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Los análisis de Wilhelm Reich sobre una que escribiendo contundentes tratados
revolución social que habría de rechazar para demostrar La función social del orgas-
el fascismo y favorecer la liberación de la mo (1927). Un estilo airado y didáctico
represión sexual dieron lugar tanto a espe- puede ser más incitativo que poderosos y
sos análisis como a escritos de combate. extenuantes sistemas. Sin embargo, los
El generoso propósito del autor se vio rituales del lenguaje escrito con frecuencia
reflejado tanto en La revolución sexual se oponen a esta sencillez de la expresión.
(1929) O en La psicología de masas del fas- La propia estima y autoestima ante los
cismo (1933) como en Iliscucha, hombre- colegas, inasequible a cualquier cura de
cito! (1948). La sencillez de este último humildad, las políticas editoriales o el ensi-
no desmereció la profundidad teórica o el mismamiento de las academias confluyen
compromiso que destilaban aquellos otros. en evitar los análisis de claridad meridiana
A veces, la persuasión pretendida por el para quienes no están o están mínimamen-
lenguaje exige un estilo adecuado a los te iniciados si no es bajo una forma de
interlocutores seleccionados. Reich -del «manual» que considere a éstos como
que ahora celebramos cien años de su naci- numerosos consumidores.
miento- no fue menos profundo acercán- En Barcelona muchos hablan ahora,
dose, de forma sencilla, al hombre común 'maravillados, de las películas de un griego,
para mostrarle su cobardía, y la mistifi- Angelopoulos, que analizó magistralmente
cación cotidiana en que vivía, con un libelo la imposibilidad de una mirada inocente
recorren nuestra transición política desde etapa» (1995), donde el autor augura la
un hondo desencantamiento respecto de profundización de la destrucción social por
las realizaciones liberadoras de ésta. Este el PP, antes comenzada, por vía de espe-
último trabajo reúne artículos en su tota- culación inmobiliaria, injusto sistema fis-
lidad escritos durante el gobierno socia- cal, devastación ecológica, competitividad
lista. La conclusión del análisis de este inmisericorde en paro estructural, destruc-
período es extremadamente grave y pesi- ción de los sindicatos, aparición de la dere-
mista: «(...) El tiempo presente es una cha social., Creo que Capella hace una
materialización razonable -o sea, pocas aportación interesante -«La responsabi-
veces extremista- de los aspectos meta- lidad política: cuatro apuntes» (1995)- al
políticos y parapolíticos del nazismo delimitar una de las confusiones concep-
(•••)>> 12. Casi todos los problemas sociales tuales que más perplejos nos dejaron a
que inquietan o inquietaron al lector com- muchos ciudadanos en los últimos años:
prometido con nuestro tiempo son valo- responsabilidad política y responsabilidad
rados con radical criticismo: realidad sólo judicial, control parlamentario y procesa-
abstracta de los derechos constitucionales; miento, responsabilidad política y respon-
elusión de la soberanía popular por las sabilidad funcionarial. En Grandes espe-
decisiones impuestas del Tribunal Cons- ranzas Capella agrupa teóricamente traba-
titucional; aparición de una constitución jos anteriores de Ciudadanos siervos, dedi-
tácita mediante pactos extraconstituciona- cados a la utopía realizable (1Il Parte), y
les; agotamiento de la clase trabajadora actuales bajo el titulo de «Principios para
sin cultura política ni organización; coin- una Nueva Ciudad». Es aquí donde Cape-
cidencia del PSOE con la derecha por su 1Ia remonta la posibilidad de situarse en
anuencia con la alianza militar, el secre- una «teología negativa», exclusivamente
tismo de sus decisiones, su complacencia negadora de lo existente, para expresar los
con los grupos económicos dominantes y contenidos positivos de una «idealidad
su bloqueo de cualquier alternativa social; emancipatoria del presente». Se trata de
falta de reconocimiento del derecho de un «laicismo político-intelectual» renova-
autodeterminación; degradación de la edu- do que agrupe a comunistas libertarios,
cación del demos, colonizado por la indus- cristianos y pacifistas contra el sexismo, la
