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PANORAMA DE LA ETICA
l. DEFINICION ES
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24 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
los d epor tes y la religión . Vario s paíse s han sen tido la influ encia
fu ert e d e las cultur as ro1nana, gri ega, judía , la tin a, anglosa jona,
orient al, y / u otra en sus leye s, art es, religión y pr ácticas mora les.
En esta obr a util izaremos la palabr a cultur a para refe rirnos al con -
junt o de todas es tas influ encias sob re un a nación o un a sociedad
de ntr o de la nación.
4. La religión tiene un pap el imp ort ante en la form ación de las
norm as éticas y mo rales d e un a nac ión o de un pue blo. Reconoce-
1nos el cristianism o como un a religió n basa d a en la reve lación d ivi-
na, y po r eso Dios es la fu ent e de aut orid ad en todo lo que tiene
qu e ver co n las creen cias y el con1port ami ent o d el ser hum ano .
Dios se ha reve lado a los se res hu ma nos, y nos ha d ad o va lores
morales y esp iritu ales qu e d etennin an nu estr as creencias y nu estro
comp or tami en to.
Desde los tie1npos an tiguos ha habid o riva lid ad entr e las reli-
giones. En tie1np os ve terotcstan1ent arios había confli cto entr e los
seg uid ores de Jehova h y los de Mo loc, Qu em ós, Dagó n , Baa l,
As tart e y los di oses d e Egipt o.2 Cad a nació n vecina a los israelitas
tenía sus di oses y sus p rácticas qu e se de rivaba n de su s creenc ias
religiosas . La ética cristiana reco n oce sus raíces en la reve lación
a nti guotes tan1ent aria del Dios d e Abr aham , de Isaac, Jacob y los
otros pe rsonajes de tiemp os pasa dos. Vamos a analizar más deta-
lladam ent e las pr ácticas d e los seres hu ma nos en base a sus creen-
cias religiosas .
Lo qu e un o cree en cua nt o a Dios, el m und o, la v ida d e la
hu ma nidad y la inm or talidad va a ejercer influ encia en su filosofía
de vida, su sistem a de va lor es y su comp or ta mie nt o . Es to, en
br eve, es el tema de es te libro.
II. SISTEMAS ETICOS
Para pode r en ten d er mejor la disciplin a qu e se llama "é tica cris-
tiana", vam os a presen tar u n pa norama breve de la é tica. Hay
va rias mane ras de sistematizar la ética, pero hen1os escog id o seg uir
la d ivis ión tra di cio n al qu e se es tudi a en cu alqui er lib ro . Es ta
d ivisión tradicio nal d ivide la ética en do s sistem as generales: la
ética teleológica y la ética deo nt ológ ica, o la ética de de beres.
l. Sistemas teleológicos
La pa lab ra "te leo lógica" se co mpo ne de dos pa labr as gri egas:
Télos, que significa "fin " y lógos, que significa "doc trin a". Así tiene
qu e ve r con los sistemas de ética que hacen én fasis en los fines o las
metas de la vida.
Santo , es con10 encargarle a un con stru ctor que con stru ya un edifi-
cio sin el beneficio de los es tudi os d e los arquit ectos y los ing e-
niero s. Los re sultado s serán desastro sos, porqu e para construir
bien se necesitan los plano s bien elaborados de part e d el arquitecto
y los cálculos preci sos de los ingenieros.
Ultimam ente los efectos de la práctica d e determinar va lor es sin
1nanda tos o principio s se están manif es tando en varia s m anera s.
William Kirkpatri ck ha escrito un libro titulado Why Johnny Can't
Tell Right from Wrong (Por qué Juan ito no pu ed e di stin guir entr e lo
bu eno y lo malo ), y ju zga qu e el prob lema radi ca en no haber
hecho énfa sis en la formac ión del caráct er en los pro grama s de
edu cación en las última s déca da s. Las consecu encias se m anifi es-
tan en la d eshone stid ad, la irresp onsabilid ad, la violencia y la in-
moralidad sexual qu e caract eri za la cultur a juvenil hoy en día.
(3) Los deberes en la ética cristiana. La ética cristiana tiene ele-
m ento s d eontoló gicos, porqu e mu chas d e las enseña nzas enfoc an
los debere s del ser hun1ano hacia sí mi smo y hacia los dem ás . H ay
norma s para guiarno s porqu e son para nu estro pr op io beneficio y
para el bien d e los d e1nás. Varios d e los Diez Mandamientos son
d e es ta natural eza . La obediencia a es tos mand a1niento s sirve n
para ha cerno s per sonas m ás sa lud abl es, m ás equilib ra das y n1ás
r espetu osas hacia los d emá s. El clamor por la ju sticia soc ial d e
parte d e los prof etas tenía el fin de benefici ar a tod a la comunid ad.
Jesús dio la norma qu e tal vez m ejor ilu stra la ética del d eber:
"Así qu e, todo lo qu e qu eráis qu e los hombres haga n por voso tros ,
así tambi én ha ced por ello s, porqu e esto es la Ley y los Profeta s"
(Mat. 7:12). Si la hum anidad siguiera esta norm a, acabar íam os con
la gran mayo ría de los mal es qu e aq u ejan a la hu1nanid ad .
Pablo dio su lista de los fruto s d el Espíritu (Gál. 5:22), y el amor
encabeza esa lista. En 1 Corinti os 13 Pablo elabor a sobr e el am or,
su s cualid ad es, su s log ro s y su s re sult ados en la pe rson a y en la
sociedad. Es te es otr o caso d e la ética d eont ológica.
Tal vez no debemo s inve rtir d ema siado tien1po en tratar de dis-
tinguir la ética teleo lógica d e la deonto lógica , porque en la ética
cri stiana h ay eleme nt os de la s dos. A la ve z es difíci l decir en
for ma categó ri ca qu e cierto acto enfo ca el fin o el debe r, sin preocu -
pa rs e por el fin. En último análisis se podría argum entar qu e todo
comp or tami ent o tiene su fin, o inmediato o remoto .
111. LA BASE TEOLOGICA DE LA ETICA CRISTIANA
En el comienzo la ética era un a ram a de la filosofía, que se con-
sider aba la 1nadre de las ciencias. La ética se llam aba deo ntología ,
y con el ti e1npo se di v id ía en: l. La juri sprudencia, o sea, los
d eberes demand ado s por la ley; y 2. la ética, o sea, los debere s no
32 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
4 Fe y Mensaje Bautistas. El Paso : Casa Bau tista d e Publica cio nes, 1975.
Panor ama de la ética 33
en con traste con el mar xismo , que dic e que el ser humano es nada
m ás que lo que come , o sea es material sin naturale za espiritua l; en
contr as te con el existen ciali smo at eo, que dic e que la vida no tiene
sentido y qu e el ser hun1ano es pr eso en un dram a que no tiene sa-
lida ; en cont ras te con alguno s conceptos psicoló gicos, qu e dicen
que el ser hum ano es una 1nasa de impul sos prüniti vos dominado s
por el in consc ien te, sobr e el cual no tenemo s con trol ; el pun to d e
vista cristiano es que el ser hum ano es la exp resión más alta d e la
natu ra leza de Dio s en la creació n y que Dios lo ha creado con el fin
d e goza rse en una con1unión íntüna con él. Si el ser humano un e
sus fuer zas con las de Dios, pu ede crea r instrumentos para enr i-
qu ecerse a sí mismo y a toda faceta de la crea ción .
El pec ado es la rebelión de part e d e los seres humano s en contra
d e los id eales de Dio s. La lu cha constant e del ser humano es con-
tra las fu erzas del mat bajo la dirección de Satanás, lo que repr e-
senta el de safío consta nt e de la humanid ad . Pero Dio s no s ha pro -
visto un Salv ado r, Cristo Jesú s, qui en 1nurió en la cru z para sal-
varno s. Por m edio de la fe en Cristo pod emo s goza r de la vida
eterna y recibir los recur sos espi ritual es para equiparnos para pe-
lear esta batalla contr a el mal.
4. La esca tología
Vivimos en es te mundo como peregrinos, porque sabem os que
n os espera un a ex is ten cia e tern a de spu és d e es ta vid a. En la
eternid ad habrá do s posibilid ades: el cielo y el infi ern o. Los que
creen en Cristo va n al cielo p ara di sfru tar de las bendicion es espiri -
tuale s qu e Dios nos tien e preparada s allí. Lo s qu e rec hazan a
Cristo irán al infi erno, dond e habrá angustia y su frimi ento etern o.
Un aspecto de la motivac ión para recibir a Cristo y vivir la buena
vida es aseg ur arnos de esta h erenc ia en el cielo y evitar el sufri -
1ni ento del infierno . Una ética cristia na adec uada va a ha cer hin-
capié en el elemento escatológico de nue stra fe.
IV. LAS FUENTES DE AUTORIDAD
EN LA ETICA CRISTIANA
Ya hemos mencionado que la ética cristiana se caracte riza por
estar basada en la revelación de Dios , y esta verda d es lo que dis-
tingue la ética cristiana de los otros sis tema s de ética. Por eso, deci-
mos que la ética cristiana es ética teológica , en contraste con los sis-
temas antropo lógico s, donde la capacidad del ser humano es pri-
mordial en dete rm inar lo bueno o lo malo de un acto. Esta diferen -
cia es fundamenta l en nuestra consideración . Si el hombre tiene las
capac idades mental es y emociona les para decid ir si un acto es co-
rrec to, o si el criterio para decidir lo bu eno o lo malo d e un acto es
el gra do de pla cer, felicidad o sa tisfacción persona l que br inda al
Pa n orama de la ética 35
ind ividu o, ento nces echa a un lado todo lo que no s enseña la Biblia
con relación a nue stro deber de amar a Dios y al prójüno como el
m ayo r de los m andami ent os. Al d ecir que Di os es la fu ente d e
autoridad, tene mo s que dar un pa so m ás para aclarar lo que qu ere-
mo s de cir. Esta sección tien e el fin de elabor ar sob re este punto.
l. La Bibli a como fuente de autoridad ética
Dios no s ha dado en la Biblia un regis tr o tangible de su reve-
lación para la humanidad. La Biblia contiene sese nt a y seis libros,
escr ito s por uno s 40 autores durante un p erí odo de uno s 1.500
años. La Biblia con tiene una var ied ad de literatura, inclu yen do la
nar ra ción de la historia, el drama, la poesía , la biografía , las epís to-
las y la ap ocalíptic a. No pode m os int erpretar en la mi sma manera
todas las clases de literatur a. Alg un as han sido escritas para crear
una actitud em otiva, y no para segu ir se en forma literal. Dios ha
mediado su revelación en la Biblia, libr o sagrado inspirado divina-
mente, el cual nos habla en forma s de prohibicione s, mandamien-
tos po sitivo s y no s da ejempl os para seguir por medio d e la elab o-
ra ción de las experi encias de otros con Dios.s En algunos casos la
Biblia contiene el registro d el comport ami ent o de los seres hu -
mano s, pero esto no rep resenta ideales que debamos buscar y repe-
tir . A veces la Biblia narra detalles de compor tami en to malo, sin
condenarlo, y algun os toman es te hecho para justificar tales actos
en el día de ho y. Ejemplo s de es to serían la esclav itud y la poliga-
mi a en el Antiguo Testamento. Pero debemos recordar que la Bi-
blia pr esent a la vid a tal com o es y era , sin int en tar cubr ir las faltas
d e los seres humano s.
Este libro tiene el propó sito de analiza r la Biblia en form a deta-
llada , para bu sca r la p er tin encia d e los pasa jes para nu estro día .
Estaremo s haci en do co m entari os so b re d et alles en el cur so de
nu es tro estud io.
2. El pap el de la razón human a en la auto rid ad ética
No es tamo s echando a un lado la razó n hum ana cuand o de ci-
mo s que nu estra au toridad en la ética está en Dio s y su reve lación.
Má s bi en con sid eramo s qu e Dios nos ha dado la capacidad de la
ra zó n , y d ebemo s ut ilizarla has ta lo m áxim o para ay ud arnos en
toma r d ecisiones éticas. La razó n hu 1n ana se utili za en dos áreas
cuando es tamo s trabajando en el campo d e la ética. Primero , es
es ta capacidad la qu e nos permit e es tudiar la Biblia, las cond i-
cione s históricas de los día s en que los var ios libro s fueron escritos ,
y bu scar su sent ido par a aque l día y la aplicación del principio vá -
3. Situacionismo o circunstancialismo
Desd e la década de 1960 está de moda hablar de la N ueva Mor a-
lidad . Joseph Fletcher public ó su libro Situation Ethics en 1966,8 y el
libro gozó de una acep tación inn1ediata en masa d e las per sonas
qu e habían estado en reb eldía en contr a d e las norm as d e los pa-
dr es, de las iglesias y la socie d ad en general, porque les daba licen-
cia para violar alguna s de las prohibi cion es bíbli cas y trad icionales,
di ciendo que la situación di ctaba tal comport am ient o.
Según Fletcher, ha y solam ent e una norm a qu e tiene va lid ez para
gui arn os en tomar las d ecision es, y esa es la norm a del amor. Por
eso, 1nuchos pecados han sid o cometido s en las última s d écada s en
nombre del amo r. No estamo s cu es tionando la valid ez d el am or
como norma para gui arno s en tomar decisiones morale s, pero no
creemo s que el amor an ul e tod o otro mand ami ent o bíblico. Reco-
nocemos qu e Jesús elogió el amor com o la sínt esis de tod a la Ley y
los Pr ofetas (Ma t. 22:37-40) , p ero n o cree n1os qu e Cri sto es taba
diciendo qu e está bien m atar, robar y comet er adulterio cuando la
situa ción así lo justifique , seg ún el p arecer de l sujeto qu e está con-
sid erando tal acto. Fletcher da ilu stracio nes en qu e, según él, se-
rían permitido s tal es actos.9
Sin dud a la situ ación debe ent rar en juego como un fac tor en
considerac ión cuand o uno está fren te a una decisión moral qu e es
complic ada . Pero las en señanzas bíb licas, la ra zó n hum ana y la
dirección d el Espíritu Santo deben entr ar en ju ego an tes d e dar
con sid eración seria a la situ ación. Si la situ ación fue ra la úni ca nor -
ma para gui arn os, podríamo s ju stificar cualqu ier acto con un a ra-
cionalización larga d e la situ ación esp ecial qu e se nos prese n ta.
4. Relativismo
El relat ivismo tom a las prohibi ciones, las normas y los precept os
de la Biblia que tienen que ver con la ética y apli can a ellos el prin-
cipio de relativismo p ara d ar más laxitud al com p ort am iento de los
seres hum ano s. Por ejempl o, toman las enseñan zas de Mo isés en
Deut eronomio 24:1-4 y Mateo 19:1-9 sobr e el di vo rcio, y amplifi can
las razo nes para el divorcio para incluir otras razones qu e no son
bíbli cas . Argum entan que si Cristo estu viera pr esente en el día d e
hoy, cu and o la situ ación social d e la muj er da mucho má s liber tad
que en su propi o dí a, enton ces segu ram ent e él d aría más b ases
para el divorcio.
1 Robert L. Ca te, Teología del Anti guo Testamento (El Paso: Casa Bauti sta
d e Publi cacion es, 1989), pp. 56, 57.
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que viene d el ve rbo hebr eo hayah 1961, que significa "es tar" o "lle-
ga r a ser", impli cando ex iste ncia.s La s con sonante s YHWH lle-
ga ron a s imboli z ar "Ya hweh ", qu e ta mbi én se pronuncia
"Jeho va h''.
Se deba te la pr onunciación de la palabra Jehova h, porque en el
principio el hebreo consistía solam en te de consonantes . Po sterior-
m ente se añadieron las voca les para facili tar la pronunciación. Pa-
ra ese tiempo había tanta reverencia por la palabra que nadi e se
a trevía a pronun ciarla. Al fin , le añadi eron las vocales de la pala-
bra adonaí 136.
