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1.

Lo caro es igual a bueno

No hay más verdad que esta, aunque no tenga por qué ser cierto. Los
especialistas explican esto con un claro ejemplo. Una vez en una joyería, al ver
que las joyas no se vendían pese a estar en su precio justo, decidieron subir el
valor. Por arte de magia empezó la venta. Y es que los clientes querían tener un
detalle con sus parejas, pero querían algo de calidad. El precio bajo les creaba
cargo de conciencia, pues no querían regalarle algo de baja calidad a su pareja.
En cuanto subieron el precio de de las joyas, en el subconsciente de los
compradores aumentó la calidad (aunque ésta fuera la misma).

2. Principio de contraste

El principio de contraste se usa en las técnicas de venta, aunque algunos no la


usan correctamente.

Si un cliente entra a una tienda de ropa y quiere comprar un traje caro, camisas,
corbatas, ropa interior... ¿qué le venderías primero? Muchos piensan que si le
venden primero el traje, esa persona podría ser más reticente a comprar más
cosas al haberse gastado una gran suma de dinero. Nada más alejado de la
realidad.

El principio de contraste aplicado a las ventas en un negocio dice que vendas


primero el producto más caro, y después los productos más baratos. ¿Por
qué? porque si vendes un traje por 500 soles, después, una camisa por 47 soles y
corbatas por 20 soles parece muy barato en comparación con el precio del
traje. Si, por el contrario, vendemos 2 camisas de 47 soles y 3 corbatas de 20
soles, los 500 soles del traje pueden parecer mucho dinero debido al principio de
contraste.

3. Efecto anclaje

Los consumidores elegimos, no en función de lo que necesitamos, sino en función


de las otras opciones que tenemos para elegir. Por tanto, si nos interesa vender un
producto, conseguiremos nuestro objetivo en base a las otras opciones que le
demos al cliente.

Este truco lo usan muchas compañías, las cuales sacan un modelo de precio caro,
y otro de precio medio. En el escaparate colocan muchos de estos modelos de
precio alto y medio, y en medio (en situación estratégica) colocan un producto de
menos valor. El efecto anclaje hace que ese precio nos parezca barato en
comparación con el resto de sus "productos vecinos". Si además le pones a ese
producto el cartel de "Oferta" y/o "unidades limitadas", es seguro que te lo quiten
de las manos.

por ejemplo supongamos que una empresa de bebidas gaseosas desea vender su
producto utilizando como estrategia publicitaria la idea de que éste calma la sed. Mediante un
bombardeo incesante a través de todos los medios de comunicación posibles, se repite una y
otra vez la misma idea el producto “X” calma la sed de tal manera que el consumidor comienza
a sentir esa necesidad de satisfacer una sed que fue provocada.

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