La comunicación (del latín communicatĭo, -ōnis) es la actividad
consciente de intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o recibir significados a través de un sistema compartido de signos y normas semánticas. Los pasos básicos de la comunicación son la formación de una intención de comunicar, la composición del mensaje, la codificación del mensaje, la transmisión de la señal, la recepción de la señal, la decodificación del mensaje y finalmente, la interpretación del mensaje por parte de un receptor.
La comunicación en general toma lugar entre tres categorías de sujetos
principales: los seres humanos (lenguaje), los organismos vivos (biosemiótica) y los dispositivos de comunicación habilitados (cibernética).
En un sentido general, la comunicación es la unión, el contacto con otros
seres, y se puede definir como el proceso mediante el cual se transmite una información de un punto a otro.
Su propósito u objetivo se puede denominar bajo la acción de informar,
generar acciones, crear un entendimiento o transmitir cierta idea.
La buena comunicación
La buena comunicación debe conseguir mejorar la actitud de los
trabajadores de la empresa. Primero que todo, cabe cuestionarse si las empresas tienen clara la idea de qué es comunicación y de qué manera la empresa transmite la información a toda la organización.
¿Se comunica? Es curioso observar como organizaciones de cierta
entidad carecen de un sistema básico de comunicación, vehículo de transmisión de la información. Para poder comunicar debe haberse establecido un sistema de comunicación ya sea formal o informal. Y el establecimiento de este sistema es una de las funciones y responsabilidades de la Dirección de la empresa. ¿Qué tipo de información se comunica? La información a comunicar tiene que ser información relevante y oportuna para toda la organización, que sea de interés y utilidad.
¿Es valiosa? La información ha de ser valiosa, preciada, sustanciosa y
sustancial. En la medida que la comunicación sea de relleno, insustancial y vacía de contenido devaluará irreversiblemente el sistema de comunicación de la empresa.
¿Existe la comunicación bidireccional? Para que un sistema de
comunicación empresarial sea valorado por los miembros de la empresa debe ser un sistema lo suficientemente honrado como para permitir los flujos de información de arriba-abajo como los de abajo-arriba. La empresa, en la apuesta de conseguir la máxima implicación de sus colaboradores, debe escuchar con atención las propuestas e inquietudes de éstos.
La respuesta a estas cuestiones, hecha de una manera sincera por los
estamentos responsables de la implantación de un sistema de comunicación dentro de la empresa, representa el primer paso, el inicial, de un sistema de comunicación adecuado.
¿Y ahora qué? Una vez determinado el marco en que se inscribe un
sistema de comunicación cabe plantearse si la buena comunicación dentro de la empresa persigue mejorar la actitud de los trabajadores. Creo que la mejora de la actitud de los trabajadores ha de ser uno de los objetivos principales de cualquier sistema de comunicación. Ahora bien, esta mejora se conseguirá si el trabajador percibe que este sistema de comunicación es Proactivo, Honrado, Oportuno y Proporcuinado.
Proactivo - No hay peor información que la que viene del murmuro, la
suposición, los malentendidos y la desidia. La información, manteniendo la bidireccionalidad, debe anticiparse a cualquier posible suposición. No debe surgir como respuesta a un clamor sobre el ¿qué pasa?
Honrado - La información debe ser tratada honradamente. Hay que
comunicar sin tendenciosidad y sin buscar la manipulación. Las cosas son como son y, de una forma u otra, todos estamos implicados en ellas. Oportuno - El dominio del tiempo en que la comunicación debe fluir. Una comunicación inoportuna puede traernos funestas consecuencias. La oportunidad en la transmisión de la información es casi tan importante como la información misma.
Proporcionado - Tan mala es la carencia de información como el exceso
de ésta. Huyamos de la información sobredimensionada. Busquemos aquella información destilada, que corresponda a cada momento y a la dimensión adecuada.
CONDICIONES PARA UNA BUENA COMUNICACIÓN PERSONAL
A la hora de establecer una adecuada comunicación se deben
considerar los siguientes aspectos:
La sintaxis: que está relacionada con la estructuración y las modalidades
de transmisión de la información (por ejemplo, la elección entre la utilización de carteles, una reunión o el diario).
En la comunicación escrita conviene aumentar las posibilidades de ser leído,
multiplicando y variando los soportes del mensaje.
La semántica, que es el significado de los mensajes verbales y no
verbales de los interlocutores. La pragmática, que son las condiciones concretas del intercambio, empezando por los comportamientos y las intenciones de las personas que intervienen en la comunicación.
Hay que tener en cuenta además que los emisores presentan una serie de diferencias derivadas de:
Sus características como individuos: ya sea por edad, sexo,
personalidad, pertenencia sociocultural… Las características del propio contexto, ya sea por cambios repentinos en las situaciones, por problemas materiales, de entorno físico, de cansancio de algún interlocutor, de relación jerárquica desigual o incluso de objetivos o metas a perseguir diferentes.
Es importante seguir una serie de pautas para que los intercambios de
comunicación sean eficaces:
Que tanto emisor como receptor se esfuercen por entenderse
mutuamente, así como tratar de evitar soluciones prefabricadas, es importante incluso reaccionar positivamente ante las contradicciones y utilizar con acierto las sugerencias y oportunidades que se manifiesten. Hay que conocer bien al interlocutor, que quiere, que desea o que necesita es importante. Habrá que contrastar la información que de él disponemos con la realidad, es decir, asegurarnos que efectivamente sus deseos o necesidades son los que a nosotros realmente nos consta que son. El equilibrio entre el lenguaje verbal y no verbal o corporal a menudo resulta difícil de alcanzar, pero una vez alcanzado la sensación de seguridad que sobre el interlocutor produciremos será mucho mayor.