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I

DOCENTE: CHAVEZ SANCHEZ, JAIME ELIDER

CURSO: INTRODUCCIÓN AL DERECHO

ALUMNAS: COX VILCA, ARIATNA

DE LA CRUZ SARMIENTO, CYNTHIA

FACULTAD: ADMINISTRACIÓN

CICLO: II

AÑO: 2016
CONTENIDO
INDICE................................................................................................Error! Bookmark not defined.
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LOS DERECHOS HUMANOS ......................................................... 2
1. PRIMERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA LIBERTAD .......................................................... 3
2. SEGUNDA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA IGUALDAD ....................................................... 4
3. TERCERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA SOLIDARIDAD.................................................... 5
DERECHOS HUMANOS: CONCEPTO ................................................................................................ 6
PRINCIPIOS DE LOS DERECHOS HUMANOS ..................................................................................... 7
CONDICIONES PARA SU VIGENCIA .................................................................................................. 9
LEYES O NORMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES QUE RECONOCEN LOS DERECHOS
HUMANOS ..................................................................................................................................... 10
EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS ..................................................... 11
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LOS DERECHOS HUMANOS
El reconocimiento y respeto de los derechos humanos es producto de un proceso
histórico cuyos orígenes se remontan a los primeros siglos de la humanidad, pero que se
formalizan en el siglo XX luego de las dos guerras mundiales, llevando a los países que
estuvieron envueltos en estos conflictos a ponerse de acuerdo en el respeto a ciertos
aspectos de la vida de las personas y las sociedades. En este proceso histórico, algunos
derechos se fueron reconociendo antes que otros, y esto supuso la lucha de personas y
organizaciones sociales.

Como indicábamos, los Derechos Humanos se han ido reconociendo a lo largo de la


historia a través de un lento proceso de aprendizaje moral que no ha terminado todavía.
En este proceso se pueden distinguir, hasta ahora, tres grandes fases que suelen ser
denominadas “las tres generaciones” de los Derechos Humanos. Estas tres generaciones
constituyen, por el momento, los requisitos básicos para llevar una vida digna. Cada una
de estas generaciones alumbró un determinado conjunto de derechos.
1. PRIMERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA LIBERTAD
La “primera generación” es la de los derechos civiles y políticos. Empezaron a ser
reivindicados por la burguesía frente al Antiguo Régimen Feudal a partir del siglo XVI, y
son los que reivindicaban los revolucionarios liberales de los siglos XVII y XVIII frente a
las monarquías absolutas. Son las libertades individuales y los derechos de participación
política: el derecho a la vida y a la integridad física, a pensar y a expresarse libremente, a
reunirse con quien se desee, a desplazarse libremente, a participar en el gobierno del
propio país, a no ser detenido sin motivo legal, a ser juzgado con garantías de
imparcialidad, las protecciones del derecho a la intimidad y a la buena fama, los derechos
de la propiedad privada y de la libre contratación, a comerciar libremente, entre otros.
En líneas generales, podemos considerar estos derechos como inspirados en un valor
moral básico que les sirve de guía: la libertad. Este grupo de derechos está relacionado
con el concepto de Estado de Derecho de la tradición liberal: un “Estado de Derecho” es
todo aquel sistema político que respeta las libertades básicas y nadie se encuentra “por
encima de la ley”. El pensamiento liberal afirma que los individuos poseen unas
libertades que nadie puede violar, y el Estado menos aún, puesto que la única misión de
éste consiste, precisamente, en garantizar su cumplimiento. Los teóricos liberales
entienden que los derechos individuales funcionan como exigencias totalmente
prioritarias que deben prevalecer frente a cualquier pretensión que se intente en su
contra. Por esta razón se puede considerar al Estado liberal como un Estado de Derecho,
es decir, como el tipo de Estado en el que todos, especialmente los poderes públicos,
están obligados por las leyes a respetar los derechos básicos de las personas.
2. SEGUNDA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA IGUALDAD
Los derechos de la Segunda Generación son los económicos, sociales y culturales como
el derecho a la educación, a la atención sanitaria, a la protección contra el desempleo, a
un salario digno, al descanso y al ocio, a una jubilación digna, a disfrutar de los bienes
culturales, etc. Ha sido el movimiento obrero durante los siglos XIX y XX el que ha
ostentado el principal protagonismo en la lucha por el reconocimiento efectivo de estos
derechos. Con estos derechos se pretende dotar de un apoyo real a los derechos de la
Primera Generación, porque difícilmente se pueden ejercer los derechos civiles y
políticos si no se tiene un mínimo de ingresos económicos, una protección contra la
enfermedad o un nivel cultural mínimo. Este tipo de exigencias fue abriendo camino a
una nueva mentalidad según la cual es necesario que el Estado no se limite a mantener
el orden público y el cumplimiento de los contratos, sino que actúe positivamente para
que los derechos de la Primera Generación no sean un privilegio de unos cuantos sino
una realidad para todos. Por esta razón se dice que la Segunda Generación constituye un
conjunto de exigencias de la igualdad.

