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Cine latinoamericano: imaginario estético, social y político

Daniel López Contreras

IMAGEN Y PALABRA
Lectura de “Cinema documental para América”, de Gabriela Mistral

En el texto “Cinema documental para América·, escrito por Gabriela Mistral y publicado en
marzo de 1930 en la revista Atenea, la poeta realiza, a nuestro parecer, una invitación. Una
invitación surgida de una propuesta, consistente en utilizar la tecnología emergente que es el
cine (documental) para construir lo que Benedict Anderson llama comunidades imaginadas,
es decir, con el objetivo de elaborar un imaginario sobre Latinoamérica y lo latinoamericano.
En este punto, es fundamental tener presente la minusvalía que se otorgó a la producción
audiovisual en sus comienzos y el modo en que América se construye desde lo marginal (y
marginado).

En este sentido, frente al imperio de la palabra europea materializado en la carta geográfica


utilizada por el europeo para exhibir esta región, es posible y conveniente, afirma Mistral,
utilizar al cine para que tanto europeos como latinoamericanos reconozcamos los territorios
que conforman nuestro continente y las riquezas (materiales y simbólicas) que contiene. La
imagen cinematográfica podría dar cuenta de lo “auténticamente” latinoamericano, ya no
moldeado o exagerado (acabar con el discurso de lo exótico) por quienes pretenden dar tal o
cual imagen de América.

En este punto es posible comentar el texto de Mistral y reconocer tanto las virtudes como las,
a nuestro parecer, “ingenuidades” que exhibe. Según ya se sugirió, nos parece notable la
reivindicación que hace Mistral, en el sentido de recurrir a un modo de producción simbólica
menospreciado para construir un imaginario sobre lo latinoamericano, destinado a europeos,
pero principalmente a los habitantes de la región, quienes reconocería en el cine sus territorios
y naturaleza.

Además, se hace cargo de las altas tasas de analfabetismo que marcaron a la región a inicios
del siglo XX. Frente al inmenso poder de la palabra, muchas veces también es útil mostrar
(sin perjuicio de que también se puede mostrar mediante la palabra, pero es necesario
manejarla).
Cine latinoamericano: imaginario estético, social y político
Daniel López Contreras

Sin embargo, y esto quizás se debe a las ilusiones asociadas al surgimiento de un nuevo modo
de expresión cultural, nos parece “ingenuo” creer que, a diferencia de la palabra, la imagen
podría dar una representación prístina (no ideologizada) sobre Latinoamérica. En este punto,
conviene tener presente que tanto la palabra como la imagen son herramientas que, al fin y
al cabo, están a disposición de quien las sepa utilizar y son instrumentos susceptibles de
convertirse en medios de difusión ideológica. En términos de Mistral, también se puede
“exagerar” mediante la imagen.

En síntesis, a nuestro parecer, Mistral nos ofrece una reflexión estética sobre un arte
emergente y ello, a su vez, le sirve de marco para tensionar las arraigadas relaciones políticas
y simbólicas entre América y Europa. Dicho de otro modo, una reflexión estética con un
corolario político. Existen reparos, pero ellos se deben, quizás, no tanto a la falta de
conocimiento si no que a condicionantes surgidos del contexto histórico y, como se señaló,
del entusiasmo asociado a las posibilidades ofrecidas por un nuevo arte. Cabría tener
presente, en todo caso, lo señalado por Paranaguá a propósito del cine y su búsqueda de
legitimación a través de la literatura.

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