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LENGUAJE ORATORIAL

Los abogados no debemos perder la ilación con el lenguaje de litigante, magistrado,


funcionario, docente universitario. Siempre la mente esta orientada al lenguaje oral y
corporal, que es e1 media de comunicación e información par antonomasia, debiendo
utilizarlo permanentemente para conversar, disertar, enseñar, exponer ante la respetable
audiencia, obviamente en juicios orales, en discursos diversos: políticos y académicos,
básicamente los últimos. Obviamente, lo principal es saber el contenido estructural, pero
allí no queda el asunto, viene a continuación lo principal, saber expresar, precisamente
en forma oral. Solo así, e1 mensaje será completo.

Hablar bien, sin palabras, corresponde a pocos, que se convierte automáticamente en un


discurso creíble de relevancia y prestancia, otorgándole al titular suma seguridad, altura,
valor y responsabilidad con lo que dice. Si usted colega abogado, periodista, sociólogo,
educador, administrador e historiador, no está en ese nivel, hágalo, prepárese para el
futuro, allí te espera: estatus sociocultural. En Roma, el arte de utilizar la palabra en
público con belleza y corrección favorecía ampliamente al sistema, se hace extensivo en
nuestros días, no solo para favorecer al sistema político, como lo fue ayer, sino para
desempeñarse bien ante los tribunales de justicia.

1. LA ORATORIA
Se estima, que la oratoria comienza en la práctica, en una época trascendental, en el 312
a.n.e., discurso pronunciado por Apio Claudio el Ciego, precisamente con un gran
motivo, que la historia recoge: guerra contra Pirro. Sin embargo, inmediatamente no se
produjo la praxis; se empezó a cultivar como un arte, en los años más difíciles de las
guerras púnicas. La oratoria o el arte del bien hablar, pronto se va convirtiendo en un
instrumento educativo en la prosa latina. Con las peculiaridades características -en el
siglo V a.n.e., obviamente, como una sistematización de procedimientos expositivos para
el orador forense y político.

- Concepto
La oratoria es el arte de hablar elocuentemente, de persuadir y mover el ánimo
mediante la palabra. Timón, un antiguo autor griego, dijo que la elocuencia es la
habilidad de conmover y convencer. Aquí usamos el término oratoria en su acepción y
uso más amplio, no meramente el de hablar ante grandes auditorios, sino
estableciéndolo como sinónimo de expresión oral de una persona.
- Importancia
La importancia de la oratoria radica, en que el mensaje está dirigido al público -y no a
las masas-, y jamás dejara de tener plena vigencia. Necesita un requisito: echarle a
andar, por el abogado orador. Las pa1abras del operador del Derecho, es la resultante
de un cortísimo proceso: lucidez en el pensamiento, responsabilidad en la objetividad
del mensaje; decoro en el trato a las personas ¡Esperamos que así sea!.

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2. RETÓRICA
Las escuelas de la retórica iniciadas en la Grecia científica -único país de la época que
llego a la civilización- pudieron encontrar en Roma un lugar fértil para la exposición y la
enseñanza en el público y la masa, así como en el Foro y el Senado. Los estudios de
retórica se imponen progresivamente, y constituyen junto con la Gramática -como es de
verse la base elemental de la educación de los jóvenes que luchan por aprender nuevas
síntomas en su orientación a la política, la abogacía, que perdura hasta hay.

El discurso tiene una finalidad y un principio, se encuentra en él, tres géneros de


elocuencia: 1) elgenus landativum, que obviamente era utilizado en los eventos religiosos
y fúnebres;
2) genus deliberativum, que es el realce de la oratoria política;
3) genus indiciale, característica peculiar de la defensa y acusación, que nosotros los
abogados practicamos cotidianamente en los tribunales de justicia.

El orador tiene o debe tener, un arduo despliegue emotivo, debido al diagnóstico


situacional realizado previamente. El orador forense en el escenario del tribunal, tiene la
posibilidad de apelar a la inteligencia, y persuadir apelando a los sentimientos. Si usted
se considera hábil e inteligente, no persuada ni se aproveche de la calidad humana;
siempre y en cada caso procure quedar bien, como buen abogado, convenciendo.

Aplicando y desarrollando la dialéctica tenemos, lo contrario a la acción del orador: el


farsante, el demagogo, el charlatan, etc. Se le designa con esos apelativos, a aquellos
supuestos oradores que hacen uso de su discurso para fines banales, engañosos, falsos.
Estos personajes, mistifican la verdad, distorsionan la realidad utilizando normas que
contravengan a la moral y la ética. Se aprovechan de un micrófono, de un conglomerado
grupo social, de la situación sociocultural, del problema económico; es decir de una serie
de circunstancias que les suscitan a los gobernados y a cada uno de los miembros.

A cada idea que tiene el orador, obviamente le corresponde una imagen, que viene a ser
su proyección. Enseguida, la imagen es correspondida por una palabra. Si esta palabra es
bien utilizada, con respeto y bondad, proviene de un orador; si es insultante, oportunista
y antiética, es de los otros, no del orador. "EI orador es artista dramático pleno, que a un
mismo tiempo es autor y actor: recitador del propio drama". El llamado orador nato, tiene
-por no decir menos-, en su espíritu el temple de la sonoridad, porque su palabra pretende
convencer a la colectividad ya los oyentes especiales.
- Escuelas Retorica
En el ámbito de la retórica, también es necesario recordar, que esta destaca -desde la
Grecia pomposa- escuelas que sí proponen modelos de elocuencia, que en la evolución
oratorial-histórica posiblemente se va modificando vertiginosamente.

- Escuela neoatica, tenía el estilo de los escritores clasicos de la gloriosa Atenas,


consistía en una oratoria espontánea, sin artificio ni adorno, teniendo como objetivo

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lograr una elocuencia expositiva a través de los hechos. Representantes: Licinio Calvo y
Junio Bruto. - Escuela asiática, continúa con el estilo griego, evento que se desarrollaba
en las ciudades de Asia. Su tonó es exuberante, florido y brillante. Representante:
Hortensio.

- Escuela rodia, que tiene como escenario la famosa Isla de Rodas, convirtiéndose en
aquella memorable época en el centro cultural del: Mediterráneo Oriental, enseñaban
básicamente, la retórica.

La evolución de la retórica desde la antigüedad hasta hoy, obviamente sufrió cambios


vertiginosos. En los siglos XVII. y XIX, esta disciplina perdió su originaria dimensión e
importancia filosófica, técnica y científica. De este lamentable hecho u ocurrencia, se
llega a recuperar parcialmente su importancia, a partir de los años 50 del siglo XX. Se la
conecta con la ética -cuya propuesta es platoniana- que en la práctica le da un sentido
ético y humanista. Pero hay aún más, la distinción entre la lógica, como ciencia de la
demostraci6n y, asimismo la dialéctica y la retórica fueron consideradas como las
ciencias de lo probable y posible.

En cualquier caso, en la mente del orador forense se inicia el discurso retórico, y se


extiende progresivamente hasta llegar a la comprensi6n de los consumidores o receptores
masivos. El abogado debe saber, que la persuasión es propia del discurso retórico; en
cambio, el convencimiento esta obviamente asociado al discurso filosófico. Esto es:
convencer con la razón. A pesar de ciertas diferencias, ambas están íntimamente
relacionadas. ¡Optemos por el conocimiento!

3. REFERENCIAS
- Alvarez, V. (2007). Oratoria Forense. Lima: Ediciones Jurídicas. Asimismo, el
texto compilado: Merchan, M. (2016). Compilado de Oratoria Forense.
Chimbote: Fondo editorial ULADECH Católica.

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