Este grupo de derechos, junto con los de la Primera Generación, configura un nuevo
modelo de Estado que se denomina Estado Social de Derecho. El añadido de “social” a
la expresión “Estado de Derecho” significa que ahora no sólo se trata de que los
ciudadanos sean “libres e iguales ante la ley”, sino que además se están poniendo
medidas para que todos accedan a los bienes básicos necesarios para tomar parte en la
vida política y cultural. El Estado Social de Derecho garantiza las mismas libertades que
el modelo liberal y además intenta redistribuir la riqueza para asegurar que se protejan
los derechos económicos, sociales y culturales.
3. TERCERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA SOLIDARIDAD
Por último, los derechos de la Tercera Generación son unos derechos muy básicos de los
que se ha empezado a hablar hace poco: se trata del derecho a vivir en una sociedad en
paz y a desenvolverse en un medio ambiente sano (no contaminado). Evidentemente, si
no se cumplen estos derechos no parece posible que se puedan ejercer los de las dos
generaciones anteriores. En este caso no basta con que se tomen medidas en el interior
de un Estado, porque el cumplimiento de estos derechos precisa un esfuerzo de
solidaridad entre todas las naciones y pueblos de la Tierra. Es necesaria la solidaridad
internacional para que se puedan cumplir los derechos de la Tercera Generación, pues
¿cómo se podrá acabar con la contaminación del medio ambiente si unos países se
comprometen a no contaminar y otros no? o ¿cómo se podrá acabar con las guerras
mientras no haya un firme compromiso de todos para controlar el tráfico de armas? No
obstante, la comunidad internacional apenas está comenzando a dar los primeros pasos
para que estos derechos sean algún día una realidad.
DERECHOS HUMANOS: CONCEPTO
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico,
color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos
humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles.

Los derechos humanos universales están a menudo contemplados en la ley y


garantizados por ella, a través de los tratados, el derecho internacional consuetudinario,
los principios generales y otras fuentes del derecho internacional. El derecho
internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tienen los
gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de
determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las
libertades fundamentales de los individuos o grupos.
PRINCIPIOS DE LOS DERECHOS HUMANOS
a. Universalidad. Tenemos derechos en razón de nuestra condición humana. De ahí el
principio de universalidad, que nos remite a la concepción del ser humano como sujeto
y no objeto de derechos, y que nos permite entender que los derechos humanos es un
patrimonio común de la humanidad. En este sentido, el disfrute o vulneración de mis
derechos, o de los derechos de los demás, implican, el disfrute o la vulneración de los
derechos de todos y todas.

b. Indivisibilidad. Tiene que ver con las características y necesidades propias del ser
humano: seres integrales con necesidades materiales, emocionales y espirituales cuya
satisfacción o no garantizan o impiden su plena realización. Necesidades de
alimentación, vestido, vivienda, de educación, salud, trabajo y, al mismo tiempo,
necesidades de creación, uso del tiempo libre, protección, seguridad, etc. y ellas no se
pueden dividir como compartimentos estancos, como si su reconocimiento y disfrute
fueran importantes o valederos sólo en determinadas circunstancias, condiciones o
tiempos.

c. Interdependencia. Está referido a la vinculación de un derecho con otro u otros. Por


ejemplo, el derecho a la vida no estará asegurada sin el acceso a una educación de
calidad, sin la protección de la salud, sin un empleo y salario dignos, sin una vivienda
adecuada, sin espacios de recreación y oportunidades para desarrollar las
potencialidades y capacidades artísticas, sin la garantía de una justa administración de la
justicia, sin una convivencia pacífica y un medio ambiente sano para todos los seres
humanos. En este sentido, ningún derecho es más importante que otro. Los derechos
humanos 3 d. Integralidad. Se vincula estrechamente a los principios de indivisibilidad e
interdependencia. Así, por ejemplo, el derecho a la educación, no sólo tiene que ver con
la accesibilidad de la población en edad escolar a los diversos niveles del sistema
educativo, sino también con un servicio educativo de calidad para todos: trato digno,
personal directivo y docente calificados, materiales e infraestructura educativa
adecuada, condiciones para garantizar la atención básica de la salud y alimentación de
los estudiantes, etc. Lo mismo podría decirse en relación al derecho a la salud, que no
tiene que ver sólo con la atención a dolencias y enfermedades, sino también al cuidado
de la salud mental, psicológica, y a un medio ambiente sano.
CONDICIONES PARA SU VIGENCIA
a. Condiciones materiales. Son aquellos aspectos que tienen que ver con la satisfacción
de nuestras necesidades básicas y que, tanto el Estado como otras instituciones en la
sociedad deben cubrir y garantizar estableciendo planes y programas de desarrollo para
generar fuentes de trabajo, asegurar los servicios de salud, educación gratuita de
calidad, alimentación, vivienda, transporte, seguridad, etc. Todos los seres humanos sin
distinción alguna

b. Condiciones espirituales. Son dimensiones de la vida de las personas, sin las cuales no
podemos alcanzar nuestra plena realización como seres humanos. Tienen que ver con la
necesidad de que las personas trasciendan su condición de seres biológicos
desarrollando sus capacidades y potencialidades para imaginar, crear, dar y recibir
afecto; generar vínculos de amistad, solidaridad; buscar y darle sentido a su vida
personal, social y comunitaria. Las condiciones espirituales tienen que ver con que las
personas: - Sean consideradas y respetadas como seres dignos. - Puedan desarrollar y
ejercer su pensamiento y opinión con libertad. - Elijan sus creencias religiosas y políticas.
- Desarrollen sus capacidades creativas y artísticas. - No sean discriminados - Tengan un
trato igualitario ante la ley. - Puedan vivir en un contexto de paz y seguridad.