En el Antiguo Testamento se habla de Jeho va h com o recto y que
exige la rectitud del ser hum ano en su comportamiento. Después
d el pecado de Adán y Eva, es Jehovah quien los saca del huerto d e
Edé n. Jehovah es el que dest ru ye al n1und o cor rompid o por me dio
del diluvio (Gén. 7:17-23t y ta1nbién el qu e hizo llove r fuego sobre
las ciud ades de Sodoma y Gomarra (Gén. 19:13-24). Jehovah es ce-
loso por su pueb lo, lo ama, y se entri stece cuando peca: "Ent onces
quitaron de en medi o de ellos los diose s extraños y sirvieron a Je-
hovah. Y él no pudo soportar má s la aflicción d e Israe l" (Jue.
10:16).
Mientras la palabra Elohim pred omina en los prim eros capítu los
de Génesis, donde habla de la creació n, la pala bra Jehovah predomi-
na en otras parte s. Por ejemp lo, en las in stru cciones que se d an
re sp ecto al sac rifi cio d e anima les, la pa labr a Jehovah aparece 86
veces en los prim eros siete capítu los del libro d e Levít ico, mi en tra s
qu e la pal abra Elohim aparece un a sola vez. Algun os exp lican esta
de sproporción di ciendo que se debe a autor es di stint os de las dif e-
rente s part es del Pent a teuco . Otro s expl ican qu e es otra faceta de
la natur aleza de Dios y 1nuestra su id entifi cación con el hombr e en
el esfuer zo d e hacer sacrific ios y así mant ener un a relación íntim a
con Dio s.
(3) Adonaí. La palabra adonaí 136 qui ere decir "Señor". Es te
nombre tiene la tr ad ucción "Señor", impli cando la obediencia ab-
soluta que el ser humano debe rendir a Dio s. Es el térmi no que
u saban los esclav os para referir se a su s amo s. Así como el esclavo
es propi ed ad exclusiva de su amo, y éste tiene la obli gació n d e pro -
teger y cuidar d e aqu él, el ser humano d ebe ver a Dio s como su Se-
ñor , el du eño de su vid a, y en esta mi sma relac ión pu ed e ten er la
confianza de que Dio s le prote gerá, le cuid ará y supli rá su s ne cesi-
dade s.
(4) El Shadai . Varios pa sajes m enc ionan EL410 Shadai 7706, qu e se
8 Moi sés Ch ávez, Diccionario de Hebreo B(blico (El Pa so: Casa Bautista de
Publi caciones, 1992), p. 151.
54 BAS ES BIBLI CAS D E LA ETI CA
tr adu ce "El Dios Tod op od eros o" (Gén 35 :11; ve r Jos. 7:8; Isa . 6:8;
8:7). El énfa sis está en la fuerza d e Di os, y comuni ca qu e es sufi -
cient e p ara suplir tod as las n eces id ad es d e los seres hum ano s. Es
El Shadai qui en d em os tr ó su p o d er p ara m ultipli ca r los d esce n-
di ent es d e Abr aham y h acer d e él una n ación grand e (Gén . 17:4).
Es El Shadai qui en se ap arec ió a Jacob d espu és d e su v iaje pa ra es-
cap arse d e la ira d e su h erm an o y q ue se le ap areció cu and o vo lvió
d e nu evo a Betel, di ciend o: "Yo soy el Dios Tod op od eroso. Sé fe-
cund o y multipl ícate. De ti pr oced erá n un a n ació n y un conjunt o
d e na ciones; reyes saldr án d e tu s lom os" (Gén . 35: 11).
H ay o tros n ombr es y non 1br es compu es tos p ara referir se a Dio s
en el Anti guo Tes tam ent o, p ero es tos nombr es son sufi cien tes pa ra
m os tr arn os qu e el Dios d el A nti guo Tes tam ent o se reve lab a al
pu eblo con cualid ad es di stint as en las épocas di stint as d e la histo-
ria d el pu eblo. Reflejan qu e Dios tien e po d er, es Dio s eterno y es el
Seño r qu e am a a su pu eblo. Estas cu alid ad es di v ina s n os insp iran
y nos mu even a vivir d e tal man era qu e po d am os ase 1nejarn os a él.
11. LA NATURALEZA MORAL DEL SER HUMANO
El carác ter ético d e Dios es u n fac tor d e sum a im porta ncia p ara
d etermin ar qu é clase d e comp ort am ient o d ebe m os trar el ser hu-
m an o. La na tur aleza m oral d el ser hum an o es el factor qu e le sigu e
en ünp ort anc ia. Lo qu e cree m os en cu ant o al ser hum ano es im -
port ant e. Los ú ltim os cien años han expe rim ent ad o u na treme nd a
colisión de id eas an tagó nicas en cu ant o a la hum anid ad . ¿Es el ser
hum an o merame nt e lo qu e com e, o represe n ta algo espiritu al ad e-
m ás d el elen1en to ma teri al? ¿Es inm ort al, o mu ere y se d escom -
p on e com o algun os ma terialistas en señ an ? Estas pr egunt as rep re-
sent an los d ebat es qu e es tán en p rog reso en cu ant o a la n atur aleza
d el ser h u n1an o.
l. El ser hum ano crea do a la imagen d e Dios
La Biblia n os enseña qu e Dios creó a la hum an id ad : "Ent onces
dijo Di os: 'H aga mo s al h on1br e a nu es tr a im age n , con fo rn1e a
nu es tra sem ejan za, y ten ga dominio ...' " (Gén 1:26). Las pala br as
"im age n " y "seme jan za" son im po rtant es. En h ebreo tselem 6754 se
tradu ce "im age n " par a impli car un a "s ombr a" o "ap arien cia" d e lo
qu e era lo ge nuin o. Demuth 1s23 se tradu ce "im age n " o "semej an -
za'' . En el p asa d o los erudito s trataron d e fabri car un a di stin ción
entr e las do s palabr as, ha ciend o qu e un a tu viera signifi cad o espiri -
tu al y la o tra el signifi cad o d e la fonna física de l ser hum ano , pe ro
un a co n sid erac ión 1nás ma dur a d e la lit era tura se míti ca co n el
tiemp o recon oció qu e es un ejen1plo d el p aralelismo qu e caracteri-
zaba mu cha d e la literatur a hebr ea. A ellos les gu stabn elabor ar el
signifi cado d e su s id eas con sinónin1os, símil es y metáfo ras .
La ética del Antiguo T es tamento 55
Dios, y de todo lo que me des, sin falta apartaré el die zmo para ti"
(Gén. 28:20-22).
No tenemo s espacio para men cionar los mucho s ejemplo s de ac-
tos d e ador ació n en el Antiguo Testam ento . Basta decir que una
cantidad grande de l material en el Pentat euco tiene que ver con
instru cciones para los varios sacrificio s y las instru cciones para los
sacer dote s, quiene s mini straban en los actos de adoración. Es just o
decir qu e la adoración rep re sentab a el anhelo m ás íntimo de los
sere s humano s p ara estab lecer comunión con su Creador y man -
tenerse en bu ena s re lacione s con él.
Al ofrendar el animal para el sacrificio, el ofrendante estaba ac-
tu ando en obediencia al mand a to de Dios. Tenía que seg uir las
in struc ciones espe cíficas con relación al sac rificio, inclu yendo un
exam en para ver ificar que el anin1al no tenía defectos. El humo y
el olor qu e su bía del altar repr esentaban la co1nuni ón con Dios, y el
sacerdote esta ba presente para cumplir con sus funciones que faci-
litaban tal com uni ón. El result ado era la expia ción de los pecados
del pueblo. Posteriormente la s fiestas d el pueb lo, incluy endo la
Pa scua y la de los Tabernáculos les ay udaban a recordar las gran-
des experienc ias en la hi storia cuando Dio s mani festaba su bondad
y su protecció n.
Hemos n1encionado anteriormente el hecho de que las visiones
de Dios qu e experimentaban p erso najes destacados resultaban en
la consagrac ión para servir a Dio s. Es tos ejem pl os sobre salientes
de exper ien cias d e Abraham, Jacob, Moisés, Samuel e Isaías no
deben opacar las de personaje s ordinario s que tambi én di sfrutaban
de estas bendi cione s. Una lectur a d e las prácticas religiosas del
pueblo desp ués d e estable cerse en la tierra prometida , con sus lu-
ga res altos que ed ificaron en va rio s lu gares, su preo cupación por el
arca de Jehovah cua ndo fue cap turada por los filiste os, y las lucha s
de los profeta s en contra del sincretismo y otras forma s de pecado,
todo no s indic a que era un pueblo religioso que tomaba en serio la
necesi dad d e ma nt ener una buena relación con Dio s.
2. La obediencia a los mandatos de Dios
Otro s dirían que la bu ena vida es el resu ltado de la obediencia a
todo lo que Dio s no s pide.
Tal vez el ejemplo sobr esa lien te de la obedienc ia en el An tiguo
Testamento es el caso de Abraham . El vivía bien en Harán, porque
estaba cerca de su fami lia . Dios lo h abía pro sp erado con bi enes
materiale s y par ece que expe rin1entaba la bu ena vid a, a pe sa r de
no tene r prole. Pero Dio s le llamó para salir de su tierra, de su pa-
rentela y de la casa d e su padre (Gén. 12:1). Pod e1nos imaginarno s
la sorpresa que sint iero n los faini liares de Abraham cuando él les
comuni có su prop ósito. Podemos considerar los argum ento s que
62 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
pr ese ntaron para ha cerl e ver qu e d ebiera qued arse dond e vivía.
Pero Géne sis 12:4 di ce: "Abr am se fu e, como Jehov ah le había
di cho ..." Es un ejemplo de la obedi encia que debemo s manife star
cuand o escu cham os la voz d e Dio s.
El autor d e Ecles ia stés, d espu és d e haber pr obad o todo otr o
cam ino para alcanzar la felicid ad, lleg a a esta con vicción: "La con -
clu sión de tod o el di scur so oíd o es és ta: Tem e a Dios y guard a sus
mand ami ento s, pu es esto es el todo d el hombr e" (Ecl. 12:13).
La obedi encia repr esent a m ás bien el d eber, o sea, es ilu stración
d e un a ética deontol ógica, la cual requi ere un esfu erzo constant e
de vivir cada día de acu erd o con los id eales qu e Dios no s da. Las
pág in as de l An tigu o Tes tam en to es tán llena s d e exp eri enci as d e
person as qu e acept aban la vid a como dádiva de Dio s e int ent aron
vivirla ha sta lo máximo en obedi encia con lo qu e Dios nos m anda ,
y p or eso expe rim ent aban la tr anquilid ad. H ay va lor en p od er
acept ar la si tuación en qu e no s encontram os, con relación a nu estra
salud , el lu gar dond e vivim os, el tr abajo qu e tenemos de acuerd o
con nu estros don es, y vivir cad a d ía en form a natu ra l en obedi en-
cia a las leyes y los mand a tos qu e Dio s no s ha dado en la Biblia. En
contr aste, mu chas person as es tán in conform es y en rebeldía por
algún problema d e sa lu d, por el luga r dond e vive n, y un sin fin de
otra s circun stancias qu e no pu eden cambi ar.
3. El cumplir con la voluntad de Dios
Si lee m os el res to d el p asa je r ela cion ado con el lla m ad o d e
Abr aham, ve mos qu e Dios da su pr om esa: "Yo haré d e ti un a gran
nación. Te bend eciré y engrand eceré tu nombr e, y serás bendi ción.
Bend ecir é a tod os los qu e te bendi gan , y a lo s qu e te m aldi ga n
m ald ecir é. Y en ti serán bendita s tod as las familia s d e la tierra "
(Gén. 12:2, 3). Abr aham, por medio de su obedi encia , cun1pli ó la
voluntad d e Dio s y traj o grand es b endi cione s a su familia , su
nación y al mundo ent ero. Es así cuand o cad a person a se somet e a
la v oluntad d e Dio s par a s u vida , porqu e Dio s qui ere ha ce r
grand es cosas con noso tros y por m edio de la utili zac ión de nu es-
tros talento s.
John Bright , en su libr o La Historia de Israel, traza la hi stori a d e la
red ención d el pu ebl o de Dios en el Anti guo Tes tam ent o, y di ce
qu e el con cepto d e la red en ción envu elve el m ensaje total d e la
Biblia.10Tra za la histori a de los patriar cas desd e la entrad a d e los
hebr eos en Can aá n, a trav és d e la m onarquía en Isra el, por la di -
visión de la nación en d os reino s, por la d esint egra ción de Isra el
primero en 722 a. de J. C. y despué s d e Jud á en 586 a. de J.C., p or el
ces de las en señan zas qu e po steriorm ent e flor ece n . El Anti guo
Test ainento contiene los cimi ento s y a vec es la prim era p lanta d el
edificio , pero en el Nuevo Tes tamento ten em os el segundo p iso d el
edificio , el techo y los acabados.
En la reve lación progre siva la cap acidad del pu eblo para recibir ,
di ger ir y pr acticar las norma s es un fac tor para d eterminar h asta
dónd e lleva la reve lación . Por ejem plo , Moisés dio legis lación en
cuant o al di vorc io en Deut eronomio 24:1-4. Cu ando los fari seos le
pr eg unt aron con ref eren cia a es te p ermi so d e di vo rcio, Jesú s dijo
que era "ante vu estra dure za d e corazó n " qu e Dios permitió esta
legislación (Mat. 19:8). Es d ecir, Dios tu vo que acomodar se al nive l
de compr ensió n y comporta1ni ent o del pu eblo p ara p oder elev arle s
po steriorm ente a una actitud sup erior con relac ión al divor cio.
La rev elación ref erent e a las relac ion es en tre las clases di stint as
en el Anti guo Testam ento es inco mpl eta. Hay leyes para reg ul ar
las pr áct icas con los esclavos, p ero sab emo s qu e Dios d esa pr ue ba
la esclav itud . Sin embar go, dio n o rm as qu e no repre sent an los
id ea les m ás altos , pero sí repr ese nt an un pa so ade lant e en com-
paració n con las circun stancias de los esclavo s en otras na cion es.
La legislac ión de "ojo po r ojo" era medio p aso ad elan te cu ando
anali za mo s las ac titud es d e ve n ga n za que pr ac ticaban los pu ebl os
an tes d e esa leg islación . Tendr ían qu e pasar va rios siglos an tes d e
llega r el mandami ento de Jesús d e "a n1ad a vu estro s en emi gos".
Dio s tu vo qu e pre sentar ideal es qu e pudi eran ser alcanza do s por el
p u eblo en un período primitivo d e su d esarro llo mo ral y esp ir itu al.
Estas norma s llega rían a la p erfección en el Nuevo Testamen to con
las enseñan zas d e Jesú s.
Esta carac terís tica in compl eta de la reve lación es fundame ntal
en la edu cación. El m aes tro no pu ede en señarle al esco lar todo lo
que va a n ecesi tar d e la matemáti ca en los primeros año s del cole-
gio . Recibe la instrucc ión en forma paula tina , y cu an do el niño ha
apr endido bien una oper ación , pa san a los asunto s más complejos.
La geo m etr ía y el cálcul o son p ara etapas m ás ava n za da s en el
desarro llo ment al de los niños.
2. Un favoritismo para los judíos
Otr a limit ación de la ética del Anti guo Testa m ento tiene que ve r
con la apl icación d e los princip ios en form a relativa , seg ún las cir-
cun stanci as. Po r eje1nplo, había leyes que tenían qu e ve r con la
us ur a, o la cobranza de intere ses po r p rés tam os . "No cobrarás a tu
hermano inter és por el di nero, n i in terés po r la comida , ni int erés
po r nin guna cosa de la qu e se sue le cobrar int erés . Al ex traño
pod rás cobr ar interés , pero a tu hermano no le cobrará s, para qu e
Jehovah tu Dios te bendi ga en todo lo qu e empr enda tu mano en la
tierra a la cu al entr as para tomarla en p osesión " (Deut. 23:19, 20) .
