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Tipos de epistasis:
La epistasia es la interacción entre diferentes genes al expresar un determinado carácter
fenotípico. La epistasia y la interacción genética se refieren al mismo fenómeno; sin
embargo, la palabra epistasia se usa sobre todo en genética de poblaciones y hace
referencia concretamente a las propiedades estadísticas del fenómeno y se le considera
el factor principal de la evolución a nivel de las proteínas.
Se distinguen distintos tipos de epistasis:
Epistasis dominante:
Se produce cuando el gen dominante es epistatico sobre otro gen no alelo a el.
Epistasis recesivo:
En este tipo de interacción un gen recesivo actúa como gen epistémico sobre otro gen
no alelo
Epistasis doble dominante: En esta interacción, los genes presentes en los dos locus que
intervienen en la característica, serán epistáticos en condición dominante.
Epistasis doble recesiva: Para que se produzca, los genes que actúan como genes
epistáticos deben estar en condiciones recesivas.
Bateson describió una relación fenotípica diferente en el color de las flores (púrpuras o
blancas) de la arvejilla de olor, que no podía explicarse por las leyes de Mendel. Esta
relación era 9:7 en vez de 9:3:3:1 como se espera en un cruce dihíbrido entre
heterocigotas. Lo que ocurre es que cuando los dos genes (C y P), en cualquiera de ellos
homocigotas para el recesivo (cc o pp) resultan epistáticos (o sean que ocultan) al otro.
Para que existan flores púrpuras deben estar presentes los alelos C y P.
El efecto puede ocurrir directamente a nivel genómico, en el que un gen podría codificar
una proteína que impidiese la transcripción del otro gen. Por otro lado, el efecto de un
gen puede existir a nivel fenotípico. Por ejemplo, el gen que causa el albinismo ocultaría
al gen que controla el color del pelo.
El gen c en estado homocigótico (cc) es epistático sobre los genes N y n, por lo cual ccNN,
ccNn, ccnn, son albinos.
F1: cerdos rojos (RrCc); la F2 se segregará en proporciones 9:6:1 (rojo, amarillo, blanco).
Aquellos polimorfismos que afectan a la secuencia codificante o reguladora y que producen cambios
importantes en la estructura de la proteína o en el mecanismo de regulación de la expresión, pueden
traducirse en diferentes fenotipos (por ejemplo, el color de los ojos).
Un polimorfismo puede consistir en la sustitución de una simple base nitrogenada (por ejemplo, la
sustitución de una A (adenina) por una C (citosina) o puede ser más complicado (por ejemplo, la
repetición de una secuencia determinada de ADN, donde un porcentaje de individuos tenga un
determinado número de copias de una determinada secuencia).
Los cambios poco frecuentes en la secuencia de bases en el ADN no se llaman polimorfismos, sino
más bien mutaciones. Para que verdaderamente pueda considerarse un polimorfismo, la variación
debe aparecer en al menos el 1% de la población.