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LA EVALUACIÓN DE DECISIONES ECONÓMICAS

1. La utilidad contable y la utilidad económica

Al igual que varios conceptos, el de “costo” tiene interpretaciones distintas dependiendo de la


perspectiva que se le vea, al respecto tenemos:

El costo contable: está referido únicamente a lo que se paga en efectivo o su equivalente


monetario; es decir, considera sólo el costo de oportunidad explicito.

El costo económico: Involucra tanto lo que se paga como lo que se adicionalmente se sacrifica,
deja de obtener o se renuncia al tomar una decisión (asociado por lo general a intangibles); es
decir, considera tanto el costo de oportunidad explicito como el implícito.

El ingreso contable: está referido a lo que se cobra en efectivo o su equivalente monetario; es


decir sólo considera el ingreso de oportunidad explicito

El ingreso económico: Involucra tanto lo que se cobra en efectivo o su equivalente monetario


como lo que adicionalmente obtenemos como ingreso (intangibles) o lo que nos ahorramos de
pagar al tomar una decisión; es decir, considera tanto el ingreso de oportunidad explicito como
implícito.

Dado lo anterior, lógicamente habrá dos resultados diferentes al momento de calcular la utilidad o
ganancia, dependiendo de si utilizamos la perspectiva contable o económica:

La utilidad contable: Mide el exceso de nuestros ingresos sobre nuestros costos contables; es
decir es una evaluación relativa al nominal del capital invertido.

La utilidad económica: Mide el exceso de nuestros ingresos sobre nuestros costos económicos; es
decir una evaluación relativa al equivalente económico del capital invertido. En general este
concepto está asociado al “bienestar” o “satisfacción” de la unidad económica.

Debido a que la contabilidad considera básicamente el movimiento de efectivo y de algunos costos y


ingresos implícitos tales como las marcas, patentes, regalías, conocimiento, etc. la evaluación
desde la perspectiva contable debe considerarse como parcial o como una aproximación de la
evaluación desde la perspectiva económica.

Por ello, podemos concluir con que toda evaluación debe realizarse desde la perspectiva económica;
por ser la más completa, obviamente sólo en el caso de una adecuada monetización de costos y
ingresos implícitos.
2. La evaluación contable

Consideremos el caso de un inversionista que evalúa el proyecto de invertir S/. 10,000 en un


negocio de confecciones, por el cual estima obtendrá un retorno total de S/. 15,000 luego de un mes.

Desde la perspectiva contable, la utilidad a obtener sería de S/. 5,000 y la tasa de rentabilidad, a la
cual se le denomina TIR (Tasa Interna de Retorno) sería del 50% mensual.
15,000

0 1
Ganancia contable = 5,000 TIR = 50% mensual
10,000

3. La evaluación económica

El punto de partida de toda evaluación económica es la determinación del COK del inversionista;
por lo que si éste no puede determinarlo, no le será posible realizar una evaluación desde la
perspectiva económica. Por lo tanto, con fines de evaluar económicamente el proyecto anterior,
necesitaríamos saber ¿cuál es la mejor alternativa de uso de los S/. 10,000 que dispone el
inversionista?

Supongamos que la mejor alternativa de inversión de similar riesgo para este inversionista, es su
actual negocio de venta de comidas, en el cual obtiene actualmente una TIR del 20% mensual,
entonces si desea evaluar la alternativa de invertir en el negocio de confecciones, el COK que
deberá utilizar será 20% mensual.

Básicamente la evaluación de proyectos consiste simplemente en comparar a través de una resta o


diferencia, lo que se obtendría en el proyecto a evaluar con lo que se obtendría en su mejor
alternativa. Teniendo en cuenta lo anterior, el estimado que recibiría la empresa en su mejor
alternativa (negocio de comidas) sería S/. 12,000, mientras que el estimado a recibir en el negocio
de confecciones es S/. 15,000.

En consecuencia; el ingreso económico que obtendría la empresa en el negocio de confecciones


sería sólo de S/. 3,000; es decir es lo que obtendría “por encima de lo que le brindaría su mejor
alternativa”.
15,000

0 1
Capitalizar

10,000
12,000
Ganancia económica = 3,000
Como podemos observar, el ingreso económico de un proyecto de inversión es el resultado de
comparar los “mínimo que deberíamos obtener por nuestra inversión con lo que se espera obtener
en el futuro en el proyecto a evaluar”; es decir, la evaluación económica es una evaluación relativa a
los resultados a obtener en nuestra mejor alternativa.

Es muy importante tener en cuenta que debido a que existe un COK, las unidades monetarias no
tienen el mismo “valor económico” si están en puntos en el tiempo diferentes; es decir que S/. 1
ahora no vale lo mismo que S/. 1 dentro de un año, pues para compensar su costo económico las
unidades monetarias deben crecer como mínimo a una tasa igual a su COK (20% en este caso).

Por lo tanto para que una unidad monetaria mantenga su valor en el tiempo, en este ejemplo debe
crecer a una tasa de 20% o equivalentemente, su magnitud debería multiplicarse por el factor (1.20)
en cada período ; ese es el concepto básico detrás de lo que se conoce como “El Valor del dinero en el
Tiempo”, concepto fundamental en el ámbito de las Finanzas.