La ética d el An tiguo Testa mento 65
21; 8:29; 9:24; 10:20, 26, 28; Ju e. 1:17, 25; 7:25; 8:21; 1 Sam. 15:33; 2
Rey . 9:24, 27, 33; 10:7, 11, 14, 23-27). El mandato era m a tar a h on1-
bre s, muj ere s, niño s, ganado y toda otra po ses ión, para no qu eda r
con nada. La pa labra jerem 2764 se utili za ba para referi rse a la s co-
sas de struid as en consa gra ción a Di os . El cas tigo de no cumplir
con es ta anatem a" era mu y seve ro (1 Sam. 15: 8, 9, 33). Es dif ícil
11
para no so tro s entender esta prác tica, p orq ue p ara nosotros par ece
una cru eld ad exces iva , h as ta bárbara.1 1 Pero h ay que en tende r que
la reli gión d e los cana neo s era el ba alismo, que tenía capacid a d d e
corromp er la ado ración pur a d e Jehova h . D ios sabía que si no aca-
baban con los can aneo s y su s pr ác ticas religiosas, iba a ser mucha
tentación para lo s israe lit as . Y as í fu e. A pesar d e todo, no aniqu i-
laro n a todos los can aneos, y fue un a lucha cons tant e la at racció n
d e la relig ión d e ello s. El libro de O seas detalla el nivel tan bajo a
que llegó la nación en su prostitución d e la ado ració n a Jehova h .
La época fue un a d e osc ur idad. La mat anza que acontec ió en
Canaá n se ha repe tid o mil es de veces en la hi sto ria hum an a. Pro -
fesa mo s hab er ava n za d o desde esa etap a. Pero el exterminio d e los
judíos d e p art e de Hitl er en A lemania , el exterminio de pueblos en-
teros en Vietnam y la m atan za que es tá aco nt ecien do actualmente
en lo qu e era ant eriorm ent e Yugoslavia nos hace pr eg unt ar: ¿Es
ciert o qu e hemo s ava n za do ?
4. El carácter imperfecto de personajes lídere s
El seg undo grupo d e dificultades morales tiene qu e ver con al-
gun os d e los per so najes anti gu otes tame ntari os quienes figuran co-
mo lídere s en el pu ebl o y di sfrutab an del favor d e Dios, pero a pe-
sa r d e eso, te ní an cualid a d es cues tionabl es y/ o prácticas pe ca-
n11nosas .
(1) La poligamia entre algunos de los líderes . En Génesis 16
ve n1os que Sarai an im ó a Abra h am p ara tomar a Agar, su sierva
eg ip cia, par a ver si concebía para d a rle prole a Abraham . Así
aco nt eció, pero inm ediatam ent e sur gieron problemas entr e las dos
mujere s, como con secu en cia d e los celos de par te d e Sara i (16:1-16).
Ta mbi én , ve1nos qu e Abr a ha m minti ó al faraón de Egipto en
cuanto a su es po sa, Sarai, di ciendo que era su her man a. Lo hi zo
porqu e temía qu e el faraón le m a taría para tomar a Sarai com o su
mujer (Gén . 12:10-20). La ve rd ad es qu e era m edi a h er man a, pero
cond en amo s el inten to d e Abraham de protegerse a sí mi smo y en-
tregar a su esposa al faraón por un tiempo para ga n ar el favor de
los eg ipcio s.
herida por herida , go lp e por go lpe" . Recono cemo s esto como le-
gislación inf erior a lo s id ea les que post eri or m ent e se pres entan ,
pero tenemo s qu e reconocer qu e eran leyes para elevar el nive l de
m oralidad de esa ép oca. Ante s de es ta leg islación las p erso na s
vivían d e acuerdo con la ley d e la jun gla, dond e reinaba el prin ci-
pio: "El que es más fuerte controla. " En esta socied ad uno podría
p erd er su s 1niem bros o facult ade s o h as ta la vid a por cu alquier
pr ovocació n, inclu sive para divert ir a los esp ectadores. Esta legis-
lación en el día d e Moi sés tenía com o prop ósito frena r pr áctica s de
mayo r seri edad .
¿ Qu é conclu sion es poden1o s sac ar de es tos pr oble m as, que se
suelen llamar las "dificultad es m ora les" en el Ant iguo Testamento ?
Ten emo s que adm itir qu e el reg istr o no s pr ese nta inquietud es,
porque es ob vio qu e las n orn la s éticas y la s pr ác ticas se con-
tradecían. H ay qu e compr ender la épo ca en qu e vivía n los per so-
naje s de qu e hemo s hablado , y reco no cer qu e el ni ve l mora l era
má s bajo qu e el de hoy.
El prin cipi o de la reve lación pr og resiva es la expli cación má s
ad ecua da con relación a estos problemas. Pablo , coment an do esta
época en su sermón en A tenas, dijo: " ... aunque antes Dio s pa só
po r alto los tiem po s de la ignoranci a, en este tiemp o manda a todo s
los hombr es, en todos los lu ga r es, que se arr epientan " (H ech.
17:30). El principio es igu al con la maner a en qu e tratamo s a nu es-
tros hij os . Cuando es tán crecie nd o, tenem os qu e en señarl es lo
bue n o y lo mal o. Pu ede n com eter ac tos qu e consideramo s delito s,
pero has ta n o recibir la enseñanza qu e es 1nala, n o podemos re-
qu erir otro com por tam iento. Con el tiempo ellos apr en den que es
malo, y se dan cue nt a que tienen que port arse de acuerdo con lo
que se les ha enseña do.
Otra exp licación que arroja lu z sobre la mora l de los ind ividu os
es el hecho que había épocas en el pasado cua nd o el enfoque de
Dios era sobr e la nació n o la fami lia y no tanto en el individ u o. El
propósito de Dios en elegir a Abraha m pa ra ser el objeto de su
pac to era traer bendiciones al mundo entero. Pero a veces Dios
tuvo que ac tu ar para pre servar a la familia, la tribu y posterior-
mente la nación como mot ivo primordial , sin enfoca r tanto al indi-
viduo. En el Nuevo Testamento vemos que Dios vu elve a concen-
tra rse en el individuo , y llama a cada uno a una responsabilidad
de lante de él.
Hay mucho en las normas morales del Antiguo Testamento que
objeta mos, pero tenemos qu e reconocer que Dios siempr e hizo lo
máximo que el ser humano pudiera absorber con relación a su
propósito final. Aunq ue algunas de la leyes eran imperfectas y no s
impre sionan como de cual id ad primitiva, sin embargo serv ían pa ra
llevar a la nación y al ind ividuo hacia los id ea les que posterior-
72 BASES BIBLICAS D E LA ET ICA
con relación a sus act os d e compasi ón, y d ejar a un lado todo lo de-
más . Dicen qu e si pudi éramos tomar sus ensefianzas éticas y mo -
rales e implem entarl as en la socie dad , ent onces eso es tod o lo ne ce-
sario para mejorar el mun do.
Otros quieren hacer d e Jesú s solamente un m aestro re ligioso.
Los judíos contemporán eos con él lo llam aron "maestro" y "rab í".
Cie rtam en te Jesús estaba familiari za do con las doctrinas del jud aís-
mo y de las varias contr ove rsias entr e lo far i eos, los saduceos y
los herod ian os. Pero ve m os que Jesús rec hazó mu cho del leg alis-
n10 en las expresiones del judaísmo de su día.
Jesús dio supr em a im po rtan cia a un a expe rienc ia religio a corno
la base pa ra vivir bien. Van1os a consid erar má s a fondo este con-
cepto poste rior m ent e, pero podemo s ha cer hincapi é en la impo r-
tancia de ver qu e Jesús fue un líder re ligioso y un maes tro de la éti-
ca. Ha y elem ento s de ut ilitarismo, esto icismo y ha sta hedoni sm o
en las enseñanzas que nos di o, p ero no podemo s lim itarla s a un so-
lo sis tem a. Las enseña nzas de Jesús cont ienen elem ent os qu e en fo-
can el fin de fines, cara cterística d e una ética teleológi ca, pero a la
vez hac e hin capié en los medio s ace ptabl es para alca nza r esto s
fines, asunto importante en sis tema s d eontol óg icos en la ética. H ay
tres po sibles posicio nes con relación a estos con cep tos. l . La teor ía
d e elimina ción in s iste en qu e n o hay co m patib ili dad entr e la
religión qu e Jesú s promulgó y sus enseñan zas éticas. 2. La teoría d e
abso rción insis te que los do s concep tos se absor ben en un o. 3. La
teoría de sup lement ación, como el nombr e indica , qui ere d ecir que
la una sup lem enta a la otra. El punt o d e vista del autor es la supl e-
mentación , au nque ha y argume nt os fuertes para indi car que las
dos son abs orbida s en un a.
Segur am en te Jesús introdujo en el mundo concepto s nu evos y
revolucionarios al da r sus enseñan zas. Aunqu e había ne xos con la
reve lación an tiguo tes tame nt aria y Jesús demo stró un resp eto pro-
fund o por la ley mo ral, no vac iló en sepa rar se de los enfoque s le-
gali stas de las enseñanzas especí ficas en la Ley . Sin embar go, el
Sermón d el mo nt e conti ene va rios versíc ulos para ilustr ar que las
ensefian zas de Jesús van mu cho más profund o qu e la Ley. Llegan
a tocar el p ensan1 ien to como el emb rió n qu e flore ce en el ac to.
Enfo có el 1notivo en el comportami ent o como facto r de vital imp or-
tancia . Jesú s progresa d esde la Ley par a alca nzar nive les mu cho
más altos d e los qu e había alcan zado la Ley.
11. JESUS Y EL REINO DE DIOS
l . Un concepto prominente
El reino d e Dios es un concept o céntri co en las enseñanzas d e
Jesús. Jesús hace dos referencias a la iglesia en los Eva nge lios, pero
La ética d e Jesús 125
1 H en lee Barn et te, Introdu cing Christian Ethics (Na shville: Broad m a n
Press, 1961), p. 46.
2 "La Ig les ia y e l Es tado a la Lu z d el N u evo Tes tam ent o", A lan
Rich ardso n y W. Schi o, ed it ores, Aut oridad de la Biblia en el Día A ctua l
(Bu enos Aires: Ed itorial La Aurora , 1953), p . 183 .
•
126 BASES BIBLICAS D E LA ETICA
3 C hri s toph er H aJl, "Stubb orn Hop e", Chris fianity Today, 11 d e enero de
1993), p. 32.
La ética de Je sús 127
4 C . H. D odd , The Parables of the Kingdom. Nueva York : Scr ibn er 's
Publi sh ers, 1961.
5 Rudolf Bultmann , Jesus and the Word (N u eva York: Sc ribn e r ' s
Publi sh ers, 1958), p . 35.
128 BASES BIBLICAS DE LA ETI CA
6 Tod Con n or, "Is the Earth Alive?", Christianity Today, 11 de enero de
1993, pp. 22-25.
130 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
7Richard B. Cunnin gha m, The Christian Faith and It s Cont emporary Ri vals
(Nas hville: Broad m an Press, 1988), p. 93.
La ética de Jesús 131
re gla , ne gati va o positi va, y una lista d e debere s, tendr emo s que
bu sca rla s en otra part e.
2. Una ética con enfoque interno
Jesú s tomó los Die z Mandamientos, que tienen que ver con res-
ponsabilidades hacia el prójin10, e hi zo un enfoqu e en las actitudes
interna s que producían el homicidio , el adulterio, la mentira y el
robo. Jesú s sup o qu e si pod em os contr olar las raíc es d el comporta-
mi ento m alo, ento n ces no tendremos que tratar con per sona s qu e
han violado esto s 1nandamientos . Jesús no s llamó a la con sid era-
ción del motivo d e nu es tro compor tami ento ; lo cual int ernaliza el
proce so de determinar lo bu en o y lo malo .
No estamos diciendo que Jes ú s pa só por alto el acto externo .
Ciertamente consideraba el ase sinato, el adulterio, el robo y el falso
testin1onio como actos que merecen condenación y castigo. Pero él
intentaba resolver lo s problema s de l eno jo, la lascivia, la cod icia y
el perjurio antes de que se cometiesen tal es actos. Las bi en ave ntu-
ran zas (Mat. 5:1-12) elogian la s v irtud es qu e tien en qu e ve r con
act itud es encima d e las que reflejan comp ort ami ent o ex tern o . En
Mate o 23:23 llama a la ju sticia, la miseri cordi a y la fe como los ele-
m ento s má s ünport ant es de la ley.
3. Una ética positiva
El inundo antiguo v ivía bajo la son1bra d e mandam ient os n ega -
tivos, prohibi cion es y regla s para escapa r d el dolor, el cas tigo y la
ira d el se r di vino. Los Di ez Mand a mient os contienen la palabr a
"no" an tes de ca da verbo. El Cód igo d e H a murabi tiene leyes apo-
dícti cas, qu e pr ese ntan la condi ción "si el h ombr e co1netiere tal ac-
to, el cas tigo será ..."
En contra ste , Jesú s bu scó la man era d e enfo car el elem ent o posi-
tivo en sus enseñanzas. La literatura rabínica ten ía la reg la d e oro
en forma ne ga tiva: "Lo que aborreces, no lo ha gas a nadi e." Jesú s
pr ese ntó la mi sma id ea en for ma po siti va: "Así qu e, todo lo qu e
qu erái s que los h ombre s hagan por voso tro s, así tambi én h aced por
ello s, porqu e esto es la Ley y los Profetas" (Mat. 7:12). Aco n sejó a
un a per sona ofendid a a tom ar la ini cia tiva para reconciliarse con el
h ermano (Mat. 5:23-26). Llamó a lo s cr istian os a vivir en forma po-
sitiv a y no n ega tiva: ''Porqu e os di go qu e a menos qu e vu es tr a ju s-
ticia sea may or que la de los esc rib as y d e los fariseos , jam ás en-
traréi s en el reino d e los cielo s" (Ma t. 5:20).
Jesús no s llam a a tener entu siasmo para lo bu en o. Esto se ilustr a
en la parábola del d emoni o echad o d e la casa; cuand o la casa qu e-
dó vacía, entr aron otros siete dem onio s pe ore s, d ejando el es tad o
final de la casa peor que ant es (Mat. 12:44). Una religión n ega tiva
crea pesimi smo; el entu siasmo por lo positivo es contagioso.
132 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
Jesús enseñó que el ser hum ano reci be el perdón de Dios en pro -
por ción a su capacid ad de perdonar al herman o: "Porqu e si perdo -
nái s a los hombr es sus ofensas, vue stro Padr e celes tial tambi én os
p er donar á a voso tro s. Per o si no perdonáis a los hombr es, ta1n-
poco vuestro Padr e os p erd onar á vu es tras ofensas" (Mat. 6:14, 15) .
La capacidad de perdonar no se consid erab a virtud en el mund o
antiguo; m ás bien pr edomin aba el prin cip io d e "ojo por ojo, dien te
por dient e".
No podemo s pasa r por alto la norm a de Jesús: "Es lícito hacer
bien en sábado", y p odemos amp liar es te prin cipi o para llamar nos
a vivir así todos los día s. La vid a cri st ian a consiste en bu scar la
1nanera de ministrar a toda persona , según su necesidad. Pued e
ser el acompañar a uno en el ho sp ital mi entra s un familiar está so-
m etido a una int erve nción quirúrgica. Puede ser el detenerno s en
la carretera para ay udar a alguien a camb iar una rueda. Puede ser
el pre star una mano par a ayudar a un ancia no que está cruzando la
calle. Los actos po sitivo s pueden neutralizar la n1aldad que se per-
cibe en todo s lado s.
4. Una ética con recompensa para el presente y el futuro
vosotro s los uno s a los otro s. En esto conocerán todos qu e sois mis
discípul os, si tenéis am or los un os p or los otr os" (Juan 13:34, 35).
El mand ami ento de am ar a los herm anos en la fe ha pr odu cid o
un a relación d e compañ erismo entr e los cristianos qu e ha impr e-
sion ado a los incon ve rsos durant e los siglos. En esto se ve el pod er
transform ador d el eva ngelio. Entre famili ares, entr e veci nos, entr e
per sona s d e clases sociales con dif eren cias notabl es, el am or d e
Cristo ha di su elto di ferencias radi cales para reempl aza r el od io con
el amor. Es to se ve esp ecia lm ent e entr e los cri stianos d e razas y
nacion es di stint as cuand o se reún en para congresos. Las p ers on as
qu e han recibid o el amor de Dio s comp art en ese am or con otros, y
llega n a form ar un a famili a d e cri stianos qu e se am an .
3. El desafío de la perfección
Cri sto d esa fió a los cri stian os: "Sed, pu es, voso tros p erfectos ,
com o vu estro Pad re qu e está en los cielos es per fecto" (Mat . 5:48).