tria de la publicidad y el ocio de masas; depredación ecológica, la explotación
debilidad del sistema de partidos; dege- sobre el tercer mundo, la militarización y
neración del nacionalismo de la diversidad la violencia. Las referencias morales más
en nacionalismo del bienestar americano fuertes de una nueva idealidad comunista
y del españolismo; confusión y desaliento son, para Capella, el rechazo del comu-
en la sociedad civil; sistema refractario a nismo tradicional, auspiciador del estali-
las minorías; extrema fortaleza del ejecu- nismo, y la reivindicación de un ecosocia-
tivo; extensión de la corrupción, oculta- lismo internacional que como «El pelotari
miento y dificultad de su persecución; falta incansable» (1994) no ceda ante las sumas
de proyecto ético político socialista; crisis dificultades de la situación. La propuesta
de la representación política por la for- ética con la que se cierra Grandes espe-
mación de un poder económico supraes- ranzas concluye en un «sectarismo demo-
tructural; financiación de los GAL... La crático» o «religiosidad laica»: una lucha
sombría y discutible pintura de un período y energía incesante serán requeridos -se-
de clientelismo generalizado y corrupción ñala Capella- por quienes procuren des-
en el PSOE, que hace pensar en la visión prenderse de una personalidad sumisa,
de CapelIa de la socialdemocracia como transformar los criterios de valoración
mal radical, se cierra con un «Cambio de impuestos por una moralidad positiva
no, Locke, Rousseau y Kant. Algunos de pación real y no meramente virtual (Ca-
éstos sólo pudieron vislumbrar la sociedad pella ha vinculado la etícidad comunista
moderna y están inmersos en la sociedad que defiende al tan criticado por Weber
tradicional. Más tarde, dentro de la tra- Sermón de la Montaña 33, como modelo
dición liberal, se produjo una más apasio- de «ética de la convícción») 34. Tocqueville
nante y sugerente problematización de la intuyó -en su reflexión sobre Rusia y
democracia liberal. Desde John Stuart Mili Estados Unidos como superpotencias- y
y Alexís de Tocqueville -en torno a la Weber ratificó la centralización y la buro-
escritura de la Democracia en América cracia -racionalización de toda los ámbi-
(1835, 1840)- ya se advierte que la Ilus- tos de la acción social- como el destino
tración política surge cargada de aporías, moderno común a las políticas de todos
paradojas y ambivalencias: la igualdad los signos. Ambos vaticinaron, en el Occi-
traerá consigo homogeneización de com- dente desarrollado, un futuro sin revolu-
portamientos, pérdida de imaginación, ciones en el que los aparatos burocráticos
despotenciación del espacio público y centralizados atenderían estables a Jos
rechazo de la disidencia política. La demo- cambios políticos de dirección de uno y
cracia representativa surge como una tera- otro signo.
pia de urgencia a los insoslayables fenó- Algunos de los males que Capella acha-
menos de apatía política y desencanta- ca a la democracia representativa son atrí-
miento que produce la racionalización buíbles más bien a las políticas previstas
burocrática del mundo moderno: Mil! para sociedades complejas y el socialismo
escribió Del gobierno representativo (1861) real lo fue. No es tan difícil saber que el
para aportar una propuesta de organiza- Estado comunista acabó siendo más buro-
ción política frente a la conversión de la crático -como Weber presagió-e- que el
vida política en rutina. Marx resolvió, más Estado capitalista 35. Otros males son fru-
drástica, pero también muy mecanicista- tos del predominio imparable del mercado
mente -CapeIla lo señala repetidas -aunque no comparta yo tampoco una
vcces- 30 estas paradojas ilustradas. En la identificación cerrada entre democracia y
actualidad podemos añadir que con escaso capitalismo- 36, y aquí la vigencia del
éxito como constructor de un sistema polí- marxismo y del neomarxismo de Capella
tico alternativo 31 y triunfo de una teoría son inapreciables: preponderancia extrema
crítica valiosísima. El auténtico debate teó- del poder económico transnacional sobre
cica se produjo en el siglo XIX. Y nuestro el poder público estatal; dilapidación del
