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Antibiograma

¿Qué es?

El antibiograma es la prueba microbiológica que se realiza para determinar la


susceptibilidad (sensibilidad o resistencia) de una bacteria a un grupo de antibióticos. Las
técnicas de antibiograma son las utilizadas en el laboratorio de microbiología para
estudiar la actividad de los antimicrobianos frente a los microorganismos responsables
de las infecciones.

¿Por qué realizar un antibiograma?

El primer objetivo del antibiograma es el de medir la sensibilidad de una cepa


bacteriana que se sospecha es la responsable de una infección a uno o varios
antibióticos. En efecto, la sensibilidad in vitro es uno de los requisitos previos para la
eficacia in vivo de un tratamiento antibiótico. El antibiograma sirve, en primer lugar,
para orientar las decisiones terapéuticas individuales

El segundo objetivo del antibiograma es el de seguir la evolución de las resistencias

bacterianas. Gracias a este seguimiento epidemiológico, a escala de un servicio, un


centro de atención médica, una región o un país, es como puede adaptarse la
antibioterapia empírica, revisarse regularmente los espectros clínicos de los
antibióticos y adoptarse ciertas decisiones sanitarias, como el establecimiento de
programas de prevención en los hospitales. Hay pues un doble interés: Terapéutico y
epidemiológico.

¿Cuándo realizar un antibiograma?

Siempre que una toma bacteriológica de finalidad diagnóstica haya permitido el


aislamiento de una bacteria considerada responsable de la infección.

Establecer esta responsabilidad exige una colaboración entre el bacteriólogo y el


clínico. En efecto, en ciertas circunstancias, el microbiólogo no podrá determinar con
certeza que el aislamiento de una bacteria exige un antibiograma, sin los datos clínicos que le
aporta el médico. Por ejemplo, una bacteria no patógena puede ser responsable de la
infección de un enfermo inmunodeprimido o en un lugar determinado del organismo. La
presencia de signos clínicos puede ser también determinante para la realización de un
antibiograma (por ejemplo: la infección urinaria con un número reducido de gérmenes).
Interpretación de un Antibiograma

La lectura interpretada del antibiograma es una práctica habitual en el laboratorio de


microbiología como complemento de la interpretación o de la
categorización clínica de los resultados de sensibilidad. Consiste en
el reconocimiento fenotípico de los mecanismos de resistencia y
permite, a partir de éste, la inferencia de fenotipo inicial.

Asimismo, condiciona la modificación de las categorías clínicas y la


deducción de los valores de sensibilidad de antimicrobianos no
incluidos en el antibiograma.

Es una herramienta imprescindible para establecer medidas epidemiológicas, adecuación de


los tratamientos y aplicación de políticas de antimicrobianos. La lectura interpretada del
antibiograma trasciende la vertiente clínica del microbiólogo y es útil en la toma de decisiones.

Durante años se ha debatido sobre los criterios que deben regir la interpretación de los
resultados. Éstos hacen esencialmente referencia al análisis de las poblaciones microbianas en
función de los valores de la CMI (Concentración inhibidora mínima) de los antimicrobianos, su
relación con los mecanismos de resistencia, la Pk del antimicrobiano, en particular en el
compartimento sérico, y la correlación entre el valor de la CMI y el posible éxito o fracaso
terapéutico. Asimismo, diferentes grupos han utilizado distintas definiciones de las categorías
clínicas que aparecen en los informes de sensibilidad y no fue hasta hace pocos años en los
que la International Organization for Standardization redefinió estas categorías con el objetivo
de evitar la confusión existente hasta el momento, en particular con la categoría intermedia.
Éstas han quedado definidas en función de la probabilidad del éxito o del fracaso terapéutico

Sensible: cuando un aislado bacteriano es inhibido in vitro por una concentración de un


antimicrobiano que se asocia a una alta probabilidad con el éxito terapéutico.

Intermedio: cuando un aislado bacteriano es inhibido in vitro por una concentración de un

Resistente: cuando un aislado bacteriano es inhibido in vitro por una concentración de un


antimicrobiano que se asocia a una alta probabilidad con el fracaso terapéutico.

Los puntos de corte, bien en valores de halos de inhibición o de CMI, se utilizan para separar
estas categorías. Tanto el CLSI como el grupo EUCAST establecen en los Estados Unidos y en
Europa, respectivamente, estos puntos de corte y ambos comités tienen vocación
internacional.

Lectura interpretada de un antibiograma

La lectura interpretada del antibiograma no debe confundirse con el proceso de interpretación


de los resultados de las pruebas de sensibilidad. Este último consiste en la categorización
clínica de los resultados, es decir, en la traducción en las categorías clínicas sensible,
intermedia o resistente, antes mencionadas. Por el contrario, la lectura interpretada realiza un
análisis fenotípico de los resultados de las pruebas de sensibilidad y se fundamenta en el
conocimiento de los mecanismos de resistencia y en su expresión fenotípica. Su objetivo
principal es evitar el posible fracaso terapéutico derivado del uso antimicrobiano cuando se
expresan estos mecanismos de resistencia en la bacteria estudiada en el antibiograma.

Esta actitud es complementaria a la categorización clínica. Microbiológicamente, con la lectura


interpretada del antibiograma se facilita poder establecer su epidemiología con independencia
de la propia caracterización fenotípica del mecanismo de resistencia.

Este hecho redunda en una mejor información para una correcta utilización dirigida y empírica
de los antimicrobianos, por lo que puede influir en un mejor control de la resistencia. Incluso
trasciende a un valor de microbiología de salud pública.

Durante el proceso de la lectura interpretada del antibiograma puede inferirse la sensibilidad


de antibióticos no incluidos en el antibiograma. Esta práctica atiende esencialmente a la
posible resistencia de clase, como es el caso de la resistencia a la oxacilina en S. aureus que
implica resistencia a todos los antibióticos betalactámicos comercializados hasta la fecha o la
resistencia al ciprofloxacino en Streptococcus pneumoniae cuando se detecta resistencia a
levofloxacino o moxifloxacino.3

Tabla 1: Ejemplos de actuación en la lectura interpretada del antibiograma

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