La palabr a "perfecto" en griego es teleios 5046, la cual significa "com-
pl eto" en los vari os sentid os d el desa rr ollo físico, emocional y es-
piri tu al. Esto pu ede abar car la m eta de log rar un a pe rfección en
toda faceta d e la vid a. En el p asa do, algun os grup os han int erpre-
tado es te m andam ien to en el senti do de la pe rfección m oral, y han
enseñado qu e el cristiano, desp u és d e conve r tirse, tiene que lucha r
para log rar un a pe rfección tal qu e llega a estar encima del pecado y
exe nt o del mi sm o. Alguno s la llaman "la santifi cación ", y creen
que es un a segun da exp eriencia pos terior a la conve rsión. Esta es
un a int erpr etación err ónea d el concept o.
El id eal d e Jesús p ara cad a persona es alcanzar esa m adure z qu e
le pr ep arará p ara actu ar en un a m anera apropi ada en toda circun s-
tancia. Esto abarca el control d e las em ociones tant o como del as-
pec to volitivo de uno. Qu iere decir qu e un o está en contr ol de su s
facult ades m ent ales hasta tal pu nto que no va a tomar decisio nes
pe rju diciales ni actu ar en for m a precip itada. Ejerce el cont rol sobre
las influ encias de Sata nás, y sabe dec ir qu e no a la tent ación. No se
encuen tra en circun stancias qu e comp ro m etan su tes timonio.
Jesús nos d ejó un buen ejemplo por m edi o de su vida, el cual el
hombre p uede segui r para llegar a ser bu eno. Aunque no hay re-
glas fijas, es cierto qu e al estu diar el ejemp lo de su vida y su s ense-
ñanzas en el N uevo Tes tam ent o, el cristiano tiene un a idea mu y
clara de lo que es el am or obedi ente, y lo que es la vol un tad d e
Dios. Una fe en Cris to y el am or hacia Dios y el prójimo trae los re-
sult ad os de la pur eza de corazó n, la sincerid ad , la hum ildad , el de-
seo d e perd onar, el am or hacia los enemi gos, la m iserico rdia y la
justicia en las relacion es, la honra dez en pa labr as y actos, la pur eza
sexu al, el bu scar los teso ros espiritu ales p or sob re los tesoros m ate-
riales y la comp asión hacia los neces itados. La buena vida consiste
138 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
Ver Brian H ebblethwa ite, Christian Ethics in the Modern Age (Filad elfia:
8
Wes trnin ster Pr ess, 1982), pp. 24-30.
9 l bíd., pp . 30-32.
140 BAS ES BIBLICAS D E LA ETI CA
sición y la pur ga d e la bruj ería en siglos pasa dos. Ber trand Ru ell
(1872-1970) filósof o a teo d e renombr e 1nundi al, siempr e ataca ba el
cristianism o por su recha zo de y resistencia a los avan ces d e la
ciencia y de la int eligencia. Pr eg unt an cómo las enseñan zas que
profesan elog iar el an1or entr e los seres hum anos pu eden pr omo-
ver la cru eld ad, el pr ejui cio y la di scrimin ación . Los críti cos atacan
la fe como base pa ra la m oralid ad, y pr efieren el u so de la int eli-
ge ncia, la razó n y la be nignid ad, ap art e d e una base teocé ntri ca 10
Otro s atacan ]a ética de Cri sto po r su creencia en la d octrin a de
la expi ación, la idea qu e un o necesita pe rd ón d e los peca dos, po r la
doc trin a de la inmort alid ad , y por su expli cación de l p or qu é de l
sufrimi ent o y la existencia d el mal. Algun os son ateos porqu e di -
cen que un Di os d e amo r no pe rmitirí a tales trage di as.
2. La crítica que la ética de Jesús es anticuada
Algu nos criti can la val id ez d e las en se ñan zas d e Jes ú s p a ra
nu estro día , dici end o qu e son anti cu adas para person as del siglo
XX. Pr eguntan ellos: ¿Cóm o pueden ten er va lid ez para no so tros
las ense ñanzas de un a persona qu e vivía al otr o lado d el inund o
hace casi 2.000 añ os, qu e nun ca salió de su propi a región, y no tu vo
qu e lu char con la comp lejid ad d e con venios entr e na ciones en las
e feras p olíticas ni eco nómi cas?
Al leer los Evangelios, no s impr esion a la sencillez d e la vid a en
aqu el ent onces. Jesús nació, vivió y mur ió en Palestina , un a región
limit ada d e un os 65 km . d e ancho y un os 160 km . de larg o en el
Ce rcano Ori ent e. N o existían los 1nedio s modern os de comuni ca-
ción ni de tran sport ación. Las pe rson as viv ían de los pr odu ctos lo-
cales qu e se pod ían cultiv ar y fabri car con las herr ami ent as primiti-
vas de aqu el en tonces. Las ilu stra ciones qu e Jesús utili zaba en sus
enseñanzas reflejan la vid a y la ment alidad d e la ge nt e sencilla .
Pregu nt an algun os: ¿Qu é va lid ez hay en toda s es tas enseñanzas
pa ra el jove n qu e trabaja en una compañ ía in terna ciona l con ofici-
nas en las ciud ad es prin cipal es del mund o? Sus circun stancias on
compl etam ent e di stint as de las del hijo m enor y el hijo n1ayor en la
pa ráb ola de l hij o pró di go . Jes ú s vio a las p er sona s co n enf er-
medades fís icas y mi ni stró a ellas en for m a m ilag rosa, sana nd o
muc has de ellas instant áneam ent e. Hoy en d ía estos enferm os ten-
drían que ser lleva do a los centros de sa lud d onde ser ían some ti-
dos a nume rosos exá men es y p roced imi ento s pa ra establece r un
d iagnóstico y des pu és determin ar un tra ta mi ent o.
Es ciert o qu e las circun stancias de ho y son mu y di stintas d e las
del día de Jesús. Pero la na tur aleza hum ana no ha cambi ado. Los
m ismo s deseos carn ales qu e cara cteri zab an al hijo pr ódi go es tán
10 Ibíd., p. 50.
La é tica de Jesú s 141
11 R. E. O . Whit e, Christian Ethics (At lant a: John Knox Pr ess, 1981), p. 82.
12 lbíd., p. 83.
La ética de Jesús 143
13E. F. Scott, The Ethical Teaching of fesus (Nu eva York: The Macmillan
Co. , 1957), p. 189.
La ética de Jesú s 145
los, p ero ha llega do a ser una leva dura pod ero sa para afectar en
forma po sitiv a las estructuras d e la soc iedad.
El consu elo de la reco1npen sa en el cielo qu e Jesú s ofr ece a su s
seguidores h a sido crit ica d o fuert em ent e por Walter Kauffman ,
profesor de filo so fía en la Un ive rsid ad d e Princeton por 1nucho s
año s. El come nt a que la actitud del m aes tro budi sta es má s apro-
piada, quien dijo qu e p referir ía ir al infi ern o p ara comp artir los su-
frin1i en tos de lo s qu e están allí. Es to se ría la abn ega ción ver-
dad era.14
5. La crítica que la ética de Jesús era para una época pasada
Varias per so n as han visto en la s en se ñan zas de Jesú s n onn as
locales y temp orales que no tienen va lid ez para nosotros. En el
siglo p asa d o Johan nes Wei ss, erudit o neo tes tam entari o, insistió en
que las en señanzas de Jesú s fueron influida s por sus idea s esca to-
lógicas y fueron enseñanzas de eme rgencia, tales como las que se
necesitan d u rant e un a crisis como la gu erra .
Alber to Sch weitzer, gran músico, m éd ico mi sio n ero y teólo go
destacado entre lo s lib erales, escribió su lib ro, The Quest of the
HistoricalJesus (La búsqueda del Jesú s de la histor ia), en el cual dice
que la ética de Jesús no tien e pertinencia par a nosotros, porque era
una legi slac ión de emergencia que ya no es vá lida, porque los se-
guidores de Jesús espe raban erró neame nt e el fin del orden act u al
del mundo en su día .
Es difícil determinar ha sta qué punto la escatología form a parte
de las enseñanzas éticas de Jesús. Seguramente la esca tología n o
era el factor principal alrededor del cual giraba toda otra enseñan -
za. No podemos aceptar que la gran mayoría de las en seña n zas de
Jesús eran para un ínterin breve antes de la segu nd a ven ida, la cua l
esperaban que acontec iese muy pronto después de su ascens ión.
Más bien eran para todos los años futuros que Dios quiere dar a la
humanidad antes de la segunda venida y la consumac ión de la his-
toria . Jesús llama a los seres humanos a aceptar sus en señanzas
porque les indica la volu ntad divina, que no puede cambiar , y con
las cua les se transforma la sociedad.
6. La crítica que la ética de Jesús es imposible de alcanza r
Otros admiten que las enseñanzas de Cr isto represe nt an los de-
safíos más altos que el ser humano puede recibir , y a la ve z conce-
den que son imposibles de alcanzar . Dicen que el hombre d e neg o-
cios estaría en bancarrota mu y pronto si tratara de vo lver la otra
mejilla y de ir la segunda mill a en cada circun stancia que se le pre-
sen te. El políti co nunca sería elegido si no hiciera promesas qu e los
ciud ada no s espe ran, no imp ort a si cree poder cun1plirla s o no.
Reinhold N iebuhr , teólogo d es tacado d e entre los n eoo rtodo xos,
solía llam ar las enseña n zas de Jes ú s id ea les posibles qu e son im-
po sibl es d e alcanzar. Hablaba de las p osibilidad es que so n impo -
sibles d e rea liza r cuando se refería a la impl en1ent ación de las nor -
mas que demandaban la p erfección, la verd ad abso luta , la justicia y
el p erd ón p ara los ene1nigos .
Es cier to qu e las d em and as d e Jesús son mu y altas . Por eso, nos
llam an al ar rep entimi ento cons tant e p or lo s p eca d os qu e com e te-
mo s. A la vez crea n un a tensión san a en nue stras vid as y las in sti-
tu cion es para h acern os ver que no s falta mu cho para imp len1en tar
los id eales en forma perfecta. Pero esto es lo que n os desa fía con su
pertinencia.
CONCLUSION
El es tudi o d e las en sefian zas éticas de Jesú s n os inf orma, no s
aclara con relación a nu es tros debere s y nos de safía para int ent ar
pon er en prá ctica lo que Cr isto en seña . Reco rd em os que so n nor-
1nas para el ciud adan o del rei no. Son prin cipi os altos y difíciles d e
alca n zar, p ero son p ertin ent es p ara in spira rn os a lu ch ar por alcan-
za r las 1netas.
El cri stiani smo ha tenid o un imp ac to poderoso en el mund o en
la esfe ra moral. Au nqu e h a habid o ex tremis tas que h an m alint er-
pretado lo que Cr is to quería enseñar , la gran n1ayoría d e las en se-
fianzas que han sid o impl em ent ad as h an se rvido p ara en riq u ecer
la vi d a human a y m ejorar las condi cion es en qu e viv im os. Nos
con v ien e con1pr ome ter n os d e nu evo a acep tar el de sa fío d e se r
seg uid ores de Cr isto e impl em ent ar su s enseña n zas en forma p er-
so na t socia 1 e in stitucional.
7
LA ETICA DE PABLO
INTRODUCCION
Las enseñ an zas éticas de Pablo enfo can los d eberes p erso nales
d el cri stiano en la moral qu e florecerán de un a exp erienc ia p erso-
n al con Cristo, y tamb ién en señanzas p ara ay udar al cristian o en
tod as las relacion es, in clu sive el matriin onio y el h oga r, los n ego-
cios, las relacion es soc iales y las responsabili da d es hacia las aut ori-
d ad es civiles.
Algun os han criti cad o los escrito s d e Pablo, di cien do qu e él to-
mó las en seña n zas sen cillas de Jesú s y las tran sforn1ó en de clara-
cion es teológ icas mu y p ro fund as y m ás compli cad as d e lo qu e de-
bieran ser. Por eso, di cen, Pabl o contribu yó a la confu sión de l cri s-
tianis m o en vez d e a su clarificación . O tros ataca n a Pablo, dicien-
d o qu e era "m achista", qu e meno spr eciaba a las muj eres, qu e d es-
pr eciaba el m atrüno nio .
Pablo h a su frid o en los ú ltim os años d ebid o al m ov imi ent o d e la
liberación fem enin a y un repudi o d e las p erso nas qu e h ablan aut o-
rit a tiva m ent e so br e re lac ion es en el m atrim oni o sin h aber viv ido
las exp eri en cias invo lucrad as en ser cón yu ges y p adr es d e famili a.
Pero esto es ju zga r a Pablo inju stam ent e. H ay qu e tomar en cu ent a
su fervor p or ava n za r el eva nge lio y su convicción qu e el tie1npo
era cort o.
Ta mbi én , ten emo s qu e co mpr end er las en seña n zas d e P ablo
d esd e el án gulo d e su p repa ración y d el fond o d e su exp eri en cia
religiosa . Pablo h abía tenid o grand es ve nt ajas en su pr ep aración
int electu al, m oral y espiritu al. El mi smo tes tifica d el hecho d e qu e
h ab ía estudiad o bajo los 1nejor es pr ofeso res d e su d ía. Pablo con o-
cía bien la filoso fía gri ega, jun to con el jud aísm o y las religion es
mí sticas.1 Ma rshall atribu ye a las en señanzas d e Pablo la intr odu c-
ción d el cri stiani s1no en la soc ied ad europ ea, y as í ay ud ó en la
colocación d e los cimi ento s d e lo qu e con1únm ent e llamamos la ci-
147
148 BASES BIBUCAS D E LA ETICA
vilizac ión cristiana. 2 Afirma que el cri stianismo ha sido la influ en-
cia moral m ás poder osa que el mundo ha conocido, y esto se debe
en p art e al celo y trab ajo d e Pablo.
l. LA BASE TEOLOGICA DE SU MENSAJE
hombr e de mí! ¿Qui én 1ne libr ará de este cuerpo d e mu ert e? ¡Doy
gracia s a Dio s por medio d e Jes ucristo nu estro Señor! Así qu e yo
1nismo con la mente sirv o a la ley de Dio s; pero con la carne, a la
ley del peca do " (Rom. 7:24, 25).
La incertidu1nbr e del p ape l de la ley y su rel ación con la nueva
fe en Cristo era un pr obl em a p ara los cristianos d el prim er siglo.
Ya qu e mu chos de los prim ero s creye nt es era n judí os que habían
guardado la ley, les era difícil d eshacerse de la tradi ción que era
part e d e su cultur a. El conc ilio en Jerusalén (Hech . 15) int en tó re-
solve r este probl e1na entr e los prim eros cristian os gentil es, pero
parece qu e era un terna de contr overs ia hast a que el cri stiani sm o
hizo su rom pimi en to comp leto con el jud aísm o.
Pablo enseñó que el cristiano ya no es tá bajo la ley, sino bajo
Cri sto y su relación con él p or medio del Espír itu Sant o: "Pero
ahor a, habi endo mu erto a lo qu e no s tenía sujetos, hemos sid o lib e-
rad os de la ley, para qu e sirva mo s en lo nu evo del Espíritu y no en
lo antiguo de la letr a" (Ron1. 7:6). Su perspectiva d e que el cris tia-
no es tá frente a un panorama compl etament e nu evo se ve en la de-
claración: "De mod o que si algun o está en Cris to, nueva criatur a
es; las cosas viejas pasaron; he aqu í todas son hechas nuevas " (2
Cor. 5:17).
Pablo es tá diciendo que los control es externos al ser hu1nano no
son sufi cien tes para hacerlo bueno ; los controles del Espíritu Sant o
sí le ay udan para viv ir cor rectament e. El vivir la vida cristiana no
con sis te en segu ir un manu al de di scip lin a, como algun os han
int ent ad o hacer del cr istiani sm o. La ley con su s prohibicione s,
sum ando más de 600 si cont amos las contribu ciones de los rabinos
durante los siglos antes de Cris to , representaban un a carga que
promov ía el lega lisrno entr e las perso nas en el d ía de Jesús y de
Pablo. Ellos rechazaron la lista de con dena cion es y favorecieron la
libertad bajo el contr ol del Esp íritu Santo.
