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hasta Proust, considerando algunos impor-


tantes articulistas, críticos y teóricos cinema-
tográficos entre los que destaca Krakauer.
En cuanto a los géneros narrativos en el
cine, Frank D. Mc. Connell se ocupa de
tres tipos que él considera los "más perdu-
rables y productivos": el triller policial, el
cine de terror y el western. De cada uno de
ellos analiza un mm, que como él mismo
señala, no forman parte de los "grandes"
de la cinematografía mundial, pero son
altamente representativos de su género. De
hecho este aspecto no reviste mayor impor-
tancia, si por causa de ello se deja de lado
el análisis de cintas clásicas dentro del
género o que son apenas mencionadas.
Finalmente, en .su análisis crítico de la
función y la importancia del actor dentro
del fllm, se centra fundamentalmente en la
concepción del actor-intérprete más que en
el actor-ereador.
El texto de Mc. Connell en general es un
partir de la idea de que el cine es una la colocación de palabras o imágenes; por trabajo que carece de método científIco y
nueva clase de "literatura" en la cual es otro lado, el plano secuencia con profundi- de coherencia interna. Los diferentes ensa-
posible localizar puntos sensibles de rela- dad de campo es (profundamente) semánti- yos tratan los temas de manera superfIcial,
ción entre realidad y fantasía. co, dependiendo para la manifestación de además de hacer un uso indiscriminado de
Mc. Conell plantea en principio una pro- su sentido de la signifIcación y complejidad autores cinematográficos y literarios. De
posición que él denomina "teorema fílmi- de una imagen única, de una expresión hecho confunde la importancia del conteni-
ca" a partir del cual afIrma que existen dos única". do aislado de las obras con la trayectoria
tipos de fllms: las "películas reales" o fllms A partir de lil orientación sintáctica o cinematográfica o literaria de sus autores.
de "acción viva" que en última instancia, semántica, el autor expone las visiones al- Devalora los aspectos sociales, culturales y
dice ·el autor, son irreales y falaces; y el ternativas de este lenguaje que son: la políticos de los trabajos y equivoca la
dibujo animado que es verdadero en tanto materia animada-en-el-espacio y el significa- manipulación técnica del material con la
que su existencia sólo se concibe en el cine. do-en-el-espacio. Paralelo a las proposicio- significación iconográfica y semática de los
A diferencia del primer tipo de películas en nes lingüísticas sobre el lenguaje cinemato- . mensajes.
el dibujo animado "la realidad es lo que está gráfIco, el Discurso del método de Descar- Rocío Amador Bautista
enrollado en la bobina y no existe fuera tes es la guía en el camino de la filosofía y Frank D. McConneIl: El cine y la imaginación
de allí", en tanto que las películas de "ac- el romanticismo que de alguna manera tie- romántica, Gustavo Gili, Barcelona, 1977.
ción viva" son un engaño, todo se debe a ne relación con el lenguaje del cine.
fenómenos físico-químicos que crean la ilu- A} abordar el tema de la política en el
sión de ser espectadores de una realidad, cine, Mc. Connell afIrma "que la imagen
aunque "allí nunca hay nadie". cinematográfica, por más que la dirección,
Tratado de
Es indiscutible que estas dos formas de
presentar la realidad son distintas, incluso
el moñtaje o la proyección la manipulen o
distorsionen, es una imagen real, un arte
semiótica general
ambos lenguajes icnográfIcos son diferentes, que no es de mediación, sino de testimo-
pero la distinción signifIcativa que hace el nio, por parte del cineasta y del especta- Un comentario al Tratado puede correr el
autor con respecto a la gradación de reali- dor". Por lo que se refIere a este aspecto riesgo de caer en lugares comunes o en la
dad en los dos tipos de fllms es un tanto del cine, el escritor se refIere más bien a los pontifIcadora y sistemática negación de una
cuestionable, ya que tanto unos como otros fllms de tema político que a la presencia de ciencia general que, como lo advertía Saus-
encuentran su "realidad" sólo en el celu- elementos ideológicos manifIestos o laten- sure, no existía en el pasado y no se podría
loide. Todos los individuos que aparecen en tes. Cabe agregar en este sentido que ciertas saber qué sería de ella en lo futuro, pero
la pantalla han dejado de ser actores para opiniones un tanto ligeras de Mc. Connell que tenía derecho a la existencia y su lugar
transformarse en personajes. en referencia a importantísimos directores estaba determinado de antemano. Esto sin
Por otra parte, refiriéndose al lenguaje como Godard, Visconti, Bergman y Ein- considerar al mismo Peirce, quien en su
del cine, Mc. Connell retoma las ideas de senstein, dejan una idea de la visión poco oportunidad se reconoció como la vanguar-
Eisenstein, Bazin, Descartes y hasta Choms; científIca e histórica con que aborda la dia en el estudio de los signos.
ky entre otros. Respecto del montaje dice: obra de estos realizadores cinematográficos. En definitiva, ni siquiera una lectura
"es (la) sintaxis del lenguaje cinematográfi- Las referencias literarias mencionadas dentro atenta del Tratado permitiría una crítica
co, una producción de significado mediante del apartado aluden desde Sócrates y Platón profunda. Esta sólo podría darse dentro de