siglo confirma que hizo falta soñar para patrimonio ecológico de la humanidad;
imaginar una propuesta emancipatoria en desigualdades sociales; necesaria revolu-
los países socialistas que remontara la bar- ción cultural; existencia abstracta de los
barie burocrática del estalinismo. Así lo derechos; crítica de la dominación política
ha reconocido CapelIa en «Sobre la buro- hasta el extremo posible de la «razón de
cratización del mundo» (1979), contenido Estado». Otras de las críticas formuladas
en Entre sueños: sólo el sueño se opone por CapelJa en Entre sueños a la demo-
a la catastrófica imposibilidad de una efec- cracia liberal, desde el marxismo, fueron
tiva perspectiva emancipatoria 32. Quizá se planteadas, y mejor encaradas en sus pro-
requiera también soñar para imaginar una puestas, por el propio liberalismo desde
«política responsable" sin representación, un proyecto, pese a todos los errores, rea-
especialización y profesionalización. No se lizable: la corrupción en el sistema político
necesita ser un férreo defensor del «rea- . (valga de ejemplo Bentharn y su crítica de
lismo político» para apreciar que sólo con los «intereses oscuros» de los políticos de
convicciones no basta para una emanci- todo signo o el análisis de Bryce y Ostro-
gorski del spoils system); las deficiencias Capella disentir y a mí quizá, ahora, disen-
de la soberanía popular (Kelsen no dudó tir de algunos de sus presupuestos. Tam-
en darle el estatuto de «ficción» estimu- bién nos permite tener diferentes sueños
lante, no de engaño); la apatía política (el sobre la vivencia de alguna política más
asociacionismo fue remedio liberal a lo que esperanzadora que las pesadillas que nos
todos sus teóricos percibieron como tocó en suerte soportar en siglo tan cruel.
«monstruo burocrático» con el que con- La «conquista de una comunidad» sin dife-
vendría ir familiarizándose); la desilusión rencias, donde quepa satisfacer igualitaria-
ante el escaso nivel de nuestros dirigentes mente todas las necesidades en la abun-
políticos (la vía parlamentaria y los ple- dancia y no exista confrontación de valo-
biscitos eran para Weber remedio de res, deseada por Capella 39, parece hoy más
urgencia); la aparición de oligarquías en que quimérica. Además, Capella debería
la organización de los partidos (Mosca y deslindar más su proyecto comunitarista
Michels verían hoy, más transcurrida la his- de otras versiones comunitaristas conser-
toria, confirmados sus pronósticos acerca vadoras, atávicas y autoritarias, igualmente
del carácter endógeno de este defecto críticas del liberalismo. En una comunidad
estructural). sin diferencias morales y políticas no
No cabe incurrir en la equiparación de podrían expresarse las discrepancias, pro-
democracia liberal y fascismo -sólo dife- pias de lenguajes a veces inconmensura-
rencíables por Capella por cambios de gra- bles, que cabe confrontar en la fraccionada
do y ajuste- 37 por un supuesto deseo sociedad liberal. En todo caso le concedo
compartido de eliminación de todo aquello que -como John Stuart Mill reivindicó-
que se oponga a la normalización de la ayer y hoy nos conviene a todos acechar
opinión. El conservador Carl Schmitt y no perder ocasión para disentir. Y subs-
incurrió en el mismo equívoco al atraer cribo, amén de los más bienpensantes ilus-
al liberalismo, a todo liberalismo, hacia la trados, que: «Es completamente cierto, y
misma estrategia de eliminación del con- así 10 prueba la Historia, que en este mun-
trario, capital para los autoritarismos 38. Es do no se consigue nunca lo posible si no
una sociedad liberal la que le permite a se intenta 10 imposible una y otra vez» 40.
NOTAS
I Michel Cirnent y Héléne Tierchant, Theo Ange- clasificación de preguntas de examen, cuando se han
lopoulos, París, Paris, Edilig, 165 pp. publicado muchos otros trabajos de investigación, creo
Z Juan Ramón Capella, El aprendizaje de! aprendi- que debería ser, desenfadadamcntc, apreciada como
zaje. Fruta Prohibida. Una introduccián al estudio del una buena nota de humor, dirigida a los alumnos para
Derecho, Madrid, Editorial Trolla, 1995, 114 pp. que soporten los terroríficos exámenes.