111.LA RELACION DE LA RELIGION
Y LA ETICA EN PABLO
El punto de vis ta de Pab lo es que los m ales mor ales y sociales d e
la cultur a de su día se debían a la falta de un a religión que afec tara
el comportamiento diario de la persona . En las religiones mi ste-
ri osas no había relación entr e el sen tido de reverencia hacia lo divi -
no y su imp acto sobre la vida. En cam bio, ya hemo s visto en el An-
tiguo Testamento qu e la relación ver tical con Dios tr ae com o conse-
cu enci a un a vid a moral que cumpl e con los m and ami ento s d e Dio s
y que bu sca la justicia en toda s las relacion es hum anas. A la vez
vim os que Cristo enseñó que el entrar en el reino de Dios resu ltaba
en la impl em ent ación d e las di sciplina s qu e eran comp atibles con
lo qu e Cristo vivió com o ejemp lo. El mensa je de Pablo concu erd a
La ética de Pablo 155
afeminados, ni los homo sex ual es, ni los ladrone s, ni los avaro s, ni los
borracho s, ni los calum niadores , ni los estafadores, heredarán el rein o
de Dio s. Y es to erai s algunos de vosotros, pero ya habé is sido lavado s,
pero ya sois santifi cados, pero ya habé is sid o ju stificado s en el nombre
del Señor Jesucr isto y en el Espíritu d e nu es tro Dios (1 Cor. 6:9-11).
ve ra. Por eso, el temor d e Dio s no s cons triñ e para vivir en la mejor
manera posible.
2. La inmortalidad como motivo
Pablo motiva a los cri stiano s a vivir un a vida pur a en el sentido
moral por la seg uridad d e que tienen un a herencia eterna en los
cielos . Para re1natar su enseña nza cita un di cho común del día d e
Isaías y qu e se esc u ch aba mu cho entr e lo s epi cúr eos del día d e
Pablo: "Si los muertos no resucitan, ¡comamos y beba mo s, qu e ma-
ña na moriremo s!" (1 Cor. 15:32). Pablo utili zaba es ta ref erencia pa -
ra afirmar en form a m ás dramáti ca el hecho que sí hay resurr ec-
ción. Su fe en la res urr ección le lleva a d esafiar a los cristiano s con
relación a su comport ami ent o: "Así qu e, herm anos míos amados ,
es tad firmes y constantes, abundando siempr e en la obra de l Señor,
sabie nd o que vuestro arduo trabajo en el Seño r no es en va no" (1
Cor. 15:58) .
Se debat e la inmortalidad , y la influencia crecient e de los natu -
ralistas evo lu cionarios, los nihili stas y los hum anis tas secul ares en
nu estro mund o tiene el efecto de minar esta creencia más y más .3
Marshall dice : "No se puede negar el hecho de qu e, si todo hombr e
creyera en la aniquil ación d e la personalidad de spué s de la mu ert e,
tal creencia ciert am ent e tendr ía un efecto grande y desanimador
en la vida m oral del hombr e."4 Los argu1nent os científi cos y filosó-
ficos para la inm ort alida d no son suficient es para conven cer a los
incr éd ul os, pero el argumento desde la perspectiva de la religión sí
es vá lid o, según Trueb lood. 5 Nos m otiva n las referencias d e Pablo
que apelan a los cristiano s pa ra vivir en form a mor al porque tienen
la fe en un a inmortalidad futur a.
3. La imitación de Cristo como motivo
La imitación d e Cris to es un motivo al que apela Pablo en fre-
cuentes refe rencias . Gála tas 2:20 es el pasaje que m ás se conoce pa-
ra ilu strar esta ver dad : "Con Cri sto he sid o junt ame nt e crucifica-
d o; y ya no vivo yo, sino qu e Cr isto vive en mí. Lo qu e ahora vivo
en la carn e, lo vivo por la fe en el Hijo de Dio s, quien m e amó y se
en tr egó a sí mismo por mí. " Pa bl o desafía a lo s cri st iano s p ara
seg uir el ejemp lo de Cristo como modelo para su comp ort ami ento.
prof ético que le ay uda a uno a compr ender todos los mi sterios d el
uni ve rso en el pa sado tanto como en el futuro. Es más important e
qu e la relig ión de filantropía o d e hun1ani smo , qu e le impul sa a
un o a rep artir los bien es y dar d e com er a los pobr es. Aun la re-
ligión de sac rifici o propio , o ascetismo, n o es tan grande como la
d el a1nor.
Pabl o d escrib e el amor en la sigui ente manera: " ... tien e pa cien-
cia y es bondado so . El amor no es celoso . El amor no es ostentoso,
ni se hace arrogante . No es ind ecoro so, ni bu sca lo su yo propio.
No se irrita , ni llev a cuentas d el mal. No se goza d e la inju sticia,
sino que se regoc ija con la ve rd ad " (1 Cor. 13:4-7).
Es te p asa je inmortal elogia el amor entr e los seres hum ano s.
Ilu stra qu e el an1or frat ern al pu ed e r eso lve r cu alqui er confli cto.
Estamos de scubri endo que la impl em ent ación d e este prin cipio
tr ae resultado s positivos entre los n1iembros d e la fami lia, en la
comun id ad y en las relacion es int ernacion ales.
5. El deber como motivo en la vida cristiana
Pablo in sis te en qu e d ebemo s v ivir mor alm ent e como cristia n os
porqu e esto es nu estro deb er. En 1 Corintio s 6:19, 20 di ce: "¿O no
sab éis qu e v ue stro cuerpo es templo d el Espíritu Santo , qu e m ora
en voso tr os, el cual tenéi s de Dio s, y qu e n o so is v u estros? Pu es
hab éis sid o compr ado s por pr ecio. Por tant o, glorificad a Dio s en
vu estr o cu erpo ." La terminol ogía d e Pablo refleja el com ercio de
esclavos d e la épo ca. En el día d e Pab lo la esclav itud abund aba, y
seg ur am ente Pablo h abía pr ese n ciad o la expe rien cia de un n ego-
ciante que compr aba esclavos. Segur am ent e h abía un int ercambio
d e expon er las capa cidad es d el esclavo y un rega teo por el pr ecio.
Pero al llega r a un acuerdo, el negoc iant e paga ba el pr ecio, y tom a-
ba po sesión d el esclavo . Despu és, ten ía autorid ad abso lut a so bre
el esclavo. Podría brindarle su liber tad , exigir un a sumi sión ab so -
lut a en el trab ajo, o d ecretar su mu ert e. En la apli cación a la esfera
cristian a Pab lo di ce que somo s esclavos de Cr isto, y debemos ac-
tuar de acu erd o con los n1andato s de nu estro am o. En o tro pasaje
Pablo hab la de lleva r en su cuerpo "la s m arcas d e Jesús" (Gá l.
6:17), que puede ser una refer en cia a las marcas que pu sieron en
los esclav os p ara id entifi carlos con su dueño. Las marcas que el
cris tiano d eb e lleva r so n los frutos del Espíritu Santo : "A1nor, gozo,
paz, paciencia, b eni gnidad , bondad, fe, man sed umb re y do mini o
p ropi o" (Gál. 5:22, 23).
6. La razón como motivo en la ética de Pablo
Entre otros po sibles moti vos que Pab lo pr ese nt a está el d e ap elar
a lo razo n able p ara servir a Dio s: " ... os ru ego por las mi ser icordi as
de Dios que pre sent éis vu estros cuerpo s como sac rificio vivo, santo
160 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
7 Na th an Ha tch y M ichael Hami lton, "Ca n Eva ngelicals Sur vive th eir
Su ccess?" , Christianity Today, 5 de octubr e de 1992, pp . 20-31.
La ética de Pablo 163
doras (Tito 2:3). Pablo condena a los que hablan en una man era es-
co ndida y también a lo s que habl an abi ertame nt e en con tr a de
otros . En esto Pablo es tá condenando uno d e los peca do s má s co-
mune s en tre cr istiano s. Siem pr e ha y la tend enc ia d e deleitarse en
pasar d e per so na en per sona noticias esca nd alosas con relación a
11
otras personas. Pablo aconseja dejar d e habl ar pa labra s groseras
11
d e vuestra bo ca. No n1intáis los uno s a los otros ... (Col. 3:8, 9).
De modo que Pab lo condena var ios pecados de la len gua , abar-
cando pa labras corrompida s, bromas gro seras chismes , cosas qu e
1
ciones con Dios , con los den1ás seres hum anos y con las in stitu-
ciones de la sociedad.
l. Amor
El am or frat ern al encabeza la lis ta d e virtud es. Esta virtud se
m enciona en Gá latas 5, pero es elabo rada en 1 Corint ios 13 . Ya he-
mos coment ad o un poco sobre el énfa sis de es te pa saje en un a sec-
ción anterior de es te capítul o. Afirm a qu e d e todas las virt ud es
que p erdur an, la más grand e es el am or .
Pablo anima a los gá lat as así: " ... servíos los un os a los otros p or
medio del amor " (Gál. 5:13). No debe n p ensar qu e ya qu e son cris-
tiano s pu ede n actuar de acu er do con los deseos carna les . Parec e
qu e algunos h abían criticado a Pablo y habí an int er pr etado su s
enseñanzas p ara decir que una vez sa lvo un o podría pecar en
form a carn al tod o lo que quisiera , ya qu e la fe en Cr isto cubr e todo
peca do. Pero si un o manifie sta el amor fraternal en las relacion es,
eso va a solu cionar el problema del pecad o.
Pablo d esc rib e la vid a cri stian a com o un "an dar " cu ando es-
cribió a los de la iglesia de Efeso : "Por eso yo, pri sionero en el Se-
ñor, os exhort o a qu e and éis como es di gno del llamami ent o con
que fui steis llamado s: con toda hum ild ad y mansedumbre , con pa-
ciencia, soportándoo s los un os a los otros en amor " (Ef. 4:1, 2). Hu -
mildad, mansedumbr e y amor son los ingredi ent es para la armon ía
en la iglesia. A los filip enses dijo: "Alguno s, a la verdad , pr edi can
a Cristo por envidi a y conti end a, pero otros lo hacen d e bu ena vo-
lunt ad . Estos últimos lo hac en por am or, sa bien d o qu e he sid o
pu es to para la d efensa del eva nge lio" (Fil. 1:15, 16). La pr edic ación
del eva ngelio debe brotar de un amor sin cero y un d eseo d e ve r a
las per sonas entregadas al Señor, y no por algún motivo p ersona l.
Su uso del ejemplo d e Cr isto, quien se humill ó a sí mi sm o para sal-
va r a la humanidad , ilu str a el gran amor qu e Cris to tien e para
tod os (Fil. 2:1-11 ).
Pablo elog ia el ejemplo de amor entr e los hermano s d e la iglesia
en Colosas: " ... porqu e hemo s oído d e vuestr a fe en Cristo Jesú s y
del amor que ten éis por todo s los santo s" (Col. 1:4). El mensaje del
eva ngelio había penetrado bien entr e los cristiano s allí, y el am or
fraternal era evid en te en las relaciones. Esto rep rese nt a un desa fío
para no sotr os hoy. Este amor se basaba en la esp era nza qu e tenían
los colosens es en el futur o inm edi ato y remoto. Hablando en for-
ma figur a tiva, Pablo de scrib e la ves tim ent a id ea l del cris tiano:
"Pero sob re tod as estas cosas, ves tío s de am or, que es el vín cul o
perfecto" (Col. 3:14) .
A los tesa loni censes Pab lo les di ce qu e su testin1oni o d e am or ha
sido mu y bueno , y ha obrado grand es cosas para Dios (1 Tes. 1:3).
Les encomi end a a Di os, para qu e él "os haga abund ar en amor
La ética de Pablo 165
u nos p ara con o tros y p ara con tod os, tal com o noso tros p ara con
v oso tros; a fin d e confirm ar vu es tros corazones ir reprensib les en
sant ida d d elan te d e Dios nu es tr o Padr e, en la ven id a d e nu es tr o
Señor Jes ú s con tod os su s sant os" (1 Tes. 3:12, 13). El am or fra ter-
n al ab un da ba entr e los cristian os allí: "Pe ro con respec to al am or
fratern al, n o ten éis n eces id ad d e qu e os esc riba, p orqu e voso tr os
mi sm os h abéis sid o enseña d os d e Di os qu e os am éis los un os a los
ot ros" (1 Tes . 4:9). A Tim oteo, Pabl o aco nseja: "Porqu e no n os ha
d ad o Dio s un es píritu d e cob ard ía, sin o d e p od er, d e an1or y d e
d omini o pr opi oº (2 Tin1. 1:7) . En tod os es tos p asa jes pod em os ver
qu e el amor entr e los cristianos es un a d e las cu alid ad es qu e Pabl o
m en ciona m ás com o el elem ent o qu e pu ed e reso lve r mu chos con-
flictos entr e los seres hum an os .
2. Gozo
Gozo es u na vir tud qu e Pa blo m encion a en la lis ta d e los frut os
d el Espíritu. El gozo tien e qu e ve r con el sabor ge n eral d e la v id a
d el cri stia no . N o hay lu ga r p ara un a actitud ag ria o d e pes imi sm o
para el qu e tien e esp eran za en el Cristo ve nced or . Es te elem ento
ay ud a a contribuir p os iti va m ent e al enriqu ecimi ent o d e la v ida .
Pablo no está di ciend o qu e el gozo es el res ult ad o d e las circun s-
tanci as o los pri vilegios gra nd es en la vid a, sin o qu e m ás bi en es un
elem ento qu e el ser hum ano m ás pobr e pu ed e po see r, porqu e tien e
un espíritu inqu ebr ant abl e. El gozo d a sa bor p ositivo a la vid a . Es
d e es tímulo ve r a un cri s tiano qu e pu ed e m anif es tar el gozo en
medi o d e las tribul aciones qu e vien en a todo cris tiano tard e o te1n-
pr an o. En el d esa fío qu e Pabl o di o a la iglesia d e Rom a p ara eva n-
ge li za r a lo s in con ve r sos, conclu ye co n la sig ui ent e b endi ción:
"Qu e el Di os d e esp eran za os llene d e tod o gozo y p az en el creer,
p ara qu e abun dé is en la es peran za p or el p od er d el Espíritu Sant o"
(Rom . 15:13).
Pa blo tu v o qu e corr eg ir a los corintio s p or los p robl em as qu e
existía n en la iglesia , p ero les acon seja a tene r gozo al ser corr egi -
d os, y cu a nd o él lleg u e, tod os pu eda n ex p erim ent ar gozo: "Y a
p esa r d e qu e es toy confi ad o en todo s voso tros d e qu e mi gozo es el
mi sm o d e tod os voso tros, os esc ribí es to mi sm o para qu e cu an do
ll eg u e, n o ten ga tri s teza p or cau sa d e a qu ellos p or qu ien es m e
d ebi era goza r" (2 Co r. 2:3).
3. Paz
La p az es la tr anquilid a d int ern a q u e sient e el qu e tien e un a
relación corr ecta con Di os y vien e com o con sec u encia d e la con ver-
sión a C risto. La p az es frut o d e la fe, y los qu e h an p asa d o p or un
tiempo d e an gu stia por su p eca d o y d espu és han exp erim ent ad o la
paz qu e vien e cuand o ace pt an a Cristo y experim ent an la lib ert ad
166 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
qu e sobraba del sacrificio en el mer cado pr ese ntó varios probl ema s
para los creyentes. Algunos creyentes pen saban que el com prar y
comer carne qu e había sido sac rifi cada a íd olos sería participar en
la idolatría. Esp ecialment e lo s nu evos convertido s sinti eron el
impacto de tal práctica, porqu e hacía poco ellos h abían es tado ado-
rando a los dio ses falsos por m edio d e los sac rificios. El com er la
mi sma carne les par ecía un acto de idol a tría. Pablo trató de ex-
pli car que tal acto no sería idolatría, porqu e el cri stiano sabe qu e n o
hay otros dio ses exce pto el verd ad ero.