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de los códigos, así como de la propia


producción de signos. Códigos, y signos
son, desde el enfoque de la semiótica gene-
ral, los basamentos para el estudio de cual-
quier fenómeno de comunicación e infor-
mación. Sin estas consideraciones teórico-
metodológicas, la perspectiva científica del
estudio comunicacional padece de una mio-
pía que la conduce a la pura explicación de
los aspectos ernisivos y receptivos, pero no
al eslabón fático y conativo que unos pro-
ducen y otros consumen: el mensaje.
En este sentido, son las unidadés cultu-
rales " ...esos signos que la vida social pone
a nuestra disposición..." los productos de
un determinado lenguaje y de una determi-
nada estructura social. Esas unidades son
los elementos mínimos de significación que
posibilitan el análisis de una determinada
estructura. En 1963, Eco vislumbraba tal
posibilidad, y así lo hizo saber en la Defini-
ción del Arte, "Un Balance Metodológico",
un seminario donde la fIlosofía de la cien- pp. 283.84, cuando apenas retomaba como dible trabajo del conocimiento general de
cia, la teoría del conocimiento y la lógica referencia a Saussure y I.evi-Strauss: las conductas y los procesos semiósicos que
dialéctica fueran los parámetros de discu- " ...[es necesario] reducir a modelos estruc- caracterizan a la sociedad contemporánea.
sión y avalaran o destruyeran científica- turales y rigurosos los distintos fenómenos Ante esto, el inminente problema que
mente de raíz las hipótesis del Tratado y, culturales de un periodo para revelar des- ocasionarán estos planteamientos de Eco
en consecuencia, de toda la semiótica. pués las semejanzas de estructuras entre los -quien advierte que no está dispuesto a
El Tratado de semiótica general de Um- distintos modelos... discutir nada sobre semiótica, sino a partir
berto Eco responde al interés originalmente "Sólo en este momento considero que es del propio Tratado- se encaminarán por
planteado por Peirce y secundado por Mo- posible iniciar análisis históricos más exten- parte de la crítica hacia la "invasión y el
rris, quien en los Fundamentos de la teoria sos y preguntarse cuál es la relación que imperialismo" de la semiótica. Su presencia
de los signos, publicados en 1958 por la existe entre modelos semejantes y las bases prácticamente equivale a la negación de
Universidad de México, se refería a la inmi- económicas y sociales de una civilización y otras disciplinas (si es que las hay) que han
nente y necesaria evolución de la semiótica de una época. Y sólo así pienso que será estudiado los signos y los procesos de co-
como " .. .la ciencia coordinadora con las posible recoger las instancias de un marxis- municación y de significación. Los umbra-
otras ciencias, que estudia COS&s o propieda- mo que no pretende plantear ingenuamente les de la semiótica (o sus límites), según
des de cosas en cuanto sirven como signos relaciones deterministas directas entre fenó- Eco lo deja entrever, están lejos de ser
( ...) La semiótica es a la vez una ciencia menos de base y fenómenos superestructu- presenciados. Sin embargo, las tesis del
entre las ciencias y un instrumento de rales, sin considerar la compleja red de Tratado podrían interpretarse como un en-
ellas..." (p. 32). influencias que se crean entre los diversos frentamiento directo a las ciencias sociales
Al parecer. Eco parte de esa premisa para aspectos de una cultura provocando conti- ya existentes.
finalmente sistematizar una serie de corrien- nuas diferencias de desarrollo." Las propuestas de Eco sólo posibilitan
tes y de tendencias respecto a la teoría de Después de catorce años, la semiótica ha do~ alternativas o una disyunción: aceptarlas
los signos. Valida y desvalida posiciones madurado lo suficiente para replantear las o rechazarlas. Lo primero implicaría un
ante la semiótica contemporánea. Peirce y reflexiones iniciales que en 1963 Eco empe-. compromiso de coadyuvar al desarrollo
Morris, sin menospreciar la teoría sígnica zaba a elaborar. Hoy, la ciencia de los científico de esta disciplina, fuera de orto-
de Saussure, son los que fortalecen la raíz signos y el autor de la teoría de la significa- doxias, formulismo y formalismos; rechazar-
de la teoría de la significación y la de la ción permiten establecer en el Tratado un las implicaría colaborar en su destrucción y
producción de signos. Indiscutiblemente re- esquema profundamente reflexológico y en consecuencia corresponder científica-
toma la glosernática de Hjelmslev y su metodológico sobre el proceso sociocultural mente a la explicación de una teoría de la
concepción de forma y contenido que Grei- de la conformación de códigos y de signos. significación y otra de la producción de
mas, posteriormente, habrá de completar y Aparecen así los elementos fundamenta- signos. Otra cosa significaría el sinsentido
precisar desde la óptica de la semántica les para el análisis y la interpretación de del estudio deÍ sentido de los fenómenos
estructural. una determinada sociedad -como la ac- comunicacionales.
En el Tratado se puede apreciar una tual- que se caracteriza por conformar
tesis clara: la teoría de los signos no está, "unidades culturales" (procesos de significa- Rafael C. Reséndiz
ni debe quedar aislada de un proceso comu- ción y procesos de comunicación altamente Tratado' de semiótica general, Ed. Nueva Imagen,
nicacional mucho más complejo: la teoría codificados), lo que permitirá el imprescin- México. 1978.

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