, En un lugar inesperado, ya no numerado -tras 4 MicheJ Foucault, L'ordre du discours, París, Galli-
la página tl4-, el autor agradece la atención brindada mard, 1971, 82 pp. [trad. cast, Alberto Gonzálcz Tro-
por sus más directos colaboradores sin mencionarlos yano, El orden del discurso, Barcelona, Tusquets, 1973,
para protegerles, algo recónditamcntc, de «las iras gla- 64 pp.; trad. catalana, Pornpeu Casanovas Rorneu,
ciales de colegas poco dotados de espíritu deportivo», L 'ordre del discurs i alires escrits (edición preparada
a las que sólo el autor se siente merecedor. Sin embar- por Josep Ramoneda), Barcelona, Laia, 1982, 189 pp.,
go. destaca 244 preguntas de introducción al derecho, pp. 103-147].
de Manuel Atienza, entre otros, como «manual para , Juan Ramón Capella, El aprendizaje del aprendi-
aprobar», sin destacar otros libros del mismo autor' zaje.op. cit., p. 51.
que muchos hemos utilizado como aportación impres- • Las opiniones recogidas en estos materiales datan
cindible a la teoría y a la filosofía del derecho. Una de los años 1969 a 1975: Materiales para la critica de
la Filosofia del Estado, Barcelona, Fontanella, 1976, l ' Juan Ramón CapeHa, «Sobre el Estado de Dere-
211 pp. cho y la Democracia (A propósito de un libro de
, Juan Ramón Capella, Materiales para la critica de Elía~ Díaz) (1967)>>, Materiales para la crítica de la
la Filosofía del Estado, op. cit., p. 42. Filosofía del Estado, ap. cit., pp. 11-23; Ellas Diaz,
, Juan Ramón Capella, Materiales para la critica de «El Estado Democrático de Derecho y sus críticos
la Filosofía del Estado, op. cit., p. M. izquierdistas», Legalidad-legitimidad en el socialismo
• Juan Ramón Capella, Los ciudadanos SieIVOS, democrático, Madrid, Editorial Cívitas, 1977,228 pp.,
Madrid, Editorial Trotta (l." y 2." ed., 1993),238 pp., pp. 149-186. Ellíbro con el que Capella inició la polé-
pp. 210-211. mica es Estado de Derecho y sociedad democrática
io Juan Ramón Capella, Materiales para la critica (1966), de Ellas Diaz, secuestrado en el franquisrno
de la Filosofia del Estado,op. cit.;Entresueños. Ensayos y sujeto al control político del Tribunal de Orden
de filosofia politica, Barcelona, Editorial Icaria, 1985, Público de la dictadura.
197 pp.; Los ciudadanos siervos, Madrid, Editorial Trot- '" Juan Ramón Capella, Materiales para la crítica
ta, 1996, 180 pp. de la Filosofla del Estado, op. cit., pp. 108-110.
" Juan Ramón Capella, Grandes esperanzas. Ensa- n Max Weber, Economía y Sociedad. Esbozo de
yos de análisis politico, Madrid, Editorial Trona, 1996, sociología comprensiva, México, Fondo de Cultura Eco-
1BOpp. nómica, 1994 (4.- reimpresión 1979), 1236 pp.; David
Beetham, Max Weber y la teoria política moderna (trad.
" Juan Ramón CapeUa, Grandes esperanzas, op. cit.,
p.l). cast. Fernando Pérez Cebrián); Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1974,459 pp,
13 Juan Ramón Capella, Grandes esperanzas, op. cit.,
'" José María Gonzálcz García, La máquina buro-
pp. 179·180.
crática (Afinidades electivas entre Max Weber y Kafka),
"Juan Ramón Capella, Entre sueños, op. cit.,
Madrid, Visor La balsa de la Medusa, 1989,222 pp.).
pp.11O-111.
'" Juan Ramón Capella, Ciudadanos siervos, op. cit.,
i< Juan Ramón Capella, Entre sueños, op. cit.,
p.198.
pp. 52-56.