Sin embargo , Pablo no s da un prin cipio mu y ünp ortante , qu e
tiene que ve r con el respeto por la conciencia d e los nu ev os conve r-
tido s: No d eb emo s ser trop ezadero p ara ellos (1 Cor. 8:9). Pablo
concluye su tra to d el probl ema con es tas palabr as : "Por lo cu al, si
la co1nid a es para mi h er mano oca sión de cae r, yo jamás comeré
car n e, para no pon er tropi ezo a nü h ermano " (1 Cor. 8:13). No te-
n emo s este probl ema hoy en día , p ero no s da un prin cipi o qu e n os
guía fr ente a circunstancias cont emporán eas ambiguas. Es to po-
dría abar car la asistencia a actividades cue stion abl es, tal es como
los cines y programas de telev isión donde abund an la violen cia y
el sexo, las actividades d eportiva s dond e las personas apu es tan y
otra s funcione s en las qu e abundan las b ebid as alco h ólicas, el ju ego
d e azar y otras ac tividad es d onde el testimoni o d el cristiano pu ed e
ser comprom etido.
2. La vestimenta de las mujeres (1 Cor. 11:2-16)
La vestimenta d e las muj eres siempr e ha d espertado controv er-
sia. P ablo seguía las norma s pr eva lecie nt es de la cultura d e su
épo ca, la s cuales dict aban que una 1nujer pía d ebía cubrir su cabe za
en los actos de adoraci ón y dejars e crecer el cab ello . A la vez Pablo
dijo que era d es honro so al hombr e dejarse crec er el cabello, 1nien -
tra s a la mujer le es honro so d ejar se crecer el cabello (1 Cor. 11:14).
Debemos considerar qu e es tas norm as eran temporal es en su
aplicación, y no representan normas p erm an ent es p ara tod a cul-
tura. En el día d e hoy mucho ha cambiado, y la moralid ad de las
mujer es no se mide por medio d el cort e de cabello o su modo d e
ves tir. Ni tampoco así se mid e al hombre por su cabe llo. Mu ch as
iglesias tratan de imponer estas in struc cione s de Pablo con10 m an-
damientos que hay qu e obedecer literalm ent e. N u es tr o punto de
v ista es dif erent e; la norma es que las mujere s deb en vest irse en
forma modesta e inspi ra r a tod os a la pi ed ad.
3. Días y comidas (Rom. 14:1-23)
Parece que los hermano s en Rom a es tab an lu chando con lo s
mis1no s probl em as de los de Corinto con relació n a las cosas que se
podían comer y las qu e estaban prohibida s. Pero par ece qu e los de
168 BASES BIBLICAS D E LA ETICA
Según Pablo, la vid a cri stiana no consis te en el cum plimi ent o le-
ga lista d e ciert as leyes. Es te con cep to es tá mu y lejos de las en-
señanzas de Pablo. Básicam ent e la vid a cristiana es una relación
p ersonal con Cristo. Cuand o un o ent ra en esta relación por m edi o
d e la conversión, reci be la p otencia para revol ucionar su vida . Co-
m o consecu encia d e es ta exp eri encia qui ere esforzarse para vivir la
vid a más perfec ta, la qu e más agrada al qu e le salvó . Para hacerl o,
bu scará el mejor camin o, d ejand o a un lado los vicios y haciendo
esfuerzos p or reflejar en su vida las vir tud es personales y socia les
qu e son la base de un a socied ad estable. Esta expe riencia diari a
enriqu ece grand em en te la vid a d e tod o hom bre.
9
LA ETICA PERSONAL
INTRODUCCION
Hemo s vis to en los capítul os ant er iores los principio s éticos qu e
se encue ntr an en las var ias divi siones de la Biblia, principiando con
el Pent ate uco y term inando con el Apoca lipsis. Aunqu e no hemos
cubi er to cada libr o d e la Biblia, hemo s enfocado las secciones qu e
tienen má s contenido de natur aleza ética y mor al. Ahora va m os a
estud iar las ense ñanzas éticas y moral es de sde la p erspectiva te-
mática, para consi derar los pr oblemas específicos que nos aqu ejan
hoy en día. En cada caso va m os a consid erar la enseñanza bíb lica,
para bu scar el ma ndami en to, si es qu e lo hay, o como altern ativa
d erivar un prin cipio qu e ser vir á de brú jula para orien tar nos, y des-
pués suge rir po sible s solucion es o d ecisiones que po d em os tom ar.
N uestra m eta es ofrecer norma s qu e responda n a los va lor es es-
pirituales que se deri va n de la Biblia, sin llegar al autoritar ismo rí-
gido que caracte rizaba a los fariseos en el día de Jesús. Vam os a re-
cono cer que en algu nos casos no ha y d ecisión bu ena o mala, co1no
ape na s do s alternativa s; má s bien hab rá var ias posibles d ecisiones
qu e podríamos tomar en un caso específi co. Y en algunos casos
vamo s a ve r qu e par ece qu e n o hay solución cristiana qu e no tenga
su s consecuenc ias nega tivas. En tales casos los cristianos tienen
qu e obr ar dentro d e las estru ctur as de la sociedad secular sabiendo
qu e Dio s es soberano sob re ellas tambi én. Los tema s qu e es tudia -
rem os son algun os qu e int eresa n a todo cristiano, ya qu e un o no
pued e vivir aislada m ent e, sino que por el con trar io, el cristiano
tiene qu e relacionarse con otro s qu e son in conve rsos y en algun os
casos qu e pr ofesa n otr as religiones o nin gun a religión.
Este cap ítul o será dedi cado al es tudi o d e los d ebe res per sonale s
qu e un o tiene hacia su propi o ser y ha cia otros, porqu e para com-
prend er bien lo qu e el cristiano d ebe hacer en las relaciones fami -
liar es, económi cas, socia les y cívi cas, uno primero d eb e sa b er
cuá les son los debere s hacia su propio ser .
187
188 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
1
Richard B. Cun nin g ham , The Christian Faith and Its Contemporary Rivals
(Nashv ille: Broadman Pr ess, 1988), pp . 148-55.
2 I bíd, pp . 117-145.
3 Frank K. Koppl er, "Existentiali sm ", Life, 6 de novi embre d e 1964, pp .
62-64.
La ética pers onal 189
6 Lynn White, "The Hi storie Root s of Our Eco logic C risis," citado en
Christianity Today, 11 d e enero d e 1993, p. 16.
7 Ibíd.
BVer Erich Fromrn , The Anatomy of Huma n Destructiveness, 1973, y
Konrad Loren z, On Agression, 1966.
9 Eli z ab e th Elli ot, The Savage My Kinsman (A nn Arbor , Michigan ;
Ser va nt Books, 1961t p. 120.
La ética persona I 191
pio. Es int eresa nte leer en las página s del An tiguo Testamento las
maneras en que fue impleme nt ado este mandamiento.
Jesús decía a las personas qu e debían amar a Dio s con todo el
cora zó n, con toda el alma, con toda la mente y con toda la fuerza, y
debían amar al prójimo como a sí mi smo s (Ma t. 22:37-39; 5:43;
19:19; Mar. 12:31 y Lu c. 10:27). Pablo repitió este n1andamiento en
Romano s 13:9 y Gá latas 5:14. Santiago 2:8 se refier e a este man -
damiento como la ley real. Los u sos frecuent es del mand amiento
nos ha cen ver que en verda d el amor hacia el prójimo es el elemen-
to di stintivo en el cristiani smo .
En esta declaración hay amor en tres dimensio nes: hacia Dio s,
hacia el prójimo y ha cia uno 1nismo. Mucho se ha escr ito acerca
del amor haci a Dios. Paul Ram sey resalta el amor como el va lor
supremo en su libr o.11 Este libro tod avía se considera fundam ent al
en exp licar todo s los debere s de la ética cristiana dentro del cont ex-
to de la expresió n d e este amor. Ram sey sugie re qu e la impl e-
men tación del amor en las relaciones personale s e internacional es
resultaría en una política social que traería una revo lu ción al mun -
do. Dice: "El amor cristiano formula la política social , al tom ar en
cuenta todo elemento concreto en una situa ción que determina la
manera en que un bien actual pued e ha cerse por el pr ójimo en un
estado de una socie dad civil y las rel aciones entre las p ersona s que
existe n en la act ualidad ."12
El principio de ejercer el amor hacia el prójimo se ve m ás com-
pleto en el relato del bu en samarit ano (Luc. 10:25-37). En este pa sa-
je Jesús dio el bro che de oro a su enseñanza del am or en las rela-
ciones humana s. El samaritan o es el héroe del relat o, el qu e recibía
meno s amor de pa rt e d e los judíos. Jesús, en Lucas 6:27, había en-
seña do qu e hay que amar a los enemi gos. Pero los judíos no ha -
bían podido poner en prác tica este mandamiento . El samarit ano
manifestó el amor sin límites a la persona que lo necesitaba , sin
cons id erar su raza, color ni posición socia l. Jesús no cont estó de
manera específica la pregunta del joven abogado, ¿qui én es mi pró -
jimo? , porque cada persona tiene que contest arla personalment e,
segú n su propio criterio.
Pa blo nos dio el pasaje inmortal que habla del deber del amor en
las relaciones humanas en 1 Cori ntio s 13. El amor del cu al habla
Pablo es el más perfecto y el más alto que es posible entr e los seres
humanos . No es eros, que está en el nivel sexua l, y sirv e para satis-
facer este aspecto de uno. No es filia, el amor ent re hermanos en
(Mat . 22:39), ¿qu ería dec ir qu e uno tiene el deber de am arse? Esta
preg unt a despi er ta mu cha inquietu d hoy en día cuando hablam os
d e la ética perso nal. Algun os su gieren qu e el amor propio es el
p ecad o cént rico de nu es tr o día , y que este pecado pro d uce más
problem as para la hum anid ad que cua lqu ier otro. Citan la declara-
ción d e Jesús: "Si algun o qui ere venir en pos de mí, niéguese a sí
mi smo , tom e su cru z cada d ía y síga m e" (Luc. 9:23). ¿No refleja
es te ve rsícul o la verd ad qu e el am or prop io es un imp edi men to
para seguir a Cristo? ¿Cóm o po d emo s hacer comp atibles estos dos
concept os?
Los erudit os en el cam po de la ética cristiana se encuentra n divi-
did os sobre el lu gar d el am or pr opi o en el cristiano. De un lado es-
tá el énfasis sobr e las ve rd ades qu e tienen qu e ve r con rechaz ar to-
do inter és person al y tener el agapeen relación con otro s sin pensar
en un o mi sm o. Ju an Ca lvino (1509-1564) es un ejempl o de es te
punt o d e vista . Dijo : "No nos p ert enecem os a noso tro s mi smo s;
por eso, dejémon os, en cuant o sea po sible, olvidarno s d e noso tros
mi smo s y toda s las cosas nu estr as" .14 Es te princip io ha servido
bien par a los di scípulo s de Calvino y ha tra ído mu chos beneficios a
la humanidad .
Emanuel Kant (1724-1804), filósofo alem án, sig ui ó el con cept o
de Calvino d e la ne cesidad del odio per sonal y afi.adió el principi o
de seguir la ra zón pr áctica p ara determin ar las decision es corr ecta s
en el campo de la ética. El neoortodo xo Reinhold N iebuhr , aut ori-
dad de este siglo en el camp o de la ética, sugirió que el problem a
prin cip al p ar a la hum anid ad es el am or propi o, qu e nos lleva a
tomar las decisiones d esd e el punto d e vista ego ísta.15
Ander s N ygren hi zo un es tudi o extenso del am or propio en su
libro Agape and Eros .16 Dice qu e el cristiani s1no no recono ce al am or
propio como un a expr esión legítim a del amor, porqu e el amor pro-
pio es la expr esión de eros, no agape. Al gun os difi eren con N yg ren
en su conclu sión en este sentid o.
En el otro lado están vari as p ersona s qu e recon ocen la impo rt an-
cia del amor propi o para el cri stiano. Aristóteles (384-322 a. de J.
C.), filósof o gri ego que contribu yó grandem ent e al camp o de la
ética y fu e citad o p or los teólogos escolásticos d e la Ed ad Medi a co-
mo si fuera cristiano , in sistió en qu e el am or propi o es vir tud y no
vicio . Posteri orm ent e, Ag ustín (354-430) llegó a decir qu e la expr e-
sión d el amor hacia uno mi sm o es el refl ejo d el am or de Dios que
25 N ancy G ibbs, "Pr escripti on for Deat h," Time, 31 d e m ayo de 1993,
p p . 34-39.
26 "A Sw ift Rou te to Sui cide" , Tim e, 15 de nov iemb re de 1993, p. 89.
204 BASES BIBLI CA S D E LA ETI CA
CONCLUSION
El ser humano, siendo creado a la imagen de Dios, es de sumo
valor a los ojos de él, y tiene capacidades infinitas para su propio
desarrollo, y para hacer de las sociedades del mundo un lugar
ideal para la morada. Para cumplir con este fin, uno tiene que ex-
perimentar personalmente la regeneración que viene por medio de
la fe personal en la obra redentora de Cris to. Esta experiencia le da
la base para esta blecer buenas relaciones consigo mismo, con los
demás y con Dios.
El crist ian o tiene que poseer un grado sano de amor propio, pa-
ra autovalorarse, pero debe de evi tar un ego ísm o extremo que co-
loca su propio ser con sus metas y satisfacc ione s encima de todos
los demás. Nues tro valor propio servirá para buscar mejor el reino
de Dios.
Tenemos mucho s privilegios que encierran respo nsabilidade s de
ser bueno s ma yo rdomos de todo lo que Dios nos ha dado . El cris-
tiano luchará para ser lo mejor en cualquier esfera d e acción.
Aceptamos la vida como un tesoro , una dád iva de Dios, y nos com-
prometemos a vivirla ha sta lo máximo, pa ra la gloria de Dio s.
10
LA ETICA DE LA FAMILIA
El cristiani smo tiene un mensaje importante para los jóvenes qu e
bu scan casarse, para los matrimonio s con hijos pequeño s y grande s
en el hoga r, y para las parejas qu e están viviendo los años dorado s
en el matrimonio . La Biblia contien e consejos para los p ad res de
familia , para los hijos, para los que están bu scand o con quién ca-
sarse y par a los viudo s. Tocamo s estas enseñan zas en la prime ra
part e de es te libro. Ahora no s toca buscar esas enseña nzas en for-
ma específica, de acue rdo con los va rio s tem as, y a la vez esp igar
de las cienc ias socia les cont emporá neas para descubrir las mejores
normas para ayud arno s a di sfru tar de esta faceta d e la vid a.
Si logramos inculc ar prin cipio s cristiano s en los niño s, jóve nes y
adult os en la esfera d el sexo y el m atrim oni o, ent onces habremos
echado los cimi ento s par a una socieda d es table. El prop ósi to d e
este capít ul o es pr esent ar las enseña nzas bíblicas que servi rán d e
base p ara tal socied ad.
l. LA NATURALEZA DEL MATRIMONIO
solo, e hizo una compañera para ser su ayuda idónea . Les dio el
mandato de ser fecundos y multiplicarse para la sobrevivencia de
la raza hum ana (Gén. 1:28). Dios ordenó: "Por tanto, el hombr e
dejará a su padre y a su madre, y se un irá a su mujer, y serán un a
sola carne" (Gén. 2:24). Por eso, vemos el matrimonio como la pri -
mera institución huma na, ordenada por Dios, para suplir las nec e-
sidade s de los miembros de la familia.
Ha habid o intentos de disolver la familia en su forma nuclear ,
diciendo que el gr up o puede cu idar mejor al niño y suplir las nec e-
sidades sociales. Pe ro estos intentos no tom an en cuenta la natu-
rale za del niño de buscar a su s padres como las fuentes primarias
de amor y cui dado. Sartr e dijo que no veía nin guna razón porque
la familia no debiera de continuar , aunque p ara él el hecho de ser
casados los p adr es no tenía importancia.1 Otros en la actua lidad
hablan de la desint eg ración d e la famili a nucl ear . Pero creo que el
matrimonio va a continua r como institución, porque sup le mucha s
necesidades que tienen los seres humanos .
2. Los propósito s del matrimoni o
Dios tenía varios propósitos al establecer el ma trim onio ; todo s
fueron para el bienestar de la hum anidad.
