adolescencias de siete provincias
nunca fueron noticia. La totalidad de las noticias sobre niños y adolescentes de seis
provincias estuvieron vinculadas con temáticas policiales.
En 2016 el corpus de noticias analizadas fue de 17.187. Solo 472 refieren como tópico
principal o secundario a niñas, niños y adolescentes, de las cuales 228 noticias
(el 48,3 %) estuvieron vinculadas a temáticas de policiales e “inseguridad”, como
víctimas o como victimarios. Además, solo 47 noticias tomaron como fuente a chicas,
chicos y adolescentes y en temas que no atañen a sus derechos.
Estos tres estudios nos permiten confirmar una tendencia a la criminalización,
invisibilidad y silenciamiento de la niñez y la adolescencia en estos medios
masivos de comunicación.

Datos extraídos de “Monitoreos de Programas Noticiosos de Canales de Aire de la


Ciudad de Buenos Aires“, elaborado por la Defensoría del Público de Servicios de
Comunicación Audiovisual. 2014, 2015 y 2016.
Pueden acceder a más información sobre los Monitoreos de programas noticiosos
realizados por la Defensoría del Público aquí

Garantizar el derecho a comunicación de niñas, niños y adolescentes es un modo de revertir


actitudes adultocéntricas. Una sociedad adultocéntrica es aquella en la que las relaciones de
poder entre diferentes grupos de edad no son igualitarias sino que están jerarquizadas. De
acuerdo a esta concepción, tener más edad equivale a gozar de más privilegios. Los niños, niñas
y adolescentes son concebidos como sujetos incompletos, inacabados, carentes, que deben
cumplimentar determinadas etapas para alcanzar el ideal: la adultez. Esta visión del mundo es
complementaria del patriarcado, un tipo de orden social que se caracteriza por relaciones de
dominación establecidas por los hombres sobre las mujeres. Este modo de organización social,
somete a las mujeres por razones de género y a los niños, niñas y adolescentes por razones de
edad. Las niñas y las adolescentes, en este contexto, son doblemente sometidas.
¿Y cómo se muestra a los chicos y a las chicas cuando aparecen en los medios
audiovisuales? En general se los representa de manera estereotipada y
estigmatizadora. La mayoría de las producciones mediáticas conciben e interpelan a la
niñez y a la adolescencia en tanto consumidores o vinculados a la violencia y/o al
delito. El mercado les ofrece a diario infinidad de productos y servicios a través de la
publicidad, en las que son convocados como objetos y sujetos de consumo.
Los medios como actores centrales en el ejercicio del derecho a la
comunicación
Los medios de comunicación no funcionan como ventanas transparentes que nos
ponen en contacto con la realidad sino que nos ofrecen selecciones o recortes; nos
muestran algunos aspectos de los hechos y no otros, desde ciertos enfoques y no
otros.
Sabemos que la tele, y la radio también, tienen protagonismo en la vida cotidiana de
chicos y chicas. Y ese protagonismo va mucho más allá de los programas en sí
mismos. La televisión no interrumpe la vida sino que es una parte más del paisaje del
hogar, vive en los juegos, conversaciones, opiniones, deseos, modos de vestir, de
moverse o de hablar de chicos y chicas. Dispara preguntas, funda intereses, motiva
preocupaciones, gustos y preferencias en el presente y también hacia el futuro.
A través de un documental sobre dinosaurios, una serie animada de historia de
nuestro país o la receta de un postre, los chicos y las chicas aprenden sobre esos
temas. Pero, además, con los medios de comunicación también experimentan
maneras de hacer: desde la resolución de un conflicto, la relación entre pares o el
vínculo con sus padres, incluso sin percibirlo claramente.
La televisión y la radio son -junto a los medios digitales, por ejemplo- un espacio de
socialización para la infancia como la familia y la escuela. Y allí reside su importancia.
La relación entre niñas, niños y adolescentes y los medios de comunicación no
siempre es vista con buenos ojos: en diferentes momentos se los consideró peligrosos
y nocivos para la infancia y la juventud. Una reacción generalizada fue ignorarlos o
resistirlos en los espacios de formación o en instituciones como las escuelas. Proteger
los valores, la cultura, la infancia eran algunos de los fundamentos de las actitudes
defensivas frente a los medios de comunicación.
Aquí intentamos pensar a los medios no desde un lugar atemorizante o demonizante
sino como como actores fundamentales para la vida de nuestras sociedades, sobre
todo para niños, niñas y adolescentes. Es por esto que nos resulta importante
preguntarnos: ¿Qué hacen los chicos y chicas con aquello que ven o escuchan?
¿Cómo creen ustedes que se pone en juego esa información cuándo se relacionan
con sus pares? ¿Qué piensan que esperan ellos y ellas de la tele?
Adelantamos algunas posibles respuestas: los medios de comunicación no tienen
efectos ilimitados en quienes los reciben, tampoco son buenos ni malos per se, sucede
que nos exponen a contradicciones, a preguntas y a reflexiones. Las experiencias que
los chicos y chicas tienen con los medios están atravesadas por su mundo social, las
dimensiones culturales, económicas, sociales, afectivas, entre otras, que van a
organizar su mirada sobre el mundo, sobre sí mismos y, también sobre aquello que
ven y escuchan en los medios de comunicación.
¿Qué reflexiones nos invitan a realizar estos datos? Por un lado, el relevamiento da
cuenta de un panorama de criminalización, invisibilidad y silenciamiento de la niñez y
la adolescencia en los noticieros analizados y nos muestra la imperiosa necesidad de
contar con una televisión y una radio que sean inclusivas y que representen los
diversos modos de vivir la niñez y la adolescencia en nuestro país. Por otro lado, nos
obliga a detenernos sobre la legislación existente para revertir situaciones donde se
vulneren derechos de las audiencias de radio y televisión, específicamente de los
niños, niñas y adolescentes. En la clase 2 serán abordados estos marcos legales.

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