JO Juan Ramón Capella, Los ciudadanos siervos,
lO Juan Ramón Capella, «Simone Weil o la visión
op. cit., pp. 178-179,
del desarraigo moderno", Simone Weil, L'Enracine-
" Francoís Furet, Le passé d'une illusion. Essai sur
ment, Paris, Gallimard, 1949 (trad. cast. Juan Carlos
l'idéc communiste au XXe siécio, París, Robert Laf-
González Pont y Juan Ramón Capella; presentación
font/Calmann-Lévy, 580 pp. (existe trad. cast.). El pro-
de Juan Ramón Capella, Echar raíces, Madrid, Trolla,
fesor Francisco Tomás y Valiente me animó a leer
1996,238 pp., pp. 9-22).
este ensayo tras haberle escuchado su presentación de
" Juan Ramón Cape 11 a, Entre sueños, op. cit., p. 117, la edición mexicana en el Instituto Francés de Madrid.
rs C. B. Macpherson, La realidad democrática. Libe- Quiero expresarle mi cariñoso reconocimiento como
ralismo, socialismo y tercer mundo, Barcelona, Fonta- alumno de uno de sus cursos de doctorado, consciente
nella, 1963,89 pp . de la amplísima y excelente tarea orientadora quc, en
•• C. B. Macpherson, La democracia liberal y su diversos foros, desarrolló generosamente en muchos
época (trad. cast. Fernando Santos Fontela), Madrid, de nosotros, Véase su sugestivo comentario u este libro;
Alianza Editorial, 1981, 150 pp., pp. 113 Y ss. Véase «El comunismo como ilusión», Saber leer, enero 1996,
la polémica de Alfonso Ruiz Miguel con la teoría núm. 91, pp. 8 Y9.
política de C. B. Macpherson: Alfonso Ruiz Miguel, 32 Juan Ramón Capella, Entre sueños, op. cit.,
«La teoría política del optimismo obsesivo: C. B. pp. 96-97.
Macpherson», Sistema, núm. 52, enero de 1983, 11 Juan Ramón Capella, Grandesesperanzas, op. cit;
pp. 45-63. p.m.
'" Sobre la critica a la teoría jurfdico-polñica sovié- ,. Max Weber, "La política como vocación» (1919),
tica, Capella asume los planteamientos críticos anties- El político y el cienufico (trad. cast, Francisco Rubio
talinistas del «reformista» Bruno Rizzi y del «acadé- Llorente), Madrid, Alianza Editorial (1." ed., 1%7)
mico» Karl A. Wittfogel al sistema soviético como nue- 1981,233 pp" pp. J61, 17U·171.
vos despotismos pcrpctuadores de una estratificación JS Norberto Bobbio, ¿Qué socialismo? Discusión de
social explotadora. Juan Ramón Capella, «Sobre la una alternativa (trad. casto Juan Moreno), Barcelona,
burocratización del mundo», Entre sueños, op. cit., Plaza & Janes, 1977, J73 pp., pp. 70·71.
pp. 31-39. rs Véase la interesante exposición crítica de Elías
21 Juan Ramón Capella, Entre sueños, op. cit.,
Díaz sobre Grandes esperanzas, sugerente análisis y dis-
pp. 31-39. cusión de sus tesis, objeto de un debate con el autor,
11 Juan Ramón Cap ella, Materiales para la crítica y la contestación de Capella a aquél, a Antonio García
de la Filosofía del Estado.op. cu., p. 39. Santesrnases y Jaime Pastor; Ellas Díaz, «Juan Ramón
z, Juan Ramón Capella, Entre sueños, op. cit., p. 19. Capella: la identidad comunista libertnria»; Juan
,. Juan Ramón Capella, Materiales para la crítica Ramón Cepclla, «Respuestas a las críticas», próxima.
de la Filosofía del Estado, op. cit., pp. 96)' ss, mente en Revista Internacional de Filosofia Polltica.
.\1 Juan Ramón Capella, Entre sueños, op. cit., .l' Juan Ramón Capella, Materiales para la crítica
pp. 143·147. de la Filosojia del Estado,op. cit., pp, 96,97.
.'. Carl Schrnitt, El concepto de lo polttico (trad. casto ,,' Max Weber, «La política como vocación» (1919),
e introducción de Rafael Agapito), Madrid, Alianza El políticoy el científico, op. cit., p. 178.
Editorial, 1991, 153 pp.