(1) El compañerismo es el propósito má s básico. Dios nos hizo
seres gregarios, y anhelamos la comunión con otros seres hum a-
nos. Tenemos los varios órganos pa ra facilita r este compañerismo ,
tale s como la lengua para hablar , los oíd os para escuc ha r, los ojos
para mirar , y los músculos de la cara y las mano s para ayudar en la
com uni cación. Reconocemos que este compañ erismo es indispen-
sable si un a pareja ha de exper im entar la mayor felicida d. Con fre-
cue ncia se escucha a có nyu ges que testifican que lo que má s les
atraía el uno al otro era la capacidad de sent arse y hablar con fran-
que za de las cosa s má s íntima s d e la vid a. Cua ndo un a pareja ha
perdido este compañerismo, peligra su estabi lid ad .
(2) La paternidad. La mayoría de los hombre s tanto como las
mujeres anhelan procrear hijos y criarlos d esde la infancia hast a
qu e sean adultos. Au nq ue el ser padres encierra mu cha respons a-
bilidad durante varios años , trae satisfacción y un sentido de cum-
plimient o que casi todos afir man que prefie ren ser padres que la
alternativ a de no tener prole. Los seres humanos tenemos el im-
pulso sexual en forma constan te, el que ofrece la posibilidad par a
un a gratificación intensa en el proceso qu e result a en la procre a-
ción. A la vez gara nti za la propagación de la raza hum an a.
1
Frank K. Kappler , "Exist entiali sm", Life, 6 de noviembre de 1964, p .
62.
La ética de la familia 209
ñan propieda des privadas y púb licas con sus leyen da s y m atan a
otro s en form a capr icho sa, oficia les d e gobie rno que ap oyan el
aborto y la homosexu alidad como alterna tivas acepta bl es de estilos
de vida y un a sociedad que consu me drogas en can tid ades an te-
riormente no imaginadas. En la mayoría de los países del mundo
las cárceles están más repletas de presos que antes, hasta tal punto
que tienen que dejar en libertad a muchos que han sido condena-
dos a sent encias largas para crear lugar para los nuevos ofensores.
Los matrim oni os de hoy tienen que luchar en contr a de las co-
rrien tes inmorales en esca las ma yores que la gene ración de adultos
ma yore s. Los matrimonios jóvenes son invi tados a orgías en que
participan en el acto sexual con cua lqui er otra persona excepto su
cónyu ge y donde las drogas están disponibles en todo momento.
Frent e a esta condic ión tris te d e nue stra civilización la pareja cris-
tiana tiene que afirm ar sus convicciones cristianas y bu scar la com -
pañía de otros cristiano s con ap reciacio nes mor ales y espi ritu ales
sim ilares.
Todo joven y señorita tienen que tomar en cue nta este panora ma
cuando están pensando en el matrimonio, y tienen que bu scar a
personas con las mi sm as apreciaciones par a for mar sus relaciones
de ami sta d con ellas y d e ese grupo elegir a su cónyuge. Segur a-
ment e hab rán estado expue stos a las influ encias hedoni stas en los
coleg ios, las univer sidade s y lu gares d e trabajo. Los cristian os te-
nemo s qu e form ar un núcl eo de personas con las mi sma s apr ecia-
cione s espiritual es y formar una cadena de relaciones par a ayudar-
se mutu am ent e.
La par eja jove n que es tá pen sand o en el matr im onio d ebe tomar
la decisión de esperar al mat rimo nio para tener relacion es sexu ales.
A pe sar d el he cho de que gran número de pareja s comi enza n a te-
ner relaciones sex ual es ant es d e la cere monia m a tr imoni al, uti -
lizando va ria s razo nes pa ra justificar tal comportami en to, el ideal
cristia no es esperar ha sta de spués de la ceremo nia. Esta rán agra -
decidos a Dios en el futuro por su pacien cia y el ejercicio de la vo-
luntad para reservar el acto m ás ínt imo en el m at rim oni o para des -
pu és de la cere monia de boda s.
111. RELACIONES EN LA FAMILIA
l. Entre esposos
(1) La intimidad. Las rela ciones entre espo sos son m ás íntima s
que las de cualquier otra relac ión. El espos o cono ce a la esposa
mejor que cua lqui er otra per son a, y viceversa. A trav és de los años
uno llega a compr ender las faltas y apr eciar las virtude s d el otro;
llega a anti cipar las acciones y los pensamiento s de l otro , y a regu-
lar su propia vi da de acuerdo con su compr ensión d el otro.
214 BASES BIBLI CA S D E LA ETI CA
La Biblia d a mu chos con sejos a los esp osos. El aut or d e los Pro-
ve rbi os di ce: "El qu e halla esp osa h alla el bien y alcanza el favo r de
Jeh ova h " (Pr ov. 18:22). En el cap ítul o sigui ent e d eclara: "Un a casa
y riqu ezas so n her en cia d e los p adr es, pe ro un a n1ujer p rud ent e lo
es d e Jeh ova h " (Pr ov. 19:14). Estas apr eciacion es ent re los cón yu -
ges va n a ap ort ar en form a pos iti va pa r a la inti m idad qu e bu s-
cam os en el m atrimoni o.
A la vez el au tor d e los Prove rbi os amon es ta ace rca d e los ele-
n1ent os que puede n crea r ob s tác ul os pa r a la intimid ad. D ice:
" ... go tera continu a so n las conti end as d e la muj er" (Prov . 19:13), y
"m ejor es vivi r en un rin cón d e la azotea qu e compa rtir una casa
con un a m ujer rencillosa" (Prov. 21:9).
Ad vier te al esposo d el pe lig r o d e los en laces extramari tales:
"Porqu e p or un a p ros titut a el ho mbr e es reduc id o a un bocado de
pa n , y la n1ujer ajen a caza un a vida va liosa" (Prov. 6:26). Y aco nseja
qu e "sea ben di to tu mana nti al, y alég rate con la muj er d e tu ju ven -
tud " (Pr ov . 5:18).
(2) Amor mutuo . Tratam os el am or en la sección ant erior, p ero
va le la p ena h ace r hincap ié en este elem en to por su imp ort ancia
prim or dia l. Pabl o aco n seja a los có n yu ges a viv ir ju nt os en u n
compro miso d e p erm an encia: "Pero a los qu e se han casa d o m an-
d o, no yo, sino el Seño r: qu e la esposa no se sepa re de su esp oso, ...
y qu e el esposo no aba nd on e a su esp osa" (1 Cor. 7:10, 11). El am or
es el eleme nt o qu e da rá riqu eza a es ta relación. "Esp osos , am ad a
vu es tr as esp osas, as í co m o tamb ién Cri sto am ó a la iglesia y se
entr egó a sí n1ismo p or ella" (Ef. 5:25). Ped ro acon seja a los 11 1ari -
d os : "Voso tros, m arid os, d e la mi sma m an era vivid con ellas con
compr ensión, d and o h on or a la muj er com o a vaso m ás frág il y co-
1no a coh ered eras d e la gracia de la vid a, para qu e vues tra s ora-
ciones no sean es torb adas'' (1 Ped . 3:7).
(3) La sumisión mutua . Hoy ha sur gid o un gran d ebate entr e los
cristian os sobr e el tem a de la sumi sión en el n1atrim oni o. La b ase
d e la contr ove rsia tien e qu e ve r con la aut orid ad en el ma trim on io .
H ay referenc ias b íbli cas qu e aco n sejan a las m ujeres a es tar en
sumi sión y obe di encia a su s esp osos: "Las casadas es tén sujetas a
su s p ro pi os esp osos com o al Señor, por qu e el esp oso es cabeza d e
la esp osa, así como Cristo es cabe za d e la iglesia, y él mi sm o es sa l-
va d or d e su cu erp o" (Ef. 5:22, 23). Pedr o di ce: "As imi sm o voso-
tras, 1n ujeres, estad sujetas a v ues tros m arid os , p ara qu e si algun os
n o ob edecen a la p alabr a, tam bién sea n ga nado s sin un a pa lab ra
p or m edi o d e la condu cta d e sus muj eres" (1 Ped . 3:1).
Debid o a la p resión por brind ar a las muj eres de rech os igu ales a
los qu e di sfrut an los ho mbr es, ha habid o mu cho s cambi os con refe-
rencia al lu ga r d e las mu jeres en los últim os añ os. Por eso, mu chos
La ética de la fami lia 215
tildan a Pablo y Pedr o de "m achista s", y los relega n a la era anti -
cuada qu e era ex tensión d e la época patriarcal, dond e el espo so era
el du eño de su esposa y la aut orid ad final en el hoga r. Pe dr o cita a
Sara, qu e "ob edec ió a Abraham , llam ándol e señor " (1 Ped. 3:6).
El prin cipi o determin ant e en la solu ción de esta contr ove rsia es
la pr egunt a de cu ánt o de las enseña nzas de Pabl o y Pedr o refleja la
situ ación social y cultur al de su épo ca, y si es tos consejos tien en
que ser obedec id os literalme nt e p or las muj eres de nues tr o fond o
cultu ra l, qu e es mu y di ferent e hoy . Personalm ente , creo qu e ellos
eran pr odu ctos de su épo ca, y tenemos qu e bu scar los p rin cipi os
vá lid os para noso tros, sin tener qu e int erpr etar literalment e la ne-
cesid ad de la muj er de son1eterse a su esposo y observar los con se-
jos exac tos con relación a su ves tid o y los ador no s.
De mayor signifi cado es el con sejo de Pablo qu e da a todos los
cri stianos en todas las relacion es int erpersonal es en Efesios 5:21: "Y
som etiéndoos un os a otros en el temor d e Cristo." Una sumi sión
mutu a de pa rt e de los cónyu ges establecerá el amb iente en el cu al
pu eden conside rar las opciones d istin tas y las opiniones di ferent es
de los do s, para llega r a las d ecisiones más sabi as. H oy en día mu -
chas esposas tiene n igual o sup erior edu cación form al qu e los es-
posos, tiene n un a mad ur ez emocional igua l o sup erior que ellos, y
el sent ido in tuitivo m ás desa rr ollad o qu e el espos o, de 1nodo qu e
podr á aportar en un pl ano igual en los as unt os tales con10 planes y
pr oyectos económi cos, crianza de los hijos y d ecisiones qu e tienen
qu e ver con el lugar dond e vivir y tra bajar, la viviend a y las m e-
jores escue las pa ra los hijos. En la mayo ría d e los países los cón-
yuges pued en llenar y en trega r una sola d ecla ración d e ren ta para
los d os, lo cua l impli ca qu e los gob iern os reconocen los 1na trim o-
nios como socios y no como jerarq uías.
(4) El sexo en el matrimonio. Se ha mencionado en var ias oca-
siones ant eriores el aspec to sexual en el matrimonio com o un ele-
m ent o necesa rio, norm al y enriqu ecedor. Basta referirnos a los pa-
sajes qu e tienen qu e ve r con es te aspecto.
En Génesis 2:25, despu és de instituir el 111atrimonio d e part e de
Dios, se com ent a: "Es taban ambo s de snud os, el hombre y su muj er,
y no se avergon zab an ." Esto impli ca qu e había un a in timid ad físi-
ca entr e la prim era pa reja, y las pa rejas han di sfrutad o d e esta inti -
mid ad com o un elem ent o básico en el 1natrim oni o.
El aut or de los Pr ove rbio s aco nseja a los casa dos: "Bebe el ag ua
d e tu pr opia cisterna y d e los raud ales de tu propi o poz o. ¿Se han
de derram ar afu era tu s m anantial es, tus corri ent es de aguas por las
calles? ¡Qu e sea n para ti solo y no par a los extraño s conti go ! Sea
b endito tu m ananti al, y alég ra te con la 111ujer d e tu ju ve ntud "
(Pro v. 5:15-18). No hay un pasa je más bello qu e afirm e la sant id ad
de l sexo en el matrimonio .
216 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
La discip lina es un elem ent o muy imp ort ant e en la formac ión de
los hijos. Por medio de la di sciplina los hijos aprenden a resp etar
la autoridad, primero de los padres, y después de otras figu ra s de
aut or idad tales como los maestros, los policías y las autor ida de s
civiles y espiritua les. Proverb ios di ce: "El qu e detien e el cas tigo
aborrece a su hijo , pero el que lo ama se es m era en corr eg irlo "
(13:24). Amplifica este consejo en las siguientes pa labra s: "Co rrig e
a tu hijo mi en tras haya espera nza, pe ro no se exceda tu alm a para
des truirlo " (19:18) .
H oy se ha dicho 1nucho con relación a los cast igos físicos como
parte de la discip lina. Algunos rechazan comp letame nt e el uso d e
la fuer za (la "vara" o la "cor rea" para di sciplinar). El énfasis en el
abuso de los hijos ha frenado los cas tigos crueles qu e se pra ctica-
ban en el pasado . Podemos elog iar la prohibición de la crue ld ad
hacia los hijos, pero esto deja a algun os padres confu ndido s sobre
si deben o no de ben cast iga r en forma física.
Jam es Dob son, una aut oridad en este camp o, escribió un libro
hace uno s año s con el títul o Oare to Discipline (Atrévase a discipli-
nar) y ha salido últimamente con una nueva edición titul ada The
New Dnre to Discipli11e.Insiste en que está bien castigar físicame nt e
a los niño s desde los di eciocho meses has ta un os ocho años. Des-
pués el cas tigo en esta for n1a crea más ira que beneficio. O tras for-
ma s d e disc iplin a, tales como el aislarlos del grupo y privarlo s de
cier tas ac tividades por un tiemp o, tien en ma yor eficac ia . Los
padre s siempre deben expli car la razón de la discip lina y aseg urar -
les a los hijos de su amor antes de, dur ante y después del castigo .
H ay que recordar que cada hijo es dif erent e, y tendrán que expe ri-
n1entar para de scubrir la fonna de di scip lin a que da los mejores
result ados de sea do s.
Los niño s necesitan d esa rro llar un senti mien to de segu ridad que
les traiga tranq uilidad . Los padre s p ueden ser causant es de la in-
seg uri dad de l os hijos si pelean en presencia de los hijos, si expre-
sa n dif erencia s d e op ini ón con relación al tema de di scus ión con
los hijo y si rehu san tomar inte rés en lo que es tá pasando en la
vida de los hijos. No deben de spr eciar a los hijos por su bajo ren-
dimiento en lo es tudio s, por una característ ica pecu liar qu e des-
pier ta burla de parte de los compañero s de estudio o con un a críti -
ca severa por cualqui er cau sa.
Los padres tienen la responsabil id ad de l sos tenimien to d e los
hijos: "Si alguien no tiene cuid ado de los suyos, y especialm ente de
los de su casa, ha nega do la fe y es peor qu e un incrédulo " (1 Tim .
5:8). Este ve rsícul o tiene pertin encia especia l hoy para los hogares
do nde ha habido sepa ración legal o di vo rcio, y dond e los padr es
d eben apo rt ar para el sos tenimi en to de los hij os. La pater ni dad
res p onsa bl e es m ás que un tér min o técnico , es una n eces id ad
220 BASES BJBLI CAS D E LA ETICA
l. El problema explicado
Aunqu e algun as p ersonas cu estionan si existe un a crisis de po-
bla ción exces iva, las es tadí sticas no s conmu even . Los estadi stas y
los histori adore s no s dicen que en el tiempo de Cr isto había un os
250 mill one s de habit ant es en el mundo . Pa ra el año 1650 el nú -
m ero habí a crecid o a 470 n1illones. Dosc iento s añ os de spu és el nú-
mero se había duplicado p ara alcanza r n1il n1illones. Pero durant e
el sigu ien te siglo la pobla ción se triplic ó, par a alcan zar a 3 mil mi-
llon es en 1950, y nos dij eron qu e en los pró ximos cincu ent a año s la
pobla ción alcan zaría de 6 a 7 mil millon es. En la actualid ad (1993)
hay 5 mil mill ones . En vísperas del año 2000 los espe cialista s no s
di cen qu e los pro nós ticos han sid o correc tos. Ahor a es tán pron os-
ticando que para el año 2050 podr ían haber 30 mi l millon es de ha -
bitan tes. , En tien1pos anti guo s teníarn os qu e multipli carno s par a
sobr evivir; actua lm ente no pod em os sobr evivir si seg uim os multi-
pli cánd onos.