Debido a lo anterior, cabe notar que los S/. 3,000 están referidos a unidades monetarias dentro de un
año (en el punto 1) y dado que la tasa mínima de crecimiento del dinero en el tiempo es 20%
(COK); entonces, dichos S/. 3,000 del futuro será equivalentes a S/. 2,500 (S/. 3,000/1.2) de hoy
día.
En tal caso, se suele afirma que el ingreso económico del proyecto será equivalente a S/. 2,500 de
“hoy día”. A dicha cantidad se le suele llamar comúnmente el VAN (Valor Actual Neto) del
proyecto., que no es sino le resultado de una evacuación desde a perspectiva económica.
Dado que ya conocemos la utilidad esperada del negocio, podemos entonces calcular la tasa de
ingreso económico esperado, a la cual la denominamos Índice de Rentabilidad (IR).

0 Actualizar 1

2,500
3,000

Valor Actual Neto (VAN) = 3,000/1.2 = 2,500


Índice de Rentabilidad (IR) = 2,500/10,000 = 25%

En este caso la interpretación del IR es: “por cada Nuevo Sol que invirtamos hoy día obtendremos
una ganancia económica equivalente a 0.25 Nuevos Soles hoy día.

4. El ciclo COK-VAN-TIR

A modo de conclusión, podemos determinar que todo proyecto con VAN positivo será conveniente
de ejecutar, pues nos brindará una utilidad económica mayor que la que obtendríamos en nuestra
mejor alternativa de similar riesgo.

Cabe observar que si el inversionista anterior decide dedicarse al negocio de confecciones, obtendrá
una ganancia contable o TIR del 50%, por lo tanto, si luego de ello, le propusieran un nuevo
negocio, este inversionista debería evaluar esta nueva alternativa con un COK del 50%; es decir con
la TIR de su nueva mejor alternativa.
A modo de ilustración:

5. Una mayor aproximación al Valor Actual Neto (VAN)

A nuestro entender, fue el economista británico Alfred Marshall 1 (1842-1924) el primero en


expresar el concepto originario del VAN al afirmar:

"Cuando un hombre se encuentra comprometido con un negocio, sus


ganancias para el año son el exceso de ingresos que recibió del negocio
durante al año sobre sus desembolsos en el negocio.
La diferencia entre el valor de la planta, los inventarios, etc., al final y al
comienzo del año, es tomada como parte de sus entradas o como parte de
sus desembolsos, de acuerdo a si se ha presentado un incremento o un
decremento del valor.
Lo que queda de sus ganancias después de deducir los intereses sobre el
capital a la tasa corriente es llamado generalmente su ingreso por
emprender a administrar".

Obviamente, si “deducir los intereses sobre el capital” lo entendemos como actualizar los flujos de
caja y el término “tasa corriente” como el COK, encontraremos que Marshall describió de manera
exacta al VAN, tal como lo entendemos actualmente, es decir, como una medida del ingreso

1
The Principles of Economics, 1890
económico que se determina como el exceso de ingresos (en unidades monetarias de hoy día) que el
proyecto brinda por encima de su COK (lo que obtendría en su mejor alternativa).

Una forma alternativa y más práctica de hallar el VAN de un proyecto es restar el equivalente actual
de los ingresos con el equivalente actual de los egresos pues con ellos estaríamos restando unidades
monetarias del mismo valor económico.
Considerando el ejemplo anterior:

VAN = Valor Actual (ingresos) - Valor Actual (egresos)

Aplicando esta expresión al ejemplo tratado:


15,000
Actualizar

0 1
VAN = 15,000/1.2 - 10,000 = 2,500
10,000
A partir de los conceptos vertidos, podemos deducir que si el VAN es positivo; entonces el proyecto
“está generando Valor Económico Agregado” o en términos más comunes, “creando valor” para la
empresa. De aquí entonces, podemos afirmar que el VAN de un proyecto, es una medida de su
aporte “al valor de la riqueza de la empresa” o más comúnmente “al valor de la empresa”.

A manera de ejercicio, podemos entones deducir fácilmente que si el VAN de un proyecto es cero;
entonces ejecutarlo no incrementará el valor de la empresa; es decir, “no aportará nada nuevo” con
respecto al proyecto que representa su mejor alternativa, por lo que resultará indiferente ejecutar
cualquiera de ellos.

Si el VAN es negativo, entonces ejecutar el proyecto “destruirá valor” para la empresa; en otras
palabras simplemente podría ganarse menos de lo que obtendría en su mejor alternativa.

Cabe mencionar que a partir de la década de los 90, ha entrado en el campo de la evaluación, el
concepto denominado EVA (Economic Value Added) o Valor Económico Agregado como un
indicador de creación de valor para la empresa

En nuestra opinión; los conceptos Ingreso Económico, VAN o EVA, son en esencia sinónimos, la
diferencia está en que el primero puede expresarse en términos de bienes no necesariamente
monetarios y por lo general se utiliza en el campo de la Teoría económica, el segundo supone la
monetización de todos los costos y ingresos y se expresa en unidades monetarias actuales (del
mismo valor económico) y el último, simplemente es una aproximación; desde una perspectiva
contable, del VAN, calculado a través de una metodología patentada y difundida por la consultora
americana Stern Stewart & Company quien la registró como marca.

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