C. Condiciones jurídicas. Estas son fundamentales y necesarias para la convivencia


humana en sociedad. En tal sentido, los derechos humanos deben ser reconocidos y
garantizados por las leyes, dentro de un ordenamiento jurídico que de sustento al Estado
de Derecho, y que regule las relaciones de convivencia social, económica, política y
cultural entre las personas, instituciones, comunidades y naciones, mediante
instrumentos e instancias jurídicas nacionales y supranacionales.
LEYES O NORMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES QUE RECONOCEN
LOS DERECHOS HUMANOS
Las principales normas internacionales son:

- La Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948. - El


Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966.

- El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 . Poco a


poco las legislaciones nacionales han ido incorporando mecanismos e instituciones para
hacer valer estos derechos. En el Perú han sido reconocidas a través de la Constitución y
de Resoluciones Legislativas. Forman parte del derecho nacional, y por lo tanto, son
obligatorios y exigibles en instancias nacionales e internacionales. Existe, por ejemplo,
un Código del Medio Ambiente, la Defensoría del Pueblo, la Ley de Habeas Corpus y
Amparo (23506), la Ley de Derechos de Participación y Control Ciudadanos (26300), que
regulan y protegen los derechos reconocidos en nuestra Constitución. También existen
normas específicas para sectores y grupos determinados por ejemplo, los niños y
adolescentes cuyos derechos están reconocidos en la Convención de los Derechos del
Niño, que hoy a nivel nacional se han plasmado en el Código del Niño y del Adolescente.
Otro caso es el de los derechos de la mujer que son reconocidos como normas de
carácter específico para este sector de la población, como la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, entre otras.
EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
El movimiento internacional de los derechos humanos se fortaleció con la aprobación de
la Declaración Universal de Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Redactada como “un ideal común por el que
todos los pueblos y naciones deben esforzarse”, en la Declaración, por primera vez en la
historia de la humanidad, se establecen claramente los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales básicos de los que todos los seres humanos deben
gozar. A lo largo de los años lo establecido en la Declaración ha sido ampliamente
aceptado como las normas fundamentales de derechos humanos que todos deben
respetar y proteger. La Declaración Universal, junto con el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y sus dos protocolos facultativos, y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, forman la llamada “Carta Internacional de
Derechos Humanos”.

Una serie de tratados internacionales de derechos humanos y otros instrumentos


adoptados desde 1945 han conferido una base jurídica a los derechos humanos
inherentes y han desarrollado el conjunto de derechos humanos internacionales. En el
plano regional se han adoptado otros instrumentos que reflejan las preocupaciones
específicas en materia de derechos humanos de la respectiva región, y en los que se
establecen determinados mecanismos de protección. La mayoría de los Estados también
ha adoptado constituciones y otras leyes que protegen formalmente los derechos
humanos fundamentales. Si bien los tratados internacionales y el derecho
consuetudinario forman la columna vertebral del derecho internacional de derechos
humanos, otros instrumentos, como declaraciones, directrices y principios adoptados en
el plano internacional contribuyen a su comprensión, aplicación y desarrollo. El respeto
por los derechos humanos requiere el establecimiento del estado de derecho en el plano
nacional e internacional.
El derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que los
Estados deben respetar. Al pasar a ser partes en los tratados internacionales, los Estados
asumen las obligaciones y los deberes, en virtud del derecho internacional, de respetar,
proteger y realizar los derechos humanos. La obligación de respetarlos significa que los
Estados deben abstenerse de interferir en el disfrute de los derechos humanos, o de
limitarlos. L a obligación de protegerlos exige que los Estados impidan los abusos de los
derechos humanos contra individuos y grupos. La obligación de realizarlos significa que
los Estados deben adoptar medidas positivas para facilitar el disfrute de los derechos
humanos básicos.

A través de la ratificación de los tratados internacionales de derechos humanos, los


gobiernos se comprometen a adoptar medidas y leyes internas compatibles con las
obligaciones y deberes dimanantes de los tratados. En caso de que los procedimientos
judiciales nacionales no aborden los abusos contra los derechos humanos, existen
mecanismos y procedimientos en el plano regional e internacional para presentar
denuncias o comunicaciones individuales, que ayudan a garantizar que las normas
internacionales de derechos humanos sean efectivamente respetadas, aplicadas y
acatadas en el plano local.

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