¿A qu é se deb e el aum ento geo métri co en los últim os 100 años?
Hay mu chas razo n es . Las 1nejoría s en el cuidad o p re y po snatal
co ntri bu ye n en forma dram á tica . Ant es las muj eres tend ían a
morir en el acto del parto o d espu és de tr es o cuatro par tos, por
falta de atención m édica. La cifra para la exp ectativa de vid a de las
muj eres era de 35 años. A la vez la mitad d e los bebés que nací an
mo rían durante la infancia o la niñ ez, víctim as de las enferm edades
de la niñez qu e actualm en te están por de sapare cer. Las p lagas, las
gu err as y el hambr e ant eri orme nt e servía n para contr olar la ex-
plosión demog ráfica. Dicen qu e los espa ñoles intro duj eron la vi-
ruela en el he1nisferio occide nt al uno s quinc e año s desp u és del
primer viaje de Coló n, y esta enferm edad mat ó a 3.5 mill ones en
l "Po pulati on Exp losion : Is Man Really Doomed? " Time, 13 de sep tiem -
bre de 1971, pp. 40, 41.
309
310 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
irri gación de sus jardin es, camp os d e go lf y cement erios podrí a ali-
n1ent ar a 65 mill ones d e habitant es anualm ent e.9 La cues tión es si
se justifica el pedir un sacrificio d e part e de los más cómodos eco-
nómi cam ente en el mundo para alim ent ar a los qu e pad ecen ne-
cesid ad es bás icas en otras part es .
Qu ed a vá lid a la pr eg unt a : ¿Soy yo gu ard a d e 1ni hern1a no?
(Gé n. 4:9). Co nt estam os qu e sí, pero cad a persona traz a la línea de
ha sta dónd e va con el sacrificio p ara ay ud ar al pr ójim o. Seg ur a-
n1.e nt e el cristiani smo nos ens eña que debem os es tar di spu es tos a
comp artir las cosas qu e tenem os con otros qu e no tienen, pero a la
vez recono cem.os qu e el cristianisn10 exige qu e cada persona haga
un es fu er zo p a ra ayud ar se a sí n1ism a. La tes is d el libr o Ri ch
Christians in an Age of Hunger (Cr is tiano s ri cos en un a ed ad de
ha1nbre), p or Ronald J. Sid er es qu e los cri stianos deb em os e tar
di spu es tos p ara ay ud a r a so lu cionar los pr obl emas de h an1bre
º
entr e los pobres del mundo. 1 Sider pr ese nta el escenario hip otético
de un a nación pobr e con mill ones d e p ersonas qu e están muri nd o
de hambr e, qu e pudi era u sar el chant aje con un a bomb a nu clear
para forza r a las naciones ricas a comp a rtir us alim ent os y tro
bienes con ellos .11 Es ta posibilid ad ha aum entado en los últim o
tiemp os, ya qu e se ha compr obad o qu e mu chos indi viduo s tienen
ma terial nucl ear en su poses ión.
(6) El uso de medios anticonceptivos adecuados. Mu chas na-
cion es han tenid o pr og rama s d e edu cación y centr os d e pl ani fi-
cación famili ar pa tro cin ados por el gobi ern o para ayudar a los m a-
trim onios a tom ar las m edid as necesa ri as p ara ev itar tener más
hijos de los que pu ed en sostener. En la actu alidad , la ciencia 1nédi -
ca ha hecho pr og reso en el d esa rroll o de m edio s anti concepti vo
relati vam ent e seg uro s y fáciles de adquirir y utili zar. Hay impl an-
tes en el br az o de la mujer qu e pu eden pr eve nir la concepción du -
rant e años, per o que se pu eden re1nover cuando la p areja d ecide
tener otro hijo. Otro m étod o es el u so d e una pas tilla el día despu és
de tener relaciones sexuales para pr eve nir la concep ción . También
hay inyeccione s para hombr es qu e pu ed en cau sar la esterilid ad por
tiemp o específico.
Or gani zac ion es como Planifi cación Famili ar tienen di sponibl es
las p as tillas anti concepti vas con precios más cómodos par a las pe r-
sona s qu e carecen de fond os ad ecuados par a compr ar en la far ma-
rradora. Esto ilu stra el hecho de que la contamin ación d el ambi en-
te no conoce límit es geog ráficos ni ideoló gicos . Las ciud ade s tie-
nen tanta polución en el aire qu e el resp irar en ellas es eq ui va lente
a fumar do s paquetes de ciga rrillo s di aria1nen te. 12
En 1992 se celebró en Río de Jane iro un a reuni ón de personas de
todas partes del mund o qu e estaban pr eoc upada s por la pr eser-
vac ión de nu es tros recu rsos natur ales . Pero había un gr upo eva n-
gélico de Brasil qu e se opuso a la reuni ón por su identificación con
los concept os d el grup o New Age (Nueva Era\ qui enes promu eve n
la id ea de un "Cr isto cósmi co" y recha za n el precepto de la reve-
lación especial y fina l en Jesucri sto.13
Reconocemos que hay contro ve rsia sobre la seriedad del probl e-
ma y sobre la p ar ticipaci ón en organizaciones sec ulare s que
pued en enfocar as pecto s espec iales. Pero estamos despert and o a la
pos ibilidad de nues tra parti cipa ción en y cul pa bilid ad d e los pro-
blema s d e los huracan es, el ozono y los cambio s radi cales en la
tempe ratur a y las condi cion es atm osfé ricas que crea n tra gedia s.
2. Historia de la ecología
El movimi ent o par a pr eservar el plan eta prin cipi ó en las d éca-
das de 1960 y 1970 cu ando se publicó el libro Silent Spring (Ar royo
sile ncioso) po r Rachel Ca rson, qu e enfo có las consecuencias de los
experime nt os nucl ear es y la cont amin ación ambi ental qu e ha traí-
do los ava nces tecnoló gicos.
En 1967 un histo riado r, Lynn Whit e, escribi ó un ar tícul o titul ado
"Las raíces históri cas de nues tra crisis eco lógica", en el cual acusó a
las igles ias cristianas de ser la reli gión más antropo céntri ca que el
mund o haya conocid o, por su énfa sis en la responsa bilid ad d e te-
ner domini o sobre la creación, por su falta de revere ncia ha cia la
natural eza, y el énfasis en el destin o final en el cielo y no en la tie-
rra. Es te artículo logró d espe rt ar a la comunidad cri stiana a su
respo nsab ilidad en lo s probl em as. Francis Schaeffe r escribió su
obra , Pollution and the Death of Man (La cont amin ación ambi ent al y
la muerte del hombr e) en 1970, en el cu al llam ó a los cri stianos
para asumir re sponsabilidad para solu cion ar los problema s de la
contamina ción amb ient al. En 1977 se organi zó un grupo de er udi-
tos en Calvin College qu e produjo el libro Earthkeeping: Christian
Stewardship of Natural Resources (Gu ard and o la tierra: la mayor -
do m ía cri stiana d e lo s recur sos natur ales), el cual ha serv id o d e
14Michae l S. Serrill, "A Dubiou s Plan for the Ama zo n", Time , 17 d e
abril de 1989, p. 37.
318 BASE S BIBLI CAS DE LA ETI CA
pero traen opo sición int ensa de part e d e los trabajado res qu e ven
am ena za do su m edio de ga narse la vid a. La situ ación es una cade-
na de reaccion es qu e afec tan a mil es . Por ejemplo , si no se frena el
cort e de árb oles en el nor oes te d e los Estados Unid os d e Am érica,
los d esperdi cios de las acerías va n a en venenar las ag uas de los río s
en esa región , lo que res ult ará en la muert e de los peces que van
allí anu alm ent e p ara pon er sus hu evos. Esto de strui rá la indu stria
p esquera en la cos ta . Si frenan el cor te de árb oles, va n a qu edar sin
trabajo mil es d e persona s qu e se gan an la vida en es ta indu stria, y
se am ena za a las ciudad es que tienen sus ba ses econón1icas en la
pr od ucción de m ad era s.is El vicep res ident e d e los Estados Unido s
de América, Al Gore, en 1992, publi có su libr o, Earth in the Balance:
Ecologyand the Human Spirit (La tierra en el bal ance: la ecología y el
espíri tu hum ano), qu e enfoca los probl ema s ecológicos.
(2) El agua. El ag ua es el recur so m ás esenc ial y n1enos resp eta-
do por los seres humano s. Los océano s están contam in ados con las
ag uas neg ras y los d esperdi cios de las ciudad es. Los ríos ya no sir-
ven para los p eces, porq u e han recibid o los desperdic ios quím icos
de las fábri cas. Dicen qu e los hi elos de Groenl andia y la An tár tida
ya están contamin ado s.
Neces it am os el ag ua en sufi ciente cantid ad en tod o tie1npo y
lu ga r, pero és ta debe ser pot able y libr e d e toda cont aminac ión. Ac-
tu alm en te el uso de los ríos como cloa cas y el auge d e la indu stria
que arroja sus d esp erdi cios en los ríos han d ado result ados desa-
gradabl es para la hum anid ad. Tra gedi as co1no la del Exxon Valdez,
qu e arro jó 40 millon es de litros de p etr óleo en las ag u as en Pri nce
William Sound, Alaska, en 1narzo de 1989, han crea do un grit o de
prot esta por su s efectos sobr e los 2.500 km. cuadrado s de ag ua y
los daños par a 1.300 km. de cos tas.16
Los mile s d e bar cos com erc iales y d eportiv os que sur can las
ag uas del n1undo, arr ojando basur a y aguas cloacale s, pr ese n tan
problema s, pero el 1nayo r proble1na es tá en las ag u as sup erficiales,
pu es la mayor contaminación es tá en las ag uas negra s, los d ese-
chos indu stri ales y el dr enaje ag rícola.17
15 Ted Gup, "It's Nature, Stupid ", Time, 12 de julio de 1993, p. 38.
16 Mic hae l D. Lemon ick, "The Two A laska s", Time, 17 de abril d e 1989,
p. 30.
17 Eliza beth de Gueva ra, "Prob lema s en la Eco logía", m ono grafía no
publi cada, Sem inario Teo lógico Bauti sta Intern acional d e Ca li, Colombia ,
1988.
Problemas de controversia 319
18 Ibíd.
19Eu gene Lind en "Who Lost the Ozone?", Time, 10 de mayo de 1993,
pp. 56-58 .
320 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
que se com eten com o consecu encia d el rese ntimi ento entr e per-
sonas de razas di stint as .
l. Perspectiva bíblica
Mu ch os que tienen pr ejui cios u sa n la Bibli a p ara d efend er su
posición . Ha blan de la señal qu e Dios pu so sobr e Ca ín para cas ti-
garl o (Gén . 4:11 -16), relacion and o así esta señal con los rasgos físi-
cos qu e caracterizan a las d istint as razas . Pero la señal qu e Dios pu -
so en Ca ín fu e par a pr otege rlo y no p ara cas tiga rlo. En Génesis
9:24-2 7 ha y un a m aldici ón so br e Ca naá n, hijo d e Ca m ; y según
mu chos, el cumplim iento de esta prof ecía ha sido la esclav itud de
los afroam er icanos en los último s siglos. Tamp oco es esta la int er-
pr etación corr ecta d e es te pasa je, porqu e la m aldi ción fue pr onun -
ciada por N oé y no p or Dio s, y tambi én los descendi ent es de Ca-
naá n eran blancos y no de color negro (Gé n. 10:15-19) .
H abía mu cho pr ejui cio ent re las p erso nas en el día d e Jesús.
H abía div isiones, tales com o los judí os y los gentil es, los sam ar j-
tan os y perso nas d e otr as naciones. Cuand o Jes ús d ijo qu e fu e
prim ero a las ovejas p erdid as de Israel (Mat. 10:5, 6), se refiere 111á s
bi en a un a es tr ateg ia es piritu al, p orqu e los judí os tenían la Ley
com o pr eparaci ón p ara recibir al Mesías . Jesú s comi sionó a los d is-
cípul os p os teriorm ent e para ir a tod as part es (Mat. 28 :18-20). El
relato del Buen Sam arit ano (Luc. 10:25-37) inmo rt alizó a uno que
no permiti ó qu e las dif erencias raciales impidi eran la op or tuni dad
d e servir a otro con necesid ades . Pedr o tenía sus pr ejuicios, pero
Dios los di solvió por medi o d e su exp eriencia espiritu al d e la evan-
gelización d e los gentil es (H ech. 10) . En Efesios 2:14 Pablo lla:ma a
la unid ad, di ciend o: "El es nu estra paz, qu e de amb os pu eblos hizo
uno , derrib ando la par ed int ern1edi a d e separación."
2. El racismo
El racismo es la creencia qu e un a raza está cond enada a la inf e-
ri orid ad por su natur aleza y que otra raza está d estinada a la supe -
ri orid ad. 21En el mund o anti guo había pr ejui cio, pero no se basa ba
en dif erencia s raciales . Los griegos tenían esclav os, per o no fu eron
d e un a sola ra za o color. Las diferencias eran cultur ales .22
Arnold Toynbe e dic e qu e el racismo es un fenóm eno d e los últi -
mo s cinco siglos, qu e apareció con los descubrimi ent os d e nu evas
21Ruth Benedict , Race, Science and Politics (N u eva York: Vikin g, 1940),
p. 153.
22 Edrnundo Sop er, Racism: A World Issue (N ue va Yor k: Abin gdo n -
Cok esbur y, 1947), p. 32.
Problemas de controversia 323
tierra s.23 Con las nuevas rutas y el comercio con otras naciones ha-
bía n eces idad de m.ás obreros . Del Africa se consiguió per sonal
para hacer el trabaj o necesario primero en Europa y d espu és en el
Nuevo Mundo. H ay libro s qu e relatan los trato s crue les de los
amos hacia los esclavos durante esos siglos, y no s apena leer d e los
sufrünientos de seres humanos por la cru eld ad de sus amos.
En Am érica Latina los españoles exp lotaban a los indí gena s y les
trajeron enfermedades contagiosas que causaro n la mu erte de mi-
llone s. En las enc01niendas, los indio s no fu eron esclavo s en el sen-
tid o que se compraban y se ve ndían, p ero lo eran en la realidad
porque qu edaban constant em ent e end eudado s a los dueño s de las
haci enda s. Trabajab an todo el año para pagar las deu da s que ha-
bían acun1ul ado durante el año anterio r. El sace rdot e Bartolom é de
las Casas se conoce como uno que hizo mu cho s esfuer zos por ali-
viar el sufrin1iento de los indí genas y promulgó un trato má s hu-
mano hacia ellos. Algunos dic en que fomentó la importa ción de
los african os porque éstos eran m ás fu ertes para trabajar y má s re-
sistent es a las enfern1edades y al calor del sol qu e los indígena s.24
Es inter esa nte que la actitud de los español es fue 1nejor ha cia los
indio s en el sur d el continente que la d e los colono s de Nortea-
mérica. Los ingleses resistían a los indio s, y había una enem istad
entre mucha s de las tribus y los colonos durante los primero s años
de su perman encia en Norteam érica. Con el tiempo los indí genas
fueron for za do s a ciertas regiones y el ejército act uó constante-
n1ente para prot ege r a los pion ero s qu e lleg aron para cultivar la
tierra. Los españo les impu sieron su religión sobre los indíg ena s, y
por eso la gran 1nayoría prof esa la fe cató lica. En cambio, pocos
blancos se pr eocupaban por el alma de los indígena s en las colo-
nias europea s en el Norte, y la gran mayoría mantenía su fe en la
religión nativa.
El movimiento de e1nancipación de los esclavos tomó lu gar en el
siglo XIX, pero tod avía hay vestigios de pr ejuicio hacia per sona s de
otras ra zas en la s Américas. Hay distinción de clases que fre-
cuen tem ente se bas a en las diferencias étnicas. La segregación exis-
tía en los Estados Unidos de América hasta 1954, cuando la Cort e
Suprema la declaró ilegal. Desde esta fecha, ha llegado la inte-
gración en las escuelas públicas, lo s medios de tran sporte y la
vivi enda, aunqu e a veces con resistencia.