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CUIDADOS DE ENFERMERÍA

EN PACIENTES ADULTOS Y
ANCIANOS CON
TRASTORNOS
HIDROELECTROLÍTICO
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Introducción.
Los trastornos hidroelectrolíticos son todas aquellas alteraciones del contenido corporal
de agua o electrolitos en el cuerpo humano. Se clasifican según sean por defecto o por
exceso. Sus etiologías son diversas, y se agrupan en función de la causa que las produce:
aumento del aporte, alteración de la distribución o disminución de la excreción. Los
trastornos hidroelectrolíticos severos o prolongados puede conducir a problemas
cardiacos, alteraciones neuronales, malfuncionamiento orgánico, y en última instancia,
la muerte.

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CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN PACIENTES ADULTOS Y ANCIANOS CON
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICO
Riesgo de desequilibrio del Volumen de líquidos Riesgo de sufrir una disminución,
aumento o cambio rápido de un espacio a otro de los líquidos intravasculares,
intersticiales o intracelulares. Se refiere a la pérdida o aumento de líquidos corporales o
ambos. Riesgo de desequilibrio Electrolítico Riesgo de cambio en el nivel de electrolitos
séricos que puede comprometer la salud.

Tipos de trastornos hidroelectrolíticos


 Por alteración del agua: deshidratación e hipervolemia (edema).
 Por alteración del sodio: hiponatremia e hipernatremia.
 Por alteración del potasio: hipopotasemia e hiperpotasemia.
 Por alteración del cloro: hipocloremia e hipercloremia.
 Por alteración del calcio: hipocalcemia e hipercalcemia.
 Por alteración del fósforo: hipofosfatemia e hiperfosfatemia.
 Por alteración del magnesio: hipomagnesemia e hipermagnesemia.
 Por alteraciones del equilibrio ácido-base: acidosis y alcalosis.

Nomenclatura
 Hay una nomenclatura estándar para los desórdenes electrolíticos:
 El nombre comienza con un prefijo que denota si el electrolito está elevado
(«hiper-») o disminuido («hipo-»).
 La raíz de la palabra indica el nombre del electrolito.
 El nombre termina con el sufijo «-emia», que significa «en la sangre». Esto no
implica que la alteración sea exclusivamente sanguínea, ya que usualmente los
trastornos hidroelectrolíticos son patologías sistémicas. Sin embargo, puesto que
se detecta usualmente en la prueba de sangre, se ha desarrollado esta
convención.

ACT Según Edad y Género

EJEMPLO

 Mujer de 72 años quien pesa 90 Kg y talla 1,52 metros.


 IMC = 39.
 Corrección del peso actual por obesidad = 81 Kg.
 ACT = 81 x 45 / 100 = 36,5 Litros

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EN ADULTOS Y ANCIANOS:
La deshidratación es la pérdida de agua hasta un grado en que puede ser peligrosa para
el funcionamiento de nuestro cuerpo. En los mayores se da con más frecuencia porque
tienen disminuida la respuesta a la sed. Las necesidades de agua diarias son
aproximadamente de 2 litros.
La mayor parte del organismo humano es agua. El volumen de agua corporal total en el
adulto joven es de alrededor del 60% del peso. Dos tercios del líquido que hay en el
cuerpo están dentro de las células (líquido intracelular) y del tercio restante, una cuarta
parte está en la sangre y el resto en el espacio entre las células (líquido extracelular). La
cantidad de agua corporal disminuye con la edad. De hecho, a los 80 años es posible que
sólo entre un 45% y un 55 % sea agua. Esto pone a las personas mayores más cerca del
punto donde pueden aparecer los problemas.
El organismo tiene unos controles internos que sirven para regular la cantidad de agua.
Lo hace intentando no perder más agua de la que se ingiere. Cuando por algún motivo
se ingiere menos o se pierde más, estos sistemas se ponen en marcha y producen la
sensación de sed, además de hacer que el riñón deje escapar menos agua. De esta forma
se evita el déficit. Las necesidades de agua diarias son aproximadamente de 2 litros. El
aporte tiene que reponer lo que perdemos normalmente con la orina, que suele ser 1,5
litros, y lo que se pierde con el sudor, la respiración y las heces (llamadas pérdidas
insensibles, porque no resultan fáciles de medir).
La deshidratación se produce cuando se pierde una cantidad significativa de líquido
extracelular. Normalmente se pierde sólo agua, pero a veces también se pierden sodio,
potasio u otros electrolitos que van disueltos en este líquido. En estos casos, además de
deshidratación, el afectado padecerá otros problemas, como la hiponatremia (déficit de
sodio). Todos estos problemas se agrupan con el nombre de desequilibrios
hidroelectrolíticos.
Los motivos para que aparezca la deshidratación pueden ser de dos grandes tipos:
- Pérdida excesiva de líquido: Puede deberse múltiples razones: la sudación excesiva por
ejercicio o una enfermedad febril, los vómitos, la diarrea, las hemorragias, las
quemaduras (al destruirse la piel se evapora una gran cantidad de agua), el mal uso del
tratamiento con diuréticos.
- Falta de aporte de líquido: Puede ser porque no se sienta la necesidad de beber (como
sucede en la demencia y otras enfermedades cerebrales) o porque alguna enfermedad
impida beber (como una enfermedad digestiva o el estar inconsciente).
Las enfermedades que causan deshidratación son más peligrosas en los niños y los
mayores. Estos tienen más vulnerables los mecanismos renales, endocrinos y
neurológicos que regulan la cantidad de agua, y tienen menos reserva de agua (menor
porcentaje), por lo que ante cualquier enfermedad son más susceptibles a deshidratarse.

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EQUILIBRIO NORMAL DE LÍQUIDOS EN ADULTOS Y ANCIANOS

SÍNTOMAS DE LA DESHIDRATACIÓN EN LOS ANCIANOS


La deshidratación afecta a la mayor parte del organismo, de forma paulatina y a veces
muy rápida. La persona deshidratada, según el grado en el que se encuentre, tiene
sequedad de la piel y las mucosas (la piel de la boca, nariz...), mayor número de latidos
del corazón, descenso de la tensión arterial y produce una menor cantidad de orina.
Cuando se agrava se puede alterar la función mental con somnolencia, mareo, confusión
e incluso síncopes. Además, al perderse agua en el cuerpo aumenta la concentración de
algunas sustancias en la sangre, y esto puede ser peligroso.

TRATAMIENTO DE LA DESHIDRATACIÓN
El tratamiento más importante de la deshidratación es prevenirla. Para ello es preciso
seguir las normas del sentido común. Si se hace ejercicio o es un día muy caluroso y se
suda mucho, se aumentará la ingesta de líquidos (mejor de bebidas isotónicas que de
agua). Lo mismo cuando se tenga fiebre, diarrea o vómitos. No hay que cometer el error
de pensar que beber menos evita los vómitos o la diarrea.
Beber aunque no se tenga sed. Hay que acostumbrarse a beber unos dos litros de
líquido al día.

INTERVENCION DE ENFERMERIA.
 Valoración de la piel y otras fuentes en búsqueda de signos de alarma
 Toma de signos vitales
 Canalización de vena y adm. de sol.
 Control de niveles séricos Na y K.
 Peso diario.
 Insistir a los familiares sobre la alimentación.
 Administración de medicamentos
 La enfermera debe de estar capacitada para detectar trastornos en el equilibrio
hidroelectrolítico

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 Balance hídrico, valoración bien efectuada impiden un déficit o una excesiva
oferta de agua.

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